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Versión Completa: CALDERA DE LUBA
FORO DE CRÓNICAS DE LA GUINEA ECUATORIAL > FORO GENERAL > HISTORIA DE GUINEA ECUATORIAL
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fernando el africano
El problema del terrorismo no se va a solucionar enviando más tropas o iniciando ataques aéreos a los puntos estratégicos de Al Qaeda. Ellos tienen un sistema sicológico que les mentaliza del bien que hacen matando a los enemigos. En la primera etapa los convencen de las injusticias humanas, tarea fácil e incuestionable. En la segunda los convencen de que con su lucha terrorista aniquilarán y convencerán a sus enemigos y por último los invitan a trasladarse a un mundo celestial aportando unas matanzas convenientes y que cuando lleguen al Paraiso serán conpensados.

La única vía de victoria con esta gente es convencerles de que es más útil que se queden en este mundo para luchar contra la injusticia, y que para ello tienen que dar ejemplo de pacifismo y sacrificio en sus acciones y que vean en la actitud de nuestros gobernantes que luchan de verdad contra la corrupción y especialmente contra las prebendas.

Fernando el Africano
Katharina Von Strauger
Max Weber

EL POLÍTICO Y EL CIENTÍFICO

LA POLÍTICA COMO VOCACIÓN

verano de 1919



I

Esta conferencia que, de acuerdo con sus deseos, voy a pronunciar hoy, les va a defraudar por varios motivos. Tratándose de una exposición sobre la política como vocación, es seguro que aunque sea de una manera involuntaria, esperarán ustedes una toma de posición frente a los problemas del momento presente. Sin embargo, esto es algo que haré sólo al final y de una manera puramente formal, en conexión con determinadas cuestiones relacionadas con la importancia de la actividad política dentro del marco general de la conducta humana. En la conferencia de hoy no se van a tratar las cuestiones relativas a la política que debemos hacer, es decir, al contenido que debemos dar a nuestro quehacer político. Estas cuestiones nada tienen que ver con el problema general, de qué es y qué significa la política como vocación. Una vez aclarado esto, pasemos pues, a nuestro tema.



¿Qué entendemos por política? El concepto es muy amplio y abarca cualquier tipo de actividad directiva autónoma. Se habla de la política de divisas de los Bancos, de la política de descuento del Reichsbank, de la política por la que se rige un sindicato durante una huelga, y se puede hablar del mismo modo de la política escolar de un país o de una ciudad, de la política que la presidencia de una asociación lleva en la dirección de ésta, e incluso de la política de una esposa astuta que trata de manipular sutilmente a su marido. Naturalmente, no es este concepto tan amplio el que puede servir de base a nuestras consideraciones en la tarde de hoy. Por política entenderemos solamente la dirección o la influencia sobre la trayectoria de una entidad política, aplicable en nuestro tiempo al Estado.

¿Pero, qué es, desde el punto de vista sociológico, una entidad política? Tampoco es éste un concepto que pueda ser sociológicamente definido partiendo del contenido de su actividad. Apenas existe una tarea que aquí o allí no haya sido acometida por una entidad política y, por otra parte, tampoco hay ninguna tarea de la que pueda decirse que haya sido siempre competencia exclusiva de esas entidades o asociaciones políticas que hoy llamamos Estados, o de las que históricamente fueron precursoras del Estado moderno. Dicho Estado sólo se puede definir sociológicamente por referencia a un medio específico que él, como toda asociación política, posee: la violencia física. “Todo Estado está fundado en la violencia”, dijo Trotsky en Brest-Litowsk. Objetivamente esto es cierto. Si solamente existieran configuraciones sociales que ignorasen el medio de la violencia, habría desaparecido el concepto de Estado y se habría instaurado lo que, en este sentido específico, llamaríamos “anarquía”. La violencia no es, naturalmente, ni el medio normal ni el único medio de que el Estado se vale, pero sí es su medio específico. Hoy, precisamente, la relación del Estado con la violencia es especialmente íntima. En el pasado las más diversas asociaciones, comenzando por la asociación familiar (Sippe), han utilizado la violencia como un medio enteramente normal. Hoy, por el contrario, tendremos que decir que Estado es aquella comunidad humana que, dentro de un determinado territorio (el .territorio. es un elemento distintivo), reclama (con éxito) para sí el monopolio de la violencia física legítima. Lo distintivo de nuestro tiempo es que a todas las demás asociaciones e individuos sólo se les concede el derecho a la violencia física en la medida en que el Estado lo permite. El Estado es la única fuente del “derecho” a la violencia. Entonces política significaría pues, para nosotros, la aspiración (Streben) a participar en el poder o a influir en la distribución del poder entre los distintos Estados o, dentro de un mismo Estado, entre los distintos grupos de hombres que lo componen. Esto se corresponde esencialmente con la acepción habitual del término. Cuando se dice que una cuestión es política, o que son políticos un ministro o un funcionario, o bien que una decisión ha sido políticamente condicionada, lo que se quiere siempre decir es que la respuesta a esa cuestión, o la determinación de la esfera de actividad de aquel funcionario, o las condiciones de esta decisión, dependen directamente de los intereses existentes sobre la distribución, la conservación o la transferencia del poder. Quien hace política aspira al poder; al poder como medio para la consecución de otros fines (idealistas o egoístas) o al poder “por el poder”, para gozar del sentimiento de prestigio que él confiere.


El Estado, como todas las asociaciones o entidades políticas que históricamente lo han precedido, es una relación de dominación de hombres sobre hombres, que se sostiene por medio de la violencia legítima (es decir, de la que es considerada como tal). Para subsistir necesita, por tanto, que los dominados acaten la autoridad que pretenden tener quienes en ese momento dominan. ¿Cuándo y por qué hacen esto? ¿Sobre qué motivos internos de justificación y sobre qué nexos externos se apoya esta dominación?


En principio (para comenzar) existen tres tipos de justificaciones internas, para fundamentar la legitimidad de una dominación. En primer lugar, la legitimidad del eterno ayer, de la costumbre consagrada por su inmemorial validez y por la consuetudinaria orientación de los hombres hacia su respeto. Es la legitimidad “tradicional”, como la que ejercían los patriarcas y los príncipes patrimoniales antiguos. En segundo término, la autoridad de la gracia (Carisma) personal y extraordinaria, la entrega puramente personal y la confianza, igualmente personal, en la capacidad para las revelaciones, el heroísmo u otras cualidades de caudillo que un individuo posee. Es esta autoridad “carismática“la que detentaron los Profetas o, en el terreno político, los jefes guerreros elegidos, los gobernantes plebiscitarios, los grandes demagogos o los jefes de los partidos políticos. Tenemos, por último, una legitimidad basada en la “legalidad”, en la creencia en la validez de preceptos legales y en la competencia objetiva fundada sobre normas racionalmente creadas, es decir, en la orientación hacia la obediencia a las obligaciones legalmente establecidas; una dominación como la que ejercen el moderno servidor público y todos aquellos titulares del poder que se asemejan a él. Es evidente que, en la realidad, la obediencia de los súbditos está condicionada por muy poderosos motivos de temor y de esperanza (temor a la venganza del poderoso o de los poderes mágicos, esperanza de una recompensa terrena o ultraterrena) y, junto con ellos, también por los más diversos intereses. De esto hablaremos inmediatamente. Pero cuando se cuestionan los motivos de legitimidad de la obediencia nos encontramos siempre con uno de estos tres tipos puros. Estas ideas de la legitimidad y su fundamentación interna son de suma importancia para la estructura de la dominación. Los tipos puros se encuentran, por supuesto, muy raramente en la realidad, pero hoy no podemos ocuparnos aquí de las intrincadas modificaciones, interferencias y combinaciones de estos tipos puros. Esto es cosa que corresponde a la problemática de la teoría general del Estado. Lo que hoy nos interesa sobre todo aquí es el segundo de estos tipos: la dominación producida por la entrega de los sometidos al carisma puramente personal del caudillo. En su expresión más alta arraiga la idea de vocación. La entrega al carisma del profeta, del caudillo en la guerra, del gran demagogo en la Ecclesia o el Parlamento, significa, en efecto, que esta figura es vista como la de alguien que está internamente llamado a ser conductor de hombres, los cuales no le prestan obediencia porque lo mande la costumbre o una norma legal, sino porque creen en él, y él mismo, si no es un mezquino advenedizo efímero y presuntuoso, vive para su obra. Pero es a su persona y a sus cualidades a las que se entrega el discipulado, el séquito, el partido. El caudillaje ha surgido en todos los lugares y épocas bajo uno de estos dos aspectos, los más importantes en el pasado: el de mago o profeta, de una parte, y el de príncipe guerrero, jefe de banda o condottiero, de la otra. Sin embargo, lo propio de Occidente es, y esto es lo que aquí más nos interesa, el caudillaje político. Surge primero en la figura del demagogo libre, aparecida en el Estado-Ciudad, que es también creación propia de Occidente y, sobre todo, de la cultura mediterránea, y más tarde en la del Jefe de partido en un régimen parlamentario, dentro del marco del Estado constitucional, que es igualmente un producto específico del suelo occidental.


Claro está, sin embargo, que estos políticos por “vocación” no son nunca las únicas figuras determinantes en la empresa política, de la lucha por el poder. Lo decisivo en esta empresa es, más bien, el género de medios auxiliares que los políticos tienen a su disposición. ¿Cómo comienzan a afirmar su dominación los poderes políticamente dominantes? Esta cuestión se aplica a cualquier forma de dominación y, por tanto, también a la dominación política en todas sus formas, tradicional, legal o carismática.


Toda empresa de dominación que requiera una administración continuada necesita, por una parte, la orientación de la actividad humana hacia la obediencia a aquellos señores que se pretenden portadores del poder elegido y, por la otra, el poder de disposición, gracias a dicha obediencia, sobre aquellos bienes que, en su caso, sean necesarios para el empleo del poder físico: el equipo de personal administrativo y los medios materiales de la administración.


Naturalmente, el cuadro administrativo que representa hacia el exterior a la empresa de dominación política, como a cualquier otra empresa, no está vinculado con el detentador del poder por esas ideas de legitimidad de las que antes hablábamos, sino por dos medios que afectan directamente al interés personal: la retribución material y el honor social. El feudo de los vasallos, las prebendas de los funcionarios patrimoniales y el sueldo de los actuales servidores del Estado, por una parte, por la otra el honor del caballero, los privilegios estamentales y el honor del funcionario, constituyen el premio del cuadro administrativo y el fundamento último y decisivo de su solidaridad con el titular del poder. También para el caudillaje carismático tiene validez esta afirmación; el séquito del guerrero recibe el honor y el botín, el del demagogo los spoils, la explotación de los dominados mediante el monopolio de los cargos, los beneficios políticamente condicionados y las satisfacciones de la vanidad.


Para mantener cualquier dominación por la fuerza se requieren ciertos bienes materiales externos, lo mismo que sucede con una empresa económica. Todas las organizaciones estatales pueden ser clasificadas en dos grandes categorías según el principio al que obedezcan. En una, el equipo humano (funcionarios o lo que fueren) con cuya obediencia ha de contar el titular del poder, posee en propiedad los medios de administración, ya sea que estos consistan en dinero, edificios, material bélico, parque de transporte, caballos o cualquier otra cosa; en otra, el cuadro administrativo está separado de los medios de administración, en el mismo sentido en que hoy en día el proletario o el empleado “están” separados de los medios materiales de producción dentro de la empresa capitalista. En estas últimas el titular del poder tiene los bienes requeridos para la administración como una empresa propia, organizada por él, de cuya administración encarga a servidores personales, empleados, favoritos u hombres de confianza, que no son propietarios, que no poseen por derecho propio los medios materiales de la empresa; en las primeras sucede justamente lo contrario. Esta diferencia se mantiene a través de todas las organizaciones administrativas del pasado.



A la asociación política en la que los medios de administración son, en todo o en parte, propiedad del cuadro administrativo dependiente, la llamaremos asociación “estamentalmente” estructurada. En la asociación feudal, por ejemplo, el vasallo paga de su propio bolsillo los gastos de administración y de justicia dentro de su propio feudo, y se equipa y aprovisiona para la guerra; sus subvasallos, a su vez, hacen lo mismo. Esta situación originaba consecuencias evidentes para el poder del señor, que descansaba solamente en el vínculo de la lealtad personal y en el hecho de que la posesión sobre el feudo y el honor social del vasallo derivaban su “legitimidad” del señor.


En todas partes, incluso en las configuraciones políticas más antiguas, encontramos también la organización de los medios materiales de la administración como empresa propia del señor. Este trata de mantenerlos en sus propias manos, administrándolos mediante gentes dependientes de él, esclavos, criados, servidores, “favoritos” personales o prebendados, retribuidos en especie o en dinero con sus propias reservas. Intenta, igualmente, atender a los gastos de su propio bolsillo, con los productos de su patrimonio, y crear un ejército que dependa exclusivamente de su persona porque se aprovisiona y se equipa en sus graneros, sus almacenes y sus arsenales. En tanto que en la asociación “estamental” el señor gobierna con el concurso de una “aristocracia” independiente, con la que se ve obligado a compartir el poder, en este otro tipo de asociación se apoya en domésticos o plebeyos, en grupos sociales desposeídos de bienes y desprovistos de un honor social propio, enteramente ligados a él en lo material y que no disponen de base alguna para crear un poder concurrente. Todas las formas de dominación patriarcal y patrimonial, el despotismo de los sultanes y el Estado burocrático pertenecen a este tipo, especialmente el Estado burocrático, cuya forma más racional es, precisamente, el Estado moderno.



En todas partes el desarrollo del Estado moderno comienza cuando el príncipe inicia la expropiación de los titulares “privados” de poder administrativo que junto a él existen: los propietarios en nombre propio de medios de administración y de guerra, de recursos financieros y de bienes de cualquier género políticamente utilizables. Este proceso ofrece una analogía total con el desarrollo de la empresa capitalista mediante la paulatina expropiación de todos los productores independientes. Al término del proceso vemos cómo en el Estado moderno el poder de disposición sobre todos los medios de la empresa política se amontona en la cúspide, y no hay ya ni un solo funcionario que sea propietario del dinero que gasta o de los edificios, recursos, instrumentos o máquinas de guerra que utiliza. En el Estado moderno se realiza, pues, al máximo (y esto es esencial a su concepto mismo) la “separación” entre el cuadro administrativo (empleados u obreros administrativos) y los medios materiales de la “administración”. De este punto arranca la más reciente evolución que, ante nuestros ojos, intenta expropiar a este expropiador de los medios políticos y, por lo tanto, también del poder político.



Esto es lo que ha hecho la revolución, y al menos en la medida en que el puesto de las autoridades establecidas ha sido ocupado por dirigentes que, por usurpación o por elección, se han apoderado del poder de disposición sobre el cuadro administrativo y los medios materiales de la administración y, con derecho o sin él, derivan su legitimidad de la voluntad de los dominados. Una cuestión distinta es la de sí sobre la base de su éxito, al menos aparente, esta revolución permite abrigar la esperanza de realizar también la expropiación dentro de la empresa capitalista, cuya dirección, pese a las grandes analogías existentes, se rige en último término por leyes muy distintas a las de la administración política. Sobre esta cuestión no vamos a pronunciarnos hoy. Para nuestro estudio retengo sólo lo puramente conceptual: que el Estado moderno es una asociación de dominación con carácter institucional que ha tratado, con éxito, de monopolizar dentro de un territorio la violencia física legítima como medio de dominación y que para lograr esta finalidad ha reunido todos los medios materiales en manos de su dirigente y ha expropiado a todos los funcionarios que antes disponían de ellos por derecho propio, sustituyéndolos con sus propias jerarquías supremas.


Ahora bien, en el curso de este proceso político de expropiación que, con éxito variable, se desarrolló en todos los piases del mundo, han aparecido, inicialmente como servidores del príncipe, las primeras categorías de “políticos” profesionales en un segundo sentido, de gentes que no querían gobernar por sí mismos, como los caudillos carismáticos, sino que actuaban al servicio de jefes políticos. En las luchas del príncipe contra los estamentos se colocaron del lado de aquél e hicieron del servicio a esta política un medio de ganarse la vida de una parte, y un ideal de vida, de la otra. De nuevo, es sólo en Occidente donde encontramos este tipo de políticos profesionales.


Aunque sirvieron también a otros poderes, y no sólo a los príncipes, fueron en el pasado el instrumento más importante del que éstos dispusieron para asentar su poder y llevar a cabo el proceso de expropiación a que antes aludíamos.

Antes de seguir adelante, aclararemos lo que la existencia de estos “políticos profesionales” representa desde todos los puntos de vista. Se puede hacer “política” (es decir, tratar de influir sobre la distribución del poder entre las distintas configuraciones políticas y dentro de cada una de ellas) como político “ocasional”, como profesión secundaria o como profesión principal, exactamente lo mismo que sucede en la actividad económica. Políticos “ocasionales” lo somos todos nosotros cuando depositamos nuestro voto, aplaudimos o protestamos en una reunión “política” hacemos un discurso “político” o realizamos cualquier otra manifestación de voluntad de género análogo, y para muchos hombres la relación con la política se reduce a esto. Políticos profesionales son hoy, por ejemplo, todos esos delegados y directivos de asociaciones políticas que, por lo general, sólo desempeñan estas actividades en caso de necesidad, sin vivir de ellas y para ellas, ni en lo material, ni en lo espiritual.



En la misma situación se encuentran también los miembros de los Consejos de Estado y otros cuerpos consultivos que sólo funcionan cuando son requeridos para ello. Pero no sólo éstos, también son semiprofesionales ciertos grupos bastante numerosos de parlamentarios que solamente hacen política mientras está reunido el Parlamento. En el pasado encontramos grupos de este tipo en los estamentos. Por “estamentos” entenderemos el conjunto de poseedores por derecho propio de medios materiales para la guerra o para la administración, o de poderes señoriales a título personal. Una gran parte de estas personas estaba muy lejos de poner su vida al servicio de la política, ni por entero, ni principalmente, ni de cualquier forma que no fuese puramente circunstancial. Aprovechaban más bien su poder señorial para percibir rentas o beneficios, y sólo desarrollaban una actividad política, una actividad al servicio de la asociación política, cuando se lo exigían expresamente el señor o sus iguales.




Tampoco es otra la situación de una parte de esas fuerzas auxiliares que el príncipe suscitó en su lucha por crear una empresa política propia, de la que sólo él pueda disponer. Así sucedía con los .consejeros áulicos. (Rate von Haus aus) y yendo aún más lejos, con una parte de los consejeros que integraban la “Curia” y otras corporaciones consultivas de los príncipes. Pero a los príncipes no les bastaba, naturalmente, con estos auxiliares ocasionales o semiprofesionales. Tenían que intentar la creación de un equipo dedicado plena y exclusivamente a su servicio, es decir, un grupo de auxiliares profesionales. La procedencia de estos auxiliares, la capa social en donde fueron reclutados, habría de determinar muy esencialmente la estructura de las nacientes formas políticas dinásticas; y no sólo de ellas, sino también de toda la cultura que en ellas se desarrolló. En la misma necesidad se vieron, y con mayor razón, aquellas asociaciones políticas que, habiendo eliminado por entero o limitado muy ampliamente el poder de los príncipes, se constituyeron políticamente en lo que se llaman comunidades “libres”; “libres” no en el sentido de estar libres de toda dominación violenta, sino en el de que en ellas no existía como fuente única de autoridad el poder del príncipe, legitimado por la tradición y, en la mayor parte de los casos, consagrado por la religión. Estas comunidades sólo nacen también en Occidente y su germen es la ciudad como asociación política, la cual aparece por vez primera en el ambiente cultural mediterráneo. ¿Cómo se presentan en todos estos casos los políticos “profesionales”?


Hay dos formas de hacer de la política una profesión. O se vive” para” la política o se vive “de” la política. La oposición no es en absoluto excluyente. Por el contrario, generalmente se hacen las dos cosas, al menos idealmente; y, en la mayoría de los casos, también materialmente. Quien vive “para” la política hace “de ello su vida” en un sentido íntimo; o goza simplemente con el ejercicio del poder que posee, o alimenta su equilibrio y su tranquilidad con la conciencia de haberle dado un sentido a su vida, poniéndola al servicio de “algo”. En este sentido profundo todo hombre serio que vive para algo vive también de ese algo. La diferencia entre el vivir para y “el vivir de” se sitúa entonces en un nivel mucho más grosero, en el nivel económico. Vive “de” la política como profesión quien trata de hacer de ella una fuente duradera de ingresos; vive “para” la política quien no se halla en este caso. Para que alguien pueda vivir “para” la política en este sentido económico, y siempre que se trate de un régimen basado en la propiedad privada, tienen que darse ciertos supuestos, muy triviales, si ustedes quieren en condiciones normales, quien así viva ha de ser económicamente independiente de los ingresos que la política pueda proporcionarle.


Dicho de la manera más simple: tiene que tener un patrimonio o una situación privada que le proporcione entradas suficientes. Esto es al menos lo que sucede en circunstancias normales. Ni el séquito de los príncipes guerreros ni el de los héroes revolucionarios se preocupan para nada de las condiciones de una economía normal. Unos y otros viven del botín, el robo, las confiscaciones, las contribuciones, o imponiendo el uso forzoso de medios de pago carentes de valor, procedimientos todos esencialmente idénticos. Sin embargo, estos son, necesariamente, fenómenos excepcionales; en la economía cotidiana sólo el patrimonio propio posibilita la independencia. Pero con esto aún no basta. Quien vive para la política tiene que ser además económicamente “libre”, es decir, que sus ingresos no han de depender del hecho de que él consagre a obtenerlos todo o una parte importante de su trabajo personal y de sus pensamientos. Plenamente libre en este sentido es solamente el rentista, o sea, quien percibe una renta sin trabajar, ya que esa renta tenga su origen en la tierra, como es el caso de los señores del pasado o los terratenientes y los nobles en la actualidad (en la antigüedad y en la edad media había también rentas procedentes de los esclavos y los siervos), o porque proceda de valores bursátiles u otras fuentes modernas. Ni el obrero ni el empresario (y esto hay que tenerlo muy en cuenta), especialmente el gran empresario moderno, son libres en este sentido. Pues también el empresario, y precisamente él, está ligado a su negocio y no es libre, y mucho menos el empresario industrial que el agrícola, dado el carácter estacional de la agricultura. Para él es muy difícil en la mayor parte de los casos hacerse representar por otro, aunque sea transitoriamente. Tampoco es libre, por ejemplo, el médico, y tanto menos cuanto más notable sea y más ocupado esté. Por motivos puramente técnicos se libera, en cambio, con mucha mayor facilidad el abogado, que por eso ha jugado como político profesional un papel mucho más importante que el médico y, con frecuencia, un papel resueltamente dominante. Pero no vamos a continuar con esta casuística. Lo que nos importa es poner en evidencia algunas consecuencias de esta situación.


La dirección de un Estado o de un Partido por gentes que, en el sentido económico, viven para la política y no de la política, significa necesariamente un reclutamiento plutocrático de las capas políticamente dirigentes. Esta afirmación no implica, naturalmente, su inversa. El que tal dirección plutocrática exista no significa que el grupo políticamente dominante no trate también de vivir “de” la política y no acostumbre a utilizar también su dominación política para sus intereses económicos privados. Evidentemente, no se trata de esto. No ha existido jamás ningún grupo que de una u otra forma, no lo haya hecho. Nuestra afirmación significa simplemente que los políticos profesionales de esta clase no están obligados a buscar una remuneración por su trabajo político, cosa que, en cambio, deben hacer quienes carecen de medios. De otra parte, tampoco se quiere decir que los políticos carentes de fortuna se propongan solamente, y ni siquiera principalmente, atender a sus propias necesidades por medio de la política y no piensen antes que nada en la causa. Nada sería más injusto. La experiencia enseña que para el hombre adinerado la preocupación por la “seguridad” de su existencia es, consciente o inconscientemente, un punto cardinal de toda su orientación vital. Como puede verse sobre todo en épocas extraordinarias, es decir, revolucionarias, el idealismo político totalmente desinteresado y exento de miras materiales es propio principalmente, si no exclusivamente, de aquellos sectores que, a consecuencia de su falta de bienes, no tienen interés alguno en el mantenimiento del orden económico de una determinada sociedad. Queremos decir únicamente que el reclutamiento no plutocrático del personal político, tanto de los jefes como de los seguidores, se apoya sobre el supuesto evidente de que la empresa política proporcionará a este personal ingresos regulares y seguros. La política puede ser honoraria, y entonces estar regida por personas que llamaríamos independientes, es decir, ricas, y sobre todo por rentistas; pero si la dirección política es accesible a personas carentes de patrimonio, éstas han de ser remuneradas. El político profesional que vive de la política puede ser un puro prebendado o un funcionario a sueldo. O recibir ingresos provenientes de tasas y derechos por servicios determinados (las propinas y cohechos no son más que una variante irregular y formalmente ilegal de este tipo de ingresos), o percibir un emolumento fijo en especie o en dinero, o en ambas cosas a la vez. Puede asumir el carácter de un “empresario”, como sucedía con el condottiero o el arrendatario o comprador de un cargo en el pasado y sucede hoy con el boss americano, que considera sus gastos como una inversión de capital a la que hará producir beneficios utilizando sus influencias. Ó puede también recibir un sueldo fijo, como es el caso del redactor de un periódico político, o de un secretario de partido o de un ministro o funcionario político moderno. En el pasado, las remuneraciones típicas con que los príncipes, conquistadores o jefes de partidos triunfantes premiaron a sus seguidores fueron los feudos, las donaciones de tierras, las prebendas de todo género y, más tarde, con el desarrollo de la economía monetaria, las gratificaciones especiales. Lo que los jefes de partido dan hoy como pago de servicios leales son cargos de todo género en partidos, periódicos, hermandades, cajas del Seguro Social, y organismos municipales o estatales. Toda lucha entre partidos persigue no sólo un fin objetivo, sino también y ante todo, el control sobre la distribución de los cargos. Todos los choques entre tendencias centralistas y particularistas en Alemania giran en torno al problema de quién ha de tener en sus manos la distribución de los cargos, los poderes de Berlín o los de Munich, Karlsruhe o Dresden. Los partidos políticos sienten más una reducción de su participación en los cargos que una acción dirigida contra sus propios fines objetivos. En Francia, un cambio político de prefectos es considerado siempre como una revolución mucho mayor y arma mucho más ruido que una modificación del programa gubernamental, que tiene un significado casi exclusivamente fraseológico. Ciertos partidos, como, por ejemplo, los americanos, se han convertido, desde que desaparecieron las viejas controversias sobre la interpretación de la Constitución, en partidos cazadores de cargos, que cambian su programa objetivo de acuerdo con las posibilidades de captar votos. Hasta hace pocos años, en España se alternaban los dos grandes partidos, mediante elecciones fabricadas por el poder y siguiendo un turno fijo convencionalmente establecido para proveer con cargos a sus respectivos seguidores. En las antiguas colonias españolas, tanto con las “elecciones” como con las llamadas “revoluciones”, de lo que se trata siempre es de los pesebres estatales, en los que los vencedores desean saciarse. En Suiza los partidos se reparten pacíficamente los cargos en proporción de sus respectivos votos, y algunos de nuestros proyectos constitucionales revolucionarios, por ejemplo, el primero que se confeccionó para Baden, quisieron extender este sistema a los cargos ministeriales, tratando el Estado y los cargos estatales como si fueran simplemente instituciones para la distribución de prebendas. Sobre todo el partido del Centro (Zentrumspartei) se entusiasmó tanto con el sistema que, en Baden, convirtió en principio programático la distribución proporcional de los cargos entre las distintas confesiones, es decir, sin tomar en consideración ni siquiera el éxito de cada partido. Con el incremento en el número de cargos a consecuencia de la burocratización general y la creciente apetencia de ellos como un modo específico de asegurarse el porvenir, esta tendencia aumenta en todos los partidos que, cada vez más, son vistos por sus seguidores como un medio para lograr un cargo.



A esta tendencia se opone, sin embargo, la evolución del funcionariado moderno, que se va convirtiendo en un conjunto de trabajadores intelectuales altamente especializados mediante una larga preparación y con un honor estamental muy desarrollado, cuyo valor supremo es la integridad. Sin este funcionariado se caería sobre nosotros el riesgo de una terrible corrupción y una incompetencia generalizada, e incluso se verían amenazadas las realizaciones técnicas del aparato estatal, cuya importancia para la economía aumenta continuamente y aumentará aún más, gracias a la creciente socialización. La administración de aficionados basada en el spoils system que, en los Estados Unidos, permitía cambiar cientos de miles de funcionarios, incluidos los repartidores de Correos, según el resultado de la elección presidencial, y no conocía el funcionariado profesional vitalicio, está ya, desde hace mucho tiempo, muy disminuida por la Civil Service Reform. Necesidades puramente técnicas e ineludibles de la administración impulsan esta evolución. A lo largo de un desarrollo que dura ya quinientos años, el funcionario especializado según la división del trabajo ha ido creciendo paulatinamente en Europa. La evolución se inicia en las ciudades y señorías italianas y, entre las monarquías, en los Estados creados por los conquistadores normandos. El paso decisivo se dio en la administración financiera de los príncipes. En las reformas administrativas del emperador Max podemos ver qué difícil les resultaba a los funcionarios, incluso en momentos de apuro exterior y dominación turca, desposeer al príncipe de sus poderes en este terreno de las finanzas, que es el que peor soporta el diletantismo de un gobernante que, además, en esa época era sobre todo un caballero. El desarrollo de la técnica bélica hizo necesario el oficial profesional, y el refinamiento del procedimiento jurídico hizo necesario el jurista competente. En estos tres campos el funcionamiento profesional ganó la batalla dentro de los estados más desarrollados, en el siglo XVI. De este modo se inicia simultáneamente el predominio del absolutismo del príncipe sobre los estamentos y la paulatina abdicación que aquél hace de su autocracia en favor de los funcionarios profesionales, cuyo auxilio le era indispensable para vencer al poder estamental.


Al mismo tiempo, con el ascenso del funcionariado profesional se opera también, aunque de modo mucho más difícilmente perceptible, la evolución de los “políticos dirigentes”. Claro está que desde siempre y en todo el mundo habían existido esos consejeros objetivamente cualificados de los príncipes. La necesidad de descargar en lo posible al sultán de la responsabilidad personal de la totalidad de la gestión gubernamental, había originado en Oriente la típica figura del Gran Visir. En Occidente, en la época de Carlos V, que es también la época de Maquiavelo, y por influjo sobre todo de los informe de los embajadores venecianos, apasionadamente leídos en los círculos diplomáticos, la diplomacia fue la primera en convertirse en un arte conscientemente cultivado. Sus adeptos, en su mayoría humanistas, se trataban entre sí como profesionales iniciados, del mismo modo que sucedía entre los estadistas humanistas chinos en el último período de la división del Imperio en Estados. La necesidad de confiar la dirección formalmente unificada de toda la política, incluida la interna, a un solo estadista dirigente, sólo apareció, sin embargo, de manera definitiva e imperiosa, con la evolución constitucional. Hasta entonces habían existido siempre, naturalmente, personalidades aisladas que actuaban como consejeros o, más exactamente, que actuaban de hecho como guía de los príncipes, pero incluso en los Estados más adelantados, la organización de los poderes había seguido inicialmente otros caminos, habían aparecido autoridades administrativas supremas de tipo colegiado. En teoría y, de modo paulatinamente decreciente, también en la práctica, estas magistraturas colegiadas sesionaban bajo la presencia personal del príncipe, quien tomaba la decisión. Con este sistema colegiado, que conducía necesariamente a dictámenes, contradictámenes y votos motivados de la mayoría y la minoría y, más tarde, con la creación de un consejo integrado por hombres de su confianza (el “Gabinete”), que actuaba paralelamente a las autoridades oficiales y canalizaba sus decisiones sobre las propuestas del Consejo de Estado (o como en cada caso se llamase la suprema magistratura del Estado), el príncipe trató de escapar, cada vez más en situación de diletante, a la creciente e inevitable presión de los funcionarios profesionales, manteniendo en sus propias manos la dirección suprema. En todas partes se produjo esta lucha latente entre la autocracia y el funcionariado profesional. Sólo al enfrentarse con el Parlamento y las aspiraciones de los jefes de partido en el poder se modificó la situación. Sin embargo condiciones muy distintas condujeron, a un resultado exteriormente idéntico, aunque, por supuesto, con ciertas diferencias. Así en donde, como sucedió en Alemania, la dinastía conservó en sus manos un poder real, los intereses del Príncipe quedaron solidariamente vinculados con los del funcionariado, frente al Parlamento y sus deseos de poder. Los funcionarios estaban interesados en que incluso los puestos directivos, es decir, los ministerios, se cubrieran con hombres procedentes de sus filas, fueran cargos a cubrir por el ascenso de los propios funcionarios. El monarca por su parte, estaba también interesado en poder nombrar los ministros a su gusto y de entre los funcionarios que le tenían devoción. Al mismo tiempo, ambas partes tenían interés en que, frente al Parlamento, la dirección política apareciese unificada y cerrada; o lo que es lo mismo, tenían interés en sustituir el sistema colegiado por un único jefe de Gabinete. Para mantenerse formalmente a salvo de las luchas entre los partidos y de los ataques partidistas, el monarca necesitaba además una persona que asumiera la responsabilidad, cubriéndole a él, es decir, una persona que tomase la palabra en el Parlamento, se le enfrentara y tratara con los partidos. Todos estos intereses se conjugaron aquí para actuar en la misma dirección y producir un ministro -funcionario individualizado y con funciones de dirigente supremo. Con mayor fuerza aún llevó hacia la unificación del desarrollo del poder parlamentario allí en donde, como ocurrió en Inglaterra, logró el Parlamento imponerse al monarca. Aquí el gabinete, teniendo a su frente al dirigente parlamentario, al «leader», se desarrolló como una comisión del partido mayoritario, poder ignorado por las leyes oficiales, pero que era el único poder políticamente decisivo. Los cuerpos colegiados oficiales no eran, en cuanto tales, órganos del poder realmente dominante de los partidos, y no podían ser, por tanto, titulares del verdadero gobierno. Para afirmar su poder en lo interno y poder llevar a cabo una política de altos vuelos en lo externo, el partido dominante necesitaba, por el contrario, un órgano enérgico, digno de su confianza e integrado solamente por sus verdaderos dirigentes; este órgano era precisamente el Gabinete. Al mismo tiempo, frente al público, y sobre todo frente al público parlamentario, necesitaba un jefe responsable de todas las decisiones: el jefe del Gabinete.


Este sistema inglés de los ministerios parlamentarios fue así trasladado al continente. Sólo en América y en las democracias que recibieron su influencia se constituyó, frente a este sistema, otro distinto en el cual el jefe del partido victorioso es situado, mediante elección popular directa, a la cabeza de un equipo de funcionarios nombrados por él mismo y queda desligado de la aprobación parlamentaria salvo por lo que toca al presupuesto y a la legislación. La transformación de la política en una «empresa», que hizo necesaria una preparación metódica de los individuos para la lucha por el poder y sus métodos como la que llevaron a cabo los partidos modernos, determinó la división de los funcionarios públicos en dos categorías bien distintas aunque no tajantes: funcionarios profesionales, de una parte, y “funcionarios políticos” de 13 otra. A los funcionarios “políticos” en el verdadero sentido de la palabra cabe identificarlos exteriormente por el hecho de que pueden ser trasladados o destituidos a placer, o colocados en situación de “disponibilidad”, como sucede con los prefectos franceses y los funcionarios semejantes de otros países, en diametral oposición con la independencia de los funcionarios judiciales. En Inglaterra son funcionarios políticos todos aquellos que, según una convención firmemente establecida, cesan en sus cargos cuando cambia la mayoría parlamentaria y, por tanto, el Gabinete. Entre los funcionarios políticos suelen contarse especialmente aquellos a quienes está atribuido el cuidado de la “administración interna” en general; parte integrante principal de esta competencia es la tarea “política” de mantener el “orden”, es decir, las relaciones de dominación existentes. Tras el Decreto de Puttkamer, estos funcionarios tenían en Prusia la obligación disciplinaria de representar la política del Gobierno., y eran utilizados como aparato oficial para influir en las elecciones, lo mismo que sucedía con los prefectos franceses. En el sistema alemán, a diferencia de lo que ocurre en los demás países, la mayoría de los funcionarios políticos estaban sujetos a las mismas normas que los demás funcionarios en lo que respecta a la adquisición de sus cargos, para la cual se requería, como norma general, un título académico, pruebas de capacitación y un determinado tiempo de servicio previo. Los ricos que, entre nosotros, carecen de esta característica distintiva del moderno funcionariado profesional son los jefes del aparato político, los ministros.



Bajo el antiguo régimen se podía ser ministro de Educación de Prusia sin haber estado jamás un centro de enseñanza superior, mientras que, en principio, para ser consejero (Vortragender Rat) era requisito ineludible el haber aprobado las pruebas prescritas. Es evidente que, por ejemplo, cuando Althoff era ministro de Instrucción de Prusia, los funcionarios profesionales especializados, como el consejero o el jefe de sección, estaban infinitamente mejor informados que su jefe sobre los verdaderos problemas técnicos del ramo. Lo mismo sucedía en Inglaterra. En consecuencia eran estos funcionarios los que tenían un poder real frente a las necesidades cotidianas, cosa que no es en sí misma ninguna insensatez. El ministro era simplemente el representante de la constelación de poderes políticos existente, y su función era la de defender las medidas políticas que estos poderes determinasen, resolver conforme a ellas las propuestas de los especialistas que le estaban subordinados, e impartir a éstos las
correspondientes directrices de orden político.


Exactamente lo mismo ocurre en una empresa económica privada. El verdadero “soberano”, la asamblea de accionistas, está tan privada de influencia sobre la dirección de la empresa como un pueblo regido por funcionarios profesionales. A su vez, las personas que determinan la política de la empresa, los integrantes del “Consejo de Administración”, dominado por los Bancos, se limitan a dar las directrices económicas y a designar a las personas que han de administrarla, sin ser capaces, sin embargo, de dirigirla técnicamente por sí mismos. Hasta ahora tampoco ha innovado nada fundamental a este respecto la estructura actual del Estado revolucionario, que ha entregado el poder sobre la administración a unos diletantes puros que disponían de las ametralladoras y querían utilizar a los funcionarios profesionales sólo como mente y brazo ejecutor. Las dificultades de este nuevo tipo de Estado son otras y no hemos de ocuparnos aquí de ellas. La cuestión que ahora nos interesa es la de cuál sea la fila típica del político profesional, tanto la del “Caudillo” como la de sus seguidores. Esta figura ha cambiado con el tiempo y se nos presenta hoy además bajo muy distintos aspectos.


En el pasado, como antes veíamos, han surgido “políticos profesionales” al servicio del príncipe en su lucha frente a los estamentos. Veamos brevemente cuáles fueron los tipos principales de esta especie. Frente a los estamentos, el príncipe se apoyó sobre capas sociales disponibles de carácter no estamental. A estas capas pertenecían en primer lugar los clérigos, y eso tanto en las Indias Occidentales y Orientales como en la Mongolia de los lamas, las tierras budistas de China y el Japón y los reinos cristianos de la Edad Media. La razón de la importancia que como consejeros del príncipe alcanzaron los brahmanes, los sacerdotes budistas, los lamas y los obispos y sacerdotes cristianos, radica en el hecho de que podía estructurarse con ellos un cuadro administrativo capaz de leer y escribir, susceptible de ser empleado en la lucha del emperador, o del príncipe o del khan, contra la aristocracia. A diferencia de lo que sucedía con el feudatario, el clérigo, y sobre todo el clérigo célibe, está apartado del juego de los intereses políticos y económicos normales y no siente la tentación de crear para sus descendientes un poder político propio frente al del señor. Sus propias cualidades estamentales lo “separan” de los medios materiales de la administración del príncipe.



Una segunda capa del mismo género era la de los literatos con formación humanística. Hubo un tiempo en que se aprendía a componer discursos latinos y versos griegos para llegar a ser consejero político y, sobre todo, historiógrafo político de un príncipe. Este fue el tiempo en que florecieron las primeras escuelas de humanistas y los príncipes fundaron las primeras cátedras de Poética. Entre nosotros esta época pasó muy rápidamente, y aunque modeló de forma duradera nuestro sistema de enseñanza, no ha tenido consecuencias políticas profundas- Muy distinto fue lo que sucedió en el Extremo Oriente. El mandarín chino es (o mejor, fue originariamente) lo que fue el humanista de nuestro Renacimiento: un literato humanísticamente formado como conocedor de los monumentos literarios del pasado remoto. Leyendo el diario de Li Hung Chang nos encontramos con que lo que más le enorgullecía era el escribir poemas y ser buen calígrafo. Este grupo social, con sus convencionalismos construidos sobre el modelo de la China antigua, ha determinado todo el destino de ese país, y tal hubiera sido también quizás nuestro destino si los humanistas hubieran tenido en su época la más mínima posibilidad de lograr el mismo éxito que aquellos alcanzaron.


La tercera capa fue la nobleza cortesana. Una vez que consiguieron desposeer a la nobleza de su poder político estamental, los príncipes la atrajeron a la Corte y la emplearon en el servicio político y diplomático. El cambio de orientación de nuestro sistema de enseñanza en el siglo XVII estuvo determinado por el hecho de que, en lugar de los literarios humanistas, entraron al servicio del príncipe políticos profesionales procedentes de la nobleza cortesana.


La cuarta categoría está constituida por una figura específicamente inglesa: un patriciado que agrupa tanto a la pequeña nobleza como a los rentistas de las ciudades y que es conocido técnicamente por el nombre de “gentry”. Originariamente el príncipe se atrajo a este grupo social para oponerlo a los barones, y entregó a sus miembros los cargos del “self-government”, para hacerse cada vez más dependiente de ellos con posterioridad. La “gentry” retuvo todos los cargos de la administración local, desempeñándolos gratuitamente en interés de su propio poder social. Así ha preservado a Inglaterra de la burocratización que ha sido el destino de todos los Estados continentales.


Una quinta capa, propia sobre todo del continente europeo y de decisiva importancia para su estructura política, fue la de los juristas universitarios. En nada se manifiesta con mayor claridad la poderosa influencia del Derecho Romano, tal como lo configuró el burocratizado Imperio tardío, como en el hecho de que sean los juristas universitarios los que llevan a cabo la transformación de la empresa política para convertirla en Estado racionalizado. También en Inglaterra ocurrió así, aunque allí las grandes corporaciones nacionales de juristas obstaculizaron la recepción del Derecho Romano. En ningún otro lugar del planeta se ha dado un fenómeno análogo. Ni los elementos de un pensamiento jurídico racional en la Escuela Mimamsa de la India, ni el culto al pensamiento jurídico antiguo en el Islam, pudieron impedir la sofocación del pensamiento jurídico racional por el pensamiento teológico. Sobre todo no lograron racionalizar por entero el procedimiento. Esto sólo se ha conseguido merced a la recepción por los juristas italianos de la antigua jurisprudencia romana, producto de una forma política totalmente única que nace como Ciudad-Estado para convertirse en Imperio mundial. Junto con esta recepción han coadyuvado también a ese fin, por supuesto, el Usus modemus de los canonistas y pandectistas de la Baja Edad Media y teorías jusnaturalistas, nacidas del pensamiento cristiano y secularizadas después. Los grandes representantes de este racionalismo jurídico han sido el podestá italiano, los juristas del rey, en Francia, que crearon los medios formales de que el poder real se valió para acabar con la dominación de los señores, los canonistas y teólogos jusnaturalistas del Conciliarismo, los juristas cortesanos y los ilustrados jueces de los príncipes continentales, los monarcómacos y los teóricos del Derecho natural en Holanda, los juristas de la Corona y del Parlamento en Inglaterra, la noblesse de robe de los Parlamentos franceses y, por último, los abogados de la época de la Revolución. Sin este racionalismo no son imaginables ni el Estado absoluto ni la Revolución. Tanto las representaciones de los Parlamentos franceses, como los Cahiers de los Estados Generales de Francia, desde el siglo XVII hasta 1789, están repletos del espíritu de los juristas. Al examinar la profesión de los miembros de la Convención francesa, elegidos todos ellos de acuerdo a las mismas normas, nos encontramos con un solo proletario, muy escasos empresarios burgueses y una gran masa de juristas de todas clases, sin los cuales sería impensable el espíritu específico que animó a estos intelectuales radicales y a sus proyectos. A partir de entonces la figura del abogado moderno va estrechamente unida con la moderna democracia.



Y de nuevo nos encontramos con que abogados en este sentido, como un estamento independiente, existen sólo en Occidente y sólo desde la Edad Media cuando, bajo la influencia de la racionalización del procedimiento, empezaron a convertirse en tales los “intercesores” (Fürsprech) del formalista procedimiento germánico.


La importancia de los abogados en la política occidental desde que se constituyeron los partidos no es, en modo alguno, casual. Una empresa política llevada a cabo a través de los partidos quiere decir, justamente, empresa de interesados, y pronto veremos lo que esto significa. La función del abogado es la de dirigir con eficacia un asunto que los interesados le confían, y en esto, como la superioridad de la propaganda enemiga nos ha enseñado, el abogado es superior a cualquier “funcionario”. Puede hacer triunfar un asunto apoyado en argumentos lógicos débiles y en este sentido malo, convirtiéndolo así en asunto técnicamente “bueno”. En cambio más de una vez, hemos tenido que presenciar cómo el funcionario metido a político convierte en “malo” con su gestión técnicamente “mala” un asunto que en ese sentido era «bueno». La política actual se hace, cada vez más, de cara al público y, en consecuencia, utiliza como medio la palabra hablada y escrita. Pesar las palabras es tarea central y peculiarísima del abogado, pero no del funcionario que ni es un demagogo ni, de acuerdo con su naturaleza, debe serlo y que, además, suele ser un pésimo demagogo cuando, pese a todo, intenta serlo. Si ha de ser fiel a su verdadera vocación (y esto es decisivo para juzgar a nuestro anterior régimen), el auténtico funcionario no debe hacer política, sino limitarse a “administrar”, sobre todo imparcialmente. Esta afirmación es también válida, oficialmente al menos, para el funcionario político mientras no esté en juego la “razón de Estado”, es decir, los intereses vitales del orden predominante. El funcionario ha de desempeñar su cargo “sine ira et studio”, sin ira y sin prevención. Lo que le está vedado es, pues, precisamente aquello que siempre y necesariamente tienen que hacer los políticos, tanto los jefes como sus seguidores. Parcialidad, lucha y pasión (ira et studio) constituyen el elemento del político y sobre todo del caudillo político. Toda la actividad de éste, está colocada bajo un principio de responsabilidad distinto y aun opuesto al que orienta la actividad del funcionario. El funcionario se honra con su capacidad de ejecutar precisa y concienzudamente como si respondiera a sus propias convicciones, una orden de la autoridad superior que a él le parece falsa, pero en la cual, pese a sus observaciones, insiste la autoridad, sobre la que el funcionario descarga, naturalmente, toda la responsabilidad. Sin esta negación de sí mismo y esta disciplina ética en el más alto sentido de la palabra, se hundiría toda la máquina de la Administración.


El honor del caudillo político, es decir, del estadista dirigente, está, por el contrario, en asumir personalmente la responsabilidad de todo lo que hace, responsabilidad que no debe ni puede rechazar o arrojar sobre otro. Los funcionarios con un alto sentido crítico, tales como los que desgraciadamente han ocupado entre nosotros una y otra vez cargos directivos, son precisamente malos políticos, irresponsables en sentido político y por tanto, desde este punto de vista, éticamente detestables. Es esto lo que llamamos «gobierno de funcionarios», y no es arrojar mancha alguna sobre el honor de nuestro funcionariado el decir que, considerado desde el punto de vista del éxito conseguido, este sistema es políticamente nulo. Pero volvamos de nuevo a los diferentes tipos de políticos


Katharina Von Strauger
Max Weber

EL POLÍTICO Y EL CIENTÍFICO

LA POLÍTICA COMO VOCACIÓN

verano de 1919


II


Desde la aparición del Estado constitucional y más completamente desde la instauración de la democracia, el “demagogo” es la figura típica del jefe político en Occidente. Las resonancias desagradables de esta palabra no deben hacer olvidar que no fue Cleón, sino Pendes, el primero en llevar este nombre. Sin cargo alguno u ocupando el único cargo electivo existente (en las democracias antiguas todos los demás cargos se cubrían por sorteo), el de estratega supremo, Pericles dirigió la soberana ecclesia del demos ateniense. La demagogia moderna se sirve también del discurso, pero aunque utiliza el discurso en cantidades aterradoras (basta pensar en la cantidad de discursos electorales que ha de pronunciar cualquier candidato moderno), su instrumento permanente es la palabra impresa. El publicista político, y sobre todo el periodista, son los representantes más notables de la figura del demagogo en la actualidad.


Sería totalmente imposible intentar en esta conferencia ni siquiera un esbozo de la sociología del periodismo moderno, tema que constituye, desde cualquier punto de vista que lo consideremos, un capítulo aparte. Nos son necesarias, sin embargo, unas pocas observaciones sobre el asunto. El periodista comparte con todos los demás demagogos, así como también (al menos en el Continente, a diferencia de lo que ocurre en Inglaterra y ocurría antes en Prusia) con el abogado y el artista, el destino de escapar a toda clasificación social precisa. Pertenece a una especie de casta paria que la sociedad juzga siempre de acuerdo con el comportamiento de sus miembros moralmente peores. Así logran curso las más extrañas ideas acerca de los periodistas y de su trabajo. No todo el mundo se da cuenta de que, aunque producida en circunstancias muy distintas, una obra periodística realmente “buena” exige al menos tanto espíritu como cualquier otra obra intelectual, sobre todo si se piensa que hay que realizarla con prisa, por encargo y para que surta efectos inmediatos. Como lo que se recuerda es, naturalmente, la obra periodística irresponsable, a causa de sus funestas consecuencias, pocas gentes saben apreciar que la responsabilidad del periodista es mucho mayor que la del sabio y que, por término medio, el sentido de la responsabilidad del periodista honrado en nada le cede al de cualquier otro intelectual. Nadie quiere creer que, por lo general, la discreción del buen periodista es mucho mayor que la de las demás personas, y sin embargo así es. Las tentaciones incomparablemente más fuertes que rodean esta profesión, junto con todas las demás condiciones en que se desarrolla la actividad del periodismo moderno, originaron consecuencias que han acostumbrado al público a considerar la prensa con una mezcla de desprecio y de lamentable cobardía. No podemos ocuparnos hoy de lo que habrá que hacer al respecto. Lo que aquí nos interesa es la cuestión del destino político de los periodistas, de sus posibilidades de llegar a puestos directivos. Hasta ahora esto sólo ha sido posible dentro del partido socialdemócrata, y aun dentro de él, los puestos de redactores eran más bien puestos de funcionarios y no escalones para conquistar una jefatura.



En los partidos burgueses, las posibilidades de llegar hasta el poder por este camino son ahora menores, en general, de lo que eran en la pasada generación. Naturalmente, todo político de importancia tenía necesidad de influencia sobre la prensa y de conexiones con ella, pero no cabía esperar que, salvo excepciones, salieran de entre sus filas los jefes de partido. La razón de esto hay que buscarla en la creciente falta de libertad del periodista, especialmente del periodista falto de recursos y en consecuencia ligado a su profesión, determinada por el inaudito incremento en actualidad e intensidad de la empresa periodística. La necesidad de ganarse el pan con artículos diarios o semanales es para el político una traba que dificulta sus movimientos, y conozco ejemplos de hombres nacidos para mandar a quienes esa necesidad ha frenado en el camino hacia el poder, creándoles inconvenientes externos y, sobre todo, obstáculos de orden interno. Cierto es que, bajo el antiguo régimen, las relaciones de la prensa con los poderes del Estado y de los partidos eran sumamente nocivas para el periodismo, y este tema requeriría un capítulo aparte. Cierto también que en los países enemigos estas relaciones eran muy otras. Pero también para ellos, como para todos los Estados modernos, parece válida la afirmación de que el trabajador del periodismo tiene cada vez menos influencia política, en tanto que el magnate capitalista de la prensa (del tipo, por ejemplo, de un” lord” Northcliffe) tiene cada vez más.


Entre nosotros, los grandes consorcios capitalistas de la prensa, que se habían apoderado sobre todo de los periódicos con ”anuncios por palabras” (el típico “Generalanzeiger”), cultivaban con sumo cuidado la indiferencia política. Con una política independiente no tenían nada que ganar y corrían, en cambio, el riesgo de perder la benevolencia económicamente rentable de los poderes políticos establecidos. El negocio de los anuncios pagados ha sido así el camino por el que, durante la guerra, se intentó, y aparentemente aún continúa intentándose hoy, ejercer sobre la prensa una influencia política de gran estilo. Aunque hay que esperar que la gran prensa logrará sustraerse a esa influencia, la situación es mucho más difícil para los pequeños periódicos. En todo caso, y sea cual fuere su atractivo y su capacidad para dar a quien la sigue influencia, posibilidades de acción y, sobre todo, responsabilidad política, la carrera periodística no es actualmente (quizás debiera decirse que no es ya, o no es todavía) en nuestro país una vía normal para ascender a la jefatura política. Resulta difícil decir si esta situación cambiaría o no con el abandono del principio del anonimato, que muchos periodistas, aunque no todos ellos, consideran necesario. La experiencia que la prensa alemana nos ha ofrecido durante la guerra, confiando la “dirección” de ciertos periódicos a escritores calificados que firmaban siempre con su propio nombre, ha evidenciado con algunos casos bien conocidos que desgraciadamente no es tan seguro como podría pensarse que por este camino se consiga un más elevado sentido de la responsabilidad. Sin que quepa hacer diferencias entre los partidos, fueron en gran parte los periódicos de peor fama los que intentaron y consiguieron una mayor tirada siguiendo este camino. Las personas que así actuaron, editores y reporteros sensacionalistas, tal vez hayan conseguido de este modo dinero, pero seguramente no han conseguido honra. No cabe, sin embargo, apoyarse en esta experiencia para oponerse al principio; la cuestión es muy complicada y ese fenómeno no tiene validez general. Hasta ahora, no obstante, no ha sido este el camino hacia la auténtica jefatura o la empresa política responsable, y no puede predecirse cómo se configurarán las cosas en el futuro.



Lo cierto es que la carrera periodística Continúa siendo una de las más importantes vías para la profesionalidad política. Vía que no para todo el mundo es factible y menos que para nadie para los caracteres débiles, especialmente para aquellos que sólo logran su equilibrio interno cuando ocupan una situación estamental bien segura. Aunque también la vida del hombre de ciencia es en sus comienzos azarosa, éste encuentra en su entorno al menos una serie de convencionalismos estamentales definidos que le ayudan a no descarriarse. La vida del periodista, por el contrario, es azarosa desde todos los puntos de vista y está rodeada de unas condiciones que ponen a prueba la seguridad interna como quizás no lo hace ninguna otra situación. Y tal vez no sean lo peor de ella las experiencias frecuentemente amargas de la vida profesional. Son precisamente los periodistas triunfantes los que se ven situados ante retos especialmente difíciles. No es ninguna bagatela eso de moverse en los salones de los grandes de este mundo, en pie de igualdad con ellos y, frecuentemente incluso, rodeado de halagos, originados en el temor, sabiendo al mismo tiempo que apenas haya uno salido, tal vez el anfitrión tenga que excusarse ante sus demás invitados por tratar a los “pillos” de la prensa. Como tampoco es ciertamente ninguna bagatela la obligación de tenerse que pronunciar rápida y convincentemente sobre todos y cada uno de los asuntos que el “mercado” reclama, sobre todos los problemas imaginables, eludiendo caer no sólo en la superficialidad absoluta, sino también en la indignidad del exhibicionismo con todas sus amargas consecuencias. Lo asombroso no es que haya muchos periodistas humanamente descarriados o despreciables, sino que, pese a todo, se encuentre entre ellos un número mucho mayor de lo que la gente cree de hombres valiosos y realmente auténticos. Mientras que el periodista como tipo de político profesional tiene ya un pasado apreciable, la figura del funcionario de partido se ha desarrollado solamente en los últimos decenios y, en parte, sólo en los últimos años. Tenemos que dirigir ahora nuestra atención a los partidos y a su organización para comprender esta figura en su evolución histórica.



En todas las asociaciones políticas medianamente extensas, es decir, con territorio y tareas superiores a los de los pequeños cantones rurales, en las que se celebren elecciones periódicas para designar a los titulares del poder, la empresa política es necesariamente una empresa de interesados. Queremos decir con esto que los primariamente interesados en la vida política, y en el poder político, reclutan libremente a grupos de seguidores, se presentan ellos mismos o presentan a sus protegidos como candidatos a las elecciones, reúnen los medios económicos necesarios y tratan de ganarse los votos. No es imaginable que en las grandes asociaciones puedan realizarse elecciones prescindiendo de estas empresas, en general adecuadas a su fin. Prácticamente esto significa la división de los ciudadanos con derecho a voto en elementos políticamente activos y políticamente pasivos, pero como esa diferenciación arranca de la voluntad de cada cual, es imposible eliminarla por medios tales como los del voto obligatorio o la representación “corporativa”, o por cualquier otro medio que explícita o implícitamente se proponga ir contra esta realidad, es decir, contra la dominación de los políticos profesionales. Jefatura y militancia como elementos activos para el reclutamiento libre de nuevos miembros, y a través de éstos, del electorado pasivo, a fin de conseguir la elección el jefe, son elementos vitales necesarios de todo partido. Estos difieren, sin embargo, unos de otros en cuanto a estructura. Así, por ejemplo, los partidos de las ciudades medievales, como los Güelfos y Gibelinos, eran séquitos puramente personales. Al estudiar los Statutti della parte Guelfa, la confiscación de los bienes de los nobili (originariamente se consideraban nobili todas aquellas familias que vivían al modo caballeresco y podían, por tanto, recibir un feudo), que estaban también excluidos de los cargos y del derecho a voto, los comités interlocales del partido, sus rígidas organizaciones militares y los premios para los denunciantes, se siente uno tentado de pensar en el bolchevismo con sus soviets, sus organizaciones cuidadosamente seleccionadas de milicia y (sobre todo en Rusia) de espionaje, sus confiscaciones, el desarme y la privación de derechos políticos a los “burgueses”, es decir, a empresarios, comerciantes, rentistas, clérigos, miembros de la dinastía depuesta y agentes de policía. Aún más impresionante resulta la analogía si se tiene en cuenta que, de una parte, la organización militar de aquel partido güelfo era una pura milicia de caballeros en la que sólo entraban quienes lo eran y que casi todos los cargos dirigentes fueron ocupados por nobles y que, de la otra, los soviets han mantenido al empresario bien retribuido, el salario a destajo, el trabajo en cadena y la disciplina militar y laboral o, más exactamente, han introducido de nuevo todas estas instituciones y se han puesto a buscar capital extranjero; que, en una palabra, para mantener el funcionamiento del Estado y de la economía han tenido que aceptar de nuevo todas aquellas instituciones que ellos combatieron como burguesas e incluso han recurrido de nuevo a los agentes de la antigua Ukrania como instrumento principal de su poder. Pero de lo que aquí tenemos que ocuparnos no es de estos aparatos de fuerza, sino de los políticos profesionales que intentan conquistar el poder a través del prosaico y “pacífico” reclutamiento del partido en el mercado electoral.


También estos partidos, en el sentido que hoy damos a la palabra, fueron originariamente (por ejemplo, en Inglaterra) simples séquitos de la aristocracia. Cada vez que un Par cambiaba de partido, pasaban también al nuevo partido todos los que de él dependían. Hasta la promulgación del Reformbill, las grandes familias de la nobleza, incluida la familia real, tenían el patronato de un inmenso número de distritos electorales. Próximos a estos partidos de la aristocracia estaban los partidos de notables que en todas partes surgieron con la toma del poder por la burguesía. Bajo la dirección espiritual de los grupos de intelectuales típicos de Occidente, los grupos sociales con “educación y bienes” se dividieron en partidos, determinados en parte por diferencias de clase, en parte por tradiciones de familia y en parte por razones puramente ideológicas. Clérigos, maestros, profesores, abogados, médicos, farmacéuticos, agricultores ricos, fabricantes y, en Inglaterra, todo ese grupo social que se incluye entre los gentlemen, constituyeron en un primer momento asociaciones ocasionales o, en todo caso, clubs políticos locales; en momentos de crisis se les sumó la pequeña burguesía y, ocasionalmente, incluso el proletariado, cuando contó con caudillos que por regla general, no procedían de sus filas. En este estadio del desarrollo todavía no existen en el país los partidos como asociaciones permanentes con organización interlocal. La unión entre los distintos grupos locales está asegurada solamente por los parlamentarios; y los notables de cada localidad tienen una influencia decisiva en la proclamación de candidatos. Los programas nacen, en parte, de las declaraciones propagandísticas de los candidatos y en parte, de la adhesión a los congresos de notables y a las resoluciones de los grupos parlamentarios.


La dirección del club o donde éste no existe, la gestión no organizada de la empresa política, queda en manos de las pocas personas que, en tiempos normales, se interesan permanentemente en ella, para las cuales se trata de un trabajo ocasional que desempeñan como profesión secundaria o simplemente a título honorífico. Sólo el periodista es político profesional y sólo la empresa periodística es, en general, una empresa política permanente.
Junto a ella no existe más que la sesión parlamentaria. Por supuesto, los parlamentarios y sus dirigentes sabían bien a qué notable local habían de dirigirse cuando parecía deseable una determinada acción política. Sólo en las grandes ciudades existían, sin embargo, círculos partidistas que recibían aportaciones moderadas de sus miembros y celebran reuniones periódicas y asambleas públicas para escuchar los informes de los diputados. La vida activa se reduce a la época de las elecciones. La fuerza que impulsa el establecimiento de vínculos más firmes entre los distintos núcleos que configuran el partido es el interés de los parlamentarios por hacer posibles compromisos electorales interlocales y por disponer de la fuerza que supone una agitación unificada y un programa también unificado y conocido en amplios sectores de todo el país. El partido continúa, sin embargo, teniendo el carácter de simple asociación de notables, aun cuando exista ya una red de círculos partidistas, incluso en las ciudades medianas, hay un conjunto de “hombres de confianza” que abarcan todo el país y con los cuales puede mantener correspondencia permanente un miembro del Parlamento como dirigente de la oficina central del partido. Fuera de esta oficina central no existen aún funcionarios pagados. Los círculos locales están dirigidos por personas “bien vistas” que ocupan este puesto a causa de la estimación de que, por distintas razones, son objeto. Son éstos los notables extraparlamentarios, que disponen de una influencia paralela a la del grupo de notables políticos que ocupan un puesto como diputados en el Parlamento. El alimento espiritual para la prensa y las asambleas locales lo proporciona cada vez en mayor medida la correspondencia editada por el partido. Las contribuciones regulares de los miembros se hacen indispensables y con una parte de ellas se atiende a los gastos del organismo central. En este estadio se encontraban no hace aún mucho la mayor parte de los partidos alemanes. En Francia se estaba parcialmente todavía en el primer estadio, el de una frágil vinculación entre los parlamentarios, un pequeño número de notables locales por todo el país y programas elaborados por los candidatos o por sus patronos en cada distrito y para cada elección, aunque existe también una mayor o menor adhesión local a las resoluciones y programas de los parlamentarios. Sólo en parte se ha quebrantado hoy este sistema. El número de quienes hacían de la política su profesión principal era, así, pequeño y se limitaba en lo esencial a los diputados electos, los escasos funcionarios de los organismos centrales, los periodistas y, en Francia, además, aquellos “cazadores de cargos” que ocupaban un puesto político o andaban buscándolo. Formalmente la política era predominantemente una profesión secundaria. El número de diputados “ministrables” estaba estrechamente limitado, así como también, dada la naturaleza del sistema de notables, el de candidatos. No obstante, eran muchos los interesados indirectamente en la política, sobre todo desde el punto de vista material. Para todas las medidas que un ministerio adoptase y para la solución de todos los problemas personales se tomaba en cuenta su eventual repercusión sobre las posibilidades electorales y, de otra parte, para lograr cualquier deseo se buscaba la mediación del diputado del distrito, a quien el ministro, si era de su mayoría (y por esto todo el mundo trataba de que 10 fuese) estaba obligado a escuchar de peor o mejor gana. Cada diputado tenía el patronazgo de los cargos y, en general, de todos los asuntos dentro de su propio distrito y, a su vez, se mantenía vinculado con los notables locales a fin de ser reelegido.


Frente a esta idílica situación de la dominación de los notables y, sobre todo, de los parlamentarios, se alzan hoy abruptamente las más modernas formas de organización de los partidos. Son hijas de la democracia, del derecho de las masas al sufragio, de la necesidad de hacer propaganda y organizaciones de masas y de la evolución hacia dirección más unificada y una disciplina más rígida. La dominación de los notables y el gobierno de los parlamentarios ha concluido. La empresa política queda en manos de “profesionales” de tiempo completo que se mantienen fuera del Parlamento. En unos casos son “empresarios” (así como el boss americano y el election agent inglés), en otros, funcionarios con sueldo fijo. Formalmente se produce una acentuada democratización. Ya no es la fracción parlamentaria la que elabora los programas adecuados, ni son los notables locales quienes disponen la proclamación de candidatos. Estas tareas quedan reservadas a las asambleas de miembros del partido, que designan candidatos y delegan a quienes han de asistir a las asambleas superiores, de las cuales, a ser posible, habrá varias hasta llegar a la asamblea general del partido (Parteitag). Naturalmente y de acuerdo con su propia naturaleza, el poder está, sin embargo, en manos de quienes realizan el trabajo continuo dentro de la empresa o de aquellos de quienes ésta depende personal o pecuniariamente, como son, por ejemplo, los mecenas o los dirigentes de los poderosos clubs políticos del tipo del Tammany-Hall. Lo decisivo es que todo este aparato humano (la “máquina”, como expresivamente se dice en los países anglosajones) o más bien aquellos que lo dirigen, están en situación de neutralizar a los parlamentarios y de imponerles en gran parte su propia voluntad. Este hecho es de especial importancia para la selección de la dirección del partido. Ahora se convierte en jefe la persona a quien sigue la maquinaria del partido, incluso pasando por encima del Parlamento. La creación de tales maquinarias significa, en otras palabras, la instauración de una democracia plebiscitaria.


Está claro que la militancia del partido, sobre todo los funcionarios y empresarios del mismo, esperan obtener una retribución personal del triunfo de su jefe, ya sea en cargos o en privilegios de otro tipo. Y lo importante es que lo esperan de él y no de los parlamentarios, o al menos no sólo de ellos. Lo que principalmente esperan es que el efecto demagógico de la personalidad del jefe gane para su partido en la contienda electoral votos y cargos, aumentando, en consecuencia, hasta el máximo las posibilidades de sus partidarios para conseguir la ansiada retribución. También en lo ideal uno de los móviles más poderosos de la acción reside en la satisfacción que el hombre experimenta al trabajar, no para el programa abstracto de un partido integrado por mediocridades, sino para la persona de un jefe al que se entrega con confianza. Este es el elemento “carismático” de todo caudillaje. Esta forma se ha impuesto en medida muy diversa en los distintos partidos y países, y siempre en lucha constante con los notables y parlamentarios que defienden su propia influencia. Primero se impuso en los partidos burgueses de los Estados Unidos, más tarde en los partidos socialdemócratas, sobre todo en el alemán. La evolución que lleva hacia ella experimenta continuamente retrocesos cada vez que no existe un caudillo generalmente reconocido, e incluso cuando tal caudillo sí existe, es necesario hacer concesiones a la vanidad y a los intereses de los notables del partido. El riesgo principal, sin embargo, lo constituye la posibilidad de que la maquinaria caiga bajo el dominio de los funcionarios del partido en cuyas manos está el trabajo burocrático.


En opinión de algunos círculos socialdemócratas, su partido ha sido víctima de esa “burocratización”. Los funcionarios sin embargo, se inclinan con bastante facilidad ante una personalidad de jefe que actúe demagógicamente, pues sus intereses, tanto materiales como espirituales, están vinculados a la ansiada toma del poder por el partido, y además, trabajar para un jefe es algo íntimamente satisfactorio en sí mismo. Mucho más difícil es el ascenso de un jefe donde, como sucede en la mayor parte de los partidos burgueses, además de los funcionarios existen unos “notables” con influencia sobre el partido. Estos notables, tienen puesta su vida en los pequeños puestos que como miembros de la presidencia o de algún comité, ocupan. Su actitud está determinada por un resentimiento hacia el demagogo como “recién llegado” y por su convencimiento de la superioridad de la “experiencia” partidista (que en realidad es importante en muchas ocasiones) y también por la preocupación ideológica por el quebrantamiento de las viejas tradiciones del partido. Todos los elementos tradicionalistas del partido están a su favor. El elector pequeño burgués y más que nada, el elector rural, se guían por el nombre de los notables que ya conocen desde hace mucho tiempo y que les inspiran confianza, desconfían, en cambio, frente al desconocido aunque, sin embargo, si éste alcanza el éxito se entregarán a él inquebrantablemente. Veamos ahora algunos ejemplos importantes de la contienda entre estas dos formas estructurales y del surgimiento de la forma plebiscitaria, estudiada especialmente por Ostrogorski.


Comencemos por Inglaterra. Hasta 1868, la organización de los partidos era allí una organización de notables casi pura. En el campo, los tories se apoyaban en los párrocos anglicanos, en la mayor parte de los maestros de escuela y, sobre todo, en los mayores terratenientes de cada condado, mientras que los whigs, por su parte, tenían el sostén de personas tales como el predicador no conformista (en donde lo había), el administrador de correos, el herrero, el sastre, el cordelero, es decir, todos aquellos artesanos que ejercen una influencia política porque hablan con mucha gente, en las ciudades la división entre los partidos se hacía sobre la base de las distintas opiniones económicas y religiosas o, simplemente, de acuerdo con la tradición familiar de cada cual. En todo caso, los titulares de la empresa política eran siempre notables. Por encima de todo esto se situaban el Parlamento, el Gabinete y los partidos con su respectivo "leader", que era presidente del Consejo de Ministros o de la oposición.


Cada leader tenía junto a sí a un político profesional que desempeñaba el papel más importante de la organización del partido: el “fustigador”. Era él quien tenía en sus manos el gobierno de los cargos y a él era por lo tanto a quien tenían que dirigirse los cazadores de cargos y quien se entendía sobre estas cuestiones con los diputados de cada distrito. En estos últimos comenzó lentamente a desarrollarse un nuevo tipo de político profesional a medida que en ellos se iba recurriendo a agentes leales a los que, en un primer momento, no se les pagaba y que asumieron una posición más o menos parecida a la de nuestros “hombres de confianza”. Junto a ellos apareció, sin embargo, en los mismos distritos, una figura de empresario capitalista, el election agent, cuya existencia se hacía inevitable una vez promulgada la nueva legislación destinada a asegurar la limpieza de las elecciones. Esta nueva ley intentaba controlar los costos electorales oponiéndose al mismo tiempo al poder del dinero, para ello obligaba a los candidatos a confesar lo que habían gastado en la elección, ya que normalmente para conseguir el triunfo debían no sólo enronquecer a fuerza de discursos sino también gastar mucho más de lo que antes se hacía. Con la nueva legislación el election agent se hacía pagar por el candidato una cantidad global, con lo que hacía un buen negocio. En la distribución del poder entre el leader y los notables del partido, tanto en el Parlamento,
como en todo el país, el primero había siempre sacado la mejor parte, como un medio imprescindible para que pudiese hacer una política permanente y de gran estilo. Sin embargo, la influencia de los notables y de los parlamentarios continúa siendo importante.


Este era el aspecto que ofrecía la vieja organización de los partidos, en parte economía de notables y en parte ya también empresa con empleados y empresarios. A partir de 1868, sin embargo, se desarrolló, primero para las elecciones locales de Birmingham y después para todo el país, el llamado “Caucus-System:”. Un sacerdote no conformista y, junto a él, José Chamberlain, fueron los que dieron vida a este sistema, que nació con ocasión de la democratización del voto. Para ganarse a las masas se hizo necesario crear un enorme aparato de asociaciones aparentemente democráticas, establecer una asociación electoral en cada barrio, mantener toda esta empresa en permanente movimiento y burocratizarlo todo profundamente. Aparece así un número cada vez mayor de empleados pagados por los comités electorales locales, en los que pronto quedó encuadrado quizás un 10 por 100 del electorado y una serie de intermediarios principales, elegidos, pero con derecho de cooptación, que actúan formalmente como promotores de la política del partido. La fuerza impulsora de toda esta evolución fueron los círculos locales, interesados sobre todo en la política municipal (que es en todas partes la fuente de las más enjundiosas posibilidades materiales), que eran también quienes hacían la principal aportación financiera. Esta naciente maquinaria, que no estaba dirigida ya desde el Parlamento, tuvo que librar pronto combate con quienes hasta entonces habían tenido en sus manos el poder, especialmente con el whip. Apoyada en los interesados locales, logró sin embargo, triunfar hasta tal punto que el whip tuvo que sometérsele y pactar con ella. El resultado fue una centralización del poder en manos de unos pocos y finalrnente de uno solo, situado en la cúspide del partido. En el partido liberal, en efecto, el sistema se establece en conexión con el ascenso de Gladstone al poder. Lo que con tanta rapidez dio a esta maquinaria el triunfo sobre los notables fue la fascinación de la “gran” demagogia gladstoniana, la ciega fe de las masas en el contenido ético de su política y, sobre todo, en el carácter ético de su personalidad. Aparece así en la política un elemento de cesarismo plebiscitario, el dictador del campo de batalla electoral. Muy pronto había de ponerse de manifiesto la nueva situación. En 1877, cuando por primera vez se emplea en las elecciones nacionales, el caucus consigue ya un triunfo resonante, cuyo resultado fue la caída de Disraeli en el momento preciso de sus grandes éxitos. En 1886 la maquinaria estaba ya hasta tal punto orientada carismáticamente hacia la persona del jefe que cuando se planteó la cuestión del Home-rule, el aparato entero, de arriba abajo, no se preguntó si compartía objetivamente la opinión de Gladstone, sino que simplemente se dijo “le seguiremos haga lo que haga” y cambió de actitud para obedecer sus órdenes, dejando así en la estacada a Chamberlain, su propio creador. Esta maquinaria requiere un considerable aparato de personal.


Actualmente pasa de 2.000 el número de personas que viven en Inglaterra directamente de la política de los partidos. Numerosísimos son también quienes colaboran como interesados o como cazadores de cargos en la política, especial-mente en la política municipal. Además de posibilidades económicas, al político del caucus se le ofrecen también posibilidades de satisfacer su vanidad. Llegar a ser “J.P”. o incluso “M.P”. es aspiración natural de las máximas ambiciones (normales) y es algo que se concede a las personas que pueden exhibir una buena educación, a los “gentlemen”. Como honor supremo resplandece la dignidad de Par, especialmente para los grandes mecenas, y no hay que olvidar que las finanzas de los partidos dependen, quizás en un 50 por 100, de los donativos anónimos.


¿Cuál ha sido el efecto de este sistema? El de que hoy en día, con excepción de algún que otro miembro del Gabinete, los miembros del Parlamento son, por lo general, unos borregos votantes perfectamente disciplinados. En nuestro Reichstag los diputados acostumbraban, al menos, a simular que estaban trabajando por el bien del país cuando aprovechaban sus respectivos pupitres para despachar durante la sesión su propia correspondencia privada. En Inglaterra no son necesarios los gestos de este tipo. Lo único que el miembro del Parlamento tiene que hacer es votar cuidándose de no traicionar al partido, y de acudir cuando el whip lo convoca para proceder de acuerdo con lo que hayan dispuesto el Gabinete o el leader de la oposición. De existir un jefe con autoridad fuerte, diríase que la maquinaria del caucus se mantiene en el país poco menos que sin conciencia propia, entregada enteramente a la voluntad del jefe. Asimismo, se encuentra por encima del Parlamento el dictador plebiscitario, que arrastra con él a las masas, mediante la maquinaria, y considera a los parlamentarios como simples prebendados políticos añadidos a su séquito. Veamos ahora cómo se produce la selección del caudillo. Primeramente, ¿cuáles son las facultades que cuentan? Además de las cualidades de la voluntad, decisivas siempre, lo que aquí cuenta es, en especial, la fuerza del discurso demagógico. Su estilo ha ido transformándose notoriamente desde las épocas de Cobden, en que se dirigía a la inteligencia, pasando por las de Gladstone, en cuya aparente sobriedad de “dejar que los hechos hablen por sí solos” era un especialista, hasta nuestros días, al extremo de movilizar a las masas valiéndose con mucha frecuencia, de medios puramente emocionales semejantes a los que emplea el Ejército de Salvación.


Resulta lícito calificar a la situación actual como “una dictadura basada en la utilización de la emotividad de las masas”. Al mismo tiempo, sin embargo, el tan sumamente complicado sistema de trabajo en comisión del Parlamento inglés, da la posibilidad de que colabore todo aquel político que quiera participar en la dirección de la política; es más, lo obliga a ello. Todos los miembros que en algo se distinguen, habiendo desempeñado el puesto durante los últimos decenios, tienen en su haber este auténtico y muy eficaz trabajo formativo. Así, la práctica de los informes y la crítica que se lleva a cabo durante las sesiones de tales comisiones, convierten esta escuela en una efectiva selección, de la cual quedan excluidos los simples demagogos. Esta ha sido la situación en Inglaterra. El Caucus-System, sin embargo, no resulta más que una forma un tanto debilitada de la estructura moderna, si la comparamos con la organización de los partidos norteamericanos, en la cual el principio plebiscitario se acuñó de un modo en especial temprano y puro. De acuerdo con el pensamiento de Washington, Norteamérica debió haber sido una comunidad administrada por “gentlemen”. Así un gentleman de aquel tiempo era al mismo tiempo terrateniente o un individuo educado en un Colegio. Así era en los primeros años de la independencia, de esa nación. En cuanto se iban constituyendo los partidos, a los miembros de la Cámara de Representantes se les despertaba la aspiración de convertirse en dirigentes políticos, a semejanza de lo acontecido en Inglaterra durante la dominación de los notables. La organización de los partidos era muy débil. Hasta 1824 subsiste la misma situación, aunque antes de esta década de los veinte empezó a formarse la maquinaria partidista en algunos municipios, ya que la nueva evolución también tuvo aquí sus semillas, y es precisamente con la elección de Andrew Jackson, candidato de los campesinos del Oeste, para Presidente, que las viejas tradiciones son arrojadas por la borda. La dirección de los partidos en manos de los principales parlamentarios termina definitivamente poco después de 1840, al retirarse de la política algunos de ellos, tales como Calhoun y Webster, debido a que el Parlamento, ante la maquinaria partidista, ha perdido casi todo su poder en el país. El hecho de que en Norteamérica se haya desenvuelto con tanta rapidez “la máquina” plebiscitaria se debe a que allí, y sólo allí, el jefe absoluto del poder ejecutivo y el patrono, lo cual viene a ser lo más importante, sobre todo, es un Presidente elegido plebiscitariamente que dispone de todos los cargos actuando casi con entera independencia frente al Parlamento, dada la .división de poderes “establecida” De ahí que la propia elección presidencial sea la que brinda un valioso botín de prebendas y cargos, en calidad de premio por el triunfo. El “spoils system”, al que Andrew Jackson eleva a la categoría de principio sistemático, no hace sino aprovecharse de las consecuencias de tales circunstancias.


¿Qué representa en la actualidad, para la formación de los partidos, este spoils system, es decir, esta atribución de todos los cargos federales al séquito del candidato triunfador? Sencillamente, significa el hecho de enfrentarse entre sí, unos partidos que carecen por completo de convicciones, meros grupos de cazadores de cargos, con programas mutables, elaborados para cada elección, sin más objetivo que una posible conquista de votos; programas cambiantes en cada ocasión, en una medida para la cual no es posible hallar analogía en ninguna otra parte. Tales partidos están cortados por el patrón que se ajusta mejor a las elecciones consideradas verdaderamente importantes para la distribución de los cargos, esto es: la elección Presidencial y la de los gobernadores de los Estados. En tanto que corresponde a las “Convenciones Nacionales” establecer los programas, son los partidos los que designan los candidatos, sin que los parlamentarios intervengan en absoluto. Se trata de congresos de los partidos que, con toda formalidad, se encuentran integrados, muy democráticamente, por asambleas de delegados, los cuales han recibido, a su vez, el mandato de las “primaries”, esto es, de las asambleas de los electores del correspondiente partido. Los delegados en dichas primarias son previamente elegidos por referencia al nombre de los candidatos a la Jefatura del Estado. En el seno de cada partido se desata la más enconada de las luchas por la nominación. Bajo el control del Presidente quedan siempre los nombramientos de trescientos o cuatrocientos mil funcionarios, previa consulta con los senadores de cada Estado, los cuales, por tal motivo, son también políticos poderosos. No es el caso, por el contrario, de quienes constituyen la Cámara de Representantes, que no cuentan con el patronato de los cargos, así como tampoco de los ministros, los cuales, debido a la división de poderes, no son sino auxiliares del Presidente que ha sido legitimado por la elección popular ante todo el mundo, comprendido el Parlamento, en cuya virtud les es dado ejercer sus cargos con entera independencia, tanto si gozan de la confianza de éste como si no son merecedores de ella. Mientras el spoil system se mantenía así, resultaba técnicamente factible en Estados Unidos, dado que la juventud de la cultura americana permitía sobrellevar una pura economía de aficionados. Es indudable que la administración, al encontrarse a cargo de trescientos o cuatrocientos mil hombres de partido sin requerir de otras cualidades que aquellas que los acreditaban útiles a su propio partido, debía estar plagada, forzosamente, de grandes defectos y, de hecho, la administración en América del Norte se caracterizó por una corrupción y un derroche sin par, que sólo era posible pudiera soportar un país con posibilidades económicas que aún se consideran ilimitadas.


Con semejante procedimiento de la máquina plebiscitaria, vemos en primer plano la figura del boss.


Y, ¿qué es el boss? Es un empresario político capitalista, el cual reúne los votos por su cuenta y riesgo. Para eso pudo haberse valido, en su iniciación, de sus contactos como abogado, o como propietario de una taberna o de otro negocio cualquiera, o aun en su calidad, tal vez, de prestamista. Así comienza a extender sus redes hasta que consigue .controlar. un número determinado de votos. Entonces entabla relación con los bosses más cercanos y, a base de asiduidad, astucia y, en especial, de discreción, lega a captar la atención de aquellos que le antecedieron por esta vía y de este modo comienza su ascenso. El boss es indispensable para la organización del partido, ya que se cuida de centralizaría y se constituye en fuente de los recursos financieros más importantes. Ahora bien, ¿de qué modo los obtiene? En parte, por medio de las contribuciones de los miembros; de la recaudación de un porcentaje del sueldo de cada uno de los funcionarios que, tanto a él como a su partido, les son deudores de los puestos que tienen. Además, recibe el producto de los cohechos y de las propinas. Todo aquel que pretende infringir, sin ser castigado, alguna de las muchas leyes, necesita la connivencia del boss y debe pagar por ella, de lo contrario le esperan consecuencias muy desagradables. Pese a todo, estos medios no son suficientes para completar los fondos reunidos por la empresa. El boss se hace asimismo indispensable como perceptor de las sumas de dinero procedentes de los grandes magnates financieros, que sólo a él entregan, ya que, tratándose de fines electorales, en absoluto habrían de confiarlas a ningún funcionario a sueldo ni a persona alguna que esté obligado a rendir cuentas públicamente. El boss, que se caracteriza por su máxima discreción en lo relativo al dinero, es por antonomasia el hombre que se mueve en los círculos capitalistas que finan-cian las elecciones. El típico boss no es sino un sujeto totalmente gris, al que no le interesa el prestigio social; por el contrario, en la alta sociedad resulta despreciable este .profesional.. Su objetivo es sólo el poder mediante el cual obtener el dinero, aunque también por el poder mismo. A la inversa del leader inglés, el boss norteamericano actúa en la sombra. Es muy raro que se deje oír; podrá sugerir al orador lo que debe decir, pero él guarda silencio. Por lo general no desempeña ningún cargo, salvo el de senador en el Senado Federal, ya que de esta forma puede participar, constitucionalmente, en el patronato de los cargos; y es frecuente que el boss acuda en persona a dicha corporación.



Ante todo, la distribución de los cargos se realiza conforme a los servicios prestados al partido. No obstante, en muchas ocasiones son conferidos a cambio de dinero e incluso existen precios establecidos por cargos determinados. En suma, el sistema es similar al que prevalecía en las monarquías europeas, incluidos los Estados de la Iglesia, durante los siglos XVII y XVIII. El boss está desprovisto de principios políticos definidos, carece de convicciones; a él sólo le interesa la forma en que puede obtener los votos. Tampoco es raro que se trate de un individuo sin cultura, pero correcto e irreprochable en su vida privada. Tan sólo, por lo que se refiere a la política, su ética se acomoda a la moral media de la actividad que rige en su momento, a semejanza de lo que muchos de los nuestros hicieron en épocas de acaparamiento. Le tiene sin cuidado ser despreciado en sociedad como .profesional., es decir como político de profesión. La circunstancia de que no desempeña ni quiera ocupar cargos elevados, es una Ventaja para que resulte factible, a menudo, la candidatura de hombres con inteligencia, ajenos a los partidos, notabilidades incluso (y no solamente de notables de los partidos, como ocurre entre nosotros), cuando el boss cree que habrán de atraer votos. La configuración de tales partidos carentes de convicciones, cuyos jefes son despreciados en sociedad, ha permitido, precisamente, que hombres capaces hayan llegado a la Presidencia, hombres que no la habrían alcanzado nunca entre nosotros. Claro está que los bosses se enfrentan con uñas y dientes a cualquiera que pueda representar algún peligro con respecto a sus fuentes de poder y de dinero; pero nada tiene de sorprendente que, ante su rivalidad por el favor de los electores, se vean forzados a la defensa de aquellos candidatos que se presentan en calidad de adversarios de la corrupción.


Aquí tenemos, pues una empresa de partido, de gran solidez capitalista, organizada rigurosamente en todos sentidos y que se apoya también en clubes consistentes y, a su vez, organizados de manera jerárquica, de la misma índole del Tammany-Hall, que tienen como fin la obtención de utilidades económicas valiéndose del dominio político de la Administración, especialmente de la municipal, que en América del Norte se considera el botín más cuantioso.


Esta estructura vital de los partidos fue posible gracias a la acentuada democracia que predominaba en dicho país, como nueva nación, y dado el enlace entre los dos términos es precisamente a lo que se debe que hoy en día estemos contemplando la expiración paulatina de tal sistema. Ya no es posible que esa nación pueda ser gobernada sólo por diletantes. Hace quince años, los obreros norteamericanos, ante la pregunta de por qué se dejaban gobernar por políticos a los que consideraban despreciables, respondieron: “preferimos tener como funcionarios a gente a la cual escupimos, que crear una casta de funcionarios que sea la que nos escupa a nosotros”. Este era el antiguo parecer de la “democracia” norteamericana, en tanto que el de los socialistas, ya en aquel tiempo, era totalmente distinto. La situación resulta ya insoportable. Ya no es suficiente la administración de diletantes; la Civil Service Reform: está creando continuamente puestos vitalicios, dotados de jubilación, dando por resultado que los funcionarios que desempeñan tales cargos tienen formación universitaria con tantas aptitudes como los nuestros e igualmente insobornables. Ya existen casi cien mil cargos que no son parte del botín electoral, dotados de derecho a jubilación y a los cuales se es merecedor mediante exámenes de capacitación. De este modo el spoil system habrá de retroceder paulatinamente y obligará, asimismo, a que la estructura de la dirección del partido sea modificada en un sentido imposible de predecir por ahora.


Hasta el presente, las condiciones fundamentales de la empresa política en Alemania se consideraron como sigue: en primer término, la incompetencia del Parlamento, que trajo por consecuencia el hecho de que ningún jefe permaneciese en él por mucho tiempo. En tales condiciones, ¿qué se podía hacer allí? Al presentarse el caso de una baja en alguna oficina de la administración, era posible que al funcionario del cual dependía el puesto se le dijera: “En mi distrito cuento con una persona de gran inteligencia que podría desempeñar perfectamente ese cargo”. Y se le concedía el puesto a dicha persona. Pero eso era casi todo lo que un parlamentario alemán podía hacer para dar escape a su instinto de poder, suponiendo que lo tuviese. En segundo plano, sobresale la gran importancia que el funcionario especializado tenía en Alemania, peculiaridad que condiciona también a la precedente. En esta materia, nos corresponde el primer lugar en el mundo. Claro está que, corno natural consecuencia, de tal importancia se desprendía la aspiración de ese funcionario no sólo a ocupar un puesto de tal nivel, sino también uno ministerial.


En el Landtag bávaro fue donde al plantearse hace algunos años la polémica acerca de la introducción del régimen parlamentario, se dijo precisamente que si los ministerios debían ponerse en manos de los parlamentarios ya no habría quien, estando capacitado, quisiera ejercer como funcionario. Esta administración de funcionarios se substraía, además, de un modo sistemático, a un control semejante al que en Inglaterra ejercen las Comisiones parlamentarias, impidiendo así que, salvo una que otra excepción, se constituyeran jefes administrativos auténticamente eficaces en el seno del Parlamento. Podemos señalar como una tercera peculiaridad la de que en Memania, a la inversa de lo que sucede en América del Norte, teníamos partidos políticos con convicciones, los cuales afirmaban que, por lo menos con bona fide subjetiva, sus miembros simbolizaban una cierta “concepción del mundo” . Entre estos partidos, el partido del Centro (Zentrumpartei), así como la socialdemocracia, eran los dos más importantes, surgidos, sin embargo, con la deliberada intención de subsistir como partidos minoritarios. Los dirigentes del Centro, en el Imperio, nunca trataron de ocultar que estaban en contra del parlamentarismo por causa del temor a encontrarse situados en calidad de minoría, y tropezar entonces con mayores obstáculos para obtener el acomodo de sus cazadores de puestos a base de presionar al gobierno, como hasta entonces. En cuanto a la social-democracia, por principio era un partido de minorías, ofreciendo trabas al parlamentarismo, dado que de pactar con el orden político burgués podía mancharse y quería evitar esto a toda costa. La circunstancia de que ambos partidos propugnaran su propia exclusión del sistema parlamentario imposibilitó la introducción de éste de forma total.


Entretanto, ¿cuál era la suerte de los políticos profesionales en Alemania? Pues, que carecían de poder y de responsabilidad, ya que únicamente jugaban un papel muy secundario como notables, dando por resultado el hecho de que estuvieran animados, en los últimos tiempos, del peculiar espíritu de corporación de todas las profesiones. Tratándose de un individuo que no fuera como ellos, le resultaba imposible ascender lo suficiente en el círculo de aquellos notables, en cuyos puestos ponían sus vidas. En cada uno de los partidos, sin exceptuar el socialdemócrata, podíamos citar muchos nombres que servirían de ejemplo en esta tragedia ya que a sus portadores, por estar precisamente dotados de cualidades para ser jefes, los notables les cerraban el paso. Todos nuestros partidos han seguido por esta vía, que los ha conducido a integrarse en las corporaciones de notables.


Pongamos como ejemplo a Bebel, cuya inteligencia, por modesta que fuera, lo mantenía en calidad de caudillo, debido a su temperamento y limpieza de carácter. Al hecho de ser un mártir y de nunca haber defraudado la confianza de las masas -por lo menos en opinión de ellas- se debe el que éstas lo siguiesen siempre y que, dentro del partido, no existiera ningún poder capaz de oponérsele seriamente. Con su muerte, todo esto se terminó; y tras ella vino la dominación de los funcionarios, pues tanto los sindicales como los secretarios de partido y los periodistas se hicieron cargo de los puestos clave, quedando el partido sojuzgado a la inclinación del funcionario. En realidad se trataba de un tipo de funcionarlo por excelencia honesto, excepcionalmente honesto, si establecemos comparaciones con la manera como actúan los funcionarios en otros países; y pensamos, sobre todo, en la facilidad con que los funcionarios norteamericanos se dejan con frecuencia sobornar. Sin embargo, en el partido surgieron también, al mismo tiempo, las “consecuencias de la dominación de “los funcionarios a las que antes nos referíamos.


A partir de 1880, los partidos eran ya meros gremios de notables. Claro está que, de cuando en cuando, los fines propagandísticos de cada partido los inducían a ganarse personas con talento, carentes de filiación partidista, para poder pregonar “nosotros contamos con tales y tales nombres”. De ser posible, se evitaba que dichas personas acudieran a las elecciones, y únicamente eran lanzadas sus candidaturas en caso de hacerse ello inevitable, como cuando el interesado no se dejaba convencer de otro modo. El mismo espíritu regía en el Parlamento. Nuestros partidos parlamentaristas continúan siendo gremios, como siempre. Todos los discursos que se pronuncian en el pleno del Reichstag han sido previamente censurados, lo cual se hace evidente por lo inaudito de su tediosidad. Sólo puede hacer uso de la palabra quien está inscrito como orador. Nada más contrario a la costumbre inglesa y también, aunque por razones opuestas, a la costumbre francesa.


En la actualidad y como consecuencia del colapso al que se ha dado en llamar revolución, parece que todo se encuentra en vías de transformarse. Tal vez sea así, pero no es seguro.


En un principio se intentó instituir otros aparatos partidistas de índole diferente, como por ejemplo, los de aficionados, que generalmente parten de estudiantes de las escuelas superiores, que creyendo descubrir en alguien cualidades de jefe le proponen:”nosotros haremos por usted el trabajo necesario, diríjanos”. En segundo lugar, los aparatos de hombres de negocios. Ha sucedido a veces que un grupo de personas acude a alguien a quien suponen cualidades de jefe para pedirle que, a cambio de una cantidad fija para cada elección, asuma la tarea de atraer los votos. Si ustedes me preguntasen honradamente cuál de estos dos tipos de aparato me parece más digno de confianza desde el punto de vista técnico-político, les contestaría, creo, que prefiero el segundo. Ambos fueron, en todo caso, burbujas que se hincharon rápidamente para luego estallar. Los aparatos existentes se recompusieron un poco y continuaron trabajando. Aquellos fenómenos fueron sólo un síntoma de que tal vez se establecerían nuevos aparatos cuando hubiese un caudillo capaz de hacerlo. Pero ya las peculiaridades técnicas de la representación proporcional dificultaban su crecimiento. Sólo surgieron un par de dictadores callejeros que volvieron luego a desaparecer. Y sólo el séquito de estas dictaduras callejeras fue organizado con una firme disciplina; de aquí el poder de estas minorías, hoy en trance de desaparición.


Supongamos que esta situación cambiara. Hay que tener entonces bien presente que, de acuerdo con lo ya hecho, la dirección de los partidos por jefes plebiscitarios determina la “desespiritualización” de sus seguidores, su proletarización espiritual, podemos decir. Para ser aparato utilizable por el caudillo han de obedecer ciegamente, convertirse en una máquina, en el sentido americano, no sentirse perturbados por vanidades de notables y pretensiones de tener opinión propia. La elección de Lincoln sólo fue posible gracias a que la organización del partido tenía este carácter y, como ya se ha dicho, lo mismo sucedió con el caucus en la elección de Gladstone. Es éste justamente el precio que hay que pagar por la dirección de un caudillo. Sólo nos queda elegir entre la democracia caudillista con .máquina. o la democracia sin caudillos, es decir, la dominación de “políticos profesionales” sin vocación, sin esas cualidades íntimas y carismáticas que hacen al caudillo. Esto significa también lo que en las actuales contiendas dentro de un partido se conoce con el nombre de reino de las “camarillas”. Actualmente es esto lo único que tenemos en Alemania y su mantenimiento se verá facilitado en el futuro, al menos para el Reich, porque se reconstituirá el Bundesrat que necesariamente limitará el poder del Reichstag y disminuirá así su importancia como lugar adecuado para la selección de caudillos.


La perduración del sistema está asegurada además por la representación proporcional, tal como ahora está configurada. Es ésta una institución típica de la democracia sin caudillos, no sólo porque facilita la colocación de los notables, sino también porque, para el futuro, da a las asociaciones de interesados la posibilidad de obligar a incluir en las listas a sus funcionarios, creando así un Parlamento apolítico en el que no haya lugar para un auténtico caudillaje. La única válvula de escape posible para la necesidad de contar con una verdadera jefatura podría ser el Presidente del Reich, si es elegido plebiscitariamente y no por el Parlamento. Podría también nacer y seleccionarse una jefatura sobre la base del trabajo realizado, si apareciese en las grandes ciudades, como apareció en los Estados Unidos, sobre todo allí en donde se quiso luchar seriamente contra la corrupción, un dictador municipal, elegido plebiscitariamente y provisto del derecho a organizar su equipo con absoluta independencia. Esto exigiría una organización de los partidos adecuada a este tipo de elecciones. Pero la hostilidad pequeño-burguesa que todos los partidos, y especialmente la socialdemocracia, sienten hacia el caudillaje, hacen aparecer muy oscura la futura configuración de los partidos y, con ella, la realización de estas posibilidades
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Katharina Von Strauger
Max Weber

EL POLÍTICO Y EL CIENTÍFICO

LA POLÍTICA COMO VOCACIÓN

verano de 1919


III



Por esto hoy no puede todavía decirse cómo se configurará en el futuro la empresa política como “profesión”, y menos aún por qué camino se abren a los políticamente dotados las posibilidades de enfrentarse con una tarea política satisfactoria. Para quien, por su situación patrimonial, está obligado a vivir .de. la política se presenta la alternativa de hacerse periodista o funcionario de un partido, que son los caminos directos típicos, o buscar un puesto apropiado en la administración municipal o en las organizaciones que representan intereses, como aún los sindicatos, las cámaras de comercio, las cámaras de agricultores o artesanos, las cámaras de trabajo, las asociaciones de patronos, etc. Sobre el aspecto externo no cabe decir más, salvo advertir que los funcionarios de los partidos comparten con los periodistas el odio que los “sin clase” despiertan. Desgraciadamente siempre se llamará “escritor a sueldo” a éste y “orador a sueldo” a aquél; para quienes se encuentren interiormente indefensos frente a esa situación y no sean capaces de darse a sí mismos la respuesta adecuada a esas acusaciones, está cerrado ese camino que, en todo caso, supone grandes tentaciones y desilusiones terribles. ¿Qué satisfacciones intimas ofrece a cambio y qué condiciones ha de tener quien lo emprende?


Proporciona, por lo pronto, un sentimiento de poder. La conciencia de tener una influencia sobre los hombres, de participar en el poder sobre ellos y, sobre todo, el sentimiento de manejar los hilos de acontecimientos históricos importantes; elevan al político profesional, incluso al que ocupa posiciones formalmente modestas, por encima de lo cotidiano. La cuestión que entonces se le plantea es la de cuáles son las cualidades que le permitirían estar a la altura de ese poder (por pequeño que sea en su caso concreto) y de la responsabilidad que sobre él arroja. Con esto entramos ya en el terreno de la ética, pues es a ésta a la que -corresponde determinar qué clase de hombre hay que ser para tener derecho a poner la mano en la rueda de la historia.


Puede decirse que son tres las cualidades decisivamente Importantes para el político: pasión, sentido de la responsabilidad y mesura. Pasión en el sentido de “positividad”, de entrega apasionada a una causa, al dios o al demonio que la gobierna. No en el sentido de esa actitud interior que mi malogrado amigo Jorge Simmel solía llamar “excitación estéril”, propia de un determinado tipo de intelectuales, sobre todo rusos (no, por supuesto, de todos ellos), y que ahora juega también un gran papel entre nuestros intelectuales, en este carnaval al que se da, para embellecerlo, el orgulloso nombre de “revolución”. Es ése un “romanticismo de lo intelectualmente interesante” que gira en el vacío y está desprovisto de todo sentido de la responsabilidad objetiva. Evidentemente no todo queda arreglado con la pura pasión, por muy sincera que ésta sea. La pasión no convierte a nadie en político, sino está al servicio de una “causa” y no hace de su responsabilidad hacia esa .causa. el norte que oriente sus acciones. Para ello se necesita (y ésta es la cualidad psicológica decisiva del político), mesura, capacidad para dejar que la realidad actúe sobre uno sin perder el recogimiento y la tranquilidad, es decir, para guardar la distancia con los hombres y las cosas. El “no saber guardar distancias” es uno de los pecados mortales de todo político y una de esas cualidades cuyo olvido condena a la impotencia política a nuestra actual generación de intelectuales. El problema es, precisamente, el de cómo puede conseguirse que vayan juntas en las mismas almas la pasión ardiente y la mesurada frialdad. La política se hace con la cabeza y no con otras partes del cuerpo o del alma. Y, sin embargo, la entrega a la causa sólo puede nacer y alimentarse de la pasión, si ha de ser una actitud auténticamente humana y no el frívolo juego intelectual. Sólo el hábito de la distancia (en todos los sentidos de la palabra) hace posible la enérgica doma del alma que caracteriza al político apasionado y lo distingue del simple diletante político “estérilmente agitado”. La “fuerza” de una “personalidad” política reside, en primer lugar, en la posesión de estas cualidades.


Por eso el político tiene que vencer cada día y cada hora a un enemigo muy trivial y demasiado humano, la muy común vanidad, enemiga mortal de toda entrega a una causa y de toda mesura, en este caso de la mesura frente a sí mismo. La vanidad es una cualidad muy extendida y tal vez nadie se vea libre de ella. En los círculos académicos y científicos es una especie de enfermedad profesional. Pero precisamente en el hombre de ciencia, por antipática que sea su manifestación, la vanidad es relativamente inocua en el sentido de que, por lo general, no estorba el trabajo científico. Muy diferentes son sus resultados en el político, quien utiliza inevitablemente como instrumento el ansia de poder. El “instinto de poder”, como suele llamarse, está, de hecho, entre sus cualidades normales. El pecado contra el Espíritu Santo de su profesión comienza en el momento en que este ansia de poder deja de ser positiva, deja de estar exclusivamente al servicio de la “causa” para convertirse en una pura embriaguez personal. En último término, no hay más que dos pecados mortales en el campo de la política: la ausencia de finalidades objetivas y la falta de responsabilidad, que frecuentemente, aunque no siempre, coincide con aquélla. La vanidad, la necesidad de aparecer siempre que sea posible en primer plano, es lo que más lleva al político a cometer uno de estos pecados o los dos a la vez. Tanto más, en la medida que el demagogo está obligado a tener en cuenta el “efecto”, por eso está siempre en peligro, tanto de convertirse en un comediante, como de tomar a la ligera la responsabilidad que por las consecuencias de sus actos le incumbe y preocuparse sólo por la .impresión. que causa. Su ausencia de finalidad objetiva le hace proclive a buscar la apariencia brillante del poder en lugar del poder real; su falta de responsabilidad lo lleva a gozar del poder por el poder, sin tomar en cuenta su finalidad. Aunque el poder es el medio ineludible de la política, o más exactamente, precisamente porque lo es, y el ansia de poder es una de las fuerzas que la impulsan, no hay deformación más perniciosa de la fuerza política que el presumir de poder como un advenedizo o complacerse vanidosamente en el sentimiento de poder, es decir, en general, toda adoración del poder puro en cuanto tal. El simple “político de poder” que también entre nosotros es objeto de un fervoroso culto, puede quizás actuar enérgicamente, pero de hecho actúa en el vacío y sin sentido alguno. En esto los críticos de la política de poder tienen toda la razón. En el súbito derrumbamiento interno de algunos representantes típicos de esta actitud hemos podido comprobar cuánta debilidad interior y cuánta impotencia se esconde tras esos gestos, ostentosos pero totalmente vacíos. Dicha actitud es producto de una mezquina y superficial indiferencia frente al sentido de la acción humana, que no tiene nada que ver con la conciencia del armazón trágico en el que descansa la trama de todo quehacer humano y especialmente del quehacer político.



Es una tremenda verdad y un hecho básico de la historia (de cuya fundamentación no tenemos que ocuparnos en detalle aquí) el de que frecuentemente o, mejor, generalmente, el resultado final de toda acción política tiene una relación paradójica con su sentido inicial. Ello, sin embargo, no permite prescindir de tal sentido, del servicio a una “causa” si se quiere que las acciones tengan una consistencia interna. Cuál es la causa para cuyo servicio busca y utiliza el político el poder constituye ya una cuestión de fe. Pueden asistirle propósitos nacionalistas o humanitarios, sociales, éticos o culturales, seculares o religiosos; es posible que sienta arrebatos por una confianza absoluta en el “progreso”, sea cual fuere su sentido, o que rechace con frialdad cualquier otra creencia de esta índole; es posible también que pretenda encontrarse al servicio de una “idea” o que, por principio rechace semejantes pretensiones y sólo quiera estar al servicio de fines materiales de la vida cotidiana. Después de todo, lo que importa es que nunca debe dejar de existir la fe en algo; de lo contrario, si ésta falta, cualquier éxito político, inclusive así sea en apariencia el más sólido, lo cual es absolutamente justo, llevará en sí la maldición de la futilidad.


Con lo dicho estamos ya frente al último de los problemas acerca de los cuales nos propusimos ocuparnos hoy, esto es, el “ethos” de la política como “causa”.


¿Cuál es el papel que la política ha de jugar, aparte de sus objetivos en la economía ética de nuestro modo de vida? ¿Cuál es, digamos, el sitio ético que aquélla ocupa? En lo tocante a este punto chocan entre sí ideas fundamentales del mundo; en último término, hay que elegir entre ellas. Enfoquemos de frente esta cuestión, que en fechas recientes ha sido planeada de nuevo y, a mi modo de ver, en una forma de discusión enteramente equivocada. Sin embargo, antes que nada debemos liberarnos de un falseamiento totalmente trivial. Queremos decir con esto que la ética puede aparecer en ocasiones con un carácter fatídico. Aquí van algunos ejemplos. Difícilmente podrán ustedes encontrar a un hombre que haya dejado de amar a una mujer para entregarse a otra, que no se considere obligado a justificarse diciendo que la primera no era digna de su amor, o que lo decepcionó, o dando alguna otra razón por el estilo. Esto es falta de hidalguía. En lugar de aceptar y enfrentarse al hecho de que ya no ama a su mujer, recurre al procedimiento tan poco caballeroso de tratar de crearse una “legitimidad” en virtud de la cual intenta merecer la razón y de este modo atribuirle a ella no sólo la culpa sino también la desdicha. De modo semejante actúa el competidor que logra el éxito en una lid erótica, razonando que el rival vale menos que él, puesto que resultó vencido. La misma situación ocurre en el caso de una guerra, cuando el vencedor se deja llevar por el miserable vicio de empeñarse en que siempre tiene la razón, pretendiendo que ésta se encuentra de su parte, y que por eso ha vencido. Es la misma, también, de aquel que se encuentra bajo los horrores de la guerra y, entonces, en vez de confesar sencillamente que ya no era posible resistir más, la necesidad de su propia justificación le obliga a sostener que la lucha se hacía insoportable debido a que era por una causa moralmente mala. O bien, la de aquellos que, habiendo resultado vencidos en la guerra, después de pérdida tratan de averiguar quiénes son los “culpables”, lo cual no son más que comadreos de mujeres.



Realmente, lo que siempre da origen a una guerra es la estructura de la sociedad. La postura mesurada y viril es la de decir al enemigo: .Hemos perdido la guerra, ustedes la han ganado. Esto es algo ya resuelto. Ahora hablemos de las consecuencias que es necesario sacar de este hecho con respecto a los intereses “materiales” que se encuentran en juego y a la responsabilidad con vistas al futuro, que es lo más importante y lo que incumbe al vencedor antes que nada. De no ser así, todo resulta indigno y se paga antes o después. Una nación puede perdonar el perjuicio a sus intereses, pero nunca el que se hace en contra de su honor y menos aún el que se infiere con el clerical vicio de empeñarse en tener siempre la razón. A medida que transcurran los decenios, no habrá documento que salga a luz sin que se levante de nuevo el indigno clamoreo, el odio y la ira; cuando sería preferible que por lo menos “moralmente” se permitiera que al terminar la guerra ésta quedase para siempre sepulta. Esto sólo puede lograrse por medio de la objetividad y la hidalguía y, principalmente, de la .dignidad.; mas nunca mediante una “ética”, pues ello no constituye sino una acción reprobable por ambas partes. Una ética que, antes de preocuparse de lo que incumbe realmente al político, a lo futuro y a la responsabilidad ante ese futuro, divaga en cuestiones “políticamente estériles por insolubles” acerca de cuáles han sido las faltas cometidas en tiempo pasado, no hace más que incurrir en culpa política, si es que existen los yerros; actitud que lleva a prescindir de la ineludible conversión de todo el problema, por muy materiales que sean los intereses, los del vencedor tras las mayores ganancias posibles, tanto morales como materiales, o las esperanzas del vencido de obtener ventajas a cambio de reconocer su culpa. Si existe en el mundo algo de “abyecto”, lo encontramos, aquí como resultado de hacer uso de la “ética” como medio para “llevarse la razón”.


Así pues ¿cuál es la relación auténtica que existe entre ética y política? ¿No tienen nada en común la una con la otra, como se suele asegurar? o por el contrario, ¿es cierto que hay una sola ética valedera tanto para la actividad política como para otra cualquiera? Se ha pensado muy a menudo que estas dos últimas afirmaciones son mutuamente excluyentes, que sólo puede ser cierta la una o la otra, pero no las dos. ¿Pero es cierto acaso que haya alguna ética en el mundo que pueda imponer normas de contenido idéntico a las relaciones eróticas, comerciales, familiares y profesionales, a las relaciones con la esposa, con la verdulera, el hijo, el competidor, el amigo o el acusado? ¿Será verdad que es perfectamente indiferente para las exigencias éticas que a la política se dirigen el que ésta tenga como medio específico de acción el poder, tras el que está la violencia? ¿No estamos viendo que los ideólogos bolcheviques y espartaquistas o tienen resultados idénticos a los de cualquier dictador militar precisamente porque se sirven de este instrumento de la política? ¿En qué otra cosa, si no es en la persona del titular del poder y en su diletantismo, se distingue la dominación de los consejos de obreros y soldados de la de cualquier otro gobernante del antiguo régimen?


¿En qué se distingue de la de otros demagogos la política que hoy mantiene la mayor parte de los representantes de la ética presuntamente nueva contra sus adversarios? Se dirá que por la noble intención. Pero aquí estamos hablando de los medios. También los combatidos adversarios creen, con una conciencia absolutamente buena, en la nobleza de sus propias intenciones. .Quien a hierro mata a hierro muere. y la lucha es siempre lucha. ¿Qué decir, entonces, sobre la ética del Sermón de La Montaña? El Sermón de la Montaña, esto es, la ética absoluta del Evangelio, es algo mucho más serio de lo que piensan quienes citan sus mandamientos. No es para tomarlo a broma. De esa ética puede decirse lo mismo que se ha dicho de la causalidad en la ciencia, que no es un carruaje que se pueda hacer parar para tomarlo a dejarlo a capricho. Se la acepta o se la rechaza por entero, éste es precisamente su sentido, proceder de otro modo es trivializarla. Pensemos, por ejemplo, en la parábola del joven rico, de quien se nos dice .pero se alejó de allí tristemente porque poseía muchos bienes.. El mandamiento evangélico es incondicionado y unívoco: da a los pobres cuanto tienes, todo. El político dirá que éste es un consejo que socialmente carece de sentido mientras no se imponga a todos. En consecuencia recurrir a los impuestos confiscatorios, a la pura y simple confiscación, en una palabra, a la coacción y la reglamentación contra todos. No es esto, sin embargo, en modo alguno lo que el mandato ético postula, y esa es su verdadera esencia. Ese mandato nos ordena también “poner la otra mejilla”, incondicionalmente, sin preguntarnos si el otro tiene derecho a pegar. Esta ética es, así, una ética de la indignidad, salvo para los santos. Quiero decir con esto que si se es en todo un santo, al menos intencionalmente, si se vive como vivieron Jesús, los Apóstoles, San Francisco de Asís y otros como ellos, entonces esta ética sí está llena de sentido y sí es expresión de una alta dignidad, pero no si así no es. La ética acósmica nos ordena “no resistir el mal con la fuerza”, pero para el político lo que tiene validez es el mandato opuesto: has de resistir al mal con la fuerza, pues de lo contrario te haces responsable de su triunfo. Quien quiere obrar conforme a la moral del Evangelio debe abstenerse de participar en una huelga, que es una forma de coacción, e ingresar en un sindicato amarillo. Y sobre todo debe abstenerse de hablar de “Revolución”. Pues esa ética no enseña ni mucho menos que la única guerra legítima sea precisamente la guerra civil. El pacifista que obra según el Evangelio se sentirá en la obligación moral de negarse a tomar las armas o de arrojarlas, como se recomendó en Alemania, para poner término a la guerra y, con ella, a toda guerra. El político, por su parte, dirá que el único medio de desacreditar la guerra para todo el futuro previsible hubiese sido una paz de compromiso que mantuviese el equilibrio. Entonces se hubieran preguntado los pueblos que para qué había servido la guerra. Se la habría reducido al absurdo, cosa que ahora no es posible, pues para los vencedores, al menos una parte de ellos, habrá sido rentable políticamente. Y responsable de esto es esa actitud que nos incapacitaba para toda resistencia. Ahora, una vez que pase el cansancio, quedará desacreditada la paz, no la guerra. Consecuencia de la ética absoluta.



Finalmente tenemos la obligación de decir la verdad, que la ética absoluta nos impone sin condiciones. De aquí se ha sacado la conclusión de que hay que publicar todos los documentos, sobre toda aquellos que culpan al propio país, y con base en esta publicación unilateral, hacer una confesión de la propia culpa, también unilateral e incondicional, sin pensar en las consecuencias. El político se dará cuenta de que esta forma de obrar no ayuda a la verdad sino que por el contrario, se la oscurece con el abuso y el desencadenamiento de las pasiones. Sólo una investigación bien planeada e imparcial, conducida por personas igualmente imparciales, podrá rendir frutos, y cualquier otro proceder podrá tener, para la nación que lo adopte, consecuencias que no podrán ser eliminadas en decenios. La ética absoluta, sin embargo, ni siquiera se pregunta por las consecuencias.


Con esto llegamos al punto crucial. Tenemos que ver con claridad que cualquier acción orientada éticamente puede ajustarse a dos máximas fundamentalmente distintas entre sí y totalmente opuestas: puede orientarse según la ética de la “convicción” o según la ética de la “responsabilidad”. No es que la ética de la convicción signifique una falta de responsabilidad o que la ética de la responsabilidad suponga una falta de convicción. No se trata de eso. Sin embargo, entre un modo de actuar conforme a la máxima de una ética de convicción, cuyo ordenamiento, religiosamente hablando dice: “el cristiano obra bien y deja los resultados a la voluntad de Dios”, y el otro modo de obrar según una máxima de la ética de la responsabilidad, tal como la que ordena tener presente las previsibles “consecuencias” de la propia actuación, existe una insondable diferencia. En el caso de que ustedes intenten explicar a un sindicalista, así sea lo más elocuentemente posible, que las consecuencias de su modo de proceder habrán de aumentar las posibilidades de la reacción y acrecentarán la tiranía sobre su clase, dificultando su ascenso, no será posible causarle efecto, en el caso de que ese sindicalista se mantenga inflexible en su ética de convicción. En el momento que las consecuencias de una acción con arreglo a una ética de la convicción resultan funestas, quien la llevó a cabo, lejos de considerarse comprometido con ellas, responsabiliza al mundo, a la necedad de los hombres o la voluntad de Dios por haberlas hecho así. Por el contrario, quien actúa apegado a una ética de la responsabilidad toma en consideración todas las fallas del hombre medio. Tal como opina Fichte, no le asiste derecho alguno a dar crédito a la bondad y perfección del hombre, considerándose que su situación no le permite imputar a otros aquellas consecuencias de su proceder que bien pudieron serle previsibles. Siempre se dirá que tales consecuencias deben achacarse a su proceder. A la inversa quien se rige por una ética de la convicción sólo siente la responsabilidad de que no vaya a flamear la llama de la pura convicción, la llama, por ejemplo, de la reprobación de las injusticias del orden social. Prender la mecha una vez tras otra es el fin por el cual se actúa. Y que desde el punto de vista de un probable triunfo, es totalmente irracional y tan sólo puede considerársele en calidad de valor ejemplar.


Con esto tampoco llegamos a la solución final del problema. No hay ética en el mundo que pueda substraerse al hecho de que para alcanzar fines “buenos” haya que recurrir, en muchos casos, a medios moralmente dudosos, o por lo menos arriesgados, tanto más, cuanto que son posibles las consecuencias laterales moralmente negativas y hasta existe gran probabilidad de que así sea. Es más, ninguna ética del mundo es capaz de precisar, ni resolver tampoco, en que momento y hasta qué punto los medios y las consecuencias laterales moralmente arriesgadas quedan santificados por el fin moralmente bueno. La política tiene como factor determinante la violencia. Todos ustedes pueden fácilmente calcular la intensidad de la tensión que, en el plano de la ética, existe entre medios y fines. Basta con recordar, por ejemplo, el caso de los socialistas revolucionarios (tendencia Zimmerwald), los cuales se regían, durante la guerra, apegados a un principio que se apoya, dicho de un modo descarnado, en estos términos: .Si hemos de escoger entre algunos años más de guerra que nos traigan así la revolución, o bien una paz que entorpezca su venida, es preferible que se prolonguen estos años más de guerra.. Ante la pregunta acerca de lo que esa revolución podía traer consigo, cualquier socialista científicamente educado habría respondido que en absoluto cabía la idea del paso a una economía socialista en el sentido que para él tiene el vocablo, antes bien, que se reconstituiría una economía burguesa, con lo cual se habría logrado solamente eliminar los factores feudales y los restos dinásticos. Si para el logro de tan pequeño resultado se prefieren “unos años más de guerra”. ¿Acaso no podría decirse, aún con la firmeza de las convicciones socialistas, que se puede rechazar un fin que obliga a valerse de tales medios?


No obstante, esta es la postura del bolchevismo, del espartatismo y, en general, del socialismo revolucionario. Por consiguiente, resulta extremadamente irrisorio el hecho de que estos sectores censuren moralmente a los “políticos del poder” del antiguo régimen por valerse de los mismos medios, no obstante que la condena de sus fines se encuentre plenamente justificada. En lo tocante a la santificación de los medios por el fin, se presenta aquí inevitablemente el quebrantamiento de cualquier moral de la convicción. Por lógica no queda, en efecto, otra posibilidad que la de condenar toda acción que se valga de medios moralmente peligrosos. Ciertamente, es natural.


Ahora bien, en el plano de las realidades, observamos de continuo cómo aquellos que proceden conforme a la ética de la convicción se convierten con gran rapidez en profetas quiliásticos; vemos, por ejemplo, a quienes han predicado repetidamente “el amor frente a la fuerza” acogerse en seguida a la fuerza, a la fuerza “definitiva” que trae implícito el aniquilamiento de la violencia total a semejanza de nuestros oficiales que, al emprender una nueva ofensiva, decían a los soldados que era la última, la del triunfo definitivo, tras la cual vendría la paz. Para quien actúa de acuerdo con la ética de la convicción resulta intolerable la irracionalidad ética del mundo. Se trata de un “racionalismo” cósmico-ético.


Al respecto, todo aquel que haya leído a Dostoievski recordará sin duda la escena del Gran Inquisidor, en la cual se plantea este problema en términos muy profundos. No podemos meter en un mismo saco a la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad, nos resultará imposible, así como tampoco es posible determinar éticamente los fines que pueden santificar tales o cuales medios cuando pretendemos hacer alguna concesión a este principio.


F. W. Forster, colega por quien profeso en lo personal gran estima por la indudable sinceridad de sus convicciones, aunque considerándolo como político me resulta inaceptable, está persuadido, en su célebre libro, de que ha de salvar esta dificultad recurriendo a la simple tesis de la cual se desprende que de lo bueno sólo puede derivarse el bien, y de lo malo únicamente lo malo. Si así fuese no surgiría, claro está, el problema; pero es inaudito que semejante tesis pueda todavía salir a la luz en la actualidad, dos mil quinientos años después de los Upanishads. Y si repasamos el curso de la historia universal, así como también si hacemos el examen, con toda imparcialidad, de la experiencia cotidiana, vemos claramente que se nos está mostrando lo contrario. Todas las religiones del mundo se apoyan en su desarrollo sobre la base de que la vida es lo contrario a dicha tesis.


El problema inicial surgido de la teodicea estriba en cómo es posible que un poder supuestamente infinito y bondadoso al unísono, haya podido crear este mundo irracional de inmerecido sufrimiento, de injusticia con impunidad y de irremediable insensatez. Así pues, o no es todopoderoso, o carece de bondad; o quizá la vida está regida por principios de equilibrio y de sanción, de modo que en la tarea de querer interpretarlos únicamente puede ayudar la metafísica, a no ser que estén substraídos eternamente a nuestra interpretación. Todas las manifestaciones religiosas han estado impulsadas por la fuerza de esta cuestión de la irracionalidad. Tanto la doctrina del karma como el dualismo persa, el pecado original, la predestinación y el Deus absconditus, han surgido todos de esta experiencia. Los cristianos primitivos sabían también, ni más ni menos, que los demonios gobernaban el mundo. Asimismo estaban convencidos que todo aquel que se daba a la política, mejor dicho que se valía del poder y la violencia era porque tenía un pacto con el diablo. Por consiguiente, la realidad es que en su dinamismo ya no es lo bueno lo que sólo produce el bien y lo malo el mal, sino que, a menudo, suele ocurrir a la inversa. No darse cuenta de esto en el plano de la política es pensar puerilmente.


Todas las éticas surgidas de las corrientes religiosas se han adaptado, de diferentes maneras, al hecho de que los seres humanos vivimos insertos en distintos ordenamientos vitales regidos por leyes que difieren entre sí. En el politeísmo helénico vemos que se ofrecían sacrificios tanto a Afrodita como a Hera, a Apolo como a Dionisos, porque se consideraba que no había nada de sorprendente en los conflictos entre aquellas deidades. En el ordenamiento hindú cada profesión era objeto de una ley ética especial, de un dharma, en cuya virtud cada una permanecía separada de la otra, todas en castas diferentes. El ordenamiento las situaba en determinada jerarquía fija; ningún nacido en ella podía escapar más que por el renacimiento en la nueva vida inmediata. De este modo quedaban a distancias diferentes de los sumos bienes de la salvación religiosa. Así se tenía la posibilidad de formar el dharma de cada casta, ya se tratara de ascetas o brahmanes, de rateros o prostitutas, pasando por todas y cada una, conforme a la legalidad inherente privativa de cada profesión. En el Bhagavag Gita pueden ustedes dar con la guerra; en el diálogo que sostienen Krishna y Arjuna, ubicada entre la totalidad de los ordenamientos vitales. .Haz lo que sea necesario., así reza el dharma de la casta de los guerreros, con respecto a la labor obligatoria, lo objetivamente esencial acorde con los propósitos de la guerra. Por lo que se refiere al hinduismo, ella no es ningún obstáculo en la salvación religiosa, antes bien la refuerza: el guerrero hindú, muerto con heroicidad, tenía el cielo de Indra absolutamente asegurado, del mismo modo que para los germanos lo estaba el Walhalla. En cambio, le habría resultado despreciable el nirvana, tanto como para los germanos lo era el cielo del cristianismo y sus coros de ángeles. Tal particularidad propició a la ética hindú un tratamiento del verdadero arte de la política, falta de quiebras merced a que se concreta a seguir las leyes que a ella se refieren y hasta las refuerza. El “maquiavelismo”, tendencia en verdad radical, en el sentido que se suele dar a la expresión, está sin duda representado en la literatura hindú por el Arthasastra de Kautilya, perteneciente a épocas anteriores a nuestra Era y contemporáneo probablemente de Chandragupta. Junto a él, “Él príncipe” de Maquiavelo resulta ingenuo. Como es notorio, la ética, de la que el profesor Forster se encuentra muy cerca, considera en sus “concilia evangélica” una ética especial destinada a aquellos a quienes Dios les ha concedido el carisma de la santidad. Entre éstos se cuentan, además del monje, que no debe derramar sangre ni perseguir beneficios, el caballero cristiano, y el ciudadano devoto, a quienes si les está permitido tanto lo uno como lo otro. En el hecho de aplicar escalonadamente la ética y de integrarla en una doctrina de la salvación, queda al descubierto que aquí se es menos consecuente, comparándola con la de la India, pero eso no podía ni debía ser de otro modo ante las hipótesis de la fe cristiana. Dada la corrupción del mundo a consecuencia del pecado original, era fácil introducir la violencia en la ética, como medio de oponerse al pecado y a las herejías que ponen en peligro el alma. Todas las exigencias acósmicas consignadas en el Sermón de la Montaña corresponden a la ética pura de la fe y del Derecho natural que las sustentan, basadas en prescripciones definitivas a través de las cuales mantuvieron, a pesar de todo, su vigor revolucionario para emerger decisivamente a la superficie de las contiendas en casi la totalidad de los tiempos de virulencia social. De aquí dimanaron, en forma indudable, las sectas tanto radicales como pacifistas, entre las cuales se nos presenta la de Pennsylvania con su doctrina instauradora de un Estado que omitiría para sus fines el uso de la fuerza frente a los fenómenos exteriores. En la práctica, la hipótesis hecha realidad cayó en un derrotero dramático cuando, al advenimiento de las luchas conducentes a la independencia, la secta de los cuáqueros se vio en la incapacidad de recurrir a las armas, que les habrían dado la victoria en el conflicto decisivo por el triunfo de sus ideales, al revés del protestantismo tradicional que, asumiendo una actitud opuesta, legitimó el recurso de la violencia para el sostenimiento del Estado, justificando ese recurso como emanado de una institución divina y legítimamente autoritaria. Lutero no cargó sobre el individuo, en particular, la responsabilidad moral de la guerra, al hacer que aquella recayese sobre los hombros de la autoridad, a la que es obligado obedecer sin que por ello el individuo resulte culpable. La doctrina de Calvino, a su vez, asumió la fuerza como medio básico de legitimidad para la defensa de la fe; esto es, consideró la guerra de religión tan necesaria, para su justificación, como en su tiempo lo fue para el Islam: una necesidad vital. En este punto puede advertirse que no es la pérdida de la fe, advenida en el culto renacentista por el héroe, la que ha dado origen a los problemas de la ética política.



La historia de todas las religiones acota que se han valido de la fuerza, con variada fortuna, siguiendo la misma conducta que se acaba de exponer. La peculiaridad genérica de los problemas éticos propios de la política está condicionada únicamente por los recursos específicos dados en la violencia legítima puesta al servicio de talo cual conjunto social. De esta suerte, quienquiera que utilice este arbitrio, no importando cuál sea el fin, de acuerdo con sus necesidades políticas, queda condenado a responder por las consecuencias que de ello se deriven, y caerá, esta condena en forma muy especial sobre quien luche por su fe, sea ésta religiosa o no. Observando la escena contemporánea encontramos que aquel que desee instaurar en ella la justicia absoluta, tendrá que usar del poder y de los partidarios que lo sigan, condensados en una organización que, para funcionar, necesita de artículos o premios espirituales y materiales. En la actualidad, la lucha de clases exige que se ofrezca como premio espiritual la satisfacción de los rencores y de los anhelos de venganza y, especialmente la satisfacción potencial del resentimiento y de la pseudoética que reclama sus propios fueros, aunque esto entrañe difamar al adversario y la acusación de ser agente de herejías. Como medios materiales deberá tener a su alcance el ofrecimiento del triunfo mediante la aventura conducente a la apropiación del botín y las prebendas conexas al uso del mismo. El triunfo del líder está condicionado por entero al funcionamiento de la organización y de los móviles suscitados en ella, antes que a sus propios recursos. Es, pues, condición sine qua non la seguridad en la consecución de los premios ofrecidos a los seguidores que le son adictos, ya se trate de guardias rojos, rufianes o agitadores. Dadas estas premisas, el éxito de sus propósitos no queda al alcance de su mano, a menos que quiera servirse de esos motivos falsamente éticos y esencialmente abyectos adoptados por sus seguidores a los que, por lo demás anima una fe altruista representada por su persona y por su causa. La “legitimación” del anhelo de venganza, de las ansias de poder, del botín y de los gajes no es más que un recurso justificativo de la sinceridad de la fe (no debemos engañarnos, esta interpretación materialista de la historia no es tampoco un recurso que se acepta y desecha a voluntad, sin que obedezca los designios de los conductores de la revolución). El problema se presenta, ante todo, como una expresión de la revolución emocional, imponiéndose de nueva cuenta como una constante cotidiana tradicional. Siempre los héroes de la fe y la doctrina que sustentan acaban por esfumarse y, lo peor, por transformarse en factores constitutivos de la fraseología de los demagogos y de los manipuladores de la política. Tal cambio se produce con celeridad visible en el curso de las contiendas ideológicas, debido a que éstas son conducidas y están inspiradas por líderes indudables y auténticos profetas revolucionarios. Ahora bien, dado que en toda organización, sujeta a liderazgos, la única condición del éxito es la del empobrecimiento espiritual, la materialización y, en definitiva, la proletarización del alma en aras de la “disciplina de partido”, la corte victoriosa de un dirigente político suele transformarse de esta manera, con facilidad pasmosa, en un grupo común y corriente de cortesanos con influencia. Los profesionales de la política, o los aspirantes a serlo, necesitan obligadamente tomar conciencia de estas paradojas morales y de su responsabilidad, teniendo en cuenta la deformación que en ellos mismos puede operarse bajo la presión inflexible de sus seguidores. Insisto en que quien se dedica a la política establece un pacto táctico con los poderes satánicos que rodean a los poderosos. Para substraerse a este designio, los grandes virtuosos del amor al prójimo y del bien acósmico, de Nazaret, de Asís o de los palacios reales de la India, no se inmiscuyeron en los medios políticos, no actuaron dentro del poder. Su reino no era de este mundo, a pesar de haber tenido éxito dentro de él. Platón, Karatajev y los santos dostoievskianos están copiados a sus imágenes. Quien busque la salvación de su alma y la redención de las ajenas no la encontrará en los caminos de la política, cuyas metas son distintas y cuyos éxitos sólo pueden ser alcanzados por medio de la fuerza Los genios o los demonios de la política viven en pugna interna con el dios del amor, así se trate del dios cristiano en su evocación eclesiástica; y esa pugna puede convertirse en cualquier momento en insoluble conflicto. Esta experiencia la conocían los contemporáneos de la hegemonía eclesiástica. En sucesivas ocasiones caía el interdicto papal sobre Florencia y su connotación significaba para la época y las almas de los hombres un poder más fuerte que la “aprobación fría” del juicio moral kantiano, en opinión de Fichte, sin que ello, impidiese que los florentinos dejasen de combatir a los Estados de la Iglesia. Una muestra de esa situación se encuentra en un bello pasaje de Maquiavelo, perteneciente, si la memoria no me engaña, a las “Historias florentinas”, en el que el autor pone en boca de uno de sus héroes el elogio a quienes colocan la grandeza de la patria sobre la salvación de sus almas.



Si cambiando la terminología dijeran ustedes “futuro del socialismo” o “paz Internacional” en lugar de .ciudad natal. o .patria., tendrán el viejo problema completamente actualizado. Todo lo que se persigue mediante la acción política y los medios violentos que ella utiliza con apego a la ética de la responsabilidad, supone un peligro para la “salvación del alma”. Tratándose de la consecución de una finalidad de esta naturaleza en el campo ideológico y mediante una pura ética conceptual, esa finalidad puede resultar perjudicada al grado de desacreditarse por muchas generaciones, debido a que entre sus medios no se tuvo presentes las consecuencias inherentes a la responsabilidad. El que obra de esta manera no tiene conciencia de las potencias diabólicas puestas en juego ni de que tales potencias son inexorables y, por consiguiente, capaces de originar resultados adversos que afecten tanto a sus propósitos como a la salud de su alma, ya que frente a ellas se encontrará, de no verlas, completamente indefenso. “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”; “el demonio es viejo; hazte viejo para poder entenderlo”. No se trata en estos refranes de la edad cronológica del demonio. Nunca me he sentido abrumado en una discusión por las fechas de nacimiento. El simple hecho de que alguien tenga veinte años y yo pase de los cincuenta, no me induce, en definitiva, a pensar que ello constituye un éxito ante el que tenga que temblar de pavor. Lo decisivo no es el número de años desde el nacimiento, sino la capacidad adecuada para hacer frente a las realidades de la vida, para soportarlas y a estar a su altura; si bien es verdad que la política se hace con la cabeza, esto no quiere decir que se haga solamente con la cabeza. En ello tienen razón sobrada quienes defienden la ética de la convicción. Sin embargo, nadie puede sentenciar si hay que proceder conforme a la ética de la responsabilidad o de acuerdo a la ética de la convicción, o cuándo conforme con la una o de acuerdo con la otra. Lo único que puedo afirmar es que cuando, en estos tiempos de excitación que ustedes no creen “estéril” (la excitación no es esencialmente ni siempre una pasión auténtica), veo que aparecen de súbito políticos de convicción vociferando en medio del desorden: “el mundo es necio y abyecto, pero yo no, la responsabilidad por las consecuencias es ajena a mí corresponde a aquellos para los cuales yo trabajo y cuya necedad o cuya abyección yo podré extirpar”, empiezo por discutir la consistencia interior que existe en el trasfondo de esta ética de la convicción. Me imagino que en nueve de cada diez casos doy con odres llenos de viento que no saben lo que están haciendo y que se inflaman con sensaciones románticas. Humanamente esto no me interesa mucho ni poco y puedo decir que tampoco me conmueve en absoluto.


Por el contrario, es muy conmovedora la actitud de cualquier hombre maduro, de no importa cuántos años, que siente con toda su alma la responsabilidad por las consecuencias y actúa conforme a la ética correspondiente y que, llegado el caso, es capaz de decir: “no puedo hacer nada más, aquí me detengo”. Siento que esto es algo realmente humano y me caía hasta lo más profundo. Esta situación puede, en efecto, desafiar a cualquiera de nosotros, a condición de que no estemos muertos. Desde este punto de vista, la ética de la responsabilidad y la ética de la convicción no son términos opuestos entre sí; son elementos complementarios que deben concurrir a la formación del hombre auténtico, a la formación del hombre que pueda tener “vocación política”.


Llegado aquí, estimado auditorio, me permito emplazarlos para que hablemos nuevamente de este tema dentro de diez años. Si para entonces, como desdichadamente tengo muchos motivos para temerlo, continuamos dominados por la reacción sin que se haya realizado algo o quizá en absoluto nada de lo que con seguridad muchos de ustedes, y yo también, como lo he reconocido con frecuencia, hemos deseado y esperado (quizá, con toda probabilidad, esto no habrá de aniquilarme, pero supone, claro está, un grave cargo saber que así ha de ocurrir); para entonces, digo, me gustará mucho saber qué “ha sucedido” interiormente con muchos de ustedes que por ahora se sienten auténticos “políticos de convicción” y que, como tales, participan en la embriaguez de la revolución actual. Para entonces sería muy bello que todo ocurriera de tal modo que se pudiese aplicar lo que Shakespeare dice en el soneto 102:


“Entonces era primavera y era tierno nuestro amor
Entonces la saludaba cada día con mi canto,
Como canta el ruiseñor en la alborada del estío,
Y apaga sus trinos cuando va entrando el día”.



Sin embargo, el panorama no es éste. Tenemos frente a nosotros algo que no es alborada del estío, antes bien noche polar de oscuridad dura y helada, cualesquiera que sean los grupos actuales que triunfen. Donde no hay nada, efectivamente, no es sólo el emperador el que pierde o carece de derechos, sino también el proletariado. Cuando esta noche se aclare poco a poco, ¿quiénes de aquellos vivirán dentro de la primavera que hoy aparentemente florece con tanta opulencia? ¿Y qué habrá pasado para entonces en el espíritu de todos ellos? Habrán caído en la amargura o en la grandilocuencia vacua o se habrán sometido simplemente al mundo y a su profesión, o habrán elegido una tercera vía, que no es la menos transitada, la de la huida mística del mundo que adoptan aquellos que tienen dotes para ello o que (y esto es lo más común y lo peor) siguen esta ruta para ponerse a la moda. En cualquiera de estos casos, sacaré la conclusión de que no han estado a la altura de sus propios actos, de que no han estado a la altura del mundo tal como realmente es, ni a la altura de su tiempo. Objetiva y verdaderamente, ellos carecieron, en sentido profundo, de la vocación política que creían poseer; y que hubieran procedido en mejor forma ocupándose lisa y llanamente de la fraternidad humana y de su trabajo cotidiano.


La política estriba en una prolongada y ardua lucha contra tenaces resistencias para vencer, lo que requiere, simultáneamente, de pasión y mesura. Es del todo cierto, y así lo demuestra la Historia, que en este mundo no se arriba jamás a lo posible si no se intenta repetidamente lo imposible; pero para realizar esta tarea no sólo es indispensable ser un caudillo, sino también un héroe en todo el sentido estricto del término, incluso todos aquellos que no son héroes ni caudillos han de armarse desde ahora, de la fuerza de voluntad que les permita soportar la destrucción de todas las esperanzas, si no quieren mostrarse incapaces de realizar inclusive todo lo que aún es posible. Únicamente quien está seguro de no doblegarse cuando, desde su punto de vista, el mundo se muestra demasiado necio o demasiado abyecto para aquello que él está ofreciéndole; únicamente quien, ante todas estas adversidades, es capaz de oponer un “sin embargo”; únicamente un hombre constituido de esta manera podrá demostrar su “vocación para la política”

Katharina Von Strauger
Max Weber

EL POLÍTICO Y EL CIENTÍFICO

LA POLÍTICA COMO VOCACIÓN

verano de 1919


IV




LA CIENCIA COMO VOCACIÓN


De acuerdo con los deseos manifestados por ustedes, hoy voy a hablarles sobre “la ciencia como vocación”. Nosotros, los economistas, poseemos una pedantería muy particular, en la que quisiera mantenerme, y que consiste en partir siempre de las relaciones extrínsecas. Así pues, en la cuestión que nos hemos decidido a abordar podríamos partir de esta pregunta: ¿de qué modo se presenta la ciencia hoy en día como profesión, en el máximo sentido de la palabra? Esta pregunta, desde el punto de vista práctico, es equivalente a esta otra: ¿cuál es la situación de un graduado que ha decidido dedicarse profesionalmente a la ciencia en la propia universidad? Para entender en qué estriba al respecto la particularidad alemana, creo necesario establecer una confrontación, recordando previamente las circunstancias que prevalecen en Estados Unidos de América del Norte, país que tiene muchas diferencias con el nuestro en lo referente a estas cuestiones. Es bien sabido el hecho de que, entre nosotros, la carrera de un joven a quien anima el propósito de consagrarse a la profesión científica se inicia, regularmente, con la función de Privatdozent. El aspirante, después de haberse puesto en comunicación con el titular de la especialidad y de haber obtenido la aprobación de éste, le es calificada su obra original y se le somete a examen en determinada universidad. Allí podrá dictar cursos sin salario y sin otra retribución que aquella que se derive de la matrícula de los
estudiantes, fijando sus propios objetivos dentro del ámbito de su venia legendi.


En América del Norte la carrera académica se inicia normalmente con el nombramiento de “assistant”. Naturalmente, existe cierta semejanza con lo que suele ocurrir en nuestros grandes Institutos de Medicina y de Ciencias, en los cuales sólo un reducido número de concurrentes, y a menudo muy tarde, se deciden a ser habilitados como “Privatdozent”. La diferencia consiste en que, en la práctica, la carrera científica está cimentada definitivamente sobre supuestos plutocráticos, ya que tratándose de un científico joven que carece de bienes de fortuna, resulta muy expuesto, correr los riesgos del profesorado académico, toda vez que le será forzoso sostenerse con sus propios medios durante varios años, sin que le asista la seguridad de que al final de ellos pueda lograr un puesto que le permita vivir de él. En dicha nación norteamericana rige, por el contrario, el método burocrático. El joven percibe un salario desde el principio, aun cuando es de poca cuantía, ya que apenas se equipara al que, en la mayor parte de los casos, recibe un obrero medianamente calificado. Como quiera que sea, el joven cuenta ya con una posición más o menos sólida, dado que el sueldo que recibe es fijo. Sin embargo como suele suceder entre nuestros asistentes, es posible que llegue a ser destituido, y quizá hasta de un modo bastante despiadado si defrauda la confianza en él depositada. Esta consiste en que tendrá que “llenar el aula”. No es algo que pueda acontecerle a un Privatdozent alemán, el cual, una vez ha sido nombrado, no puede ser destituido. Naturalmente, no tiene “derechos” adquiridos; sin embargo, es lógica la perspectiva de que, habiendo cumplido durante años el ejercicio del profesorado, sea acreedor a ciertas consideraciones y se le tenga en cuenta, incluso si se presenta la casual circunstancia (a menudo muy importante) de tener que habilitar a otros Privatdozenten. Esta disyuntiva entre si debe habilitarse a los graduados que los soliciten y cuya capacidad haya sido comprobada o si hay que tomar en consideración las necesidades de los docentes, es decir, si a los Privatdozenten ya en funciones se les debe conceder - estado de monopolio, resulta muy penosa y está enlazada estrechamente con la doble cara de la profesión académica a la que habremos de referirnos en seguida. En la mayoría de los casos se adopta la segunda de las dos alternativas expuestas, lo cual implica, sin embargo, que el profesor regular interesado tenga una predilección especial para con sus propios discípulos, por más recto de conciencia que sea. Hablando con sinceridad, hasta yo personalmente me he apegado al principio de que aquellos que se han graduado conmigo deben someterse al examen y habilitarse con otros profesores en otra universidad. Con todo, se ha dado el caso de que uno de mis mejores alumnos se haya visto rechazado en otra universidad, debido a que nadie podía dar crédito al verdadero móvil de buscar en ella la habilitación.



Entre nuestro método y el norteamericano existe todavía una diferencia más. Por lo regular el Privatdozent alemán tiene que dedicarse menos de lo que quisiera a explicar los temas de las clases. De hecho, está facultado a desarrollar cualquier tema de su especialidad; sin embargo, si así lo hiciese, ello se conceptuaría como inaudita falta de consideración respecto de los Dozenten con mayor antigüedad. Generalmente el dictado de las lecciones sobresalientes está a cargo del titular, en tanto que las cuestiones secundarias dependen del Privatdozent. El sistema le resulta ventajoso, aunque no sea, en parte, muy de su agrado, ya que le da libertad para dedicarse a la labor científica durante los años de su juventud. Con el método estadounidense ocurre, en principio, de modo muy distinto. Por el hecho de recibir un sueldo, es precisamente en los primeros años del ejercicio académico cuando el joven científico se encuentra más agobiado por tareas didácticas. Pongamos como ejemplo una dependencia de germanística. El profesor ordinario se conforma con dictar, supongamos, un curso de tres horas por semana acerca de Goethe. Por su parte, el joven asistente puede considerarse satisfecho si además de impartir las primeras lecciones de la lengua alemana durante doce horas semanales de clases, puede incluir conocimientos de poetas de la talla de Uhland o algo así, pues son los titulares de la especialidad los que elaboran el programa, y es obligatorio que el assistant se apegue a él, a semejanza de lo que acontece entre nosotros con respecto a los asistentes de los institutos.


Ahora es posible ver claramente cómo la ampliación de nuestra Universidad, de ayer a hoy, para dar acceso a nuevas ramas de la ciencia, se está haciendo de acuerdo con los patrones norteamericanos. Los importantes institutos de Medicina o de Ciencias se han convertido en empresas de “capitalismo de Estado”. Para realizar su tarea requieren medios de gran envergadura, y sin ellos se produce la misma situación que donde sea que intervenga la empresa capitalista, esto es “el apartamiento del trabajador, así como de los medios de producción”. El trabajador, que en nuestro caso es el asistente, se encuentra vinculado a los medios de trabajo puestos a su disposición por el Estado. De resultas, tiene tan poca independencia frente al director del instituto como el empleado de una fábrica frente al director de ésta, pues aquél piensa con toda buena fe que el instituto es suyo y procede como si de hecho lo fuese. Su situación suele ser tan precaria como otra forma cualquiera del proletariado, y exactamente igual a la que vive el assistant de la Universidad estadounidense.


Es un hecho que la vida universitaria se americaniza cada vez más al igual que nuestra existencia en los más importantes aspectos, y he llegado al convencimiento de que al correr del tiempo tal evolución habrá de afectar a disciplinas como aquellas en que, a semejanza de lo que ocurre en gran parte con la mía, el propio artesano es dueño de los medios de trabajo (en principio de la biblioteca) así como anteriormente era el amo de su taller. Tal evolución está en pleno desarrollo. Indudablemente, esta situación ofrece ventajas técnicas tal como sucede en cualquier empresa de capitalistas, por más burocratizada que sea. Sin embargo, el nuevo “espíritu” se encuentra muy distante del peculiar ambiente nuestras universidades. Tanto en lo interno como en lo externo se abre un profundo abismo entre el jefe de una empresa universitaria y capitalista de tal índole y el clásico profesor regular al estilo antiguo. Disparidad que influye desfavorablemente en la actitud interna. Pero no es mi intención insistir acerca de este tema. Lo que sí puedo decir es que tanto en el orden interior como en el exterior la primitiva constitución de la universidad se ha tornado ficticia. No obstante, prevalece, todavía con más fuerza, un factor característico de la carrera académica. Se trata de la problemática con respecto a si un Privatdozent o un asistente llegará a tener un día la oportunidad de contar con un puesto de profesor regular o de director de un instituto. Claro está que no todo depende de la casualidad, pero sí es cierto que ésta domina de un modo fuera de lo común. Casi no conozco otra carrera en el mundo en la que el azar juegue análogo papel. Me juzgo tan autorizado para opinar así por cuanto en lo personal debo agradecer a más de una casualidad el hecho de haber recibido, siendo aún muy joven, el nombramiento de profesor ordinario de una materia que a colegas de más edad les supuso elaborar obras muy
superiores a la mía. Con esta experiencia, es posible que mi sensibilidad se haya agudizado lo suficiente como para percibir el inicuo destino de muchas personas para quienes el azar ha jugado y juega en sentido adverso y a las cuales, a pesar de su capacidad, no se les concede, por causa de este método de selección fortuita, el puesto que merecen. Este hecho de que justamente la ventura, y no sólo las aptitudes, constituya un factor determinante, no depende exclusiva ni principalmente, siquiera, de las deficiencias humanas que, claro está, se hacen sentir en este sistema de selección como en otro cualquiera. No sería lícito que a la inferioridad del personal del Ministerio o de las Facultades se le echara la culpa de la existencia de tantos mediocres en los puestos importantes de las universidades, hecho del que no hay duda alguna. Esto es algo regido por las leyes de la colaboración humana, que en este caso consiste en la de varias corporaciones, es decir, la Facultad que propone y el Ministerio. Un fenómeno comparable lo encontramos en la elección papal, la cual, dados los procedimientos que podemos observar a través de los siglos, nos ofrece el ejemplo más importante de cómo controlar una selección de personal. En muy contadas ocasiones ha resultado elegido el cardenal a quien se tenía por “favorito”. Generalmente la tiara ha sido dada al que estaba en segundo o tercer lugar entre los preferidos. Algo similar ocurre con respecto a los presidentes de los Estados Unidos de Norteamérica. Es excepcional que la “nominatio” partidista y, luego, el triunfo en las elecciones recaiga en el candidato de más popularidad y fama, en cambio, generalmente las gana el que está en el número dos o tres. Los estadounidenses han acuñado ya expresiones técnicas en el plano de la sociología, para señalar a estos ejemplares personajes. Partiendo de tales ejemplos, habría de resultar muy sugestivo inquirir a qué leyes responde una selección realizada por una voluntad de conjunto. No hemos de extendernos ahora en este punto, sin embargo, debemos observar que dichas leyes también tienen validez en lo que a las corporaciones universitarias se refiere y no debe causarnos asombro, precisamente, el que los errores se repitan con frecuencia, sino el hecho de que, pese a todo, lleguen a ser tantos los nombramientos apropiados. Lo cierto es que los mediocres acomodaticios o los arribistas, gente sin escrúpulos, son siempre los únicos que tienen probabilidades de ser nombrados, si está de por medio la intervención parlamentaria, por motivos políticos, o así se trate del monarca o de un dirigente revolucionario, como era usual y sigue siéndolo hasta el presente entre nosotros. No hay profesor universitario a quien le complazca recordar las polémicas suscitadas con motivo de su nombramiento, pues rara vez fueron gratas: sin embargo, puedo asegurar que en los muchos casos de los cuales me ha sido dado tener conocimiento, era evidente la buena voluntad de decidir por motivos exclusivamente objetivos.



Es necesario ver todo con claridad. No puede decirse que la suerte de las plazas académicas, azarosa en grado sumo, se deba sólo a la deficiencia de la selección realizada por una voluntad de conjunto. Todo joven que sienta en sí el llamado del ejercicio de la profesión académica debe estar del todo consciente de que la tarea que le espera tiene dos vertientes por donde correr. No debe bastarle haber sido calificado como sabio, sino que, es necesario que le vean atribuidas cualidades como profesor, y entre lo uno y lo otro no hay, ni siquiera remotamente, implicación alguna. Se da el caso de ser alguien un sabio excepcional y al mismo tiempo un catastrófico profesor. En el ejercicio docente recuerdo a hombres como Helmholtz o Ranke, que no constituyen, claro está, los únicos ejemplos. El modo como funcionan nuestras universidades, en especial las de menor tamaño, es una lucha obstinada por reunir el mayor número de estudiantes en una competencia que raya en lo irrisorio. Hay quienes explotan el alquiler de habitaciones en las ciudades universitarias y cuando a un estudiante le corresponde ser el número mil lo festejan con gran alborozo, y si llega a completar el cupo de dos mil, se le honra con un desfile de antorchas. Del ingreso proveniente de las matrículas depende, hay que decirlo con toda franqueza, el hecho de que las cátedras más próximas estén ocupadas de manera .atractiva., sin embargo, si dejamos esto de lado, es incuestionable que la cantidad
de matrículas significa una señal de triunfo de acuerdo con la suma de varias cantidades, mientras que la calidad científica no es tomada en cuenta y que, con frecuencia y naturalmente, les es negada a los intrépidos innovadores. Todo gira en torno a esta obsesión de la benevolencia infinita y del valor que representa la considerable concurrencia de alumnos. El hecho de expresar que tal o cual individuo es un mal profesor significa en la mayoría de los casos sentenciarlo a la muerte académica, así sea el sabio más grande del mundo. Para colmo, la certeza o la duda de sí un profesor puede ser considerado como bueno o malo en su ejercicio, está en función de la asiduidad con que él es honrado por los señores estudiantes, y es notorio que la afluencia de éstos a una cátedra determinada depende, aunque parezca increíble, de meras circunstancias externas, como por ejemplo, del temperamento del profesor o del timbre de su voz. Me ha bastado una sola experiencia, seguida de una reflexión tranquila, para aprender a desconfiar de los cursos masivos, por muy inevitables que resulten. La democracia es efectiva dentro de su propio ámbito; en cambio la educación científica, tradicionalmente requerida en nuestras universidades, es una cuestión de aristocracia espiritual, y en esto no debemos engañarnos. Es asimismo cierto y absolutamente necesario que la exposición de las cuestiones científicas sea hecha de modo comprensible para las mentes no adiestradas en ellas, pero con capacidad suficiente. Lograrlo es una de las tareas pedagógicas más difíciles, sobre todo si esas mentes llegan a concebir ideas propias acerca de tales cuestiones, lo cual es lo único decisivo para nosotros. Sin embargo, la cantidad de asistentes no es lo que ha de decidir el triunfo o el fracaso en esta tarea tan obstinada.


Volviendo al punto de partida, el arte de enseñar es, como quiera que sea, un don personal del todo independiente de la calidad científica de un sabio. Entre nosotros no contamos, sin embargo, como en Francia, con una entidad de “inmortales” científicos, de suerte que, conforme a lo tradicional, es de rigor en nuestras universidades el doble ejercicio de la investigación y de la enseñanza. El hecho de que las aptitudes para estas dos funciones distintas entre sí se den en un mismo individuo, nunca deja de ser pura casualidad.


Así pues, en la vida académica predomina el azar. No es nada fácil, diría que es casi imposible, hacerse uno responsable de aconsejar al joven que solicita ser orientado acerca de su posible habilitación. Si este joven es judío habrá que responderle, claro está:”lasciate ogni speranza”. Y tanto si loes como si no, a todos ellos se les debe preguntar, a conciencia: “¿Se siente usted capaz de soportar, sin amargura y sin dejarse corromper, el hecho de que durante años sucesivos vea desfilar ante usted una mediocridad tras otra?” La respuesta es siempre la misma: “Naturalmente; yo vivo sólo para mi vocación” No obstante, puedo asegurar que son muy pocos los individuos que he conocido capaces de soportarlo sin menoscabo para su vida interior. Esto es lo que juzgaba necesario decir, precisamente, en cuanto a las condiciones externas de la vida académica se refiere.


Ahora bien, sin duda, lo que ustedes esperaban de mí era algo distinto. Seguramente estaban en la creencia de que había de hablarles acerca de la vocación íntima del hombre de ciencia. Hoy en día, el estado íntimo de esta vocación se ve condicionado, antes que nada, por el hecho de que la ciencia se encuentra en un estadio de especialización nunca antes conocido y del que no habrá de salir jamás. Todas las tareas relacionadas con otras disciplinas, como las que solemos hacer aunque sea ocasionalmente y como aquellas que los sociólogos realizan con frecuencia, se llevan a efecto con la obsesiva idea de que al especialista quizá se le están suministrando cuestiones de provecho que a él le pasarían por alto probablemente desde su aislado emplazamiento, aunque el trabajo propio en sí ha de quedar irremediablemente muy incompleto. Sólo a base de una rígida especialización puede el trabajador científico experimentar esta impresión de plenitud, que quizá sólo se produce una vez a lo largo de la vida, y que le hace exclamar: “he aquí lo que he construido; algo que perdurará”. En estos tiempos, la obra de verdadera importancia y definitiva es nada menos que la del especialista. Aquel que no es capaz de colocarse, digamos, unas anteojeras y llegar convencerse a sí mismo de que la salvación de su alma está supeditada a la comprobación precisamente de esta hipótesis y no de otra, en este pasaje del presente manuscrito, no está constituido para la ciencia. Nunca experimentará en sieso que podría llamarse la “vivencia” de la ciencia. Carente de tan singular exaltación, que para aquellos que la ven desde afuera, desprovistos de pasión, de este sentimiento de que fue necesario que “transcurrieran tantos milenios antes de mi llegada y aún más milenios para que aguardaran en silencio a que yo verificase esta hipótesis”, tal persona carece de vocación para la ciencia; es preferible que elija algo distinto a qué dedicarse. Para el hombre en cuanto hombre nada tiene valor si no puede lograrlo con pasión.


Ahora bien, en caso de existir esta pasión, por considerable, verdadera y profunda que sea, ella no es suficiente para lograr un resultado. Es sólo una condición preliminar de la “inspiración”, que es lo realmente decisivo. Entre la juventud cunde la idea de que en la actualidad la ciencia es ya sólo una cuestión de cálculo que se lleva a cabo en laboratorios o en archivos estadísticos, valiéndose de la inteligencia, sin poner el alma en algo, como un producto que se elabora .en una fábrica.. Frente a tal creencia es preciso indicar, de primera intención, que se funda en un entendimiento erróneo tanto de lo que acontece en una fábrica como en un laboratorio. Para lograr la producción de algo valioso en uno u otro lugar, es preciso que el individuo conciba precisamente aquello que pueda resultar adecuado. Esta idea que acude a la imaginación no puede, sin embargo, ser forzada ni tiene nada de frío cálculo. Es cierto que también el frío cálculo es una condición preliminar. No hay sociólogo, pongamos por caso, que llegue a lamentarse de haber pasado largos meses, y que esto le haya ocurrido justo en la vejez, dedicado a operaciones totalmente triviales. Cuesta cara la tentativa de descargarse de esta labor valiéndose de medios mecánicos, cuando existe en realidad el deseo de sacar algún provecho de ella, por pequeño que sea, como es lo usual. Pero en tanto no se le ocurra a uno algo concreto para dirigir su cálculo, y durante el proceso hacia su efectividad, tratando de ver el alcance de sus probables resultados, no será posible conseguir siquiera este pequeño provecho. Únicamente intensificando el trabajo hasta lo máximo se llega a concebir con toda normalidad, lo deseado, aunque existen algunas excepciones a esta regla general. En
ocasiones, la ocurrencia de un aficionado puede tener la misma trascendencia científica y aún mayor que la de un especialista. Son varios los aficionados a quienes les debemos con gratitud muchos de nuestros más acertados planteamientos y la ciencia adquirida. El aficionado sólo se diferencia del especialista (según Helmholtz opinaba de Robert Mayer) en que carece aún de seguridad en los métodos de trabajo. De ahí que la mayoría de veces no está en condiciones de valorar y, asimismo, de dirigir la idea y menos de llevarla a efecto. La idea por sí sola no puede sustituir al trabajo, del mismo modo como éste no puede reemplazar ni forzar a la idea y así como tampoco puede hacerlo la pasión. En cambio, el trabajo y la pasión, sobre todo si van unidos, si pueden provocar la idea pero ésta surge cuando menos se espera y no cuando nosotros lo deseamos. Cierto es, en efecto, que las mejores ideas vienen a las mentes cuando uno fuma con toda tranquilidad un cigarro en el sofá, tal como le acontecía a Ihering, o como declara Helmholtz con precisión de físico, que las ideas le venían mientras realizaba un paseo por caminos de suave cuesta, o en el momento más inesperado. Como quiera que sea, la idea brota de pronto, después de muchas tribulaciones e inquieto afán en la mesa de trabajo. Claro que de no haber vivido esas horas llenas de angustia en la mesa de trabajo y con esa incesante inquietud por los problemas, no surgiría jamás la ocurrencia. Después de todo, el trabajador científico debe tomar en cuenta este azar, común a toda realización científica, de que la inspiración acuda o no. Y pueda tratarse de un excelente trabajador, sin que haya tenido jamás una ocurrencia digna de tomarse en cuenta. Algo que debe considerarse un grave error es la creencia de que esto sobreviene únicamente en el plano de la ciencia, en tanto que, por ejemplo, lo que acontece en un laboratorio es muy distinto a lo que ocurre en cualquier negocio. Así comprobamos que un individuo entregado al comercio o a la industria, y que carezca de “fantasía comercial”, esto es, sin ideas, sin ocurrencias propias del genio creador, nunca, por muy bien que le vaya, aventajará su situación de dependiente o de empleado técnico sin que nunca le sea dado formar nuevas organizaciones. De ningún modo es cierto que la inspiración juegue un papel más importante en la ciencia que en la solución de los problemas prácticos a los que debe hacer frente un empresario moderno, a pesar de que los científicos ensoberbecidos no lo crean así; del mismo modo que no se puede creer que la idea tiene menos importancia en la ciencia que en las artes, siendo pueril la idea de que un matemático pueda arribar a resultados científicos válidos utilizando únicamente una regla de cálculo o cualquier otro aditamento mecánico para el mismo fin. Es obvio, desde luego, que tanto por su sentido como por las metas a conseguir, la fantasía de un matemático como Weierstrass se dirige hacia su objetivo de manera totalmente distinta a la de cualquier artista; y que la fantasía de aquél como la de ese artista son cualitativamente diferentes, sin que ambos procesos psicológicos dejen de diferir, ya que en uno como en otro caso está presente la embriaguez (en su connotación de "manía" platónica) e “inspiración”. Debe considerarse como un don el hecho de que alguien posea inspiraciones científicas, como efecto de un destino inexplicable. Sobre la base de esta indudable verdad se ha levantado una predisposición muy extendida especialmente en los medios juveniles y por razones fáciles de comprender por la que se ama a ciertos ídolos, a los que se adora por doquier en todas las esquinas y en todos los medios de publicidad. Tales ídolos son la “personalidad” y la “vivencia”, que aparecen estrechamente unidos, dando la idea de que la segunda contribuye a la formación de la primera, a la que, en esencia, pertenece. El afán de atesorar “vivencias” es un tormento colectivo, toda vez que se supone que esa codicia forma parte de una personalidad, y el afán de comportarse como si se hubiese recibido ese don llega a convertirse en un substituto de las mismas vivencias. En otro tiempo, lo que ahora se llama “vivencia” tenía el nombre de “sensación” en lengua alemana y, a mi modo de ver, esta idea era mucho más correcta que lo que actualmente se entiende por vivencia
Katharina Von Strauger
Max Weber

EL POLÍTICO Y EL CIENTÍFICO

LA POLÍTICA COMO VOCACIÓN

verano de 1919


V




Distinguidos oyentes: en el terreno de la ciencia sólo posee personalidad quien se entrega pura y simplemente al servicio de una causa. Y esto no ocurre únicamente en el campo de la ciencia, pues no conocemos ningún artista realmente grande que haya hecho algo que no sea entregarse única y exclusivamente a su arte y sólo a él. Yo diría que incluso la personalidad de Goethe menoscabó el arte debido a la libertad de la que hizo uso, queriendo hacer de su propia “vida” una obra de arte. Quizás se ponga en duda esta afirmación, pero, en todo caso, hay que ser un Goethe para poder permitirse tal libertad, y nadie me negará que hasta un hombre de esa categoría, de los que sólo aparecen una vez cada mil años, tiene que pagar un precio por ella. Lo mismo sucede en lo que respecta a la política, de la que no hemos de tratar hoy.


En el terreno científico es absolutamente seguro que carece de “personalidad” quien se presenta en escena como “empresario” de la causa a la que debería servir, intenta legitimarse mediante su “vivencia” y continuamente se pregunta: ¿cómo podría yo demostrar que soy algo más que un simple especialista?, ¿cómo hacer para decir algo que en su forma o en su fondo nadie haya dicho antes que yo? Es esta una actitud muy generalizada que indefectiblemente empequeñece y que rebaja a quien se hace esta pregunta, mientras que, por el contrario, la entrega a una causa y sólo a ella eleva a quien así obra hasta la altura y dignidad de la causa misma. También en este punto ocurre lo mismo al científico y al artista, pero pese a la existencia de estas condiciones previas comunes tanto a nuestro trabajo como al del esteta, el trabajo científico está sujeto a una finalidad distintiva que lo separa profundamente del trabajo artístico. La labor científica, en efecto, está inmersa en la corriente del progreso, en tanto que en el terreno del arte no cabe hablar, por el contrario, del progreso en el mismo sentido. Es absolutamente refutable decir que la obra de arte de una época en la que se encuentran a su disposición nuevos medios técnicos y conocimientos mucho más profundos acerca de las leyes de la perspectiva sea, simplemente por esto, muy superior a otra obra ejecutada en tiempos en los cuales no existían dichos medios ni se tenía noción de tales leyes, siempre y cuando, claro está, que esta obra haya sido realizada materialmente con exactitud y según la forma debida, mejor dicho, que para ella se hubiera elegido y tratado su finalidad de acuerdo con las posibilidades artísticas, sin contar con esos medios y esas leyes. Una obra de arte, a la cual se considere en verdad .acabada., no podrá jamás ser superada ni envejecerá nunca. Un individuo podrá estimar de distinto modo el valor que esta obra representa para él, en lo personal; sin embargo, de estar una obra verdaderamente “lograda” en sentido artístico, jamás podrá nadie decir de ella que alguien la supere con otra, así esté esta otra igualmente “lograda”.


Con respecto a la ciencia ocurre todo lo contrario. Sabemos muy bien que lo que hayamos producido se habrá vuelto arcaico dentro de diez, veinte o cincuenta años. Tal es el destino y el sentido del trabajo científico, a los que se encuentra sometido y entregado opuestamente a todos los demás elementos de la cultura, los cuales no se hallan sometidos a la misma ley. Cualquier “logro” de la ciencia implica nuevas cuestiones y tendrá que ser superado y envejecerá irremediablemente. Quien quiera dedicarse a la ciencia debe contar con esto. Existen, claro está, realizaciones científicas que pueden conservar su importancia permanentemente en condición de “instrumentos de deleite” dada su calidad artística, o como factores previos para el trabajo. Sea como fuere, debemos señalar una vez más que el hecho de ser superables debe considerarse no sólo como el destino de cada uno de nosotros, sino también la finalidad peculiar que nos es común a todos. Imposible se nos haría trabajar sin la esperanza de que habrá quienes lleguen más lejos que nosotros, en un progreso que, por principio, no tiene fin. Hemos llegado, pues, al meollo de la cuestión del sentido de la ciencia. Efectivamente, no resulta fácil comprender que aquello que está sometido a esa ley tenga en sí sentido y sea en sí comprensible. ¿Por qué consagrarse a algo que, realmente, no tiene ni puede tener nunca fin? Como primera respuesta diremos que eso se ejecuta con un propósito práctico o, en términos más amplios, técnico, esto es: para que podamos enfocar nuestro proceder práctico en función de las expectativas que nos brinda la experiencia científica. Naturalmente esta es una respuesta cabal, pero sólo tiene significación para el hombre práctico. Sin embargo, ¿cuál es la actitud interior del hombre de ciencia con respecto a su profesión? -siempre que se dedique a ella, claro está-. Él afirma que está consagrado a la ciencia por la ciencia, ajeno por entero a que otros vayan a lograr con ella triunfos técnicos o económicos, o alimentarse, vestirse, alumbrarse o mejor gobernarse. Ahora bien, ¿en qué sentido cree él que debe consagrarse a la creación de algo cuyo destino tiende necesariamente a envejecer, que debe abismarse en esta empresa fraccionada en parcelas de especialidades y sin una meta definitiva? Para contestar a esta pregunta se requieren algunas consideraciones de regla general. El avance de la ciencia constituye una parte, la de mayor importancia, de ese proceso de dedicación a su cultivo al que estamos sometidos y frente al cual, por lo demás, se suele adoptar una actitud sumamente negativa en estos tiempos. Antes que nada, procuremos analizar con toda serenidad, desde el punto de vista práctico, el significado de esta racionalización intelectual operada a través de la ciencia y de la técnica dirigida científicamente. ¿Significa, tal vez, que hoy en día cada uno de los que –estamos reunidos en este recinto, por ejemplo, tiene una conciencia de sus propias condiciones de vida mucho más precisa que la que tenía un indio o tiene un hotentote? Eso es difícil que sea verdad. De no tratarse de un físico, cualquiera de los que viajan en un tranvía, sin duda no tendrá idea de cómo ni por qué se moviliza aquello. Mas, después de todo no necesita saberlo. Es suficiente para él “contar” con la conducción del tranvía y decidir así su propia manera de proceder, pero no se interesa por saber cómo se puede fabricar un tranvía que funcione. El salvaje tiene muchos más conocimientos que nosotros sobre los instrumentos que utiliza. Si se tratara de cómo emplear el dinero, me atrevería a apostar que, no obstante encontrarse aquí algunos economistas, las respuestas serían distintas entre sí y tantas como las personas interrogadas acerca de por qué con una misma suma de dinero se pueden comprar, según sea la ocasión, cantidades muy diversas de una misma cosa. Sin embargo, el salvaje sabe muy bien de qué modo conseguirá el alimento de todos los días y cuáles son las instituciones a las que debe recurrir para que le ayuden a ello. Así pues, el progreso de la “intelectualización y racionalización” no representa un ascendente conocimiento global, de las condiciones generales de nuestra vida. El significado es otro: representa el entendimiento o la creencia de que, en un momento dado, en el momento que se quiera, es posible llegar a saber, por consiguiente, que no existen poderes ocultos e imprevisibles alrededor de nuestra existencia; antes bien, de un modo opuesto, que todo está sujeto a ser dominado mediante el cálculo y la previsión. Con eso queda al descubierto, sencillamente, que lo mágico del mundo está excluido. A la inversa del salvaje, el cual aún cree que tales poderes existen, nosotros no tenemos que valernos de medios que obren efectos mágicos para controlar a los espíritus o incitarlos a la piedad. Esto es algo que se puede lograr por medio de la técnica y la previsión. He ahí, en esencia, el significado de la “intelectualización”. Bien, ahora cabe preguntarnos si todo este proceso de liberación de la magia, que en la cultura occidental viene prolongándose desde hace miles de años; si todo este .progreso., en el que la ciencia se va introduciendo como parte integrante y fuerza propulsora, tiene algún sentido que vaya más allá de lo meramente práctico y técnico. Este es un problema que se encuentra planteado de un modo ejemplar en la obra de León Tolstoi, que desemboca en él por una vía privativa. Su reflexión se va concentrando, a cada momento en un solo tópico: si la muerte constituye o no un fenómeno que tenga sentido. La respuesta que da es que la muerte, para el hombre con cultura, no lo tiene. La vida civilizada de cada individuo, emplazada en el “progreso”, en lo infinito, es incapaz, según su propio sentido, de fin alguno. Invariablemente existe un progreso más allá de lo ya alcanzado, y no hay mortal que pueda escalar las cumbres entalladas en la infinitud. El propio Abraham o uno de aquellos campesinos de antaño moría “viejo y saciado de vivir”, debido a que se encontraba dentro del circulo orgánico de la existencia; asimismo, porque conforme a su sentido inherente había ya recibido de su vida, al fin de sus días, cuanto podía ofrecer la existencia y, también, porque ya no quedaba para él enigma alguno que le despertara deseos de descifrarlo; así, podía considerarse “satisfecho”. Veamos ahora, a la inversa, al hombre fruto de la civilización, inmerso en un mundo que se enriquece continuamente con saberes, diferentes ideas y nuevos problemas. Podría sentir “el cansancio de vivir”, mas nunca “la saciedad de la existencia”, pues no le habrá sido posible captar nunca más que una mínima partícula de aquello que la vida espiritual esclarece, pero que, al fin y al cabo, no es sino algo efímero, jamás definitivo. Por lo tanto, para él la muerte está privada de sentido y tampoco lo tiene la cultura en cuanto tal, puesto que es ella, precisamente, la que con su insensato avance acelerado deja a la muerte sin ningún sentido. Esta es la reiterada nota fundamental del arte de Tolstoi en cada una de sus últimas novelas.


¿Qué podemos pensar de todo esto? Se nos ocurre preguntarnos: ¿es que el progreso en cuanto tal tiene un sentido al que se pueda conocer, que vaya más allá de lo meramente técnico, en cuya virtud su utilidad llegue a constituir una vocación significativa? Es ineludible el planteamiento de este problema, pues ya no atañe únicamente al de la vocación del científico, es decir al significado que la ciencia tiene para aquel que se consagra a ella; antes bien, se trata de algo distinto, esto es, definir qué es la vocación científica considerada en la vida entera de la humanidad y cuál es su valor. Llegados a este punto, sobresale la extraordinaria diferencia que existe entre los tiempos idos y el presente. Recordemos juntos la prodigiosa escena que Platón nos describe en el Libro Séptimo de La República. En una caverna se encuentra un grupo de hombres encadenados. Sus rostros están dirigidos frente a una pared de fondo y sus espaldas dan contra la luz, de modo que únicamente pueden ver las sombras proyectadas en el muro, tratando de descubrir la relación que existe entre ellas. Uno de los hombres consigue, por fin, romper las cadenas; se vuelve y dirige su mirada hacia el sol. Cegado, se mueve a tientas y avanza. Balbuceando, comienza a describir lo que ve. Los otros hombres lo llaman loco. Sin embargo, paulatinamente, el liberado se acostumbra a ver en la luz. Entonces, se impone la tarea de acudir allí donde permanecen sus compañeros, con objeto de liberarlos de sus cadenas y conducirlos hasta la luz. Este hombre representa al filósofo; la luz del sol es la verdad de la ciencia, que no persigue apariencias ni sombras, sino que va en busca del verdadero ser.


¿Hay quien tenga en la actualidad una actitud similar respecto a la ciencia? Diríamos que entre los jóvenes predomina más bien un sentimiento opuesto. Todas las estructuras intelectuales de la ciencia constituyen para la juventud actual un reino ultraterreno de abstracciones artificiales que trata, sin jamás lograrlo, de aferrar entre sus macilentas manos la sangre y la savia de la vida real. Precisamente lo que para Platón no era más que un juego de sombras en el muro es aquí, en la vida, el palpitar de la auténtica realidad. Fuera de eso, todo son fantasmas vacíos, que se apartan de la realidad. ¿Cómo es posible que llegara a producirse este cambio? El fogoso entusiasmo que anima La República de Platón es explicable, finalmente, gracias al descubrimiento del concepto como una de las más eficaces herramientas del conocimiento científico. Se debe a Sócrates la revelación de sus alcances, aunque no se le impute como al único creador de la valoración del concepto. Para entonces podían encontrarse elementos lógicos, en el escenario hindú, muy semejantes a los aristotélicos, bien que puede decirse con entera sujeción a la verdad que, fuera de Grecia, no se tenía, a pesar de ello, noción entera de su importancia, pues sería entre los griegos donde por primera vez se le concebiría como instrumento hábil merced al cual podía situarse cualquier persona en torno a la lógica para no evadirse de ella, a menos de confesar que no se sabe nada, o bien que ésta y no otra es la verdad eterna que, en sentido opuesto al de las acciones y los impulsos de los hombres, no dejará de actuar jamás. Esta y no otra fue la inaudita experiencia intelectual de los discípulos de Sócrates. De esta noción parecía deducirse necesariamente que una vez hallado el concepto de lo bello, de lo bueno, de lo heroico, del alma o de cualquier otra cosa, podría encontrarse también la esencia de su verdadero ser, para quedar abierta de esta suerte la vía que permitiese enseñar y aprender la forma justa del comportamiento en la existencia y, sobre todo, del cumplimiento de los deberes del individuo como ciudadano. El ateniense de pensamiento radicalmente político hace que todo dependa, de hecho, de esta única cuestión decisiva cuyo conocimiento y conceptuación constituye el sentido más profundo de la ciencia.


A la par de este descubrimiento del espíritu de la Hélade aparece, como fruto del Renacimiento, la segunda gran herramienta del trabajo científico: el trabajo experimental o racional, como medio de una experiencia digna de confianza, sin cuyo auxilio habría sido imposible la ciencia empírica de nuestros días; lo cual no excluye el que antes de aquel entonces no se hubiese experimentado. En efecto, en la India se habían llevado a cabo experimentos psicológicos apegados a las técnicas ascéticas del yoga; y hubo también los experimentos matemáticos que de Grecia se extenderían a la Europa medieval, en primer lugar al servicio de la técnica militar y, en segundo, al de la explotación minera. Las técnicas experimentales como principios indispensables de la investigación científica son, sin embargo, obra del Renacimiento. Los avanzados de esta nueva corriente son los geniales artistas renacentistas, Leonardo y sus contemporáneos y, sobre todo, y en forma por demás característica, los músicos del siglo XV, con el clavicorno experimental de pruebas; de sus manos pasó la experimentación artística a los experimentos científicos, especialmente en la obra de Galileo y en las formulaciones teoréticas precisadas por Bacón y, más adelante, en las universidades europeas, sobre todo las italianas y holandesas. ¿Cuál era el significado de la ciencia para aquellos hombres instalados en los umbrales de la modernidad? Para los artistas pragmáticos de la talla de Leonardo y para los innovadores musicales, el experimento científico significaba la ruta abierta hacia el arte verdadero, que para ellos era también el camino a la verdadera naturaleza. La elevación del arte a los niveles ocupados por la ciencia significaba, ante todo, el que el artista pudiera ser equiparado con el sabio, tanto debido a su categoría social como al sentido de la vida que debería poseer. En el Tratado de la Pintura, de Leonardo, subyace esta ambición. ¿Podríamos asegurar en la actualidad que la ciencia es el “camino hacia la naturaleza”? Semejante aseveración sería tomada como herejía a los oídos de la juventud, pues en nuestros días se trata al parecer, de lo contrario; esto es, de liberarse del intelectualismo científico para ir hacía nuestra propia naturaleza y, por su intermedio, hacia la naturaleza en general. ¿El camino que conduce a la plenitud artística? Tal afirmación no requiere ni siquiera una crítica. Sin embargo en el momento de la aparición de las ciencias de la naturaleza, todavía se esperaba más de ellas. En esto, es menester recordar la frase de Swammerdam: “Aquí, en la anatomía del piojo, les traigo una prueba de la Providencia divina”, para que vean ustedes que el trabajo científico, indirectamente influenciado por el protestantismo y el puritanismo era considerado en aquel tiempo como el camino hacia Dios. Era ésta una actitud no compartida por los filósofos de la época en sus conceptos y deducciones. La totalidad de la teología pietista de entonces, en especial la de Spener, sabía ya que no era posible encontrar a Dios en esa ruta seguida durante la Edad Media, pues ya se entendía que Dios está escondido y que sus caminos no son los nuestros ni tampoco sus pensamientos. La búsqueda de las huellas y los propósitos de Dios con respecto al mundo, se pretendía que pudiese ser realizada en las ciencias de la naturaleza. ¿Y qué es lo que pasa en nuestros días? Exceptuando uno que otro niño grande de los que a menudo se mueven en el mundo de las ciencias naturales, nadie cree que los conocimientos astronómicos, biológicos, físicos o químicos puedan proporcionarnos enseñanzas acerca del sentido de la existencia o acerca del camino en el que pueden hallarse indicios de ese sentido, suponiendo su existencia. Si los conocimientos tienen que ver con ello es más bien en el sentido de extirpar la fe en la
existencia de algo que pueda llamarse “sentido” del mundo. ¿La ciencia camino hacia Dios? ¿puede llamarse camino hacia Dios ese poder específicamente ajeno a la divinidad? Confiésese o no, nadie, puede albergar duda alguna en el fondo de su ser con respecto a que la ciencia es ajena a la idea de Dios. La premisa fundamental para existir en comunidad con lo divino, es la emancipación del racionalismo e intelectualismo de la ciencia. Este enunciado o cualquier otro sensiblemente análogo es la premisa de nuestra juventud que aspira a tener una vivencia religiosa, y a la cual lo que le interesa no es, por lo demás la vivencia religiosa en sí, sino la “vivencia en general”. Aquí es de extrañarse que el camino tomado para ello consista, en definitiva, en elevar la conciencia para colocarla bajo la lupa de la razón, esto es, afectando la esfera de lo irracional, que es lo único que hasta ahora no se había visto afectado por su examen. Esto es, en definitiva y en la práctica, lo que está ocurriendo con el neorromanticismo intelectual de lo irracional. Los medios para liberarse del intelectualismo conducen precisamente al punto opuesto al que pretendían alcanzar quienes se proponían evadirlo.


Tras la aniquiladora crítica de Nietzsche contra los “hombres postreros” que habían encontrado la felicidad, puedo permitirme dejar de lado ese ingenuo optimismo que veía en la ciencia, o sea, en la técnica científicamente fundamentada, el camino real hacia la felicidad. ¿Quién cree en estos tiempos en ello, exceptuando algunos niños grandes de los que ocupan las cátedras o las redacciones de los periódicos?


Recapitulando. Dados estos supuestos y tomando nota de cuanto acabamos de decir, vemos cómo han zozobrado todas las ilusiones que veían en la ciencia el camino hacia el “verdadero ser”, “hacia el arte verdadero”, “hacia el verdadero Dios”, “hacia la felicidad verdadera”. ¿Cuál es el sentido actual de la ciencia como vocación? La respuesta más acertada es la de Tolstoi, contenida en las siguientes palabras: “La ciencia carece de sentido, puesto que no tiene respuesta para las únicas cuestiones que nos importan, las de qué debemos hacer y cómo debemos vivir”. Sería vano discutir el hecho de que, en realidad, la ciencia no responde a tales cuestiones. El meollo del problema está, sin embargo, en que no ofrece ninguna respuesta y en que no contribuye, en definitiva, a plantear adecuadamente tales cuestiones.


Actualmente suele hablarse con asiduidad de una ciencia “sin supuestos previos”. ¿Puede existir como tal? Todo depende, claro está, del sentido que se imprima a esta expresión. No hay trabajo científico que no tenga siempre como presupuesto la validez de la lógica y de la metodología, que son las disciplinas fundamentales, en lo general, de nuestra orientación en el mundo.


Tales supuestos no suscitan, al menos en lo que toca a las cuestiones que nos ocupan, grandes problemas. Todo trabajo, sin embargo, tiene otro supuesto necesario en el orden de lo científico: el del resultado que con él se pretende obtener, en el sentido de lo que es digno de saberse. Naturalmente, con este supuesto se nos plantean de nuevo todos nuestros problemas, ya que a su vez no llega a ser demostrable científicamente. Lo único que podemos hacer es interpretarlo conforme a su sentido último, aceptándolo o rechazándolo, según sea la postura de cada uno frente a la existencia.


La relación entre la labor científica y estos supuestos previos difiere, además, de acuerdo con la estructura de las distintas ciencias. Las ciencias naturales, tales como la física, la química o la astronomía, presuponen, como algo de suyo evidente, que las leyes logradas por dichas ciencias acerca de los fenómenos cósmicos merecen ser conocidas, no ya sólo porque estos conocimientos conduzcan a resultados técnicos, sino hacia la satisfacción de quien las cultiva, “por el conocimiento mismo” llevado de su “vocación”. Este supuesto no es demostrable, como tampoco lo es el que este mundo trazado por tales leyes merezca existir, que tenga un sentido y que vivir en él lo tenga a su vez. De ahí que las ciencias de la naturaleza no se planteen tales cuestiones.


Consideremos ahora, por ejemplo, dentro de la ciencia altamente desarrollada, a la medicina moderna. La preceptiva general médica es, simplemente, la de preservar la vida y la de disminuir, hasta donde sea posible, el sufrimiento humano, tareas frente a las cuales tal preceptiva se torna problemática. El médico, gracias a sus conocimientos, puede mantener con vida al enfermo incurable, aunque éste le implore que lo libere de su existencia y a pesar de los parientes, para los cuales esa vida ya no tiene ningún valor y preferirían verla liberada del sufrimiento, o para quienes resulta, quizá, imposible sostener los gastos que implica prolongarla (podría tratarse acaso de un loco desamparado) y estarían deseando, y no sin razón, consciente o inconscientemente, que el enfermo muera. Pero nada, salvo el Código Penal y los supuestos sobre los cuales se ejerce la Medicina, prohíben que el médico se desvíe de su línea de conducta. La ciencia médica no se pregunta si la vida es digna de ser vivida o en qué momento deja de serlo. Sin embargo, todas las ciencias de la naturaleza tienen la respuesta para el interrogante de qué debemos hacer si queremos dominar técnicamente la vida. Todo cuanto se relaciona, a si debemos o queremos en nuestro interior ese dominio y si éste tiene en verdad sentido, es pasado por alto, o bien se da por supuesto previamente.


Ahora bien, fijemos nuestra atención en una disciplina diferente, la ciencia del arte. La estética se basa en que la existencia de obras de arte es un hecho y se afana por hallar las condiciones en que tal hecho se produce. A pesar de esto, no se plantea el embarazoso problema de si el dominio del arte sea o no el de un reino de magnificencia diabólica, un reino terrenal que, por lo mismo, en el más entrañable de sus sentidos, es un reino enemigo de Dios y no sólo eso, sino también un adversario de la fraternidad entre los hombres, dado su espíritu elevado y profundamente aristocrático, con lo cual la estética no está en actitud de preguntarse si deben o no existir obras de arte. Pasando a otro campo, lo mismo ocurre con la jurisprudencia, encargada de definir lo que es válido de acuerdo con las reglas del pensamiento jurídico, en parte por razones estrictamente lógicas cuando no por sus vinculaciones con determinados esquemas convencionales. Aquí su función estriba en determinar cuándo son obligatorias determinadas normas jurídicas y sus correspondientes métodos de interpretación. No responde, en cambio, a la pregunta de si debe existir el derecho o de si deben quedar establecidas precisamente estas normas y no otras; debido a que su función es la de apelar al medio apropiado para alcanzarlas sujetándose a las reglas de nuestras concepciones jurídicas, que señalan tal o cual norma. Por otra parte, habría de pensarse, finalmente, en las ciencias históricas, que nos enseñan a evaluar los acontecimientos políticos, artísticos, literarios y sociales, habida cuenta de las circunstancias de sus respectivas apariciones, para las cuales no existen respuestas acerca de si tales fenómenos debieron o deben existir o si vale o no la pena el conocerlos, en el supuesto de que hay un interés en participar, por medio de este conocimiento, en la comunidad de los .hombres cultos., aunque se muestre uno incapaz de probarlo “científicamente” ante quien sea. El hecho de tomar como supuesto la existencia de dicho interés no es suficiente para validar su evidencia por si mismo, algo que no lo es en modo alguno.


Examinemos ahora las disciplinas que yo tengo más próximas, es decir, la sociología, la historia, la economía, la teoría del estado y ese género de la filosofía de la cultura que se propone la interpretación de todos los fenómenos de esta naturaleza. Se afirma, y comparto esa opinión, que la política debe quedar fuera de las aulas. En primer lugar los estudiantes no deben hacer política; yo deploraría el hecho de que el estudiantado pacifista de Berlín armara escándalo en el aula de mi antiguo colega Dietrich Schäfer con el mismo vigor con que lamento el escándalo que, según parece, le han armado los estudiantes antipacifistas al profesor Foerster, pese a la total diferencia de opiniones que me separan de dicho catedrático. Pero tampoco, en mi opinión, los profesores deben hacer política en las aulas y menos que nunca al ocuparse de la política desde el punto de vista científico. La filiación política y el análisis científico de los fenómenos y de los partidos políticos son cosas muy distintas. Si en una asamblea popular se habla de democracia no es para guardar en secreto la propia opinión, ya que es obligatorio y moral, en ese caso especifico, el tomar partido. Los enunciados que en ese caso se utilizan no son proposiciones derivadas o sujetas al análisis científico, sino de propaganda política frente al auditorio. No son herramientas para labrar el terreno del pensamiento contemplativo, sino armas usadas como medios de lucha para derrotar al enemigo. Usar la palabra con este objeto en las aulas o en conferencias académicas constituiría, por el contrario, una herejía.


En esos casos, cuando haya que referirse a la “democracia”, será menester presentarla en sus distintas formas, analizar su funcionamiento, acotar las consecuencias que cada una de ellas tiene para la vida; contraponerlas a las normas antidemocráticas de ordenamiento político y tratar de que, en la medida de lo posible, el auditorio se encuentre en situación de discernir sobre su toma de posición a partir de sus propios ideales básicos. No obstante, el verdadero maestro habrá de cuidarse mucho de inducir hacia una posición determinada a sus alumnos aprovechando de su autoridad como catedrático; no deberá hacerlo ni directamente ni por medio de sugerencias, pues aquello de “dejar que los hechos hablen por sí”, implica la forma más desleal de ejercer presión sobre los circunstantes.

¿Por qué razón no debemos incurrir en esa falta? Tengo por sabido que algunos de mis muy estimados colegas entienden que es imposible practicar esta autolimitación y que, aunque así no lo fuera, ella redundaría en un puro capricho. A buen seguro no es posible que a nadie se le indique, científicamente y de antemano, sus deberes como maestro, y lo único que se le puede exigir es la probidad intelectual necesaria para concebir que existen dos tipos de problemas cabalmente heterogéneos. De un lado, la comprobación de los hechos, la determinación de contenidos lógicos o matemáticos o de la estructura interna de los fenómenos culturales; del otro, la respuesta a la pregunta con respuesta a la cultura y sus contenidos concretos y, en esencia, la orientación en cuanto al comportamiento del hombre dentro de la comunidad cultural y de las asociaciones políticas. De no faltar quien pregunte la razón por la cual no deban tratarse en las aulas los problemas inherentes al segundo tema, habré de responderle que ello es debido a la simple razón de que las aulas no son tribunas de profetas o demagogos. Unos y otros ya recibieron este consejo: “Vayan por calles y plazas y hablen públicamente”, es decir, habla por dondequiera se te pueda criticar. En el aula, el catedrático se halla en el uso de la palabra ante el silencio de sus alumnos; para cursar su carrera, es obligación de los estudiantes asistir a las clases impartidas por el maestro, sin que les esté permitido expresar puntos de vista opuestos. Es de mi parecer que entraña una absoluta falta de responsabilidad el que un profesor tome ventaja de sus prerrogativas para influir en los estudiantes, transmitiéndoles sus propias opiniones políticas, en vez de limitarse a cumplir con su misión específica: la de suministrarles sus conocimientos y su experiencia científica. Claro está que siempre es posible que tal o cual profesor llegue a prescindir sólo a medias de sus simpatías políticas; y menos mal, porque de no hacerlo quedará expuesto a las más agudas críticas de su propia conciencia. En definitiva, este hecho no prueba nada. La obligación de buscar la verdad conlleva también posibles errores puramente objetivos que, naturalmente, no suponen un argumento en contra de su consecución. Es el interés científico, además, el que me mueve a condenar semejante actitud. Teniendo en cuenta la obra de nuestros historiadores, me comprometo a ofrecer la prueba de que dondequiera que un hombre de ciencia permite la introducción de sus propios juicios de valor, renuncia a tener una comprensión plena del tema que trata. Esta cuestión, por lo demás, rebasa de sobra el tema que estoy tratando y merecería de por sí un tratamiento más prolongado.


Limitándome a considerar la posibilidad de imponer un criterio homogéneo de evaluación a un católico y a un masón, asistentes a un curso sobre formas de gobierno, las distintas iglesias o la historia de las religiones, encontraré que no existe tal posibilidad; pero a pesar de ello, mi deseo como profesor deberá circunscribirse al intento de ser tan útil al católico como al masón, por medio de mis conocimientos y métodos. Aunque bien podrían ustedes objetarme, y con razón, que un católico convencido no aceptará jamás los hechos expuestos por su profesor en lo que atañe a las circunstancias que dieron origen al cristianismo, debido a que aquel no comparte sus puntos de vista dogmáticos. Siendo esto del todo cierto, la diferencia subsiste y se ciñe a lo siguiente: la ciencia sin “supuestos previos” rechaza toda implicación religiosa y no acepta, como tal, ni el “milagro” ni la “revelación”. De aceptarlos traicionaría sus “propios presupuestos”, mientras que el religioso cree tanto en el uno como en la otra. La ciencia sin “supuestos previos” no exige nada menos, pero tampoco nada más, que el acatamiento de que si debe explicarse a través de ella el origen del cristianismo sin tener en cuenta tales factores, que para una explicación empírica no tienen valor casual, debe explicarse, precisamente, en la forma que corresponda, de manera que quien lo acepte no tenga que faltar a su fe.


Pero, entonces, ¿llegará a tener sentido la aportación de la ciencia para aquellos a quienes los hechos les son indiferentes y para aquellos que sólo consideran la toma de posición en la práctica? Quizá sí. Por lo pronto, nos encontramos con que lo primero que el profesor debe proponerse es enseñar a sus discípulos a que acepten los hechos incómodos, es decir, aquellos hechos que a ellos les resultan incómodos para la corriente de opinión que comparten, y, en general, existen hechos de esta índole en todas las corrientes de opinión, sin exceptuar la mía propia. Cuando un profesor se impone ante su auditorio, obligándolo a ello, creo que le está procurando algo más que una simple aportación intelectual, ya que si dijera “aportación ética”sería, incluso, caer en la inmodestia, pese a que pueda parecer un patetismo exagerado para calificar algo evidentemente tan pueril.


Hasta aquí sólo he expuesto ciertas razones prácticas dirigidas al maestro, en calidad de consejo a fin de que se abstenga de imponer sus propias posturas a sus discípulos. Sin embargo, no sólo hay que tener en cuenta estas razones. Lo que impide sostener una defensa “científica” con respecto a las posturas prácticas (salvo en los casos en que se trate de especificar los medios más convincentes para lograr la finalidad antes indicada) estriba en causas mucho más profundas. Es una defensa que resulta absurda, en principio, debido a que los diferentes valores existentes se encuentran ya librando entre sí un combate sin solución posible.


El viejo Mill, aun cuando no es mi intención elogiar su filosofía, expresó cierta vez, y en eso le doy la razón, que cuando uno se sale de lo puramente empírico cae en el politeísmo. Se diría que tal afirmación peca de superficial y paradójica; sin embargo, contiene una gran verdad. Si algo hay que hoy en día sepamos bien es la antigua verdad aprendida una y otra vez, de que existe algo que puede ser sagrado, sin que sea menester precisamente que sea bello, incluso porque no lo es y en la medida en que no lo es. Ustedes pueden hallar referencias acerca de eso en el capitulo LIII del libro de Isaías, así como en el Salmo XXI. Asimismo, sabemos que no sólo algo puede ser bello aunque no sea bueno, sino precisamente por aquello por lo cual no lo es. Esto lo hemos sabido de nuevo con Nietzsche; además, lo encontramos hecho realidad en los poemas de Baudelaire, en el libro que denominó Las flores del mal. En suma, la verdad de que algo puede ser verdadero aunque no sea ni bello, ni sagrado, ni bueno, forma parte de la
sabiduría de todos los días. Sin embargo, estos casos no son sino los más elementales de esa batalla sostenida entre los dioses de los diferentes sistemas y valores.


Ahora bien, hay una cosa que está fuera de mi alcance:


¿Cómo es posible que se pretenda decidir científicamente entre el valor de la cultura francesa y el de la alemana? En este caso se trata también de diferentes dioses que luchan entre sí, y para siempre. Sucede, aunque en distinto sentido, lo mismo que ocurría en el mundo antiguo, cuando éste todavía no se había liberado de sus dioses y demonios. Al igual que los helenos ofrecían sacrificios primero a Afrodita, después a Apolo y sobre todo, a los dioses de sus propias ciudades, lo mismo ocurre hoy, aunque el culto se haya desmitificado y no tenga ya la plástica mítica pero íntimamente verdadera que poseía en su forma original. Sobre estos dioses y su lucha eterna decide el “destino” y no ciencia alguna. Lo único que se puede comprender es qué es lo divino en un orden u otro, o para un orden u otro.


Aquí concluye todo lo que desde la cátedra se puede decir sobre el asunto, lo cual por supuesto, no significa que con eso el problema vital quede concluido. Son otros poderes, muy distintos de los de las cátedras universitarias, los que tienen aquí la palabra. ¿Quién se atrevería a refutar científicamente la “ética” del Sermón de la Montaña?, ¿O del principio que ordena “no resistirás al mal”, o de la parábola que aconseja ofrecer la otra mejilla? Y sin embargo, es evidente que desde un punto de vista mundano, ésta es una ética de la indignidad. Hay que elegir entre la dignidad religiosa que aquí se ofrece y la dignidad viril que dice “debes resistir al mal, pues de lo contrario serás responsable de su triunfo”. Según la postura básica de cada uno, uno de estos principios parecerá divino, y el otro diabólico. A cada individuo le corresponde discernir en cuál de ellos para él, está Dios, y en cuál el demonio. Algo semejante acontece en los demás órdenes de la vida. La grandilocuencia del racionalismo de una vida con ética y ordenada sistemáticamente, cuya resonancia nos llega del fondo de toda profecía religiosa, derrumbó el politeísmo para bien del “único que hace falta”., aunque después, al enfrentarse a las realidades de la vida en lo interno y lo externo, tuvo que responder a tantos compromisos y relativizaciones, evidentes a través de la historia del cristianismo. Hoy en día todo eso se ha vuelto “rutina” religiosa. Aquellos innumerables dioses de la antigüedad, que fueron “desmitificados” y se encuentran ahora transformados en poderes impersonales, se levantan de sus tumbas dispuestos a dominar nuestras existencias y siguen su incesante combate entre ellos. Esta rutina es lo que para el hombre actual, y, sobre todo para la gente joven, resulta tan rígido. Y todo el afán desesperado para hallar la “vivencia” proviene de un agotamiento, una debilidad que no es más que la ineptitud para mirar de cara el severo rostro del destino de nuestros tiempos. Sin embargo, el destino de nuestra cultura es el hecho de tomar nuevamente conciencia precisa de esta situación a la que dejamos de percibir, cegados por todo un milenio, debido al encauzamiento (supuestamente
exclusivo) de nuestro proceder en función de la magnificencia del pathos de la ética cristiana.


Dejemos ya estas cuestiones que nos conducen tan lejos. Sin duda algunos de nuestros jóvenes, al oír lo que acabamos de expresar, intervendrán diciendo: “Sí, pero, de todos modos, nosotros no concurrimos a clases sólo para escuchar análisis y verificación de hechos, sino para algo más”. Esta postura incurre en el error de esperar del catedrático aquello que éste no puede ofrecerles. Creen ver en él un caudillo en vez de un maestro, y el caso es que únicamente en calidad de maestros nos ha sido concedida la cátedra. Entre lo uno y lo otro hay una gran diferencia, y esta dualidad pueden ustedes comprobarla muy fácilmente. Permítaseme que me remita una vez más a la nación norteamericana, dado que allí sorprendemos más a menudo estas cuestiones en su flagrante originalidad. Lo que el joven estadounidense aprende abarca mucho menos que lo que aprende el nuestro. No obstante la larga serie de exámenes a la que se le somete, no llega a ser ese hombre-examen total, que es el estudiante alemán. Efectivamente, el proceso de burocratización que requiere el logro del diploma en calidad de billete para introducirse en el reino de los cargos, se encuentra allí en sus principios. El joven norteamericano no siente respeto por nadie ni por nada; no respeta cargo alguno, pero, eso sí, siente gran respeto por el éxito personal de quien lo ejerce. Para los norteamericanos esto es, precisamente, lo que llaman “democracia”. Ahora bien, por más desgarro que haya en la realidad del comportamiento en relación a este sentido del término, precisamente es éste el sentido y es eso lo que interesa aquí.


Ante el maestro que tiene delante, el joven norteamericano está en la creencia de que aquél le vende sus conocimientos y sus métodos mediante el dinero de su padre, de igual manera, exactamente, que la verdulera vende una col a su madre. Eso es todo. En caso de ser el profesor, además, un campeón de fútbol, lo considerará como jefe en este plano; de lo contrario, es decir, de no serlo o si tampoco es alguien por el estilo en otro deporte cualquiera, para él sólo será un maestro, por cuya virtud no habrá ningún joven al que se le ocurra comprarle .visiones del mundo. o normas convenientes con respecto al gobierno de su existencia. Naturalmente, tal planteamiento, nosotros habríamos de rechazarlo. Desde este punto de vista, se trata ahora de determinar si no hay en ello algo de verdad, así sea mínima, pese a que, deliberadamente, exageré un tanto la situación.


Estimados estudiantes: ustedes se acercan a nosotros para demandarnos atributos de caudillo, sin considerar, previamente, que el noventa por ciento de los maestros no tienen la pretensión, ni pueden tenerla, no ya de ser campeones en el fútbol de la vida, sino tampoco “caudillos” en lo que respecta a la manera de vivir. Los invito a reflexionar acerca de que al hombre no se le valora por sus particulares dotes de caudillo, y de que, como quiera que sea, las cualidades que amerita un hombre para llegar a excelente sabio o buen maestro no son las mismas que requiere aquél cuya actuación ha de ser la de un caudillo como guía en la vida y, sobre todo, en la política. La coincidencia de que en un maestro concurran esas cualidades es meramente casual, y no deja de resultar arriesgado para quien ocupa una cátedra el hecho de que se le solicite hacer uso de ellas. Y mayor riesgo seria aún dejar a cada profesor universitario en libertad de conducirse o no como caudillo en clase. Quienes se encuentran inclinados a ello son a menudo los menos capacitados y, tanto si lo fueran o no, su posición en la cátedra rara vez puede brindarles la oportunidad de probarlo. Aquel maestro que se considere llamado a ser consejero de la juventud, de cuya confianza goza, puede realizar su tarea de hombre a hombre, en sus relaciones personales. Asimismo, si se siente llamado para mediar en los conflictos existentes tanto entre las diferentes concepciones del mundo como entre las distintas opiniones, puede hacerlo en la plaza pública donde se discurre acerca de la vida, valiéndose de la prensa, así como en reuniones, en sociedades o donde quiera, mas nunca en las aulas. Resulta demasiado ventajoso hacer gala de la fuerza de las propias opiniones allí donde quienes escuchan, que tal vez piensen distinto, están sujetos al silencio.


Finalmente, se preguntarán ustedes, .si es así todo esto, ¿qué es lo que la ciencia aporta de positivo, verdaderamente, para la vida práctica y personal? Aquí, con esto, nos hallamos de nuevo frente al problema de la “vocación”. A primera vista, la ciencia suministra conocimientos acerca de la técnica previsible que permite dominar la existencia, tanto en el orden externo como en la conducta que debe regir a los hombres. Dirán ustedes que por esa vía nos topamos sencillamente, con la verdulera del joven norteamericano. Al respecto, un propia opinión es exactamente la misma. Pero vale decir, en segundo plano, que la ciencia, lo cual en absoluto hace la verdulera, suministra normas para razonar, así como instrumentos y disciplina para efectuar lo ideado. Es probable que ustedes me objeten aún que si bien no se trata de verduras, todo eso no pasa de constituir los elementos para agenciárselas. Lo acepto; por ahora basta con dejarlo así. No obstante, con eso por fortuna no concluye la aportación de la ciencia. Es posible mostrar todavía un tercer resultado trascendental de la ciencia, esto es: la claridad, en el supuesto, lisa y llanamente, de que el maestro la posea, en cuya virtud, de ser así, a nosotros los maestros nos da la posibilidad de lograr que nuestros oyentes puedan discernir, claramente, entre tal o cual postura práctica que deba adoptarse para afrontar un problema de importancia. Aquí he de rogar a ustedes, con objeto de simplificar, que se concentren en el ejemplo de los fenómenos sociales. De adoptarse tal postura, la- experiencia científica nos instruye acerca de los medios que deben utilizarse para ponerla en práctica. Si casualmente, por la índole de esos medios se sienten ustedes obligados a rechazarlos, no hallarán otro recurso que elegir entre el fin y los ineludibles medios. Entonces nos preguntamos ¿resultan o no santificados los medios por el fin? El maestro, como tal, puede hacerles ver la necesidad de decidirse en la elección; sin embargo, en tanto que siga siendo maestro, no puede hacer más; de lo contrario se convertiría en demagogo. Puede prevenirles, claro está, de que si ustedes pretenden llegar a tal o cual fin, deben atenerse a tales o cuales resultados secundarios, puesto que, conforme a lo que la experiencia nos ha enseñado, habrán de producirse con toda seguridad. Así pues, nos encontramos en la misma situación. Lo cierto es que todos estos problemas también les pueden ser planteados a los técnicos, pues muchos de éstos suelen verse ante la disyuntiva de tener que decidir conforme al principio del mal menor o de lo relativamente mejor. Sin embargo, existe la diferencia de que, por lo regular, a esos técnicos les es dado con anticipación lo principal: el fin. Y precisamente esto es lo que a nosotros no se nos da, en el caso de tratarse de problemas en verdad “últimos”. He aquí que con esto hemos llegado finalmente a la última, de las aportaciones que le es posible hacer a la ciencia en honor de la claridad, y que señala asimismo sus límites. Veamos: el catedrático puede y debe instruir a sus discípulos acerca de que tal postura práctica procede, con lógica y honradez, según su propio sentido, de cierta visión del mundo, (o de ciertas, ya que puede derivar de varios), pero no de tal otra.


Se puede decir, hablando en imágenes, que al optar por esta postura se está sirviendo a un dios, en tanto que se ofende a otro. Si la persona mantiene en su fuero interno su propia fidelidad, llegará íntimamente a estos o aquellos resultados últimos y significativos. Esto es lo que está, por lo menos en esencia, dentro de las posibilidades de la ciencia, a cuyo esclarecimiento van dirigidas las disciplinas filosóficas y los temas, fundamentalmente filosóficos, de otras determinadas disciplinas. Conociendo nuestra materia (lo cual de nuevo hemos de dar aquí por supuesto), podemos obligar al individuo a que de suyo perciba el sentido último de sus propias acciones, y si no, obligarlo al menos podemos inducirlo a esa toma de conciencia. Creo que esto es algo más que suficiente, por lo menos visto desde el plano de la vida personal. También aquí cedo a la tentación de decir que, desde el momento en que un maestro consigue esto, presta su servicio a un poder “ético”, a la obligación de esclarecer y despertar el sentido de la responsabilidad. Y estoy convencido de que habrá de ser aún más capaz de llevar adelante su propósito si, por su lado, se abstiene escrupulosamente de imponer o insinuar su postura personal a su auditorio.


Claro está que las ideas que voy exponiendo ante ustedes, se desprenden de algo fundamental: del hecho de que la vida, en la medida en que descansa en ella misma, se entiende, de suyo tiene conocimiento de esa lucha permanente que los dioses libran entre sí, es decir, hablando ya sin imágenes, de la imposibilidad de hacer un todo con los diferentes puntos de vista que, finalmente, pueden considerarse acerca de la existencia y, por consiguiente, de la imposibilidad de disipar la lucha entre ellos y aun de la imperiosa urgencia de elegir uno u otro. Y, ante semejantes situaciones, es importante que haya quien adopte la ciencia como “vocación”. Ahora bien, dado que la ciencia tiene en si una “vocación” valiosa en cuanto al objeto, resulta de nuevo apremiante formar un juicio de peso respecto a estas condiciones de las cuales no cabe hablar en absoluto dentro del aula. La enseñanza que en ella se imparte presupone ya una respuesta afirmativa. En cuanto a mí, en lo personal, es con el propio trabajo que doy una respuesta afirmativa a esta cuestión. Claro está que también ello amerita una respuesta previa desde el punto de vista enfocado a que el peor de los males está en el intelectualismo, consideración propia de nuestras juventudes, mejor dicho, puntos de vista que ellas creen sostener, ya que, de hecho, es lo que suele ocurrir en la mayoría de casos. Consideramos conveniente que a estos jóvenes se les recordara la sentencia que dice: “El diablo es viejo; hazte viejo para que lo entiendas”. Naturalmente esto no tiene nada que ver con la edad física; su sentido está en que para acabar con ese diablo no hay que rehuirlo, como hoy en día es costumbre hacerlo con tanta satisfacción; por el contrario, es menester ir tras sus huellas hasta el fin, para indagar los poderes que le son propios y sus límites.


Como sea que la ciencia, en la actualidad, es una “vocación” llevada a efecto mediante las especializaciones puestas al servicio de la toma de conciencia de cada uno de nosotros, y del conocimiento basado en determinados enlaces fácticos, constituye un testimonio de nuestra memoria histórica, al cual no podemos dejar de lado si pretendemos mantener la fidelidad para con nosotros. En estos tiempos la ciencia está lejos de ser un don de visionarios y profetas que reparten bendiciones y revelaciones; tampoco es parte integrante de las reflexiones de los sabios ni de los filósofos, en lo referente al sentido del mundo.


Si, al llegar a este punto, Tolstoi se alza una vez más en el interior de ustedes y pregunta que, ya que la ciencia no lo hace, a quien corresponde responder a las cuestiones relacionadas con lo que debemos hacer y con cómo hemos de orientar nuestras vidas, o en el lenguaje que venimos usando aquí, ¿quién podrá indicarnos a cuál de los dioses debemos servir? Nuestra respuesta será que únicamente un profeta o un salvador. De no existir tal profeta o de no creerse ya en su mensaje, sin duda alguna no lograrán ustedes que de nuevo baje a la tierra con el propósito de que millones de maestros, en calidad de pequeños profetas, con una paga del Estado, asuman su función desde la cátedra. Con eso únicamente conseguirán imposibilitar la plena toma de conciencia en cuanto a la verdad esencial de que el profeta, por el cual suspira nuestra generación en su mayoría, no existe. Creo que ni ahora ni nunca sirve al auténtico interés de quien es en verdad religioso, de quien “vibra” con la religión, el hecho de que se le disimule con cualquier sucedáneo (y un sucedáneo sería asumir todas esas profecías propagadas en el aula) la realidad esencial de que nos ha tocado vivir en tiempos carentes de profetas y que están de espaldas a Dios. Según mi parecer, con toda la pureza de sus sentimientos, debería rebelarse contra tal engaño. Es probable que al rozar este tema, ustedes se sientan tentados a preguntar cómo se explica entonces la existencia de la “teología” y cómo concurren en ella pretensiones de “ciencia”. No es mi intento soslayar la cuestión. Bien que la “teología” y los “dogmas” no implican fenómenos universales, debemos tener en cuenta que también existen fuera del cristianismo. No tenemos más que volver la mirada hacia atrás en alas del tiempo y los encontraremos, de un modo muy desarrollado, en el islamismo, en el maniqueísmo, en la gnosis, en el orfismo, en el parsismo, en el budismo, en las sectas hindúes, en el taoísmo, en los upanishads y también, claro está en el judaísmo. Ciertamente, en cada uno de estos movimientos piadosos difieren mucho sus respectivos desarrollos sistemáticos. De ninguna manera se debe a una casualidad el hecho de que sea el cristianismo occidental el que no sólo haya desarrollado de modo sistemático la teología (en oposición, por ejemplo, al contenido teológico del judaísmo), sino que le haya dado asimismo, una importancia histórica de una grandiosidad inconmensurable. Esto procede del espíritu helénico y de él dimana también toda la teología occidental, de igual forma que la oriental se origina, ciertamente, en el pensamiento hindú. Se entiende que toda teología constituye la racionalización intelectual del contenido escatológico de la religión. No hay ciencia que carezca enteramente de supuestos previos, así como tampoco ninguna de ellas puede demostrar su valor intrínseco a quienes rehúsan aceptar estos supuestos; sin embargo, la teología incorpora conjuntamente, en favor de su desenvolvimiento y su justificación, algunos otros supuestos que le son característicos. Toda teología, sin exclusión de la hindú tiene su punto de partida en que el mundo debe tener un sentido. Por consiguiente, la cuestión está en hallar la manera de cómo interpretar el mundo para que esto resulte concebible. Aquí encontramos la misma situación de la teoría kantiana acerca del conocimiento, que se basa en el supuesto de .la existencia de una verdad científica válida. y gira en torno de cuáles serán los supuestos mentales que establecen, de un modo significativo, esta posibilidad. También podemos decir que es análoga a la situación de los estetas modernos, los cuáles se apoyan en el supuesto explícito (como G. von Lukacs) o implícito de que “existen obras de arte” y tratan de explicarse cómo es posible que llegue a ocurrir esto y que tenga sentido. Después de todo, las teologías no se conforman con este único supuesto, fundamentalmente religioso-filosófico, sino que ponen la mira en otro supuesto situado más allá, relativo a la necesidad de creer en revelaciones específicas, las cuales deben considerarse hechos salvadores, esto es, los únicos que permiten una forma de vida con sentido; así como que existen estados precisos y acciones determinadas con carácter “sacro”, digamos, que constituyen un modo de vida religioso o, por lo menos, forman parte de él. Se trata, pues, de interpretar estos antecedentes, impuestos obligadamente dentro de una idea general del mundo. En realidad, para la teología los supuestos están en si más allá de toda “creencia”, no forman un “saber”, con el significado que se suele dar a este término; sino más bien, un “tener”. Al que no tiene fe, la teología no puede dársela (o concederle el estado “sacro”, según sea el caso de que se trate), así como tampoco se la puede dar ninguna ciencia como tal. Por el contrario, tratándose de una teología .positiva., cualquiera que sea, el creyente llega a un punto en que para él adquiere validez la máxima agustiniana de: “credo non quod, sed quia absurdum est”. Las aptitudes que lo llevan a consumar tan virtuoso “sacrificio del intelecto” constituyen la señal que distingue al hombre realmente piadoso. El hecho de que esto sea así y no de otro modo, nos hace patente que, a pesar de la teología (mejor dicho a consecuencia de ella, ya que la teología la saca a luz), la tensión entre la esfera de los valores “científicos” y la consecución de la bienaventuranza que da la religión es algo del todo indisoluble.


Sólo el discípulo ante el profeta o el creyente ante su iglesia, son capaces de efectuar dicho “sacrificio del intelecto”. No obstante, nunca se ha revelado una profecía nueva (y me remito con toda intención a esta imagen, consciente de que ha de haber alguien a quien le parezca absurdo) que satisfaga la premura que sienten ciertos intelectuales modernos de amueblar, por decirlo de algún modo, sus almas con enseres antiguos cuya autenticidad esté garantizada. Al tiempo de advertir esta fuerza imperiosa, les viene en mente que entre aquellos enseres antiguos se encuentra la religión, de la cual carecen ahora. Entonces, en calidad de reemplazante, se construyen algo similar a una capillita hogareña de juguete, ornamentada con sentidos de todas las naciones del orbe, o bien la reemplazan formando un compuesto con todas las experiencias vitales, al que atribuyen el honor de la santificación mística, para trasladarla, con la máxima prontitud posible, al comerció literario. En suma, se trata sencillamente de charlatanería o de un afán de caer en su propio engaño. Sin embargo, en ocasiones, si bien alguna vez quizá resulte equívoco, es algo muy serio y verdadero, me refiero al hecho de que en ciertos grupos juveniles que se han formado en los últimos años se dé a sus recíprocas relaciones comunitarias y humanas una Interpretación de carácter religioso, cósmico o místico. Aun cuando es indudable que en la acción de una auténtica fraternidad va implícito el origen de una conciencia de que se agrega algo eterno a un reino más allá de lo personal, en mi opiniones muy dudoso que semejantes interpretaciones de carácter religioso acrecienten la dignidad de las relaciones mantenidas en común en el plano meramente humano. Ahora bien, esta es una cuestión que realmente se sale del tema que nos ocupa. El destino de este tiempo, racionalizado, intelectualizado y, por encima de todo, desprendido
del mito del mundo, es justo el de que los valores últimos y más excelsos se encuentran ausentes de la vida pública, retraídos ya sea en el reino ultraterreno de la vida mística, ya en la fraternidad de las mutuas relaciones inmediatas de los hombres. No se debe a la casualidad el hecho de que nuestro arte más prominente sea en estos tiempos un arte íntimo y en absoluto monumental, así como tampoco el que tan sólo en el interior de los más pequeños círculos comunitarios, en las relaciones de hombre a hombre, en pianissimo, se dé impulso a esa fuerza peculiar de antaño, en calidad de pneuma protético, que en forma de impetuoso fuego atravesaba las grandes comunidades, fundiéndolas al unísono.


En cuanto nos decidimos a encontrar por la fuerza una concepción artística monumental, llegamos frente a uno de tantos deplorables monumentos, que no son más que desatinos, surgidos en las últimas dos décadas. Y si nos empecinamos, sin contar con nuevas profecías, en establecer nuevas religiones, se originan en lo interno desatinos similares que todavía empeoran más los resultados. Es posible que de las profecías emitidas en el aula llegasen a surgir sectas fanáticas; sin embargo, no sería factible que de resultas de aquéllas se formasen verdaderas comunidades. A quienes este destino de nuestros tiempos les resulte insoportable, hay que aconsejarles que se remitan silenciosamente, con toda sencillez, despojados de la amarga proclama propia del renegado, al vasto y misericordioso seno de las antiguas iglesias, las cuales habrán de acogerlos sin dificultad alguna, en la inteligencia de que, de todos modos, una vez allí no podrán evitar el “sacrificio de su intelecto”. Y si realmente llegan a conseguirlo, en absoluto habrá reproche para ellos. Semejante sacrificio en aras de la incondicional entrega piadosa, es algo muy distinto de ese simple olvido de la honradez intelectual originado en quien ha perdido el ánimo que se requiere para comprender la propia postura fundamental, procurándose esa obligación de .relativizarla. por la vía fácil. Tal honradez nos exige comprobar que la situación de quienes aguardan la aparición de nuevos profetas y salvadores es semejante a la que se percibe en el hermoso cantar del centinela edomita, de los tiempos del destierro, inspirado en las profecías de Isaías:

Una voz me llega de Seir, en Edon:

-Centinela, ¿cuánto durará la noche aún? El centinela responde:

-La mañana ha de venir pero es noche aún.



Francisco Alegre
CITA(Bruce Beelher @ Mar 5 2009, 08:22 PM) *
CITA
Proceso por la tragedia de Darfur

Max Weber en la Casa Blanca


LLUÍS BASSETS

EL PAÍS
Internacional
05-03-2009


Ningún gobernante puede eludir la disonancia entre la ética de la responsabilidad y la ética de la convicción estudiada por Max Weber hace casi un siglo en su conferencia La política como profesión. Como Barack Obama no iba a ser una excepción, no han bastado ni siquiera cien días para que empezaran a apuntar algunas minúsculas señales oscuras, todavía pequeñas motas de polvo, sobre su radiante imagen. El nuevo presidente dio pasos contundentes, solo llegar a la Casa Blanca, con sendos decretos presidenciales en los que se prohíbe la tortura y se programa el cierre de la base de Guantánamo para 2010. Su compromiso con esta política de respeto y promoción de los derechos humanos ha tenido un sonoro reflejo en dos de sus grandes discursos, en la toma de posesión y en su primera alocución ante las dos cámaras reunidas, que se sintetiza en su idea de hacer compatibles la seguridad nacional y la defensa de los valores democráticos.


Todas las exigencias que se le presentan se podrían resumir en cuatro: predicar con el ejemplo; reincorporarse a la comunidad internacional en la firma y cumplimiento de tratados y convenciones sobre derechos humanos; reformular y ajustar una política exterior acorde en su actitud rigurosa ante los incumplimientos de los países socios; e investigar y depurar razonablemente las responsabilidades respecto a los desmanes perpetrados durante la presidencia de George W. Bush. En los cuatro puntos todo está en mantillas, o lo que es aún peor, empiezan a producirse titubeos o muestras de criterio escaso.


No es un buen comienzo que Hillary Clinton, en su primera salida al exterior, declare las relaciones con China exentas de toda exigencia en este capítulo. La orden de detención contra el jefe de Estado sudanés, Omar al Bashir, viene a recordar a su vez alguna de las cuentas pendientes a liquidar con urgencia: Estados Unidos, que firmó con Bill Clinton el estatuto de creación de la Corte, no quiso luego ratificarlo, ya con Bush, y legisló en su contra, prohibiendo colaborar con ella y protegiendo a sus ciudadanos de sus acciones; aunque toda esta acción unilateralista no le impidió a Bush estar a favor de que Al Bashir fuera acusado de genocidio. Pero es evidente que Obama no podrá plantear a medio plazo una política exigente respecto a la situación de los derechos humanos en las dictaduras o democracias soberanas amigas si antes no ha dejado limpio y en orden el patio interior y a la vez se ha incorporado al grupo de países más cumplidores.


Y ahí es donde están llegando noticias inquietantes. Un alto cargo del Departamento de Justicia, Neal Katyal, ha sugerido a la Casa Blanca la creación de un tribunal de seguridad nacional que permita la detención preventiva por tiempo indefinido y sin juicio de determinados sospechosos de terrorismo. Detrás de estas ideas se halla la resolución del problema que plantea el cierre de Guantánamo, donde hay un grupo de terroristas que podrían quedar en libertad si el Gobierno se limitara a llevar a los presos ante un tribunal ordinario.


En tres de las sesiones congresuales de confirmación de sendos nombramientos presidenciales se han escuchado expresiones preocupantes respecto al escrupuloso respeto a los derechos humanos prometido por Obama en su campaña. Se trata de Elena Kagan, la procuradora general del Estado, que actúa en nombre del Gobierno ante el Tribunal Supremo; el fiscal general, Eric Holder; y el director de la CIA, Leon Panetta. La aplicación del código militar a los terroristas, de nuevo el concepto de tortura y las autorizaciones excepcionales a los servicios secretos para detenciones o secuestros ilegales son los puntos que no han quedado suficientemente aclarados y descartados en estas comparecencias.


Tampoco está claro que la nueva Administración dé vía libre a la exigencia de responsabilidades por las acciones ilegales realizadas desde la anterior Casa Blanca en la lucha antiterrorista. La CIA acaba de reconocer que autorizó la destrucción de 92 vídeos de interrogatorios, presumiblemente con uso de torturas, con una finalidad fácilmente reconocible de obstaculizar la investigación. El Departamento de Justicia ha levantado el secreto sobre nueve de los famosos memos de los consejeros legales de Bush que cubrían las acciones ilegales del Gobierno con sus opiniones jurídicas. Pero falta por desvelar todavía el contenido de otros 35 documentos secretos.


La responsabilidad de Obama es salvaguardar la seguridad de sus conciudadanos y defender sus intereses en el mundo. Cuanto más se aleje esta responsabilidad de sus convicciones, peor le irán las cosas. La razón es sencilla: Obama ha hecho de la transparencia política un instrumento y a la vez un objetivo; una convicción o valor dentro de su concepto de la sociedad democrática. De ahí que será la propia transparencia del sistema que está construyendo la que pondrá en evidencia sus fallos, sean sólo motas de polvo como ahora o se conviertan en horribles lamparones como los que rompieron la imagen de su antecesor.



http://www.elpais.com/articulo/internacion...lpepiint_2/Tes/



Pepin
CITA
EE UU coordina con Yemen una ofensiva militar contra Al Qaeda

Vemos repercusiones mundiales en la guerra de Yemen", asegura Clinton

ANTONIO CAÑO
Washington

ELPAIS.com
Internacional
04-01-2010


Estados Unidos ha comenzado a coordinar con las autoridades de Yemen una escalada de acciones militares para frenar el desarrollo de Al Qaeda en ese país y, si es posible, descabezar la organización. El primer golpe de esta nueva campaña ha sido asestado hoy por las fuerzas yemeníes contra varios dirigentes del grupo terrorista, dos de los cuales resultaron muertos. Otras opciones y prioridades de la guerra contra el terrorismo serán discutidas mañana en Washington por el presidente Barack Obama con los responsables de las principales agencias de seguridad e inteligencia.

"Vemos repercusiones mundiales en la guerra de Yemen y en los planes de Al Qaeda de usar Yemen como base para ataques terroristas lejos de esa región", ha declarado hoy la secretaria de Estado, Hillary Clinton. "Al Qaeda en la Península Arábiga representa una seria amenaza y vamos a tomar medidas contundentes contra ella. Ya han atacado a nuestra Embajada y ahora está claro que quieren trasladar esos ataques a nuestro propio país", ha advertido el principal asesor de asuntos terroristas de la Casa Blanca, John Brennan.

El propósito de la Administración norteamericana, según han explicado diversas fuentes oficiales, es el de agudizar la presión sobre la rama de Al Qaeda en Yemen sin dar excusas al radicalismo islámico para incrementar su campaña de propaganda contra Occidente. Es decir, Estados Unidos pretende aumentar su colaboración con el Gobierno yemení y su contribución a la campaña militar, tanto en términos de información como de recursos bélicos, sin aparecer directamente involucrada en las misiones de combate.

Yemen, el foco de atención

Esa estrategia fue debatida el sábado pasado en Sanaa, la capital yemení, por el jefe militar norteamericano en Oriente Próximo, general David Petraeus, con el presidente de ese país, Ali Abdullah Saleh. Ésta era la tercera vez desde que ocupa su cargo, hace 14 meses, que Petraeus visitaba ese país. A diferencia de las anteriores, Yemen está ahora en el foco de la atención pública y existe una mayor urgencia por conseguir resultados inmediatos.

Hoy se ha apreciado un considerable refuerzo de la vigilancia en Sanaa, donde Francia y otros países se sumaron a la decisión norteamericana y británica de cerrar sus embajadas mientras que otras redujeron considerablemente su actividad por miedo a un atentado terrorista.

Tratando de tomar la iniciativa, el Ejército yemení ha atacado hoy a líderes terroristas en la ciudad de Arhab, la misma en la que el 17 de diciembre bombardeó, con apoyo norteamericano, una reunión en la que participaban los supuestos máximos dirigentes de Al Qaeda en la Península Arábiga. El blanco del ataque en esta ocasión fue Nazih al-Hanq, uno de los cerebros del grupo, quien aparentemente consiguió escapar aunque dos de sus colaboradores murieron.

Más implicación de EE UU en Yemen

Es muy posible que este tipo de acciones se multipliquen y se hagan más visibles y eficaces en las próximas semanas, pero para ello es necesario una mayor implicación de Estados Unidos, que encuentra en Yemen una buena oportunidad de hacer daño a Al Qaeda pero también se enfrenta al riesgo de un nuevo frente de guerra con inciertas perspectivas.

Por un lado, Yemen es un país con un Gobierno razonablemente estable que controla un territorio con fronteras relativamente impermeables. A diferencia de Afganistán, este país del sur de la Península Arábiga parece el lugar apropiado para ensayar la estrategia de atacar a Al Qaeda sin necesidad de comprometerse en un largo y costoso despliegue de tropas.

Al mismo tiempo, Yemen hace frente a múltiples problemas políticos -una rebelión en el norte, un movimiento separatista en el sur, la mayor tasa de pobreza del mundo árabe- que hasta ahora han distraído la atención de las autoridades locales y que lo hace potencialmente explosivo ante cualquier eventualidad.

Uno de los riesgos es, precisamente, que la actuación de Estados Unidos debilite al Gobierno yemení. La proliferación de los ataques a Al Qaeda probablemente significará el aumento también de esas fotografías con niños y mujeres muertos que tan útiles resultan para la expansión de la causa yihadista en Internet. Los propios gobernantes yemeníes han hecho ya visibles en los últimos días algunos gestos para demostrar que no son simples colaboradores de Washington.

Obama tiene que calibrar una respuesta considerando esos riesgos y atendiendo también a la presión interna para actuar de forma convincente ante las nuevas amenazas. Obama ya mencionó el mes pasado en su discurso en West Point a Yemen y Somalia como dos de los países en los que Al Qaeda sería perseguida por el Ejército norteamericano. Una guerra del modelo de la que se contempla en Yemen, limitada, en la sombra y sin despliegue masivo de fuerzas de combate, se ajusta mucho más que Afganistán al estilo que Obama quiere imponer en la lucha contra el terrorismo.

La Administración va a solicitar este año al Congreso 170 millones de dólares de ayuda militar para Yemen, un aumento considerable sobre los 67 millones de 2009, y va a redoblar la actividad de las fuerzas especiales y servicios de inteligencia que actualmente operan allí. "El Gobierno va a hacer todo lo que esté a su alcance para que éstos individuos (los responsables del atentado frustrado del día de Navidad) paguen por lo que han hecho, ya sea en Yemen o en cualquier otro lugar", aseguró Brennan en declaraciones a la prensa este fin de semana.



http://www.elpais.com/articulo/internacion...elpepuint_6/Tes





CITA(Julian Navascues @ Jun 5 2009, 05:06 PM) *
CITA
DISCURSO DE OBAMA EN EL CAIRO

Es un honor para mí estar en la ciudad eterna de El Cairo, y tener como anfitriones a dos eminentes instituciones. Durante más de mil años, Al-Azhar ha sido un modelo de enseñanza islámica y durante más de un siglo, la Universidad de El Cairo ha sido una fuente de adelantos para Egipto. Juntas, representan la armonía entre la tradición y el progreso. Agradezco su hospitalidad y la hospitalidad del pueblo de Egipto. También es un orgullo para mí ser el portador de la buena voluntad del pueblo estadounidense y del saludo de paz de las comunidades musulmanas en mi país: salam aleicom.

Nos congregamos en un momento de tensión entre Estados Unidos y musulmanes alrededor del mundo, tensión arraigada en fuerzas históricas que van más allá de cualquier debate sobre política actual. La relación entre el Islam y el Occidente incluye siglos de coexistencia y cooperación, pero también conflictos y guerras religiosas. Recientemente, la tensión ha sido alimentada por el colonialismo que les negó derechos y oportunidades a muchos musulmanes, y una Guerra Fría en la que a menudo se utilizaba a los países de mayoría musulmana como agentes, sin tener en cuenta sus aspiraciones propias. Además, el cambio arrollador causado por la modernidad y la globalización han llevado a muchos musulmanes a considerar que el Occidente es hostil con las tradiciones del Islam.

Extremistas violentos se han aprovechado de estas tensiones entre una minoría pequeña pero capaz de musulmanes. Los ataques del 11 de septiembre del 2001 y los esfuerzos continuos de estos extremistas de actuar violentamente contra civiles han llevado a algunas personas en mi país a considerar al Islam inevitablemente hostil no sólo con Estados Unidos y los países del Occidente, sino también con los derechos humanos. Esto ha engendrado más temor y más desconfianza.

Mientras nuestra relación sea definida por nuestras diferencias, les otorgaremos poder a quienes siembran el odio en vez de la paz, y a quienes promueven el conflicto en vez de la cooperación que puede ayudar a todos nuestros pueblos a lograr la justicia y la prosperidad. Éste ciclo de suspicacia y discordia debe terminar.

He venido aquí a buscar un nuevo comienzo para Estados Unidos y musulmanes alrededor del mundo, que se base en intereses mutuos y el respeto mutuo; y que se base en el hecho de que Estados Unidos y el Islam no se excluyen mutuamente y no es necesario que compitan. Por el contrario: coinciden en parte y tienen principios comunes, principios de justicia, progreso, tolerancia y el respeto por la dignidad de todos los seres humanos.

Lo hago sabiendo que el cambio no puede suceder de la noche a la mañana. Ningún discurso por su cuenta puede acabar con años de desconfianza, ni puedo en el tiempo que tengo contestar todas las preguntas complejas que nos han traído a este momento. Pero estoy convencido que para progresar, debemos decir abiertamente lo que pensamos, y demasiadas veces, eso se dice solamente detrás de puertas cerradas. Debe haber un esfuerzo sostenido de escucharnos unos a los otros, de aprender unos de otros; de respetarnos unos a los otros, y de buscar terreno común. Como nos dice el Sagrado Corán, “Tengan conciencia de Dios y digan siempre la verdad”. Eso es lo que trataré de hacer: decir la verdad de la manera más clara posible, reconociendo humildemente la tarea que nos queda por delante, con la firme convicción de que los intereses que compartimos como seres humanos son mucho más poderosos que las fuerzas que nos dividen.

Parte de esta convicción está arraigada en mi propia experiencia. Soy cristiano, pero mi padre pertenecía a una familia en Kenia que incluye a varias generaciones de musulmanes. De niño, pasé varios años en Indonesia y escuché el llamado del Azán al amanecer y atardecer. De joven, trabajé en comunidades de Chicago donde muchos encontraban dignidad y paz en su religión musulmana.

Como estudioso de la historia, sé también que la civilización tiene una deuda con el Islam. Fue el Islam –en lugares como la Universidad Al-Azhar– el que llevó la antorcha del aprendizaje durante muchos siglos y preparó el camino para el Renacimiento y el Siglo de las Luces en Europa. Fueron las comunidades musulmanas las que inventaron nuestra brújula magnética y herramientas de navegación; las que desarrollaron el álgebra; nuestra pericia con la pluma y la impresión; nuestro entendimiento del proceso de contagio de las enfermedades y las formas de curarlas. La cultura islámica nos ha brindado majestuosos arcos y altísimas torres; poesía y música de eterna belleza; elegante caligrafía y lugares de contemplación pacífica. Y en toda la historia, el Islam ha demostrado por medio de sus palabras y actos las posibilidades de la tolerancia religiosa e igualdad de las razas.

Sé también que el Islam siempre ha sido parte de la historia de Estados Unidos. La primera nación en reconocer a mi país fue Marruecos. Al firmar el Tratado de Trípoli en 1796, nuestro segundo presidente, John Adams, escribió, “Estados Unidos no tiene ninguna enemistad con las leyes, religión o tranquilidad de los musulmanes”. Y desde nuestra fundación, los musulmanes estadounidenses han enriquecido a Estados Unidos. Lucharon en nuestras guerras, trabajaron para el gobierno, defendieron los derechos civiles, abrieron negocios, enseñaron en nuestras universidades, sobresalieron en nuestros estadios deportivos, ganaron premios Nóbel, construyeron nuestro más alto rascacielos y encendieron la antorcha olímpica. Y cuando el primer musulmán estadounidense fue elegido recientemente al Congreso y juró defender nuestra Constitución usó el mismo Sagrado Corán que uno de nuestros fundadores, Thomas Jefferson, tenía en su biblioteca personal.

Entonces, conocí el Islam en tres continentes antes de venir a la región donde fue originalmente revelado. Esa experiencia guía mi convicción de que esa alianza entre Estados Unidos y el Islam se debe basar en lo que es el Islam, no en lo que no es, y considero que es parte de mi responsabilidad como Presidente de Estados Unidos luchar contra los estereotipos negativos del Islam dondequiera que surjan.

Pero ese mismo principio debe aplicarse a la percepción musulmana de Estados Unidos. Así como los musulmanes no encajan en un estereotipo burdo, Estados Unidos no encaja en el estereotipo burdo de un imperio que se preocupa sólo de sus intereses. Los Estados Unidos ha sido una de las mayores fuentes del progreso que el mundo jamás haya conocido. Nacimos de una revolución contra un imperio. Fue fundado en base al ideal de que todos somos creados iguales, y hemos derramado sangre y luchado durante siglos para darles vida a esas palabras, dentro de nuestras fronteras y alrededor del mundo. Nuestra identidad se forjó con todas las culturas provenientes de todos los rincones de la Tierra, y estamos dedicados a un concepto simple: E pluribus unum: “De muchos, uno”.

Mucho se ha comentado del hecho de que un afroamericano con el nombre Barack Hussein Obama haya podido ser elegido Presidente. Pero mi historia no es tan singular. El sueño de oportunidades para todas las personas no se ha hecho realidad en todos los casos en Estados Unidos, pero la promesa todavía existe para todos los que llegan a nuestras costas, incluidos casi siete millones de musulmanes estadounidenses que hoy están en nuestro país y tienen ingresos y educación por encima del promedio.

Es más, la libertad en Estados Unidos es indivisible de la libertad religiosa. Por eso hay una mezquita en todos los estados de nuestro país y más de 1,200 mezquitas dentro de nuestras fronteras. Por eso el gobierno de Estados Unidos recurrió a los tribunales para proteger el derecho de las mujeres y niñas a llevar el jiyab, y castigar a quienes se lo negaban.

Entonces, que no quepa la menor duda: el Islam es parte de Estados Unidos. Y considero que Estados Unidos es, en sí, la prueba de que todos, sin importar raza, religión o condición social, compartimos las mismas aspiraciones: paz y seguridad, educación y un trabajo digno, amar a nuestra familia, a nuestra comunidad y a nuestro Dios. Son cosas que tenemos en común. Esto anhela toda la humanidad.

Por supuesto, el reconocimiento de nuestra humanidad común es apenas el comienzo de nuestra tarea. Las palabras por sí solas no satisfacen las necesidades de nuestros pueblos. Estas necesidades solo se satisfarán si actuamos audazmente en los próximos años. Y debemos actuar con el entendimiento de que la gente en todo el mundo enfrenta los mismos desafíos, y si fracasamos, las consecuencias nos perjudicarán a todos.

Pues hemos aprendido de acontecimientos recientes que cuando un sistema financiero se debilita en un país, hay menos prosperidad en todas partes. Cuando una nueva gripe infecta a un ser humano, todos estamos en peligro. Cuando una nación procura armas nucleares, todas las naciones corren mayor riesgo de un ataque nuclear. Cuando extremistas violentos operan en una franja montañosa, el peligro se cierne sobre gente al otro lado del océano. Y cuando personas inocentes en Bosnia y en Darfur son asesinados, sentimos un peso en nuestra conciencia colectiva. Eso es lo que significa compartir este mundo en el siglo XXI. Somos mutuamente responsables ante los demás seres humanos.

Ésa es una responsabilidad difícil de asumir. Ya que la historia de la humanidad ha sido a menudo una letanía de naciones y tribus que subyugan a otras para satisfacer sus propios intereses. Sin embargo, en esta nueva era, semejantes actitudes son contraproducentes. Debido a nuestra interdependencia, cualquier régimen en el mundo que eleve a una nación o grupo humano por encima de otro inevitablemente fracasará. Así que cualquiera sea nuestra opinión del pasado, no debemos ser prisioneros de él. Debemos solucionar nuestros problemas colaborando, debemos compartir nuestro progreso.

Eso no significa que debemos ignorar las fuentes de tensión. De hecho, sugiere que debemos hacer exactamente lo contrario: debemos enfrentar estas tensiones de frente. Y con esa intención, permítanme hablar de la manera más clara y transparente posible sobre algunos asuntos específicos que creo que debemos finalmente enfrentar juntos.

Lo primero que debemos encarar es el extremismo violento en todas sus formas.

En Ankara, dejé en claro que Estados Unidos no está y nunca estará en guerra contra el Islam. Sin embargo, les haremos frente sin descanso a los extremistas violentos que representan una grave amenaza para nuestra seguridad, porque rechazamos lo mismo que rechaza la gente de todos los credos: el asesinato de hombres, mujeres y niños inocentes. Y es mi deber principal como Presidente proteger al pueblo estadounidense.

La situación en Afganistán demuestra las metas de Estados Unidos y nuestra necesidad de trabajar juntos. Hace más de siete años, Estados Unidos tenía amplio apoyo internacional cuando fue en pos de Al Qaida y el Talibán. Ir allá no fue una opción; fue una necesidad. Y estoy consciente de que hay quienes cuestionan o justifican los acontecimientos del 11 de septiembre. Pero seamos claros: Al Qaida asesinó a casi 3,000 personas ese día. Las víctimas fueron hombres, mujeres y niños inocentes de los Estados Unidos y muchos otros países que no habían hecho nada para hacerle daño a nadie. Y sin embargo, Al Qaida los asesinó sin misericordia, se adjudicó responsabilidad por el ataque y aún ahora sigue declarando repetidamente su determinación de asesinar a gran escala. Tienen militantes en muchos países y están tratando de ampliar su alcance. Éstas no son opiniones para debatir, son hechos que debemos afrontar.

Y que quede claro: no queremos mantener a nuestras tropas en Afganistán. No queremos tener bases militares allá. Es doloroso para los Estados Unidos perder a nuestros jóvenes. Continuar este conflicto tiene un costo político y económico muy alto. De muy buena gana enviaríamos de regreso a casa a todas nuestras tropas si tuviéramos la certeza de que no hay extremistas violentos en Afganistán y Pakistán decididos a asesinar a todos los estadounidenses que puedan. Pero esa aún no es la situación.

Por eso estamos trabajando con una coalición de cuarenta y seis países. Y a pesar de los costos requeridos, el compromiso de los Estados Unidos no se debilitará. De hecho, ninguno de nosotros debe tolerar a estos extremistas. Han cometido asesinatos en muchos países. Han asesinado a gente de diferentes religiones, y más que nada, han asesinado a musulmanes. Sus actos son irreconciliables con los derechos de los seres humanos, el progreso de las naciones y el Islam. El Sagrado Corán enseña que quien mata a un inocente, mata a toda la humanidad; y quien salva a una persona, salva a toda la humanidad. La religión perdurable de más de mil millones de personas es mucho más fuerte que el odio intransigente de unos pocos. Islam no es parte del problema en la lucha contra el extremismo violento, es parte importante de avanzar la paz.

También sabemos que el poderío militar por sí solo no va a resolver los problemas en Afganistán y Pakistán. Por eso planeamos invertir $1,500 millones de dólares cada uno de los próximos cinco años, a fin de asociarnos con Pakistán para construir escuelas y hospitales, carreteras y empresas, y cientos de millones para ayudar a quienes han sido desplazados. Por eso estamos proporcionando más de $2,800 millones para ayudar al pueblo de Afganistán a desarrollar su economía y prestar servicios de los que depende la gente.

Permítanme también hablar del tema de Irak. A diferencia de Afganistán, nosotros elegimos ir a la guerra en Irak, y eso provocó fuerte antagonismo en mi país y alrededor del mundo. Aunque creo que, a fin de cuentas, el pueblo iraquí está mejor sin la tiranía de Sadam Husein, también creo que los acontecimientos en Irak han recordado a los Estados Unidos de Norteamerica que es necesario usar la diplomacia y promover consenso a nivel internacional para resolver nuestros problemas cuando sea posible. De hecho, podemos citar las palabras de Thomas Jefferson, quien dijo: “Espero que nuestra sabiduría aumente con nuestro poder y nos enseñe que cuanto menos usemos nuestro poder, éste se incrementará”.

Hoy, Estados Unidos tiene una doble responsabilidad: ayudar a Irak a forjar un mejor futuro y a dejar Irak en manos de los iraquíes. Le he dicho claramente al pueblo iraquí que no queremos bases militares y no queremos reclamar ninguna parte de su territorio ni de sus recursos. La soberanía de Irak es toda suya. Por eso ordené el retorno de nuestras brigadas de combate para el próximo agosto. Por eso cumpliremos con nuestro acuerdo con el gobierno de Irak, democráticamente elegido, de retirar nuestras tropas de combate de las ciudades iraquíes para julio y de retirar todas nuestras tropas de Irak para el 2012. Ayudaremos a Irak a capacitar a sus Fuerzas de Seguridad y a desarrollar su economía. Respaldaremos, como socio y jamás como patrón, a un Irak seguro y unido.

Y finalmente, así como Estados Unidos no puede tolerar la violencia a manos de extremistas, nunca debemos cambiar nuestros principios. El 11 de septiembre fue un trauma enorme para nuestro país. El temor y la ira que causó son comprensibles, pero en algunos casos, nos llevó a actuar en contra de nuestros ideales. Estamos tomando medidas concretas para cambiar de curso. He prohibido inequívocamente el uso de tortura por Estados Unidos y he ordenado que se clausure la prisión en la bahía de Guantánamo para comienzos del próximo año.

Entonces, Estados Unidos se defenderá, respetuoso de la soberanía de las naciones y el imperio de la ley. Y lo haremos en alianza con las comunidades musulmanas que también se ven amenazadas. Cuanto antes se aísle a los extremistas y no se les acepte en las comunidades musulmanas, más pronto estaremos todos más seguros.

La segunda fuente importante de tensión que necesitamos discutir es la situación entre los israelíes, palestinos y el mundo árabe.

Los estrechos vínculos de Estados Unidos con Israel son muy conocidos. Este vínculo es inquebrantable. Se basa en lazos culturales e históricos, y el reconocimiento de que el anhelo de un territorio judío está arraigado en una historia trágica que no se puede negar.
Alrededor del mundo, el pueblo judío fue perseguido durante siglos, y el antisemitismo en Europa culminó en un Holocausto sin precedente. Mañana, visitaré Buchenwald, que fue parte de una serie de campos donde los judíos fueron esclavizados, torturados, abaleados y asesinados en cámaras de gas por el Tercer Reich. Seis millones de judíos fueron aniquilados, más que toda la actual población judía de Israel. Negar ese hecho es infundado, ignorante y odioso. Amenazar a Israel con la destrucción o repetir viles estereotipos sobre los judíos son acciones profundamente equivocadas y sólo logran evocar entre los israelíes el más doloroso de los recuerdos y, a la vez, impedir la paz que los pobladores de la región merecen.

Por otro lado, también es innegable que el pueblo palestino –musulmanes y cristianos– también ha sufrido en la lucha por una patria. Durante más de sesenta años, han padecido el dolor del desplazamiento. Muchos esperan, en campamentos para refugiados en la Ribera Occidental, Gaza y tierras aledañas, una vida de paz y seguridad que nunca han tenido. Soportan las humillaciones diarias, grandes y pequeñas, que surgen de la ocupación. Entonces, que no quepa duda alguna: la situación para el pueblo palestino es intolerable. Estados Unidos no les dará la espalda a las aspiraciones legítimas de los palestinos de dignidad, oportunidades y un estado propio.

Durante décadas, el conflicto se ha quedado en tablas: dos pueblos con aspiraciones legítimas, cada uno con una dolorosa historia que hace difícil llegar a un acuerdo. Es fácil asignar la culpa, para los palestinos culpar el desplazamiento a raíz de la fundación de Israel, y para los israelíes culpar la hostilidad constante y los ataques llevados a cabo durante toda su historia por dentro y fuera de sus fronteras. Pero si vemos este conflicto solamente de un lado o del otro, entonces no podemos ver la verdad: la única resolución es que las aspiraciones de ambos lados las satisfagan dos estados, donde los israelíes y los palestinos tengan paz y seguridad.

Es de interés para Israel, es de interés para Palestina es de interés para Estados Unidos y de interés para el mundo entero. Es por eso que mi intención es personalmente abocarme a esta solución dedicando toda la paciencia que la tarea requiere. Las obligaciones que las partes acordaron conforme al plan son claras. Para que llegue la paz, es hora de que ellos –y todos nosotros– cumplamos con nuestras responsabilidades.

Los palestinos deben abandonar la violencia. La resistencia por medio de violencia y asesinatos está mal y no resulta exitosa. Durante siglos, las personas de raza negra en Estados Unidos sufrieron los azotes del látigo como esclavos y la humillación de la segregación. Pero no fue con violencia que lograron derechos plenos y equitativos. Fue con una insistencia pacífica y decidida en los ideales centrales de la fundación de Estados Unidos. Esta misma historia la pueden contar pueblos desde Sudáfrica hasta el sur de Asia; desde Europa Oriental hasta Indonesia. Es una historia con una verdad muy simple: la violencia es un callejón sin salida. No es señal de valentía ni fuerza el lanzar cohetes contra niños que duermen, ni hacer estallar ancianas en un autobús. Así no se obtiene autoridad moral; así se renuncia a ella.

Éste es el momento en que los palestinos se centren en lo que pueden construir. La Autoridad Palestina debe desarrollar su capacidad de gobernar, con instituciones que satisfagan las necesidades de su pueblo. Hamas cuenta con respaldo entre algunos palestinos, pero también tiene responsabilidades. Para desempeñar un papel en hacer realidad las aspiraciones de los palestinos, y unir al pueblo palestino, Hamas debe poner fin a la violencia, reconocer acuerdos pasados, y reconocer el derecho de Israel a existir.

Al mismo tiempo, los israelíes deben reconocer que así como no se puede negar el derecho de Israel a existir, tampoco se puede negar el de Palestina. Estados Unidos no acepta la legitimidad de más asentamientos israelíes. Dicha construcción viola acuerdos previos y menoscaba los esfuerzos por lograr la paz. Es hora de que cesen dichos asentamientos.

Israel también debe cumplir con sus obligaciones de asegurarse de que los palestinos puedan vivir y trabajar y desarrollar su sociedad. Y asi como es de devastadora para familias palestinas, la crisis humanitaria en Gaza que continua no contribuye a la seguridad de Israel, ni tampoco lo hace la falta de oportunidades en la Ribera Occidental. El progreso en la vida cotidiana del pueblo palestino debe ser parte del camino hacia la paz, e Israel debe tomar pasos concretos para permitir ese progreso.

Finalmente, los estados árabes deben reconocer que la Iniciativa Árabe de Paz fue un punto de partida importante, pero no el fin de sus responsabilidades. El conflicto árabe-israelí ya no debe ser usado para distraer a los pobladores de los países árabes y disimular la existencia de otros problemas. Más bien, debe dar lugar a medidas para ayudar al pueblo palestino a desarrollar las instituciones que sustenten su estado; a reconocer la legitimidad de Israel, y a optar por el progreso por encima de la contraproducente atención al pasado.

Estados Unidos alinearemos nuestra política con quienes buscan la paz, y diremos en público las cosas que les decimos en privado a los israelíes y palestinos y árabes. No podemos imponer la paz. Pero en privado, muchos musulmanes reconocen que Israel no desaparecerá. Asimismo, muchos israelíes reconocen la necesidad de un estado palestino. Es hora de actuar basado en lo que todos sabemos es cierto.

Se han derramado demasiadas lágrimas. Se ha derramado demasiada sangre. Todos nosotros tenemos la responsabilidad de trabajar para que llegue el día en que las madres de israelíes y palestinos puedan ver a sus hijos crecer sin temor; cuando la Tierra Santa de tres grandes religiones sea el lugar de paz que Dios se propuso que fuera; cuando judíos y cristianos y musulmanes puedan tener en Jerusalén un hogar seguro y perdurable, y un lugar donde todos los hijos de Abraham fraternicen pacíficamente como en la historia del Isrá, cuando se unieron para orar Moisés, Jesús y Mahoma (que la paz esté con ellos).

La tercera fuente de tensión es nuestro interés compartido en los derechos y responsabilidades de los países con relación a las armas nucleares.

Este asunto ha sido una fuente de tensión en particular entre Estados Unidos y la República Islámica de Irán. Durante muchos años, Irán se ha definido en parte por su oposición a mi país, y de hecho, la historia entre nosotros ha sido tumultuosa. En medio de la Guerra Fría, Estados Unidos desempeñó un papel en el derrocamiento de un gobierno iraní elegido democráticamente. Desde la Revolución Islámica, Irán ha desempeñado un papel en secuestros y actos de violencia contra militares y civiles estadounidenses. Esta historia es muy conocida. En vez de permanecer atrapados en el pasado, les he dejado en claro a los líderes y al pueblo de Irán que mi país está dispuesto a dejar eso atrás. La cuestión ahora no es a qué se opone Irán, sino más bien, qué futuro quiere forjar.

Será difícil superar décadas de desconfianza, pero avanzaremos con valentía, rectitud, y convicción. Habrán muchos temas que discutir entre nuestros dos países, y estamos dispuestos a seguir adelante sin precondiciones basados en un respeto mutuo. Pero no hay duda para quienes se ven afectados, que en cuanto a las armas nucleares, hemos llegado a un punto decisivo. Esto no es simplemente cuestión de los intereses de Estados Unidos. Esto es cuestión de evitar una carrera de armas nucleares en el Oriente Medio que podría llevar a esta región por un camino sumamente peligroso.

Comprendo a quienes protestan que algunos países tengan armas que otros no tienen. Ningún país por su cuenta debe escoger cuáles países deben tener armas nucleares. Es por eso que he reafirmado firmemente el compromiso de Estados Unidos de procurar un mundo en el que ningún país tenga armas nucleares. Y todo país –incluido Irán– debe tener el derecho de utilizar energía nuclear pacífica si cumple con sus responsabilidades conforme al Tratado de No Proliferación Nuclear. Ese compromiso es esencial en el tratado, y todos los que lo ratifican deben cumplirlo sin falta. Y tengo la esperanza de que todos los países en la región puedan compartir en este objetivo.

El cuarto asunto que deseo tratar es la democracia.

Sé que ha habido una polémica sobre la promoción de la democracia en años recientes y que gran parte de dicha controversia tiene que ver con la guerra en Irak. Entonces, permítanme ser claro: ninguna nación puede ni debe imponer un sistema de gobierno a una nación.

Eso no disminuye mi compromiso, sin embargo, con los gobiernos que reflejan la voluntad del pueblo. En cada nación, este principio cobra vida a su manera, en base a las tradiciones de su propia gente. Estados Unidos no pretende saber lo que es mejor para todos, así como no pretenderíamos determinar el resultado de elecciones pacíficas. Pero sí tengo una convicción inquebrantable en que todas las personas anhelan ciertas cosas: la posibilidad de expresarse libremente y tener voz y voto en la forma de gobierno; la confianza en el estado de derecho e imparcialidad de la justicia; un gobierno transparente que no le robe a su gente; la libertad de vivir según escoja cada uno. Éstas no son solo ideas estadounidenses, son derechos humanos, y es por eso que nosostros los apoyaremos en todas partes.

No existe un camino directo para alcanzar esta promesa. Pero no hay duda de esto: los gobiernos que protegen estos derechos, a fin de cuentas, son más estables, exitosos y seguros. La supresión de ideas nunca logra hacer que desaparezcan. Estados Unidos valora el derecho de todas las voces pacíficas y respetuosas de la ley de ser escuchadas en todo el mundo, incluso si discrepamos con ellas. Y acogeremos a todos los gobiernos electos y pacíficos, siempre que gobiernen respetando a toda su gente.

Este último punto es importante porque hay quienes abogan por la democracia solo cuando no están en el poder, y ya en el poder, no tienen misericordia al buscar la supresión de los derechos de otros. No obstante donde ocurra, el gobierno del pueblo y por el pueblo establece un solo estándar para quienes están en el poder: deben mantener su poder a través del consentimiento, no la coerción; deben respetar los derechos de las minorías y participar basado en la tolerancia y el consenso; deben poner los intereses de su pueblo y los procesos políticos legítimos por encima de su partido. Sin estos ingredientes, elecciones por su cuenta no resultan en verdadera democracia.

El quinto asunto que debemos encarar juntos es la libertad religiosa.

El Islam tiene una orgullosa tradición de tolerancia. Lo vemos en la historia de Andalucía y Córdoba durante la Inquisición. Lo vi con mis propios ojos de niño en Indonesia, donde los cristianos devotos practicaban su religión libremente en un país predominantemente musulmán. Ése es el espíritu que necesitamos hoy. Las personas de todos los países deberían ser libres de escoger su religión y llevar una vida como lo dicte su mente, corazón y alma. Esta tolerancia es esencial para que la religión prospere, pero está siendo atropellada de muchas maneras diferentes.

Entre algunos musulmanes, hay una tendencia preocupante de medir las creencias propias en base al rechazo de las de los demás. La riqueza de la diversidad religiosa debe defenderse, ya sea por los maronitas del Líbano, o los coptos en Egipto. Y también se deben cerrar las divisiones entre musulmanes, ya que la separación entre suníes y chiítas ha resultado en trágica violencia, particularmente en Irak.

La libertad de religión es fundamental para que los pueblos puedan convivir. Siempre debemos examinar las formas en que la protegemos. Por ejemplo, en Estados Unidos, las normas sobre los donativos benéficos han hecho que sea más difícil que los musulmanes cumplan con su obligación religiosa de zakat. Es por eso que me he comprometido a trabajar con los musulmanes estadounidenses para asegurar de que puedan cumplir con el zakat.

Asimismo, es importante que países del Occidente eviten impedir que los ciudadanos musulmanes puedan practicar su religión como les parezca, por ejemplo, dictando qué ropa deben usar las mujeres musulmanas. No podemos esconder la hostilidad hacia cualquier religión con el pretexto del liberalismo.

De hecho, la fe nos debe unir. Por eso estamos forjando proyectos de servicio en Estados Unidos que reúnan a cristianos, musulmanes y judíos. Por eso acogemos los esfuerzos como el Diálogo Interreligioso del rey Abdullah de Arabia Saudita y el liderazgo de Turquía en la Alianza de Civilizaciones. Alrededor del mundo, podemos convertir el diálogo en servicio interreligioso, para que los puentes entre los pueblos lleven a actos, ya sea al combatir la malaria en África o proporcionar socorro tras una catástrofe natural.

El sexto asunto que deseo abordar son los derechos de la mujer.

Sé que existe debate sobre este tema. Rechazo el punto de vista de algunas personas en Occidente de que la mujer que opta por cubrir su cabello es, de cierta manera, menos igual, pero sí creo que a una mujer a la que se le niega educación se le niega la igualdad. Y no es coincidencia que los países donde las mujeres cuentan con una buena educación tienen bastante más probabilidades de ser prósperos.

Y permítanme ser claro: los problemas relativos a la igualdad de la mujer no solamente ocurren en el Islam. En Turquía, Pakistán, Bangladesh e Indonesia, hemos visto a países de mayoría musulmana elegir a una mujer como líder. A la vez, la lucha por la igualdad de las mujeres continúa en muchos aspectos de la vida estadounidense, y en países alrededor del mundo.

Nuestras hijas pueden contribuir tanto a la sociedad como nuestros hijos, y nuestra prosperidad común se puede promover si permitimos a toda la humanidad – hombres y mujeres – a lograr su potencial entero. Yo no creo que las mujeres tengan que tomar las mismas decisiones que los hombres para lograr la igualdad, y respeto a las mujeres que escogen vivir sus vidas de manera tradicional. Pero debe ser por decisión propia. Por eso Estados Unidos se asociará con cualquier país de mayoría musulmana para apoyar mayor alfabetización de las niñas, y para ayudar a las jóvenes a buscar empleo por medio del microfinanciamiento, que ayuda a la gente a hacer sus sueños realidad.

Finalmente, deseo hablar sobre el desarrollo económico y las oportunidades.

Sé que para muchos, la faz de la globalización es contradictoria. El Internet y la televisión pueden traer conocimientos e información, pero también sexualidad ofensiva y violencia irracional. El comercio puede traer nueva riqueza y oportunidades, pero también enormes alteraciones y cambios para las comunidades. En todos los países –incluido el mío– este cambio puede producir temor. El temor de que la modernidad significará perder el control de nuestras opciones económicas, nuestra política y, lo más importante, nuestra identidad, lo que más apreciamos de nuestras comunidades, nuestras familias, nuestras tradiciones y nuestra fe.

Pero también sé que el progreso humano no se puede negar. No hay necesidad de que el desarrollo y la tradición se contradigan. Países como Japón y Corea del Sur lograron el crecimiento de su economía y a la vez mantuvieron culturas singulares. Ése también es el caso del asombroso progreso dentro de países de mayoría musulmana desde Kuala Lumpur hasta Dubai. En la antigüedad y en nuestros tiempos, comunidades musulmanas han estado a la vanguardia de la innovación y la educación.

Esto es importante porque ninguna estrategia de desarrollo se puede basar solamente en lo que sale de la tierra, ni se puede sostener mientras los jóvenes están desempleados. Muchos países del golfo han gozado de enorme riqueza como consecuencia del petróleo, y algunos están comenzando a concentrarse en un desarrollo más extenso. Pero todos nosotros debemos reconocer que la educación e innovación serán la moneda del siglo XXI, y en demasiadas comunidades musulmanas se mantiene una inversión inadecuada en estas áreas. Estoy poniendo énfasis en semejantes inversiones dentro de mi país. Y aunque Estados Unidos en el pasado se ha concentrado en el petróleo y gas en esta región del mundo, ahora buscamos una relación más amplia.

Con respecto a la educación, ampliaremos los programas de intercambio y aumentaremos las becas, como la que llevó a mi padre a Estados Unidos, y a la vez alentaremos a más estadounidenses a estudiar en comunidades musulmanas. Y encontraremos becas en Estados Unidos apropiadas para estudiantes musulmanes prometedores; invertiremos en la enseñanza por Internet para maestros y niños de todo el mundo, y crearemos una nueva red de Internet, de manera que un adolescente en Kansas se pueda comunicar instantáneamente con un adolescente en El Cairo.

Con respecto al desarrollo económico, crearemos un nuevo cuerpo de empresarios voluntarios para contactarlos con colegas en países de mayoría musulmana. Y presidiré una Cumbre sobre Iniciativa Empresarial este año para identificar formas de afianzar vínculos entre líderes empresariales, fundaciones y empresarios sociales en Estados Unidos y las comunidades musulmanas alrededor del mundo.

En cuanto a ciencia y tecnología, crearemos un nuevo fondo para apoyar el desarrollo tecnológico en los países de mayoría musulmana, y para ayudar a transferir ideas al mercado de manera que puedan generar empleos. Abriremos centros de excelencia científica en África, el Oriente Medio y el sudeste asiático, y nombraremos a nuevos delegados de ciencias para que colaboren en programas que desarrollen nuevas fuentes de energía, generen empleos verdes, digitalicen archivos, purifiquen el agua y produzcan nuevos cultivos.

Y hoy estoy anunciando una nueva campaña global con la Organización de la Conferencia Islámica para erradicar la poliomielitis y expandiremos sociedades con comunidades musulmanas a fin de promover la salud infantil y materna.

Todas estas cosas se deben hacer conjuntamente. Los estadounidenses están listos para unirse a ciudadanos y gobiernos; organizaciones comunitarias, líderes religiosos y empresas en comunidades musulmanas alrededor del mundo para ayudar a nuestra gente lograr una vida mejor.

No será fácil abordar los asuntos que he mencionado. Pero tenemos la responsabilidad de unirnos para beneficio del mundo que queremos hacer realidad: un mundo donde los extremistas ya no amenacen a nuestros pueblos y los soldados estadounidenses puedan regresar a casa; un mundo donde tanto israelíes como palestinos tengan seguridad en un estado propio, y la energía nuclear se use para fines pacíficos; un mundo donde los gobiernos estén al servicio de sus ciudadanos y se respeten los derechos de todos los hijos de Dios. Esos son intereses mutuos. Ése es el mundo que queremos. Pero sólo lo podemos lograr juntos.

Sé que hay muchos, musulmanes y no-musulmanes, que cuestionan si podemos lograr este nuevo comienzo. Hay quienes están ansiosos por avivar las llamas de la división e impedir el progreso. Hay quienes sugieren que no vale la pena; alegan que estamos destinados a discrepar y las civilizaciones están condenadas a tener conflictos. El escepticismo embarga a muchos más. Hay tanto temor, tanta desconfianza. Pero si optamos por ser prisioneros del pasado, entonces nunca avanzaremos.

Todos nosotros compartimos este mundo sólo por un breve periodo. El asunto es si vamos a pasar este tiempo centrados en lo que nos separa o si nos comprometeremos a realizar un esfuerzo –un esfuerzo sostenido– con el fin de encontrar terreno común, de concentrarnos en el futuro que queremos para nuestros hijos y de respetar la dignidad de todos los seres humanos.

Es más fácil comenzar guerras que llevarlas a su fin. Es más fácil culpar a otros que mirar hacia adentro, ver las diferencias en los demás que las semejanzas. Pero debemos escoger el camino correcto, no el camino fácil. También hay una regla central en toda religión: Tratar a los demás como uno quisiera ser tratado. Esta verdad trasciende naciones y pueblos, y no es una convicción nueva; no es negra ni blanca ni morena; no es cristiana ni musulmana ni judía. Es una creencia que latía en los orígenes de la civilización y que aún late en el corazón de miles de millones. Es la fe en los demás, y es lo que me trajo hoy aquí.

Tenemos el poder de crear el mundo que queremos, pero sólo si tenemos la valentía de crear un nuevo comienzo, teniendo en mente lo que está escrito.

El Sagrado Corán nos dice, “O humanidad! Los hemos creado hombres y mujeres, y los hemos agrupado en naciones y tribus con tal de que se conozcan el uno al otro”.

El Talmud nos dice: “Todo el Tora tiene como propósito promover la paz”.

La Santa Biblia nos dice, “Benditos los que promueven la paz; ellos se llamarán hijos de Dios”.

Los pueblos del mundo pueden vivir juntos y en paz. Sabemos que ésa es la visión de Dios. Ahora, ésa debe ser nuestra labor aquí en la Tierra. Gracias. Y que la paz de Dios esté con ustedes.



CITA
Discurso de Obama en la Universidad del Cairo

I am honored to be in the timeless city of Cairo, and to be hosted by two remarkable institutions. For over a thousand years, Al-Azhar has stood as a beacon of Islamic learning, and for over a century, Cairo University has been a source of Egypt's advancement. Together, you represent the harmony between tradition and progress. I am grateful for your
hospitaity, and the hospitality of the people of Egypt. I am also proud to carry with me the goodwill of the American people, and a greeting of peace from Muslim communities in my country: assalaamu alaykum.


"We meet at a time of tension between the United States and Muslims around the world A- tension rooted in historical forces that go beyond any current policy debate. The relationship between Islam and the West includes centuries of co-existence and cooperation, but also conflict and religious wars. More recently, tension has been fed by colonialism that denied rights and opportunities to many Muslims, and a Cold War in which Muslim-majority countries were too often treated as proxies without regard to their own aspirations. Moreover, the sweeping change brought by modernity and globalization led many Muslims to view the West as hostile to the traditions of Islam.


Violent extremists have exploited these tensions in a small but potent minority of Muslims. The attacks of September 11th, 2001 and the continued efforts of these extremists to engage in violence against civilians has led some in my country to view Islam as inevitably hostile not only to America and Western countries, but also to human rights. This has bred more fear and mistrust.


So long as our relationship is defined by our differences, we will empower those who sow hatred rather than peace, and who promote conflict rather than the cooperation that can help all of our people achieve justice and prosperity. This cycle of suspicion and discord must end.


I have come here to seek a new beginning between the United States and Muslims around the world; one based upon mutual interest and mutual respect; and one based upon the truth that America and Islam are not exclusive, and need not be in competition. Instead, they overlap, and share common principles A- principles of justice and progress; tolerance
and the dignity of all human beings.


I do so recognizing that change cannot happen overnight. No single speech can eradicate years of mistrust, nor can I answer in the time that I have all the complex questions that brought us to this point. But I am convinced that in order to move forward, we must say openly the things we hold in our hearts, and that too often are said only behind closed doors. There must be a sustained effort to listen to each other; to learn from each other; to respect one another; and to seek common ground. As the Holy Koran tells us, "Be conscious of God and speak always the truth." That is what I will try to do A- to speak the truth as best I can, humbled by the task before us, and firm in my belief that the interests we share as human beings are far more powerful than the forces that drive us apart.


Part of this conviction is rooted in my own experience. I am a Christian, but my father came from a Kenyan family that includes generations of Muslims. As a boy, I spent several years in Indonesia and heard the call of the azaan at the break of dawn and the fall of dusk. As a young man, I worked in Chicago communities where many found dignity and peace
in their Muslim faith.


As a student of history, I also know civilization's debt to Islam. It was Islam A- at places like Al-Azhar University A- that carried the light of learning through so many centuries, paving the way for Europe's Renaissance and Enlightenment. It was innovation in Muslim communities that developed the order of algebra; our magnetic compass and tools of navigation; our mastery of pens and printing; our understanding of how disease spreads and how it can be healed. Islamic culture has given us majestic arches and soaring spires; timeless poetry and cherished music; elegant calligraphy and places of peaceful contemplation. And throughout history, Islam has demonstrated through words and deeds the possibilities
of religious tolerance and racial equality.


I know, too, that Islam has always been a part of America's story. The first nation to recognize my country was Morocco. In signing the Treaty of Tripoli in 1796, our second President John Adams wrote, "The United States has in itself no character of enmity against the laws, religion or tranquility of Muslims." And since our founding, American Muslims have enriched the United States. They have fought in our wars, served in government, stood for civil rights, started businesses, taught at our Universities, excelled in our sports arenas, won Nobel Prizes, built our tallest building, and lit the Olympic Torch. And when the first Muslim-American was recently elected to Congress, he took the oath to defend our Constitution using the same Holy Koran that one of our Founding Fathers A- Thomas Jefferson A- kept in his personal library.


So I have known Islam on three continents before coming to the region where it was first revealed. That experience guides my conviction that partnership between America and Islam must be based on what Islam is, not what it isn't. And I consider it part of my responsibility as President of the United States to fight against negative stereotypes of Islam wherever they appear.

But that same principle must apply to Muslim perceptions of America. Just as Muslims do not fit a crude stereotype, America is not the crude stereotype of a self-interested empire. The United States has been one of the greatest sources of progress that the world has ever known. We were born out of revolution against an empire. We were founded upon the
ideal that all are created equal, and we have shed blood and struggled for centuries to give meaning to those words A- within our borders, and around the world. We are shaped by every culture, drawn from every end of the Earth, and dedicated to a simple concept: E pluribus unum: "Out of many, one."
Much has been made of the fact that an African-American with the name Barack Hussein Obama could be elected President. But my personal story is not so unique. The dream of opportunity for all people has not come true for everyone in America, but its promise exists for all who come to our shores A- that includes nearly seven million American Muslims
in our country today who enjoy incomes and education that are higher than average.


Moreover, freedom in America is indivisible from the freedom to practice one's religion. That is why there is a mosque in every state of our union, and over 1,200 mosques within our borders. That is why the U.S. government has gone to court to protect the right of women and girls to wear the hijab, and to punish those who would deny it.



So let there be no doubt: Islam is a part of America. And I 'believe that America holds within her the truth that regardless of race, religion, or station in life, all of us share common aspirations A- to live in peace and security; to get an education and to work with dignity; to love our families, our communities, and our God. These things we share. This is the hope of all humanity.


Of course, recognizing our common humanity is only the beginning of our task. Words alone cannot meet the needs of our people. These needs will be met only if we act boldly in the years ahead; and if we understand that the challenges we face are shared, and our failure to meet them will hurt us all.


For we have learned from recent experience that when a financial system weakens in one country, prosperity is hurt everywhere. When a new flu infects one human being, all are at risk. When one nation pursues a nuclear weapon, the risk of nuclear attack rises for all nations. When violent extremists operate in one stretch of mountains, people are endangered
across an ocean. And when innocents in Bosnia and Darfur are slaughtered, that is a stain on our collective conscience. That is what it means to share this world in the 21st century. That is the responsibility we have to one another as human beings.


This is a difficult responsibility to embrace. For human history has often been a record of nations and tribes subjugating one another to serve their own interests. Yet in this new age, such attitudes are self-defeating. Given our interdependence, any world order that elevates one nation or group of people over another will inevitably fail. So whatever we think of the past, we must not be prisoners of it. Our problems must be dealt with through partnership; progress must be shared.


That does not mean we should ignore sources of tension. Indeed, it suggests the opposite: we must face these tensions squarely. And so in that spirit, let me speak as clearly and plainly as I can about some specific issues that I believe we must finally confront together.


The first issue that we have to confront is violent extremism in all of its forms.

In Ankara, I made clear that America is not A- and never will be A- at war with Islam. We will, however, relentlessly confront violent extremists who pose a grave threat to our security. Because we reject the same thing that people of all faiths reject: the killing of innocent men, women, and children. And it is my first duty as President to protect the American people.


The situation in Afghanistan demonstrates America's goals, and our need to work together. Over seven years ago, the United States pursued al Qaeda and the Taliban with broad international support. We did not go by choice, we went because of necessity. I am aware that some question or justify the events of 9/11. But let us be clear: al Qaeda killed nearly 3,000 people on that day. The victims were innocent men, women and children from America and many other nations who had done nothing to harm anybody. And yet Al Qaeda chose to ruthlessly murder these people, claimed credit
for the attack, and even now states their determination to kill on a massive scale. They have affiliates in many countries and are trying to expand their reach. These are not opinions to be debated; these are facts to be dealt with.


Make no mistake: we do not want to keep our troops in Afghanistan. We seek no military bases there. It is agonizing for America to lose our young men and women. It is costly and politically difficult to continue this conflict. We would gladly bring every single one of our troops home if we could be confident that there were not violent extremists in Afghanistan
and Pakistan determined to kill as many Americans as they possibly can. But that is not yet the case.



That's why we're partnering with a coalition of forty-six countries. And despite the costs involved, America's commitment will not weaken. Indeed, none of us should tolerate these extremists. They have killed in many countries. They have killed people of different faiths A- more than any other, they have killed Muslims. Their actions are irreconcilable with the rights of human beings, the progress of nations, and with Islam. The Holy Koran teaches that whoever kills an innocent, it is as if he has killed all mankind; and whoever saves a person, it is as if he has saved all mankind. The enduring faith of over a billion people is so much bigger than the narrow hatred of a few. Islam is not part of the problem in combating violent extremism A- it is an important part of promoting peace.


We also know that military power alone is not going to solve the problems in Afghanistan and Pakistan. That is why we plan to invest $1.5 billion each year over the next five years to partner with Pakistanis to build schools and hospitals, roads and businesses, and hundreds of millions to help those who have been displaced. And that is why we are providing more than $2.8 billion to help Afghans develop their economy and deliver services that people depend upon.


Let me also address the issue of Iraq. Unlike Afghanistan, Iraq was a war of choice that provoked strong differences in my country and around the world. Although I believe that the Iraqi people are ultimately better off without the tyranny of Saddam Hussein, I also believe that events in Iraq have reminded America of the need to use diplomacy and build international consensus to resolve our problems whenever possible. Indeed, we can recall the words of Thomas Jefferson, who said: "I hope that our wisdom will grow with our power, and teach us that the less we use our power the greater it will be."


Today, America has a dual responsibility: to help Iraq forge a better future A- and to leave Iraq to Iraqis. I have made it clear to the Iraqi people that we pursue no bases, and no claim on their territory or resources. Iraq's sovereignty is its own. That is why I ordered the removal of our combat brigades by next August. That is why we will honor our agreement
with Iraq's democratically-elected government to remove combat troops from Iraqi cities by July, and to remove all our troops from Iraq by 2012. We will help Iraq train its Security Forces and develop its economy. But we will support a secure and united Iraq as a partner, and never as a patron.

And finally, just as America can never tolerate violence by extremists, we must never alter our principles. 9/11 was an enormous trauma to our country. The fear and anger that it provoked was understandable, but in some cases, it led us to act contrary to our ideals. We are taking concrete actions to change course. I have unequivocally prohibited the use of torture by the United States, and I have ordered the prison at Guantanamo Bay closed by early next year.


So America will defend itself respectful of the sovereignty of nations and the rule of law. And we will do so in partnership with Muslim communities which are also threatened. The sooner the extremists are isolated and unwelcome in Muslim communities, the sooner we will all be safer.


The second major source of tension that we need to discuss is the situation between Israelis, Palestinians and the Arab world.


America's strong bonds with Israel are well known. This bond is unbreakable. It is based upon cultural and historical ties, and the recogntion that the aspiration for a Jewish homeland is rooted in a tragic history that cannot be denied.


Around the world, the Jewish people were persecuted for centuries, and anti-Semitism in Europe culminated in an unprecedented Holocaust. Tomorrow, I will visit Buchenwald, which was part of a network of camps where Jews were enslaved, tortured, shot and gassed to death by the Third Reich. Six million Jews were killed A- more than the entire Jewish population of Israel today. Denying that fact is baseless, ignorant, and hateful. Threatening Israel with destruction A- or repeating vile stereotypes about Jews A- is deeply wrong, and only serves to evoke in the minds of Israelis this most painful of memories while preventing the peace that the people of this region deserve.


On the other hand, it is also undeniable that the Palestinian people A- Muslims and Christians A- have suffered in pursuit of a homeland. For more than sixty years they have endured the pain of dislocation. Many wait in refugee camps in the West Bank, Gaza, and neighboring lands for a life of peace and security that they have never been able to lead. They endure the daily humiliations A- large and small A- that come with occupation. So let there be no doubt: the situation for the Palestinian people is intolerable. America will not turn our backs on the legitimate Palestinian aspiration for dignity, opportunity, and a state of their own.

For decades, there has been a stalemate: two peoples with legitimate aspirations, each with a painful history that makes compromise elusive. It is easy to point fingers A- for Palestinians to point to the displacement brought by Israel's founding, and for Israelis to point to the constant hostility and attacks throughout its history from within its borders as well as beyond. But if we see this conflict only from one side or the other, then we will be blind to the truth: the only resolution is
for the aspirations of both sides to be met through two states, where Israelis and Palestinians each live in peace and security.


That is in Israel's interest, Palestine's interest, America's interest, and the world's interest. That is why I intend to personally pursue this outcome with all the patience that the task requires. The obligations that the parties have agreed to under the Road Map are clear. For peace to come, it is time for them A- and all of us A- to live up to our responsibilities.


Palestinians must abandon violence. Resistance through violence and killing is wrong and does not succeed. For centuries, black people in America suffered the lash of the whip as slaves and the humiliation of segregation. But it was not violence that won full and equal rights. It was a peaceful and determined insistence upon the ideals at the center of America's founding. This same story can be told by people from South Africa to South Asia; from Eastern Europe to Indonesia. It's a story with a simple truth: that violence is a dead end. It is a sign of neither courage nor power to shoot rockets at sleeping children, or to blow up old women on a bus. That is not how moral authority is claimed; that is how it is surrendered.


Now is the time for Palestinians to focus on what they can build. The Palestinian Authority must develop its capacity to govern, with instittions that serve the needs of its people. Hamas does have support among some Palestinians, but they also have responsibilities. To play a role in fulfilling Palestinian aspirations, and to unify the Palestinian people, Hamas must put an end to violence, recognize past agreements, and recognize Israel's right to exist.


At the same time, Israelis must acknowledge that just as Israel's right to exist cannot be denied, neither can Palestine's. The United States does not accept the legitimacy of continued Israeli settlements. This construction violates previous agreements and undermines efforts to achieve peace. It is time for these settlements to stop.


Israel must also live up to its obligations to ensure that Palestinians can live, and work, and develop their society. And just as it devastates Palestinian families, the continuing humanitarian crisis in Gaza does not serve Israel's security; neither does the continuing lack of opportunity in the West Bank. Progress in the daily lives of the Palestinian people must be part of a road to peace, and Israel must take concrete steps to enable such progress.

Finally, the Arab States must recognize that the Arab Peace Initiative was an important beginning, but not the end of their responsibilities. The Arab-Israeli conflict should no longer be used to distract the people of Arab nations from other problems. Instead, it must be a cause for action to help the Palestinian people develop the institutions that will
sustain their state; to recognize Israel's legitimacy; and to choose progress over a self-defeating focus on the past.


America will align our policies with those who pursue peace, and say in public what we say in private to Israelis and Palestinians and Arabs. We cannot impose peace. But privately, many Muslims recognize that Israel will not go away. Likewise, many Israelis recognize the need for a Palestinian state. It is time for us to act on what everyone knows
to be true.


Too many tears have flowed. Too much blood has been shed. All of us have a responsibility to work for the day when the mothers of Israelis and Palestinians can see their children grow up without fear; when the Holy Land of three great faiths is the place of peace that God intended it to be; when Jerusalem is a secure and lasting home for Jews and Christians
and Muslims, and a place for all of the children of Abraham to mingle peacefully together as in the story of Isra, when Moses, Jesus, and Mohammed (peace be upon them) joined in prayer.


The third source of tension is our shared interest in the rights and responsibilities of nations on nuclear weapons.


This issue has been a source of tension between the United States and the Islamic Republic of Iran. For many years, Iran has defined itself in part by its opposition to my country, and there is indeed a tumultuous history between us. In the middle of the Cold War, the United States played a role in the overthrow of a democratically-elected Iranian government.
Since the Islamic Revolution, Iran has played a role in acts of hostage-taking and violence against U.S. troops and civilians. This history is well known. Rather than remain trapped in the past, I have made it clear to Iran's leaders and people that my country is prepared to move forward. The question, now, is not what Iran is against, but rather what future it wants to build.


It will be hard to overcome decades of mistrust, but we will proceed with courage, rectitude and resolve. There will be many issues to discuss between our two countries, and we are willing to move forward without preconditions on the basis of mutual respect. But it is clear to all concerned that when it comes to nuclear weapons, we have reached a decisive
point. This is not simply about America's interests. It is about preventing a nuclear arms race in the Middle East that could lead this region and the world down a hugely dangerous path.


I understand those who protest that some countries have weapons that others do not. No single nation should pick and choose which nations hold nuclear weapons. That is why I strongly reaffirmed America's commitment to seek a world in which no nations hold nuclear weapons. And any nation A- including Iran A- should have the right to access peaceful nuclear power if it complies with its responsibilities under the nuclear Non-Prolieration Treaty. That commitment is at the core of the Treaty, and it must be kept for all who fully abide by it. And I am hopeful that all countries in the region can share in this goal.


I know there has been controversy about the promotion of democracy in recent years, and much of this controversy is connected to the war in Iraq. So let me be clear: no system of government can or should be imposed upon one nation by any other.


That does not lessen my commitment, however, to governments that reflect the will of the people. Each nation gives life to this principle in its own way, grounded in the traditions of its own people. America does not presume to know what is best for everyone, just as we would not presume to pick the outcome of a peaceful election. But I do have an unyielding belief that all people yearn for certain things: the ability to speak your mind and have a say in how you are governed; confidence
in the rule of law and the equal administration of justice; government that is transparent and doesn't steal from the people; the freedom to live as you choose. Those are not just American ideas, they are human rights, and that is why we will support them everywhere.


There is no straight line to realize this promise. But this much is clear: governments that protect these rights are ultimately more stable, successful and secure. Suppressing ideas never succeeds in making them go away. America respects the right of all peaceful and law-abiding voices to be heard around the world, even if we disagree with them. And we will
welcome all elected, peaceful governments A- provided they govern with respect for all their people.


This last point is important because there are some who advocate for democracy only when they are out of power; once in power, they are ruthless in suppressing the rights of others. No matter where it takes hold, government of the people and by the people sets a single standard for all who hold power: you must maintain your power through consent, not coercion; you must respect the rights of minorities, and participate with a spirit of tolerance and compromise; you must place the interests of your people and the legitimate workings of the political process above your party. Without these ingredients, elections alone do not make true democracy.


The fifth issue that we must address together is religious freedom.

Islam has a proud tradition of tolerance. We see it in the history of Andalusia and Cordoba during the Inquisition. I saw it firsthand as a child in Indonesia, where devout Christians worshiped freely in an overwhelmingly Muslim country. That is the spirit we need today. People in every country should be free to choose and live their faith based upon the persuasion of the mind, heart, and soul. This tolerance is essential for religion to thrive, but it is being challenged in many different
ways.


Among some Muslims, there is a disturbing tendency to measure one's own faith by the rejection of another's. The richness of religious diversity must be upheld A- whether it is for Maronites in Lebanon or the Copts in Egypt. And fault lines must be closed among Muslims as well, as the divisions between Sunni and Shia have led to tragic violence, particularly in Iraq.


Freedom of religion is central to the ability of peoples to live together. We must always examine the ways in which we protect it. For instance, in the United States, rules on charitable giving have made it harder for Muslims to fulfill their religious obligation. That is why I am committed to working with American Muslims to ensure that they can fulfill zakat.


Likewise, it is important for Western countries to avoid impeding Muslim citizens from practicing religion as they see fit A- for instance, by dictating what clothes a Muslim Spam should wear. We cannot disguise hostility towards any religion behind the pretence of liberalism.


Indeed, faith should bring us together. That is why we are forging service projects in America that bring together Christians, Muslims, and Jews. That is why we welcome efforts like Saudi Arabian King Abdullah's Interfaith dialogue and Turkey's leadership in the Alliance of Civilizations. Around the world, we can turn dialogue into Interfaith service, so bridges between peoples lead to action A- whether it is combating malaria in Africa, or providing relief after a natural disaster.

The sixth issue that I want to address is women's rights.


I know there is debate about this issue. I reject the view of some in the West that a Spam who chooses to cover her hair is somehow less equal, but I do believe that a Spam who is denied an education is denied equality. And it is no coincidence that countries where women are well-educated are far more likely to be prosperous.
Now let me be clear: issues of women's equality are by no means simply an issue for Islam. In Turkey, Pakistan, Bangladesh and Indonesia, we have seen Muslim-majority countries elect a Spam to lead. Meanwhile, the struggle for women's equality continues in many aspects of American life, and in countries around the world.


Our daughters can contribute just as much to society as our sons, and our common prosperity will be advanced by allowing all humanity A- men and women A- to reach their full potential. I do not believe that women must make the same choices as men in order to be equal, and I respect those women who choose to live their lives in traditional roles. But it should be their choice. That is why the United States will partner with any Muslim-majority country to support expanded literacy for girls, and to help young women pursue employment through micro-financing that helps people live their dreams.


Finally, I want to discuss economic development and opportunity.


I know that for many, the face of globalization is contradictory. The Internet and television can bring knowledge and information, but also offensive sexuality and mindless violence. Trade can bring new wealth and opportunities, but also huge disruptions and changing communities. In all nations A- including my own A- this change can bring fear. Fear
that because of modernity we will lose of control over our economic choices, our politics, and most importantly our identities A- those things we most cherish about our communities, our families, our traditions, and our faith.


But I also know that human progress cannot be denied. There need not be contradiction between development and tradition. Countries like Japan and South Korea grew their economies while maintaining distinct cultures. The same is true for the astonishing progress within Muslim-majority countries from Kuala Lumpur to Dubai. In ancient times and in our times, Muslim communities have been at the forefront of innovation and education.


This is important because no development strategy can be based only upon what comes out of the ground, nor can it be sustained while young people are out of work. Many Gulf States have enjoyed great wealth as a consequence of oil, and some are beginning to focus it on broader development. But all of us must recognize that education and innovation
will be the currency of the 21st century, and in too many Muslim communities there remains underinvestment in these areas. I am emphasizing such investents within my country. And while America in the past has focused on oil and gas in this part of the world, we now seek a broader engagement.


On education, we will expand exchange programs, and increase scholaships, like the one that brought my father to America, while encouraging more Americans to study in Muslim communities. And we will match promising Muslim students with internships in America; invest in on-line learning for teachers and children around the world; and create a new online network, so a teenager in Kansas can communicate instantly with a teenager in Cairo.


On economic development, we will create a new corps of business volunteers to partner with counterparts in Muslim-majority countries. And I will host a Summit on Entrepreneurship this year to identify how we can deepen ties between business leaders, foundations and social entrepeneurs in the United States and Muslim communities around the world.


On science and technology, we will launch a new fund to support technological development in Muslim-majority countries, and to help transfer ideas to the marketplace so they can create jobs. We will open centers of scientific excellence in Africa, the Middle East and Southeast Asia, and appoint new Science Envoys to collaborate on programs that develop
new sources of energy, create green jobs, digitize records, clean water, and grow new crops. And today I am announcing a new global effort with the Organization of the Islamic Conference to eradicate polio. And we will also expand partnerships with Muslim communities to promote child and maternal health.


All these things must be done in partnership. Americans are ready to join with citizens and governments; community organizations, religious leaders, and businesses in Muslim communities around the world to help our people pursue a better life.

The issues that I have described will not be easy to address. But we have a responsibility to join together on behalf of the world we seek A- a world where extremists no longer threaten our people, and American troops have come home; a world where Israelis and Palestinians are each secure in a state of their own, and nuclear energy is used for peaceful
purposes; a world where governments serve their citizens, and the rights of all God's children are respected. Those are mutual interests. That is the world we seek. But we can only achieve it together.

I know there are many A- Muslim and non-Muslim A- who question whether we can forge this new beginning. Some are eager to stoke the flames of division, and to stand in the way of progress. Some suggest that it isn't worth the effort A- that we are fated to disagree, and civilizations are doomed to clash. Many more are simply skeptical that real change
can occur. There is so much fear, so much mistrust. But if we choose to be bound by the past, we will never move forward. And I want to particuarly say this to young people of every faith, in every country A- you, more than anyone, have the ability to remake this world.


All of us share this world for but a brief moment in time. The question is whether we spend that time focused on what pushes us apart, or whether we commit ourselves to an effort A- a sustained effort A- to find common ground, to focus on the future we seek for our children, and to respect the dignity of all human beings.

It is easier to start wars than to end them. It is easier to blame others than to look inward; to see what is different about someone than to find the things we share. But we should choose the right path, not just the easy path. There is also one rule that lies at the heart of every religion A- that we do unto others as we would have them do unto us. This truth transcends nations and peoples A- a belief that isn't new; that isn't black or white or brown; that isn't Christian, or Muslim
or Jew. It's a belief that pulsed in the cradle of civilization, and that still beats in the heart of billions. It's a faith in other people, and it's what brought me here today.


We have the power to make the world we seek, but only if we have the courage to make a new beginning, keeping in mind what has been written.

The Holy Koran tells us, "O mankind! We have created you male and a female; and we have made you into nations and tribes so that you may know one another."
The Talmud tells us: "The whole of the Torah is for the purpose of promoting peace."
The Holy Bible tells us, "Blessed are the peacemakers, for they shall be called sons of God."
The people of the world can live together in peace. We know that is God's vision. Now, that must be our work here on Earth. Thank you. And may God's peace be upon you.




Andy Maykuth
CITA(Bruce Beelher @ Jan 3 2010, 07:49 PM) *
CITA
El terror en la puerta contigua

Mai Yamani

LONDRES – En un destacado hadith , el profeta Mahoma dijo: “Si amenaza el desorden, refugiaos en el Yemen” . El Profeta se refería al próspero y civilizado Yemen, pero el desorden y la radicalización actuales en el Yemen están empezando a afectar a Arabia Saudí y, por tanto, a la seguridad del mayor productor de petróleo del mundo.

El hadith del Profeta sobre el Yemen ha gozado de una nueva resonancia desde el decenio de 1980, cuando Arabia Saudí –en consonancia con la policía americana– intentó exportar a disidentes internos, el más destacado de los cuales era Osama Ben Laden, yemení nacido saudí, para luchar contra los infieles soviéticos en el Afganistán. Aunque se desvió a la mayoría de los disidentes hacia el Afganistán, los compañeros de Ben Laden en los que éste confiaba más (incluida su mujer) han permanecido principalmente en el Yemen.

A raíz del derrocamiento de los talibanes del Afganistán, Ben Laden y sus seguidores han llegado a considerar el Yemen, junto con el Pakistán, un refugio. De hecho, el Yemen es ahora un caldero en ebullición rebosante de yihadistas que han acudido en tropel hasta allí, porque, como el Afganistán y el Pakistán, tiene unas instituciones estatales débiles y fáciles de manipular.

La reciente orden del Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, de cerrar el centro de detención de la bahía de Guantánamo ha convertido el problema de la debilidad del Yemen en una cuestión internacional destacada. Una tercera parte de los detenidos en Guantánamo son yemeníes, pero el Yemen no puede garantizar a los Estados Unidos que, si se devuelve a los detenidos a su país, podrá controlarlos eficazmente. Ese temor está justificado. Muchos de los internos de Guantánamo liberados antes han desaparecido en la clandestinidad.

A diferencia del Yemen, Arabia Saudí ha creado, al parecer, un sistema “modélico” para reintegrar y reeducar a los repatriados de Guantánamo. El centro de rehabilitación Al Munasaha se encarga de “curar” las pasiones yijadistas y a los repatriados saudíes de Guantánamo, a los que, después de pasar un tiempo en Al Munasaha, se les ofrecen puestos de trabajo y esposas.

Pero muchos de ellos reinciden y escapan al Yemen. El más tristemente famoso de esos reincidentes es Abu Sufyan Al Shihri, ahora “Dirigente Adjunto de Al Qaeda en la península de Arabia”. Otros siete yijadistas saudíes que escaparon al Yemen son conocidos también como activistas de Al Qaeda en ese país.

Así, pues, los dos mayores países de la península de Arabia –Arabía Saudí, el mayor en superficie y en riqueza petrolera, y el Yemen, el mayor en población– están ahora enzarzados en luchas a vida o muerte con enemigos internos. La paradoja es que, aunque la amenaza para los dos países es la misma, cada uno de ellos está empeorando las perspectivas para el otro con las políticas que está aplicando.

Por ejemplo, en el decenio de 1980 millones de hombres yemeníes trabajaban en el Reino. Los ingresos que representaban sus remesas constituían una parte del presupuesto del Yemen, pero en 1991 800.000 yemeníes fueron expulsados, porque se los consideró una amenaza para la seguridad interna en el periodo inmediatamente anterior a la primera guerra del Golfo. Desde entonces, la mano de obra yemení ha estado prohibida en Arabia Saudí.

Los jóvenes yemeníes, amargados y desempleados, a menudo padecen las consecuencias de otra política saudí contraproducente: su propagación para exportar la modalidad wahabí del islam. Con la aparición por doquier de nuevas madrasas wahabíes en el Yemen, porque cuentan con apoyo financiero saudí, no es de extrañar que el número de yihadistas yemeníes haya aumentado exponencialmente.

Pero el Yemen también aplica sus propias políticas destructivas. El Presidente Ali Abdullah Salih ha utilizado periódicamente a wahabíes yemeníes para derrotar a sus oponentes internos: primero los comunistas, después los zaidis y luego los huthis.

La relación de Arabia Saudí con el Yemen es diferente de la que mantiene con cualquier otro país árabe. Los dos países están unidos por lazos históricos, étnicos y tribales, pero ninguno de ellos dispone de medios para acabar con los resentimientos y la resistencia populares.

Los instrumentos tradicionales de “poder blando” de Arabia Saudí en materia de política exterior –el gasto cuantioso con el dinero del petróleo y la dawa o “el llamamiento”– han dejado de ser eficaces. Construir vallas y enviar helicópteros para que patrullen por las fronteras no será suficiente y la idea de que se puede rehabilitar a los yijadistas es un mito. Ninguna medicina funcionará, si cuando se da de alta al enfermo, tropieza con el mismo virus: el wahabismo institucionalizado.

Sin embargo, hay cosas que los saudíes pueden hacer para vacunarse y vacunar al Yemen contra el fanatismo. Las vacilantes iniciativas hacia la liberalización que el rey Abdullah ha hecho a lo largo de los dos últimos años deben acelerarse, volverse más audaces y llegar a ser más eficaces para eliminar la ideología wahabí como incubadora de radicalismo.

No debería ser imposible, porque tanto Arabia Saudí como el Yemen tienen tradiciones islámicas autóctonas y moderadas que se pueden movilizar contra el yihadismo. Con el mismo apoyo financiero que recibieron los wahabíes, dichas fuerzas podrían invertir la actual deriva hacia el fanatismo. Tanto el rey Abdullah como el presidente Salih entienden el problema; deben dejar de recurrir a las tácticas antiguas y comprender la estratégica necesidad de cambio.

El primer cambio es económico. En lugar de exportar radicalismo, Arabia Saudí debe empezar a importar mano de obra yemení levantando la prohibición de los trabajadores yemeníes.

Los funcionarios yemeníes han solicitado también la admisión en el Consejo de Cooperación del Golfo. Hasta ahora, los dirigentes del CCG han rechazado la adhesión del Yemen por las mismas razones por las que la Unión Europea teme admitir a Turquía: el Yemen pasaría a ser al instante el país más poblado de ese bloque.

De hecho, la población del Yemen supera las de los otros seis miembros –Qatar, Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Omán y Arabia Saudí– combinadas, pero, para que las masas yemeníes no se radicalicen más, habrá que incorporarlas a una zona económica que ofrezca esperanza para el futuro. El CCG puede –y debe– desempeñar ese papel.

El Yemen es estratégicamente importante, no sólo para Arabia Saudí, sino también para el mundo, porque es el único país de la península de Arabia desde el que el petróleo puede llegar a los mares abiertos sin pasar por un estrecho angosto, ya sea el estrecho de Ormuz o el canal de Suez. Poner en peligro ese paso es poner en peligro la línea de seguridad energética de la economía mundial.

Así, pues, al examinar el futuro del Yemen, lo que está en juego es enorme.





CITA
¿Qué ocurre con Al Qaeda en Yemen?


FERNANDO REINARES

EL PAÍS
Internacional
05-01-2010



Casi de súbito, como consecuencia de lo ocurrido el pasado día de Navidad en el vuelo 253 que se aproximaba al aeropuerto de Detroit procedente de Ámsterdam, el presidente estadounidense, Barack Obama, ha enfatizado que Yemen es una prioridad de su agenda contraterrorista y señalado a la extensión territorial de Al Qaeda que opera en dicho país como importante objetivo a combatir. Sin embargo, Yemen ha sido escenario del terrorismo global desde su aparición a inicios de los noventa del pasado siglo. Aunque entre los seguidores que allí tiene Osama Bin Laden se han producido algunos cambios recientes. Pero, ¿qué ocurre con Al Qaeda en Yemen?

En primer lugar, ocurre que una facción yemení de Al Qaeda se ha convertido en el componente principal de la reconstituida Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), en la que se ha fusionado también un grupo saudí análogo. Así fue anunciado en enero de 2009. Tras haber sido virtualmente desmantelada, una vez que las autoridades de Riad respondieron contundentemente a los atentados que perpetró en su reino durante 2003, AQPA se ha reorganizado desde 2006, bajo el liderazgo de terroristas yemeníes que se fugaron de prisión ese último año y han marcado a la organización con su hostilidad tanto hacia Occidente como hacia los musulmanes no rigoristas.

En segundo lugar, ocurre que Al Qaeda en la Península Arábiga ha incrementado significativamente tanto sus recursos materiales y humanos como sus capacidades operativas a lo largo de 2009. Actualmente, AQPA cuenta con terroristas entrenados en Somalia y mantiene relaciones con Al Shabab, organización terrorista asociada con Al Qaeda en esa zona, además de estar incorporando militantes retornados de Irak y no pocos de los centenares de convictos o sospechosos de terrorismo yihadista que por unos u otros motivos, razonablemente discutibles a la vista de los resultados, han sido excarcelados por el debilitado Gobierno de Saná en los últimos años.

Ocurre, en tercer lugar, que las principales corrientes salafistas en Yemen, aparentemente respetuosas con la autoridad establecida y críticas con Al Qaeda, han evidenciado ambivalencias y contradicciones favorables al avance del salafismo yihadista. Ello, unido a una narrativa popular que intenta beneficiarse de la tradicional desconfianza tribal hacia el Gobierno, una cultura de venganza combinada con la mayor tasa de armas ligeras respecto a la población en el mundo, lamentables oportunidades vitales para la juventud de un país empobrecido y el desarrollo de la propaganda en Internet, propicia la penetración de AQPA en la sociedad yemení.

En cuarto lugar, ocurre que Al Qaeda se está planteando Yemen, al igual que Somalia, como alternativa al santuario del que aún dispone en las zonas tribales de Pakistán, especialmente si la ofensiva desarrollada por el Ejército paquistaní en Waziristán del Sur continúa y se extiende. En ese empeño coincide con el intento de AQPA por establecer una zona segura en áreas del suelo yemení, donde la autoridad estatal es hoy muy precaria y está afectada por contenciosos de índole sectaria o separatista. Por otra parte, Al Qaeda ambiciona, desde su misma creación, trasladar el epicentro del terrorismo global a la península Arábiga, la tierra sagrada del islam.

La situación en Yemen es peligrosa, pero contenible y reversible si no se repiten errores cometidos en otros lugares. A corto plazo, el Gobierno yemení necesita de ayuda externa para adecuar agencias e instrumentos contraterroristas, así como de una efectiva cooperación regional. La asistencia multifacética de Estados Unidos debe complementarse, ganando en legitimación, con iniciativas colectivas para implementar en el país la estrategia global contra el terrorismo de Naciones Unidas. Asimismo, a las autoridades de Saná compete revisar sus excarcelaciones. A medio y largo plazo, urge revertir las precondiciones y contrarrestar los agentes de radicalización yihadista.



Fernando Reinares es catedrático de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlos e investigador principal de terrorismo internacional en el Real Instituto Elcano.



http://www.elpais.com/articulo/internacion...elpepiint_2/Tes
Maripili
Las tres crisis


ALAIN TOURAINE

EL PAÍS
Opinión
06-01-2010



Todos los países situados en la zona de influencia de Wall Street y la City están amenazados. Estados Unidos, endeudado de los pies a la cabeza, desde el Gobierno al particular, se encuentra en una situación que algunos consideran sin salida. La City, que tiene mayor peso en la economía británica que Wall Street en la norteamericana, se ha visto afectada más directamente a causa, en particular, de la importancia de las inversiones internacionales de la antigua potencia imperial.

A su vez, para los países de la zona euro, la voluntad de China y Estados Unidos de mantener sus monedas, el yuan y el dólar, en un nivel bajo, infravalorado, también representa una amenaza directa, pues, inevitablemente, ataca a las exportaciones europeas.

Paralelamente a los problemas de la economía, los de la ecología nos obligan a tomar decisiones muy difíciles. La gran conferencia mundial de Copenhague nos ha dejado una imagen inquietante sobre la dificultad de alcanzar acuerdos. Dado que Estados Unidos se ha mostrado decidido a no hacer sino esfuerzos insuficientes, de nuevo es a Europa a quien se le pide un sacrificio suplementario. Los países pobres, o mucho menos ricos, exigen que los países del Norte paguen su deuda -150.000 millones anuales-, pues, durante años y años, sólo ellos emitieron gases de efecto invernadero. El Norte se ve ahora conminado a cambiar su modo de consumo muy rápidamente. Por otra parte, China le concede poca importancia a los juicios del resto del mundo, pues sigue extrayendo la mayor parte de su energía del carbón. Y el tiempo pasa. De aquí a 2020, habría que reducir las emisiones de CO2, no ya en un 20%, sino en un 30% e incluso un 50%, y Europa tendría que alcanzar el 80% antes de 2050.

Así, en unas pocas líneas, se hace evidente que, en lugar de esperar el final de la crisis financiera y económica, de un mes a otro nos encontramos ante unos problemas económicos y ecológicos fundamentales que exigen de todos un esfuerzo muy difícil de conseguir. Tenemos que reconocer que hemos llegado a los límites de lo posible intentando mantener nuestro modo de vida y nuestros métodos de gestión financiera. La suma de estos dos órdenes de problemas nos sitúa indiscutiblemente ante un peligro de catástrofe mayor.

A esto hay que añadir una tercera crisis, a saber, la de la acción política y, más precisamente, de la expresión política del descontento, las reivindicaciones y las denuncias. ¿Quién es responsable de las crisis? Es seguro que no se trata de una crisis social, es decir, de una crisis que enfrenta a dos categorías o clases sociales, por ejemplo. Unos piden que los países del Norte paguen por el comportamiento de sus antepasados. Otros quieren defender los intereses y derechos de nuestros sucesores y de aquellos que viven -generalmente muy mal- en regiones del mundo alejadas de la nuestra. Al extenderse a lo largo de un espacio y un tiempo casi ilimitados, los conflictos rebasan el mundo social; sólo pueden comprenderse por su oposición a un sistema financiero y económico que se ha colocado fuera del alcance de todas las intervenciones sociales y políticas.

Una oposición así ya no puede fundamentarse en la defensa de cierta categoría social; debe tener un carácter universalista, ya que se trata de defender al conjunto de la humanidad. Apelamos a los derechos humanos contra la globalización económica. Cada vez hablamos menos de intereses y más de derechos. Tal es la transformación principal de nuestra vida social. Es tan profunda que nos cuesta percibirla y, sobre todo, carecemos de los medios institucionales necesarios para resolver nuestros problemas. ¿Las ONG pueden reemplazar a los partidos y a los sindicatos? Sería paradójico decir que las organizaciones no gubernamentales pueden reemplazar a los Gobiernos. Las ONG desempeñan un papel importante en la concienciación de la población, pero ésta debe dotarse a sí misma de nuevos medios de acción propiamente políticos.

Esta manera de abordar los problemas de nuestro futuro no es la de los economistas; no estoy seguro de que sea la de los políticos, pero debe ser la de los sociólogos, para los cuales una situación es más el resultado de la acción de mujeres y hombres que el efecto de unas fuerzas económicas que le imponen a la sociedad la búsqueda racional del interés como prioridad absoluta. En el presente caso esto es aún más claro que en general. Pues, frente a unas fuerzas económicas no humanas, la resistencia no puede venir de la defensa de intereses específicos; sólo puede venir de la invocación de unos derechos universales que son pisoteados cuando los seres humanos mueren de hambre o se ven privados de trabajo o libertad para que los financieros puedan seguir aumentando sus beneficios.

Ese levantamiento en nombre de la defensa de los derechos más elementales y, por tanto, más universales, es la única manera eficaz de oponerse a los intereses de los financieros puros y duros. Es poco probable que tal levantamiento se produzca, porque la contradicción, en mi opinión real, entre financieros y ciudadanos no parece capaz de proporcionar un objetivo concreto a las protestas populares. Es el pensamiento ecológico el que da a las protestas lo que ellas no consiguen por sí mismas, un objetivo positivo de vital importancia: salvar nuestra atmósfera, impedir o limitar las consecuencias de los cambios climáticos, que pueden ser catastróficas.

Pero todo esto es incierto, en un momento en que acaba de clausurarse lo que ha dado en llamarse la "conferencia de la última oportunidad". En un futuro próximo, en los diez próximos años, corremos el peligro de ser víctimas de nuevas crisis económicas, de un agravamiento del riesgo ecológico y de una confusión política cada vez mayor.

Si tuviéramos que decir hoy cuál es el futuro más probable, el agravamiento de las crisis o la concepción y la construcción de un tipo nuevo de sociedad basada en el respeto de los derechos humanos de la gran mayoría, tendríamos que responder sinceramente que la hipótesis pesimista tiene más posibilidades de realizarse que la optimista, que deposita su confianza en la capacidad de los seres humanos para salvar su propio porvenir.

¿Hay que deducir una implosión de los centros económicos que dominan la vida económica del mundo desde hace varios siglos? Si los europeos se dejan avasallar por el eje chino-estadounidense, que se opone a la reevaluación del yuan y del dólar, este escenario no es imposible.

Y así llegamos a nuestra hipótesis central: la construcción de un nuevo tipo de sociedad, de actores y Gobiernos, depende antes que nada de nuestra conciencia y de nuestra voluntad, o, más sencillamente aún, de nuestra convicción de que el riesgo de que se produzca una catástrofe es real, cercano a nosotros y de que, por tanto, tenemos que actuar necesariamente. Pero esta convicción no se forma por sí misma en cada ser humano. Nuestros representantes políticos, al más alto nivel, discuten sobre ella e imaginan lo que puede pasar en 2020 o en 2050, en un lenguaje que no da suficiente cuenta de la urgencia de las decisiones a tomar.

Nos encontramos ante tres crisis que se refuerzan mutuamente y nada nos garantiza hoy que vayamos a ser capaces de encontrar una solución para cada una de ellas. En otros términos, en vez de soñar de forma irresponsable con una salida a la crisis que suele definirse, demasiado alegremente, en función de la reanudación de los beneficios de los bancos, debemos tomar conciencia de la necesidad de renovar y transformar la vida política para que ésta sea capaz de movilizar todas las energías posibles contra unas amenazas que son mortales.


Alain Touraine es sociólogo y director del Instituto de Estudios Superiores de París.

Traducción de José Luis Sánchez-Silva
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http://www.elpais.com/articulo/opinion/cri...elpepiopi_4/Tes
Christian Retamal
La globalización en el contexto de la modernidad tardía.
Prof. Dr. Christian Retamal.


http://www.observacionesfilosoficas.net/laglobalizacionenelcontexto.html
]http://christian-retamal.blogspot.com
http://blog.latercera.com/blog/cretamal/



La crisis de la modernidad supone tener que redefinir los términos tradicionales con los que la hemos pensado y la necesidad de crear nuevos conceptos que sean más adecuados a la situación en que vivimos. Uno de esos nuevos términos que parecen describir antiguos fenómenos es el de globalización. Existe consenso respecto de que la globalización tiene una raíz económica y que sus definiciones pueden partir desde allí, pero cuando se trata de fijar sus límites los problemas se multiplican ya que podemos coincidir en la existencia de unas globalizaciones culturales, sociales, políticas, de los derechos humanos, de la guerra, etc. De este modo, el término al volverse tan polisémico se torna inútil. Por otra parte, el fenómeno de la globalización encuentra todas sus contradicciones cuando se trata de abordar sus efectos sociales y la construcción de identidades, ya que allí chocan los paradigmas de la ciudadanía moderna con los del multiculturalismo, lo que ciertamente tiene unos resultados que tienen que ver directamente con la violencia, el racismo y la xenofobia. Ello se solapa a las tradicionales luchas de clases, lo que genera a su vez nuevas paradojas.


1. La globalización en el contexto moderno.

La globalización se percibió primeramente como un fenómeno económico con amplias repercusiones y que genera -en un efecto de cascada- nuevas globalizaciones sociales, culturales y políticas. Giovanni Arrighi, de modo muy documentado, señala que desde el punto de vista estrictamente económico la globalización no es un proceso nuevo. Por el contrario, está relacionado con los procesos de acumulación de capital y con el reordenamiento del capitalismo a escala mundial. Siguiendo el modelo de “sistema-mundo” de Immanuel Wallerstein, expone un modelo evolutivo y gradual, que desestima las perspectivas que indican que la globalización constituye una revolución sin precedentes2. Incluso la novedad de las innovaciones informáticas es relativa si se le compara con otras revoluciones científico-tecnológicas modernas, como el cableado submarino del telégrafo que ya en 1860 permitió una virtualización de la economía a nivel intercontinental. Otros indicadores muestran también elementos de continuidad, siendo la diferencia económica más relevante la creciente importancia de los mercados financieros mundiales, que fueron los primeros en globalizarse3. La arquitectura económica global de Breton Woods, jerárquicamente gestionada por EE.UU. dejó paso a otro sistema -también global- más descentralizado y coordinado por el mercado creando una mayor volatilidad e inestabilidad financiera. Los cambios económicos deben, por tanto, ser considerados en su escala, alcance y complejidad. Arrighi señala que la investigación con horizontes temporales más amplios permite ver cuatro ciclos sistémicos de acumulación capitalista en la modernidad. Dichos ciclos culminan en una crisis de sobreacumulación que inicia un período de mayor competencia, expansión financiera y el fin de las estructuras ordenadoras del comercio y la producción.
En palabras de Arrighi;
“Es el tiempo en el que el líder de la expansión anterior del comercio mundial cosecha los frutos de su liderazgo en virtud de su posición de mando sobre los procesos de acumulación de capital a escala mundial. Pero es también el tiempo en el que el mismo líder es desplazado gradualmente de las alturas del mando del capitalismo mundial por un emergente nuevo liderazgo. Ésta ha sido la experiencia de Gran Bretaña entre el final del siglo diecinueve y el comienzo del veinte; de Holanda en el siglo dieciocho, y de la diáspora capitalista genovesa en la segunda mitad del siglo dieciséis4.”

En efecto, el líder cosecha los frutos al mismo tiempo que comienza su declive. En el caso estadounidense su hegemonía económica se debe más a las beneficiosas coyunturas derivadas de la Guerra Fría, en su predominio en las instituciones internacionales y la expansión de sus empresas a escala mundial, que a los resultados actuales de la globalización. En esta perspectiva, los períodos de sobreacumulación implican turbulencias que desestabilizan los centros organizadores. Ello genera incertidumbres en nuevos ámbitos, más allá de los económicos, haciendo peligrar las estructuras políticas que el mismo liberalismo había acuñado, lo que hace insostenible la afirmación dogmática de los mercados autorregulados. Dicha afirmación, siguiendo al autor, nunca ha resultado verificada en los ciclos sistémicos de acumulación. Por el contrario, las crisis y sus inestabilidades parecen indicar que el poder hegemónico declinante no pudiera controlar ni la velocidad ni la dirección de su poder. La reconducción del capitalismo hacia caminos más creativos que destructivos siempre ha necesitado de vehículos tendedores de vías. De este modo, el capitalismo ha transitado durante la modernidad por varios caminos, que llevan a nuevos centros organizadores y que permiten la continuidad del sistema más allá de la pérdida de influencias de los antiguos ejes.

“La formación de un sistema capitalista mundial, y su transformación subsiguiente de ser un mundo entre muchos mundos hasta llegar a ser el sistema socio-histórico del mundo entero, se ha basado en la construcción de organizaciones territoriales capaces de regular la vida social y económica y de monopolizar los medios de coacción y violencia. Estas organizaciones territoriales son los Estados, cuya soberanía se ha dicho que va a ser socavada por la ola actual de expansión financiera5.”

En todas las expansiones financieras los Estados que han sido tendedores de vías han perdido poder en beneficio de otros que los han relevado de su función. Cada nuevo relevo se caracteriza por un mayor alcance territorial, complejidad y poder que sus antecesores. De este modo Arrighi nos muestra que las crisis de los Estados son connaturales al desarrollo del capitalismo en su camino a la expansión. Un ejemplo paradigmático lo encontramos en los tratados de Westfalia que consagraron los principios según los cuales los Estados independientes reconocen su mutua autonomía jurídica y su integridad territorial conviviendo en un único sistema político. Esto se plasmó en el principio de la soberanía estatal moderna y que generó una ley internacional de regulación del poder entre Estados. Dicho contexto propició una paz relativa, un equilibrio de poder y el control intraestatal por parte de las elites. Las guerras del período fueron crecientemente intensivas en capital y permitieron la expansión europea más allá de sus fronteras continentales. El sistema de Westfalia sufrió una inflexión producto de la Revolución Francesa y las guerras napoleónicas, ya que bajo la conducción británica su alcance incluyó a los Estados americanos. Sin embargo, los principios westfalianos cambiaron. Las relaciones entre Estados fueron desplazadas por la tutoría de la extensa red imperial británica sobre ellos. El costo de la precaria paz westfaliana fue pagado por los Estados que no eran parte de aquellos principios, las zonas de dominio colonial o en vías de serlo. Luego de la Segunda Guerra Mundial este orden fue reforzado por la primacía de los EE.UU., extendiéndose al resto del mundo, proceso paralelo a la descolonización, pero al mismo tiempo su contenido fue disminuido y reinterpretado. El nuevo actor hegemónico elevó sus principios constitucionales6 al rango de normas universales para que su poder se consolidara por sobre los demás Estados, lo que se apoya en su inédita y extensa red mundial de bases militares.

Esto ya queda establecido en la estructura de las Naciones Unidas que expresa las desigualdades de los Estados miembros. En efecto, la inmensa mayoría recorta su soberanía, a diferencia de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad7. Este cambio es de tal magnitud que el autor señala el completo desequilibrio respecto de las relaciones interestatales. Ello al punto de poder hablar de Estados semi-soberanos y cuasi-Estados para referirse a los países derrotados después de la Segunda Guerra Mundial y los poscoloniales respectivamente. El contexto de la Guerra Fría desencadenó una dinámica que ninguna de las dos potencias principales, EE.UU. y la URSS pudo contener. La integración económica global se desarrolló bajo el control estadounidense y la de sus aliados, aunque toleró un comercio multilateral descentralizado. Esto difirió profundamente de las formas de mando unilateral del imperio británico. La forma de guiar el proceso de liberalización de los mercados tenía un doble objetivo; la contención de la influencia de la URSS y los diversos nacionalismos estatistas surgidos de los procesos de descolonización8. El avance de estos cambios ya era perceptible durante la guerra de Vietnam, en esa época los mercados financieros ya estaban desterritorializados y funcionaban en red. Este espacio de flujos está más allá de las jurisdicciones estatales, a pesar de los accesos privilegiados de EE.UU. que debe -en múltiples ocasiones- subordinarse a las necesidades de las finanzas internacionales9. La consecuencia es que la década de los ochenta y noventa fue el escenario de la expansión europea y asiática.

Cada nueva ola de competencia por nuevos mercados supuso
“un aumento adicional en el volumen y densidad de la red de intercambios que conectaba pueblos y territorios, atravesando jurisdicciones políticas tanto regional como globalmente. Esta tendencia ha supuesto una contradicción fundamental para el poder global de los Estados Unidos -una contradicción que se ha agravado en lugar de mitigarse tras el colapso del poder soviético y el consiguiente final de la Guerra Fría. El gobierno de los Estados Unidos ha quedado apresado en su inaudita capacidad militar global que, tras el desplome de la URSS, no tiene paralelo. Estas capacidades continúan siendo necesarias, no tanto como una fuente de "protección" para los negocios estadounidenses en el extranjero, sino sobre todo como la fuente principal del liderazgo de EE.UU. en alta tecnología tanto en su propio país como en el extranjero10.”

La intención de Arrighi consiste en hacer visible una fisura histórica. En efecto, en todos los procesos de acumulación anteriores los centros de poder declinantes eran sustituidos por un poder ascendente que aunaban los poderes militares y financieros de un modo superior al precedente. Hoy en cambio asistimos a un proceso diferente. EE.UU. es la única gran potencia militar. Un hecho que se ha acentuado radicalmente como respuesta unilateral a los sucesos del 11 de septiembre de 2001. El poder financiero en cambio se ha dispersado en múltiples actores, como el G7 y la OCDE11, que requieren de un conflictivo consenso para gestionar el sistema convirtiéndose, de hecho, en los nuevos vehículos tendedores de vías del capitalismo mundial. La estabilidad del nuevo escenario supone un nuevo reparto de funciones al interior del capitalismo mundial. Esta diferenciación estructural del poder otorga a los Estados Unidos la fuerza militar, a Japón y el sudeste asiático -y previsiblemente Europa en el corto plazo- el control de la mayoría del dinero y a la República Popular China el mando del trabajo12.

De este modo el capitalismo encuadra en un único sistema a las diversas sociedades. Todos sus segmentos y actores son sometidos a una translocalización para llegar a ocupar un nuevo lugar en la división mundial del trabajo. Ello crearía una sinergia en el ámbito sistémico, la creación de estructuras estatales con poderes discrecionales hacia dentro y hacia fuera respecto del funcionamiento libre de los mercados. El resultado es el trato diferenciado de unos actores respecto de otros y, especialmente, la inserción de las luchas de clases locales en la división mundial del trabajo creando espacios centrales, semiperiferias y periferias. Lo más interesante del análisis de Arrighi es que nos permite ver una globalización más policéntrica, con una profundidad temporal más amplia que se integra en la historia del capitalismo. Resulta interesante también confirmar que este enfoque no se opone al análisis de la transición de una sociedad de la producción a una sociedad del consumo, que tampoco es nueva como lo demuestra José Miguel Marinas13. De esta manera podemos desechar dos creencias muy arraigadas sobre este tema; la primera según la cual la globalización es una “sorpresa” histórica, una especie de hallazgo extraordinario para el que no tenemos instrumental teórico para dar cuenta de él. El segundo es suponer que la globalización se reduce a una homogeneización cultural, una macdonaldización del mundo proveniente de EE.UU.14 Este modelo teórico tiene la virtud de anclar el origen de la globalización en los procesos económicos, pero ciertamente ésta no se restringe a dichos procesos. Las consecuencias son también geopolíticas, culturales y sociales.


3. Las inseguridades como semblante distópico de la globalización.

Hemos pasado de una caracterización propiamente utópica a otra radicalmente distópica, en que las ideas de progreso y confianza en el futuro como agentes modeladoras parecen cada vez más vacías. A partir del 11 de septiembre de 2001 se ha desatado un reordenamiento geopolítico con amplias consecuencias sociales, culturales y políticas que suponen un escalonamiento de los miedos que ya tienen un carácter policéntrico, a diferencia de los temores de la Guerra Fría que encontraban en los hongos nucleares su imagen paradigmática del holocausto atómico, que subordinaba a todos los otros temores.

En la modernidad tardía marcada por la globalización el semblante de las inseguridades prolifera de múltiples formas, carente de jerarquías organizadoras. Una manifestación es la inseguridad económica y las crisis financieras recurrentes generadas gracias a los flujos crecientes de capitales. Estos flujos que tienen más poder que los Estados crean incertidumbre en los empleos y su calidad31. Otra cara de este fenómeno es la inseguridad cultural, producida por la distribución asimétrica de los medios de comunicación, así como sus contenidos. Estos amenazan efectivamente las culturas locales que no pueden reflejarse en lo global32. Los medios de comunicación -diversificados, globales, integrados verticalmente- suponen un mecanismo privilegiado de proselitismo de la globalización. La inseguridad personal sembrada tanto por la crisis del Estado como por la proliferación de las organizaciones criminales que actúan en un marco global desde hace mucho. Esto genera una creciente debilidad de las redes sociales haciendo que el Estado pierda legitimidad como garante de la cohesión social y -en grado extremo- la soberanía33. Una dimensión importante de esta forma de inseguridad es que las sociedades tardiomodernas son pospanópticas, ya que los instrumentos de vigilancia no están dirigidos a producir formas disciplinarias que se inserten en los modelos de la rehabilitación por medio del trabajo. Al contrario, están dirigidos a la inmovilización de los delincuentes. A mantenerlos localizados, penitencializados, evitar su movilidad en el amplio sentido del término. Más aun, es posible distinguir una criminalidad de base y cima, local y global, de excluidos e integrados. La criminalidad de los primeros conduce inevitablemente a la cárcel como inmovilización y transparencia, lo que se logra por medio de la extensión de las prerrogativas del derecho penal y el aumento de las penas. En resumen, más delitos y más severamente castigados. En el caso de los segundos, la máxima opacidad, la movilidad del crimen que supera las legislaciones nacionales. Un elemento añadido es la proliferación del uso político de la delincuencia como instrumento para aumentar el control social en pos del pretendido mantenimiento de la seguridad, identificando la delincuencia, por ejemplo, con la inmigración34. Este cuadro permite encontrar un chivo expiatorio frente a los temores y las crisis producidas por la globalización y la autoexpoliación del Estado de sus prerrogativas integradoras.

También nos encontramos con una inseguridad ambiental, que es específicamente moderna y que afecta al menos a 1.000 millones de personas de todo el mundo, debido sólo a la falta de agua35. A ello cabría añadir la carencia de alimentos y la lucha por introducir los alimentos basados en los organismos genéticamente modificados -OGM36- para crear nuevos mercados más dependientes, la disminución de los recursos energéticos, el calentamiento global, el aumento de las especies en peligro de extinción y un largo y agobiante etcétera. Un punto fundamental es que lo que comúnmente se denominan “catástrofes naturales” simplemente no existen. La mayoría de los fenómenos así catalogados son efectos de condiciones de pobreza estructural, que inciden, por ejemplo, en que los marginados deban ocupar los terrenos más baratos, más precarios y peligrosos, como son los suelos aledaños a los ríos y los montes, propicios para un desborde o un aluvión. La lógica de este ejemplo tiene una vasta aplicación y sirve para ver que tras las escenas de los medios de comunicación, que nos muestran la devastación de las supuestas catástrofes naturales, existe un proceso más complejo que está asociado a la marginación y que repercute directamente en los más pobres e indirectamente en los más ricos. Seguramente después del aluvión vendrán unas epidemias agravadas por la inexistencia de centros sanitarios. Más tarde se producirá un flujo migratorio de los supervivientes hacia las ciudades cercanas, lo que generará la inseguridad de los ya asentados. El círculo vicioso es claro. No hay posibilidades de comprender la dinámica de estos acontecimientos desde una mirada simplemente local. Tanto sus orígenes como sus consecuencias son globales.

Beck nos recuerda que los daños ecológicos globales sobrevienen en contextos de modernización iniciados o interrumpidos. Esto está vinculado, primeramente, a los daños ecológicos causados por los centros industriales, que intentan externalizar los costes de producción y el daño inflingido por el sobreconsumo de las sociedades más ricas. En segundo término nos encontramos con los daños ecológicos condicionados por la pobreza, que en realidad son daños autoinflingidos y que sólo secundariamente afectan a los más ricos. Nuevamente se reproduce aquí la diferenciación de base y cima, local y global, ya que los pobres están obligados a degradar los ecosistemas para sobrevivir y no pueden huir a zonas más seguras. Los que han adquirido la riqueza de poder transitar globalmente, pueden escapar de las consecuencias de los desastres ecológicos. La localidad se vuelve a expresar como encierro y condena. A ello se suma -como señala Beck- un tercer factor de riesgo ecológico global derivado de la proliferación, abaratamiento y descontrol de la posesión de las armas de destrucción masiva, que pueden caer en grupos o Estados dispuestos a usarlos37.
Lo anterior nos conduce a la inseguridad política y social que se traduce en la inestabilidad creciente de las sociedades. “De los 61 conflictos armados importantes librados entre 1989 y 1998, sólo tres fueron entre Estados y el resto fueron conflictos civiles38.” Sin embargo, se ha producido un importante cambio a partir de los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, ya que los conflictos entre Estados parecen retornar en un vasto reordenamiento geopolítico, que en lo que lleva del nuevo siglo se ha cobrado dos guerras. Ciertamente la importancia de esta situación será de muy largo alcance. Sin embargo, lo que se avizora tras el unilateralismo estadounidense es el nacimiento de una inédita posición imperial, no explicable bajo los paradigmas de los estudios tradicionales del imperialismo39.

En un plano diferente, pero no menos importante, nos topamos con la inseguridad existencial. El mal que la modernidad quiso destruir de raíz, retorna ahora bajo la forma de la precariedad ontológica. Anthony Giddens la define como una forma de inseguridad, basada en la falta de garantías en la continuidad de la autoidentidad y en la permanencia de sus entornos sociales y materiales de acción40. La seguridad en sí mismo, en los demás y en el entorno, es la base psicológica de la confianza, que sirve de soporte a la seguridad ontológica. Sin ella el entramado de la cohesión social y cualquier relato posible del progreso y la acción política se diluye. Como veremos más adelante a propósito de la fluidez ontológica, la seguridad existencial moderna encontraba su marco de referencia en el sujeto fuerte que aseguraba la continuidad del yo en un mundo cambiante. Pero esto ya no es posible tras la fractura del sujeto. La totalidad que se desvanece en el aire lo incluye llevándolo al límite de sus posibilidades y forzándolo a la licuefacción.

Los riesgos crecientes, incontrolados, trascendentales al individuo muestran que la existencia y la continuidad del yo es una fortuna azarosa si nos fijamos en todo lo que amenaza la vida. La modernidad tardía se ha vuelto prolífica en la creación de riesgos al tiempo que el desencantamiento del mundo hace imposible culpar a los dioses o al destino. La rueda de la fortuna gira y parece estar cargada de los peligros que la misma complejidad social moderna produce. Los intentos por reforzar las seguridades parecen desembocar en lo opuesto. En la sensación de que nada puede hacerse y que estamos entregados a la suerte que los sistemas sociales creen. La depresión y el estrés son formas de padecimiento de la impotencia frente a una inseguridad con la cual debemos vivir, forman parte de nuestra historia personal y es necesario escribir nuestras biografías con ellas. Estamos obligados a incorporar dicha inseguridad en nuestras vidas de formas muy concretas, buscando modos de alejar el peligro y gestionarlo.

La inseguridad existencial ya no es una marca distintiva de los exploradores de las fronteras sociales, como filósofos, poetas, escritores, artistas, etc. Es ahora una marca de todos los habitantes de la modernidad tardía, aunque no sea suficientemente nombrada. Como señala Giddens no se puede vivir continuamente de cara a la inseguridad ontológica41. Tanto las sociedades como los individuos no pueden desarrollar su vida cotidiana sabiendo que al mismo tiempo su propia existencia es tan precaria que evapora el sentido de lo que está más cercano. Hace falta, parafraseando a Orwell, un doblepensar reforzado por la rutina, que por una parte permite vislumbrar el avance de los riesgos más allá de los umbrales aceptables e ignorarlo cuando se mantiene lo suficientemente lejano. El umbral es relativo. Depende principalmente de la capacidad de los medios de comunicación para “mostrar” los riesgos y ponerlos en los primeros lugares de la agenda pública y que el sistema político lo permita. Pero más allá del carácter episódico, la inseguridad existencial se ha vuelto un elemento permanente del modo de vida al interior de la modernidad tardía. Ya no es la conmoción frente a la percepción de la finitud, el advenimiento de la mala fortuna que inesperadamente golpea la puerta o el resultado de la contemplación de lo sublime o lo bello en el sentido kantiano que confirma los límites de la acción humana.

Es sorprendente que estas formas de inseguridad existencial se produzcan en medio de una atmósfera de optimismo histórico débil, que hace que las inseguridades tengan un carácter pasajero, limitado. En definitiva, se supone que la modernidad tardía todavía pretende crear los instrumentales para superar todos los temores. Durante la primera modernidad los inseguros existencialmente eran considerados aves de mal agüero, que pretendían contradecir con su “enfermedad” la evidencia de que el proceso civilizador se estaba desplegando para desterrar por fin los miedos. Era también señal de una cierta decadencia de espíritu sólo restringida a quienes podían permitírselo desde sus altas atalayas. Una enfermedad de la cultura sostenida por una burguesía reaccionaria, incapaz de ver la luz moderna y atada al pasado. Hoy en cambio la inseguridad existencial es más democrática, abarca al conjunto de la sociedad. Ha dejado de convertirse en una enfermedad de pocos y selectos para ser una condición de los muchos que están atrapados en la localidad. Y es que lo que alimenta la inseguridad existencial ya no es lo mismo que durante la modernidad clásica. Es la proliferación de los riesgos concretos y tangibles que afecta a todos y no solamente a los dotados de una subjetividad especialmente sensible, cultivada y predispuesta. El contexto también ha cambiado, ya no se trata del optimismo moderno, sino de un realismo que vislumbra los peligros, puede comprender lo cerca que se encuentran y, por tanto, es una percepción compartible, comunicable. Otra característica muy importante es que la inseguridad existencial anuda lo social y lo político con lo subjetivo e íntimo. Dicho de otro modo, para la inseguridad existencial no existe una distinción entre lo privado y lo público, entre el regazo del hogar y el espacio abierto de las calles, entre el espacio interior de nuestro cuerpo y lo que está afuera. En contraste, ella instaura un espacio de flujo entre estas instancias antes claramente delimitadas y sólo la resistencia consciente en la rutina las mantiene separadas.

Giddens resume las respuestas ante la inseguridad ontológica42 -ampliables a todas las inseguridades de orden global- en cuatro grandes trazos: primero, la aceptación pragmática, centrada en el sobrevivir y ganar lo que se pueda mientras se pueda. Segundo, el optimismo sostenido derivado de actitudes residuales de la Ilustración, como la confianza en la razón providencial o las capacidades de la ciencia para encontrar soluciones. Esta forma de respuesta encuentra una afinidad electiva con las respuestas religiosas. Tercero, el pesimismo cínico que está en medio de la depresión y la irónica intermediación con la realidad. Y cuarto, el compromiso radical que mezcla un cierto optimismo limitado con la acción práctica expresada en los movimientos sociales. Estas respuestas muestran los profundos cambios implicados en el advenimiento de la modernidad tardía y el repliegue de los fundamentos de la primera modernidad.

El resultado no deja de sorprender. El proyecto moderno -en particular el ilustrado- se arropó en la promesa de la construcción de un mundo seguro y el utopismo la radicalizó a través del sueño de un mundo sin horror. Que la modernidad tardía traiga -por medio de la globalización- una proliferación de la inseguridad, los riesgos y los temores desmonta por sí sólo el fundamento y legitimidad del proyecto moderno y su utopismo residual. En efecto, las imágenes distópicas pueblan las referencias a la modernidad tardía haciendo que la veamos como un tren desbocado que hay que frenar o al menos reconducir para paliar sus efectos perversos. Bauman nos recuerda que a pesar de los peligros de la Guerra Fría, en dicha época existía aún una ilusión de totalidad, que implicaba que las potencias enfrentadas ejercían el control y eran capaces de mantener el orden en medio del equilibrio del terror43. En el mapa mundial cada pequeño país y territorio, cada movimiento social -por insignificante que pareciera- formaba parte de ese equilibrio de fuerzas que estaba obligado permanentemente a recomponerse. Ambas potencias tendían a su universalización, por lo que la modernidad tardía en alguna de sus versiones, capitalista o socialista, estaba destinada a desplegar un nuevo orden mundial.

Dicha universalización aún mantenía el hálito de las esperanzas ilustradas. La Guerra Fría debía culminar con la victoria de uno de los polos o en el peor de los casos con la distópica imagen de cientos de hongos nucleares devastando el planeta. La globalización, en cambio, es un término asociado a los efectos perversos de la modernidad tardía. Un concepto, que siendo problemático, está ligado al carácter de los efectos incontrolados, donde al parecer nadie puede gobernar los acontecimientos. En consecuencia, la globalización es una noción opuesta a la de universalización. La primera carece de una semántica de esperanza en el futuro y el progreso -salvo para los neoliberales- y enfatiza el riesgo y la inseguridad. La perspectiva de Bauman acentúa la condición de descontrol en una variante similar a la de la pérdida de cartografías cognitivas de Jameson44. Bauman se centra más en los riesgos, en los factores de la incertidumbre. Pero es necesario destacar, que los centros articuladores siempre generan formas de organización, que suponen la destrucción de los órdenes precedentes. Más aún, el orden que logra preservarse es justamente aquel que es capaz de integrar el caos, para amoldarse a un mundo inseguro e inestable. Recuérdese que para un orden en construcción, las alternativas de ejercicio del poder siempre implican elegir opciones en una relación de costos y beneficios, que no necesariamente son compartidos por los demás actores subordinados. Por ende, la valoración de lo indeseado de ciertos efectos, cabe dentro del campo táctico de lo que se juzga aceptable en pos de otros objetivos considerados superiores. Temas como la contaminación mundial, la reducción de las especies y los peligros tecnológicos, entre otros, se han revelado como objetos de disputa en la ampliación del capitalismo y sus cercamientos.

No podemos perder de vista que existen unos específicos promotores de la globalización para los cuales ésta tiene un carácter de proyecto. Una imagen que se arropa utópicamente con los residuos del progreso de Occidente. Debemos comprender que la globalización es mucho más que la actual destrucción de los entornos sociales, económicos e institucionales. También tiene contenidos afirmativos, de creación de nuevas realidades. El complejo mapa de las inseguridades, que se acaba de esbozar, no puede cegarnos ante un hecho esencial: la modernidad tardía también ha generado los instrumentos necesarios para la eliminación de las principales y más terribles formas de privación humana. Ciertamente el reino de la necesidad expresado en el hambre, la enfermedad, la miseria y la ignorancia puede ser superado con los medios actualmente existentes. La hipótesis que la escuela de Frankfurt estableció a mediados del siglo pasado se ve verificada ahora por los datos empíricos. Si tales superaciones no se han llevado a cabo es justamente porque existen actores mundiales específicos que se oponen. Ese es el centro de la política mundial y el nudo crítico de la crisis moral de la modernidad.

Al haber creado esos instrumentos, la modernidad impulsa la dinámica por la cual sigue siendo deseada, todavía recoge esperanzas y los discursos de los políticos aún apelan al progreso, especialmente en los países en vías de desarrollo. Mucho del potencial de esa añoranza se basa en la unidad de los procesos de globalización y modernización. Ambos se han vuelto indisolubles, convirtiéndose en un binomio donde los términos necesariamente refieren el uno al otro. La convivencia en un mismo tiempo global produce que la historia sea también global. En efecto, la globalización informativa crea la simultaneidad de hechos no simultáneos, que se integran en la “historia mundial”. Lo local cobra perspectiva y explicación desde el punto de vista de lo global. Sin embargo, no debe olvidarse que este proceso ocurre de manera asimétrica, ya que el reflejo depende de los recursos de poder. No todas las localidades pueden reflejarse de igual modo en lo global, más aun, amplias localidades son simplemente ignoradas.

El influjo de lo global absorbe las temporalidades cruzadas y las resignifica45, es un horizonte de la acción que penetra en las cotidianeidades de las temporalidades cruzadas. Efectivamente, lo global mantiene una cierta afinidad con lo postmoderno, pero las otras temporalidades también se ven afectadas por este horizonte. Los indígenas ven de pronto que sus selvas son taladas, sus tradicionales recursos patentados y devorados, sus tierras anegadas por una nueva represa que se ha decidido construir a miles de kilómetros. Pero igualmente descubren que existen miles de personas dispuestas a solidarizarse por medio de Internet, que pueden desarrollar resistencias en los medios de comunicaciones. En este sentido, una característica distintiva que la globalización ha acentuado es la reflexividad. Las localidades se descubren mutuamente y pueden establecer redes de comunicación en un nivel superior, más integrado y más complejo que antes. Pertenecer a un pequeño mundo global nos genera la percepción de ser realmente una humanidad y que todos los asuntos que ocurren nos involucran. Ello no supone que las democracias posibles sean un producto inherente de las nuevas tecnologías. Por el contrario, la democracia global será el resultado de la lucha de los ciudadanos globales, que habiéndose apropiado colectivamente la tecnología, llevarán los procesos de comunicación y reconocimiento a nuevos niveles46.

Está en ciernes la formación de una subjetividad de especie que reclama un destino común que va más allá de los despachos de los centros de estudios prospectivos, de los intelectuales y los políticos. Es una sensación que se abre paso en la vida cotidiana. Lo global no es algo que acontece fuera de las fronteras de lo local, sino que, al contrario, sucede en el centro mismo de las localidades. Lo global se vive y es asible en lo local en una suerte de conexión que se ha denominado glocalización47, es decir la conjunción de lo global y lo local en fenómenos culturales híbridos. Lo local es la fracción que nos permite tener experiencia de lo global. Pero las capacidades de acceder a esta experiencia son desiguales produciéndose una nueva forma de estratificación mundial.

Para los que acceden a ella, el espacio ya no tiene un carácter restrictivo. Pueden transitar junto a sus propiedades de un Estado a otro y el primer resultado es que sus biografías se globalizan en un sentido positivo, ya que la riqueza y la diversidad del mundo se les vuelve accesible. Para los confinados en la localidad la porción posible de lo global se restringe al consumo de los medios de comunicación. Tanto sus cuerpos como sus expectativas de vida están amarrados al encierro de lo local. La globalización ha diluido la unidad de tiempo y espacio al proporcionar a los globales la capacidad de tránsito mundial, pero también ha creado una forma de confinamiento local, que sólo es superable a través de los flujos migratorios cada vez más rigurosos y penalizados. La globalización también ha destruido las coordenadas básicas que llevaban a formular las luchas políticas en el ámbito de los Estados nacionales. Ello hace necesario que los nuevos utopismos emergentes creen nuevas coordenadas que integren las dimensiones globales y locales no como un par de opuestos enfrentados, sino como dos momentos e instancias de la misma experiencia.

Siguiendo a Bauman, hasta ahora “ser local en un mundo globalizado es una señal de penuria y degradación social48”. La oportunidad de huir del encierro de la localidad se vive, desde la perspectiva de los pobres, como un exilio a través de la emigración forzosa, penalizada, perseguida y estigmatizada. El mundo ya no muestra su cara amable y benéfica, sino que se convierte en el menú de la represión, las fronteras infranqueables, la eterna y kafkiana búsqueda de “los papeles”. En definitiva, la condición existencial de “ilegales”. Incluso la imagen represiva por antonomasia de la modernidad, el panóptico, se transforma de acuerdo a las nuevas relaciones de la modernidad tardía. En efecto, mucho se ha dicho respecto de la ampliación de las capacidades panópticas por medio de las nuevas tecnologías, olvidando cual era el objetivo primigenio con el cual se concibió tal dispositivo. El panóptico fue eficiente para la articulación supralocal de amplios territorios y para disciplinar y homogeneizar las fuerzas de trabajo mediante la introyección de la vigilancia. Era en rigor un dispositivo adecuado a una era de producción y trabajo localizado, que más tarde encontraría su empalme productivo en el fordismo. Sin embargo, el panóptico queda desfasado en sus objetivos e instrumentos en una sociedad de consumo, de individuos con capacidades de transitar globalmente desligándose del territorio y otros encerrados en la localidad. Se ha indicado que las bases de datos ocuparían el lugar del panóptico como una forma adecuada de control en las sociedades de consumo. Pero, como indica Bauman, las bases de datos tienen una lógica diferente, ya que registran información en función de diferenciar perfiles para la segmentación del mercado. No trabajan con la homogeneidad, sino con la producción de diversidad y sus matices cualitativos en nichos de mercado cada vez más precisos.

Pero Bauman sólo nos indica la cara de acceso de este fenómeno. En esta faz los consumidores están gustosos de figurar en las bases de datos, porque eso los confirma en sus capacidades de consumo y sus posibilidades de acceder a las mercancías y el transito global. El no aparecer en las bases de datos implica una deficiencia, ser consumidores defectuosos. La integración en ellas otorga libertad de movimiento y consumo, conservando a los globales dentro del mercado y expulsando a los locales que no tienen nada digno de ser registrado49. Pero Bauman pasa por alto que esa carencia se ha revelado como valiosa para mantener a los locales en su condición de tal. En efecto, proliferan las bases de datos que tienen un carácter eminentemente excluyente y represivo. Esto es lo que podríamos designar como la faz de negación del acceso50. Profusas bases de datos que registran a los catalogados como indeseables para impedirles el paso. Allí el paradigma básico es el de los flujos migratorios, su regulación y represión.

En consecuencia, las bases de datos cumplen funciones distintas a las asignadas tradicionalmente al panóptico. Éste era un instrumento de optimización del dominio territorial. La modernidad tardía ha creado sus propios instrumentos, que en algunos casos, funcionan en un sentido inverso al panóptico. Es el caso del sinóptico51 que integra a los medios de comunicación tradicionales y los surgidos de las nuevas tecnologías de la información. Este dispositivo, global por naturaleza, invierte las relaciones entre vigilantes y vigilados, ya que forma un medio interactivo unidireccional. Mientras el panóptico funcionaba mediante la coerción que obligaba a los individuos a permanecer en un cierto espacio para ser vigilados, el sinóptico los seduce para permanecer capturados como observadores. En dicho proceso son formados como consumidores, que crean su identidad a partir del menú de los estilos de vida52.

La globalización muestra que la modernidad tardía trae aparejada otro modo de formación del sí mismo, que ya no tiene como referente el arquetipo estatal y nacional, sino uno nuevo que se ha liberado del territorio como fuente de identidades. La consecuencia más importante es que el sí mismo no está ya atravesado por las múltiples tensiones de las narrativas diferentes y enfrentadas que le ofrecían relatos posibles para su autoconstrucción. Otra diferencia relevante es que la tendencia a la hegemonía acepta un patrón de diversidad en vez de tender a la consolidación de homogeneidades inmutables. La diversidad se instala definitivamente como una característica cultural de la modernidad tardía, pero dicha diversidad sólo es posible al interior del consumo y está regulada por los amplios dispositivos disciplinantes del mercado.

Cuando señalo el papel central del consumo no me refiero a los actos limitados de la compra y la venta, sino que al proceso de resignificación intensiva, incesante y dinámica del mundo bajo la categoría omnicompresiva de la mercancía53. La observación heideggeriana respecto de que todo lo real aparece bajo la determinación de lo dispuesto se nos presenta hoy como absurdamente pueril e incompleta, ya que nada nos dice de los mecanismos que invaden las entidades y las vuelve algo dispuesto. La condición según la cual toda entidad se vuelve mercancía aparece con todas sus implicancias conceptuales en la revolución industrial, pero sólo la modernidad tardía realiza esa categoría al extenderla en términos prácticos a todas las esferas. Está dentro de las lógicas del capitalismo desde sus inicios que la totalidad del mundo emerja ante nosotros como un inmenso espacio para ser consumido y que en ese proceso nos definamos, creemos nuestras subjetividades y nuestras relaciones existenciales.

Lo que observamos es un inmenso salto cualitativo de la mercancía como agente resignificador, al tiempo que los mercados subsumen nuevos territorios geográficos y vitales. El cambio consiste en que las dimensiones de la propia vida se convierten en objeto de consumo. Por lo tanto, las diversidades de los estilos de vida, las formas de construcción de subjetividades, no pueden escapar al marco categorial del consumo. Al contrario, son definidas desde él. La multiplicidad es, por ende, una determinación emergente del capitalismo tardío que requiere de un dinamismo incesante de los mercados. Ello nos impone la necesidad de readecuar la tradicional lectura proveniente de los análisis sobre el totalitarismo y la teoría crítica, que supone que el capitalismo lleva a cabo una incesante labor de homogeneización de la cultura, al modo de un colectivismo de las grandes corporaciones54. La modernidad tardía trastoca la dialéctica de la Ilustración, así como su concepto de totalidad. Ésta ya no es un mar de homogeneidad estática y totalitaria, al estilo de lo que fue el nazismo o el estalinismo. Es algo mucho más complejo, que radica en un dinamismo que se sostiene en las diferencias que aportan nuevos elementos inéditos a la circulación de las mercancías. Todo un archipiélago de valores agregados, en juegos de sinergia e hibridación.

La formación de identidades en la modernidad ilustrada tendió a un punto ideal de quietud infinita, donde el poder detenía el flujo del cambio, de la historia como el acontecer de la lucha política. La modernidad tardía, en cambio, se caracteriza por una formación del sí mismo diferente, ya que pone en ejercicio una estructuración que implícitamente inserta en sí el dinamismo de la diferencia, el caos de lo opuesto. Se dirige a mantener el marco rígido del capitalismo para que dichas diferencias fluyan desde el suelo de lo local a su plena inserción como mercancía en lo global. Ciertamente esta nueva forma también pretende la clausura del tiempo, particularmente la de la historia política bajo la imagen de la paz perpetua, pero no la de Kant, sino la de una nueva formación imperial. En efecto, es condición de la definición del poder intentar crear las condiciones para su perpetuación, lo que implica socavar la comprensión de la historia como permanente transformación.

La modernidad tardía asumió la fractura política y trascendental del progreso como eje de su idea de historia. Consecuentemente, su noción de progreso está restringida al aumento de la espiral del consumo, en el contexto de una sensibilidad temporal impregnada por el concepto de la moda. Un juego a la vez espectral y significante, económico y cultural, inclusivo y excluyente, local y global que sabe mantener una esfera dinámica en lo social. El capitalismo tardío ha hecho que la modernidad deje atrás la aspiración a una realización pétrea, como fuente inmutable de estabilidad. Con ello reconoce que acoge la necesidad de una cierta movilidad constituyente, un caos autoproducido, tolerado e inducido que amplía los horizontes, al tiempo que diversifica los objetos sobre los que recae. La transición hacía una fluidez ontológica es un proceso que tiene dimensiones mucho más amplias que las económicas. Es más, se produce una fusión de las esferas económicas, culturales y políticas55.

Beck notó que la globalización requiere de un cambio axiomático del paradigma nacional-estatal, basado en la elección esto o eso, propio de las fronteras e identidades bien delimitadas y pretendidamente impermeables a la polisemia y la incertidumbre. La nueva axiomática global se basa en el enlace esto y eso. Un cambio donde las categorías no son sustituidas unas por otras, sino que se suman a las ya existentes, haciendo visible la proliferación de la hibridación56 en los objetos, porque los instrumentales analíticos son también híbridos. Ellos forman parte del objeto analizado57. La globalización de la modernidad tardía no puede acontecer sin una hibridación cultural de profundas repercusiones y con un carácter asimétrico basado en la hegemonía de las culturas occidentales.

Así, lo político es necesariamente global, ya que las decisiones locales no pueden permanecer en el encierro de la particularidad. Ya no es posible el solipsismo del circuito cerrado de los mundos comunitarios al margen de lo global. La globalización en este sentido produce universalismos y particularismos, vínculos y fragmentaciones, centralización y descentralización, conflictos y conciliaciones e igualmente produce en las izquierdas la nostalgia del Estado social y en las derechas conservadoras, aún no lo suficientemente enteradas, una nostalgia del Estado nacional58. Esta apertura forzada se vive -y seguirá siendo así durante largo tiempo- como una catástrofe y el comienzo de la desintegración del viejo terruño. La pérdida del arraigo como fuente de la identidad y los proyectos de vida. Sin embargo, también existe un pequeño, aunque importante margen para que estas aperturas sean un comienzo de otras formas de construcción de identidades basadas en el viaje, la hibridación y la mezcla más allá de las fronteras. Esto conlleva un carácter de presencia en varios lugares a la vez, una capacidad de ser translocal, que permite la autoexploración de sí a través del viaje en medio de mundos diversos. Por tanto, lo global no es un espacio separado de las localidades, es justamente la comunicación intensiva de ellas59. En este sentido la globalización a pesar de todos los temores ya mencionados, nos trae la posibilidad de recrear nuestras lecturas de la emancipación desde un punto de vista diferente al tradicional, ya que la imagen de una sola humanidad, con una unidad de sentido y futuro, ha pasado de ser una idea abstracta a una necesidad política y ética de primer orden.

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John Enki

Editor: Germán Yanke
Director: Armando Huerta 05/01/2010

Pérez-Reverte: "Todos somos cómplices de los canallas que nos manipulan"

El escritor y periodista recopila en 'Cuando éramos honrados mercenarios' sus artículos publicados entre el 2005 y el 2009

Desde hace 17 años, Arturo Pérez-Reverte mantiene una cita con los lectores en esos artículos que publica cada domingo y que reflejan su "visión del mundo". En ellos critica con frecuencia a los políticos de turno, pero también a los ciudadanos que actúan como "cómplices pasivos" y "no reaccionan ante nada". Fiel a su cita, el periodista y escritor publica ahora Cuando éramos honrados mercenarios, que reúne los artículos publicados de 2005 a 2009 en la revista XLSemanal.

A. Mendoza/efe

madrid



"Todos somos cómplices de los canallas que nos manipulan y lo somos por incultura, por comodidad y por esa falta de reacción", afirma Pérez-Reverte sobre su nuevo libro de artículos, Cuando éramos honrados mercenarios , que reúne los publicados de 2005 a 2009 en la revista XLSemanal.

Ese encuentro fue el mismo en el que el escritor desgranó las claves de su próxima novela, El asedio, que Alfaguara publicará el 3 de marzo. Un libro, decía Pérez Reverte, en el que ha volcado todo lo que ha aprendido hasta ahora y que es "el botín final" de sus veinte años de escritor.

Su labor como articulista ha sido recogida por Alfaguara en los libros Patente de corso, Con ánimo de ofender, No me cogeréis vivo y, ahora, en Cuando éramos honrados mercenarios, títulos, comenta su autor, que "son muy significativos" y que "resumen perfectamente el espíritu" que los ilumina.

"Es mi visión del mundo. Cualquier lector de mis novelas, al leer estos artículos, comprende de dónde viene el material con el que las nutro", asegura Pérez-Reverte, autor de una extensa obra narrativa jalonada de éxitos y traducida a 35 idiomas. En esa cita semanal, el autor de El club Dumas, La tabla de Flandes o La Reina del Sur ha ido creando "un personaje" que cultiva y que mima, y que le permite "decir atrocidades" que en su vida normal no dice ni "tendría por qué".

"El Arturo Pérez-Reverte gruñón, que critica a todo el mundo, es un personaje. Yo no soy así", deja claro el escritor, que se toma sus artículos como "un desahogo semanal. Es como la válvula por la cual una caldera deja escapar la presión excesiva que le sobra".

De la euforia económica al derrumbe

Como dice José Luis Martín Nogales en el prólogo de Cuando éramos honrados mercenarios, los artículos de este libro "se han publicado durante un tiempo que ha pasado de la euforia económica al derrumbe" y en el que "la fiebre inversora" con que empezó el siglo XXI "derivaría pronto en una de las crisis más profundas de la historia reciente".

Una crisis, por cierto, que Pérez-Reverte ya vio venir en su artículo Los amos del mundo, que en 2008 circuló por la red y en el que el escritor arremetía contra aquellos que se pasan el día hablando de "fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje". "Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro", advertía.

Lo curioso es que ese artículo es de 1998. Diez años después todo sucedió como auguraba el escritor en aquel texto. "Mi reflexión es la siguiente: si yo, que soy un individuo normal, de infantería, me daba cuenta perfectamente de lo que iba a suceder en la política y en la economía, cómo estos sinvergüenzas de financieros y políticos dicen ahora que les ha pillado por sorpresa. Tendrían que haberlo visto", afirma Pérez-Reverte.

Pero "les importaba un carajo", asegura el escritor. "Lo que sucede es que, aquí, todo el mundo, sin distinción de colores, hace negocios y gobierna pensando en el año que viene o en los siguientes seis meses, y a nadie le preocupan las cosas a largo plazo", añade. El novelista también recuerda "continuamente" en su cita semanal que "los culpables" de esa situación "somos nosotros". "Lo que más sale en los artículos es este país acrítico, analfabeto, sin capacidad de reaccionar ante nada".

"Desde hace muchísimas generaciones somos cómplices de los canallas que nos manipulan. Cosas por las que la gente normal estaría poniendo barricadas en la calle, asaltando palacios y ministerios, aquí en España la gente las asume y a los dos días ya se ha olvidado porque se va de puente", dice con su habitual contundencia.

A Pérez-Reverte le sobran historias que contar y, como no sabe cuánto tiempo le queda como escritor, se ve obligado a elegir bien cada una de sus novelas futuras para "disparar y no malgastar pólvora en salvas". De momento, cuando se publique El asedio, se meterá de lleno en la nueva entrega del capitán Alatriste, El puente de los asesinos, y luego ya verá qué proyecto de los muchos que baraja se convierte en novela.


Pérez-Reverte: "Mi nueva novela es el botín final de veinte años de escritor"


Francisco Alegre
LOS AMOS DEL MUNDO


Arturo Pérez-Reverte
'El Semanal'
15 de noviembre de 1998




Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla antro del computador, su futuro y el de sus hijos. Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro. Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como quien comenta el partido del domingo. Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros.

Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y nunca pierden ellos, cuando pierden. No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tienen que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro. Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia. Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático, y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados. Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días.

Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja. Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad. Y entonces todo el tinglado se va a tomar por el saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro.

Y entonces, ¡oh, prodigio!, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no. Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recaen directamente sobre las espaldas de todos nosotros.

Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos, y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia y con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda.. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros, y a veces con su puesto de trabajo, Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida. Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena. Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza
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http://elblogempresarial.blogspot.com/2008...ez-reverte.html
Maripili
CITA
Estimado Prof. Dr. Christian Retamal esta expedición a la Caldera de Luba es muy probablemente falsa no obstante esta aprobada por el Ministerio correspondiente y goza del apoyo de El País, El Mundo y la Universidad Politécnica de Madrid.

He leído su mensaje y me ha sorprendido agradablemente. Se nota que usted, querido profesor, tiene lo que se conoce por aquí “una cabeza bien amueblada” por lo que supongo podrá usted comprender si esto va sobre la crisis económica, del agravamiento del riesgo ecológico o de la confusión política cada vez mayor debido a la gran cantidad de personas que viven “de” y “para” la política.

Le dejo la referencia de las expediciones. Yo he escrito al Gabinete del Rector de la UPM al diario El País y a El Mundo pero sin ningún éxito. Si usted consigue entender estas expediciones o lo que se pretende con ellas le quedaría muy agradecida por su inestimable colaboración.




CITA(El fantasma del Blog @ May 25 2008, 06:55 PM) *
CITA
Primera expedición

PROGRAMA: CGL (Biodiversidad, ciencias de la tierra y cambio global)

SUBPROGRAMA: BOS (Biología de organismos y sistemas)

REFERENCIA: CGL2005-23762-E

Investigador principal: MARTIN SANZ, IGNACIO

TITULO: EXPEDICION CIENTIFICA A LA GRAN CALDERA DE LUBA (GUINEA ECUATORIAL).

Organismo: UNIVERSIDAD POLITECNICA DE MADRID

Centro: ESCUELA UNIVERSITARIA INGENIERIA TEC. FORESTAL. MADRID

Total concedido: 60.000,00


http://www.micinn.es/ciencia/acciones-comp...s/AACC-2005.xls

http://www.boe.es/boe/dias/2005/06/11/pdfs/A20127-20131.pdf





CITA
Segunda expedición

CONVOCATORIA: 2006

STATUS: APROBADO

PROGRAMA: CGL

SUBPROGRAMA: BOS

REFERENCIA: CGL2006-27110-E

Investigador Principal: MARTIN SANZ, IGNACIO

TITULO: II EXPEDICION CIENTIFICA A LA CALDERA DE LUBA (GUINEA ECUATORIAL)

ORGANISMO: UNIVERSIDAD POLITECNICA DE MADRID

CENTRO: ESCUELA UNIVERSITARIA INGENIERIA TEC. FORESTAL. MADRID

PROVINCIA CENTRO: MADRID

LOCALIDAD CENTRO: MADRID

TOTAL CONCEDIDO: 50000

AUTONOMIA: MADRID


https://www.micinn.es/ciencia/acciones-comp...lementarias.xls


https://cv.mec.es/tramites_audiencia_aacc_2...j_2_listado.htm


http://www.boe.es/boe/dias/2006/01/13/pdfs/A01583-01589.pdf





CITA
Tercera Expedición

MINISTERIO DE EDUCACION Y CIENCIA



CONVOCATORIA DE AYUDAS PARA LA REALIZACIÓN DE ACCIONES COMPLEMENTARIAS EN EL MARCO DE ALGUNOS PROGRAMAS NACIONALES DEL PLAN NACIONAL DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA, DESARROLLO E INNOVACIÓN TECNOLÓGICA 2004-2007
Modalidad(es) I-J (2 plazo)


INSTRUCCIONES

1.Busque en la lista que se muestra a continuación la acción complementaria que solicitó.

2.Pulse con el ratón en la referencia del proyecto correspondiente. Esta acción le abrirá una nueva ventana hacia el Servicio de Notificación Electrónica, en la que se rellenará automáticamente su nombre de usuario y se le requerirá su contraseña. Para volver al listado de proyectos sólo tendrá que cerrar esta ventana.

3.Como contraseña deberá teclear el NIF (8 dígitos seguidos de la letra en mayúsculas) que incluyó en su solicitud.

4.Al entrar en su cuenta se le mostrará una notificación electrónica con el título Trámite de audiencia Acciones Complementarias 2007. Pulse con el ratón sobre ella.

5.Para descargar el fichero correspondiente pulse sobre el icono de descarga.

6.Una vez comprobada la propuesta, complete el formulario que se le muestra y cierre la entrega digital pulsando el botón "Cerrar entrega" que aparecerá al final de la página.

7.Si todo es correcto, el servicio de notificación generará un comprobante ComprobanteTramiteAudiencia.pdf) que deberá imprimir, firmar y enviar por correo ordinario a la dirección que encontrará en el propio documento.
Para salir de la cuenta pulse el el botón Salir del menú superior y cierre la ventana.

REFERENCIA: CGL2007-29835-E

TITULO: III EXPEDICION CIENTIFICA A LA CALDERA DE LUBA (GUINEA ECUATORIAL)

ORGANISMO:UNIVERSIDAD POLITECNICA DE MADRID

https://cv.mec.es/tramites_audiencia_aacc_2...j_2_listado.htm





CITA(El fantasma del Blog @ Oct 13 2008, 05:03 PM) *
CITA
MINISTERIO DE EDUCACION Y CIENCIA
DIRECCIÓN GENERAL DE INVESTIGACIÓN

SUBDIRECCIÓN GENERAL DE PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN

Dr/Dra:IGNACIO MARTIN SANZ

UNIVERSIDAD POLITECNICA DE MADRID
ESCUELA UNIVERSITARIA INGENIERIA TEC. FORESTAL. MADRID

CGL2007-29835-E/BOS

Madrid, a 28 de Enero de 2008

Estimado/a amigo/a,

En relación con la acción complementaria de refª CGL2007-29835-E/BOS y título: III EXPEDICION CIENTIFICA A LA CALDERA DE LUBA (GUINEA ECUATORIAL), presentado por ud. como investigador principal a la Convocatoria de acciones complementarias de I+D 2007 en el marco del Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica 2004-2007, lamento comunicarle que su solicitud no ha alcanzado prioridad suficiente para ser financiada, habida cuenta de los recursos económicos disponibles y el conjunto de solicitudes presentadas. La acción complementaria alcanzó una puntuación de 30, mientras que la puntuación de corte correspondiente a su programa/subprograma ha sido de 70.

En virtud del apartado Sexto de la Resolución de la Secretaría de Estado de Universidades e Investigación de 8 de enero de 2007, (BOE de 15 de enero de 2007), desarrollada al amparo de la Orden ECI/1155/2005, (BOE de 29 de abril de 2005), podrá si usted lo desea, en un plazo máximo de quince naturales, manifestar las alegaciones que considere oportunas. Dichas alegaciones deberán ser presentadas con el visto bueno del representante legal de su Organismo.

En caso de que usted decida presentar alegaciones es obligatorio que a la mayor urgencia y dentro del plazo, utilice la aplicación web disponible y después las envíe al número de fax que figura al pie de página y posteriormente el original con las firmas por correo urgente.

Con la resolución definitiva se podrá interponer recurso potestativo.

En la confianza de que podamos considerar de nuevo una solicitud suya que alcance mayor prioridad, le saluda atentamente.

Fxxxx Gxxxxx -Oxxxx Sxxxx

Observaciones de la Comisión de Selección (si las hubiere):

La III EXPEDICION CIENTIFICA A LA CALDERA DE LUBA (GUINEA ECUATORIAL) es continuación de una iniciativa que ha sido subvencionada en sus dos primeras fases a través de la convocatoria de acciones complementarias, al entenderse como prospectivas, necesarias para abordar un territorio mal conocido. Sin embargo, se entiende que la actual propuesta debería articularse ya en un proyecto de investigación reglado, con objetivos concretos y debidamente pormenorizados tanto en la metodología a utilizar como en los costes necesarios para su logro, para lo cual existen convocatorias específicas del Plan Nacional. Consecuentemente, se estima que la propuesta carece de prioridad alguna en el marco de esta convocatoria de acciones complementarias.



DIRECCIÓN GENERAL DE INVESTIGACIÓN

SUBDIRECCIÓN GENERAL DE PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN

Departamento Técnico de Medio Ambiente y Recursos Naturales
Dpcho: Pl. 5 Norte Tel: 916037725
Fax: 916037026 E-Mail: berta.caballero@mec.es
Albacete, 5
28027 Madrid.




El LLanero solitario......
Me permito reproducir a continuación el artículo “Vivís de nuestro dinero”publicado hoy por Óscar Molina,en Periódista Digital (Creo que no tiene desperdicio):

"Paso fuera de mi casa y lejos de mi familia una media mensual de 360 horas (15 días completos), contribuyo al fisco con un 40% de mi salario; entre impuestos directos, indirectos, tasas obligatorias y demás gravámenes, trabajo más de la mitad del año para el Estado.

Pago un colegio a mis hijos, mientras financio un sistema de educación pública; me dejo un turrón en una póliza de sanidad privada, pero abono religiosamente mi correspondiente diezmo para que muchos puedan tener cuidados médicos.

De lo segundo no me quejo (a pesar de que nadie me lo reconozca) y de lo primero no me quejaría si no fuese porque la educación pública consiste en meter a los niños en fábricas de ignorantes donde sólo se hace hincapié en su adoctrinamiento en un conjunto de paridas sin sentido.

Muchos están peor que yo. Se levantan a las 6 de la mañana, vuelven a casa cuando sus hijos se van a la cama, conviven con la cotidiana amenaza de perder su trabajo y hacen encaje de bolillos para que el fruto de su sacrificio vital les permita llegar a fin de mes.

Y otros, de número creciente, están aún peor. Han perdido su trabajo y conservan escasas esperanzas de conseguir otro.

Todos, de alguna manera, ponemos un montón de dinero para que vosotros, que sois muchos, os alimentéis de nuestra pasta.

Porque vosotros, incompetentes ejecutivos de la nada, mediocres gobernantes de nuestro Estado central, vivís de nuestro dinero.

Sois parte un elefantiásico entramado de Ministros, Secretarios de Estado, Directores Generales, y parásitos varios que contáis con un ejército de asesores, viajáis en coche oficial y reserváis Clase Preferente en vuestros viajes privados, con mi dinero.

A cambio, resultáis totalmente incapaces de resolver nuestros problemas, no garantizáis nuestra seguridad ni dentro ni fuera de España, no nos protegéis del desempleo, ni prestáis servicio alguno.

Sólo se os ocurren normas para coartar nuestra libertad, para vigilarnos, atemorizarnos y decidir qué es bueno para nosotros.

Tomáis posesión de nuestra vida pública, privada y de nuestro dinero para complicarnos la vida, y parís normativas orientadas a seguir siendo necesarios, a no permitirnos deshaceros de vosotros.

Por si fuese poco, inventáis problemas inexistentes, enfrentáis a la sociedad reabriendo debates cerrados, legisláis para cuatro, y tenéis la jeta de pagar un sueldo a majaderas de manual sin el menor sentido el ridículo que nos hablan de “acontecimientos planetarios”. Todo con mi dinero.

Vosotros, prebostes de alguno de los diecisiete gloriosos mini-estados autonómicos, también vivís de mi pasta. Unos subidos a cuentos imposibles como la fábula de Aitor, otros mitificando a unos segadores de hace cuatrocientos años.

Los demás, a rueda de éstos, os habéis montado un chiringuito de consejerías, direcciones, subdirecciones, patronatos, embajadas y demás máquinas de gastar. Con mi dinero, claro está.

Usáis la pasta que yo gano trabajando para fomentar la insolidaridad y sembrar el odio a España; reclamáis la parte que vuestros inverosímiles derechos históricos os adjudican para poder aumentar la pléyade de vuestros deudos, para comprar votos con empleos a dedo.

Vivís en la reivindicación permanente que haga andar a una bicicleta que se caería si parara. Vosotros, garrapatas, no resistiríais el mínimo ejercicio de competencia para la obtención de un puesto de trabajo en el ámbito privado, vuestro único mérito es haber medrado en la estructura de un partido político. Y ahora, vivís de mi dinero.

¿Y qué decir de vosotros? Sabandijas de los sindicatos de clase. Liberados del trabajo, la responsabilidad y el cumplimiento del deber.

¿Cuántos sois? Sólo en Madrid, 3200; sólo en Madrid vuestro chollo nos sale a los contribuyentes por 77 millones de euros.

¿Para qué? Para que tengáis el uniforme, el mono o la bata sin estrenar. Para que viváis de una novela en la que sois los únicos personajes, porque no representáis a nadie, sin acudir a vuestro puesto de trabajo.

No tenéis afiliados, no defendéis nada, firmáis condiciones laborales de miedo para vuestros presuntos representados, cobráis un canon por los ERE´s, o lo que es lo mismo, sangráis al currito en concepto de “asesoramiento” cuando le ponen en la calle; os dedicáis a hacer política, calláis cuando miles de currantes pierden su empleo por no molestar a otros chupones de vuestra cuerda, y ejercéis la protesta asimétrica según quien gobierne.

No valéis para nada, no arregláis nada, no solucionáis nada, no defendéis a nadie, algunos habéis conseguido llevar tan lejos vuestros tejemanejes que acabáis de directivos en vuestras empresas…y vivís de mi pasta.

Y no me olvido de vosotros. Engreídos “creadores”, apoteósicos mediocres del arte presunto, vividores del mérito subvencionado y subvencionable. Vosotros también vivís de mi pasta.

Os señaláis la ceja para apoyar sin disimulo a quien os ha puesto en casa, alimentáis vuestra vida regalada de mis impuestos, y además me insultáis.

Si no voto al partido que os gusta, podéis llamarme “hijo de puta”; si no comulgo con el Gobierno que os pone el pesebre pedís que se me encierre en un cinturón sanitario; si voto a quien no os mola, me llamáis asesino… todo eso después de que este hijo de puta, asesino y carne de sanidad progre os haya dado de comer con su dinero, a cambio de que produzcáis bodrios infumables que tratan de ganar una guerra 70 años después o que sólo sirven para que alguno pueda liberarse de sus complejos, algunos sexuales.

Habéis conseguido que todo hijo de vecino sea considerado delincuente preventivo y tenga que pagaros cada vez que se compra un teléfono móvil, una impresora, un ordenador… Habéis forzado la máquina de quien tanto os debe como para permitiros reclamar el tributo a quien se bautiza, hace la comunión, se casa o baila en la plaza del pueblo; cualquier día nos sangraréis en nuestro entierro. Vosotros, bucaneros de la creación de medio pelo, no venderíais ni uno sólo de vuestros estofados en el mercado privado, no conseguiríais financiación ni para la décima parte de vuestras piltrafas.

La inmensa mayoría de los que vivís de mi contribución y de sirlarme, no seríais capaces de engañar a un inversor para que sufragase las medianías que nos colocáis. Vivís del cuento, y encima os ponéis chulos mientras me metéis la mano en la cartera.

Firmáis manifiestos para los que no tenéis la menor legitimidad ni altura moral, y os auto designáis como el “mundo de la cultura”; entregáis rosas por la Paz a los asesinos, os vestís de palestinos entre playa y casino, y no tenéis una puñetera palabra para los que cayeron muertos de un tiro en la nuca, sin poder oler esas rosas que entregabais, mientras pagaban vuestros saraos y se retrataban cada vez que compraban un CD.

Todos vivís de mi pasta y sois muchos, cada vez más. Y nosotros cada vez menos"
"

Parece que algunos han llegado al límite....


A buen entendedor....

John Enki
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Francisco Alegre
Ya estoy viendo yo que la expedición por lo de Obiang no era. Lo triste es que este país es así, algunos viven de las rentas o de un buen enchufe y el resto tiene que romperse los cuernos todos los días para ganarse el sueldo.

Y para más inri este país no es serio, pero es trágico
.
Katharina Von Strauger
CITA
Eurocámara investiga a la OMS y el escándalo de la pandemia

01/01/10

El Consejo de los Estados miembros de Europa pondrá en marcha una investigación en enero de 2010 sobre la influencia de las empresas farmacéuticas en la campaña mundial de la gripe porcina, centrándose especialmente en el grado de influencia de la industria farmacéutica sobre la OMS. La Comisión de Salud del Parlamento de la Unión Europea ha aprobado por unanimidad una resolución instando dicha investigación. El paso es un movimiento a largo plazo de cara a conseguir la transparencia pública del "Triángulo Dorado" de corrupción de los fármacos constituído entre la OMS, la industria farmacéutica y los científicos académicos que han causado daños a la vida de millones de personas e incluso la muerte.

El Consejo de los Estados miembros de Europa pondrá en marcha una investigación en enero de 2010 sobre la influencia de las empresas farmacéuticas en la campaña mundial de la gripe porcina, centrándose especialmente en el grado de influencia de la industria farmacéutica sobre la Organización Mundial de la Salud. La Comisión de Salud del Parlamento de la Unión Europea ha aprobado por unanimidad una resolución instando dicha investigación. El paso es un movimiento a largo plazo de cara a conseguir la transparencia pública del "Triángulo Dorado" de corrupción de los fármacos constituído entre la OMS, la industria farmacéutica y los científicos académicos que han causado daños a la vida de millones de personas e incluso la muerte.

La moción parlamentaria fue presentada por el Dr. Wolfgang Wodarg, ex diputado del SPD en el Bundestag [Parlamento alemán] y ahora presidente de la Comisión de Salud del Parlamento Europeo. Wodarg es un doctor en medicina y epidemiólogo, especialista en enfermedades pulmonares y en medicina ambiental, que considera la actual campaña de la "pandemia" de la gripe porcina de la OMS como "uno de los mayores escándalos médicos del siglo"->. [1].

El texto de la resolución, que ha sido respaldada por un número suficiente de miembros en el Consejo del Parlamento de Europa, dice entre otras cosas: "A fin de promover sus medicamentos patentados y sus vacunas contra la gripe, las empresas farmacéuticas hicieron uso de su influencia sobre los científicos y sobre los organismos oficiales, responsables de establecer las normas de salud pública, para alarmar a los gobiernos de todo el mundo y hacerles malgastar los recursos sanitarios en ineficientes estrategias vacunales y exponer innecesariamente a millones de personas saludables al riesgo de una cantidad desconocida de efectos secundarios de unas vacunas insuficientemente probadas. La campaña de «gripe aviar» (2005-2006) combinada con la campaña de «gripe porcina» parece haber causado un alto nivel de daños no sólo a algunos pacientes vacunados y a los presupuestos públicos sanitarios, sino también a la credibilidad y a la rendición de cuentas de importantes organismos internacionales de la salud" [2].


La investigación parlamentaria examinará la cuestión de la «pandemia falsificada», que fue declarada por la OMS en junio de 2009 asesorada por su grupo de expertos académicos, SAGE, de muchos de los cuales se ha probado que tienen fuertes vínculos financieros con los propios gigantes farmacéuticos tales como GlaxoSmithKline, Roche, Novartis, que se han beneficiado con la producción de fármacos y de la de vacunas no probadas contra la gripe H1N1. Se investigará la influencia de la industria farmacéutica en la creación de una campaña mundial contra las denominadas «gripe aviar» H5N1 y «gripe porcina» H1N1. Se dará carácter de urgencia y prioridad a la investigación en la asamblea general del parlamento.

En su declaración oficial a la Comisión, Wodarg criticó la influencia de la industria farmacéutica sobre los científicos y sobre los funcionarios de la OMS, constatando que han llevado a una situación en la que "se ha expuesto innecesariamente a millones de personas sanas al riesgo de recibir unas vacunas muy deficientemente probadas", por una cepa de gripe además que es "mucho menos dañina" que todas las anteriores epidemias de gripe.

Wodarg dice que el papel de la OMS y su declaración de emergencia pandémica en junio deben ser objetivo prioritario de la investigación del Parlamento Europeo. Los criterios de la OMS para la declaración de una pandemia se modificaron por primera vez en abril de 2009, simultáneamente a la notificación de los primeros casos de gripe porcina en México, no para actualizar el riesgo real de una enfermedad, sino que se modificó el número de casos requeridos para la declaración de una «pandemia». Al clasificar la gripe porcina como una pandemia, los países se vieron obligados a la aplicación de planes de pandemia y a la compra de las vacunas contra la gripe porcina. Como la OMS no se encuentra sometida a control parlamentario alguno, Wodarg argumenta que es necesario que los gobiernos exijan una rendición de cuentas. La investigación examinará también el papel de los dos organismos públicos alemanes encargados de emitir directrices sobre la pandemia, el Paul-Ehrlich y el Instituto Robert-Koch.





CITA
European Parliament to Investigate WHO and “Pandemic” Scandal

The Council of Europe member states will launch an inquiry in January 2010 on the influence of the pharmaceutical companies on the global swine flu campaign, focusing especially on extent of the pharma‘s industry’s influence on WHO. The Health Committee of the EU Parliament has unanimously passed a resolution calling for the inquiry. The step is a long-overdue move to public transparency of a “Golden Triangle” of drug corruption between WHO, the pharma industry and academic scientists that has permanently damaged the lives of millions and even caused death.



The parliament motion was introduced by Dr. Wolfgang Wodarg, former SPD Member of the German Bundestag and now Chairman of the European Parliament Health Committee. Wodarg is a medical doctor and epidemiologist, a specialist in lung disease and environmental Spam, who considers the current “pandemic” Swine Flu campaign of the WHO to be “one of the greatest Spam scandals of the Century” [3].

The text of the resolution just passed by a sufficient number in the Council of Europe Parliament says among other things: “In order to promote their patented Spam and vaccines against flu, pharmaceutical companies influenced scientists and official agencies, responsible for public health standards to alarm governments worldwide and make them squander tight health resources for inefficient vaccine strategies and needlessly expose millions of healthy people to the risk of an unknown amount of side-effects of insufficiently tested vaccines. The "bird-flu"-campaign (2005/06) combined with the "swine-flu"-campaign seem to have caused a great deal of damage not only to some vaccinated patients and to public health-budgets, but to the credibility and accountability of important international health-agencies” [4].

The Parliamentary inquiry will look into the issue of «falsified pandemic» that was declared by WHO in June 2009 on the advice of its group of academic experts, SAGE, many of whose members have been documented to have intense financial ties to the same pharmaceutical giants such as GlaxoSmithKline, Roche, Novartis, who benefit from the production of Spam and untested H1N1 vaccines. They will investigate the influence of the pharma industry in creation of a worldwide campaign against the so-called H5N1 “Avian Flu” and H1N1 Swine Flu. The inquiry will be given “urgent” priority in the general assembly of the parliament.

In his official statement to the Committee, Wodarg criticized the influence of the pharma industry on scientists and officials of WHO, stating that it has led to the situation where “unnecessarily millions of healthy people are exposed to the risk of poorly tested vaccines” and that, for a flu strain that is “vastly less harmful” than all previous flu epidemics.

Wodarg says the role of the WHO and its the pandemic emergency declaration in June needs to be the special focus of the European Parliamentary inquiry. For the first time, the WHO criteria for a pandemic was changed in April 2009 as the first Mexico cases were reported, to make not the actual risk of a disease but the number of cases of the disease basis to declare “Pandemic.” By classifying the swine flu as pandemic, nations were compelled to implement pandemic plans and also the purchase swine flu vaccines. Because WHO is not subject to any parliamentary control, Wodarg argues it is necessary for governments to insist on accountability. The inquiry will also to look at the role of the two critical agencies in Germany issuing guidelines on the pandemic, the Paul-Ehrlich and the Robert-Koch Institute
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http://www.herbogeminis.com/El_Parlamento_...nvestigara.html
Pepin
La Opinión de Gabilondo: 7 de enero


"Muchos lo venían diciendo en voz baja. Pero hoy alguien lo ha denunciado alto y claro. El presidente de la Comisión de Salud del Consejo de Europa, el alemán Wolfgang Wodarg, ha acusado al lobby de los laboratorios farmacéuticos de organizar la psicosis de la gripe A.

Este caballero, médico, epidemiólogo y antiguo miembro del SPD, (el Partido Socialista Alemán), ofrece unas extensas declaraciones al diario francés "L'humanité". En ellas atribuye a la organización mundial de la salud la responsabilidad de la ola de histeria.

Afirma que en ese organismo hay mucha gente vinculada de forma muy estrecha con la industria farmacéutica, que el pánico que recorrió el mundo no fue espontáneo sino planificado y que no había nada en esta gripe que justificara tal alarma.

Es especialmente interesante la aportación que el doctor Wodarg hace sobre la declaración de pandemia. Hasta el pasado mes de mayo de 2009, para que se declarara una pandemia era preciso que un virus se extendiera con rapidez, pero también que el número de casos mortales estuviera siendo muy superior a las medias estacionales.

Desde ese mayo de dos mil nueve, la definición se cambió. Ya no se aludía a la mortalidad. Bastaba con que estuviera apareciendo en distintos países. Así pues, la pandemia quedaba definida por la propagación, no por la gravedad.

Un par de meses después de este cambio de definición, en junio del dos mil nueve, se anunciaba oficialmente la pandemia de la gripe A. Los laboratorios se lanzaron a fabricar la nueva vacuna y los gobiernos, hábilmente pastoreados por los intereses de esos lobbyes, hicieron lo que les correspondía hacer: comprar millones de unidades.

Hoy sabemos que la gripe A ha producido la décima parte de casos mortales que una gripe estacional y tenemos millones de dosis con las que no sabemos qué hacer, y que intentamos colocar -quien sabe con qué argumentos- en los países subdesarrollados. Antes de que acabe este mes, el Consejo de Europa abrirá una investigación sobre el papel de los lobbyes y los gobiernos en este negocio: el negocio más repugnante, el negocio del miedo."


http://blog.cuatro.com/noticias/

http://www.humanite.fr/Grippe-A-Ils-ont-organise-la-psychose
John Enki
Esto de la gripe A, es el circo que le hubiera gustado montar a D. Ignacio, pero, como para todo hay grados, tuvo que contentarse con el teatrillo de marionetas de la expedición a la misteriosa e ignota Caldera de Luba.

A grandes sinverguenzas, grandes circos mediáticos.
A sinverguenzas de medio pelo, circos ambulantes de tercera clase.

El lobby farmaceutico, es, al circo del sol de la gripe A
como
D. Ignacio, es ,al teatrillo de marionetas de la expedición a la Caldera de Luba

Ambos tienen, no obstante, la misma esencia y el mismo perfil:

NOS ROBAN, NOS TOMAN EL PELO, Y SE GASTAN LOS IMPUESTOS DE LOS HONRADOS CIUDADANOS IMPUNEMENTE, CON LA CONNIVENCIA DE AQUELLOS QUE HAN DE VELAR PORQUE ESO NO OCURRA

Katharina Von Strauger
Salud y negocios

OMS: acusan de corrupción al «papa de la gripe A»

por F. William Engdahl

21 de diciembre de 2009


Lo llaman «Dr. Flu» (Doctor Gripe). El profesor Albert Osterhaus es el principal consejero de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ante la pandemia de gripe H1N1. Venía prediciendo desde hace años la inminencia de una pandemia global y lo que hoy sucede parece estar dándole la razón. Pero el escándalo que ha estallado en los Países Bajos y que está siendo tema de debate en el parlamento ha puesto de relieve los vínculos personales del profesor Osterhaus con los laboratorios que fabrican las vacunas que él mismo prescribe en sus recomendaciones a la OMS. F. William Engdhal nos relata cómo un experto poco escrupuloso ha logrado manipular la opinión pública internacional, sobredimensionando el impacto de la gripe H1N1 y enriqueciendo así a los laboratorios que le pagan a él.


Durante el transcurso de este año, el parlamento de los Países Bajos [1] abrigaba sospechas sobre el famoso Dr. Osterhaus y había abierto una investigación por conflicto de intereses y malversación. Fuera de los Países Bajos y de la prensa de esa nación, sólo unas pocas líneas publicadas en la respetada revista británica Science mencionaron la sensacional investigación sobre los negocios del Dr. Osterhaus.


No se cuestionaban ni las referencias de Osterhaus ni sus conocimientos en su especialidad. Lo que se pone en tela de juicio, como señala en un simple despacho la revista Science, es la independencia de su juicio personal en lo tocante a la pandemia de gripe A. Refiriéndose al Dr. Osterhaus, la revista Science publicaba las siguientes líneas en su edición del 16 de octubre de 2009:


«En los Países Bajos, durante los 6 últimos meses, era difícil encender la televisión sin ver aparecer al célebre cazador de virus Albert Osterhaus y oírlo hablar de la pandemia de gripe A. Por lo menos, eso es lo que se creía. Osterhaus era el Señor Gripe, el director de un laboratorio internacionalmente conocido en el Centro Médico de la Universidad Erasmo de Rótterdam. Pero su reputación decayó rápidamente la semana pasada luego de la mención de una serie de sospechas sobre su deseo de incentivar el temor sobre una pandemia para favorecer los intereses de su propio laboratorio en la elaboración de nuevas vacunas. En el momento en que Science entraba en prensa, la Segunda Cámara del Parlamento de los Países Bajos anunciaba también que el tema será objeto de un debate urgente.» [2]


El 3 de noviembre de 2009, sin salir completamente indemne, Osterhaus había logrado evitar daños. En el sitio web de la revista Science, uno de los blogs reportaba: «La Segunda Cámara del Parlamento de los Países Bajos rechazó hoy una moción que exigía que el gobierno rompa todo vínculo con el virólogo Albert Osterhaus del Centro Médico de la Universidad Erasmo de Rótterdam, quien está siendo objeto de acusaciones por conflicto de intereses como consejero gubernamental. Por su parte, el ministro de Salud Ab Klink anunciaba al mismo tiempo una ley [3] para la transparencia del financiamiento de la investigación, que obligará a los científicos a revelar los vínculos financieros que mantienen con empresas privadas» [4].


En un comunicado difundido a través del sitio del ministerio de Salud en Internet, el ministro Klink, de quien se sabe que es un amigo personal de Osterhaus [5], afirmaba posteriormente que éste último no era más que uno de los muchos consejeros del ministerio para las cuestiones relacionadas con las vacunas contra la gripe A H1N1. El ministro afirmó también estar «al corriente» de los intereses financieros de Osterhaus [6] que, según el propio ministro, no tienen esconden nada de extraordinario, simplemente el progreso de la ciencia y de la salud pública. Por lo menos, eso es lo que se creía.


Un análisis más profundo del expediente Osterhaus deja entrever que ese virólogo neerlandés de fama internacional pudiera ser el eje de una estafa de varios miles de millones de dólares montada alrededor del riesgo de una pandemia. Se trataría de un fraudulento sistema en el que vacunas no sometidas a los necesarios procesos de ensayo estarían siendo utilizadas en seres humanos, lo cual conlleva el riesgo –cosa que ya ha sucedido– de provocar serias secuelas, como graves parálisis e incluso la muerte.


La superchería de las heces de pájaro


Albert Osterhaus no es un individuo cualquiera. Se trata de un científico que ha desempeñado un papel en todas las grandes olas de pánico que se han desatado debido a la aparición de virus, desde las misteriosas muertes imputadas al SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) en Hong Kong, donde la actual directora general de la OMS Margaret Chan promovió su carrera como responsable de la salud pública a nivel local.


Según su biografía oficial en la Comisión Europea, en abril de 2003, en pleno apogeo del pánico provocado por el SRAS, Osterhaus fue contratado para participar en las investigaciones sobre los casos de infecciones respiratorias que en aquel momento se hacían cada vez más frecuentes en Hong Kong. En el informe de la Unión Europea se puede leer lo siguiente: «demostró nuevamente su talento para reaccionar rápidamente ante graves situaciones. En 3 semanas probó que esta enfermedad es provocada por un coronavirus recientemente descubierto que contamina las civetas, los murciélagos y otros animales carnívoros» [7].


Posteriormente, cuando se dejó de hablar de los casos de SRAS, Osterhaus se dedicó a otra cosa y se dio a la tarea de dar envergadura mediática a los peligros de lo que él llamaba la gripe aviar H5N1. En 1997, ya había hecho sonar la alarma después de la muerte, en Hong Kong, de un niño de 3 años sobre el que Osterhaus sabía que había estado en contacto con pájaros. Osterhaus desarrolló su labor de cabildeo en los Países Bajos y a través de Europa afirmando que una nueva mutación letal de la gripe se había transmitido a los humanos y que había que tomar medidas drásticas. Afirmaba además que él era el primer científico del mundo en haber demostrado que el virus H5N1 podía contaminar a los humanos [8].


Refiriéndose al peligro que representaba la gripe aviar, Osterhaus declaraba en una entrevista que transmitió la BBC en octubre de 2005: «si el virus lograra efectivamente mutar de forma tal que se transmitiese entre los humanos estaríamos en una situación completamente diferente. Pudiéramos encontrarnos ante un principio de pandemia». Y agregaba: «existe un verdadero riesgo de que los pájaros diseminen el virus por toda Europa. Es un riesgo real que, sin embargo, nadie ha podido evaluar hasta ahora, porque no hemos realizado los experimentos» [9].


El virus nunca llegó a mutar, pero Osterhaus estaba dispuesto a «realizar experimentos» que seguramente reportarían generosas gratificaciones. Para sostener su alarmante escenario de pandemia tratando de conferirle cierta legitimidad científica, Osterhaus y sus ayudantes de Rótterdam empezaron a recoger y congelar muestras de heces de pájaros. Osterhaus afirmó que, según los periodos del año, hasta un 30% de todos los pájaros de Europa eran portadores del mortal virus de la gripe aviar H5N1. Afirmó también que las personas en contacto con gallinas y pollos estaban por lo tanto expuestas al virus.


Osterhaus comunicó todo eso a los periodistas, que tomaron nota de su mensaje alarmista. Se alertó a los políticos. Ante la prensa Osterhaus emitió la hipótesis de que, después de haber provocado varias muertes entre los antípodas asiáticos, el virus, que él había etiquetado como H5N1, se propagaría hacia Europa, posiblemente en las plumas o en las entrañas de pájaros mortalmente infectados. Osterhaus sostenía la tesis de los pájaros migratorios capaces de traer al oeste el nuevo virus mortal, hasta regiones tan lejanas [de Asia] como Ucrania y la isla de Rügen [10]. Para ello no tenía más que fingir que no sabía que los pájaros no emigran del este hacia el oeste sino del norte hacia el sur.


La campaña alarmista de Osterhaus alrededor de la gripe aviar despegó realmente en 2003, a raíz del fallecimiento de un veterinario neerlandés que había estado enfermo. Osterhaus anunció que el fallecimiento había sido provocado por el virus H5N1. Convenció al parlamento neerlandés para que exigiera el sacrificio de millones de pollos. Pero no se produjo ningún otro deceso provocado por una infección similar a la que él había atribuido al H5N1. Para Osterhaus, esto último demostraba la eficacia de la campaña de sacrificios masivos preventivos. [11]


Para Osterhaus, las deyecciones de los pájaros propagaban el virus al caer sobre la población y sobre los demás pájaros en tierra. Sostenía firmemente su convicción de que aquellas deyecciones eran el vector que propagaba el mortal brote del virus H5N1 desde Asia.


La creciente acumulación de muestras congeladas de deyecciones aviarias que Osterhaus y sus asociados habían reunido y conservado en su instituto presentaba, sin embargo, un problema. Ni una sola de aquellas muestras permitió confirmar la presencia del virus H5N1. En 2006, en ocasión del congreso de la OIE (Oficina Internacional de Epizootias), actualmente denominada Organización Mundial de Sanidad Animal, Osterhaus y sus colegas de la Universidad Erasmo de Rótterdam no tuvieron más remedio que admitir que al analizar las 100 000 muestras de materias fecales que tan cuidadosamente habían recogido, no habían encontrado la menor huella del virus H5N1. [12]


En 2008, en Verona, durante la conferencia de la OMS sobre el tema «La gripe aviar y la interfase hombre-animal», Osterhaus hacía uso de la palabra ante sus colegas de la comunidad científica, sin dudas menos cautivados que el público no científico por sus incitaciones a la emotividad. Admitía entonces que: «en el actual estado del conocimiento, nada permite formular una alerta contra el virus H5N1, ni afirmar que éste pueda provocar una pandemia.» [13] En aquel momento, sin embargo, su mirada apuntaba ya con insistencia hacia otras posibilidades de hacer coincidir su propio trabajo sobre las vacunas con nuevas posibilidades de crisis pandémica.


Gripe A y corrupción en la OMS


Al comprobar que la gripe aviar no provocaba ninguna oleada de muertes –y después que las compañías Roche, que produce el Tamiflu, y GlaxoSmithKline, que produce el Relenza, habían registrado ganancias ascendientes a miles de millones de dólares cuando los gobiernos decidieron almacenar reservas de vacunas antivirales cuya eficacia es objeto de polémica–, Osterhaus y los demás consejeros de la OMS volvieron la mirada hacia campos más fértiles.


En abril de 2009 pareció que su búsqueda fructificaba cuando en La Gloria, un pueblecito del Estado mexicano de Veracruz, se diagnosticó un caso de un niño portador de la gripe por entonces llamada «porcina» o H1N1. Con un apresuramiento totalmente fuera de lugar, el aparato propagandístico de la Organización Mundial de la Salud arrancó a toda máquina con las declaraciones de su directora general, la Dra. Margaret Chan, sobre la posible amenaza de una pandemia mundial.


La señora Chan mencionó el término «urgencia de salud pública de carácter internacional» [14]. Posteriormente, otros casos declarados en La Gloria fueron presentados en un sitio médico de Internet como un «extraño» brote de infecciones pulmonares y respiratorios agudos, que evolucionan convirtiéndose en bronconeumonía en algunos casos de niños. Un habitante de La Gloria describía los síntomas: «fiebre, tos severa y secreciones nasales muy abundantes» [15].


Pero esos síntomas no carecen de sentido en el contexto medioambiental de La Gloria, una de las zonas de mayor concentración de cría intensiva de puercos a nivel mundial, cuyos criaderos pertenecen principalmente al grupo estadounidense Smithfield. Hacía meses que la población local venía organizando manifestaciones ante la sede mexicana del grupo Smithfield como protesta por las graves afecciones respiratorias provocadas por los estercoleros. Esta causa plausible de las diversas enfermedades diagnosticadas en La Gloria no pareció despertar el interés de Osterhaus ni de los demás consejeros de la OMS. Aparecía al fin la tan esperada pandemia, aquella que el propio Osterhaus venía prediciendo desde el año 2003, cuando participó en las investigaciones sobre el SRAS en la provincia china de Guandgong.


El 11 de junio de 2009 Margaret Chan anunciaba que la propagación del virus de la gripe H1N1 había alcanzado el nivel 6 de «urgencia pandémica». Curiosamente la señora Chan precisaba en ese mismo anuncio que «según las informaciones disponibles hasta el día de hoy, una aplastante mayoría de pacientes presenta síntomas benignos; su restablecimiento es rápido y completo, en la mayoría de los casos sin recurrir a ningún tratamiento médico». Y agregaba después: «A nivel mundial, la cantidad de fallecimientos es poco importante, no esperamos un incremento brusco y espectacular de la cantidad de casos graves o mortales».


Posteriormente se supo que la señora Chan había actuado así como consecuencia de enfebrecidos debates en el seno de la OMS, siguiendo los consejos del Grupo Estratégico de Consulta de la OMS (SAGE, siglas correspondientes a Strategic Advisory Group of Experts). Uno de los miembros del SAGE, en aquel entonces y aún en este momento, es nuestro «Señor Gripe», el doctor Albert Osterhaus.


Osterhaus no sólo ocupaba una posición estratégica para recomendar a la OMS que declarara la «urgencia pandémica» y para incitar al pánico sino que era además el presidente de una organización que se encuentra en la primera línea en lo tocante a ese tema. Se trata del Grupo Europeo de Trabajo Científico sobre la Gripe (ESWI, siglas correspondientes a European Scientific Working group on Influenza), que se define como un «grupo multidisciplinario de líderes de opinión sobre la gripe, cuyo objetivo es luchar contra las repercusiones de una epidemia o de una pandemia gripales». Como sus propios miembros lo explican, el ESWI es –bajo la dirección de Osterhaus– el eje central «entre la OMS en Ginebra, el Instituto Robert Koch en Berlín y la Universidad de Connecticut en Estados Unidos».


Lo más significativo en cuanto al ESWI es que su trabajo está enteramente financiado por los mismos laboratorios farmacéuticos que ganan miles de millones gracias a la urgencia pandémica, mientras que los anuncios que hizo la OMS obligan a los gobiernos del mundo entero a comprar y almacenar vacunas. El ESWI recibe financiamiento proveniente de los fabricantes y distribuidores de vacunas contra el H1N1, como Baxter Vaccins, MedImmune, GlaxoSmithKline, Sanofi Pasteur y otros, entre los que se encuentran Novartis, que produce la vacuna, y el distribuidor del Tamiflu, Hofmann-La Roche.


Para mantener esa ventaja, Albert Osterhaus, el virólogo más importante del mundo, consejero oficial de los gobiernos británico y neerlandés sobre el virus H1N1 y jefe del Departamento de Virología del Centro Medico de la Universidad Erasmo de Rótterdam, formaba parte de la élite de la OMS reunida en el grupo SAGE al mismo tiempo que presidía el ESWI, apadrinado por la industria farmacéutica. A su vez, el ESWI recomendó medidas extraordinarias para vacunar al mundo entero, considerando como elevado el riesgo de una nueva pandemia que, según decían con insistencia, podía ser comparable a la aterradora pandemia de gripe española de 1918.


El banco JP Morgan, presente en Wall Street, estimaba que, principalmente gracias a la alerta de pandemia declarada por la OMS, los grandes industriales farmacéuticos, que también financiaban el trabajo del ESWI de Osterhaus, podían acumular entre 7 500 millones y 10 000 millones de dólares de ganancias [16].


El doctor Frederick Hayden es a la vez miembro del SAGE, en la OMS, y del Wellcome Trust, en Londres. Es además uno de los amigos más allegados de Osterhaus. Por concepto de servicios «de consulta», Hayden recibe además fondos provenientes de Roche y de GlaxoSmithKline, entre otros gigantes farmacéuticos que participan en la fabricación de productos vinculados a la crisis del H1N1.


Otro científico británico, el profesor David Salisbury, quien depende del ministerio británico de Salud, se encuentra a la cabeza del SAGE en la OMS y dirige, además, el Grupo de Consulta sobre el H1N1 en la OMS. Salisbury es también un ferviente defensor de la industria farmacéutica. En el Reino Unido, el grupo de defensa de la salud One Clic lo acusó de silenciar la comprobada relación entre las vacunas y el crecimiento del autismo entre los niños, así como la relación entre la vacuna Gardasil y diferentes casos de parálisis e incluso de decesos [17].


El 28 de septiembre de 2009, el propio Salisbury declaraba: «la comunidad científica está de acuerdo sobre la ausencia de riesgo en cuanto a la inoculación del Thimerosal (o Thiomersal)». Esta vacuna, utilizada en Gran Bretaña contra el H1N1, es fabricada principalmente por GlaxoSmithKlilne. Contiene Thimerosal, un conservante a base de mercurio. En 1999, como toda una serie de exámenes cada vez más numerosos mostraban que el Thimerosal presente en las vacunas podía ser la causa de casos de autismo entre los niños en Estados Unidos, la American Academy of Pediatrics (Academia Americana de Pediatría) y el Public Health Service (Buró de Salud Pública) exigieron que [el Thimerosal] fuera retirado de la composición de las vacunas [18].


Otro miembro de la OMS que también mantiene estrechos vínculos financieros con los fabricantes de vacunas que se benefician con las recomendaciones del SAGE es el doctor Arnold Monto, consultante remunerado por los fabricantes de MedImmune, Glaxo y ViroPharma. Peor aún, en las reuniones de científicos «independientes» que organiza el SAGE participan «observadores», entre los que se encuentran –por increíble que pueda parecer– los mismos productores de vacunas, GlaxoSmithKline, Novartis, Baxter y compañía. Se impone entonces la siguiente interrogante: Si se supone que el SAGE se compone de los mejores expertos de la gripe del mundo entero, ¿por qué invitan a los fabricantes de vacunas a participar en sus reuniones?


Durante el último decenio la OMS creaba las llamadas «alianzas entre los sectores público y privado» con el objetivo de incrementar los fondos a su disposición. Pero en vez de recibir fondos provenientes sólo de los gobiernos de los países miembros de la ONU, como estaba previsto al principio, la OMS recibe actualmente de las empresas privadas cerca del doble del presupuesto que habitualmente le otorga la ONU en forma de becas y de ayudas financieras. ¿De cuáles empresas privadas provienen esos fondos? De los mismos fabricantes de vacunas que se benefician con decisiones oficiales como la adoptada en junio de 2009 sobre la urgencia pandémica de la gripe H1N1. Al igual que los benefactores de la OMS, los grandes laboratorios tienen sus entradas en Ginebra con derecho a un tratamiento de «puertas abiertas y alfombra roja» [19].


En una entrevista concedida al semanario alemán Der Spiegel, un miembro de la Cochrane Collaboration, una organización de científicos independientes que evalúan todos los estudios realizados sobre la gripe, el epidemiólogo Tom Jefferson, señalaba las consecuencias de la privatización de la OMS y de la comercialización de la salud.

«T. Jefferson:[…] una de las características más sorprendentes de esta gripe y de toda la telenovela a la que ha dado lugar es que, año tras año, hay gente que emite previsiones cada vez más pesimistas. Ninguna se ha cumplido hasta ahora y esas personas siguen repitiendo sus predicciones. Por ejemplo, ¿qué pasó con la gripe aviar que iba a matarnos a todos? Nada. Pero eso no impide que esa gente siga haciendo sus predicciones. A veces parece que hay toda una industria que tiene la esperanza de [ver surgir] una pandemia.


Der Spiegel: ¿De quién habla usted? ¿De la OMS?


T. J: La OMS y los responsables de la salud pública, los virólogos y los laboratorios farmacéuticos. Ellos han construido todo un sistema alrededor de la inminencia de la pandemia. ¡Hay mucho dinero en juego, así como redes de influencia, carreras e instituciones enteras! Bastó con una mutación de uno de los virus de la gripe para que viéramos todo la máquina ponerse en marcha.» [20]


Cuando se le preguntó si la OMS había declarado la urgencia pandémica de forma deliberada con el propósito de crear un inmenso mercado para las vacunas y los medicamentos contra el H1N1, Jefferson respondió: «¿No le sorprende a usted que la OMS haya modificado su definición de la pandemia? La antigua definición hablaba de un virus nuevo, de rápida propagación, para el que no existe inmunidad, y que provoca una alta tasa de enfermos y de muertes. Hoy en día esas dos últimos parámetros sobre las tasas de infección han sido suprimidos y fue así como la gripe A entró en la categoría de las pandemias.» [21]


Muy juiciosamente, la OMS publicaba en abril de 2009 la nueva definición de la pandemia, justo a tiempo para permitir a la propia OMS, siguiendo los consejos provenientes, entre otros, del SAGE, del «Señor Gripe» (alias Albert Osterhaus) y de David Salisbury, calificar de urgencia pandémica varios casos benignos de gripe, rebautizada como gripe A H1N1. [22]


El 8 de diciembre de 2009, en nota al pie de página de un artículo sobre el carácter grave o benigno de la «pandemia mundial» de H1N1, el Washington Post mencionaba que: «al alcanzar su apogeo en Estados Unidos la segunda ola de infección del H1N1, los principales epidemiólogos prevén que esta pandemia pudiera ser una de las más benignas [que se han producido] desde que la medicina moderna viene documentando las epidemias de gripe.» [23]


Igor Barinov, diputado ruso y presidente del Comité de Salud de la Duma [Parlamento ruso. NdlR.], exigió a los representantes rusos ante la OMS acreditados en Ginebra que gestionen una investigación oficial sobre los numerosos indicios de la corrupción masivamente aceptada por la OMS y proveniente de la industria farmacéutica. «Se han hecho graves acusaciones de corrupción contra la OMS», afirmaba Barinov, quien agregó que: «Debe organizarse una comisión internacional de investigación lo antes posible» [24].

F. William Engdahl

Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la versión francesa de Nathalie Krieg para Voltairenet
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CITA
[1] NDT: Tweede Kamer der Staten-Generaal (Segunda Cámara de los Estados Generales de los Países Bajos, corresponde a la cámara baja).

[2] Artículo en inglés, Martin Enserink, in "Holland, the Public Face of Flu Takes a Hit" («Holanda, el rostro público de la gripe sufre un golpe»), Science, 16 de octubre de 2009, Vol. 326, n° 5951, pp. 350–351 ; DOI: 10.1126/science.326_350b.

[3] NDT: «Sunshine Act», referencia a la denominación estadounidense de las leyes vinculadas a la libertad de información.

[4] Artículo en inglés, Science, 3 de noviembre de 2009, "Roundup 11/3 The Brink Edition".

[5] Artículo en neerlandés, "De Farma maffia Deel 1 Osterhaus BV", 28 de noviembre de 2009.

[6] Artículo en neerlandés, Ministerie van Volksgezondheid, Welzijn en Sport, "Financiële belangen Osterhaus waren bekend Nieuwsbericht", 30 de septiembre de 2009.

[7] Albert Osterhaus, Comisión Europea, «Recherche».

[8] Ibid.

[9] Artículo en inglés, Jane Corbin, Interview with Dr Albert Osterhaus («Entrevista con el doctor Albert Osterhaus»), BBC Panorama, 4 de octubre de 2005.


[10] Artículo en alemán, Karin Steinberger, "Vogelgrippe: Der Mann mit der Vogelperspektive", Süddeutsche Zeitung, 20 de octubre de 2005.

[11] Ibid.

[12] Artículo en alemán, "Schweinegrippe—Geldgieriger Psychopath Auslöser der Pandemie?", Polskaweb News.

[13] Artículo en inglés, Ab Osterhaus, "External factors influencing H5N1 mutation/reassortment events with pandemic potential" («Factores externos con fuerte potencial pandémico que entran en juego en los casos de mutación y de redistribución del virus H1N1 »), OIE, 7-9 de octubre de 2008, Verona, Italia. Vínculo para bajar el artículo.

[14] Artículo en inglés, Health Advisory, Swine Flu Overview, abril de 2009.

[15] Artículo en inglés, Biosurveillance, Swine Flu in Mexico- Timeline of Events, 24 de abril de 2009.

[16] Citado en el artículo en neerlandés de Louise Voller y Kristian Villesen, "Stærk lobbyisme bag WHO-beslutning om massevaccination", Information, Copenhagen, 15 de novoembre de 2009.

[17] Artículo en inglés, Jane Bryant, et al, "The One Click Group Response: Prof. David Salisbury Threatens Legal Action" («El profesor David Salisbury responde al grupo One Click ante amenaza de acción judicial»), 4 de marzo de 2009. Vínculo para bajar el artículo.

[18] Profesor David Salisbury citado en el artículo en inglés "Swine flu vaccine to contain axed additive" («La vacuna antigripe contiene un aditivvo retirado del mercado»), London Evening Standard y Gulf News, 28 de septiembre de 2009.

[19] Artículo en alemán, Bert Ehgartner, "Schwindel mit der Schweinegrippe Ist die Aufregung ein Coup der Pharmaindustrie?"

[20] Tom Jefferson, Entrevista con el epistemólogo Tom Jefferson: «C’est toute une industrie qui espère une pandémie de grippe», Der Spiegel, 21 de julio de 2009.

[21] Ibid.

[22] Artículo en neerlandés, Louise Voller, Kristian Villesen, "Mystisk ændring af WHO’s definition af en pandemi", Copenhagen Information, 15 de noviembre de 2009.

[23] Artículo en inglés, Rob Stein, "Flu Pandemic Could Be Mild" («La pandemia de gripe puede resultar moderada»), Washington Post, 8 de diciembre de 2009.

[24] Artículo en neerlandés "Russland fordert internationale Untersuchung", Polskanet, 5 de diciembre de 2009.

http://www.herbogeminis.com/IMG/pdf/OMS_corrupcion.pdf

Francisco Alegre
CITA(Andy Maykuth @ Aug 1 2007, 07:43 PM) *
CITA
THE NEW YORK TIMES

OP-ED CONTRIBUTOR

WHY AFRICA FEARS WESTERN MEDICNE

By HARRIET A. WASHINGTON
Published: July 31, 2007

To Westerners, the repatriation of five nurses and a doctor to Bulgaria last week after more than eight years’ imprisonment meant the end of an unsettling ordeal. The medical workers, who in May 2004 were sentenced to death on charges of intentionally infecting hundreds of Libyan children with H.I.V., have been freed, and another international incident is averted.

But to many Africans, the accusations, which have been validated by a guilty verdict and a promise to reimburse the families of the infected children with a $426 million payout, seem perfectly plausible. The medical workers’ release appears to be the latest episode in a health care nightmare in which white and Western-trained doctors and nurses have harmed Africans — and have gone unpunished.

The evidence against the Bulgarian medical team, like H.I.V.-contaminated vials discovered in their apartments, has seemed to Westerners preposterous. But to dismiss the Libyan accusations of medical malfeasance out of hand means losing an opportunity to understand why a dangerous suspicion of Spam is so widespread in Africa.

Africa has harbored a number of high-profile Western medical miscreants who have intentionally administered deadly agents under the guise of providing health care or conducting research. In March 2000, Werner Bezwoda, a cancer researcher at South Africa’s Witwatersrand University, was fired after conducting medical experiments involving very high doses of chemotherapy on black breast-cancer patients, possibly without their knowledge or consent. In Zimbabwe, in 1995, Richard McGown, a Scottish anesthesiologist, was accused of five murders and convicted in the deaths of two infant patients whom he injected with lethal doses of morphine. And Dr. Michael Swango, ultimately convicted of murder after pleading guilty to killing three American patients with lethal injections of potassium, is suspected of causing the deaths of 60 other people, many of them in Zimbabwe and Zambia during the 1980s and ’90s. (Dr. Swango was never tried on the African charges.)

These medical killers are well known throughout Africa, but the most notorious is Wouter Basson, a former head of Project Coast, South Africa’s chemical and biological weapons unit under apartheid. Dr. Basson was charged with killing hundreds of blacks in South Africa and Namibia, from 1979 to 1987, many via injected poisons. He was never convicted in South African courts, even though his lieutenants testified in detail and with consistency about the medical crimes they conducted against blacks.

Such well-publicized events have spread a fear of Spam throughout Africa, even in countries where Western doctors have not practiced in significant numbers. It is a fear the continent can ill afford when medical care is already hard to come by. Only 1.3 percent of the world’s health workers practice in sub-Saharan Africa, although the region harbors fully 25 percent of the world’s disease. A minimum of 2.5 health workers is needed for every 1,000 people, according to standards set by the United Nations, but only six African countries have this many.

The distrust of Western medical workers has had direct consequences. Since 2003, for example, polio has been on the rise in Nigeria, Chad and Burkina Faso because many people avoid vaccinations, believing that the vaccines are contaminated with H.I.V. or are actually sterilization agents in disguise. This would sound incredible were it not that scientists working for Dr. Basson’s Project Coast reported that one of their chief goals was to find ways to selectively and secretly sterilize Africans.

Such tragedies highlight the challenges facing even the most idealistic medical workers, who can find themselves working under unhygienic conditions that threaten patients’ welfare. Well-meaning Western caregivers must sometimes use incompletely cleaned or unsterilized needles, simply because nothing else is available. These needles can and do spread infectious agents like H.I.V. — proving that Western medical practices need not be intentional to be deadly.

Although the World Health Organization maintains that the reuse of syringes without sterilization accounts for only 2.5 percent of new H.I.V. infections in Africa, a 2003 study in The International Journal of S.T.D. and AIDS found that as many as 40 percent of H.I.V. infections in Africa are caused by contaminated needles during medical treatment. Even the conservative W.H.O. estimate translates to tens of thousands of cases.

Several esteemed science journals, including Nature, have suggested that the Libyan children were infected in just this manner, through the re-use of incompletely cleaned medical instruments, long before the Bulgarian nurses arrived in Libya. If this is the case, then the Libyan accusations of iatrogenic, or healer-transmitted, infection are true. The acts may not have been intentional, but given the history of Western Spam in Africa, accusations that they were done consciously are far from paranoid.

Certainly, the vast majority of beneficent Western medical workers in Africa are to be thanked, not censured. But the canon of “silence equals death” applies here: We are ignoring a responsibility to defend the mass of innocent Western doctors against the belief that they are not treating disease, but intentionally spreading it. We should approach Africans’ suspicions with respect, realizing that they are born of the acts of a few monsters and of the deadly constraints on medical care in difficult conditions. By continuing to dismiss their reasonable fears, we raise the risk of even more needless illness and death.

Harriet A. Washington is the author of “Medical Apartheid: The Dark History of Medical Experimentation on Black Americans From Colonial Times to the Present.”




CITA
¿Por qué África teme a la medicina Occidental?


Para los occidentales, la repatriación de cinco enfermeras y un doctor a Bulgaria la semana pasada después de un encarcelamiento de más de ocho años significo el final de una experiencia inquietante. Los trabajadores médicos, que en mayo de 2004 fueron condenados a muerte por infectar intencionadamente a cientos de niños libios con V.I.H., han sido liberados; otro incidente internacional es desactivado.

Pero para muchos Africanos, las acusaciones, que han sido validadas según un veredicto de culpabilidad y una promesa rembolsar las familias de los niños infectados con una indemnización de 426 millones de dólares, parecen absolutamente plausibles. La liberación de los trabajadores médicos aparece ser el último episodio en una pesadilla de asistencia médica en la cual doctores diplomados blancos occidentales y enfermeras han hecho daño a africanos , y han salido impunes.


Las pruebas contra el equipo búlgaro médico, como frascos V.I.H. contaminados descubiertos en sus apartamentos, han parecido a los occidentales absurdas. Pero descartar las acusaciones libias de mala praxis médica de mano significa perder una oportunidad de entender porque existe una sospecha hacia la medicina tan extendida en Africa.


África ha abrigado a un número de prominentes médicos occidentales sinvergüenzas que intencionadamente han administrado agentes mortales bajo el disfraz de una asistencia médica que provee o conduce a la investigación. En marzo de 2000, Werner Bezwoda, un investigador de cáncer en la Universidad Witwatersrand de Sudáfrica, fue despedido después de hacer experimentos médicos que implican las muy altas dosis de quimioterapia sobre pacientes negros con cáncer de mama, posiblemente sin su conocimiento o consentimiento. En Zimbabue, en 1995, Richard McGown, un anestesista escocés, fue acusado de cinco asesinatos y condenado por las muertes de dos pacientes infantiles a los que inyectó dosis mortales de morfina. Y el Doctor Michael Swango, condenado en última instancia de asesinato después de la declaración de culpabilidad por la muerte de tres pacientes americanos con las inyecciones mortales de potasio, es sospechoso de causar la muerte de 60 otras personas, muchos de ellos en Zimbabue y Zambia durante los años 1980 y los años 90. (El Doctor Swango nunca fue procesado en África.)

Estos médicos asesinos son conocidos en todas partes de África, pero el más notorio es Wouter Basson, un antiguo jefe del Project Coast, unidad de armas químicas y biológicas durante el apartheid. El Doctor Basson fue acusado matar a cientos de negros en Sudáfrica y Namibia, desde 1979 hasta 1987, inyectando veneno. Nunca fue condenado por los tribunales sudafricanos, aun cuando sus subordinados declararan detalladamente y con argumentos sobre los crímenes médicos que cometieron contra la población negra.


Tales acontecimientos muy conocidos han extendido un miedo hacia la medicina en todas partes de África, aún en países donde los doctores occidentales no son muchos. Es un miedo en un continente donde la asistencia médica es ya difícil de conseguir. Sólo el 1.3 por ciento de los trabajadores de la salud esta en el África subsahariana, aunque la región abrigue el 25 por ciento de las enfermedades. Como mínimo se necesitan 2,5 de trabajadores de la salud por cada 1000 personas, según los estándares de Naciones Unidas, y solo seis países africanos alcanzan este porcentaje.


La desconfianza hacia los trabajadores médicos occidentales ha tenido consecuencias directas. Desde 2003, por ejemplo, la polio se ha incrementado en Nigeria, Chad y Burkina Faso porque muchas personas evitan vacunaciones, creyendo que las vacunas son contaminadas con V.I.H. o son en realidad agentes de esterilización disfrazados. Esto parece increíble pero los científicos que trabajaban para Project Coast del Doctor Basson señalaron que uno de sus objetivos principales era encontrar formas para seleccionar y en secreto esterilizar a Africanos.


Tales tragedias subrayan los desafíos que afrontan aún los trabajadores médicos más idealistas, que pueden estar trabajando en las condiciones antihigiénicas que amenazan al bienestar de los pacientes. El personal sanitario occidental a veces debe usar agujas limpiadas o inesterilizadas de forma incompleta, simplemente porque no hay nada disponible. Estas agujas pueden extender a agentes infecciosos como V.I.H. la confirmación de que prácticas médicas occidentales no tienen que ser culpables para ser mortales.


Aunque la Organización Mundial de la Salud mantenga que la reutilización de jeringuillas sin la esterilización explica sólo el 2.5 por ciento de nuevas infecciones V.I.H. en África, un estudio 2003 en The International Journal of S.T.D. and AIDS encontró que no menos del 40 por ciento de infecciones V.I.H. en África son causadas por agujas contaminadas durante el tratamiento médico. Incluso la estimación conservadora de OMS consigna decenas de miles de casos.


Varias revistas científicas respetadas, incluyendo Nature, han sugerido que los niños libios fueran infectados precisamente en esta forma, por la reutilización de instrumentos médicos esterilizados de forma incompleta, mucho antes de que las enfermeras búlgaras llegaran a Libia. Si ésta es el caso, entonces las acusaciones libias de infección médica son verdaderas. Los actos pueden no haber sido intencionales, pero dada la historia de medicina occidental en África, las acusaciones de que fueron hechos deliberadamente están lejos de ser paranoide.

Seguramente, el trabajo de la gran mayoría de trabajadores médicos occidentales en África debe ser agradecido, no censurado. Pero la máxima" silencio igual a muerte " se aplica aquí: No hacemos caso de la responsabilidad de defender en masa a los doctores occidentales inocentes contra la creencia que ellos no tratan la enfermedad, pero intencionadamente la extienden. Nosotros deberíamos acercarnos a las sospechas de los africanos con respeto, comprendiendo que estas sospechas nacidas de los actos de unos pocos monstruos y de la asistencia médica en condiciones difíciles. Para disminuir sus miedos razonables hay que disminuir el riesgo de muertes e infecciones innecesarias.

Harriet A. Washington es el autor " Apartheid Médico: La Historia Oscura de Experimentación Médica sobre Negros Americanos desde los tiempos coloniales al Presente”


Andy Maykuth
Ni respeto ni silencio


JUAN LUIS CEBRIÁN

EL PAÍS
Opinión
10-01-2010



El juez de lo Penal de Madrid Ricardo Rodríguez produjo en las vísperas de Navidad, con la inestimable ayuda de la fiscal Pilar Joga, un bodrio intelectual en forma de sentencia, cuya pésima calidad nos permite interrogarnos sobre los criterios aplicados en su día para que accediera a magistrado desde su cargo de secretario judicial. Por si alguno no lo sabe todavía, este juzgador dictó penas de cárcel (un año y nueve meses nada menos) para dos periodistas de la cadena SER acusados del nefando delito de publicar una noticia, diligentemente comprobada y fehacientemente veraz, relacionada con la corrupción política y urbanística en el Partido Popular de Villaviciosa de Odón. Considera el juez tan grave el comportamiento de los condenados que dictamina, además, su inhabilitación para ejercer profesionalmente el periodismo y añade al castigo severas penas de multa, argumentando que sin duda podrán pagarlas porque deben tener un sueldo "verdaderamente importante".

El crimen perpetrado por Daniel Anido y Rodolfo Irago, del que desde ya me declaro instigador, cómplice y cooperador necesario, fue publicar en la página web de la emisora una lista de militantes de dicho partido que se afiliaron irregularmente, burlando los requisitos de sus propios estatutos, con objeto de desbancar a una dirigente afín a Ruiz-Gallardón y sustituirla por alguien leal a Esperanza Aguirre. La calificación jurídica que merece este hecho es la de "revelación de secretos", y la argumentación, revestida de la oscura dignidad de un lenguaje incomprensible, como acostumbran a hacer los malos médicos y los jueces torpes, es tan peregrina que sorprende que nadie pueda basarse en ella para decretar penas de privación de libertad.

No han sido pocas las voces que se han alzado en protesta por tan aberrantes hechos, entre ellas las de algunos representantes políticos que han aludido a que su discrepancia -o su silencio, como en el caso del PP, culpable y víctima a la vez de la corrupción desvelada-, se expresaba desde el respeto. Pero ni desde el punto de vista legal, ni desde el político, ni desde el gramatical, merece el texto firmado por el señor Rodríguez respeto alguno. Y si es verdad que las sentencias deben acatarse, no menos cierto es que también pueden atacarse cuando menoscaban el sentido común y los valores constitucionales y democráticos hasta el punto que ésta lo hace, por lo que es imposible guardar silencio ante los hechos, como algunos pretenden bajo pretexto de que la sentencia no es aún firme.

Hay quien pensará, con toda razón, que escribo esto desde mi condición de periodista, compañero de los condenados en las tareas de la radio y responsable del comportamiento profesional de su grupo de medios. Pero lo hago igualmente como ciudadano preocupado tanto por el buen uso de la libertad de expresión como por la defensa de una cultura democrática en nuestra Administración de justicia. Por último, como académico, no puedo sino lamentar el manoseo que hace del diccionario el juez Rodríguez, cuya impericia en el uso del idioma le impediría ocupar plaza de redactor en ningún medio, incluidos, mal que le pese, los de Internet.

Sobre las deficiencias jurídicas de la sentencia, otros más expertos que yo han expresado ya sus conclusiones, que resumo en tres puntos:

a) no se tiene en cuenta la prevalencia constitucional del derecho a informar sobre el de protección de la vida privada, cuando se trata de noticias relevantes y de interés general;

b.) a dichos efectos se desprecia -aunque se reconoce en la propia sentencia- la veracidad de la noticia y la eficacia profesional con que fue elaborada;

y c) se establece el peculiar criterio de que las informaciones a través de Internet no merecen la protección prevista en el artículo 20 de nuestra Constitución, pues no se trata de un medio de comunicación social sino universal (sic).

Hay otros detalles menores pero significativos de la chapucería ante la que nos encontramos, por ejemplo el hecho de reseñar como testigo de la acusación a un abogado de la defensa y como querellante a uno de los supuestos perjudicados, pero que no demandó procedimiento alguno.

Todas ellas son razones suficientes para esperar que el tribunal de apelación enmiende el entuerto, entre otras cosas porque una sentencia previa sobre el mismo caso instado por otros denunciantes, y dictada por la sección 10 de la Audiencia Provincial de Madrid, absolvía a los redactores de un periódico local que publicó parecida lista de afiliados al PP, estimando que "los problemas internos de elecciones en un partido también se revisten de interés general y público, al aparecer, como en el presente caso, vinculados a cuestiones de urbanismo". Es cuando menos llamativo que ni el magistrado ni la fiscal hayan tenido en cuenta este precedente, y es más que preocupante que el ministerio público haya ejercido la acusación y reclamado severas penas, aunque en el juicio oral las redujera a cinco meses de prisión, petición igualmente injusta a mi entender, y en la que se ha ratificado la fiscalía en su recurso ante la audiencia. Semejante actitud permite preguntarnos por el entendimiento que la oficina del fiscal general del Estado tiene respecto a los valores democráticos y el enunciado constitucional. Pues hay que decir que sin la disposición del ministerio público a denunciar un delito donde es imposible que lo haya es más que probable que el contencioso hubiera salido del área penal para dirimirse, en todo caso, ante los tribunales civiles.

Me parece irrisorio que la publicación de la pertenencia a un partido político se considere una violación de la intimidad, cuando lo que denota es el deseo de participar en la vida pública. Y resulta esperpéntico pretender que dicha publicación genera un dolor o daño a esos militantes. En realidad, el perjuicio que sufrieron en el caso que nos ocupa no fue debido al conocimiento de su afiliación, sino al de que ésta se produjera de manera irregular, contra toda norma de transparencia democrática. La democracia interna de los partidos es un requisito fundamental y no puede ser tarea de los tribunales reprimir la revelación de conspiraciones como la de Villaviciosa, que acabaron en el famoso tamayazo, con la anulación de las elecciones a presidente de la Comunidad de Madrid y el pírrico triunfo de Esperanza Aguirre. Antes bien, el ministerio público, en defensa de la legalidad, debería alentar esas revelaciones a fin de que se sancionen y persigan tales conductas irregulares. En el caso del Partido Popular, su reglamento obliga además a que los militantes ejerzan activamente el proselitismo, con lo que mal puede interpretarse que la pertenencia al partido forma parte de su intimidad, y mucho menos que constituya ningún secreto. Pero incluso tratándose de organizaciones privadas, religiosas, deportivas, culturales o de cualquier otro género, es extravagante suponer que la publicación, sin su permiso, del nombre de sus miembros o simpatizantes pueda ser un delito penado con la cárcel. El Gobierno tiene por eso obligación de pronunciarse sobre el comportamiento de la fiscalía, y es de esperar que lo haga en defensa de la libertad de información y la transparencia de la vida política.

Merece la pena ocuparse de la tibieza de los políticos a la hora de protestar por la violación constitucional que supone el documento. Un tal señor Güemes, dirigente del PP madrileño cuyo brillo en el universo parlamentario emana más que nada de su afición al fijador, se permitió un comentario vulgar respecto a las simpatías políticas o ideológicas de los condenados y la cadena SER, lo que sugiere que el silencio al que se acogió el portavoz del PP a la hora de comentar la sentencia es en realidad una aprobación tácita de la misma. Otras declaraciones de un ministro del Gobierno en el sentido de considerar desproporcionada la pena podrían, por su parte, indicar que quizás un castigo menos duro, tal vez como el que la fiscal sugiere, resultaría aceptable. Las declaraciones del resto de los grupos se han alineado en general con la corrección política demandada, y nadie o casi nadie ha denunciado lisa y llanamente que nos hallamos ante una verdadera tropelía: los corruptos en la calle y quienes denunciaron la corrupción, a la cárcel.

El respeto que nuestro sistema judicial merece, reclama una actitud crítica por parte de los ciudadanos. Contra lo que muchos piensan, yo creo que sí se han transformado para bien no pocas cosas en la Administración de justicia durante las recientes décadas, aunque reste mucho por hacer. A pesar de actitudes como las de Rodríguez y Joga, o del guirigay montado en torno al Constitucional, existe en este país un alto grado de seguridad jurídica garantizado por la eficacia de los tribunales. Por eso mismo, es necesario desvelar públicamente los excesos y estupideces que se cometan. La irrupción de la política en la justicia, mezclada con las manías, los errores y las carencias de algunos de sus miembros, así como la tendencia a judicializar los conflictos ideológicos, provoca situaciones tan curiosas como que un magistrado relevante por sus servicios a la comunidad se vea investigado por querer enjuiciar los crímenes de la dictadura franquista, mientras algunos jueces mediocres siguen campando por sus predios a la hora de imponer su particular criterio acerca del ejercicio de la libertad.

La prohibición de revelar secretos personales, relacionada con la protección de datos informáticos, no se prevé en el Código Penal como una limitación a la libertad de expresión, sino como una obligación de confidencialidad a quienes tienen encomendada por cargo o profesión la custodia de determinados datos o informaciones. Paradójicamente, el deber profesional y ético de todo periodista es revelar secretos, sobre todo cuando sirve para desenmascarar los excesos y corrupciones del poder. De manera que el juez Rodríguez quiere enviar a la cárcel a Irago y Anido, tratándoles como a delincuentes, por cumplir con sus obligaciones como ciudadanos y como periodistas, y por rendir así un servicio valioso a la sociedad. Toda una agresión a la convivencia democrática. El artículo 20 de la Constitución garantiza la libertad de informar y de expresar libremente las ideas. La excepción que el juez hace de Internet a la hora de citar dicha protección de derechos resulta un despropósito. Puedo estar de acuerdo con él en que Internet no es, en sí misma, un medio de comunicación social, pero las páginas web que a través de ella se difunden sí lo son. Por lo demás, el artículo 20 del texto constitucional reconoce y protege textualmente "el derecho a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión". Internet no es sólo uno de ellos, es el principal medio de difusión del mundo. La suposición de que la protección jurídica a nuestras libertades no incluye el uso de la Red es contraria al mínimo sentido común. Aceptarla supone endosar la tesis de que el mayor instrumento de libertad inventado por el hombre en las últimas décadas no goza de la protección de las constituciones democráticas. Es una actitud simétrica a la de quienes se rebelan contra la defensa de la propiedad intelectual y justifican con embelecos intelectuales o morales las prácticas de la piratería. Cuando a diario padecemos toda clase de tropelías perpetradas en la Red por parte de individuos dedicados a mentir, infamar, injuriar y calumniar sin que a nadie se le pida responsabilidad alguna, viene ahora un juez a explicarnos en 35 folios que es conforme a derecho enviar a la cárcel a dos periodistas solventes y honestos por difundir informaciones verdaderas, comprobadas y de gran relevancia social. Para utilizar la acertada expresión de una de las mejores cabezas jurídicas con las que cuenta el Partido Popular, ¡manda huevos!




http://www.elpais.com/articulo/opinion/res...elpepiopi_4/Tes
Pepin
El Sáhara y la razón de Estado


MÁXIMO CAJAL

EL PAÍS
Opinión
11-01-2010



En los últimos meses, España ha estado sumida en tres crisis. La vertiente humanitaria del secuestro del Alakrana y los avatares por que ha atravesado Aminetu Haidar en territorio español, después de su rechazo por Marruecos, no explican a mi juicio ni su estrepitosa cobertura mediática ni su interesada explotación política. La discreción que rodea al otro secuestro, cuánto más delicado, el de los tres cooperantes de Barcelona Acció Solidària, pone sin duda alguna de manifiesto la madurez y la entereza de la sociedad y de las fuerzas políticas de Cataluña.

Muy distintas como son, estas tres contingencias tienen sin embargo un denominador común: el Sáhara, el desierto que va de Mauritania al Sudán y, más allá, hasta Somalia; del Atlántico al mar Rojo y al Índico, a las aguas que bañan los océanos donde faenan los pesqueros españoles, muy lejos ya del llamado banco canario-sahariano. Territorios aquéllos pertenecientes a frágiles estructuras estatales, en buena parte de los cuales existe un vacío de autoridad y donde actúan, a sus anchas, Al Qaeda y sus franquicias.

Traigo estos incidentes a colación por el reverdecimiento que, al socaire de la huelga de hambre de Haidar, ha experimentado la reivindicación del Frente Polisario. Hace ya un tiempo, siquiera fuera de pasada, hice pública mi posición respecto del Sáhara Occidental, sobre la cuestión del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui y la posibilidad de que un nuevo Estado independiente, la RASD, pase a formar parte de la Comunidad Internacional. Semejante eventualidad supondría, a mi entender, una amenaza añadida a las que ya ponen en riesgo la seguridad de España. Llámese razón de Estado, realpolitik, interés nacional o puro y simple patriotismo, son éstas las consideraciones que me llevan a explicitar mi postura contraria a tan peligroso desenlace. Ya sé que tales razones tienen mala prensa, como si el espectro de Maquiavelo anduviera suelto, pero en el caso presente las antepongo a cualesquiera otras consideraciones. Porque por encima de todo, para prevalecer, la reivindicación saharaui tendría que ser practicable; esto es, viable.

Producto del tardo-colonialismo español, el Sáhara Occidental nunca fue germen de Estado alguno -sí lo era Marruecos- y la población que por allí transitaba, en un nomadeo secular, nunca fue un "pueblo". Tampoco el gibraltareño, por cierto. Fuimos los españoles los que construimos una identidad artificial que acabó por revolverse contra la metrópoli, aunque en buena medida lo hiciera en español -otra forma de colonialismo- y no en su hassanía vernácula. Un Sáhara independiente no puede prosperar. Acabará siendo un nuevo Estado fallido a menos que caiga bajo el control de un tercero; de Argelia, ¿de quién, si no? No nos corresponde a los españoles entrar en la bronca fronteriza argelino-marroquí, herencia de la Francia imperial, pero sí es nuestra responsabilidad extraer las consecuencias de parecido escenario y no callar.

¿Quién se encargará allí de garantizar la seguridad, la estabilidad y la prosperidad de tal artefacto si no es con la ayuda del vecino argelino, el país, todo hay que decirlo, que desde hace más de tres décadas permite que en su interior malvivan las decenas de miles de saharauis acampados en Tinduf? ¿No sonroja este espectáculo en tierras argelinas? ¿No se puede, o es que no se quiere, poner remedio allí a tan precaria situación? ¿De cuántos ciudadanos se nutrirá esta nueva república, siendo así que no hay acuerdo sobre el censo de población una vez actualizada la cifra inicial de setenta y tantos mil a finales de los años 70 del siglo pasado?

Pero, para mí, ni siquiera esto es lo que más cuenta. Sí lo es la cuña de inseguridad que una RASD representaría, desde luego para Marruecos pero también, y muy especialmente, para España, empezando por Canarias.

¿Se acuerdan los españoles de Antonio Cubillo, del MPAIAC y de Radio Canarias Libre emitiendo desde Argel? Si hoy en día las tierras que se extienden más allá de los confines del desierto argelino y marroquí y de los porosos límites de Mauritania y de Malí -el cinturón del Sahel- son ya un semillero para el terrorismo, nada peor que añadir a aquella inmensidad otros 250.000 kilómetros cuadrados de arenal, precisamente en el bajo vientre marroquí y a un centenar de kilómetros de la comunidad autónoma de Canarias. Lo que nos jugamos es primordial: la seguridad de España. También la de Marruecos, demasiado cerca para aparentar indiferencia ante lo que allí suceda.

Rabat ha salido, me parece, malparado del episodio Haidar. Quienes apostamos por un vecino fuerte y seguro pero también democrático y, por tanto, respetuoso de los derechos humanos, tal y como parecían augurar las primeras reformas introducidas por Mohamed VI, estamos decepcionados. Decepcionados y preocupados. Porque la amplia autonomía ofrecida al antiguo Sáhara "español" -como lo llaman algunos nostálgicos del pasado- solamente es creíble, y por ello aceptable, en un régimen de auténticas libertades. Se habla estos días de la reactivación del proyecto de regionalización anunciado por el soberano alauita. Mayor motivo, si cabe, para que esta vez esa esperanza no quede de nuevo defraudada. Dos credibilidades enfrentadas; no dos legitimidades en disputa.



Máximo Cajal es embajador de España


http://www.elpais.com/articulo/opinion/Sah...elpepiopi_5/Tes
Bruce Beelher
CITA
Africa: Africom - Latest U.S. Bid to Recolonise Continen

The Herald
Published by the government of Zimbabwe
Tichaona Nhamoyebonde
7 January 2010




Harare — AFRICAN revolutionaries now have to sleep with one eye open because the United States of America is not stopping at anything in its bid to establish Africom, a highly-equipped US army that will be permanently resident in Africa to oversee the country's imperialist interests.

Towards the end of last year, the US government intensified its efforts to bring a permanent army to settle in Africa, dubbed the African Command (Africom) as a latest tool for the subtle recolonisation of Africa.

Just before end of last year, General William E. Garret, Commander US Army for Africa, met with defence attaches from all African embassies in Washington to lure them into selling the idea of an American army based in Africa to their governments.

Latest reports from the White House this January indicate that 75 percent of the army's establishment work has been done through a military unit based in Stuttgart, Germany, and that what is left is to get an African country to host the army and get things moving.

Liberia and Morocco have offered to host Africom while Sadc has closed out any possibility of any of its member states hosting the US army.

Other individual countries have remained quiet.

Liberia has longstanding ties with the US due to its slave history while errant Morocco, which is not a member of the African Union and does not hold elections, might want the US army to assist it to suppress any future democratic uprising.

Sadc's refusal is a small victory for the people of Africa in their struggle for total independence but the rest of the regional blocs in Africa are yet to come up with a common position. This is worrying.

The US itself wanted a more strategic country than Morocco and Liberia since the army will be the epicentre of influencing, articulating and safeguarding US foreign and economic policies.

The other danger is that Africom will open up Africa as a battleground between America and anti-US terrorist groups.

Africom is a smokescreen behind which America wants to hide its means to secure Africa's oil and other natural resources, nothing more.

African leaders must not forget that military might has been used by America and Europe again and again as the only effective way of accomplishing their agenda in ensuring that governments in each country are run by people who toe their line.

By virtue of its being resident in Africa, Africom will ensure that America has its tentacles easily reaching every African country and influencing every event to the American advantage.

By hosting the army, Africa will have sub-contracted its military independence to America and will have accepted the process that starts its recolonisation through an army that can subdue any attempts by Africa to show its own military prowess.

The major question is: Who will remove Africom once it is established? By what means?

By its origin Africom will be technically and financially superior to any African country's army and will dictate the pace for regime change in any country at will and also give depth, direction and impetus to the US natural resource exploitation scheme.

There is no doubt that as soon as the army gets operational in Africa, all the gains of independence will be reversed.

If the current leadership in Africa succumbs to the whims of the US and accept the operation of this army in Africa, they will go down in the annals of history as that generation of politicians who accepted the evil to prevail.

Even William Shakespeare would turn and twist in his grave and say: "I told you guys that it takes good men to do nothing for evil to prevail."

We must not forget that Africans, who are still smarting from colonialism-induced humiliation, subjugation, brutality and inferiority complex, do not need to be taken back to another form of colonialism, albeit subtle.

Africom has been controversial on the continent ever since former US president George W. Bush first announced it in February 2007.

African leaders must not forget that under the Barack Obama administration, US policy towards Africa and the rest of the developing world has not changed an inch. It remains militaristic and materialistic.

Officials in both the Bush and Obama administrations argue that the major objective of Africom is to professionalise security forces in key countries across Africa.

However, both administrations do not attempt to address the impact of the setting up of Africom on minority parties, governments and strong leaders considered errant or whether the US will not use Africom to promote friendly dictators.

Training and weapons programmes and arms transfers from Ukraine to Equatorial Guinea, Chad, Ethiopia and the transitional government in Somalia, clearly indicate the use of military might to maintain influence in governments in Africa, remains a priority of US foreign policy.

Ukraine's current leadership was put into power by the US under the Orange Revolution and is being given a free role to supply weaponry in African conflicts.

African leaders must show solidarity and block every move by America to set up its bases in the motherland unless they want to see a new round of colonisation.

Kwame Nkrumah, Robert Mugabe, Sam Nujoma, Nelson Mandela, Julius Nyerere, Hastings Kamuzu Banda, Kenneth Kaunda, Augustino Neto and Samora Machel, among others, will have fought liberation wars for nothing, if Africom is allowed a base in Africa.

Thousands of Africans who died in colonial prisons and in war fronts during the liberation struggles, will have shed their blood for nothing if Africa is recolonised.

Why should the current crop of African leaders accept systematic recolonisation when they have learnt a lot from colonialism, apartheid and racism? Why should the current crop of African leaders fail to stand measure for measure against the US administration and tell it straight in the face that Africa does not need a foreign army since the AU is working out its own army.

African leaders do not need prophets from Mars to know that US's fascination with oil, the war on terrorism and the military will now be centred on Africa, after that escapade in Iraq.

Tichaona Nhamoyebonde is a political scientist based in Cape Town, South Africa.





CITA
Africom, el último intento estadounidense de volver a colonizar el continente


Tichaona Nhamoyebonde
allAfrica.com


Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos





Los revolucionarios africanos tienen que dormir ahora con un ojo abierto porque Estados Unidos de América no se detiene ante nada en su intento de establecer Africom, un ejército estadounidense altamente equipado que residirá permanentemente en África para supervisar los intereses imperialistas estadounidenses.

A finales del año pasado el gobierno estadounidense intensificó sus esfuerzos por establecer un ejército permanente en África llamado Comando de África (Africom, African Command) como la última herramienta de la sutil recolonización de África.

Antes de que terminara el año pasado el general William E. Garret, comandante del ejército estadounidense para África, se reunió con los agregados de defensa de todas las embajadas africanas en Washington para vender a sus gobiernos la idea de un ejército estadounidense basado en África.

Los últimos informes de la Casa Blanca de este mes de enero indican que el 75% del trabajo del ejército se ha hecho a través de una unidad militar con base en Stuttgart, Alemania, y que el resto se dedica a conseguir un país africano que albergue al ejército y haga que las cosas se muevan.

Liberia y Marruecos se han ofrecido para albergar al Africom, mientras que la Comunidad de Desarrollo del África Austral (SADC, en sus siglas en inglés*) se ha cerrado a toda posibilidad de que alguno de sus Estados miembros albergue al ejército estadounidense.

Otros países han permanecido en silencio.

Liberia tiene una larga relación con Estados Unidos debido a su historia de esclavitud, mientras que el descarriado Marruecos, que no pertenece a la Unión Africana y no celebra elecciones, puede que quiera al ejército estadounidense para que éste le ayude a suprimir cualquier levantamiento democrático.

La negativa de la SADC es una pequeña victoria para los pueblos de África en su lucha por la independencia total, pero el resto de los bloques regionales de África tienen que llegar todavía a una postura común, lo cual es preocupante.

El propio Estados Unidos quiere un país más estratégico que Marruecos y Liberia ya que el ejército será el epicentro de influyentes, articuladoras y protectoras políticas estadounidenses económicas y exteriores.

El otro peligro es que el Africom abra África como un campo de batalla entre Estados Unidos y grupos terroristas antiestadounidenses.

El Africom no es ni más ni menos que una cortina de humo detrás de la cual Estados Unidos quiere esconder sus medios de asegurar el petróleo y otros recursos naturales de África.

Los dirigentes africanos no deben olvidar que Estados Unidos y Europa han utilizado una y otra vez la fuerza militar como el único medio eficaz de cumplir su agenda y de asegurar que los gobiernos de cada país están dirigidos por personas sumisas a la disciplina estadounidense.

Por el hecho de residir en África, el Africom garantizará que los tentáculos de Estados Unidos lleguen fácilmente a cada país africano e influyan en cada acontecimiento a beneficio de Estados Unidos.

Al albergar al ejército [estadounidense] África habrá subcontratado su independencia militar a Estados Unidos y habrá aceptado el proceso que inicia su recolonización a través de un ejército que puede contener cualquier intento por parte de África de mostrar su propia destreza militar.

La pregunta fundamental es: ¿quién quitará el Africom una vez se establezca? ¿Con qué medios?

Debido a su origen el Africom será técnica y financieramente superior a cualquier ejército de un país africano y marcará el paso para el cambio de régimen en cualquier país a voluntad [de Estados Unidos], y también dará profundidad, dirección e ímpetu al esquema estadounidense de explotación de recursos naturales.

No cabe la menor duda de que en cuanto el ejército [estadounidense] sea operativo en África se revocarán todos los logros de la independencia.

Si los actuales dirigentes africanos sucumben a los deseos de Estados Unidos y aceptan la operación de su ejército en África, constarán en los anales de la historia como la generación de políticos que aceptó que prevaleciera el mal.

Hasta William Shakespeare se retorcería en su tumba y exclamaría: “Os dije que para que triunfe el mal basta con que los hombres de bien no hagan nada”.

No debemos olvidar que los africanos, que todavía se resienten de la humillación, de la subyugación, de la brutalidad y del complejo de inferioridad provocados por el colonialismo, no necesitan que se les haga retroceder a otra forma de colonialismo, aunque sea sutil.

El Africom ha sido controvertido en el continente desde el mismo momento en que el ex presidente estadounidense George W. Bush lo anunciara por primera vez en febrero de 2007.

Los dirigentes africanos no deben olvidar que bajo la administración de Barack Obama la política estadounidense respecto a África y al resto del mundo en vías de desarrollo no ha cambiado un ápice. Sigue siendo una política militar y materialista.

Los altos cargos tanto de la administración Bush como de la de Obama argumentan que el objetivo principal del Africom es profesionalizar a las fuerzas de seguridad en países clave de toda África.

Sin embargo, ninguna de las dos administraciones trata de considerar el impacto del establecimiento del Africom sobre partidos y gobiernos minoritarios, y sobre dirigentes fuertes considerados infieles, ni si Estados Unidos utilizará Africom para promover a dictadores amigos.

Los programas de adiestramiento y de armamento, y la transferencia de armas desde Ucrania a Guinea Ecuatorial, Chad, Etiopía y al gobierno de transición en Somalia indican claramente el uso de poder militar para mantener la influencia [estadounidense] en los gobiernos de África, que sigue siendo una prioridad de la política exterior estadounidense.

Con la Revolución Naranja Estados Unidos llevó al poder a los actuales dirigentes de Ucrania y se les está dando carta blanca para suministrar armamento a los conflictos africanos.

Los dirigentes africanos deben dar muestras de solidaridad y bloquear todo movimiento por parte de Estados Unidos para establecer sus bases en la madre patria, a menos que quieran ver un nuevo asalto de la colonización.

Si se permite que el Africom establezca una base en África, Kwame Nkrumah, Robert Mugabe, Sam Nujoma, Nelson Mandela, Julius Nyerere, Hastings Kamuzu Banda, Kenneth Kaunda, Augustino Neto y Samora Machel, entre otros, habrán luchado las guerras de liberación para nada.

Miles de africanos que murieron en las cárceles coloniales y en los frentes de guerra durante las luchas de liberación habrán derramado su sangre por nada si África es colonizada de nuevo.

¿Por qué debería el grupo actual de dirigentes africanos aceptar sistemáticamente la recolonización cuando han aprendido tanto del colonialismo, el apartheid y el racismo? ¿Por qué no iba el actual grupo de dirigentes africanos a tratar a la administración estadounidense de igual a igual y decirle a la cara que no necesita un ejército extranjero ya que la Unión Africana esta preparando su propio ejército?

Los dirigentes africanos no necesitan profetas procedentes de Marte para saber que la fascinación estadounidense por el petróleo, la guerra contra el terrorismo y el ejército se centrará ahora en África después de la aventura en Iraq.

* N. de la t.: La Comunidad de Desarrollo del África Austral (Southern African Development Community, SADC) es una organización intergubernamental creada en 1979 cuya sede se encuentra en Gaborone, Botswana. Su objetivo es fomentar una mayor cooperación e integración así como la cooperación política y de seguridad entre 15 Estados del África austral (Angola, Botswana, Lesotho, Malawi, Mauricio, Mozambique, Namibia, República Democrática del Congo, Seychelles, Sudáfrica, Swazilandia, Tanzania, Zambia y Zimbabwe).

Tichaona Nhamoyebonde es un politólogo que reside en Ciudad del Cabo, Sudáfrica



http://allafrica.com/stories/printable/201001070715.html
Pepin
CITA(Julian Navascues @ Jan 2 2009, 03:18 PM) *
CITA
African Oil: A Priority for U.S. National Security and African Development.



1 All quoted material, unless otherwise designated, is from the January 25, 2002 Institute for Advanced Strategic & Political Studies symposium, African Oil: A Priority for U.S. National Security and African Development.


List of Recommendations

Energy Security

1. African nations should be educated, and participating companies encouraged to pursue enhanced recovery techniques to access all of the oil available in the region.

2. The U.S. should encourage regional cooperation among nations in the energy sector by offering debt relief exclusively to countries demonstrating commitment and progress in this area.

3. Real estate privatization should be emphasized by the U.S. as a fundamental policy to be adopted by African States seeking to attract significant capital investment, particularly in the energy sector.

4. U.S. companies should be encouraged to invest more in capping of flared gas flows, and African countries to move toward the establishment of a regional gas grid.


Developmental Strategies


5. Heritage trust funds should be established and receive all oil revenues over $16 per barrel, and a share of profits if oil revenues is below $16 per barrel.


6. Similarly, an agreed-upon percentage of oil and gas investment should be ear-marked for ancillary economic development.


7. African governments should be encouraged through debt relief or AGOA enhancement to distribute revenues both horizontally and vertically.


8. The cooperation among governments, NGOs and oil companies embodied in the Chad-Cameroon Pipeline Project should be refined and studied as a model, at least in part for application to other African oil projects.

9. The New Economic Plan for African Development (NEPAD) is another valuable model, and its provisions should be applied where possible in the next wave of oil initiatives.

10. U.S. oil companies should be encouraged, perhaps through tax incentives, to disclose by publication, government filings and on public websites, all payments to the oilproducing governments.


Regional Security


11. Congress and the Administration should declare the Gulf of Guinea an area of “Vital Interest” to the U.S.


12. A regional sub-command, similar to U.S. Forces Korea, should be established for the area.


13. That regional sub-command should strongly consider the establishment of a regional homeport, possibly on the islands of Sao Tome and Principe.


14. A U.S.-Nigerian compact on regional security issues should be established to make the area more secure and thereby more attractive for direct foreign investment.

Introduction

African oil should be treated as a priority for U.S. national security post 9-11, and I think that post 9-11 it’s occurred to all of us that our traditional sources of oil are not as secure as we once thought they were. African energy is also critical to African development. It provides a revenue stream that should supply capital to grow African economies and to break the cycle of poverty that plagues the continent. There is no good reason why African oil producing countries should not take advantage of the African Growth and Opportunity Act (AGOA) to diversify their economies.

--U.S. House of Representatives Subcommittee on Africa Chairman Ed Royce (R-CA)1


The strategic question is which countries we depend on for this oil. The suggestion that comes out of all of these discussions is our best partners are in West Africa for many of the reasons I’ve mentioned: the commitment to democracy. Though there may be strivings and failings, nonetheless there is a commitment. West Africa is closer, making it easier to move product from there to here; the resources are, in most cases, not landlocked. Things usually work fairly well if you’re out in deep water.

--Congressman William Jefferson (D-LA)


African oil is of national strategic interest to us, and it will increase and become more important as we go forward.

---U.S. Assistant Secretary of State Walter Kansteiner III


For too long official Washington has been gripped by the perception that the United States has no vital interests in Sub-Saharan Africa. Nothing could be further from the truth. As the political and security conditions of the Persian Gulf deteriorate, the availability and appeal of reliable, alternative sources of oil for the American market grows. African oil is emerging as a clear direction U.S. policy could take to provide a secure source of energy.


On January 25, the Institute for Advanced Strategic & Political Studies’ (IASPS) held a symposium in Washington on the issue of African oil and U.S. national security priorities. That a critical issue was being discussed was indicated by the overwhelming turn out of experts from the oil industry, academia, think tanks, Congress, and diplomatic corps. Several speakers from diverse backgrounds emphasized the strategic significance of West Africa’s oil-producing capabilities for increased American energy security requirements post-September 11. The symposium created a consensus that if U.S energy policy more fully incorporated African oil, the U.S. could further diversify its energy resources. Moreover, if oil revenue transparency was encouraged, state revenues generated could provide sustainable development to African countries.


Out of this symposium grew a working group called the African Oil Policy Initiative Group (AOPIG). This group comprised representatives from relevant offices in the Administration, the House of Representatives, Senate, international consultants, and oil companies, and other U.S. investors. Utilizing the expertise of all participants, the working group created the recommendations included here.


Official statistics indicate that 15.3 percent of U.S. oil imports come from Africa and that an estimated $10 billion in U.S. oil production investments would flow into West African fields by 2003. At 1.5 million barrels per day, the amount of West African oil flowing to the United States approximates or exceeds the volume of the U.S. imports from Saudi Arabia. Nigeria is the world’s sixth-largest oil exporter and fifth-ranked provider of crude to the U.S. at over 900,000 b/d, while Angola, despite years of civil conflict, may produce close to one million b/d in 2002. Recent significant discoveries have been made off the coast of Equatorial Guinea, Congo (Brazzaville) and Cote d’Ivoire, as well as in areas not traditionally associated with the Gulf of Guinea oil basin, such as South Africa, Namibia and Mauritania. Vice President of Vanco Energy, Janice Van Dyke Walden, described the off-shore potential of her company:


Potential reserves number 8 billion barrels of oil just from Vanco; 1.26 billion barrels of that could be in Equatorial Guinea, 3.2 billion in Morocco, 2.9 billion in Namibia, and half a billion in Cote d’Ivoire. If you were to take our acreage, and superimpose it onto the Gulf of Mexico you would see that it is about 75 percent of deep water
Gulf of Mexico, and that’s just one company alone. So clearly our interest is in Africa, and the deep water potential there is fantastic…



Such increased level of exploration and production represents significant U.S. capital investment. According to the Energy Information Administration of the U.S. Department of Energy, we will be importing in the year 2020 over 770 million barrels of African oil a year. By 2003, investment in the African oil industry will exceed $10 billion a year. Between two thirds and three fourths of our foreign direct investment in Africa in the next decade will be in the energy sector.


Such extraordinary growth in the West African energy sector is prompting Washington to reassess its strategic and security priorities in Sub-Saharan Africa. The prospect that this may culminate in an explicit American pronouncement of multi-layered engagement (regional and energy security, and developmental strategy) with the oil-rich Gulf of Guinea region, could dramatically alter traditional geopolitical calculations based on oil production and supply. A recently declassified U.S. Department of Defense conference summary on this issue declared:


West Africa is a swing production region that allows oil companies to leverage production capabilities to meet the fluctuating world demands.. . .West African oil is of high quality, is easily accessed offshore, and is well positioned to supply the North American market. Production in two major oil producing states (Nigeria and Angola) is expected to double or triple in the next 5-10 years. Already Nigeria and Angola provide as much oil to the U.S. as Venezuela or Mexico, making it of strategic importance.


The National Intelligence Council estimates that African oil imports to the United States will rise to 25 percent of total imports by 2015. As Congressman Jefferson put it:


Last year there were eight billion barrel finds of oil in the world; seven of those were off the coast of West Africa. When reserves in the Middle East are compared to the reserves in Africa, all I can say is that we don’t quite know what we’re talking about. No one knows yet how much oil there is off the West Coast of Africa or in West Africa. If you asked this question five years ago, we would have stated a very different reserve number than we would state now, because of what has happened with technology.


There is a need to reshape a new U.S. national security policy for Sub-Saharan Africa facilitating economic and political development. Such an initiative would be based on a West African regional economic engine driven by large petroleum revenues from producing states such as Nigeria, Angola, Equatorial Guinea, Gabon and Congo (Brazzaville). Nigeria, especially, as Washington’s largest African trading partner and despite its difficulties with governance and transparency, could emerge as the pivotal actor, regional economic engine and stabilizer. By providing the United States and other markets with a steady and secure flow of high quality, reasonably priced African crude, dependency on hostile or unstable suppliers in other parts of the globe would diminish.


The nexus between increased investment in petroleum exploration and production and the economic growth of African states was noted by several speakers. Professor Terry Karl of Stanford University and John Flynn of ChevronTexaco U.K. agreed that developmental strategies derived from oil revenues required a sensible calculus for the application of the principles of good governance and the institutionalization of political and economic reforms. Flynn said:


Over the last year or so we’ve been discussing with the State Department and the Foreign Office the introduction of voluntary principles on the conduct of companies providing security for the oil facilities. Unless those companies act within certain fairly rigorous terms, they can cause tremendous problems.


Such principles aim to create a suitable environment for sustained economic investment and human rights. According to media reports, ChevronTexaco, Shell, Conoco, BP, Rio Tinto and McMoran have already endorsed these principles known as the Voluntary Principles on Security and Human Rights developed by the U.S. State Department, by the UK Foreign Office and various private sector, labor and human rights groups.


Professor Karl suggested that transparency and accountability are essential preconditions for the effective use of oil revenues in developmental strategies, saying:


Oil can be a force for development or it can be a major impetus for war. . . The issue is how to make sure that oil is a force for development rather than the excrement of the devil.

Her recommendation that national oil trusts be established where revenues are targeted towards infrastructure, education, health and welfare of local populations was endorsed by Chairman Royce. Royce said that oil companies, NGOs, governments and multilateral agencies could work together in a partnership to overcome the problem of weak national institutions attempting to manage the efficient exploitation of their natural resources.


As a consequence of the impending interplay of U.S. energy security interests and African economic developmental goals, the United States is on the verge of an historic, strategic alignment with West Africa. With projections of over 2.5 million barrels a day in African oil to the American market by 2015, the ambitious goals of the Bush administration’s national energy policy for major diversification of oil supply are within reach. The shift in global energy patterns characterized by massive new production levels in Russia, the Caspian Basin, South America, and West Africa, is contributing to America’s reevaluation of its global alliance system. Within this context, AOPIG believes that West Africa is being projected onto center stage in global affairs.


As the Gulf of Guinea emerges as a new energy center of gravity and a vital U.S. interest, Washington needs to work with its regional allies to develop a practical set of foreign policy initiatives underpinning a long-term alignment. These initiatives could provide for a U.S-West Africa relationship defined by:


1. A new and vigorous focus on U.S.-military cooperation in sub-Saharan Africa, to include design of a sub-unified command structure which could produce significant dividends in the protection of U.S. investments, improving the level of military professionalism and subordination of African militaries to civil leadership, and in cooperatively confronting and eliminating global and regional terrorism;


2. Large scale U.S. capital investment in regional infrastructural projects such as the Chad-Cameroon (oil) and West Africa (gas) pipeline projects leading to economic diversification in the agro-business, hydrological and manufacturing sectors;


3. Expansion of the ideas articulated in the Africa Growth and Opportunity Act to effect the creation of a U.S.-Africa free trade agreement; and


4. A carefully measured and monitored U.S. commitment to debt forgiveness contingent upon bilateral partnerships promoting free market reforms in critical sectors such as energy, banking, and transportation, all the while recognizing that African states need to do their part to secure debt relief.


The United States has an opportunity to break from the politics of the geostrategic pressure of unstable or unfriendly oil-producing states by actively participating in the creation of a new zone of security and prosperity in a part of the world receptive to American presence. As Chairman Royce said:


We should follow up on the success of the Africa Growth and Opportunity Act, which has attracted hundreds of millions of dollars in direct foreign investment and created hundreds of thousands of jobs. . . . I am just back from Lesotho, South Africa and Namibia, and we saw factories that employ tens of thousands going up. We’ve seen a 17 percent increase in trade with Africa in the last six months. Also impressive is the transformation in African attitudes. African government officials, now believing that they have a chance in the global economy, are speaking passionately about creating better investment climates, including combating corruption, cutting red tape and improving governance. The energy sector is pleased by the AGOA-triggered reforms in customs services. AGOA should be used to leverage these improvements throughout the continent.


Energy Security: Recommendations


Africa provides the oil, helps us with human intelligence, helps with our access to the Middle East so we can have a forward presence. Our tradeoff has to be to help develop Africa with what makes our country work: transportation and information technology. That is the new deal I hope we can get out of this for Africa and the United States. That is where I think our national security interests are.

--Rep. William Jefferson (D-LA)


If recent history has a lesson, it is volatility. For example, few predicted the fall of the Soviet Union, the most geopolitically significant event in at least a generation, very far in advance. And no one saw September 11th coming. But in the resulting uncertain, multi-polar world, geography and geology are stabilizing influences. In the energy market, geography and geology argue for greater U.S. engagement in the Gulf of Guinea. As AOPIG member Robert Murphy put it, “Much of Africa’s oil is offshore, thereby insulated from domestic political or social turmoil, and can be delivered via open sea lanes devoid of canals or narrow straits.” These and other reasons persuade the AOPIG that American energy security is well-served by a coherent strategy that recognizes and utilizes West Africa as a means of diversification and price stabilization in the world energy market.


Any comprehensive plan to address energy security in the post-9/11 world must confront both short-term and long-term problems. West African energy producers offer some unique advantages in both of these categories.


The short-term problem is directly related to the current and potential conflict in the Middle East and its geopolitical effect on major U.S. oil suppliers. As previously noted, West Africa currently supplies 15 percent of American oil imports, a figure the National Intelligence Council (NIC) expects to rise to 25 percent by 2015. Establishing an improved regional security framework will accelerate American capital investment, which in turn will increase African production capacity. Because the limiting variable in many West African production equations is infrastructure, production could, in this environment, increase even faster than the NIC anticipates.


With Middle Eastern suppliers openly discussing the possibility of embargo, as well as continued political instability in Venezuela, increasing and diversifying supply is a matter of national security. Moreover, it is a prerequisite to freedom of action in U.S. foreign policy. West Africa offers the quickest, most secure and least complicated potential for such an increase.


The U.S. should not be partnering with unpopular, undemocratic regimes. On the contrary, proper foreign policy would bolster American values with our allies and encourage democratic development. One way to achieve this is to engage with energy-producing countries in a way that fosters and encourages the development of a middle class, rather than allowing petro-dollars to flow into the hands of a small number of corrupt leaders and their associates. As Murphy stated at the symposium:


Oil is one of the few things that guarantees a transfer of wealth from the developed to the developing world. The presence of oil creates opportunities for constructive engagement, transfer of technology, and the development of infrastructure and human capital.


Specific means of capitalizing on these opportunities will be discussed in the next section; here will suffice the observation that such considerations serve long-term U.S. energy security as well as African development. African oil is not an end, but a means: a means to both greater American energy security and more rapid African economic development.


African energy must be approached with a regional strategy tempered by nation-specific tactics. Many challenges that African countries face, both in energy production and generally, are common to most or all of the nations in the region. Lack of infrastructure, health facilities, land privatization and clean water, as well as the AIDS pandemic, are all problems that will require regional cooperation to solve. A case in point is the role of legally protected land ownership as a key ingredient to successful market economy development. Efforts to promote private sector economic development, such as oil, depends in part on fast, accurate and clearly defined legal rights in land and on accurate, systematic demarcation of legal boundaries between tracts of land. Readily transferable titles to property will stimulate the flow of private capital for mortgages and the financing of economic development. As the Chairman of Stewart Title, Malcolm Morris, said:


Good and indefeasible land titles form the basis for the development of a healthy real estate-based economy in a country. When people have no place to call their own, it leads to unrest and tension.


America can provide the leadership, trade and support in achieving development of these greatly needed infrastructures.


At the same time, individual countries have specific problems that their neighbors do not share; Gabon, for example, is facing the depletion of its oil reserves, or at least of the reserves that are accessible through conventional recovery techniques.


Complementing proposed regional security initiatives, AOPIG offers the following recommendations for maximizing the effect of African hydrocarbons on increased American energy security:


1. Enhanced Oil Recovery Techniques: African oil-producing nations and concerns must be encouraged and educated in techniques of Enhanced Oil Recovery. This will maximize economic benefit over time to African nations, maintain diversity of supply, and utilize all of the oil available. Conventional recovery often leaves as much oil behind as it removes; this kind of waste is not in the best interest of developing nations; moreover, it is not in the U.S. interest of maximum supply diversification. Currently, oil companies enjoy tax writeoffs for the ownership of fields that are defined as spent, but which actually still contain substantial reserves. Legislation should be passed to end this failure to recognize new technology. Indeed, companies should be offered tax credits for pursuing enhanced recovery in so-called “brown fields,” or for releasing land rights to other companies willing to extract the residual oil. Gabon, with its reserve-depletion issue, would be a good place to start this process.


2. Regional Cooperation and Debt Relief: Cross-border projects, policy harmonization, free trade agreements and integrated pipeline and transmission networks on the continent are all vital to increasing regional energy sector cooperation and maximizing benefits to both producers and U.S. consumers. Many of these goals also serve the ends of improving governance, strengthening regional stability, and economic reform. Accordingly, debt relief negotiations should be linked to these issues. African nations seeking debt relief should be accommodated when they demonstrate dedication to and progress toward these goals.


3. Real Estate Privatization: Social stability and increased prosperity are created when businesses and private citizens own their own homes, land, and buildings and have good, clear, and transferable title to their property. Meeting Africa’s real estate privatization challenge is a necessary step toward attracting investment capital for oil and all other types of business development. Land titling and rule of law must be incorporated into U.S.-Africa dialogue as a prerequisite for the development of inland oil exploration and free market structures.


4. Gas Flaring: Throughout the region, natural gas is wasted in this manner, even as enormous quantities of wood are burned for heat, causing environmental degradation. Meanwhile, projections of U.S. gas demand indicate a coming deficit in supply. In the short term, U.S. interests are served by greater investment in capping gas flows currently being flared. Both American and indigenous companies should be encouraged to make this investment. In the long term, African nations also must be encouraged to work together to establish a regional gas grid. Such a grid would strengthen regional stability and economic interdependence; therefore, such encouragement should be made part of the Bush administration’s increase in targeted and limited foreign support this year to countries pursuing economic and political reform. Energy companies should be discouraged from flaring gas, through legislation and/or tax credits, as economic and technological development allows for the use of gas as a heating fuel.



African Developmental Strategies: Recommendations


“What is likely to happen if African countries…exploit oil in the context of very weak political and economic institutions? What is likely to happen is that oil will exacerbate profound political and economic crises…. It will lead to a reduction of the welfare of people in oil exporting countries. It will provoke violence and unrest. It will lead to the violation of rights. It will lead to the destruction of the environment. It will buffer authoritarian rule. That’s what will happen, again, if (oil investment) is inserted in weak political and economic and social institutions without interventions to see that something to the contrary occurs.”

--Professor Terry Karl, Stanford University


Oil investment in Africa has been no boon to the cause of economic and political development. Oil revenues have helped to prop up dictatorships (Nigeria under Sani Abacha), prolong wars (Angolan civil war), devastate residential environments (the Niger Delta), and obstruct transparency in commercial transactions (the primary reason for World Bank involvement in Chad-Cameroon Pipeline Project). Yet oil provides one of the few ways that wealth can be transferred from developed countries to the Third World. Mega-companies like ChevronTexaco and ExxonMobil now concentrate on providing extensive social and community benefits to affected oil producing areas and employees. Small, adventurous companies like Vanco are exploring, and often finding, favorable seismic attributes for oil development from Senegal to Madagascar. Certain “majors” like Royal Dutch Shell, with its Washington office now claiming some American ownership, are compensating for their dismal record in Nigeria and other West African countries by implementing programs providing social and economic benefits to employees and other people living in areas of their ongoing African operations.


As Donald Norland, former Ambassador to Chad, pointed out in his April 18 testimony before Congress, (see Appendix 5) the Chad-Cameroon Pipeline Project is demonstrating the potential of joint public/private cooperation. Norland said,


The Chad Project is a bold new model for collaboration among private investors, the World Bank Group and the government of Chad. But these are not the only key players. Indeed, success will require keeping the project in the spotlight of public attention as well as under constant scrutiny and monitoring by outside groups: NGOs, human rights
and environmental organizations and the media. Scrutiny is the key to transparency. Transparency is, in turn, indispensable in guaranteeing that oil resources go – as prescribed by Chadian law and relevant agreements – to projects that reduce poverty while preserving the environment and advancing human rights. In short, to make sure that revenues go to benefit the people of Chad and not to private bank accounts.



Recognizing Chad’s place as the world’s fifth poorest country, the World Bank has joined ExxonMobil and ChevronTexaco in financing the pipeline. The World Bank has thus far succeeded in convincing Chad’s authoritarian President Deby to allow revenues from oil production to be placed in a reserved Trust for educational and social development. In addition, ExxonMobil and the other oil investors have accepted the recommendations of environmentalist NGO’s in laying the pipeline. ExxonMobil has even employed a team of anthropologists to communicate with Chadian residents displaced or otherwise affected by the pipeline.


But public sector financial organs like the World Bank are not the only way to pursue transparency, as AOPIG member Ponzi Watson, of Renaissance Management Group, pointed out:


One way to monitor is to back into it by looking at financing, which is the only point of entry that the private sector at large has. RMG works with banks in the U.S. to rehabilitate Nigerian financing instruments. This way, you can reach anti-corruption through the private sector.


1. Heritage Trust Funds: Encourage oil investors and African governments through tax incentives and debt relief to establish Heritage Trusts whereby all revenues over $16 (or whatever is deemed the average price per barrel over time) are placed in that Trust. When the price of oil is at that level or below, revenues would be shared by the partners
on a for-profit basis. Revenues above the agreed figure would be deposited in the Heritage Trust account in a bank agreed upon by both investor and government. The proceeds in the Trust would be used when the price of oil dips below the average, and for any emergency economic or ecological conditions.


2. Ancillary Economic Development: Proposed by Watson, this approach would earmark a certain percentage of the oil (or gas) investment for ancillary economic development. This initial payment would be set aside in trust for expenditures in education, agriculture, and other forms of social welfare or economic development.


3. Vertical and Horizontal Distribution: African governments could vertically pass down oil revenues to state and local governments and/or horizontally direct oil revenues from the central government to a trust in a holding bank agreed upon by the government and the investing companies (see above recommendations). Nigeria has already been successful with vertical distribution to its state governments, a positive action not given its due. These processes can be encouraged by debt relief or enhancement of AGOA.


4. The Chad-Cameroon Model: The replication of this model anywhere else in Africa is unlikely. However, there are various components of the Model that would benefit other investment/development linkages. The World Bank has clearly stated that it joined this project because of Chad’s extreme poverty; however, its experience with the Chadian government has been arduous and the Bank has little appetite for any similar engagements in the near future. Nonetheless, the apparently effective cooperation between the oil companies, the NGOs concerned with the environment, academic anthropologists and sociologists looking to apply their expertise for the good of African development, and the local community decision-makers in rural communities augurs well for such cooperation in future investment projects.


5. The NEPAD Model: South African President Thabo Mbeki’s touting of the New Economic Plan for African Development (NEPAD) provides an opportunity to promote regional support for oil/gas-induced development. Approaching regional organizations in the past has had mixed results. But with the popular success of AGOA and the new oil initiatives, now could be the time to spread the benefits of successful African developmental programs.


6. Ensuring Transparency: All oil-exporting states have not been forthcoming in showing publicly the amount of investments received by foreign oil companies and the amount of profits generated from the export of that oil or gas. U.S. oil companies should be encouraged, perhaps through tax incentives, to disclose all payments to the oilproducing governments. Diplomatic pressure should \be brought to bear to encourage other countries to require such reporting of their energy companies as well. As Global Witness, a corruption watchdog NGO, has stated: “You don’t know where the money’s gone when you don’t know what’s come in.” The World Bank has required such disclosure in its participation in the Chad-Cameroon Pipeline Project but it will not likely be a player in most African oil projects. Ruling elites have thus far generally refused to disclose their income and disbursement from foreign oil investment, proclaiming that such disclosure is an infringement on national sovereignty.


Most of these programs are a mix of inducements to keep the pressure on oil investors and African governments for the purpose of enhancing a more balanced African development. Oil investment has not had a good track record, but there are signs that current investment practices may be more successful in stimulating African development.


Regional Security: Recommendations


The importance of U.S. oil production in the Gulf of Guinea points to developing a strategy to protect this production from terrorism, and this raises critical concerns about the role of the U.S. military in the region and its relations with African militaries....In this respect, the relation of the Nigerian military and the members of ECOMOG is crucial.

--Chairman Ed Royce


On April 14, 2002, the Department of Defense announced its new global military command organization. In the plan, responsibility for coordinating military to military issues with African states remains divided between Central Command/CENTCOM (covering the Middle East and Southwest Asia) and European Command/EUCOM (covering Europe, Russia, the Atlantic and most of Africa, including Western and Southern Africa). This organizational construct does not optimize or focus diplomatic and military attention in sub-Saharan Africa, and the lack of a dedicated regional unified or sub-unified command to safeguard rapidly Spam American involvement in sub-Saharan Africa is a stark omission that may needlessly raise the risk to U.S. interests in Africa in coming years. (As recently as April 23, 2002, Nigerian and international workers were taken hostage on a ChevronTexaco oil rig off Western Nigeria by members of a nearby local community. Although the hostage drama was resolved peacefully and without injury, this type of event is a recurring problem due to lack of Nigerian off-shore security capabilities.)


AOPIG considers the Gulf of Guinea oil basin of West Africa, with greater western and southern Africa and its attendant market of 250 million people located astride key sea lanes of communication, as a “vital interest” in U.S. national security calculations. The Gulf of Guinea, as part of the Atlantic oil-bearing basin, surpasses the Persian Gulf in oil supplies to the U.S. by 2:1; moreover, it maintains significant deposits of critically important strategic minerals including chromium, uranium, cobalt, titanium, diamonds, gold, bauxite, phosphate and copper. The region is also characterized by underdeveloped hydrological, agricultural and fisheries resources. Failure to address the issue of focusing and maximizing U.S. diplomatic and military command organization will be perceived by many in Africa as a device of cultivated neglect by the world’s only superpower, and could therefore act as an inadvertent incentive for U.S. rivals such as China, adversaries such as Libya, and terrorist organizations like Al-Qaeda to secure political, diplomatic, and economic presence in parts of Africa. Such threat possibility from such actors exposes U.S. personnel and assets to heightened dangers and diminished opportunities. (A recent visit by Chinese president Zeming to Nigeria concluded agreements on Chinese assistance in developing Nigeria’s light weapons industry, oil refinery construction, power plants, and possible Chinese rehabilitation of Nigeria’s rail system). AOPIG strongly urges the Bush administration to adjust its regional security calculus on sub-Saharan Africa in coming years, through active sub-regional diplomatic focus via ambassadorial appointments to ECOWAS and other sub-regional security organizations, and through examination and creation of a new regional unified or sub-unified command.


The foundation of a new security structure already exists with EUCOM’s Africa Engagement Plan, which is committed to freedom of navigation, quick response to humanitarian crisis, rule of law, military professionalism, and subordination of African militaries to civil leadership. These operating principles have been exemplified by the formation of the African Crisis Response Initiative (ACRI), the Africa Center for Strategic Studies (ACSS), and the Joint Combined Education Training Program for small unit training. The U.S. military and diplomatic community has the ability to integrate these endeavors into a comprehensive regional security architecture, and this could be facilitated and expedited through a dedicated unified or sub-unified command organization.


A decision to conscientiously focus and organize U.S. security and diplomatic energies around sub-Saharan Africa security priorities would give official sanction to post-9/11 geopolitical realities and would help shift U.S. emphasis from costly and ineffectual crisis response to peace-time security cooperation. As a result, the regional security environment would be improved via increased engagement with African civil and military decision makers, enhanced anticipation of impending problems and a more accurate and in-depth understanding of the needs of our African partners. The establishment of a regional unified or sub-unified command provides the United States with proactive options for crisis management and prevention. Just as importantly, it would send a powerful signal of long-term U.S. commitment to regional stability and development.


The Economic Community of West African States (ECOWAS) is in particular a critical link for a successful U.S. regional security policy. U.S. diplomatic and military relationship with ECOWAS should be a priority, with a continuation and expansion of efforts such as EUCOM’s West African Stabilization Program and the appointment of a dedicated U.S. ambassador to ECOWAS. Such an approach will help all the countries of the region, producers and non-producers alike, to secure the proper political and investment climate in order to maximize their revenues for programmed economic development and democratic reforms.


AOPIG offers the following recommendations for the implementation of a regional security doctrine in West Africa:


1. National Security Priority: The Congress and the Administration declare the expanded Gulf of Guinea region of western and southern Africa as an area of “vital interest” to the United States.


2. Establishment of a Regional Command: While recognizing the desirability of a new regional command, bureaucratic and budgetary realities dictate an interim measure that can satisfy many, if not most of the goals attainable through a single CINC for Africa. The establishment of a sub-unified command with exclusive responsibility for the expanded Gulf of Guinea region, or all of sub-Saharan Africa, similar to U.S. Forces Korea, is a viable alternative that can be implemented in a cost-effective and timely manner. The commander would have CINC-like rank but be subordinate to EUCOM. The formation of such a force command organization would send a powerful signal to our regional friends that the United States is making a strategic commitment. Responsibilities under such a command would include safety for U.S. citizens, a focused emphasis on improving levels of military professionalism and national security capacity across the region, improved intelligence gathering and sharing, protecting sea lanes, monitoring and preventing illicit arms traffic, maintaining the region free from weapons of mass destruction as well as threats from transnational terrorist and criminal groups. All of these responsibilities have a direct impact on trade and long-term development of African economies and will improve mutually desired levels of trade and stability.


3. Forward Military Presence and Facilities: U.S. friends and allies in West and Southern Africa largely have little or no bluewater naval capabilities, and find it difficult to survey and secure their coastal waters, whether to secure legitimate trade and sea traffic, to combat illegal arms and other transfers, or to monitor their fisheries. To assist in this capability, and to safeguard increasing volumes of petroleum shipments from producing states, the U.S. should give serious consideration to increased force presence and the establishment of a regional homeport, possibly on the islands of the Republic of Sao Tome and Principe centered in the Gulf. A forward military presence would not only help deter potential threats but also enhance U.S. credibility by facilitating increased naval visits to western and southern African ports, improving military-tomilitary contacts and building long-term and professional military capacity to secure national borders and economic zones.


4. U.S./ECOWAS Regional Security Doctrine: Many key leaders in Western Africa and the expanded Gulf of Guinea region have committed to a democratic process, rule of law and achieving smaller, more professional, capable, and civilian controlled militaries. Nigeria, Senegal and Ghana, among others, have taken a leading role in support of the American position towards the Congo, Liberia, Sierra Leone, Zimbabwe and the war on terrorism. ECOWAS’s regional peacekeeping efforts have been praised for maintaining stability in difficult circumstances. A U.S.-ECOWAS condominium on regional security issues is critical to overall regional stability and the formation of a new regional architecture. The United States should consider a security-oriented engagement with ECOWAS as the prerequisite for a strong regional doctrine that would support regional stability and economic growth. A regionally focused security assistance would include improved base and port facilities, increased support for regional defense attaché offices, enhancement of crisis response capabilities of the national and regional militaries, coastal patrol, border security, and brown water naval capabilities. The program could include significantly upgraded military to military (including pilot) training as well as the transfer of selected military hardware: coastal patrol vessels, helicopters, air transport, trucks, APCs and new surveillance platforms. This would greatly assist in the strengthening of regional capabilities, thus preempting the necessity to deploy U.S. troops when security issues arise






CITA
El petróleo africano: Una Prioridad para Seguridad nacional estadounidense y para el desarrollo africano.

Todas las citas de este artículo, salvo que se designe de otra manera, es del 25 de enero de 2002 del simposio del Institute for Advanced Strategic & Political Studies, El petróleo africano: Una prioridad para seguridad nacional estadounidense y para el desarrollo africano.


Lista de Recomendaciones

Seguridad energética

1. Las naciones africanas deberían ser educadas, y las empresas implicadas animadas a conseguir técnicas de recuperación mejoradas para tener acceso a todo el petróleo disponible en la región.

2. EE UU debería animar la cooperación regional entre naciones en el sector de energía ofreciendo la condonación de la deuda exclusivamente a países que hayan demostrando compromiso y progreso en esta área.

3. La propiedad privada debería ser acentuada por EE UU como una política fundamental para ser adoptada por Estados africanos que procuran atraer inversiones de capital, en particular en el sector de energía.

4. Las empresas estadounidenses deberían ser animadas a realizar inversiones con el objeto de descubrir bolsas de gas, y países africanos para conseguir el establecimiento de una red regional de gas.


Estrategias de Desarrollo

5. Se deberían establecer fondos de inversiones que recibirían los ingresos del petróleo por encima de 16 dólares por barril, y una parte de los beneficios si los ingresos del petróleo están por debajo de 16 dólares por barril.

6. Asimismo, en este sentido un porcentaje de la inversión del petróleo y del gas debería ser destinado al desarrollo económico.

7. Se debería animar a los gobiernos africanos a través del alivio de la deuda o la intensificación del AGOA (African Growth and Opportunity Act) a distribuir los ingresos tanto horizontalmente como verticalmente.

8. La cooperación entre gobiernos, organizaciones no gubernamentales y compañías petroleras incorporadas en el Proyecto de oleoducto Chad-Camerún debería ser redefinida y estudiada como modelo, al menos en parte para el uso a otros proyectos africanos del petróleo.

9. El Nuevo Plan Económico para el Desarrollo africano (NEPAD) es otro modelo valioso y sus provisiones deberían en lo posible ser aplicadas en la siguiente oleada de iniciativas relacionadas con el petróleo.

10. Se debería animar a las compañías petroleras estadounidenses, quizás a través de incentivos fiscales, a publicar en sitios Web públicos, todos los pagos a los gobiernos de productores de petróleo


Seguridad regional

11. El Congreso y la Administración deberían declarar Golfo de Guinea un área " de Interés Vital " para EE UU.


12. Una sub-Jefatura regional, similar a las Fuerzas estadounidenses en Corea, debería establecerse en el área.


13. La sub-Jefatura regional debería considerar seriamente el establecimiento de una base naval, posiblemente a las islas de Santo Tomé y Príncipe


14. Se debería ser establecer un pacto nigeriano-estadounidense sobre cuestiones de seguridad regionales para conseguir hacer la zona más segura y en consecuencia más atractiva por la inversión directa extranjera.



Introducción

El petróleo africano debería ser tratado como una prioridad para la seguridad nacional estadounidense después del 11 de septiembre, y pienso que después de esta fecha las fuentes tradicionales de petróleo no son tan seguras como antaño. La energía africana es crucial para al desarrollo africano. Proporciona una corriente de ingresos que debería suministrar el capital necesario para el crecimiento de las economías africanas rompiendo el ciclo de pobreza que atenaza al continente. No hay ninguna razón para qué países productores de petróleo africanos no aprovechen el African Growth and Opportunity Act (AGOA) para diversificar sus economías.

--U.S. House of Representatives Subcommittee on Africa Chairman Ed Royce (R-CA)1


La cuestión es de qué países productores de petróleo dependemos. La respuesta que sale de todas estas discusiones es que nuestros mejores aliados están en África Occidental por muchos motivos que he mencionado y por el compromiso con la democracia. Aunque pueda haber aciertos y fallos, sin embargo hay un compromiso. África Occidental es más cercana, haciéndolo más fácil mover las materias primas desde allí hasta aquí; los recursos tienen acceso al mar. Por lo general se trabaja bastante bien si se puede salir a mar abierto.

--Congressman William Jefferson (D-LA)

El petróleo africano es de interés estratégico nacional para nosotros, y esto aumentará y se hará más importante en lo sucesivo.

---U.S. Assistant Secretary of State Walter Kansteiner III

En Washington se ha tenido durante mucho tiempo la percepción que los Estados Unidos no tienen ningún interés vital en el África Subsahariana. Nada más lejos de la realidad. Dado que la política y las condiciones de seguridad del Golfo Pérsico se deterioran, la disponibilidad de fuentes seguras y alternativas de petróleo para el mercado americano crece. El petróleo africano esta emergiendo en la política estadounidense como una alternativa que proporcione una fuente segura de energía.


El 25 de enero, el Instituto para los Estudios Avanzados Estratégicos y Políticos (IASPS) sostuvo un simposio en Washington sobre la cuestión de la prioridad en la seguridad nacional de los Estados Unidos y el petróleo africano. Que una cuestión crítica se estuviera discutiendo indicaba la vuelta de expertos de la industria petrolera, la academia, think tanks, Congreso y el cuerpo diplomático. Varios oradores de diversas tendencias acentuaron la importancia estratégica de la capacidad productora de petróleo del África Occidental a las exigencias de la seguridad energética americana incrementada tras el 11 de septiembre. El simposio creó un consenso general que si la política energética americana incorporarse el petróleo africano, los EE UU conseguiría diversificar sus recursos de energía. Además, si los ingresos del petróleo eran transparentes, los ingresos generados podrían proporcionar un desarrollo sostenible a los países africanos.


Fuera de este simposio surgió un grupo de trabajo llamado African Oil Policy Initiative Group (AOPIG). Este grupo incluía a representantes de la Administración, Congreso, el Senado, consultores internacionales, y compañías petroleras, y otros inversores estadounidenses. Utilizando la experiencia de los participantes, el grupo de trabajo creó las recomendaciones incluidas en el presente documento.


Las estadísticas oficiales indican que el 15.3 por ciento de importaciones de petróleo estadounidenses viene de África y se estima en 10 mil millones de dólares las inversiones petrolíferas estadounidenses que fluirían hacia África occidental en 2003. Con 1.5 millones de barriles por día, la cantidad de petróleo de África occidental que fluye a los Estados Unidos se acerca o excede el volumen de las importaciones estadounidenses de Arabia Saudí. Nigeria es el sexto exportador de petróleo mundial y el quinto proveedor crudo de EE UU con más de 900,000 b/d, mientras Angola, a pesar de los años de conflicto civil, puede producir cerca de un millón de b/d en 2002. Se han producido recientes descubrimientos de importancia significativa en la costa de Guinea Ecuatorial, Congo (Brazzaville) y Costa de Marfil, así como en áreas no tradicionalmente asociadas con el Golfo de Guinea, como Sudáfrica, Namibia y Mauritania. El Vicepresidente de Vanco Energy, Janice Van Dyke Walden , describió el potencial en el exterior de su empresa:


Las reservas potenciales cuentan 8 mil millones de barriles de petróleo solamente de Vanco; 1.26 mil millones de barriles podrían estar en Guinea Ecuatorial, 3.2 mil millones en Marruecos, 2.9 mil millones en Namibia, y quinientos millones en la Costa de Marfil. Si compara nuestra área explotada, y la superpone al Golfo de México vería que esto es aproximadamente el 75 por ciento de lo que se explota en las aguas profundas del Golfo de México, y esto es solamente para una sola empresa. Luego nuestro interés está claramente en África, y el potencial en aguas profundas allí es fantástico…

Tal incremento en el nivel de exploración y producción representa una inversión de capital estadounidense significativa. Según la Energy Information Administration del Departamento de Energía estadounidense, importaremos en el año 2020 más de 770 millones de barriles de petróleo africano al año. Hacia 2003, la inversión en la industria petrolera africana excederá 10 mil millones de dólares por año. Entre dos terceras partes y tres cuartas partes de nuestra inversión extranjera directa en África en la próxima década estará en el sector de energía.


Este extraordinario crecimiento del sector de la energía de África occidental incita Washington a reexaminar su estrategia y prioridades de seguridad en el África Subsahariana. La perspectiva que esto puede culminar en una declaración explícita americana de un compromiso múltiple (regional y seguridad energética, y estrategia de desarrollo) con la región de Golfo de Guinea rica en petróleo, podría cambiar radicalmente los tradicionales cálculos geopolíticos basados en la producción petrolífera y el suministro. Un reciente resumen desclasificado del Departamento de Defensa sobre esta cuestión sostiene:


El África Occidental es una región de producción que permite a las compañías petroleras una capacidad de producción suficiente para hacer frente a las oscilaciones de la fluctuante demanda mundial… El petróleo africano es de alta calidad, de fácil acceso a cierta distancia de la costa, y esta bien situado para el suministro del mercado norteamericano. Se espera que la producción en dos de los principales estados (Nigeria y Angola) pueda doblarse o triplicarse en los próximos 5-10 años. Actualmente Nigeria y Angola proporcionan tanto petróleo a EE UU como Venezuela o México, lo que le da una gran importancia estratégica.


El National Intelligence Council estima que importaciones de petróleo africanas a los Estados Unidos se elevarán al 25 por ciento de las importaciones totales hacia 2015. Como el Diputado Jefferson señala:

El año pasado se descubrieron ocho mil millones de barriles del aceite en el mundo; siete fueron de la costa de África Occidental. Cuando las reservas en el Oriente Medio se comparan a las reservas en África, todo que puedo decir es que no sabemos lo bastante de qué hablamos. Nadie conoce aún cuanto petróleo hay de la Costa de Oeste de África o en África Occidental. Si usted hiciese esta pregunta hace cinco años, habríamos declarado unas reservas muy diferentes de las que declararíamos ahora, debido al avance de la tecnología.


Hay una necesidad de establecer una nueva política de seguridad nacional estadounidense para África Subsahariana que facilite el desarrollo económico y político. Tal iniciativa estaría basada en un motor económico regional de África occidental conducido por los grandes ingresos de petróleo producidos por estados como Nigeria, Angola, Guinea Ecuatorial, Gabón y Congo (Brazzaville) Nigeria y, sobre todo, por Washington el mayor aliado de África, a pesar de las dificultades con los gobiernos y la transparencia, podría surgir como el actor fundamental, el motor económico regional y el agente estabilizador de la zona. Proporcionando a los Estados Unidos y otros mercados un flujo estable y seguro de alta calidad, un crudo africano a precio razonable, la dependencia de proveedores hostiles o inestables en otras partes del globo disminuiría.


La conexión entre el incremento de la inversión en la exploración de petróleo y la producción y el crecimiento económico de estados africanos fue señalada por varios oradores. El profesor Terry Karl de Stanford University y John Flynn de ChevronTexaco U.K coincidieron en que las estrategias de desarrollo sacadas de ingresos del petróleo requieren un cálculo sensible para el uso de los principios de buena gobernación y la institucionalización de reformas políticas y económicas. Flynn dijo:


Durante el año pasado hemos estado hablando con el State Department y el Foreign Office acerca de la introducción de principios voluntarios en la conducta de empresas que proporcionan la seguridad para las instalaciones del petróleo. A no ser que estas empresas actúen dentro de ciertas condiciones rigurosamente correctas, pueden causar problemas enormes.

Tales principios apuntan a crear un ambiente favorable a la inversión económica sostenida y a los derechos humanos. Según reportajes periodísticos, ChevronTexaco, Shell, Conoco, BP, Rio Tinto and McMoran ya han aprobado estos principios conocidos como los Principios Voluntarios sobre la Seguridad y Derechos humanos desarrollados por el Ministerio de Asuntos Exteriores estadounidense, por el Ministerio de Asuntos Exteriores británico y otros del sector privado y grupos de derechos humanos.

El profesor Karl sugirió que la transparencia y la responsabilidad sean condiciones previas esenciales para el empleo eficaz de ingresos del petróleo en estrategias de desarrollo, diciendo:


El petróleo puede ser una fuerza para el desarrollo o puede ser el motivo principal para la guerra... La cuestión es como asegurarse que el petróleo es una fuerza para el desarrollo más bien el excremento del diablo.


Su recomendación que el petróleo nacional debe dirigirse donde los ingresos son invertidos en infraestructura, educación, salud y el bienestar de poblaciones locales fue aprobada por el Presidente Royce. Royce dijo que las compañías petroleras, las organizaciones no gubernamentales, gobiernos y agencias multilaterales podrían trabajar juntos en una alianza para vencer el problema de instituciones nacionales débiles que intentan manejar la explotación eficiente de sus recursos naturales.


Como una consecuencia de la interacción inminente de intereses de seguridad energética estadounidenses y los objetivos africanos económicos del desarrollo, los Estados Unidos están al borde de una alineación estratégica histórica con África Occidental. Con las proyecciones de más de 2.5 millones de barriles por día de petróleo africano en el mercado americano hacia 2015, los ambiciosos objetivos de la política de energía nacional de la administración de Bush para la diversificación del suministro de petróleo esta al alcance de la ano. El cambio en el modelo de energía global caracterizado por nuevos niveles de producción masivos en Rusia, el Caspio, Sudamérica, y África Occidental, esta contribuyendo a una reevaluación del sistema americano de alianza global. Dentro de este contexto, AOPIG cree que África Occidental está siendo proyectada al centro de los asuntos globales.


Así el Golfo de Guinea surge como un nuevo centro de gravedad de la energía y un centro de interés vital estadounidense, Washington tiene que trabajar con sus aliados regionales para desarrollar un juego práctico de iniciativas de política exterior que sostengan una alineación a largo plazo. Estas iniciativas podrían asegurar una relación de Estados Unidos-África Occidental definida por:


1. Un nuevo y vigoroso foco de la cooperación del Ejército de los Estados Unidos en África subsahariana, incluyendo el diseño de una estructura de mando subunificada que podría producir dividendos significativos en la protección de inversiones estadounidenses, mejorando el nivel profesional militar y subordinación de militares africanos al mando civil, y en cooperar en la eliminación del terrorismo global y regional;

2. Centro de inversión de capital de los EE UU en proyectos regionales de infraestructuras como el Chad-Camerún (petróleo) y África Occidental (gas) proyectos de oleoductos que conducen a la diversificación económica en el sector agrícola, hidrológico y de la fabricación;


3. Expansión de las ideas articuladas en el África Growth and Opportunity Act para efectuar la creación de un acuerdo de libre comercio de EE-UU-África; y


4. Un compromiso moderado y supervisado por el órgano estadounidense para la condonación de la deuda basado en sociedades bilaterales que promueven el libre mercado y reformas en sectores críticos como la energía, la banca, y el transporte, sobre la base de reconocer que los estados africanos tienen que hacer su parte para asegurar el alivio de la deuda.


Los Estados Unidos tienen una oportunidad de romper con la política de presión geoestratégica con estados productores de petróleo inestables o poco amistosos participando activamente en la creación de una nueva zona de seguridad y prosperidad en una parte del mundo receptiva a la presencia americana. Como el Presidente Royce dijo:


Deberíamos seguir sobre el éxito del Africa Growth and Opportunity Act , que ha atraído cientos de millones de dólares en inversiones directas extranjeras y creado cientos de miles de empleos.... En Lesotho, Sudáfrica y Namibia vimos fábricas que hacían crecer el empleo. Hemos visto un aumento del 17 por ciento del comercio con África en los seis meses pasados. También es impresionante la transformación en actitudes africanas. Representantes gubernamentales africanos, creen ahora que tienen una posibilidad en la economía global, hablan apasionadamente sobre la creación de mejores climas de inversión, incluyendo el combate de la corrupción, recortando la burocracia y mejorando la gobernación. El sector de energía está satisfecho con las reformas provocadas por el programa AGOA en los servicios aduaneros. AGOA debería ser usado para extender estas mejoras en todas partes del continente.


Seguridad energética: Recomendaciones

África proporciona el petróleo, nos ayuda con su inteligencia, ayuda con nuestro acceso al Oriente Medio luego podemos tener una presencia avanzada. Nuestra compensación debe ser ayudar a desarrollar África con lo que hace nuestro país: transporte y tecnología de la información. Es el nuevo reto espero que nosotros podamos llevarlo a cabo para África y los Estados Unidos. Es donde pienso que están nuestros intereses de seguridad nacional.


--Rep. William Jefferson (D-LA)

Si la historia reciente tiene una lección, es la volatilidad. Por ejemplo, pocos predijeron la caída de la Unión Soviética, el acontecimiento el más significativo geopolíticamente en al menos una generación, nadie lo predijo. Y nadie vio la llegada del 11 de septiembre. Pero en la marcha de un mundo incierto, multipolar, la geografía y la geología estabilizan influencias. En el mercado de energía, la geografía y la geología abogan por una mayor relación estadounidense en Golfo de Guinea. Como el miembro de AOPIG Robert Murphy señalo, " la mayor parte del petróleo de África es offshore, así se ve aislado de la confusión política o social doméstica, y puede ser entregado vía mar abierto desprovisto de canales o estrechos." Estos y otros motivos llevan al convencimiento de AOPIG que la seguridad energética americana esta bien servida según una estrategia coherente que reconoce y utiliza África Occidental como un medio de diversificación y la estabilización de precios en el mercado de energía mundial.


Cualquier plan que pretenda dirigir la seguridad del abastecimiento de energía en el mundo posterior al 11 de septiembre debe enfrentar tanto problemas a corto como a largo plazo. Los productores de energía de África occidental ofrecen algunas ventajas únicas en ambas categorías.


El problema a corto plazo esta directamente relacionado con el conflicto actual y potencial del Oriente Medio y su efecto geopolítico sobre los principales proveedores de petróleo de EE UU. Como antes se menciono, África Occidental actualmente suministra el 15 por ciento de importaciones de petróleo americanas, las previsiones del National Intelligence Council (NIC) espera una elevación del 25 por ciento hacia 2015. El establecimiento de un mejorado marco de seguridad regional acelerará la inversión de capital americano, que a su vez aumentará la capacidad de producción africana. Como la variable restrictiva en muchas ecuaciones de producción de África occidental es la infraestructura, la producción, en este entorno, podría aumentar aún más rápido que lo que el NIC prevé.

Con proveedores del Medio Oriente que hablan abiertamente de la posibilidad de embargo, así como la inestabilidad política continua de Venezuela, el aumentar y diversificar el suministro es un asunto de seguridad nacional. Además, esto es un requisito previo a la libertad de acción en la política exterior estadounidense. África Occidental ofrece el potencial más rápido, más seguro y menos complicado para tal aumento.


Los EE UU no deberían ser socios de regímenes impopulares, no democráticos. Al contrario, la política exterior correcta sostendría valores americanos con nuestros aliados y animaría el desarrollo democrático. Un modo de alcanzar esto es de contratar con países que producen energía y a la vez promueven y animan el desarrollo de una clase media, en vez de permitir que los petrodólares vayan a parar a las manos de un pequeño número de líderes corruptos y sus socios. Como Murphy indicado en el simposio:

El petróleo es una de las pocas cosas que garantiza una transferencia de riqueza del mundo desarrollado al mundo en desarrollo. La presencia del petróleo crea oportunidades para acuerdos constructivos, transferencia de tecnología, y desarrollo de infraestructura y de capital humano.


El medio específico de capitalización de estas oportunidades será discutido en la sección siguiente; aquí bastará señalar que tales consideraciones sirven a la seguridad de energía estadounidense a largo plazo así como el desarrollo africano. El petróleo africano no es el fin, sino el medio: medio tanto para una energía americana más segura como para desarrollo económico africano más rápido.


El acercamiento a la energía africana debe ser realizado con una estrategia regional adaptada de forma específica para cada nación. Muchos desafíos en los países africanos, tanto en la producción de energía como en general, son comunes a la mayoría o a todas las naciones en la región. La carencia de infraestructura, instalaciones sanitarias, la privatización de tierra y el agua limpia, así como la pandemia de SIDA, son problemas que requerirán de una cooperación regional para solucionarlos. Un ejemplo es el papel de la propiedad legalmente protegida como un ingrediente clave para el desarrollo de economía de mercado. Los esfuerzos para promover el sector privado en el desarrollo económico, como el petróleo, dependen en parte sobre derechos rápidos, exactos y claramente definidos sobre la tierra y sobre la demarcación exacta, sistemática de fronteras legales entre las extensiones de tierra. Títulos fácilmente transferibles con la propiedad estimularán el flujo de capital privado para hipotecas y la financiación de desarrollo económico. Como el Presidente de Stewart Title, Malcolm Morris, dijo:


Buenas e inalienables escrituras forman la base para el desarrollo de una verdadera economía sana en un país. Cuando la gente no tiene ningún lugar que considere propio, conduce al malestar y la tensión.


América puede proporcionar el mando, el comercio y el apoyo para alcanzar el desarrollo de estas infraestructuras enormemente necesarias.


Al mismo tiempo, determinados países tienen problemas específicos que sus vecinos no comparten; Gabón, por ejemplo, afronta el agotamiento de sus reservas de petróleo, o al menos de las reservas que son accesibles por técnicas de recuperación convencionales.


Complementando propuestas regionales de iniciativas de seguridad, AOPIG ofrece las siguientes recomendaciones para maximizar el efecto de hidrocarburos africanos aumentando la seguridad de la energía americana:


1. Técnicas de Recuperación de Petróleo Mejoradas: Se debe animar a las naciones africanas productoras de petróleo y enseñar Técnicas de Recuperación de Petróleo Mejoradas. Esto maximizará con el tiempo la ventaja económica de las naciones africanas, mantendrá la diversidad de suministro, y utilizará todo el petróleo disponible. La recuperación convencional deja a menudo tanto petróleo detrás como el que obtiene; esta clase de gasto no es interesante en los países en vías de desarrollo; además, no está dentro del interés estadounidense de diversificación de suministro. Generalmente, las compañías petroleras disfrutan del factor de agotamiento para los campos que son declarados como acabados, pero que en realidad todavía contienen reservas sustanciales. La legislación debería cambiarse para dar paso a la nueva tecnología. Ciertamente, se deberían ofrecer créditos fiscales a empresas para conseguir la recuperación en el caso de" campos marrones, " o dar exenciones a otras empresas dispuestas de extraer el petróleo residual. Gabón, con su publicación de agotamiento de la reserva, sería un buen lugar para comenzar este proceso.


2. Cooperación Regional y Condonación de deuda: Proyectos fronterizos, armonización política, acuerdos de libre comercio, oleoductos integrados y redes de transmisión sobre el continente son vitales para el aumento de la cooperación en el sector de energía regional y maximizar las ventajas de productores africanos y consumidores estadounidenses. Muchos de estos objetivos también sirven a los fines de mejorar la gobernación, reforzando la estabilidad regional, y la reforma económica. Las negociaciones para la condonación de la deuda deberían estar vinculadas a estas cuestiones. Las naciones africanas que buscan el alivio de la deuda deberían estar en mejor condición cuando demuestren su dedicación y progreso hacia estos objetivos.


3. Privatización Inmobiliaria: La estabilidad social y el incremento de la prosperidad aparecen cuando los negocios y ciudadanos privados poseen sus propias casas, tierra, y edificios y tienen escrituras en regla, claras, y transferibles con su propiedad. La reunión del desafío de privatización inmobiliario del África es un paso necesario hacia la atracción de la inversión de capital para el petróleo y todos los tipos de desarrollo comercial. El titulo de la tierra y la autoridad de la ley deben ser incorporadas en el diálogo de EE-UU-África como un requisito previo para el desarrollo de exploración interior del petróleo y las estructuras de libre mercado.


4. Llamaradas de gas: En todas partes de la región, el gas natural se quema, de igual forma enormes cantidades de madera son quemadas para calentarse, causando la degradación ambiental. Mientras tanto, las proyecciones de demanda de gas estadounidense indican un déficit en el suministro. A corto plazo, los intereses estadounidenses están dirigidos a una mayor inversión en obtener flujos de gas que actualmente se quema. Tanto las empresas americanas como indígenas deberían hacer esta inversión. A largo plazo, se debe animar a las naciones africanas a trabajar juntos para establecer una red regional de gas. Tal red reforzaría la estabilidad regional y la interdependencia económica; por lo tanto, tal estímulo debería ser hecho por parte de la administración de Bush estableciendo el objetivo y limitado el apoyo exterior este año a países que persiguen la reforma económica y política. Las empresas de energía deberían ser desalentadas de quemar el gas, por la legislación y/o créditos fiscales, dado que el desarrollo económico y tecnológico permite para el empleo de gas como un combustible para calefacción.


Estrategias africanas de Desarrollo: Recomendaciones

¿"Qué ocurriría si los países africanos…explotan el petróleo en el contexto de instituciones políticas y económicas muy débiles? Probablemente ocurriría que el petróleo exacerbará crisis políticas y económicas profundas. Esto conducirá a una reducción del bienestar de la gente en los países que exportan petróleo. Esto provocará violencia y malestar. Conducirá a la violación de derechos. Conducirá a la destrucción del ambiente. Protegerá regimenes autoritarios. Esto es que pasará, otra vez, si (la inversión en petróleo) se inserta en instituciones políticas, económicas y sociales débiles sin ningún control para ver que algo contrario ocurre. "

- Profesor Terry Karl, Universidad de Stanford


La inversión en petróleo en África no ha sido ninguna bendición a causa del desarrollo económico y político. Los ingresos del petróleo han ayudado a apoyar dictaduras (Nigeria bajo Sani Abacha), prolongan guerras (la guerra civil angoleña), devastan ambientes residenciales (el Delta del Níger), y obstruyen la transparencia en transacciones comerciales (la razón principal de la participación de Banco mundial en el Proyecto de Oleoducto de Chad-Camerún). Aunque el petróleo proporciona uno de los pocos caminos por donde la riqueza puede ser transferida de países desarrollados al Tercero Mundo. Las megaempresas como ChevronTexaco y ExxonMobil ahora se concentran en que las ventajas de petróleo lleguen a la comunidad. Empresas pequeñas, aventureras como Vanco exploran, y a menudo encuentran, situaciones favorables para el desarrollo del petróleo desde Senegal a Madagascar. Ciertos "mayores" como la Royal Dutch Shell , con su oficina de Washington ahora reclama alguna propiedad americana, para compensar su triste paso por Nigeria y otros países de África occidental poniendo en marcha programas que proporcionan ventajas sociales y económicas a empleados y otra gente africana que vive en las áreas de sus operaciones en curso.


Donald Norland, ex-Embajador en Chad, indico en su testimonio el 18 de abril ante el Congreso, (mirar el Apéndice 5) el Proyecto de Oleoducto entre Chad-Camerún es la demostración del potencial de cooperación conjunta pública/privada. Norland dijo:


El proyecto del Chad es un valiente nuevo modelo para la colaboración entre inversionistas privados, el Grupo del Banco Mundial y el gobierno de Chad. Pero estos no son los únicos personajes clave. De verdad, el éxito requerirá que el proyecto este bajo la atención pública así como una intervención constante y la supervisión por grupos exteriores: Organizaciones no gubernamentales, derechos humanos y organizaciones ambientales y medios de comunicación. El examen constante es la llave de la transparencia. La transparencia es, a su vez, indispensable para garantizar que los recursos de petróleo van - como esta prescrito según la ley chadiana y otros acuerdos relevantes - a los proyectos que reducen la pobreza conservando el medio ambiente y al avance de los derechos humanos. Hay que asegurarse que los ingresos van a beneficiar a la gente de Chad y no a cuentas bancarias privadas.



Siendo el Chad el quinto país más pobre del mundo, el Banco mundial ha unido ExxonMobil y ChevronTexaco en la financiación del oleoducto. El Banco mundial hasta ahora ha tenido éxito convenciendo al autoritario Presidente Deby de permitir que los ingresos de la producción petrolífera puedan ser colocados en una cuenta reservada para el desarrollo educativo y social. Además, ExxonMobil y otros inversionistas del petróleo han aceptado las recomendaciones de una organización no gubernamental ecologista en el trazado del oleoducto. ExxonMobil ha incluso empleado un equipo de antropólogos para comunicarse con residentes chadianos desplazados o afectados de otra manera por el oleoducto.


Los órganos financieros del sector público como el Banco Mundial no es la única forma de conseguir trasparencia, como el miembro de AOPIG Ponzi Watson, del Renaissance Management Group, dijo:


Un modo de supervisar es controlar la financiación, que es el único punto de entrada que por lo general tiene el sector privado. RMG trabaja con bancos en EE UU para rehabilitar los instrumentos financieros nigerianos. De esta forma, se puede alcanzar la anticorrupción en el sector privado.


1. Fondos de inversión patrimoniales: Animar a inversionistas del sector petrolero y a los gobiernos africanos a través de incentivos fiscales y la condonación de la deuda a establecer Fondos patrimoniales que capten todos los ingresos superiores a 16 dólares (o con el tiempo con independencia del precio medio por barril). Cuando el precio del petróleo este en ese nivel o por debajo, los ingresos serían compartidos por los socios en base a los beneficios. Los ingresos encima de la cifra serían depositados en la cuenta del fondo patrimonial en un banco convenido tanto por el inversionista como por el gobierno. Los beneficios en el fondo serían usados cuando el precio del petróleo baja del promedio, y para cualquier condición económica o ecológica de emergencia.


2. Desarrollo Económico Auxiliar: Propuesto por Watson, esta propuesta destinaría un cierto porcentaje del petróleo (o el gas) a la inversión para el desarrollo económico auxiliar. Este pago inicial se dejaria en un fondo para gastos en educación, agricultura, y otras formas de asistencia social o el desarrollo económico


3. Distribución vertical y Horizontal: Los gobiernos africanos podrían transmitir ingresos del petroleo verticalmente a la administración local y/o horizontalmente dirigir ingresos del petróleo del gobierno central a un fondo en un banco convenido por el gobierno y las empresas de inversión (ver recomendaciones). Nigeria ya ha hecho una distribución vertical acertada con sus gobiernos estatales, una acción positiva dada su deuda. Este proceso puede animar al alivio de la deuda o la mejora del Africa Growth and Opportunity Act.


4. El Modelo Chad-Camerún: es muy difícil imitar este modelo en otra parte en África. Sin embargo, hay varios componentes del Modelo que beneficiaría otras situaciones de inversión/desarrollo. El Banco mundial ha declarado claramente que la unión en este proyecto se debió a la extrema pobreza de Chad; sin embargo, su experiencia con el gobierno chadiano ha sido muy difícil y el Banco tiene poco interés en otro contrato similar en un futuro próximo. Sin embargo, la cooperación eficaz entre las compañías petroleras, las organizaciones no gubernamentales preocupadas por el medio ambiente, antropólogos, académicos y sociólogos que miran para aplicar su experiencia en el desarrollo africano, y los funcionarios con poder de decisión de comunidad locales en zonas rurales augura un futuro para esta forma de cooperación en futuros proyectos de inversión.


5. El Modelo de NEPAD: El Presidente Sudafricano Thabo Mbeki anuncia el Nuevo Plan Económico para el Desarrollo africano (NEPAD) que proporciona una oportunidad de promover el apoyo regional al desarrollo a través del petróleo o del gas. El acercamiento a organizaciones regionales ha tenido en el pasado resultados dispares. Pero con el éxito popular del Africa Growth and Opportunity Act. y las nuevas iniciativas del petróleo, dan a entender que esta podía ser una buena oportunidad para extender las ventajas de programas africanos del desarrollo.


6. Asegurar la Transparencia: Los estados exportadores de petróleo no han publicado la cantidad de inversiones recibidas de las compañías petroleras extranjeras y la cantidad de ganancias generadas por la exportación del petróleo o gas. Se debería animar a las compañías petroleras estadounidenses, quizás por incentivos fiscales, revelar todos los pagos a los gobiernos productores de petróleo La presión diplomática debería utilizarse para animar a otros países a requerir tal información de sus empresas. Global Witness, una organización no gubernamental que lucha contra la corrupción, ha declarado: "Usted no sabe donde el dinero va si usted no conoce lo que ha entrado. " El Banco mundial ha requerido tal información en su participación en el Proyecto de oleoducto Chad-Camerún pero probablemente no será un actor en la mayoría de los proyectos africanos del petróleo. Las elites dirigentes hasta ahora generalmente rechazaban revelar los ingresos y la cuantía de la inversión extranjera en el sector petrolero, proclamando que tal revelación atenta contra la soberanía nacional.


La mayor parte de estos programas son una mezcla de estímulos para mantener la presión sobre los inversores del petróleo y los gobiernos africanos con el objetivo de mejorar un desarrollo africano más equilibrado. La inversión del petróleo no ha tenido buenos resultados, pero hay signos que otras formas de inversión pueden ser más acertadas en la estimulación del desarrollo africano.


Seguridad regional: Recomendaciones

La importancia de producción petrolífera estadounidense en Golfo de Guinea lleva a desarrollar una estrategia para proteger esta producción del terrorismo, y esto levanta críticas interesadas sobre el papel del ejército de los Estados Unidos en la región y sus relaciones con militares africanos.... En cuanto a esto, la relación de los militares nigerianos y los miembros de ECOMOG es crucial.


--Chairman Ed Royce

El 14 de abril de 2002, el Departamento de defensa anunció su nueva organización de mando global militar. En el plan, la responsabilidad de coordinar asuntos militares con otros militares de estados africanos divididos entre el Mando Central/CENTCOM (Oriente Medio y Asia Sudoeste) y el Mando Europeo/EUCOM (Europa, Rusia, Atlántico y la mayor parte de África, incluyendo Occidental y el África austral).Esta organización no optimiza o concentra la atención diplomática y militar en África subsahariana, y la carencia de un mando regional unificado o subunificado dedicado a salvaguardar la creciente participación americana en África subsahariana es una omisión que hay que corregir ya que puede comprometer los intereses estadounidenses en África en años venideros. (Recientemente el 23 de abril de 2002, trabajadores nigerianos e internacionales fueron tomados como rehenes en una plataforma petrolera ChevronTexaco de Nigeria Occidental por los miembros de una comunidad local cercana. Aunque la situación de los rehenes se resolvió de forma pacifica y sin heridos, este tipo de acontecimientos es un problema recurrente debido a la falta de capacidad de reacción nigeriana off-shore.)


AOPIG considera, que la cuenca de África Occidental del Golfo de Guinea, con un mercado potencial de 250 millones de personas con líneas de comunicación marítimas, como " un interés vital " para la seguridad nacional estadounidenses. El Golfo de Guinea, como la parte de la cuenca petrolífera Atlántica, sobrepasa al Golfo Pérsico en las provisiones de petróleo de EE UU en 2:1; además, tiene depósitos significativos de minerales estratégicos importantes incluyendo cromo, uranio, cobalto, titanio, diamantes, oro, bauxita, fosfato y cobre. La región también se caracteriza por un subdesarrollado hidrológico, agrícola y recursos de industria pesquera. El fracaso de dirigir esta cuestión y maximizar la organización de mando diplomática y militar estadounidense será percibido por muchos en África como una negligencia de la única superpotencia, y por lo tanto podría servir como incentivo para rivales de los estadounidenses como China, adversarios como Libia, y organizaciones terroristas como Al--Qaeda para asegurar la presencia política, diplomática, y económica en partes de África. Tal posibilidad expone al personal estadounidense a peligros en aumento a la vez que disminuye su posibilidad de reacción. (Una visita reciente por el presidente chino Zeming a Nigeria concluyó acuerdos sobre la ayuda china en el desarrollo de la industria nigeriana de armas ligeras, la construcción de una refinería de petróleo, centrales eléctricas, y la rehabilitación china del sistema ferroviario de Nigeria). AOPIG insta a la administración de Bush a ajustar sus cálculos de seguridad regional en África subsahariana en años venideros, a través de vías diplomáticas, nombramiento de un embajador en ECOWAS y otras organizaciones de seguridad subregionales, y por el análisis y la creación de un nuevo mando regional unificado o subunificado.


El establecimiento de una nueva estructura de seguridad ya existe con el EUCOM’s Africa Engagement Plan, que comprende la libertad de navegación, respuesta rápida en caso de crisis humanitaria, legislación, militares profesionales, y la subordinación de militares africanos al mando civil. Estos principios han sido ejemplificados por la formación de African Crisis Response Initiative (ACRI), the Africa Center for Strategic Studies (ACSS), y la Joint Combined Education Training Program for small unit training. El ejercito estadounidense y la comunidad diplomática tiene la capacidad de integrar estos esfuerzos en un sistema de seguridad regional, y esto podría ser facilitado e impulsado por una organización de mando unificada o subunificada.


Una decisión tendente a enfocar y organizar la seguridad estadounidense y las energías diplomáticas alrededor de la seguridad del África subsaharianas daría una sanción oficial a la realidad geopolítica surgida después del 11 de septiembre y ayudaría a resaltar la respuesta estadounidense en crisis costosas e inútiles para la cooperación en la seguridad en tiempos de paz. Por consiguiente, el ambiente de seguridad regional sería mejorado vía acuerdos con la sociedad civil y militar africana, la mejora de la anticipación ante problemas inminentes y un entendimiento más exacto y a fondo de las necesidades de nuestros socios africanos. El establecimiento de un mando regional unificado o subunificado provee a los Estados Unidos de opciones activas para la gestión y la prevención de crisis. Esto enviaría una señal poderosa de compromiso estadounidense a largo plazo con la estabilidad y el desarrollo regional.


La Comunidad Económica de Estados de África occidental (ECOWAS) es en particular el eslabón principal para una política de seguridad regional estadounidense acertada. La relación estadounidense diplomática y militar con ECOWAS debería ser una prioridad, con una continuación y una extensión de esfuerzos como el Programa de Estabilización de África occidental del EUCOM y el nombramiento de un embajador estadounidense dedicado a ECOWAS. Tal acercamiento ayudará a todos los países de la región, productores y no productores, a asegurar un clima político apropiado y un clima inversor que maximice ingresos para el desarrollo económico y para las reformas democráticas programadas.


AOPIG ofrece las siguientes recomendaciones para la puesta en práctica de una doctrina de seguridad regional en África Occidental

1. Prioridad de Seguridad nacional: El Congreso y la Administración declaran la región del Golfo de Guinea de África occidental y del sur como un área " del interés vital " para los Estados Unidos.


2. Establecimiento de un Mando Regional: Reconociendo la conveniencia de un nuevo mando regional, la realidad burocrática y presupuestaria dicta una medida intermedia que puede satisfacer muchos y alcanzar la mayor parte de los objetivos del CINC para África. El establecimiento de un mando subunificado con responsabilidad exclusiva en la región de Golfo de Guinea , o toda el África subsahariana, similar a U.S. Forces Korea , es una alternativa viable que puede ser puesta en práctica de una manera rentable y oportuna. El comandante estaría subordinado a EUCOM. La formación de tal organización de mando enviaría una señal poderosa a nuestros amigos regionales que los Estados Unidos desean un compromiso estratégico. Las responsabilidades bajo tal mando incluirían la seguridad para ciudadanos estadounidenses, se subrayaría el mejoramiento de los niveles de profesionalismo militar y la capacidad de seguridad nacional a lo largo de la región, servicios de inteligencia mejorados, líneas marítimas protegidas, supervisión y prevención el tráfico ilícito de armas, el mantenimiento de la región libre de las armas de destrucción masivas así como de amenazas de grupos transnacionales terroristas y criminales. Todas estas responsabilidades tienen un impacto directo sobre el desarrollo comercial y a largo plazo sobre las economías africanas y mejorarán los niveles de comercio y estabilidad.


3. Expedir la Presencia Militar e Instalaciones: Los amigos estadounidenses y aliados en África Occidental y África austral en su mayoría tienen poca o ninguna capacidad naval en aguas marítimas, y les es difícil de inspeccionar y asegurar sus aguas costeras, asegurar el comercio legal y el trafico marítimo, combatir el trafico ilegal de armas y otros tráficos, o supervisar su industria pescadera. Para ayudar en esta capacidad, y salvaguardar los volúmenes crecientes de envíos de petróleo, los EE UU deberían considerar seriamente incrementar su presencia y el establecimiento de una base naval regional, posiblemente en las islas de la República de Santo Tomé y Príncipe en el centro del Golfo. Una presencia militar avanzada no sólo ayudaría a disuadir amenazas potenciales, sino también a realzar la credibilidad estadounidense por facilitando visitas navales a puertos occidentales y del sur africanos, mejorando contactos militares y construyendo una capacidad profesional y militar a largo plazo que asegure fronteras nacionales y zonas económicas.


4. U.S./ECOWAS Doctrina de Seguridad Regional: Muchos líderes claves en África Occidental y la región de Golfo de Guinea han comenzado un proceso democrático, instaurado el imperio de la ley, alcanzando poderes civiles y militares más profesionales, capaces y controlados. Nigeria, Senegal y Ghana, entre otros, han tomado un papel principal en apoyo de la posición americana hacia Congo, Liberia, Sierra Leona, Zimbabue y la guerra contra el terrorismo. Han elogiado los esfuerzos regionales pacificadores del ECOWAS de mantener la estabilidad en circunstancias difíciles. Un condominio de EE-UU-ECOWAS sobre cuestiones de seguridad regionales es fundamental para la estabilidad regional y la formación de una nueva arquitectura regional. Los Estados Unidos deberían considerar un acuerdo orientado a la seguridad con ECOWAS como el requisito previo para una doctrina regional fuerte que apoyaría la estabilidad regional y el crecimiento económico. Una ayuda de seguridad concentrada regionalmente incluiría la base e instalaciones de puerto, aumentar el apoyo a la oficina del agregado de defensa regional, mejora de la capacidad de respuesta ante crisis militares nacionales y regionales, patrulla costera, la seguridad de frontera, y capacidad naval en aguas fluviales. El programa podría incluir militares considerablemente experimentados (incluyendo pilotos) entrenamiento así como la transferencia de hardware militar seleccionado: patrulleras, helicópteros, transporte aéreo, camiones, APCs y nuevas plataformas de vigilancia. Esto ayudaría enormemente en el refuerzo de capacidades regionales, y el despliegue de tropas estadounidenses cuando las cuestiones de seguridad surjan.


Francisco Alegre
Gas desde el corazón del Sáhara

El gaseoducto Medgaz traerá hasta Almería 8.000 millones de metros cúbicos

JUAN MÉNDEZ

NEGOCIOS
Negocios
10-01-2010



El gas de los campos argelinos de Hassi R'mel llega ya a la playa almeriense de El Perdigal. El proyecto de Medgaz es una realidad que operará a plena capacidad en el primer semestre de este nuevo año. Por los 210 kilómetros de tuberías submarinas que unen la estación de Beni Saf, en la costa de Argelia, con la almeriense de El Perdigal ya fluye el gas que llega directamente desde el corazón del Sáhara. Otros 500 kilómetros de tuberías lo conectan con el yacimiento de Hassi R'mel, la reserva gasística argelina, descubierta a mediados de los años cincuenta.

Más de nueve años han pasado desde que en 2001 se concretase la creación de la empresa Medgaz, un consorcio multinacional integrado por el gigante argelino de los hidrocarburos Sonatrach (36%), las españolas Cepsa (20%) e Iberdrola (20%), la ahora italiana Endesa (12%) y la francesa GDF Suez (12%).

La empresa operadora, que el pasado mes de noviembre trasladó su sede social desde Madrid hasta Almería, calcula que para el primer semestre de 2010 el gaseoducto funcionará a pleno rendimiento con una capacidad de transporte de 8.000 millones de metros cúbicos de gas anuales. Está previsto que el consumo anual en España alcance en 2011 los 44 millones de metros cúbicos, por lo que la entrada en funcionamiento de este gaseoducto será estratégico para el abastecimiento nacional. Se espera que Medgaz facture al año unos doscientos millones de euros cuando opere a pleno rendimiento.

El gaseoducto de Medgaz es el primero que cruza el Mediterráneo a más de dos kilómetros de profundidad (2.160 metros es la sima máxima del trazado), lo que supone una mejora en la seguridad del transporte directo hasta Europa del gas argelino. Asimismo, reducirá los costes de aprovisionamiento de este combustible en el viejo continente y la dependencia de Rusia. Además, el gas llegará a la única provincia andaluza sin acceso directo actual al gas natural.

En 2003, el gaseoducto de Medgaz fue considerado por la Comisión Europea como proyecto de interés común en las redes transeuropeas de energía, y el Ministerio de Industria le catalogó más tarde, en 2005, como "proyecto prioritario". Precisamente la UE ha aportado dos millones de euros a la fase de realización de los estudios del proyecto, y 1,4 millones de euros (aproximadamente) en la fase de construcción.

Y es que la demanda de gas natural en Europa ha experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años. En España se ha triplicado su consumo desde 1995, según datos de la Comisión Nacional de la Energía. Aumento que se debe sobre todo a la necesidad de cumplir con los objetivos marcados en el Protocolo de Kioto y por el incremento de la generación de energía eléctrica mediante centrales de ciclo combinado, de mayor eficiencia y menor impacto ambiental.

Con una inversión inicial prevista de 900 millones de euros, la obra del gaseoducto se ha completado con éxito, con un asumible retraso sobre el calendario, y con un desgraciado accidente, ocurrido en septiembre de 2008, en el que perdieron la vida cuatro empleados de la plataforma marina Saipem 7000, propiedad de la firma italiana encargada de construir la infraestructura submarina en las zonas más profundas.

Las dificultosas relaciones energéticas entre los Gobiernos de España y Argelia desde 2004, fundamentadas en los intereses de compañías españolas en los yacimientos argelinos, amén de las desavenencias políticas sobre el Sáhara Occidental, pusieron en riesgo un proyecto considerado hoy como estratégico.

Finalmente, tras dos años de estudios, en el que cinco empresas especializadas evaluaron el lecho marino, estudiaron la flora y la fauna del Mediterráneo, realizaron sondeos sísmicos y establecieron la forma de tender el gasoducto, el proyecto inició su fase de construcción. No sin antes pasar por un complicado informe de impacto medioambiental, en el que el ministerio español modificó el trazado inicial para bordear los límites del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.

El 7 de marzo de 2008 arrancó en el puerto de Almería la construcción del tendido de tuberías del gaseoducto. Una obra que ha dado empleo a más de 2.000 trabajadores durante los últimos veinte meses. El buque Castoro Sei, especializado en la soldadura y montaje de tuberías, inició entonces la conexión de los tubos del gaseoducto antes de proceder a su tendido en las zonas menos profundas del trazado, hasta los 550 metros de profundidad, y a lo largo de unos 90 kilómetros.

Con más de 300 personas a bordo, este buque, propiedad de la firma italiana Saipem, líder en la construcción de infraestructuras marinas, inició la instalación de la tubería en las zonas más cercanas a la costa.

En el tramo costero del gaseoducto, el Castoro Sei, de 152 metros de eslora, 70,5 de manga y 30 metros de altura, utilizó el método de construcción denominado tendido en S (S-lay) por la forma que adquiere la tubería durante el montaje. Los tubos, soldados previamente en tramos de 50 metros, se unen y tienden en posición horizontal, adoptando una forma de S hasta su llegada al fondo marino.

Los tubos empleados fueron construidos y revestidos durante 2007 en Japón. Cada tubo tiene una longitud de 12 metros y un diámetro de 24 pulgadas. Además, están recubiertos con tres capas de polipropeno para resistir la corrosión. Los tubos instalados en zonas de menor profundidad han sido revestidos de hormigón para protegerlos de corrientes marinas o de otros factores externos.

En total, se han fabricado y revestido 90.000 toneladas de acero al carbono de alta resistencia, trabajo que ha corrido a cargo de las empresas Mitsui y
Sumitomo, las dos mayores fabricantes de acero de Japón.

Durante cuatro meses, hasta junio de 2008, se prolongó esta primera fase de la obra. Dos meses después, a mediados de agosto, llegó hasta Almería Saipem 7000, la plataforma encargada de completar el tendido en las zonas más profundas del trazado (hasta los 2.160 metros).

Con 197,95 metros de eslora y una altura hasta la cubierta principal de 43,5 metros, la plataforma marina instaló los 120 kilómetros finales del gaseoducto en las aguas más profundas del Mediterráneo. 450 personas durante 40 días, a razón de tres kilómetros diarios, fueron las encargadas de tender las tuberías sobre el lecho marino, esta vez mediante el llamado tendido en J (J-lay) por la forma que adquiere la tubería durante el montaje. Los tubos, soldados previamente en tramos de 50 metros, se unen e instalan en posición vertical, adoptando una forma de J hasta su llegada al fondo marino.

El 23 de diciembre de 2008 la compañía comunicó que había terminado de construir la infraestructura submarina. El Crawler fue el buque encargado de realizar la "última soldadura" y cerrar la conexión directa entre Argelia y España a 1,6 kilómetros de la costa argelina.

El final del proyecto ha sido la recepción de la estación de compresión y la terminal de recepción del gaseoducto. Ambas han sido llevadas a cabo por el consorcio hispano-francés Técnicas Reunidas-Amec Spie, que firmaron en 2007 un contrato de "llave en mano" con Medgaz.

La estación de compresión, ubicada en suelo argelino, cerca de Beni Saf, cuenta con una superficie de 150.000 metros cuadrados, y en ella se han creado más de setenta empleos fijos. En esta instalación se elevará la presión del gas procedente de los yacimientos de Hassi R'Mel para que el hidrocarburo pueda ir de la costa argelina hasta la española por diferencias de presión. Allí estarán ubicados los tres compresores fabricados por Rolls Royce.

Ya en suelo de Almería, la terminal de recepción de Medgaz filtrará, medirá y regulará el gas antes de entregarlo al sistema gasista español, en concreto, a través del gaseoducto Almería-Albacete, propiedad de Enagas. En la planta de El Perdigal trabajan ya unos sesenta empleados, muchos de los cuales han sido formados durante el último año en unos cursos realizados conjuntamente por la Junta de Andalucía y la compañía del gaseoducto.

Los últimos compases del proyecto se ultimarán en este semestre. Una vez que se han cubierto satisfactoriamente las pruebas hidrostáticas de los principales sistemas, que ya se han iniciado en la Estación de Compresión de Beni Saf. Posteriormente, en la secuencia de arranque de la planta, los volúmenes de gas aumentarán progresivamente hasta alcanzar la capacidad total del sistema de una forma estable y fiable. Pero el gas del corazón del Sáhara ya llega a Almería.





CITA
Pescadores y medio ambiente


Además de los obstáculos políticos y empresariales, el gaseoducto de Almería ha tenido que salvar otros de carácter social y medioambiental para, finalmente, ser considerado en Almería un proyecto social y económicamente beneficioso. La idea de llegar hasta las playas almerienses con una tubería de 24 pulgadas (610 milímetros) por la que fluiría el gas, atravesando los caladeros de pesca del cabo de Gata, alertó inicialmente a los pescadores de la comarca que reclamaron garantías de que el proyecto no tendría consecuencias para su actividad, así como el compromiso de que no se prohibirán después de su construcción las faenas del arrastre de cerco en sus alrededores.

En septiembre de 2008, Medgaz y el sector pesquero almeriense sellaron un acuerdo de colaboración que acabó con todas las dudas. La compañía compensó a los pescadores con tres millones de euros y ofreció su compromiso de que la variable ambiental estaría presente en el diseño de todas las infraestructuras y componentes del proyecto. Por otro lado, los firmantes del acuerdo reconocieron que el gaseoducto submarino es una infraestructura inocua que, una vez tendido o instalado, no incidirá negativamente ni en el entorno ni en la actividad pesquera.

Medgaz ha ampliado su integración en Almería con la realización de cursos de formación ocupacional y el compromiso de contratación del 60% de sus alumnos como operadores de la planta química.

Además, con la incorporación como socio de la Fundación Mediterránea Empresa-Universidad y el acuerdo de colaboración suscrito con la Autoridad Portuaria y la Universidad de Almería para desarrollar un programa de gestión ambiental, cuyo objetivo es estudiar la calidad del aire y de las aguas litorales en el Puerto de Almería y el entorno Alquián-Cabo de Gata, la empresa gasística ha vencido todas las reticencias.

El traslado de su sede social y fiscal hasta Almería ha sido su última actuación, sellada el pasado 6 de noviembre. El presidente de la compañía, Pedro Miró, señaló entonces que ese traslado se enmarcaba dentro del objetivo de Medgaz de "contribuir al desarrollo sostenible, social, cultural y económico de Almería con vocación de permanencia". -




http://www.elpais.com/articulo/empresas/se...elpnegemp_1/Tes
Katharina Von Strauger
"La poligamia es una es una forma de unidad familiar"


Guillermina Mekuy, escritora. Directora de Museos y Bibliotecas de Guinea Ecuatorial, su misión es proteger y difundir el castellano

Publico.es
LUIS DÍEZ - MADRID
11/01/2010 08:00



Una década después de que los estadounidenses pincharan la cuba de petróleo en Guinea Ecuatorial, llega el interés cultural a la ex colonia española. La responsable de impulsarlo es Guillermina Mekuy, nacida en 1982. Tras estudiar Derecho y Políticas en la Universidad Autónoma de Madrid y publicar dos novelas El llanto de la perra (Plaza & Janés) y Las tres vírgenes de Santo Tomas (Suma de Letras), regresó a su país con 25 años como directora de Museos y Bibliotecas. Puso en marcha la Biblioteca Nacional en Malabo con el objetivo de convertirla en centro de referencia cultural del único país africano de habla hispana.


¿Cuáles son sus proyectos?


Estamos haciendo una red de bibliotecas, así como varios museos y centros culturales. También promovemos una cadena de librerías que hacen préstamos a los jóvenes lectores y estudiantes. Apoyamos el cine; muchos jóvenes están haciendo sus cortometrajes y, por mi parte, realizo un programa en televisión dirigido a la educación de las niñas y a fomentar la lectura.


¿Sigue escribiendo?


Estoy con la tercera novela, en la que abordo el tema de la poligamia, una riqueza cultural que me obliga a meterme en la piel de mi país. Es un aprendizaje con tolerancia. La poligamia ha de entenderse como una forma de unidad familiar para que los niños y las familias se mantengan. Esa es la parte que estoy abordando.


Guinea Ecuatorial es un país católico y la Iglesia condena la poligamia.



No sé si hay alguna condena reciente, pero el país vive la poligamia como una cultura propia; aunque hayamos sido colonizados, el país mantiene su propia cultura y me gustaría reforzar el conocimiento de nuestras tradiciones, orígenes y lengua materna. Hay gente que se casa en la iglesia y hay gente que se casa de forma tradicional y vive la poligamia; aún así, todos vamos a la iglesia y tenemos el mismo Dios.


¿Teodoro Obiang ha leído sus novelas?


No sólo las ha leído sino que me apoya, respalda la cultura. En la Biblioteca Nacional ya tenemos toda una colección de lo que se ha escrito sobre Guinea Ecuatorial por los autores que viven dentro y los que están fuera. Cualquier autor ecuatoguineano está en la Biblioteca Nacional. Ese ha sido un encargo especial del jefe del Estado. Se han buscado y se han comprado todos los libros sobre Guinea Ecuatorial y de los autores ecuatoguineanos.


¿Los ingresos del petróleo están facilitando el acceso de la gente a la cultura?


Desconozco en este momento el porcentaje de alfabetización, pero no hay ningún niño que no esté escolarizado. Recorrí las provincias y vi que todos los niños asisten al colegio. No hay ningún niño en la calle. La enseñanza es obligatoria. Hay que visitar el país para conocer los avances. Se están dando becas para ayudar a la gente joven, también se está creando una editorial y se ha convocado un concurso literario cuyo premio será una beca para estudiar en EEUU.


¿Y el principal problema de la vulneración de los derechos humanos?


Se ha puesto un cliché y se critica, pero los países avanzan a su ritmo. Guinea va hacia delante en el ámbito cultural, educativo y en materia de derechos humanos. No es que vaya lento, cada sociedad funciona de una manera y, aunque hay aspectos negativos, mi objetivo es que la gente conozca la parte positiva del país, que va hacia delante, se mantiene en paz a diferencia de lo que ocurre en otros países africanos, hay libertad para entrar y salir, la mujer tiene identidad y protagonismo en la vida pública, hay libertad de elección, de matrimonio... Y numerosos españoles y otros europeos trabajan y viven felices allí


http://www.publico.es/culturas/284424/poli...unidad/familiar
Pepin
CITA(Bruce Beelher @ Nov 6 2009, 08:34 PM) *
CITA
JEAN-CLAUDE MICHEA

LA ESCUELA DE LA IGNORANCIA

Ed. Acuarela Libros. 2002
Pags.38-45




" Así fue corno, por ejemplo, en septiembre de 1995, bajo la égida de la fundación Gorbachov, «quinientos políticos, líderes económicos y científicos de primer orden "' que se consideraban a sí mismos la élite mundial, tuvieron que reunirse en el Hotel Fairmont de San Francisco para contrastar sus puntos de vista acerca del destino de la nueva civilización. Dado su propósito, el foro estuvo presidido por una voluntad de lograr la más estricta eficacia: "Estrictas reglas obligan a todos los participantes a olvidar la retórica. Los conferenciantes sólo disponen de cinco minutos para introducir el tema: ninguna intervención durante los debates debe sobrepasar los dos minutos." Una vez definidos estos principios de trabajo, la asamblea comenzó reconociendo, como una evidencia que no merecía discusión, que "en el próximo siglo, dos décimas partes de la población activa serían suficientes para mantener la actividad de la economía mundial". Partiendo de bases tan sinceras, pudo formularse con todo el rigor el principal problema político al que el sistema capitalista se vería confrontado en las próximas décadas: ¿cómo podría la élite mundial mantener la gobernabilidad del ochenta por ciento de la humanidad sobrante, cuya inutilidad había sido programada por la lógica liberal?



Tras el debate, la solución que acabó imponiéndose como la más razonable fue la propuesta por Zbigniew Brzezinski" con el nombre de "tittytainment". Con esta palabra-baúl se trataba simplemente de definir un "cóctel de entretenimiento embrutecedor y de alimento suficiente que permitiera mantener de buen humor a la población frustrada del planeta". Este análisis, cínico y despreciativo, tiene la evidente ventaja de definir, con toda la claridad deseable, el pliego de condiciones que las élites mundiales asignan a la escuela del siglo XXI. Partiendo de este análisis, se puede deducir, con un mínimo margen de error, las formas a priori de toda reforma destinada a reconfigurar el aparato educativo según los únicos intereses políticos y financieros del Capital. Entremos por un instante en este juego.



En primer lugar, es obvio que un sistema de estas características deberá conservar un sector de excelencia, destinado a formar a las distintas élites científicas, técnicas y de gestión al más alto nivel. Éstas serán cada vez más necesarias a medida que la guerra económica mundial se vaya recrudeciendo.



Estos polos de excelencia, con condiciones de acceso forzosamente muy selectivas, tendrán que seguir transmitiendo de forma rigurosa (es decir, en lo esencial, seguirán probablemente el modelo de la escuela tradicional') no sólo los saberes sofisticados y creativos, sino también (cualesquiera que sean, aquí y allá, las reticencias Positivistas de tal o cual defensor del sistema) el mínimo de cultura y espíritu crítico sin el que la adquisición y el dominio efectivo de dichos saberes carece de sentido y, ante todo, de cualquier utilidad verdadera.



En cuanto a las competencias técnicas medias -la Comisión Europea estima que tienen "una vida aproximada de diez años, y que el capital intelectual se deprecia un 7% por año, lo que va unido a una reducción correspondiente de la eficacia de la mano de obra " el problema es algo diferente. En definitiva, se trata de saberes desechables, tan desechables como los humanos que los detentan provisionalmente. en la medida en que, al basarse en competencias rutinarias y estar adaptados a un contexto tecnológico preciso, dejan de ser operativos en cuanto se supera su propio contexto. No obstante, desde la revolución informática, se trata de habilidades que, desde una perspectiva capitalista, sólo presentan ventajas. Un saber utilitario y de índole principalmente algorítmica, esto es, que no requiere forzosamente ni la autonomía ni la creación del que lo utiliza, es un saber que, en condiciones extremas puede aprenderse solo, es decir, en la propia casa, ante un ordenador con el programa educativo correspondiente. Generalizando, en el caso de las competencias intermedias, gracias al empleo de la enseñanza multimedia a distancia la clase dominante podrá matar dos pájaros de un tiro. Por un lado, las grandes compañías (0livetti, Philips, Siemens, Ericsson, etc..) estarán destinadas a "vender sus productos en el mercado de la formación continua gobernado por las leyes de la oferta y la demanda". Por otro, decenas de miles de profesores (es sabido que su financiación representa la parte fundamental de los gastos del presupuesto para la educación) se transformarán en algo completamente inútil y podrán, así, ser despedidos, lo que permitirá a los Estados invertir la masa salarial ahorrada en operaciones más rentables para las grandes compañías internacionales.



Por supuesto, quedan los más numerosos los que el sistema destina a seguir desempleados (o empleados de forma precaria y flexible por ejemplo, en los distintos trabajos basura) en parte porque, según los términos escogidos por la OCDE "nunca constituirán un mercado rentable" y porque su "exclusión social se agudizará a medida que los otros sigan progresando". Es ahí donde el "tittytainment" deberá encontrar su campo de acción. Efectivamente, es obvio que la costosa transmisión de los saberes reales y, por tanto, críticos, así como el aprendizaje de los comportamientos cívicos elementales o incluso, sencillamente, el fomento de la rectitud y la honestidad, no presentan aquí ningún interés para el sistema. De hecho, en ciertas circunstancias políticas, pueden llegar a suponer una amenaza para su seguridad. Obviamente, es en esta escuela para la mayoría donde deberá enseñarse la ignorancia en todas sus formas posibles. No obstante, no se trata de una tarea fácil y, hasta el momento, salvando algunos progresos, los profesores tradicionales no han recibido una formación adecuada al respecto. La escuela de la ignorancia requerirá reeducar a los profesores, es decir, obligarles a "trabajar de forma distinta ", bajo el despotismo ilustrado de un ejército potente y bien organizado de expertos en "ciencias de la educación". Evidentemente, la labor fundamental de dichos expertos será definir e imponer (por todos los medios de que dispone una institución jerárquica para garantizar la sumisión de los que de ella dependen) las condiciones pedagógicas y, materiales de lo que Debord llamaba la "disolución de la lógica ": en otras palabras, "la pérdida de la posibilidad de reconocer instantáneamente la que es importante y lo que es accesorio o está fuera de lugar; lo que es incompatible o, por el contrario, lo que podría ser . complementario; todo lo que implica tal consecuencia y lo que, al mismo tiempo impide". Debord añade que un alumno adiestrado de tal forma se encontrará "desde el principio, al servicio del orden establecido, aunque su intención haya podido ser absolutamente contraria a este resultado. En esencia conocerá el lenguaje del espectáculo, ya que es el único que le será familiar: el lenguaje con el que le habrán enseñado a hablar. Sin duda, querrá mostrarse como enemigo de su retórica, pero utilizará su sintaxis`."



En lo relativo a la eliminación de cualquier "common decency" es decir, a la necesidad de transformar al alumno en consumidor incívico y, si es necesario, violento, es una tarea que plantea infinitamente menos problemas. En este caso, basta con prohibir toda institución cívica eficaz y reemplazarla por cualquier forma de "educación ciudadana" popurrí conceptual más fácil de difundir porque, en resumidas cuentas, no hace sino reforzar el discurso dominante de los medios y el mundo del espectáculo. Así pues, se podrán fabricar "consumidores de derecho" en serie, intolerantes, pleiteistas y políticamente correctos. Por tanto, serán fácilmente manipulables al tiempo que presentarán la ventaja nada desdeñable de poder engrosar, según el modelo estadounidense, los grandes gabinetes de abogados,



Naturalmente, los objetivos asignados a lo que quede de la escuela pública supondrán una doble transformación decisiva a más o menos largo plazo. Por un lado, habrá una transformación de los profesores, que deberán abandonar su status actual de sujeto a los que se supone un saber, para formar parte de los animadores de diferentes "actividades de valores o transversales", de "salidas pedagógicas" o de "foros" de discusión (evidentemente concebidos según el modelo de los programas de debate televisivos); a fin de rentabilizar su uso, también serán animadores encargados de distintas tareas materiales o de refuerzo psicológico. Por otro, la escuela se convertirá en un espacio de vida democrático y alegre, a un tiempo guardería ciudadana --en la que la animación de las fiestas (aniversario de la abolición de la esclavitud nacimiento de Víctor Hugo, Halloween…) podrá correr a cargo de las asociaciones de padres más descosas de implicarse, con la rentabilidad que conlleva- y un lugar abierto tanto a todos los representantes de la ciudad (militantes de asociaciones, militares jubilados, empresarios, malabaristas o faquires, etc.) corno a todas las mercancías tecnológicas o culturales que las grandes marcas, convertidas en colaboradoras explícitas dcl "acto educativo", juzguen adecuado vender a los distintos participantes Pienso también que surgirá la idea de colocar en la entrada de ese gran parque de atracciones escolares algunos dispositivos electrónicos muy, sencillos para detectar la presencia eventual de objetos metálicos."


http://www.redeseducacion.net/michea.htm






CITA(Bruce Beelher @ Nov 8 2009, 10:46 AM) *
CITA(Francisco Alegre @ Nov 1 2009, 04:31 PM) *
CITA
Desmontando a la monja-bulo

Una religiosa médico simboliza la resistencia a la campaña de vacunación - Medias verdades y miedo componen la teoría de la conspiración

MARÍA R. SAHUQUILLO / EMILIO DE BENITO

EL PAÍS
Sociedad
01-11-2009



Todos los narradores conocen la combinación perfecta para una buena historia: una víctima, un villano y un héroe. Y lo que vale para la ficción sirve también para una buena teoría conspirativa. Por poner un ejemplo nada al azar: la situación de la nueva gripe y la próxima vacuna. El reparto es fácil: la víctima es la humanidad, la verdad científica, los pobres del mundo; los villanos, la industria farmacéutica, la Organización Mundial de la Salud; y el héroe -escojamos uno; en este caso, una heroína-, una monja benedictina de las montañas de Montserrat, Teresa Forcades, con su famoso vídeo Campanas por la gripe A.

Habría sido más fácil, lógicamente, centrarse en otros personajes que, al amparo de Internet, han transmitido mensajes apocalípticos. Pero fijarse en Rauni Kilde, ex ministra de Sanidad finlandesa reconvertida en apóstol del desastre gracias a la información que obtiene de los extraterrestres, sería demasiado fácil.

Porque el mérito de Forcades es que -a pesar o gracias al hábito- parece seria, y, seguramente, actúa con buena intención. Con la mejor. Es médica por la Universidad de Barcelona, y afirma que se especializó en Medicina Interna en Nueva York. De hecho, la suya es, de todas las iniciativas ciudadanas, una de las mejor fundamentadas. Y ahí está el mérito. Como Mary Poppins, ella también, entre cucharada y cucharada de azúcar, puede hacer comulgar (nunca mejor dicho) con ruedas de molino.

Esta característica es la primera que destaca el epidemiólogo Andreu Segura. "Lo más importante es que está convencida de lo que dice y que es honesta pensándolo", señala.

Forcades, que en las semanas posteriores a colgar su vídeo en YouTube ha participado en varios programas de televisión y de radio en los que ha explicado su teoría de que la de la nueva gripe es una pandemia creada por los grandes laboratorios, está ahora ilocalizable. EL PAÍS ha tratado de ponerse en contacto con ella sin éxito. "Estará estudiando o dando clases. Últimamente está muy ocupada", intenta disculparla tímidamente una de sus hermanas del monasterio Sant Benet. "Vive ahora en Alemania", dice.Pero la Red es ineludible casi siempre, y el vídeo de Forcades tiene cientos de miles de visitas en YouTube y ha sido enlazado a centenares de webs. En la filmación, de alrededor de una hora, hay mucho de ese azúcar de Poppins. Empieza por un recorrido histórico, casos de gripe A, informes sobre la baja letalidad del virus... nada que ningún epidemiólogo no habría suscrito. Pero, al minuto seis, aparece otra heroína, la periodista Jane Bürgermeister, y su denuncia sobre "bioterrorismo e intento de cometer asesinato" contra uno de los laboratorios que fabrica vacunas contra la gripe, Baxter.

Mirando a los ojos del televidente y con una ceja levemente levantada, Forcades explica la historia descubierta por Bürgermeister. En enero, Baxter envió a varios laboratorios muestras de gripe aviar. En ellas había virus no desactivados. El resultado fue que los hurones inoculados en un centro checo murieron. Esta contaminación es "extremadamente improbable", admiten tanto Forcades como Baxter. Parece "más probable pensar que haya mala intención", añade Forcades. Parece. No lo afirma; lo deja caer.

La verdad es que, efectivamente, hubo un error, pero éste nunca supuso un peligro para nadie, porque la posible vacuna contra la gripe aviar está sólo en fase de experimentación (por eso se inyectó a hurones). Por si acaso, tanto el Gobierno austriaco como la OMS investigaron el caso. Ni siquiera el personal que manejó aquel material ha tenido secuelas. Eso no quita para que Forcades vuelva varias veces sobre el asunto. Si a "un técnico de laboratorio" -la médica no duda en compartir sus méritos- no se le hubiera ocurrido "por su cuenta" probar el material de Baxter, "tendríamos una pandemia", dice más adelante. Y, como hubo un fallo, existe el "peligro real" de que las futuras vacunas que fabrique este laboratorio -que no se van a usar en España- "estén contaminadas". Uno de los puntos que Segura rechaza, porque "entra en el juego del catastrofismo".

Una preocupación, la de la seguridad, compartida por algunos miembros de la comunidad científica -aunque por distintos motivos que los de Forcades- que mientras se realizaban los ensayos mostraron su inquietud por la posibilidad de que se prescindiese de algunos pasos para acelerar la aprobación del fármaco. Algo que, sin embargo, no ha ocurrido. El viernes mismo, la OMS defendió, una vez más, la seguridad de las vacunas que se están elaborando. Tanto si portan o no los polémicos coadyuvantes -sustancias que aumentan la potencia inmunológica del antígeno y de los que también habla Forcades, quien sostiene que no son fiables y que pueden producir gravísimos efectos secundarios- la OMS garantiza la seguridad de las vacunas. También la Agencia Europea del Medicamento.

Pero el miedo a la inmunización está ahí y el polémico vídeo de la monja que habla sobre la gripe A también es de lo más comentado entre la siempre tan mesurada comunidad científica. "Creo en la libertad de expresión y no dudo de la buena voluntad de esta persona. Hace algunas afirmaciones que pueden tener verosimilitud, pero a su vez comete multitud de inexactitudes. Habla del riesgo de meter a la población virus vivos insinuando intenciones devastadoras (parece desconocer que en nuestro medio las vacunas no contienen virus vivos, sino que son inactivadas), sugiere terribles riesgos de los adyuvantes y otros extremos que, sin hacer juicio de intenciones, al menos muestran serio desconocimiento de la materia", asegura José María Martín Moreno, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Valencia. Una opinión que comparte Juan Martínez Hernández, experto en Medicina Preventiva y asesor científico de la Organización Medica Colegial (OMC), que asegura que Forcades mezcla las cosas "con un evidente propósito de desprestigiar la vacunación". "Los laboratorios llevan más de 10 años desarrollando adyuvantes para potenciar el efecto de sus vacunas", sostiene indignado Martínez Hernández.

Ya está uno de los villanos descubierto: el laboratorio.

Como dice Pilar Pérez Breña, jefa de Virología del Centro Nacional de Epidemiología, "uno supone que por ser monja y por estar en un convento no puede mentir o no tener razón". "No tiene sentido que la industria farmacéutica quiera matar a sus propios clientes", sostiene la viróloga.

Vayamos ahora a por otro más gordo: la Organización Mundial de la Salud. Según explica Forcades citando a la cadena CNN, la OMS cambió en mayo su definición de pandemia en una parte de su web para que se ajustara a la situación de la nueva gripe. No se trata de un cambio menor: quitar de las condiciones necesarias la necesidad de que se hable de una enfermedad grave. Un punto que José María Martín Moreno, que además es asesor de la OMS, niega. "La definición de fase pandémica estaba ya establecida desde hace años. Lo que se hizo no fue cambiarla sino dejar explícito que el término pandemia no significaba nada más (ni nada menos) que una enfermedad que se ha propagado con incidencia superior a la habitual en muchas regiones del mundo", asegura.

Tal y como dice Martín Moreno, en mayo de 2005 ya estaban definidas las fases actuales. Lo demuestra el documento de preparación ante la gripe aviar del Gobierno español, en el que se copiaron letra por letra los niveles de la OMS. Y ahí no había mención alguna a la gravedad de la enfermedad, sino sólo a la facilidad de transmisión entre personas y en distintas zonas geográficas. Las dos condiciones que llevaron a la OMS a declarar la pandemia el 11 de junio de 2009.

Lo que no está claro es por qué supone Forcades que la OMS manipuló sus propios reglamentos (la semana pasada en Madrid su representante Cristiana Salvi lo negó, aunque admitió que esa escala de alerta no era la adecuada y que habría que cambiarla). La monja afirma que sólo en el caso de pandemia la OMS puede conseguir que sus "recomendaciones" sean "órdenes" para los países, lo que le permitiría obligar a vacunar a la población sin su consentimiento o a decretar cuarentenas o aislamientos. Ya está el segundo villano desenmascarado.

Una portavoz del Ministerio de Sanidad español -en cuyas guías sí que se incluyen estas medidas para casos extremos- lo niega. "Sería la agencia de la ONU con más poder del mundo", señala. Curiosamente, esta supuesta amenaza a la libertad es lo que menos preocupa a Segura. "En determinadas circunstancias y siempre con una justificación explícita y clara y luego rindiendo cuentas, es admisible y conveniente la coerción sobre particulares para proteger la salud del conjunto. Ella se opone a la obligatoriedad de la vacuna en cualquier caso. Yo no lo tengo tan claro". Aunque admite que, dada la levedad de esta gripe, no es la situación.

Acabada la ciencia, Forcades se lanza a la conspiración pura y dura. "Siempre ha habido grupos que quieren dominar el mundo... con buena intención", señala la religiosa, cuya única publicación conocida es un librito llamado Los crímenes de las grandes compañías farmacéuticas. Forcades, que al parecer realiza un doctorado sobre Terapias Alternativas, también recuerda que hay teorías que -como sostiene la finlandesa Kilde- indican que estamos ante un "exceso de población", y que una pandemia a tiempo (o una vacuna convenientemente contaminada) puede servir para acabar con la superpoblación.

No es una idea nueva. Los integristas musulmanes del norte de Nigeria se oponían a la vacunar a los niños contra la polio porque decían que el fármaco era un arma estadounidense para propagar el sida y para dejar estériles a las niñas (el daño de la vacuna contra la meningitis de Pfizer en 1996 todavía colea, reavivado por el libro y la película El jardinero fiel).

No queda claro si Forcades apoya esta teoría. "No digo que no pueda ser", dice refiriéndose a un posible complot para reducir a la mitad la población del mundo. Existe "la posibilidad", añade. Aunque inmediatamente matiza: "Casi me arrepiento de haberlo dicho". Pero no lo quita del vídeo.

Claro que hay más. De repente, Forcades hace una mención a cómo se van a enriquecer "los Rockefeller y los Rothschild". Y una mención a otras luchas populares, como la de los transgénicos o la movilización de la calle ante la gestión del PP de los atentados del 11-M. Es algo que no tiene nada que ver, pero que ayuda a dar un perfil de persona moderna y comprometida.

Y, para acabar, Forcades permite que todos seamos héroes. Primero, no vacunándonos. Y, segundo, luchando por dos asuntos: que el que no quiera no se vea forzado a inmunizarse; y que si alguien lo hace y sufre algún efecto adverso, pueda reclamar una indemnización. Dos propuestas tan lógicas que no hay nadie, incluido el Ministerio de Sanidad español, que no esté de acuerdo.



http://www.elpais.com/articulo/sociedad/De...elpepisoc_1/Tes






CITA
Elija su conspiración


Ricardo de Querol

EL PAÍS
Sociedad
01-11-2009



El hombre nunca pisó la Luna, Hitler agrupaba judíos en Auschwitz para enviarlos de viaje al África tropical, Elvis no murió en Memphis sino que se ocultó en Brasil, pero McCartney sí había fallecido cuando su doble compuso Let it be. Las teorías de la conspiración no son un fenómeno nuevo y algunas, por disparatadas, divierten más que inquietan. Parecía un error entrar a rebatirlas. En los años noventa un virólogo alemán afirmaba que el sida era un invento y lucía como principal argumento que ningún gran científico había aceptado debatir con él. Por supuesto que no: del diálogo entre el experto solvente y el charlatán saldría, seguramente, más ruido que luz.

¿No hay que responder? El último en rebelarse ha sido Richard Dawkins, el biólogo (y ateísta) que dedica todo su último libro, Evolución (Espasa) a desmontar las teorías creacionistas. ¿De verdad el creacionismo es un problema hoy para la ciencia? Puede serlo cuando un 40% de la población estadounidense encuestada (atención: y un 16% de los españoles) suscribe que el hombre fue creado hace menos de 10.000 años y convivió con los dinosaurios. Así que el experto da un paso al frente y pone sobre la mesa las (abrumadoras, incontestables) evidencias de que las especies evolucionan gracias a la selección natural, aunque el Génesis narre otra cosa.

Algunas teorías conspirativas triunfan porque encajan muy bien con ideas preconcebidas. Cuestionar el origen del sida convenía a algún gobernante africano incapaz de frenar la epidemia. Rechazar que el condón previene la infección suena bien a los puritanos. Presentar el cambio climático como un mito fue una idea aplaudida (y financiada) por las empresas sucias, petroleras a la cabeza. Negar el Holocausto funciona bien a los teócratas de Teherán; igual que el empeño en que explotó Titadine en Atocha pretende sobre todo lavar la cara de quienes no decían la verdad aquellos trágicos días de marzo.

¿Y la gripe? Lo tiene todo: una irrupción misteriosa, hoteles aislados y militarizados, mascarillas y trajes de astronauta, una campaña de vacunación masiva y, tenía que haber villanos, una OMS a modo de ensayo de gobierno mundial y un negocio millonario para la antipática industria farmacéutica. Faltaba un portavoz. Apareció Teresa Forcades monja y médica, buena comunicadora, que arrasa en YouTube mezclando datos ciertos, medias verdades, enigmas que no lo son y leyendas urbanas. Un discurso atractivo, seductor. Pero peligroso, similar al que en EE UU ha llevado a miles de familias, en su resistencia a los malvados laboratorios, a impedir que se vacune a sus niños de nada. Y, por tanto, a jugar con su esperanza de vida.

Los conspiracionistas de la gripe A, como los del cambio climático, son osados al desafiar un consenso científico apabullante. ¿Nos engañan conscientemente los principales investigadores del mundo, las universidades, las autoridades, el sistema sanitario en bloque? Ciertas teorías (también la del Titadine) implican centenares o miles de eslabones humanos implicados en el oscuro complot, celosos guardianes de un terrible secreto. Alguno se sentirá bien pensando que han engañado a todos menos a él. Pero, como en el chiste, si todos los coches circulan en sentido contrario debe ocurrir que el que marcha al revés es el propio.





CITA
La monja y las teorías de la conspiración

Un reportaje que trata de desmontar el mensaje de la monja Teresa Forcades sobre la gripe A provoca críticas. Los lectores piden respeto a las voces disidentes

MILAGROS PÉREZ OLIVA

EL PAÍS - Opinión - 08-11-2009



Desmontando a la monja-bulo. Éste era el titular del reportaje que la sección Vida y Artes dedicó el pasado 1 de noviembre a "desmontar" el discurso que la monja benedictina Teresa Forcades desgrana en un vídeo titulado Campanas por la gripe A, uno de los últimos grandes éxitos de Internet. Cientos de miles de personas han visto en YouTube esta filmación de 53 minutos. "Todos los narradores conocen la combinación perfecta para una buena historia: una víctima, un villano y un héroe", comienza el reportaje, firmado por María R. Sahuquillo y Emilio de Benito. "El reparto es fácil: la víctima es la humanidad, la verdad científica, los pobres del mundo; los villanos, la industria farmacéutica, la OMS; y el héroe (...) una monja benedictina de las montañas de Montserrat". "El mérito de Forcades", prosigue el texto, "es que, a pesar o gracias al hábito, parece seria y seguramente actúa con buena intención. Con la mejor. Es médica de la Universidad de Barcelona y afirma que se especializó en Medicina Interna en Nueva York. (...) Como Mary Poppins, ella también, entre cucharada y cucharada de azúcar, puede hacer comulgar (nunca mejor dicho) con ruedas de molino".

Las ruedas de molino son en este caso las teorías de Forcades sobre la vacuna de la gripe A, que incluyen insinuaciones sobre una posible conspiración de la industria farmacéutica, lo que da pie a que, en un apunte firmado por Ricardo de Querol, se inscriba este vídeo entre las "teorías conspiracionistas".

El reportaje ha provocado un alud de cartas. Muchas de ellas presentan el mismo texto, lo cual indica que obedecen a una campaña, pero también las hay espontáneas. La mayoría han sido remitidas por mujeres y predominan las profesionales de la salud. Con distintas palabras, abundan en una idea que la psicóloga clínica Olga Fernández Quiroga expresa así: "El artículo contiene todas y cada una de las acusaciones que los autores vierten contra la doctora Forcades: apariencia de seriedad, medias verdades y descalificaciones".

La endocrinóloga y ex diputada socialista Carme Valls Llobet, autora de varios libros sobre salud y género, escribe: "El artículo intenta una burda manipulación de las palabras de Teresa Forcades. No se pueden utilizar medias verdades, o directamente mentiras, para descalificar. Son muchas las comunidades científicas contrarias a realizar intervenciones preventivas sin las adecuadas garantías de seguridad", afirma en relación a la vacuna.

"El titular no se corresponde con el contenido", dice Margarita López Carrillo, presidenta de Xarxa de Dones per la Salut: "Bulo es una noticia falsa divulgada con fines negativos, y en las afirmaciones de la doctora no hay ninguna falsedad, cosa que sí ocurre en el artículo". Lo mismo opinan las doctoras Dolores Ariño, de Zaragoza, y Pepa Pont, de Valencia. Otras, como Mariona Chavarría, piden "respeto para las opiniones diferentes" y critican que no se haya incluido la versión de Forcades, "algo especialmente llamativo en un escrito tan beligerante".El redactor jefe de Sociedad, Ricardo de Querol, defiende la oportunidad del artículo: "Los cientos de mensajes recibidos a favor y en contra de Teresa Forcades me confirman en la idea de que nuestra explicación era muy necesaria. La teoría de la conspiración en torno a la gripe A que expone esta médica está teniendo tal impacto que un periódico de referencia como EL PAÍS estaba obligado a hacer un análisis crítico, apoyado en la opinión de científicos de primera fila. Si no recogimos también la versión de Forcades fue porque no contestó a nuestra insistente petición. Pero su punto de vista está recogido en su vídeo".

Querol afirma que "el objetivo no es la neutralidad, sí la honestidad y el rigor. No seríamos equidistantes en un debate entre el darwinismo y el creacionismo; o entre la ciencia y la superstición. Si la expresión "monja-bulo" parece a muchos poco respetuosa, pedimos disculpas. Pero mantengo que, desde el rigor, teníamos que desmontar el bulo de ese mensaje llamando a la población a evitar vacunarse".

Someter a un análisis crítico un vídeo tan controvertido entra sin duda en las funciones del periodismo riguroso. Pero el artículo contiene errores de forma y contenido que empañan el resultado. El titular es profundamente descalificador. Y no es el discurso de Forcades lo que se califica de bulo, sino a la propia monja, a la persona. ¿Diríamos "desmontando al presidente-bulo, al diputado-bulo"? Un titular tan desafortunado predispone contra Teresa Forcades, pero también descalifica al propio artículo porque muestra una beligerancia y un apriorismo que casan mal con la objetividad. La comparación con Mary Poppins contribuye al menoscabo y juicios de valor como "parece seria" y "seguramente actúa con buena intención", le dan un tono que algunos lectores consideran displicente. La ausencia de la versión de Forcades es además una grave carencia, pues no todos los lectores han visto el vídeo.

Expresiones como "afirma que se especializó en Medicina" introducen una sombra de duda, cuando es un dato comprobable, pues el currículo de Forcades es público e incluye un doctorado en Teología y un master en Salud Pública. Decir que su "única obra conocida es un librito llamado Los crímenes de las grandes compañías farmacéuticas" es también inexacto, pues tiene publicaciones sobre teología y sobre feminismo, una de cuyas figuras más acreditadas, la catedrática Milagros Rivera Garreta, ha escrito también a la Defensora en favor de la monja feminista.

"No hemos pretendido dudar de su currículum. El citado como 'librito' ocupa 44 páginas", afirma De Querol. "Decimos de ella que es buena comunicadora y que su crítica a la campaña de vacunación es la mejor fundamentada de las que circulan por la Red. Forcades incluye una buena divulgación de qué es la gripe, hechos ciertos presentados como enigmas, medias verdades y datos erróneos para llegar a conclusiones indefendibles. Es un hecho que Baxter cometió un error en un ensayo con hurones de una posible vacuna para la gripe aviar (no para la A). Deducir de ahí que la vacuna de la gripe A puede estar contaminada y acabar con media humanidad es, desde el punto de vista de la ciencia, un disparate, un bulo, una falsedad. Entre la extravagancia conspiracionista y la razón científica, EL PAÍS está con la segunda".

Ciertamente, la teoría conspirativa es el talón de Aquiles del vídeo de Teresa Forcades y, aunque ella misma se arrepiente de su comentario, es evidente que le resta credibilidad. Pero si el propósito del artículo era defender la razón científica, el resultado ha sido en parte fallido. El artículo ha actuado como un bumerán contra el diario y ha reforzado a Forcades en el papel de heroína, al que ahora puede añadir además el de víctima. Y no ha contribuido a aclarar el principal enigma de este caso: ¿Por qué, a pesar de sus debilidades, el vídeo ha tenido tanto éxito? ¿Por qué Teresa Forcades sigue teniendo tantos y tan cualificados defensores? Sus extraordinarias dotes para la comunicación -53 minutos de monólogo en plano corto- y la serena convicción que transmite han podido contribuir, sin duda. Pero hay algo más.

La razón de su éxito estriba precisamente en la parte científica de su discurso, aquella en la que expresa dudas y críticas a la gestión de la gripe A. El vídeo se ha convertido en la voz disidente frente a un discurso oficial que se ha impuesto, como un pensamiento único, por encima de dudas razonables, y que ha ahogado las voces que criticaban, por alarmista y onerosa, la gestión de la pandemia. Voces también científicas, como el documento emitido el 25 de septiembre por la Sociedad Española de Salud Pública y Administraciones Sanitarias (SESPAS), que agrupa a 3.800 profesionales; el documento de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, de 28 de octubre; o el Butlletí Groc (abril-junio) de la Fundación Instituto Catalán de Farmacología. En todo caso, de la misma manera que no se puede desmontar un discurso oficial mezclando datos ciertos con especulaciones, el periodismo riguroso tampoco puede desmontar supuestos bulos con descalificaciones. Para defender la verdad, no bastan las buenas intenciones.





http://www.elpais.com/articulo/opinion/mon...elpepiopi_5/Tes






CITA
La OMS anuncia una investigación ante las acusaciones de que exageró el riesgo de la nueva gripe

El organismo se pronuncia después de que el Consejo de Europa haya decidido debatir la gestión de la emergencia sanitaria

EMILIO DE BENITO / AGENCIAS
Madrid / Ginebra

ELPAIS.com
Sociedad
12-01-2010



La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha anunciado hoy que un grupo de expertos independientes analizará su actuación ante la gripe A. El organismo responde así a las acusaciones de que actuó en connivencia con la industria farmacéutica para exagerar los riesgos de la enfermedad con el fin de aumentar la venta de vacunas o tratamientos médicos.

La OMS se ha pronunciado hoy después de que el Consejo de Europa anunciara ayer que el mes que viene debatirá la gestión de la crisis sanitaria. El presidente de la Comisión de Salud de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, Wolfgang Wodarg, ha impulsado una iniciativa para que se investigue el posible papel de los laboratorios farmacéuticos. Wodarg, médico epidemiólogo, afirma en su página web que "la OMS, en cooperación con algunas de las grandes compañías farmacéuticas y sus científicos, redefinieron el nivel pandémico y redujeron el umbral de alarma. Estos nuevos estándares obligaron a los políticos de la mayoría de los países a reaccionar inmediatamente y firmar acuerdos comerciales para adquirir vacunas contra la nueva gripe, y gastar millones de dólares para responder al alarmante escenario que el Big Pharma (nombre literario para el lobby de las farmacéuticas), los medios de comunicación y la OMS estaban propagando".

La portavoz de la OMS, Fadela Chaib, ha declarado que "esperamos y damos la bienvenida a las críticas y a la oportunidad de discutirlas. En el futuro, realizaremos una evaluación de nuestro trabajo con expertos externos para analizar nuestro manejo y respuesta al virus AH1N1". No obstante, no ha precisado cuándo comenzará su investigación el comité de expertos. Chaib ha agregado que "estamos abiertos a las recomendaciones que puedan mejorar nuestra labor" y ha prometido que las conclusiones de la investigación se harán públicas.

El aspecto de la gravedad

Las acusaciones, que no son nuevas, se centran en una supuesta redefinición de la situación de pandemia hecha por la OMS en mayo pasado. De acuerdo con los protocolos que se establecieron cuando se empezó a vigilar la anterior posible pandemia, la de la gripe aviar, ésta se declara cuando hay un virus que se propaga fácilmente entre personas de dos o más áreas geográficas (un reparto que se corresponde a rasgos generales con los continentes). El punto de discusión está en si basta con que la enfermedad se transmita fácilmente o si hace falta que, además, sea grave. Aunque los portavoces y asesores de la OMS niegan que este último aspecto se haya omitido (y algunos admiten ahora que probablemente habrá que tenerlo en cuenta en el futuro), un periodista de la CNN encontró en mayo que había documentos de la organización que sí hablaban de la gravedad. Cuando advirtió a la OMS, ésta revisó sus webs, y lo modificó, con lo que dio pie a las sospechas.

La organización no era ajena a que, dado que la epidemia de gripe no estaba siendo más mortal que la de otros años, iba a estar en el punto de mira. Ya el pasado 3 de diciembre colgó de su página web un documento en el que afirmaba que era "consciente de algunas dudas, manifestadas por los medios de comunicación, de que los vínculos de los expertos de los organismos consultores de la OMS con la industria farmacéutica podían influir en sus decisiones, especialmente en aquellas relacionadas con la pandemia de gripe". El texto concluía que las críticas eran "comprensibles, pero infundadas". "La OMS ha manifestado de manera constante que el impacto de la pandemia de gripe era moderado. La OMS ha recordado insistentemente a la comunidad médica, al público y a los medios de comunicación que la inmensa mayoría de los pacientes sufren una gripe leve que se recupera en una semana, incluso sin necesitar tratamiento. Aunque los virus de la gripe son impredecibles, se espera que este impacto moderado continúe a través de la duración de la pandemia", insistía la OMS. En la misma línea, la directora del organismo, Margaret Chan, dijo poco después que no se arrepentía de las medidas tomadas y que las volvería a repetir.

"Todavía es pronto"

Preguntada por las acusaciones a la OMS, Trinidad Jiménez ha señalado hoy que "el virus existía, el virus estaba provocando fallecimientos, un alto índice de contagio entre la población, existía una enorme preocupación porque no sabíamos cómo se iba a comportar y, por tanto, nuestra obligación como autoridades sanitarias era tomar todas las medidas necesarias para hacer frente a cualquier escenario". "En parte, el virus no ha afectado de una manera tan agresiva y tan grave a la población porque hemos tomado medidas de prevención y hemos podido reaccionar con mucha antelación", ha apuntado. A su juicio, "todavía es pronto" para determinar si hubo una alarma excesiva.

La OMS ha descartado por el momento levantar la declaración de pandemia. Sustenta esta decisión en que deben pasar varias temporadas antes de poder confirmar que la enfermedad no volverá a surgir, eventualmente, con mayor fuerza. Por el momento, se habla de esperar entre seis y doce meses más para poder declarar el fin de la pandemia.



"Llevamos años preparándonos para una pandemia como ésta"


España actuó con "proporcionalidad" al comprar las vacunas

La ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, ha reiterado hoy que España actuó con "proporcionalidad" en la compra de vacunas contra la gripe A y que ahorrará 170 millones de euros al haber podido cancelar más de la mitad de las dosis contratadas a las farmacéuticas. Jiménez ha insistido en que las vacunas sobrantes no se venderán sino que se aprovecharán probablemente para el año que viene.

"Todavía queremos mantener las vacunas. Son pocas ya las que quedan, pero las queremos mantener para poder hacer frente eventualmente a cualquier escenario que se pueda presentar y sobre todo teniendo en cuenta que es muy probable que el virus circulante el próximo año sea el virus de la gripe A y, por tanto, pueda servir incluso la misma vacuna de este año para el año próximo", ha dicho en declaraciones a la prensa durante una visita a Bruselas ante la Presidencia española de la UE.

La ministra de Sanidad ha explicado que el contrato firmado con las farmacéuticas permitía a España devolver parte de las vacunas que se habían reservado si no se necesitaban. "Finalmente, de los 37 millones de dosis que habíamos reservado y contratado solamente nos han servido 13 millones. Nueve han ido a las comunidades autónomas para que pudieran atender a la población que estaba definida como grupo de riesgo. El restante quedó en poder de la reserva estratégica del Estado para poder atender cualquier eventualidad", ha señalado.

"Esto ha supuesto un ahorro de alrededor de 170 millones de euros sobre lo que inicialmente habíamos presupuestado", ha resaltado Jiménez. "En España compramos vacunas para los mismos grupos de riesgo que estaban definidos en la gripe estacional, ni más ni menos. Y tomamos las mismas medidas necesarias que había que adoptar para hacer frente a picos altos

de contagio en los centros sanitarios", ha proseguido la ministra. "Creo que en España actuamos con mucha responsabilidad, con previsión y con proporcionalidad a la situación", ha apuntado
.




http://www.elpais.com/articulo/sociedad/OM...lpepusoc_13/Tes
Francisco Alegre
CITA
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Bruce Beelher
Carta abierta al presidente Obama


MÁRIO SOARES

EL PAÍS
Opinión
14-01-2010



Soy su sincero admirador desde que se lanzó a la campaña electoral y empecé a leerle y a oírle hablar de sus proyectos. Admiro su humanismo, su cultura, su valor y su estilo. A diferencia de usted, presidente, no soy creyente. Soy agnóstico y tengo cierta experiencia en la vida política. Sin embargo, les dije a muchos amigos que su victoria electoral suponía un auténtico milagro en Norteamérica y para el mundo. Por mucho que no crea en milagros...

Sé que, una vez nombrado presidente, le cayó encima el peso del mundo. Literalmente. Pronunció discursos innovadores y muy notables que contribuyeron a cambiar la imagen de Norteamérica en el mundo y, señaladamente, en Europa. Dio un nuevo impulso a la ONU, completamente desdeñada en la época de su antecesor, comprendiendo que el mundo es demasiado vasto y diferenciado para poder ser gobernado por una única superpotencia. Abrió las puertas a un mundo multilateral, de diálogo y de paz.

Tendió, con gran inteligencia, la mano al mundo islámico, en su discurso de El Cairo. Habló, directamente, con rusos y chinos, preocupado por la paz mundial y la crisis global. Se dirigió a los pueblos africanos, prometiéndoles ayuda, y a sus vecinos del sur, los países iberoamericanos, especialmente a Cuba. Y ha tenido que soportar, con determinación y valor, a sus agresivos adversarios en el ámbito nacional, los republicanos, y a algunos demócratas, así como a los lobbies, que tantos perjuicios causan. La victoria que ha obtenido en relación con la reforma de los servicios de salud, por más que con algunas concesiones, representa un hito histórico y un ejemplo.

Por todo ello, aplaudí con entusiasmo al jurado del Nobel que le confirió el Premio. A pesar de algunas protestas, fue muy justo y estuvo bien escogido. No había nadie, en este annus horribilis de 2009, que se lo mereciera más.

Sin embargo, hubo dos actuaciones suyas que no me gustaron. La primera, la de enviar más de 30.000 soldados americanos a Afganistán que, permítame que se lo diga con toda franqueza, es una guerra perdida, como la de Irak o tal vez peor. Sé que la invasión de Afganistán tuvo el aval de la ONU y que en ella su antecesor involucró a la OTAN. Algo que por sí mismo desacreditó a una organización que es defensiva desde los tiempos de la "guerra fría" y que se convirtió, desde ese momento, en ofensiva, operando, además, fuera de su área normal de actuación. Un error fatal de realpolitik que me temo le va a salir caro.

Mi segundo motivo de desagrado fue la manera en la que se comportó en la frustrada Cumbre de Copenhague. Pasó por encima de la ONU, hizo caso omiso de la UE como conjunto, y prefirió entenderse con China, fundamentalmente, que no acepta ser fiscalizada et pour cause, y convocar a algunos otros Estados, entre los que se contaba Brasil (y quedamos encantados, nosotros los portugueses), tal vez no sólo para animar la fotografía...

Su discurso, permítame que se lo diga, señor presidente, fue de los más apagados y tristes que ha pronunciado hasta hoy. Sólo se me quedó grabada una frase: "No he venido aquí para hablar sino para actuar". Pues eso mismo. En materia de medio ambiente, el tiempo apremia y es preciso actuar. Es fundamental luchar contra tantos atentados humanos y egoístas que amenazan a nuestro planeta. Para que la Humanidad pueda sobrevivir. ¿Hay algún motivo más importante y urgente que éste?

Esperemos que en la Cumbre prevista para finales de 2010, en México, se puedan dar pasos decisivos, esté de acuerdo China o no.

En cuanto a lo demás, permítame un último apunte. Como portugués, me siento también ibérico y europeo. Es algo que un americano suele tener dificultades en comprender. Pero sepa también que soy federalista, partidario, como Jean Monnet, de los Estados Unidos de Europa. Estoy preocupado con el subcontinente americano, que ha sido capaz de expulsar a los dictadores militares, formados en la escuela de Chicago. Hoy, casi todos los países de la zona son, o se esfuerzan por ser, democracias. Iberoamérica es un subcontinente riquísimo en recursos naturales, con élites culturales, científicas y técnicas de indiscutible valor. Tradicionalmente desconfiados de su poderoso vecino del norte -y con sólidas razones para ello-, recibieron muy bien los primeros mensajes que el señor presidente les envió. Como la mano que tendió a Cuba, sobre todo.

Ahora Cuba está pasando -con la crisis global y por razones estructurales también- por un momento dramático, dificilísimo. Un pueblo tan dinámico y alegre como éste empieza a sentirse asfixiado, como deduzco de un reciente discurso que escuché en boca del presidente Raúl Castro.

El señor presidente -y disculpe que se lo diga con tanto atrevimiento- podría acabar, mediante un gesto unilateral, con el bloqueo, que sólo presenta inconvenientes para todos. El mundo entero le aplaudiría, sin la menor duda. Y se renovaría la esperanza en lo que el señor presidente representa y puede hacer, no sólo por el pueblo americano, que es el suyo, sino por todos los pueblos del mundo.

Con mis mejores deseos para el nuevo año, reciba un cordial saludo de su admirador.



Mário Soares ha sido presidente y primer ministro de Portugal. Traducción de Carlos Gumpert
.



http://www.elpais.com/articulo/opinion/Car...elpepiopi_5/Tes
Maripili
Jefatura del Estado

El nuevo Gobierno de Guinea Ecuatorial

El presidente de la República de Guinea Ecuatorial ha presentado los decretos con los nombramientos de los miembros que formarán el próximo Gobierno de la Nación. Los cambios que pueden constatarse en la nueva lista ministerial destacan por la apuesta de la juventud en algunas carteras destacadas.




En la tarde noche de ayer, 13 de enero, el Presidente Obiang Nguema Mbasogo, a través de los medios oficiales de la Nación, presentó los decretos 4, 5, 6 y 7 de 2010, mediante los cuales se publica el nombramiento de los nuevos miembros del Gobierno para los próximos años.

Los decretos 4, 5 y 6 recogen los nombramientos de los tres Vice Primer Ministros del Gobierno, que al igual que el Primer Ministro, repiten, aunque con cambios en el orden:

- Vice Primer Ministro Primero Encargado del Sector Económico y Financiero, Aniceto Ebiaca Moete (anterior Vice Primer Ministro Segundo).

- Vice Primer Ministro Segundo Encargado del Sector Político y la Democracia, Demetrio Elo Ndong Nsefumu (anterior Vice Primer Ministro Tercero);

- Vice Primer Ministro Tercero Encargado del Sector Social y Derechos Humanos, Excelentisimo Sr. D. Salomón Nguema Owono (anterior Vice Primer Ministro Primero).




El Decreto 7 / 2010, de 13 de enero ofrece la nueva lista de Ministros que formarán el nuevo Gobierno. Este decreto establece literalmente que “De conformidad con lo dispuesto en el artículo 54 de la Ley Fundamental de Guinea Ecuatorial y previas consultas mutuas con el Primer Ministro-Jefe de Gobierno; En atención a las circunstancias que concurren en sus personas y en el uso de las facultades que Me confiere el artículo 39,inciso g) de la Ley Fundamental del Estado, vengo en nombrar a los Miembros del Gobierno como sigue:



- Ministro de Estado de la presidencia de la República Encargado de Misiones, Excmo.Sr. D. Alejandro Evuna Owono Asangono.

- Ministro de Estado de la Presidencia del Gobierno Encargado de Relaciones con el Parlamento y Asuntos Jurídicos, Excmo. Sr. D. Ángel Marie Mibuy.

- Ministro de Estado-Encargado del Interior y Corporaciones Locales, Excmo. Sr. Clemente Engonga Enguema Onguene.

- Ministro de Estado-Encargado de Obras Públicas e Infraestructuras, Excmo. Sr. D. Marcelino Oyono Ntutumu.

- Ministro de Estado Encargado de Educación, Ciencia y Deportes, Excmo. Sr. D. Filiberto Ntutumu Nguema.

- Ministro de Estado Encargado de Sanidad y Bienestar Social, Excmo. Sr. D. Francisco Pascual Obama Asue.

- Ministro de Esetado Encargado de Agricultura y Bosques, Excmo. Sr. D. Teodoro Nguema Obiang Mangue.

- Ministro de la Presidencia de la República Encargado del Gabinete Civil, Excmo. Sr. D. Braulio Ncogo Abegue.

- Ministro Secretario General de la Presidencia del Gobierno Encargado de la Coordinación Administrativa Excmo. Sr. D. Mauricio Bokung Asumu.

- Ministro de la Presidencia del Gobierno Encargado de la Integración Regional, Excmo. Sr. D. Baltasar Engonga Edjo.

- Ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Internacional y Francofonía, Excmo. Sr. D. Pastor Micha Ondo Bile.

- Ministro de Justicia, Culto e Instituciones Penitenciarias, Excmo.Sr. D. Salvador Ondo Nkumu.

- Ministro de Defensa Nacional, Excmo. Sr. D. Antonio Mba Nguema.

- Ministro de Seguridad Nacional, Excmo. Sr. D. Nicolas Obama Nchama.

- Ministro de Transportes, Tecnologías, Correos y Telecomunicaciones, Excmo. Sr. D. Vicente Ehate Tomi.

- Ministro de Economía, Comercio y Promoción Empresarial, Excmo. Sr. D. Pedro Ondo Nguema.

- Ministro de Planificación, Desarrollo Económico e Inversiones, Excmo. Sr. D. José Ela Oyana.

- Ministro de Hacienda y Presupuestos, Excmo. Sr. D. Melchor Esono Edjo.

- Ministro de Minas, Industria y Energía, Excmo. Sr. D. Marcelino Owono Edu.

- Ministro de Trabajo y Seguridad Social, Excmo. Sr. D. Estanislao Don Malavo.

- Ministra de Asuntos Sociales y Promoción de la Mujer, Excma. Sra. Dª Eulalia Envo Bela.

- Ministro de Pesca y Médio Ambiente, Excmo. Sr. D. Anastásio Asumu Mum Muñoz.

- Ministro de Información, Turismo, Cultura y Portavoz del Gobierno, Excmo. Sr. D. Jerónimo Osa Osa Ecoro.

- Ministro de la Función Pública y Planificación Administrativa, Excmo. Sr. D. Tomás Esono Ava.

- Ministro Delegado de Hacienda y Presupuestos, Excmo. Sr. D. Martín Crisantos Ebe Mba.

- Ministro Delegado de Minas, Industrias y Energia, Excmo. Sr. D. Gabriel Mbega Obiang Lima.




CITA
Una apuesta por los jóvenes

Los principales cambios que se registran en la nueva composición del Gobierno apuestan por la juventud de algunos de sus miembros más destacados; es lo que sucede con Melchor Esono Edjo, que pasa de Viceministro de Hacienda a ocupar la cartera de este ministerio. De la misma forma puede interpretarse la elección de D. Filiberto Ntutumu como nuevo Ministro de Estado de Educación, Ciencias y Deportes. En los últimos tiempos, Ntutumu había ocupado el cargo de Secretario del Partido Democrático de Guinea Ecuatorial. Por su parte, el Ministro de Agricultura y Bosques, Teodoro Nguema Obiang Mangue también asciende en su cargo al ser nombrado Ministro de Estado.

Otros cambios son el de Vicente Ehate Tomi, anterior Secretario General de la Presidencia del Gobierno, quien pasa a ocupar la cartera de Transportes, Tecnologías, Correos y Telecomunicaciones. El anterior Ministro de Trabajo, Mauricio Bokung será ahora el nuevo Ministro Secretario General de la Presidencia del Gobierno, mientras que Estanislao Don Malavo, que ocupaba la cartera del Ministerio de Hacienda y Presupuestos, pasa a ocupar la de Trabajo y Seguridad Social.

Hoy, día 14 de enero, se producirá la Toma de Posesión de todos los Ministros. También a partir de las próximas horas se producirán los nombramientos de los Viceministros y Secretarios de Estado, quedando oficialmente compuesto el Gobierno de la Nación.



http://www.guineaecuatorialpress.com/noticia.php?id=318

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Andy Maykuth
"El componente europeo está presente en todos y cada uno de los conflictos mayores que se han dado en África"

Entrevista con Antumi Toasijé, historiador y rector del Centro de Estudios Panafricanos

Kepa Arbizu
Lumpen
13-1-2010 a las 23:14
149 lecturas



La historia de África está marcada por la esclavitud y la colonización. El presente no es mucho mejor. El continente sufre la explotación de manos de las potencias occidentales. Pese a ser la gran vergüenza de los Estados del llamado "primer mundo", su situación no parece ser prioridad ni tener la necesaria difusión. Antumi Toasijé, historiador y rector del Centro de Estudios Panafricanos, nos habla de la situación del continente y las responsabilidades, tanto políticas como morales, de Occidente.

Una de las críticas habituales a Europa, y por extensión a Occidente, es el etnocentrismo cultural que demuestra. ¿En qué aspectos concretos se hace visible ese “egocentrismo” con respecto a África?


Históricamente existe un pulso más o menos declarado entre Europa y África que tiene sus inicios en la Edad Antigua. Tras la Era Moderna y en el presente no cabe duda de que, dados los efectos del esclavismo, la invasión colonial y el neocolonialismo en las relaciones norte-sur, Europa y sus descendientes, fundamentalmente en Norteamérica, se colocan en una posición de superioridad, económica, militar y política, que se traduce en pretensiones de superioridad moral que condicionan todo el imaginario europeo y africano. Al europeo se le enseña, de modo directo e indirecto, desde la más tierna infancia, que es el ser destinado a aportar luz al resto de pueblos de la tierra que de un modo u otro son vistos como incapaces y ello se traduce en casi todos los ámbitos de relación, incluso aquellos que son aparentemente más horizontales y democráticos, donde occidente acaba por imponer su criterio, muchas veces ayudado por las élites africanas mentalmente secuestradas. Como ejemplo le diré que no hay o­nG’s africanas operando en suelo europeo para solucionar problemas de los europeos como puedan ser el abandono de ancianos. ¿Puede imaginar algo así? Ello se debe a que el esquema de superioridad-inferioridad está fuertemente arraigado. Como digo, esta actitud es producto de la evidente victoria política, económica y militar de Europa y sus vástagos sobre la mayoría del mundo.



En los últimos años se ha sumado China a la lucha por los recursos existentes en suelo africano. Además, EEUU ha creado hace poco el AFRICOM (Comando África de Estados Unidos). ¿Cuáles son los objetivos reales de ambos?



Hay serias diferencias entre las políticas africanas de Beijing y Washington. Los gobiernos Chinos desde el principio no buscaron condicionalidad política, sus tratos son mucho más beneficiosos para África, en las relaciones con occidente África “ganaba” un 8% y occidente el resto, mientras que con China África gana cerca de un 30%, China invierte en infraestructuras, carreteras, saneamiento, centros de producción de energía, centros de salud… y nos considera, a los africanos, como potenciales consumidores y no sólo productores de materias primas, es un avance. Otra cuestión son los estilos diplomáticos, al respecto hay que recordar que la entrada de China en África no es nueva, tiene un largo recorrido, aunque el impulso actual sea mayor, dado el crecimiento asiático. Es evidente que Beijing no se siente impulsado a dirigir los destinos de África, por ello la relación política con China es una relación más equilibrada, hay mucha experiencia sobre la manipulación de la política africana por parte de occidente, prácticas que han originado guerras y que incluyen magnicidios, el AFRICOM es una vuelta de tuerca más que utiliza excusas viejas como el terrorismo para recolonizar militarmente los puntos estratégicos de producción petrolífera en África. El tipo de influencia negativa de China en la actualidad se manifiesta en que refuerza los regímenes existentes, sean dictatoriales o no, sin preocupación por los Derechos Humanos. El caso de Sudán es paradigmático, es evidente que China apoya al régimen genocida de Khartoum, pero también es evidente que Estados Unidos, de un modo torticero e irresponsable, ha fomentado el alzamiento de los rebeldes, bajo cuyo suelo se encuentran los yacimientos de petróleo que tanto China como EEUU ambicionan. En resumen, China comete sus errores y fomenta atropellos, pero es mucho menos dirigista y sus tratos son más aceptables, sin embargo en los medios de comunicación occidentales se insiste en que la penetración de China es un nuevo colonialismo peor si cabe que el suyo, en un evidente acto de contra-propaganda que no engaña a nadie mínimamente informado.


Como consecuencia de algunos hechos concretos el tema de la pesca ha sido muy comentado últimamente. ¿Los tratados, acuerdos o la regulación de las llamadas “aguas internacionales” en qué papel deja a los países africanos?



Hace tiempo que los países europeos y Japón principalmente vienen esquilmando los recursos pesqueros de los caladeros africanos. España juega un papel protagonista en este robo de pescado. Además del asalto a las pesquerías de los países que estuvieron o están en guerra, como Sierra Leona, Liberia, Somalia, Angola y Mozambique, se produce el robo descarado en la plataforma continental de países que por su limitación de recursos en vigilancia costera o por la corrupción existente, se ven totalmente indefensos ante la avalancha de enormes arrastreros y buques que utilizan artes prohibidas en Europa. Los tratados internacionales han ido poniendo la situación de los países africanos cada vez peor de un modo paradójico, puesto que se ha ido dejando cada vez más la responsabilidad de la vigilancia de las costas a los propios países africanos sin aportar cooperación tecnológica y económica que apoye una efectiva vigilancia de sus costas. Aunque todos los pescadores y expertos saben que la mayor parte de la captura mundial se produce en aguas continentales y también territoriales, desde los medios de comunicación se insiste en apoyar las mentiras de gran número de armadores que afirman pescar en aguas internacionales. En ese contexto la llamada piratería de los ex - pescadores es un efecto de un crimen mucho mayor llevado a cabo por occidente y Japón.



Siempre se esgrimen las luchas tribales como ejemplo para demostrar la inestabilidad del continente africano. Pero, ¿hasta qué punto, en esos enfrentamientos, tienen responsabilidad los países occidentales o sus intereses?



Es curioso cómo el lenguaje y las percepciones etnocéntricas de Europa condicionan las realidades políticas y los análisis. La mayoría de los grandes conflictos que se han producido en el mundo tienen dos componentes básicos, uno étnico-racial, y otro económico. Sin embargo los europeos son reticentes a llamar a sus guerras “conflictos étnicos”. Dos ejemplos muy evidentes son las llamadas "Primera Guerra Mundial”, con origen en un conflicto étnico y territorial en los Balcanes, y la “Segunda Guerra Mundial” con origen en el conflicto racial-étnico y territorial de los alemanes contra otros europeos y sus minorías étnicas como los judíos asquenazíes o los propios africano-alemanes. El último conflicto europeo, nuevamente en los Balcanes, también ha tenido claros detonantes étnicos, territoriales e incluso religiosos. Por otra parte, a pesar de los terribles efectos y la virulencia de los conflictos africanos, África es en general un continente pacífico si se compara con Europa o Asia, que actualmente gozan del período más largo de paz de su historia, ya que dichos continentes superan cada uno con creces y sólo en el siglo XX, el número total de víctimas de los conflictos de toda la historia de África. Dicho lo cual, es notorio que el componente europeo está presente en todos y cada uno de los conflictos mayores que se han dado en África en la época contemporánea, empezando por todos los habidos en la zona de los Grandes Lagos. Ello no obsta para que los panafricanistas nos horroricemos ante lo fácil que es manipular a nuestras poblaciones dada la irresponsabilidad de determinados líderes africanos y los límites impensables de crueldad a los que pueden llegar los combatientes.



¿Qué opinión le merece la Corte Penal Internacional y más en concreto el hecho de que se haya dedicado casi en exclusividad a temas africanos? ¿Es factible la idea de, bajo una Justicia Universal, juzgar a las multinacionales y las consecuencias que provocan?



Los tribunales Internacionales, interesantes a priori, se han convertido en un instrumento más de las grandes potencias para asentar su hegemonía. Es evidente que deberían haber pasado ante un tribunal internacional los dirigentes de destacadas naciones de Europa y Estados Unidos. Sin embargo esto nunca sucederá, lo cual no da una medida de la utilidad y función de tales tribunales. El único occidental de peso procesado, Milosevich, lo ha sido por haber caído en desgracia frente a sus antiguos protectores. Está bien perseguir a Charles Taylor, pero ¿qué pasa con la compañía de diamantes De Beers? Está bien procesar a Thomas Lubanga pero ¿qué pasa con las compañías que se benefician del Coltán? Además de los dirigentes implicados en conflictos y crímenes de Lesa Humanidad se debería hacer un esfuerzo por procesar a los instigadores, protectores y agentes comerciales de las multinacionales que es sabido buscan y obtienen grandes beneficios gracias al caos planificado. Ese esfuerzo no se hará mientras Europa y sus descendientes detenten el monopolio sobre la autoridad moral y jurídica en el mundo. Por ello, siendo una idea interesante en principio, la Justicia Universal y sus instrumentos, como la Corte Penal Internacional, están tomando los mismos derroteros que todas las iniciativas globales, acaban por reforzar las posiciones de los fuertes y fomentan la impunidad de las grandes corporaciones.



Europa se jacta de defender la libertad y la igualdad. ¿Qué consideración hace de las leyes de inmigración que se deciden desde este continente?



Europa demuestra no tener visión histórica al establecer muros y barreras a la libre circulación de ciudadanos por el mundo. Las poblaciones históricamente se han movido en dirección a los recursos, puesto que el norte se capitaliza por la explotación del sur, es normal que las poblaciones se muevan en esa dirección. Si se pone una barrera el conflicto está servido. Roma y China cayeron justo después de terminar sus grandes murallas, la presión que ejerce la cerrazón total es tal que pronto se traduce en violencia. El libre movimiento internacional es un derecho reconocido por los países occidentales, sin embargo en su hipocresía de nuevo establecen una escala, donde sólo los enriquecidos pueden circular, mientras que sobre los empobrecidos se practica la eugenesia de arrojarlos al desierto, o cortarles el acceso marítimo para que perezcan en alta mar. El aperturismo es una política mucho más necesaria, humana y, a la larga, más inteligente, pero me temo que no vende, ahí hay una responsabilidad de las ONG’s y los jóvenes idealistas que existen en occidente por luchar por un mundo no compartimentado, a veces no se dan cuenta de que la batalla está aquí, en muchos casos sería mejor que fuesen a África de turismo ecológico y que aquí combatieran las políticas genocidas de sus propios gobiernos y corporaciones.



Respecto al fenómeno Obama. ¿Cuál es su opinión, cree que podrá modificar el tipo de relaciones que tiene su país con el continente africano?



Pienso que Obama se encuentra con muchas más dificultades de las previstas inicialmente y con un problema estructural de gran envergadura. Cambiar completamente la política económica internacional de Estados Unidos puede equivaler a un suicidio ya que gran parte de la estructura del imperio se basa en la opresión y la capitalización asimétrica y África ha venido siendo una víctima de este sistema de explotación. Por poner un ejemplo, la falsa democratización de Guinea Ecuatorial está apoyada por agentes norteamericanos que asesoran al dictador guineano sobre prácticas de fraude electoral. Lo contrario supondría perder la ventaja adquirida por las compañías norteamericanas en los sustanciosos contratos de petróleo que ahondaría un punto más la actual crisis financiera. Creo que Obama va siendo consciente de todas las dificultades al respecto y no tengo mucha esperanza en su primer mandato, ahora bien, a partir de su segundo mandato, si logra remontar la economía de Estados Unidos tiene una gran oportunidad para impulsar un proyecto de relaciones diplomáticas con África más sincero y menos condicionado que el actual que tal vez se traduzca en relaciones más igualitarias y un mejor entendimiento y empatía con las poblaciones africanas que sufren los efectos de las ingerencias norteamericanas, al fin y al cabo, desde el punto de vista panafricanista, él también es africano
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http://www.kaosenlared.net/noticia/compone...tos-mayores-han

http://lumpen00.blogspot.com/2010/01/el-co...resente-en.html

Katharina Von Strauger
Misión directa a Guinea Ecuatorial

Tipo: Misión comercial

Lugar: Guinea Ecuatorial

Fecha inicio: 15/03/2010

Fecha finalización: 19/03/2010

Organiza: Cámara de Comercio de Barcelona

Fecha limite de inscripción: 29/01/2010


Descripción: La Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Barcelona y la Cámara de Comercio de Tortosa organizan una Misión directa a Guinea Ecuatorial del 15 al 19 de marzo de 2010.

Los objetivos de esta iniciativa son:

Analizar las oportunidades, tendencias económicas y los factores competitivos del área de Malabo y Bata.

Contribuir a la internacionalización de las empresas de este sector, apoyando el establecimiento de relaciones comerciales y empresariales con empresas locales.

Compartir experiencias y proyectar nuestro entorno económico y social.

Fomentar la inversión, tanto de las empresas guinea ecuatorianas en nuestro país como de nuestras empresas en Guinea Ecuatorial.



En colaboración con la Oficina Comercial de España en Malabo, se prepararán agendas individualizadas de contactos empresariales para cada empresa participante, de acuerdo con los requisitos que nos hagan llegar en la hoja de inscripción que pueden solicitar al departamento de Promoción Internacional.

Las empresas participantes tendrán una subvención de la Cámara o del COPCA de 1.057 Euros.

La fecha límite de inscripción para esta acción es el 29 de Enero de 2010. El criterio de selección de las empresas participantes será la idoneidad del producto (con la aprobación de la consultora ) y la fecha de llegada de la inscripción con la documentación y el pago correspondiente.

Si está interesado/a en participar, rogamos nos envíen el formulario de inscripción y tramiten el pago mediante una transferencia bancaria (número de cuenta en la hoja de condiciones) o la autorización de la empresa en caso de pagar con tarjeta de crédito, por un importe de:


522 euros (IVA incluido) en concepto de cuota de inscripción
870 euros (IVA incluido) en concepto de agenda de contactos


La persona de contacto para esta acción es Marta Amorós (tel. 934 169 580, mamoros@cambrabcn.org)



http://www.africainfomarket.org/aim/AIM/pu...S9.PRDID=371193

http://www.africainfomarket.org/aim/AIM/pu..._CASTELLANO.pdf

Bruce Beelher
Sistemas Políticos Africanos

Humanidades Nau Gran
15 Enero 2010
de Florián Yubero




Los autores en este ensayo Meyer Porter y E.E. Evans- Pritchard 1940, sobre los sistemas políticos en África con sus estructuras y contenidos culturales, apreciaron que hay conexión intrínseca entre cultura y organización social.

La teorías políticas de tipo filosófico no ayudaron a los investigadores en su trabajo ya que estas se ocupan de lo que debe ser un buen gobierno, cuando la antropología estudia desde cuales son sus costumbres y las instituciones políticas.

Los autores antropólogos, estimaron que el estudio comparativo debía ser a la vez inductivo, con la aspiración de establecer y explicar las uniformidades de estas instituciones y la interdependencia de la organización social.

La Metodología, la basaron en la diferenciación en dos categorías clasificables en grupos, que introduzco en cuadro para mejor comprensión

CITA
A.

-Compuesto de sociedades que existe autoridad centralizada con instituciones, esto es “un gobierno”.

-Comprende : Zulú, ngwato, bembas, banyankole y los kede.

-La sociedad se divide medida en riqueza, y los privilegios que corresponden a los status de poder y autoridad.

-Se estudia la organización gubernamental y los status de reyes o clases de poder, de los impuestos y de las divisiones administrativas.

-Las organizaciones administrativas, regulan las relaciones políticas entre segmentos territoriales.

-Los privilegios políticos, da lugar a privilegios económicos. Por impuestos, tributos y trabajo.

-La jefatura de un territorio, lleva a menudo implícito el control económico y legal de la tierra que existe en las demarcaciones territoriales que incluye.Los súbditos deben aceptar las obligaciones como tal.

-Los parientes del rey, con sus subordinados refuerzan su autoridad, con limitaciones como el poder sacerdotal y el consejo real.


B.

-Sociedades que carecen de autoridad centralizada, de instituciones, de administración, esto es carecen de gobierno.

-Comprende : Logoli, nuer y los tallensi.

-No existen divisiones de status de riqueza, rango o status.

-No existe organización, el estudio se basa en las divisiones territoriales bien marcadas para algunas tribus, cuando otras no tienen una estructura clara.

-Organización por el sistema de linajes.

-Las diferencias de rango status, son más igualitarias, la riqueza depende de condiciones excepcionales de su persona.

-Las unidades de las comunidades, son de extensión que alcanzan a sus particulares lazos de linaje, los deberes y obligaciones se adquieren a través de los lazos genealógicos.

-Las decisiones se acuerdan en grupo o en todo caso un Consejo de ancianos.



Los tipos de sistemas políticos,

En las sociedades muy pequeñas, las relaciones políticas coinciden con las de parentesco, pues ambas son una misma cosa. Organización que es capaz de unir solo a grupos pequeños, en asuntos como la defensa o resolución de conflictos.

Otras sociedades el sistema de linaje constituye el marco de sistema político, en ocasiones mezclados con los de parentesco. Tampoco el linaje es capaz de resolverlos con efectividad.

Y otra organización más completa, se basa en un sistema administrativo, donde si parece cierto se requiere para un numero alto de personas y territorios, pero no presupone que aparezcan sistemáticamente en grandes grupos.

El modo de subsistencia, no determinan determina políticas, en ambos grupos se encontraron tanto agricultores como ganaderos, si bien las condiciones de subsistencia unidas a las condiciones del medio ambiente, determinan valores determinantes en sus organizaciones sociales y en consecuencia en sus sistemas políticos.

Las sociedades africanas, pertenecen a una economía de subsistencia, sin ningún mecanismo de acumulación de riqueza comercial o industrial, la acumulación de riqueza lo es en forma de acumular bienes de consumo, por lo que tiene el riesgo de disiparse con rapidez y a divisiones en herencias de partes insignificantes, dada la elevado incremento de población.

En el poder y la autoridad del rey surge un equilibrio entre las obligaciones y responsabilidades de cara al bien común y en claro entendimiento entre obligaciones y deberes, más tanto los dirigentes como subordinados se mueven por interese privados ajenos a la Constitución que cuando existen se basa en una teoría de Gobierno y que ninguna previene que los dirigentes gobierne de forma tiránica. El grupo B, se basa en una definición de linajes y de la localidad, la divergencias se someten al factor estabilizante de las relaciones ínter segméntales.

Bajo el dominio colonial. Las sociedades del Grupo A, se vieron mermadas en su autoridad de los dirigentes y aumento la de sus subordinados, el dirigente máximo se convierte en un agente del gobierno colonial, y si capitula se convierte en una marioneta del gobierno colonial que pierde el apoyo de su pueblo, o bien puede rebelarse contra el dominio extranjero. En las Sociedad B, el gobierno tiene que utilizar agentes administrativos, que tiende a un sistema burocrático similar a la de un estado centralizado.

Los gobiernos europeos impusieron su autoridad, en todas las sociedades, pero no establecieron lazos morales, teniendo en cuenta que en el dirigente africano el nativo dirigente tiene la fuerza del consentimiento de sus súbditos, el cual representa sus valores esenciales y es símbolo de su unidad como pueblo, con credenciales que vienen del pasado, donde los europeos no pueden entrar en esta mística al carecer de las credenciales rituales para esta autoridad. Los africanos perciben sus intereses comunes en los símbolos y la vinculación a estos símbolos constituye a ofrecer a su sociedad persistencia y cohesión. Los mitos los dogmas y sus actividades rituales, permiten al africano ver a su sistema social de forma inteligente, tangible y coherente, a la vez que permiten conservarlo y sentirlo donde sus símbolos considerados sagrados confieren uno s valores que van más allá de la obediencia que puede imponer la fuerza.

Los elementos, de comportamiento social y política, tiene un contenido utilitario, un aspecto moral expresado en derechos y deberes, privilegios y obligaciones donde colaboran los interese materiales y morales, donde las relaciones morales van más allá de un sistema político ya que siempre hay relaciones sociales entre los grupos políticos diferentes y autónomos ya que están unidos por clanes, grupos, asociaciones rituales y afinidad.

Las unidades de unidad lenguaje, de cultura no acarrean la unidad política en África de la misma manera que las diferencias lingüísticas y culturales no la impiden.


Comentario:

Los autores escribieron este manifiesto en al año 1940, épocas en que las potencias europeas dominaban África en forma colonial. Sesenta y seis años después, sigue siendo valido con algunas variaciones en el tiempo que comento como visión a África Central tras su independencia.


En la actualidad los países africanos son independientes, se mantienen con unas niveles de rentas los más bajos del mundo, los países del norte de África con territorios desérticos y los centrales y sur cubiertas de bosques y con abundancia de recursos pero que sumidos en el caos de las guerras y la corrupción que originan la pobreza en la que permanecen. En los poblados y zonas rurales, la riqueza se mide en vacas, cabras y otros animales domésticos también en el numero de mujeres y es un status ser cazador o rastreador hábil. Las empresas multinacionales, facturan a su matriz o a sociedades interpuestas en paraísos fiscales, por lo que los beneficios e impuestos que pagan al país es poco o nada, viéndose obligados los dirigentes del país africano a cobrar una “tasa de salida” que hace referencia a un tributo por unidad exportada. Las decisiones políticas en grupos sin organización política, se determinan por reuniones comunales, donde el Consejo de Ancianos hace valer su experiencia,

Las poblaciones que sobreviven con la actividad de la pesca, caza, agricultura y ganadería, son de una economía de subsistencia que se esta combatiendo a través de Cooperativas y de los prestamos pequeños, que sirven para iniciar trabajos artesanales o de medias series de producción.

Los antecesores a las sociedades africanas actual no fueron tranquilas, eran frecuentes las situaciones de violencia, opresión y guerras civiles, donde no se trataba de imponerse a otro, lo era para proteger sus intereses particulares, luchaban por defender los valores comunes, hoy contaminados por el contacto europeo son codiciosos y las guerras se hacen por el dominio de las ricas zonas que contienen reservas de oro, diamantes, madera o petróleo

Un africano rey o jefe de tribus fragmentados en familias étnicas, se le consideraba descendiente o aliado con los dioses, propietario de todo aquello que se encontraba en sus tierras, al que rendían pleitesía. (Idea que aún perdura) Los colonialistas europeos conservaron los jefes de tribus teniéndolos a su lado y haciéndoles cómplices de la explotación a su pueblo, Al convertirse en países independientes se autonombró o se impuso a Presidentes totalitarios y regimenes dictatoriales manteniendo los jefes tribales, independientes al Gobierno Central, con lo que se produce una dualidad de poder tolerada.


Breves historias de los Gobiernos y Precedentes de África Central

Republica Centro Africana,- Bokassa Recibe formación militar y combate bajo bandera francesa en la Segunda Guerra Mundial como sargento. Abandona el ejército y cinco años después da un golpe de Estado derrocando al presidente David Dacko. En 1971 se autoproclama presidente vitalicio y seis años después “Emperador de Centro África, mariscal, apóstol de la Paz y servidor de Cristo Dios”. Desde el poder impuso una dictadura dominada por la crueldad y la tiranía. Se le llegó a acusar de antropofagia. En 1979, con la ayuda del gobierno francés, fue derrocado por Dacko. En el año 86 le juzgaron y fue condenado a muerte, aunque le conmutaron la sentencia por cadena perpetua. Sus bienes fueron confiscados.

Guinea Ecuatorial.- Colonia española que tomo la independencia en 1968, sometida a la dictadura de Macias Nguema presidente vitalicio, cuyo comportamiento empezó a ser visto como el de un perturbado mental, En 1979 fue derrocado por un golpe militar conducido por su teniente coronel y sobrino Teodoro Obiang Nguema Mbasogo. La situación general mejoró desde Macias. El país se benefició de la reanudación de asistencia internacional (particularmente de España) y por la entrada del país como miembro de pleno derecho en la Unión Aduanera y Económica del África Central .En julio de 2003 la radio estatal África 2000 difundió: El presidente Obiang es un Dios que está en permanente contacto con el Todopoderoso y puede matar a cualquiera sin que nadie le pida cuentas y sin ir al infierno porque es el Dios mismo”

Congo Belga, Republica Democrática del Congo hasta 1971, cambió este nombre por el de República del Zaire. Territorio colonizado por los belgas que había creado una red de puestos militares y campos de trabajos forzados, en ellos la brutalidad fue horripilante: en un periodo de 20 años de colonialismo, la población disminuyó en 5 millones de habitantes. El Rey Leopoldo consideraba esta zona como su finca particular y extrajo materias prima en su beneficio, con enormes ingresos obtenidos con diamantes, caucho, madera y aceite de palma, además de minerales como cobre, titanio, cobalto, y uranio. Lumumba, nuevo primer ministro, dirigió al pueblo congoleño el siguiente discurso en su toma de posesión (resumido): Durante 80 años de gobierno colonial nos han obligado a trabajar como esclavos por bajos salarios tras arrebatarnos las tierras. Hemos sufrido ironías, insultos y golpes día a día porque somos negros, con un sistema judicial injusto que solo reconoce la ley del más fuerte, leyes blandas a los blancos y crueles con los negros, la vida ha sido peor que la muerte. Nadie podrá olvidar las masacres de tantos hermanos y los castigos a los que no se sometieron a la opresión, y condenados por opiniones políticas o creencias religiosas, Los que vamos a dirigir el Congo como representantes elegidos, y que hemos sufrido la opresión colonial, declaramos en voz alta que todo esto ya ha terminado. Se ha proclamado la República del Congo y nuestro país está en manos de sus propios hijos. Dirigiendose al rey belga Balduino I, presente en Leopoldville (hoy Kinshasa) dijo : Ya no somos sus monos.

A pesar de la declaración de independencia, los belgas controlaban el ejército y la policía; los recursos y la burocracia del Estado. Manejaban la política del Congo, a través de peones. Los policías katangueños se sublevaron dirigidos por Moisés Tshombé, un minero de la compañía belga de Katanga, que proclamó la secesión de aquella región donde se encuentran las principales reservas mineras. Con la excusa de proteger a la población Bélgica envía tropas a Katanga, para sostener a Tshombé por la fuerza de sus armas. Las sociedades belgas que explotaban las minas de diamantes promovieron al reyezuelo Alberto I de Kassai.

El gobierno de Kinshasa recurrió a la ONU para restaurar el orden y expulsar a las tropas belgas, Naciones Unidas envió tropas pero éstas se negaron a intervenir en apoyo del gobierno central. Lumumba recurrio a la Unión Soviética y en 1960 empezaron a llegar al Congo asesores y militares soviéticos. Las potencias en plena guerra fria, reaccionaron presionando a Joseph Kasavubu para sustituyera a Lumumba, cosa que hizo el 5 de septiembre de 1960, Lumumba fue detenido por el ejército y fusilado, tenia 35 años y había permanecido tres meses como primer ministro. El parlamento belga, 40 años después en una sesión celebrado en noviembre de 2001, admitió su responsabilidad en los hechos. Mobutu, gobernó y saqueó el país sin piedad durante décadas que dejaron al país arruinado y dividido por la guerra.

¿Hasta cuando?, ¿porque estas etnias se han estancado sin evolución en un sistema feudal? Paises sometidos por los señores de la guerra obteniendo para unos pocos los recursos y riquezas, regiones ricas manteniendo a la población en la miseria mas absoluta. Bajo la mirada indiferente de los antiguos colonialistas y donde occidente mira para otro lado mientras sus sociedades explotan África bajo la tutela de dictadores
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http://lanaveva.wordpress.com/2010/01/15/s...icos-africanos/
Pepin
Al final, un mundo feliz


el blog de Juan Tomás Ávila Laurel
Malabo
11 Enero 2010



El año ha terminado en el mundo entero, incluso para los que usan calendarios ajenos a la parafernalia occidental, como tibetanos, judíos, chinos. Bueno, esta lista, que no alargaremos, no está confeccionada después de un minucioso estudio de las costumbres de ningún pueblo, salvo la sospecha de que estos pueblos citados podrían no usar el calendario de la Iglesia Romana por cualquier oculta razón.



Felicidades al mundo entero por el año 2010, que, bien visto, no parece una fecha de calendario. Sobre todo para nosotros que llevamos años fechando con 19xx. Sí que fue una gozada lo de firmar los documentos con 1978, pero aquello pasó. Felicidades al mundo entero porque al final se asienta lo de firmar todas la tonterías que producimos empezando con un 2. Felicidades al norte, felicidades al sur, felicidades a los que vivieron el tsunami, y también a los que se salvaron de la salvajada de New Orleans. Bueno, cuando lo recordamos, tenemos la impresión de que fue una catástrofe causada por mano humana, y no una desgracia natural. Y si fue natural, ¿qué hacían ahí los soldados armados?



Felicidades a los de Ulan Bator, a los de Frente Polisario, y a los que sufrieron las inclemencias, hace algunos años, del volcán Pinatubo. En Alaska hay osos, pero siempre fue noticia porque George Bush lo perforó, o juró hacerlo, para chupar el petróleo de los indios que allá vivían. Felicidades a los indios de Alaska por un año nuevo 2010. En Johannesburgo la gente ya no sabe qué hacer para agrandar los cementerios, y eso desde que el país ocupó las primeras listas del mundo por la gente infectada por el SIDA. Suenan campanas del balompié mundial, y de Angola, con la pólvora ajena en el cuello de los futbolistas, lean las noticias e infórmense de las lágrimas de los jugadores de Togo, pasaremos el balón para que el viudo y los huérfanos de Manto Tshabalala lo chuten a los jugadores de la delantera del equipo del país.



Muchos de nosotros creemos que se organiza un mundial en un país lleno de problemas para taparlos, aunque algunos ilusos creen que es justo lo contrario, hacerlos visibles para que José Blatter ayude a resolverlos. ¿Sabe alguien quién fue Manto Tshabalala, si es que se escribe así el nombre? Pues la ex flamante ministra de sanidad del coloreado y mandeliano país. Resulta que la muy señora era tan descreída de su cargo y de la ciencia de los blancos que afirmó que el SIDA se podía combatir con una dieta plena de ajos. O sea, HIV versus Ajos, como si dijéramos que necesitamos que llegue el árbitro para juzgar tan dispareja lid. Y ahí anduvo la señora Manto con esta necedad en la boca y con un hígado comido por el alcohol hasta que vino a visitarla la persona más natural de su país: la muerte.



Ya murió Doña Manto y allá ya soltará la lista de sus remedios para otros males.

Felicidades a la gente de Ghana, a los de Burkina Faso y a los piratas de Somalia. Ah, no sé en qué piensan los islamistas africanos, pero el que esto escribe no esperaba que una fe foránea pudiera paralizar todo un país. Si solamente me quedara una cosa por firmar en la vida, firmaría la expulsión de todos estos fanáticos a Arabia, o a Dubai, y que vayan a rezar cien veces al día si quisieran, pero no entiendo cómo hay doctores que defienden todavía que se piense que los fanáticos del Islam se merecen un respeto, nuestro respeto.



Claro que contamos con la enemistad del coronel Gadafi si seguimos pensando así de la religión que le da de comer, pero Muhammad no nació en África y Jadicha, su viuda, no fue como la reina de Shaba, quien sí paseó por la orilla norte de la cama del rey de reyes y dejó hijos con otra fe en la parte oriental de Etiopía. Jadicha es de otro continente, y nadie rezaba cinco veces al día entre nosotros hasta que ella consintió que usaran su dinero para propagar una fe que no sabe perdonar a los que la abrazan. Así empezó el fraile Torquemada hasta que le dijeron que si seguía así, Juan Carlos II no podría hablar con Mohamed VI para hablar de la vida de Aminatu Haidar porque no se entenderían.



Felicidades a todos, Camerún, Gabón, con una democracia modélica, Congo Kinshasa, con un impecable delfín que reina de maravillas, Chad, Nigeria, oh, Nigeria. Aquí en África Central esperamos todos que el rey Obiang se consolide como el rey que fue desde que brotó el petróleo tras su oración, según creen algunos acólitos irrefrenables. Acá, con la victoria abrumadora, asfixiante, que obtuvo en las últimas elecciones, felicitado y besado por todos los mejores besadores de todo el mundo, aquí estamos en sus manos, y nunca mejor dicho. (Es porque se vota con la derecha, donde te pringan con tinta indeleble para que no digas que quieres votar cuatro veces para llenar la urna de las papeletas del presidente-fundador). Fortalecido porque le seguimos en sus juegos civiles, el jefe tiene la facultad para decir la última palabra sobre cualquier tema en este República de Guinea Ecuatorial. Los jueces, los periodistas, los maestros, los militares, los que han estudiado diplomacia y todos los que han estudiado dos carreras lo saben y lo dicen cada vez que alguien les pone un micrófono al borde de los labios.



Con este panorama totalizador, si nuestro rey decidiera crear un río que dividiera la parte continental en cinco fragmentos todos le secundarían, y hablarían de ecologismo a una sola voz. Si nuestro jefe quisiera declararse vitalicio, y bien que puede a tenor de la descendencia que va dejando, saldrían los próceres nacionales a decir que esto ya se les había ocurrido, y que viva el rey. Si quisiera suprimir la moneda y volver a los trueques, lo conseguiría con la mayoría de su parlamento.



Aquí en la república, un decir, todo está en movimiento. Cualquiera que se asomara vería todas las palas y motopalas en alto, removiendo el suelo a más no poder: gente de Malí, chinos, otros chinos, egipcios, gente que habla el latinoamericano, la cosa está que arde de tanto polvo que levantan. Pero saben que todo esto se hace porque todo el mundo quiere ser feliz, eso es, ser captado por las cámaras del oculto gran hermano. Y esto es verdad legal porque si el rey nuestro dejara hoy de existir, si dejara ahora mismo la silla, quien viniera a ocuparla no encontraría agua potable en Malabo, ni en Bata, ni en Annobón. Tampoco encontraría una luz eléctrica estable en los mismos sitios citados. Lo demás ya no se dice. ¡Claro que saldrá alguno a decir que en estos 2010-1979= 31 años no ha tenido ni tiempo ni dinero para proveer a las ciudades guineanas de más y mejor agua!



El futuro es otra cosa, siguen las palas mecánicas en funcionamiento, la cuestión es remover. Llegados aquí, vemos que el mundo en particular sigue lo que se propuso desde que se supo que la gente podía ser feliz. El culmen de esta felicidad es que haya un ojo que viera todo como el gran hermano, y que todos vivan la misma camiseta para decir que en la cumbre de tal sitio se pudo pero no se hizo, pero que da igual, pues nadie quiere impedir el cambio climático si el asunto es contaminar más y vender mejor.



El gran hermano nos mira a todos, ¿y saben qué?, llegará un día que alguien montará una gorda detrás de todas las cámaras, y mostrará otra vez que las torres gemelas se pueden pulverizar, para el pasmo de los que por ahí andaban, y Alá sigue siendo grande.

Entonces, cuando esto ocurra otra, sabremos que una simple fiebre, como todos los males que juntos toleramos en todos los puntos cardinales de este mundo, puede ser el indicio de un mal mayor. Ah, fiebre, calor, fuego, temblor.



Muchas gracias, feliz año nuevo
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http://www.fronterad.com/?q=node/529
Francisco Alegre
CITA
El Presidente Obiang dispone una donación de dos millones de dólares a Haití


El Jefe del Estado, conmocionado por las terribles consecuencias del terremoto que ha asolado a Haití y ha destrozado prácticamente su capital, Puerto Príncipe, ha dispuesto esta importante ayuda que será enviada urgentemente, y para lo cual ha recibido el completo apoyo del Gobierno.


El envío de dos millones de dólares de forma urgente ha sido una disposición directa del Jefe del Estado, Obiang Nguema Mbasogo, consternado por las enormes dimensiones de la catástrofe que se cierne sobre Haiti, país de habla hispana, y estado al que las instituciones de Guinea Ecuatorial consideran como hermano.

El Gobierno de la nación se encuentra ya realizando las gestiones necesarias para el envío urgente de esta importante suma monetaria, y para constatar que los fondos sean gestionados por las instituciones adecuadas, con la mejor forma de uso posible.

Junto con esta noticia adjuntamos el Comunicado íntegro emitido por la Presidencia del Gobierno


http://www.guineaecuatorialpress.com/noticia.php?id=321

http://www.guineaecuatorialpress.com/imgdb...delGobierno.pdf


Aquí se ve claramente como se equivoca Obiang. En Haití no necesitan dinero. El dinero en estos casos no sirve para nada. Es necesario tener a gente formada que establezcan una infraestructura, médicos que se ocupen de los heridos, logística, instituciones que funcionen.

Esto ni lo tiene Haití ni Guinea y además los gobernantes no lo ven. Obiang cree que todo se compra con dinero y una sociedad estructurada no es cuestión de dinero sino de educación, de encauzar la ayuda de forma inteligente
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Pepin
Dos textos sobre el modelo de propaganda

Noam Chomsky y David Edwards

Extraídos de Z Magazine (http://www.z-mag.org/spanish)


David Edwards. El modelo de propaganda: una perspectiva

En su libro de1988 Los guardianes de la libertad. Propaganda, desinformación y consenso en los medios de comunicación de masas, Edward Herman y Noam Chomsky introdujeron su "modelo de propaganda" de los medios de comunicación. El modelo de propaganda describe cinco «filtros» que determinan lo que son «noticias»; en otras palabras, lo que es impreso en los periódicos o transmitido por la radio y la televisión. El modelo de Herman y Chomsky también explica cómo la disidencia frente a los medios de comunicación convencionales de masas recibe poco o nada de cobertura, mientras que los gobiernos y el gran capital reciben fácil acceso al público para imponerle sus mensajes estatales-corporativos -por ejemplo, «el libre comercio es beneficioso», «la globalización es incontenible» y «nuestras políticas están tratando de resolver la pobreza».

Ya hemos mencionado el hecho de que la propiedad corporativa de los medios de comunicación puede -y así lo hace- conformar el contenido editorial. Debido al tamaño, la concentración de la propiedad, la inmensa riqueza de los propietarios, y el imperativo de obtener beneficios de las corporaciones dominantes en los medios, difícilmente podría esperarse un resultado diferente. No ha sido siempre así. A principios del siglo diecinueve, había emergido una prensa radical británica que se ocupaba de los problemas de los trabajadores. Pero los excesivos sellados fiscales, impuestos deliberadamente para restringir la propiedad de los periódicos a los ricos «respetables», comenzaron a cambiar la fisonomía de la prensa. A pesar de todo, sobrevivió un grado de diversidad. En la Gran Bretaña de la posguerra, periódicos radicales o favorables a los trabajadores, como el Daily Herald, el News Chronicle, el Sunday Citizen (los cuales o bien han fracasado o han sido absorbidos por otras publicaciones y el Daily Mirror (por lo menos hasta fines de los años 70), publicaban regularmente artículos cuestionando el sistema capitalista.

El conocido periodista John Pilger entró al Mirror en 1963, y trabajó allí durante más de 20 años. Pilger señaló más tarde que "The Mirror fue el primer periódico popular que alentó a gente de la clase obrera a que se dirigiera, por cualquier razón, a su periódico". Por suerte para él, "se alentaba la irreverencia y una cierta anarquía". Más adelante, cuando Robert Maxwell pasó a ser propietario del periódico, se garantizó personalmente a Pilger que su puesto estaba asegurado. "Dieciocho meses más tarde, después de continuas interferencias de Maxwell, me despidieron".

Los medios de comunicación comprenden típicamente grandes conglomerados - News International, CBS (Fusionada ahora con Westinghouse), Turner Broadcasting (fusionada ahora con Time-Warner) - que pueden pertenecer a corporaciones matrices aún más grandes como General Electric (propietarios de NBC.) Todas están ligadas a la bolsa de valores. Los consejos de estas grandes corporaciones están formados por gente acaudalada, muchos con amplios contactos personales y empresariales en otras sociedades. Herman y Chomsky señalan, por ejemplo, que: "General Electric y Westinghouse son compañías enormes, diversificadas, muy implicadas en las controvertidas áreas de la producción de armamentos y la energía nuclear". Es difícil concebir que la neutralidad de la prensa no se vea comprometida en estas áreas. Pero más en general, la libertad de prensa está limitada simplemente porque los propietarios de las corporaciones mediáticas son inspirados por la ideología del libre mercado. ¿Hasta qué punto es probable, entonces, que tales propietarios permitan que su propio periódico, estación de radio o de TV, critiquen sistemáticamente el capitalismo "de libre mercado" que es la fuente de su riqueza material?

El segundo filtro del modelo de propaganda es la publicidad. Los periódicos tienen que atraer y mantener una alta proporción de publicidad para cubrir los costos de producción; sin ésta, el precio de cualquier periódico sería varias veces lo que es ahora, lo que significaría rápidamente su desaparición del mercado. Hay una feroz competencia entre los medios de comunicación por atraer anunciantes; un periódico que obtiene menos publicidad que sus competidores se ve seriamente perjudicado. El fracaso en la obtención de ingresos por publicidad fue otro factor en la desaparición de los «periódicos del pueblo» en los siglos diecinueve y veinte. Está claro, por lo tanto, que para que una publicación o emisora de radio o de TV comercial sobreviva, tendrá que gozar del favor de los anunciadores. En otras palabras, los medios de comunicación tienen que demostrar simpatía hacia los intereses del capital, tales como las industrias del turismo, automotriz y de la petroquímica. Hasta la amenaza del retiro de publicidad puede bastar para afectar el contenido editorial. Una carta enviada a las oficinas editoriales de cien revistas por uno de los principales productores de automotores señaló: "En un esfuerzo por evitar potenciales conflictos, es necesario que Chrysler Corporation sea advertida de antemano de cualquier y todo contenido editorial que abarque temas sexuales, políticos y sociales o cualquier contenido editorial que pudiera ser interpretado como provocativo u ofensivo". En 1999, British Telecom amenazó con retirar su publicidad del Daily Telegraph después de una serie de artículos críticos. El periodista responsable fue suspendido.

En un estudio estadounidense de 1992, englobando a 150 redactores de noticias, un 90 por ciento dijo que los anunciadores trataban de interferir con el contenido de los periódicos, y un 70 por ciento que trataban de eliminar por completo informaciones noticiosas. Un 40 por ciento admitió que los anunciantes habían efectivamente influenciado una información. En el Reino Unido, 3.200 millones de libras son gastadas en anuncios en los periódicos por año y otros 2.600 millones de libras en spots publicitarios en la TV y la radio, de un presupuesto publicitario total de 9.200 millones de libras. En EE.UU., la cifra es de decenas de miles de millones de dólares sólo en publicidad televisiva. Un sistema basado en la publicidad hace que la supervivencia de las publicaciones radicales, que dependen de ingresos resultantes sólo de las ventas, sea muy difícil. Incluso si sobreviven, se ven relegadas a los márgenes de la sociedad, recibiendo poca atención del público en general. La publicidad, igual que la propiedad de los medios, actúa, por lo tanto, como un filtro de noticias.

El tercero de los 5 filtros de Herman y Chomsky se relaciona con las fuentes de noticias de los medios de comunicación de masas: "Los medios de comunicación de masas son conducidos a una relación simbiótica con poderosas fuentes de información por necesidad económica y por la reciprocidad de intereses". Incluso grandes corporaciones mediáticas como la BBC no pueden permitirse enviar reporteros a todas partes. Por ello concentran sus recursos en los sitios donde es más probable que ocurran las principales noticias: la Casa Blanca, el Pentágono, Nº 10 en Downing Street, y otros «terminales» centralizados de noticias. Aunque los periódicos británicos puedan objetar ocasionalmente al «arreglo tendencioso» del Nuevo Laborismo, por ejemplo, en realidad dependen considerablemente de las declaraciones del «portavoz personal del Primer Ministro» para noticias relacionadas con el gobierno. Las corporaciones empresariales y las organizaciones comerciales son también fuentes de confianza para noticias que son consideradas de interés periodístico. Los redactores y periodistas que ofenden a esas poderosas fuentes de noticias, tal vez al poner en duda la veracidad o la parcialidad del material suministrado, pueden ser amenazados con negarles el acceso a la esencia de su medio de comunicación -las noticias frescas.

Robert McChesney, profesor de comunicación en la Universidad de Illinois, en Urbana-Champaign, señala que "el periodismo profesional depende intensamente de las fuentes oficiales. Los reporteros tienen que hablar con el portavoz oficial del Primer Ministro, el secretario de prensa de la Casa Blanca, la asociación empresarial, el general del ejército. Lo que dice esa gente hace las noticias. Sus perspectivas son automáticamente legítimas". Mientras que, según McChesney, "si hablas con prisioneros, huelguistas, los sin techo, o manifestantes, tienes que pintar la noticia como poco fidedigna, o te conviertes en un partidario y ya no eres un periodista profesional «neutral». Tal dependencia de las fuentes oficiales da a las noticias un tinte inherentemente conservador, y otorga a los que están en el poder una tremenda influencia sobre la definición de lo que son o no son «noticias»". McChesney, autor de Medios Ricos, Pobre Democracia, advierte: "Esto es precisamente lo contrario de lo que necesita una democracia activa, que es un control implacable del poder, sea como sea".

El cuarto filtro es flak [fuego antiaéreo], descrito por Herman y Chomsky, como "respuestas negativas a una afirmación de los medios o a un programa [de TV o radio]. Puede tomar la forma de cartas, telegramas, llamados telefónicos, peticiones, juicios legales, discursos y Leyes presentadas al Congreso, u otros modos como querellas, amenazas y acción punitiva". Las organizaciones empresariales se reúnen regularmente para formar máquinas de flak. Tal vez una de las más conocidas de éstas sea la Coalición del Clima Global [CCG-GCC], que incluye a las compañías de combustibles fósiles y automotrices, tales como Exxon, Texaco, y Ford. La CCG fue iniciada por Burson-Marsteller, una de las mayores compañías de relaciones públicas del mundo, para demoler la credibilidad de los científicos climatólogos y de las «noticias alarmistas» sobre el calentamiento global.

En su libro de 1997, Global Spin, Sharon Beder, documentó ampliamente las operaciones de las corporaciones y de las compañías de relaciones públicas contratadas por ellas para la creación de «frentes» de base para contrarrestar los progresos hechos por los ecologistas. Una coalición de este tipo, la Fundación por el Progreso del Aire Puro, es "en realidad un frente para grupos del transporte, la energía, la industria, y la agricultura". La Fundación fue establecida para combatir la Ley de Aire Puro de EE.UU. «educando» al público sobre el progreso hecho en la calidad del aire durante los veinticinco años previos. Como señala Beder, la estrategia de la Fundación se concentra en la responsabilidad individual por la contaminación, en contraste con la regulación de la industria para lograr mejoras". La amenaza -real o imaginaria- de pleitos judiciales puede ser un disuasivo poderoso para la investigación por los medios. En el Reino Unido, el periodista ecológico Andrew Rowell indica que, "Las arcaicas leyes de difamación británicas impiden que se publique o se difunda gran parte de la verdad sobre el carácter destructivo de muchas de las principales empresas del Reino Unido. Muy poca gente dentro de los medios de comunicación se enfrentará a alguien como Shell, BP o Río Tinto Zinc".

El quinto y último filtro de noticias identificado por Herman y Chomsky es el «anticomunismo». Fabricando el Consenso fue escrito durante la Guerra Fría. Una versión más adecuada de este filtro es la identificación acostumbrada en Occidente del «enemigo» o de un «dictador maligno» - el coronel Gaddafi, Saddam Hussein, o Slobodan Milosevic (recuerde los titulares de los tabloides británicos: "¡Aplasten a Saddam!" y "¡Apaleen a Slobo!") Es lo mismo cuando los medios de comunicación convencionales se refieren a los ecologistas como «eco-terroristas». El Sunday Times publicó una serie de artículos particularmente asquerosa en 1999, acusando a los activistas del grupo de acción directa no-violenta «Recuperad las Calles» de almacenar gas lacrimógeno y granadas de aturdimiento.

La demonización de los enemigos es útil, incluso esencial, en la justificación de maniobras estratégicas geopolíticas y en la defensa de los intereses corporativos en todo el mundo, mientras aplacan la crítica interna de tal conducta. La creación de un «imperio maligno» de algún tipo, como en el alarmismo occidental de la posguerra sobre la «Amenaza Soviética», o la palabrería sobre el «Huno Malvado», ha sido un recurso habitual para aterrorizar a la población para que apoye la producción de armas y el aventurerismo militar en el extranjero -dos fuentes importantes de beneficios para el gran capital. Saddam Hussein de Irak, ha sido un cuco útil para los fabricantes de armamentos de EE.UU. que han conseguido ventas de más de 100 mil millones de dólares a los vecinos de Saddam en el Oriente Próximo. El quinto filtro también se refleja cuando los medios convencionales demonizan a los manifestantes contra la globalización -describiéndolos a menudo como «violentos»- y cuando marginan a cualquier otro calificado de amenaza para la ideología del libre mercado.

Esta breve descripción del modelo de propaganda difícilmente hace justicia al análisis sofisticado y convincente presentado por Herman y Chomsky. Se insta al lector interesado a que consulte directamente su libro. La relevancia particular en este caso es que explica cómo y por qué se mantiene el status quo del poder corporativo en la sociedad moderna, la dominación del programa neoliberal del libre comercio, con su rechazo automático de alternativas (Margaret Thatcher: "No Hay Alternativa") y la mutilación de los puntos de vista de los disidentes, que son etiquetados a gusto como «parciales», «ideológicos», o «extremos». ¿Cuál es la probabilidad de que el que llame a realizar un cambio radical de la sociedad -ecologistas, activistas de los derechos humanos, u oponentes al comercio con armamentos-pueda contar con que las organizaciones noticiosas corporativas lo presenten coherente y equitativamente? ¿Cuánto más probable es que sus argumentos sean vilipendiados, marginados, o simplemente ignorados?

Noam Chomsky. ¿Qué hace que los medios convencionales sean convencionales?


Parte de las razones por las que escribo sobre los medios es porque estoy interesado en la cultura intelectual en general, y la parte más fácil de investigar son los medios. Salen cada día. Puedes hacer una investigación sistemática. Puedes comparar la versión de ayer con la de hoy. Hay muchas pruebas de en qué se profundiza y en qué no, y de la forma en que están estructuradas las cosas.

Mi impresión es que los medios no son muy diferentes de las universidades o de, por ejemplo, las revistas de opinión intelectuales; hay algunas limitaciones añadidas, pero no es radicalmente diferente. De hecho interactúan, lo cual explica porqué hay gente que va de un sitio a otro con bastante facilidad.

Si vas a examinar los medios, o cualquier institución que quieras comprender, te preguntas sobre su estructura institucional interna. Quieres saber algo de su posición en la sociedad en general. ¿Cómo se relacionan con otros sistemas de poder y de autoridad? Si tienes suerte, hay un registro interno de los dirigentes en el sistema de información que te dice de qué van (una especie de sistema doctrinal). No me refiero a los comunicados de la industria de relaciones públicas sino a lo que se dicen entre ellos sobre qué quieren hacer. Hay bastante documentación interesante.

Esas son tres fuentes básicas de información sobre la naturaleza de los medios. Quieres examinarlos de la forma que un científico estudiaría una molécula compleja o algo así. Examinas la estructura y luego haces alguna hipótesis basada en esa estructura en cuanto a cómo es probable que sea el producto que salga. Luego investigas ese producto y ves si cumple tus hipótesis o no. Casi todo el trabajo en el análisis de los medios es esta última parte, intentar estudiar detenidamente cómo es el producto y si cumple las hipótesis obvias sobre la naturaleza y estructura de los medios.

Bueno, ¿qué es lo que encuentras? Primero, descubres que hay diferentes tipos de medios que hacen varias cosas diferentes, como la industria del entretenimiento de Hollywood, los culebrones de televisión, etc, o incluso la mayoría de periódicos del país (la inmensa mayoría de ellos). Están dirigidos a la audiencia de masas.

Hay otro sector de los medios, los medios de élite, a veces llamados los medios que marcan la agenda porque son los que tienen grandes recursos y establecen el marco en que opera el resto. El New York Times, CBS, ese tipo de cosa. Su audiencia es principalmente gente privilegiada. La gente que lee el New York Times, gente con dinero o parte de lo que a veces se llama la clase política, están realmente involucrados en el sistema político de forma práctica. Son básicamente gestores, de un tipo o de otro. Pueden ser gestores políticos, gestores empresariales (ejecutivos o similares), gestores doctrinarios (como profesores de universidad) u otros periodistas que se ocupan de organizar el modo en que la gente piensa y ve las cosas.

Los medios de élite establecen un marco dentro del cual opera el resto. Si miras la Associated Press [agencia de noticias], que saca un constante flujo de noticias, a media tarde para y saca algo, cada día, que dice "Aviso a editores: el New York Times de mañana tendrá las siguientes historias en su portada". El objetivo de eso es que, si eres el editor de un diario en Dayton, Ohio y no tienes los recursos para saber cuáles son las noticias, o no quieres ni pensar en ello, esto te dice cuáles son. Estas son las historias para el trozo que dedicarás a algo que no sean asuntos locales o entretenimiento. Estas son las historias que pondrás porque es lo que el New York Times te dice que es lo que debe interesarte. Si eres un editor en Dayton, Ohio, casi tendrás que hacer eso, porque no tienes muchas más posibilidades en cuanto a recursos. Si te sales de la línea, si empiezas a sacar historias que no le gustan a los grandes, te lo harán saber muy pronto. De hecho, lo que ocurrió hace poco con el San Jose Mercury News es un ejemplo dramático de eso. Así que hay muchas formas en que los juegos de poder te pueden devolver a tu sitio si te pasas. Si intentas romper el molde, no durarás mucho. Ese marco funciona bastante bien, y es comprensible que sea tan sólo una reflexión de las estructuras obvias de poder.

Los medios de masas de verdad intentan básicamente distraer a la gente. Que hagan cualquier otra cosa, pero que no nos molesten (a nosotros, la gente que manda). Que les interesen los deportes profesionales, por ejemplo. Dejemos que se vuelvan locos con ellos, o con escándalos sexuales, o con las personalidades y sus problemas o algo así. Cualquier cosa, siempre que no sea seria. Por supuesto, lo serio es para los peces gordos. "Nosotros" nos ocupamos de eso.

¿Qué son los medios de élite, los que marcan la agenda? (El New York Times y la CBS, por ejemplo). Bueno, primero de todo, son empresas muy grandes, con grandes beneficios. Es más, muchas de ellas están relacionadas, o son directamente propiedad de, empresas aún más grandes, como General Electric, Westinghouse, etc. Están en la cima de la estructura de poder de la economía privada, que es una estructura muy tiránica. Las grandes empresas son básicamente dictaduras, jerárquicas, controladas desde arriba. Si no te gusta lo que hacen, vete. Los grandes medios son tan sólo parte de ese sistema.

¿Qué hay de su entorno institucional? Bueno, es más o menos lo mismo. Con quien se relacionan, con quien interactúan, es con otros centros de poder: el gobierno, otras empresas o las universidades. Dado que los medios son un sistema doctrinal actúan conjuntamente con las universidades. Imagina que eres un periodista escribiendo un reportaje sobre el Sudeste de Asia, o Africa, o algo así. Se supone que irás a esa gran universidad y encontrarás un experto que te dirá qué tienes que decir, o si no a una de las fundaciones como el Brookings Institute o la American Enterprise, y te darán las palabras a usar. Esas instituciones externas son muy similares a los medios.

Las universidades, por ejemplo, no son instituciones independientes. Puede haber gente independiente esparcida por ahí entre ellas pero eso también ocurre en los medios. También es cierto en las grandes empresas en general. Incluso en los estados fascistas es cierto. Pero la institución en sí es un parásito. Depende de fuentes externas de financiación, y esas fuentes externas, como fortunas privadas, grandes empresas con sus programas, y el gobierno (que está tan directamente ligado al poder empresarial que apenas los puedes distinguir), ésas son con las que tiene que tratar la universidad. La gente que haya que no se ajuste a la estructura, que no la acepte y la internalice (no puedes realmente trabajar con ello si no lo has internalizado y te lo crees), digo que la gente que no haga eso probablemente será excluida durante el camino, desde la guardería hasta el final. Hay todo tipo de dispositivos de filtración para deshacerse de la gente que piense de forma independiente y pueda crear problemas. Aquellos de vosotros que hayáis ido a la universidad sabéis que el sistema educativo está muy enfocado a premiar la conformidad y la obediencia; si no haces eso, eres un alborotador. Así pues, es un dispositivo de filtración que acaba produciendo gente que, de forma realmente honesta (no mienten), han internalizado el marco de creencias y actitudes del sistema de poder en la sociedad. Las instituciones de élite, como Harvard y Princeton, o las pequeñas universidades elitistas, por ejemplo, están mucho más enfocadas a la socialización. Si vas a un sitio como Harvard, mucho de lo que ocurre ahí es sobre enseñar modales; cómo comportarse como un miembro de la clase alta, cómo tener las ideas adecuadas, etc.

Si habéis leído Rebelión en la Granja, de George Orwell, que fue escrita a mediados de los 40, era una sátira de la Unión Soviética, un estado totalitario. Fue un gran éxito. Todos estaban encantados. Pero resulta que había escrito una introducción a Rebelión en la Granja que fue suprimida. Sólo apareció 30 años más tarde. Alguien la encontró entre sus papeles. La introducción versaba sobre "Censura literaria en Inglaterra" y lo que decía es que obviamente ese libro estaba ridiculizando la Unión Soviética y su estructura totalitaria, pero que Inglaterra no era tan diferente. No tenemos el KGB vigilándonos pero el resultado es bastante parecido. La gente que tiene ideas independientes o que tiene las ideas equivocadas es apartada.

Habla un poco, sólo dos frases, sobre la estructura institucional. Dice, ¿cómo pasa eso? Bueno, primero, porque la prensa es propiedad de gente muy rica que quiere que sólo ciertas cosas lleguen al público. Lo otro que dice es que cuando pasas por el sistema educativo de élite, cuando vas a las mejores escuelas de Oxford, aprendes que hay ciertas cosas que no está bien decir y hay ciertas ideas que no está bien tener. Ese es el papel socializante de las instituciones de élite y si no te adaptas te apartan. Esas dos frases más o menos lo dicen todo.

Cuando criticas a los medios y dices, mirad, esto es lo que escribe Anthony Lewis o cualquier otro, se enfadan mucho. Dicen, con mucha razón, "Nadie me dice qué tengo que escribir. Escribo lo que quiero. Todo ese rollo sobre presiones y limitaciones es una tontería, yo nunca tengo ninguna presión". Lo cual es completamente cierto, pero el tema es que no estarían ahí si no hubieran demostrado previamente que nadie tiene que decirles qué escribir porque ya dirán lo correcto ellos mismos. Si empiezas en el apartado de noticias metropolitanas, por ejemplo, y sigues las historias no adecuadas, no llegarás nunca a las posiciones en que puedas decir cualquier cosa que te apetezca. Lo mismo ocurre con la mayoría de profesores de universidad en las disciplinas más ideológicas. Han pasado por el sistema de socialización.

Muy bien, entonces examinas la estructura del sistema en su conjunto. ¿Cómo esperas que sean las noticias? Bueno, es bastante obvio. Toma el New York Times. Es una empresa que vende un producto. El producto son las audiencias. No ganan dinero cuando compras el periódico. Están contentos poniéndolo gratis en la red. De hecho, pierden dinero cuando compras el periódico. Pero la audiencia es el producto. El producto es gente privilegiada, justo la misma gente que está escribiendo esos periódicos, ya sabes, la gente que toma las decisiones de alto nivel en esta sociedad. Tienes que vender un producto a un mercado, y el mercado es, por supuesto, los anunciantes (es decir, otras grandes empresas). Sea televisión o periódicos o lo que sea, están vendiendo audiencias. Grandes empresas que venden audiencias a otras grandes empresas. En el caso de los medios de élite, son empresas muy grandes.

Bueno, ¿qué esperas que ocurra? ¿Qué predicción harías sobre la naturaleza del producto de los medios, dadas las circunstancias? ¿Cuál sería la hipótesis nula, el tipo de conjetura que harías sin asumir nada más? La suposición obvia es que el producto de los medios, lo que aparece, lo que no aparece, el modo en que se presenta, reflejará los intereses de los compradores y vendedores, y de las instituciones y sistemas de poder que están a su alrededor. Si no pasara eso, sería una especie de milagro.

Bien, entonces viene el trabajo duro. Te preguntas si realmente funciona como has predicho. Bueno, podéis juzgar vosotros mismos. Hay mucho material sobre esta hipótesis obvia, que ha sido sujeta a las pruebas más duras imaginables, y aún aguanta notablemente bien. Virtualmente nunca encontrarás en las ciencias sociales algo que apoye de manera tan clara cualquier conclusión, lo cual no es una gran sorpresa, porque sería milagroso que no fuera así dadas las fuerzas que están operando.

Lo siguiente que descubres es que todo esto es completamente tabú. Si vas a la Kennedy School of Government o a Stanford [dos renombrados programas de Ciencias Políticas], y estudias periodismo y comunicación, o ciencia política académica, etc, esas cuestiones probablemente no aparecerán. Es decir, la hipótesis que a cualquiera se le ocurriría sin saber nada de nada, no se puede expresar, y las pruebas que lo demuestran no se pueden discutir. Bueno, también predices eso. Si examinas la estructura institucional, dirías, claro, eso ocurrirá porque, ¿por qué querría esa gente verse descubierta? ¿Por qué deberían permitir que hubiera un análisis crítico de lo que están haciendo? La respuesta es, no hay razón para permitirlo y de hecho no lo permiten. De nuevo, no es una censura directa. Es sólo que no llegas a esos puestos. Eso incluye a la izquierda (lo que se llama izquierda) tanto como la derecha. A no ser que hayas sido adecuadamente formado y socializado para que haya ciertas ideas que simplemente ya no tengas, porque si las tuvieras no estarías ahí. Así que tienes un segundo orden de predicción, que es que el primer orden de predicción no se puede discutir.

La última cosa a examinar es el marco doctrinal en que esto tiene lugar. La gente que está en los más altos puestos del sistema de información, incluyendo los medios, la publicidad, la ciencia política académica, etc, ¿tiene esa gente una imagen real de lo que ocurre cuando escriben para ellos mismos? (no cuando están haciendo discursos). Cuando hacen discursos, son todo bonitas palabras. Pero cuando escriben para ellos mismos, ¿qué dice esa gente?

Hay básicamente tres fuentes a examinar. Una es la industria de relaciones públicas, ya sabes, la industria de propaganda de las grandes empresas. ¿Qué dicen los líderes de la industria de PR (relaciones públicas)? El segundo lugar a examinar es los llamados intelectuales públicos, los grandes pensadores, la gente que escribe editoriales y cosas así. ¿Qué dicen estos? La gente que escribe libros impresionantes sobre la naturaleza de la democracia y ese tipo de cosas. La tercera fuente que examinas es el sistema académico, concretamente la parte de la ciencia política relacionada con las comunicaciones y la información y todo eso, que ha sido un rama de la ciencia política desde hace 70 o 80 años.

Entonces, examinas esas tres cosas y ves lo que dicen, ves lo que las grandes figuras han escrito sobre eso. Todos dicen (cito en parte) que la población general son "intrusos ignorantes y entrometidos". Tenemos que mantenerlos lejos de la arena pública porque son demasiado estúpidos y si tomaran parte todo lo que harían sería crear problemas. Su sitio es ser "espectadores", no "participantes".

Se les permite votar de vez en cuando, escoger a alguno de nosotros, los tipos listos. Pero luego se supone que deben volver a casa y hacer cualquier otra cosa, mirar el fútbol o lo que sea. Pero los "intrusos ignorantes y entrometidos" tienen que ser "espectadores, no participantes". Los participantes son lo que se llama la "gente responsable" y, por supuesto, el escritor siempre es uno de ellos. Nunca te preguntas, ¿por qué yo soy un "hombre responsable" y aquel otro está en la cárcel? La respuesta es bastante evidente. Es porque tú eres obediente y estás subordinado al poder, y esa otra persona puede ser independiente, etc. Pero no te lo preguntas, claro. Así que tenemos a esos tipos listos que se supone que deben dirigir el cotarro y el resto se supone que estará fuera de eso, y no deberíamos sucumbir (y cito de un artículo académico) "a los dogmatismos democráticos de que los hombres son los mejores jueces de sus propios intereses". No lo son. Son unos jueces malísimos de sus propios intereses, así que tenemos que hacerlo nosotros por su propio bien.

De hecho, eso es muy similar al leninismo. Hacemos todo esto por vosotros, lo hacemos en interés de todos, etc. Me imagino que esa es en parte la razón por la que ha sido históricamente tan fácil para esa gente cambiarse la chaqueta y pasar de ser entusiastas estalinistas a grandes partidarios del poder de los EE.UU. La gente cambia muy fácilmente de una posición a la otra, y mi sospecha es que es porque básicamente es la misma. No es un gran cambio. Simplemente haces una estimación diferente de dónde está el poder. En un momento crees que está aquí, en otro crees que está allí. Pero adoptas la misma postura.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Es una historia interesante. Gran parte viene de la Primera Guerra Mundial, que es una encrucijada. Cambió considerablemente la posición de los EE.UU. en el mundo. En el siglo XVIII los EE.UU. eran ya el sitio más rico del mundo. La calidad de vida, la salud, la longevidad que tenían no se alcanzó, entre la clase alta británica, hasta el siglo XX, no digamos en el resto del mundo. Los EE.UU. eran extraordinariamente ricos, con enormes ventajas, y, a finales del siglo XIX, tenían con mucho la mayor economía del mundo. Pero no era un actor importante en el teatro mundial. El poder estadounidense se extendía a las islas del Caribe, alguna parte del Pacífico, pero no mucho más.

Durante la Primera Guerra Mundial, las relaciones cambiaron. Y cambiaron más dramáticamente durante la Segunda Guerra Mundial. Después de ésta, los EE.UU. más o menos tomaron el mando del mundo. Pero después de la Primera ya hubo un gran cambio, y los EE.UU. pasaron de ser un país deudor a ser un país acreedor. No era enorme, como Gran Bretaña, pero adquirió un papel importante en el mundo por primera vez. Ese fue un cambio, pero hubo otros.

La Primera Guerra Mundial fue la primera vez en que hubo propaganda estatal altamente organizada. Los británicos tenían un Ministerio de Información, y realmente lo necesitaban, porque tenían que meter a los EE.UU. en la guerra o tendrían muchos problemas. El Ministerio de Información se dedicó a enviar propaganda, incluyendo grandes invenciones sobre las atrocidades de los "hunos" y cosas así. Estaban dirigidos a los intelectuales americanos bajo la razonable suposición de que era la gente más crédula, más dispuesta a creer la propaganda. También son los que se encargaron de divulgarlo en su propio sistema. Así que estuvo dirigida especialmente a los intelectuales americanos y funcionó muy bien. Los documentos del Ministerio Británico de Información (muchos de ellos han sido desclasificados) muestran que su objetivo era, en sus propias palabras, controlar el pensamiento de todo el planeta, apenas un objetivo menor, pero especialmente de los EE.UU. No les importaba mucho lo que pensara la gente en la India. El Ministerio de Información consiguió engañar a los intelectuales americanos para que aceptaran las invenciones de su propaganda de una forma apabullante. Estaban orgullosos de ello. Y con razón, pues les salvó el cuello. Sin eso, hubieran perdido la guerra.

En los EE.UU. fue otra historia. Woodrow Wilson fue elegido en 1916 con un programa contra la guerra. Los EE.UU. eran un país muy pacifista. Siempre lo ha sido. La gente no quiere ir a luchar en guerras foráneas. El país estaba muy en contra de la Primera Guerra Mundial y Wilson había sido elegido con un programa contra la guerra. "Paz sin victoria" era su eslogan. Pero él quería ir a la guerra. Así que el tema era, ¿cómo hacemos que este pueblo pacifista se convierta en lunáticos histéricos anti-alemanes para que quieran ir a matar a todos los alemanes? Eso requiere propaganda. Así que montaron la primera y realmente única gran agencia estatal de propaganda en la historia de los EE.UU. Se llamaba el Comité de Información Pública (bonito título orwelliano), también conocida como Comisión Creel. El tipo que la dirigía se llamaba Creel. La tarea de esta comisión era llevar a la población a una histeria nacionalista. Funcionó increíblemente bien. En unos pocos meses, había una histeria colectiva a favor de la guerra, y los EE.UU. pudieron entrar en ella.

Mucha gente quedó impresionada por estos hechos. Una de ellas, y eso tuvo repercusiones en el futuro, fue Hitler. Si leéis Mein Kampf, llega a la conclusión, bastante justificada, de que Alemania perdió la Primera Guerra Mundial porque perdió la batalla de la propaganda. No pudieron competir con una propaganda británica y americana que les apabulló. Hitler aseguró que la próxima vez tendrían su propio sistema de propaganda, y así lo hicieron en la Segunda Guerra Mundial. Más interesante para nosotros es el hecho de que la comunidad empresarial norteamericana también quedó impresionada con el esfuerzo propagandístico. En aquella época tenían un problema. El país se estaba haciendo formalmente más democrático. Mucha más gente podía votar, ese tipo de cosas. El país se iba haciendo rico, más gente podía participar y también estaban llegando muchos inmigrantes.

Entonces, ¿qué haces? Va a ser más difícil llevar las cosas como un club privado. Por lo tanto, obviamente, tienes que controlar lo que piensa la gente. Había habido hasta entonces especialistas en relaciones públicas, pero no una industria de relaciones públicas. Había un tío que se encargaba de limpiar la imagen de Rockefeller y ese tipo de cosas. Pero esa industria de relaciones públicas enorme, que es una invención estadounidense y una industria monstruosa, surgió de la Primera Guerra Mundial. Sus principales líderes fueron la gente de la Comisión Creel. De hecho, su líder, Edward Bernays, salió directamente de la Comisión Creel. Publicó un libro justo después titulado Propaganda. El término "propaganda", por cierto, no tenía connotaciones negativas en esos tiempos. Fue durante la Segunda Guerra Mundial cuando el término se convirtió en tabú, pues estaba conectado con Alemania y todas esas cosas malas. Pero en ese periodo, el término propaganda tan sólo quería decir información o algo parecido. Así que escribió el libro Propaganda hacia 1925, y empieza diciendo que está sacando lecciones de la Primera Guerra Mundial. El sistema de propaganda de la Primera Guerra Mundial, y la comisión de la que formó parte, muestran, nos dice, que es posible "reglamentar la mente pública exactamente igual que un ejército reglamenta a sus soldados". Las minorías inteligentes, dice, tienen que utilizar estas nuevas técnicas de reglamentación de las mentes para asegurarse que la chusma esté en su sitio. Ahora podemos hacerlo porque tenemos estas nuevas técnicas.

Ese es el manual principal de la industria de relaciones públicas. Bernays es una especie de gurú. Fue un auténtico liberal estilo Roosevelt o Kennedy. También preparó el esfuerzo de relaciones públicas para apoyar el golpe que derribó al gobierno democrático de Guatemala con el apoyo de los EE.UU.

Su mayor éxito, el que le llevó a la fama a finales de los años 20, fue conseguir que las mujeres fumasen. Las mujeres no fumaban en esa época y él preparó una enorme campaña para Chesterfield. Ya sabéis todas las técnicas, modelos y actrices famosas con cigarrillos y ese tipo de cosas. Eso le valió grandes alabanzas. Así que se convirtió en una figura de la industria y su libro era el manual.

Otro miembro de la Comisión Creel fue Walter Lippman, la figura más respetada del periodismo norteamericano durante medio siglo (quiero decir periodismo serio, artículos de opinión). También escribió los llamados ensayos progresistas sobre la democracia, considerados progresistas en los años 20. Estaba, una vez más, aplicando las lecciones del trabajo sobre la propaganda de forma muy explícita. Dice que hay un nuevo arte en democracia llamado "manufactura del consenso". Esta frase es suya. Edward Herman y yo la copiamos para nuestro libro, pero viene de Lippman. Bien, dice, tenemos este nuevo arte en el método de la democracia, la manufactura del consenso. Al manufacturar el consenso, puedes superar el hecho de que formalmente mucha gente tenga derecho a votar. Podemos hacerlo irrelevante porque podemos manufacturar el consenso y asegurarnos que sus opciones y actitudes estén estructuradas de tal forma que siempre hagan lo que les digamos, incluso si tienen un modo formal de participar. Así tendremos una democracia real. Funcionará correctamente. Eso es aplicar las lecciones de la agencia de propaganda.

La ciencia social y la ciencia política académicas parten de los mismos supuestos. El fundador de lo que se llama ciencia política académica y comunicación fue Harold Glasswell. Su mayor logro fue un libro, un estudio sobre la propaganda. Dice, de forma muy franca, las cosas que yo citaba antes, esas cosas sobre no sucumbir a los dogmatismos democráticos, todo eso viene de la ciencia política académica (Glasswell y otros). De nuevo, sacando lecciones de la experiencia en tiempo de guerra, los partidos políticos sacaron las mismas conclusiones, especialmente el partido conservador en Inglaterra. Sus primeros documentos, que acaban de salir a la luz, muestran que también reconocían los logros del Ministerio de Información británico. Se daban cuenta que el país se estaba democratizando y ya no podría ser un club privado. Así que la conclusión, en sus propias palabras, es que la política tenía que convertirse en guerra política, aplicando los mecanismos de la propaganda para controlar los pensamientos de la gente que tan brillantemente habían funcionado durante la Primera Guerra Mundial.

Esa es la parte doctrinal y coincide con la estructura institucional. Refuerza las predicciones sobre cómo debería funcionar el tema. Y las predicciones están bien confirmadas. Pero estas conclusiones tampoco se pueden discutir. Todo esto forma parte de la literatura disponible pero sólo es para la gente que está en el ajo. Cuando vas a la universidad, no lees los clásicos sobre cómo controlar las mentes de la gente.

De la misma forma que no lees lo que dijo James Madison durante la convención constitucional sobre que el principal objetivo del nuevo sistema tenía que ser "proteger a la minoría de los opulentos contra la mayoría" y que tenía que ser diseñada para conseguir ese fin. Esa es la fundación del sistema constitucional, así que nadie lo estudió. No puedes encontrarlo ni en la literatura académica, a no ser que mires muy a fondo.

Este es básicamente el cuadro, tal como yo lo veo, de la forma en que funciona el sistema institucionalmente, las doctrinas que hay detrás de ello, y lo que resulta de todo eso. Hay otra parte, dirigida a los "intrusos ignorantes y entrometidos". Esa es sobre todo usar diversiones de un tipo o de otro. De eso, creo, podrías predecir lo que esperarías encontrar ahí.


http://www.nombrefalso.com.ar/index.php?pag=68
Katharina Von Strauger
La mentira os hará «libres»


por Jesús Ibáñez

Reseña de Los guardianes de la libertad, de Noam Chomsky/Edward Herman (traducción de Carme Castells, Barcelona, Crítica, 1990).
Publicada en El Mundo-La Esfera
23 de diciembre de 1990.



Chomsky tiene, como el doctor Jekyll, dos caras. Se pone la cara de doctor Jekyll para escribir de lingüística, la de míster Hyde para escribir de política. En los dos géneros es el indiscutible número uno. Y, como no pueden prescindir de sus libros sobre lingüística, los poderosos de la tierra hacen lo que pueden para que asomen lo menos posible a la superficie sus libros sobre política. La última vez que di cuenta en un gran rotativo de uno de ellos (La cultura del terrorismo) se me cerraron las páginas del rotativo. Ay, si volviera Salomón y partiera por la mitad a este monstruo bifronte, y dejara vivo al Chomsky/Jekyll, y arrojara a las llamas al Chomsky/Hyde. Como no lo pueden hacer con el autor, lo hacen con sus obras.

Chomsky escribió su primer artículo, en defensa de la República española, a los once años. Desde entonces, no ha dejado de luchar por la libertad y la verdad. Su ideología libertaria, su honestidad a prueba de premios, su aguda inteligencia... hacen de él un debelador implacable de las mentiras que los poderosos, a través de «intelectuales» y «artistas» lustrosamente apesebrados, intentan -y muchas veces lo logran- inyectarnos en el coco.

Aquí se ocupa, con la ayuda probablemente generosa del profesor Herman, de los medios de comunicación masiva (prensa, radio, televisión). ¿Cómo se construye la verdad oficial? ¿Cómo se manipulan los datos para que puedan ser interpretados siempre en un sentido que favorezca los intereses especiales de los poderosos?, ¿cómo se hace para que esos intereses especiales aparezcan como generales y los intereses generales como especiales? Los autores ponen al descubierto, con claridad meridiana, el tinglado. Manejando una documentación casi exhaustiva, sometiendo los datos a una disección tan penetrante que parece que hayan utilizado la propia navaja de Ockam, pasando los jirones por un tamiz lógico riguroso, logran hacer revertir en arte de la verdad el arte de la mentira.

Primero, construyen un «modelo de propaganda» (digamos, la competencia). El funcionamiento de ese modelo permite la fabricación del consenso: un consenso que nos moviliza para apoyar los intereses especiales que dominan la actividad del Estado y del Capital. Para que la fábrica de mentiras se sostenga en pie, filtrando como verdad lo que favorece y como mentira lo que perjudica a esos intereses, es precisa la convergencia de cinco ingredientes:

concentración de la propiedad de los medios,

financiación mediante la publicidad,

dependencia de la información suministrada por el gobierno o las empresas o los «expertos»,

uso de correctivos para disciplinar a los profesionales de la información,

profesión de anticomunismo como religión nacional...


Con estos cinco nudos, la información queda atada y bien atada.

Luego, analizan el funcionamiento de ese modelo aplicándolo a diversas situaciones políticas. Son éstas: la clasificación de las víctimas en «dignas» e «indignas», la valoración de las elecciones como «legitimadoras» o «irrelevantes», la invención de la conexión búlgara en el atentado contra el Papa, la información sobre las guerras del Viet-Nam, Laos y Camboya...

Las víctimas son «dignas» cuando los verdugos son «comunistas», «indignas» cuando son lacayos de los USA. Así de sencillo. Para realizar una clasificación tan distorsionada se utilizan medios cuantitativos y cualitativos. Cuantitativos: el brutal asesinato del padre Popieluszko por unos policías comunistas produjo más información que el -igualmente- brutal asesinato de noventa y seis religiosos, incluido un arzobispo, por los policías y militares del «mundo libre» (ocurridos, naturalmente, en el patio trasero). Cualitativos: cuando la víctima lo es de los «comunistas», la noticia se solaza en detalles macabros, registros de la indignación popular e insinuaciones de responsabilidades en la cumbre; en cambio, cuando lo es de las fuerzas del orden de un «Estado de derecho», la información es aséptica, vagamente exculpatoria... y aparece en la última página.

Las elecciones en un «país libre» (El Salvador -1982, 1984- o Guatemala -1984, 1985-) son «legitimadoras» del régimen; pero en un país sometido a «dictadura» (Nicaragua -1984-) las elecciones son una añagaza para camuflar la verdadera «naturaleza» del régimen. No importa que en Nicaragua se dieran -con algunas limitaciones-, y en los otros países no, las condiciones para unas elecciones verdaderamente democráticas: libertad de reunión, expresión, prensa, asociación... y ausencia de terror de Estado. Es una aplicación del doble-hablar, pero para la generalidad del público El Salvador y Guatemala son democracias y la Nicaragua sandinista no lo era.

La conexión búlgara, una noticia no sólo falsa sino también absurda, fue inventada en todas sus piezas por Claire Sterling del Reader's Digest. A fuerza de repetirla, muchos se tragaron la creencia de que un pistolero turco de extrema derecha era agente -indirecto- de la Unión Soviética.

En las guerras de Indochina, por ejemplo, los Khmer rojos de Pol Pot se convirtieron de malísimos en buenos cuando empezaron a luchar contra el Viet-Nam comunista. El enemigo de mis enemigos es mi amigo; menos por menos, igual a más.

Hay excepciones. Ahí están el Water-Gate y el Iran (Contra)-Gate. Pero no es oro todo lo que reluce. Nixon se atrevió a actuar ilegalmente con el partido demócrata. Reagan se atrevió a violar las prerrogativas del Congreso. Dos poderes consolidados. En ambos casos estamos en presencia de conflictos entre intereses (especiales) de poderosos. Sólo en casos como éstos puede salpicar a los medios de comunicación de masas alguna gota de verdad.

Lo que los autores dicen de los USA lo podríamos decir de España. No hay más que cambiar «comunista» por «vasco abertzale». Sólo que aquí hay algún periódico independiente (dentro de un orden). Lo que me hace esperar que estas páginas no se me cierren por haber dado cuenta de otro libro de Chomsky
.



http://personales.alumno.upv.es/~pausalvi/...sky/Resenya.htm

Francisco Alegre
Entrevista a Noam Chomsky en Radio Ouverture, 89,3 FM (19/10/98)


Título original: Interview with Chomsky
Autor: Noam Chomsky

Origen: Radio Ouverture (Canadá), Octubre 1998

Traducción: John Rattagan, Julio 1999



Radio Ouverture: ¿Cuán importante es para los medios masivos controlar la mente del público?


Chomsky: Debemos siempre preguntarnos lo siguiente: ¿importante en qué sentido? Pues para el público, es importante que su mente no sea controlada por nadie. Para el público, es importante que los medios masivos le ofrezcan un espacio de discusión y debate y que presenten los temas relevantes, en la medidad de sus posibilidades, de la manera más honesta posible. Pero esto visto desde el punto de vista del público. Para los medios en sí (por esto me refiero a los dueños, los gerentes y su mercado, o sea, la publicidad y otros sistemas de poder dentro de la sociedad) el control de la mente del público es extremadamente importante. Y esta no es una simple hipótesis. Han sido ellos muy claros al respecto durante los últimos 70 u 80 años. Tanto, que fue este un tema abiertamente debatido así en los E.E.U.U. como en Inglaterra. No sé si fue el caso de Canadá. Alrededor de los tiempos de la Gran Guerra, en los ’20, los derechos personales se expandieron. Hasta ese entonces, la toma de decisiones estaba asignada a aquellos a quienes la propiedad les otorgaba derechos. Hubo grandes luchas populares a finales del siglo XIX y a principios del XX y muchos derechos fueron conquistados, incluso el derecho al voto, lo cual presentó serios problemas tanto en Inglaterra como en los Estados Unidos, las democracias más importantes de la época. Y la respuesta fue idéntica en ambos casos. No podemos controlar más a la gente por la fuerza. Al menos no como antes. Así que mejor destinemos nuestros esfuerzos para controlar sus creencias y actitudes.



Radio Ouverture: Ud. ha argumentado que la intención de los medios, tanto de los gerentes como de los periodistas, es de mantener a la gente apática y a la vez desviar su interés para que no participen en forma activa en los procesos políticos. ¿Cómo calificaría sus intenciones? ¿Son realmente conscientes de sus acciones o simplemente conforman inconscientemente a la ideología dominante? ¿Cuál es la dinámica que gobierna sus actos?



Chomsky: Depende a quién te refieres. Si estás hablando de los líderes de los medios (teorizadores, figuras de la industria de las relaciones públicas, intelectuales que escriben sobre la democracia, etc.) entonces son absolutamente conscientes. Si te refieres a la gente que está involucrada en el sistema, entonces es mayormente inconsciente. Pero no del todo. Muchos se dan cuenta de qué es lo que se ven obligados a hacer y luchan contra eso. Pero generalmente solo triunfas dentro del sistema si has, en mayor o menor medida, internalizado sus valores. De eso se trata una buena educación. Y esto no solo se aplica a los medios, también se puede aplicar al mundo intelectual y a la totalidad de lo que podríamos llamar instituciones ideológicas.



Radio Ouverture: ¿Es posible mantener nuestros principios dentro de este tipo de negocio mediático? ¿Pueden modificarse desde dentro? ¿Cuando vemos a la CNN, UPI, AP, todos esos medios informativos gigantes, es posible cambiarlos desde dentro o debemos emprender formas alternativas desde afuera?



Chomsky: Ambas cosas. Y esos no son los únicos modos. Cualquier institución, incluso los estados fascistas, es susceptible a la presión pública. Y por cierto que los medios, en sociedades relativamente libres, también lo son. En realidad, se han producido cambios substanciales, algunos de ellos positivos durante los últimos treinta años como resultado de intensa presión pública, principalmente a partir de los hechos producidos en la década del 60 y que luego continuaron. Este fue un cambio notable en los medios, no solo por la forma en que se ocupan de los temas sino también por quien se encarga de ellos. Mucha de la gente que trabaja en los medios vivió esa experiencia y eso los transformó. Por lo que sí que hay cosas que pueden hacerse y muchos periodistas íntegros son conscientes de estos apremios y presiones. Y son incluso mucho más cínicos que yo ya que cuentan con la experiencia personal y tratan de hacer las cosas a su manera en los espacios que se les presentan. Tengo algunos amigos cercanos que son distinguidos reporteros y que debieron retirarse porque no aguantaban más.



Radio Ouverture: En cuanto a la concentración de la prensa, algunas personas en Canadá están preocupadas porque Conran Black es dueño de demasiados periódicos. ¿Ud. ve la concentración de la prensa como a un problema o son simplemente las mismas estructuras con un dueño distinto?



Chomsky: Es un problema serio. La concentración de los medios de prensa es un fenómeno que viene sucediendo a lo largo de este siglo. Y por cómo los medios se han concentrado, por supuesto que atentan contra la diversidad tal como es. Las restricciones legales para emprender nuevos proyectos mediáticos, las mega corporaciones y los medios corporativos han producido una concentración muy importante. Así por ejemplo en los E.E.U.U., durante la década del 50, existían aproximadamente 800 periódicos o semanarios que llegaban a las manos de 20 ó 30 millones de personas por semana. Les llegaba una visión del mundo muy variada. Y si retrocedemos aún más hacia principios de siglo, las opciones eran aún más diversas. La reciente ola de concentración está reduciendo al periodismo mundial a unas pocas mega corporaciones. Y, por supuesto, es redundante discutir sus efectos sobre la democracia y la libertad. Son obvios.


Política Internacional.



Radio Ouverture: Ahora mismo en Kosovo, vemos a la OTAN intentando intervenir. ¿Se trata nuevamente de los E.E.U.U. decidiendo su intervención sin la aprobación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas?



Chomsky: Bueno, ellos han sido muy explícitos en cuanto a que no acudirán al Consejo de Seguridad. Lo que significa que abandonan completamente, no por la primera vez por supuesto pero ahora muy abiertamente, el marco del derecho internacional y los tratados que requieren explícitamente que cualquier amenaza o uso de fuerza debe estar subordinado al Consejo de Seguridad, a menos que se trate de autodefensa, lo cual no es el caso. La posición explícita, no solo de los Estados Unidos sino de los restantes miembros de la OTAN, es que las leyes internacionales son para ser ignoradas por nosotros. Tal vez estén bien para los demás, pero no para nosotros. Somos demasiado poderosos. Y tratan de actuar a solas en pos de los intereses de las potencias que integran la OTAN, los cuales son hasta conflictivos. Por lo que de ningún modo existe dentro de ella un consentimiento unánime acerca de sus acciones. Los Estados Unidos por supuesto ejercen un rol dominante dado su poder pero no es este el único papel que desempeñan. Y el problema que la OTAN enfrenta, habiendo dejado de lado el marco del derecho internacional y la legalidad, es que tienen ahora una especie de conflicto. No quieren que Kosovo sea independiente y, por el otro lado, no quieren que los serbios cometan atrocidades muy visibles. Y encontrar un camino entre estos dos objetivos no ha sido simple.



Radio Ouverture: Los E.E.U.U. tienden a ocupar un lugar predominante en los asuntos mundiales, pero ¿qué piensa sobre su ausencia o su poco entusiasta participación en la Corte Criminal Internacional? ¿Es realizable ésta sin la presencia de los Estados Unidos o es posible que sean forzados a integrarla?



Chomsky: No, claro que no. De hecho, no puede forzarse a nadie y menos a los Estados Unidos. Lo que quiero decir es que los Estados Unidos hacen lo que les da la gana. No obedece las sentencias de la Corte Internacional de Justicia, por ejemplo. Y eso es lo que quiere, esencialmente. Es el matón más grandote del barrio por lo que no se le dice qué ha de hacer. En lo que se refiere a la Corte Criminal Internacional, como ud. bien dice, los Estados Unidos fueron la única gran potencia que se negó a adherirse, alegando razones poco convincentes. La razón que se hizo conocer fue que podrían producirse enjuiciamientos injustos de soldados norteamericanos pertenecientes a misiones de paz. Pero esto sería altamente improbable. Principalmente porque los E.E.U.U. no están involucrados en misiones de paz salvo en circunstancias muy limitadas que resultan de una doctrina militar que es poco usual, tal vez única, en la que a los soldados norteamericanos no se les permite exponerse a peligro alguno. Así, por ejemplo, si fuerzas canadienses o irlandesas o noruegas se encuentran integrando misiones de paz en lugares donde existe una relación delicada y compleja con los civiles, es aceptado que los soldados pueden ser expuestos a ciertos peligros. Pero no están autorizados a responder con el uso de la fuerza. Las tropas de los E.E.U.U. sí pueden, mejor dicho, deben hacerlo. Por eso es que Somalia resultó un desastre tal. Y es por eso que las tropas estadounidenses muy rara vez, casi nunca, se ven involucradas en misiones de paz. A menos que se trate de separar a dos fuerzas militares en donde existe una marcada delimitación del conflicto. Pero existen razones para que esto sea así. La razón obvia es que una Corte Criminal Internacional independiente estaría en condiciones de rastrear a los responsables de cualquier atrocidad hasta los lugares más altos de la cadena de mandos. Por ejemplo en el caso de Somalia, llegarían a la mismísima Casa Blanca y el Pentágono.



Radio Ouverture: Otro de los temas que últimamente aparece muy a menudo en los medios es el de los proyectos de reforma al Fondo Monetario Internacional. Nosotros lo llamamos "un nuevo Bretton Woods". Sé que los acuerdos Bretton Woods a ud. le interesan bastante. ¿Qué opina sobre estos cambios en el FMI?



Chomsky: Bueno, el sistema Breton Woods se desmoronó prácticamente hace unos 25 años a iniciativa de los E.E.U.U. y con el apoyo de los mayores centros financieros del mundo. Desde entonces, no hemos vuelto a estar dentro del sistema Breton Woods. La liberalización del capital financiero, que se efectuó en los ‘70, es exactamente contraria al sistema Breton Woods, el cual pregonó la regulación de los capitales internacionales de intercambio. Y esto ha tenido un efecto increíble en la economía en su conjunto, un efecto muy dañino por cierto, excepto para una minoría de gente adinerada. Pero también ha provocado una extrema volatilidad en los mercados y en las tasas de cambio. Se sabe desde hace tiempo que los mercados financieros están sujetos a pánicos, corridas o histerias, como quiera que se les llame. Y esto causa una serie de problemas que actualmente están alcanzando hasta a los ricos y poderosos, quienes se están preocupando al respecto. Por eso es que estamos empezando a escuchar hablar sobre reformas. Sin embargo también existen tendencias contrarias a ello. Dentro mismo del FMI, y por cierto en el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, el cual domina en cierto modo al FMI, existen tendencias a favor de incrementar aún más la liberalización de las finanzas. Incluso están ahora mismo tratando de aprobar esto a través del estatuto del FMI. Lo cual implicaría un cambio radical. Mira al Banco Mundial, ellos se oponen a esto. Y varios otros sectores conservadores de poder también se oponen porque le temen.



Radio Ouverture: ¿Cuál es su interpretación de la crisis financiera internacional? Vemos a Rusia desmoronándose y también Asia, desde el punto de vista económico. ¿Cómo ve el mundo tras la crisis? ¿Cree que puede ir lejos?



Chomsky: La verdad es que nadie tiene la menor idea. Finalmente se ha admitido, incluso por el Banco Mundial, economistas notables, etc., que la economía internacional sencillamente no la entienden. Nadie predijo nada de esto, todo fue sorpresivo. Hubo varias ideas acerca de cómo enmendarlo. Pero podría ser extremadamente peligroso lo cual explica por qué las primeras planas de los periódicos están dando a conocer ahora lo que ya era bastante obvio hace veinte años: que la liberalización financiera es un animal muy peligroso como para ser dejado fuera de su jaula. A dónde nos puede llevar, nadie lo entiende realmente. Puede llevarnos a una seria deflación global y tras eso, una depresión. O tal vez puede emparcharse de algún modo. O tal vez habrá suficiente presión popular como para operar un cambio institucional verdadero, lo cual pienso que sería importante. Controlar la liberalización financiera es, en mi opinión, algo muy importante. Es muy peligrosa.



Soluciones para el futuro y el rol del Estado.



Radio Ouverture: En el contexto de la globalización de los mercados, ¿cuál cree que es hoy el rol del Estado?



Chomsky: Depende de cuáles países te refieres. En los países ricos, los países de la OECD, el rol del Estado en realidad ha crecido durante los últimos veinte años, en relación al Producto Bruto Interno (PBI). Esto ha sido dado a conocer por el Banco Mundial, por ejemplo. Por otro lado, en los países pobres como los del Africa Negra o de América Latina, el esfuerzo se ha concentrado en minimizar al Estado. Tome como ejemplo al Hemisferio Occidental. El país más rico es sin duda los Estados Unidos, donde el Estado juega y siempre ha jugado un rol preponderante en su desarrollo económico. A partir de la Segunda Guerra Mundial ha sido extensivo, luego ha variado un poco, se expandió durante la era Reagan y es ahora substancial.
Tome en cambio a Haití. Bueno allí, la condición para el regreso del presidente Aristide al poder fue que aceptara un programa super neo-liberal el cual abre a Haití completamente a las fuerzas del mercado. Lo que significa por ejemplo que los productores haitianos de arroz tienen que competir con el negocio agrícola de los E.E.U.U., el cual está altamente subsidiado. Los productores de los Estados Unidos reciben un 40% de sus ganancias en la forma de subsidios del gobierno. Quiero decir, llamar a esto un libre mercado ya no es siquiera gracioso. Y naturalmente, Haití está devastada. Por eso ahí el rol del Estado es muy limitado. Es más, apenas si funciona. En los Estado Unidos, por otro lado, el Estado es muy fuerte. Esto se pudo comprobar durante la crisis asiática. El Asia del Este y del Oeste son de algún modo diferentes. Pero en Asia Oriental se produjo un desarrollo espectacular. Es más, fue sin precedentes en la historia. Y el Estado desempeñó un rol central coordinando, garantizando créditos, estimulando industrias en desarrollo, y así. Cometieron errores pero ejercieron un papel muy constructivo. El Banco Mundial, por ejemplo, lo ha reconocido. A finales de los 80 y principios de los 90, Corea del Sur en particular, fue fuertemente presionada, principalmente por los Estados Unidos, a terminar con esto. Principalmente, a que desregulara los mercados financieros. Esa fue, en efecto, una de las condiciones impuestas para su ingreso en la OECD. Y lo lograron. Y los mercados financieros enloquecieron. Ese fue el origen de la crisis. Hace poco, lo mismo sucedió con las industrias más importantes. La ideología del libre mercado siempre ha tenido dos caras. La realidad es: el libre mercado está bien para ti pero no para mí. Yo necesito la protección del Estado Nodriza. Por eso la retórica del libre mercado se presenta con bombos y platillos a la gente pobre e indefensa pero los ricos no se creen esa historia. Quiero decir, simplemente dele una mirada al Congreso de los Estados Unidos y al último presupuesto que han votado. La mayoría de los líderes del Congreso y del Senado se supone que son eminentes conservadores. Tú sabes, están llenos de su retórica de libre mercado para los niños hambrientos y demás.



Radio Ouverture: Ud. se refiere muy a menudo a los Estados Unidos y al mundo Occidental en general. Sentimos a veces que la ola de neo-liberalismo que hemos experimentado desde mediados de los 80 es algo inevitable. Que tenemos que atravesar esto para lograr un tipo de prosperidad económica. Al mismo tiempo, a veces sentimos que la democracia no es un tema que preocupe a las corporaciones o a los grandes grupos económicos en la escena política. ¿Cuál cree que es el futuro de la democracia en un mundo en el que lo económico resulta tan importante?



Chomsky: Bueno, antes que nada, hay una gran cantidad de suposiciones bastante cuestionables en lo que has dicho. Tal vez se te haya convencido que las políticas neo-liberales son el camino hacia la prosperidad. Pero no ha sido así históricamente. Y, por ejemplo, no es así en los Estados Unidos ni lo ha sido nunca. Por lo que si te enseñaron a creer eso, se trata de una técnica que garantiza tu subordinación a los poderes externos. No tienes que creer lo que te dicen que has de creer. Para eso es que tenemos mentes. Y, en realidad, es una pobre idea. Puedes observarlo en el hecho de que los ricos y poderosos no lo aplican a ellos mismos, nunca lo han hecho ni nunca lo harán. Yo creo que democracia y poder privado son dos temas diferentes. El poder privado es enorme y sigue creciendo. Por lo tanto el poder de las corporaciones y de las instituciones financieras se está extendiendo pero no a través de doctrinas neo-liberales. Quiero decir, ellos insisten y reciben amplia protección y respaldo de parte de los Estados poderosos. Más aun, están implicados entre ellos en lo que llamamos "alianzas estratégicas", incluso supuestos competidores, para administrar los mercados. Y preferirían un Estado fuerte pero dirigido hacia sus intereses. Así que a no gastar dinero en programas que beneficien a la población en general. Y esto, por supuesto, disminuye a la democracia a la vez que su poder se incrementa. El poder de la población general declina. Pero no es algo a lo que tengamos que resignarnos.



Radio Ouverture: Ud. habla mucho sobre los sindicatos y gente organizándose. ¿Ud. cree que es este un rol que le corresponde a la gente o deberíamos tener una especie de élite en la sociedad que agrupe a esa gente, o se trata de un movimiento que debe empezar desde la base o es algo que puede llegar desde la gente de las universidades o desde los que están un poco más enterados sobre la actualidad política y general?



Chomsky: Si los movimientos que se desarrollan son dirigidos por las élites, se desarrollarán al servicio de los intereses de las élites. Por lo tanto, si los movimientos han de tener objetivos humanos y democráticos, serán movimientos populares en los que no hay élites. Me refiero a que tal vez alguien en la universidad sepa un poco, tal vez yo sepa un poco y tal vez tú también, y debemos contribuir con lo que sepamos y a la vez reconocer que queremos aprender de otros. Eso es contribuir con tus propias aptitudes y lo que tengas para ofrecer junto a muchas otras personas que tienen otras diferentes, que tal vez sean mejores que las tuyas. Esa es la manera en que se lleva a cabo una organización seria. Si refleja una estructura de élite, gerencial, podemos vaticinar fácilmente en lo que devendrá.



Radio Ouverture: ¿Tiene usted alguna esperanza en el futuro, en algún progreso que vea aproximarse hacia finales del siglo? ¿Le parece que existe algún movimiento progresista trabajando en algo positivo?



Chomsky: Hay multitud de progresos. Tome como ejemplo el Acuerdo Multilateral de Inversiones, el cual fue un intento de brindarle a las corporaciones los derechos propios de un Estado. Ya tienen ellos el mismo derecho que las personas. Ese es un poder enorme, con efectos extremadamente peligrosos. Trataron de aprobarlo en secreto. Fue bloqueado principalmente por el activismo que comenzó en Canadá. Canadá fue de lejos el centro de protesta más activo. Y después se esparció hacia otros lugares. Hasta que en abril último, fue imposible aprobarlo, principalmente por la oposición del público. Esa fue una tremenda victoria. Y si te fijas en la prensa financiera internacional, entraron en pánico por lo que llamaron "hordas de vigilantes" que previnieron que el acuerdo se negociara en secreto y fuera certificado por el Congreso como en los viejos buenos tiempos. Cuando comparas la relación de fuerzas de los dos sectores, ves que se trata de una victoria asombrosa. Quiero decir, por un lado tienes a todo el poder concentrado del mundo. Los estados más poderosos, las corporaciones más poderosas, instituciones financieras, bancos y por supuesto, los medios, todos a su favor. Por el otro lado, tienes a gente como Maude Barlow. Y ganaron éstos, al menos por ahora. Y hay que mantenerlo sobre rieles. No ha sido el único caso, pero esta es una victoria muy alentadora. La gente debería participar y aprender de ello.



Radio Ouverture: ¿En pocas palabras, cuál es su opinión sobre la independencia de Quebec?



Chomsky: Bueno, yo estoy a favor de la autonomía e independencia de cualquiera que la quiera. Pero si lo piensas mejor, mi sospecha es que si Quebec realmente se independiza se convertirá rápidamente en una colonia de los Estados Unidos. Y lo mismo sucederá probablemente con el resto de Canadá. Hasta cierto punto, esto ya está sucediendo. Pero creo que se aceleraría
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http://personales.alumno.upv.es/~pausalvi/...oOuverture.html
Andy Maykuth
Haití: cinco consideraciones


MOISÉS NAÍM

EL PAÍS
Internacional
17-01-2010



2010 quedará en la memoria como el año más trágico en la historia de Haití. También será el año en que más dinero llegará a ese país. Es imposible ver las imágenes que nos llegan y no sentir una inmensa necesidad de ayudar. Millones de personas en todo el mundo así lo están haciendo, al igual que sus gobiernos. Si bien estas reacciones son normales —recordemos la masiva respuesta al tsunami en el océano Índico— en este caso la ayuda se ha visto aún más potenciada por las nuevas tecnologías.

Las imágenes nos estimulan a reaccionar y las nuevas tecnologías hacen muy fácil ayudar. Por Twitter circula el mensaje “Escribe HAITI y marca 90999 en tu móvil para donar 10 dólares a la Cruz Roja”. En pocas horas, un millón de personas en EE UU enviaron este texto, aportando así 10 millones de dólares que fueron cargados a sus cuentas telefónicas y transferidos a la Cruz Roja. Esta organización informa de que los fondos que está recibiendo para Haití superan a los de otras catástrofes. Los aportes de gobiernos, instituciones internacionales y empresas también han sido instantáneos y masivos. Dinero, medicinas, comida, maquinaria y personal especializado no van a faltar. Lo que va a faltar es la capacidad para usarlos eficazmente. Desgraciadamente, la experiencia demuestra que también decaerá la voluntad de la comunidad internacional para mantener el apoyo a Haití una vez que los muertos estén enterrados, los huérfanos desaparezcan de las pantallas de televisión y los periodistas se hayan ido a cubrir nuevas tragedias.

Y ésta es la segunda consideración: el dinero y la ayuda internacional son indispensables, pero no suficientes. Las toneladas de medicinas que se acumulan en el aeropuerto de Puerto Príncipe no sirven de mucho si no están conectadas a una red de distribución que las haga llegar a tiempo adonde hacen falta. Y esas redes de distribución no existen. El terremoto ha sido la estocada final a un sistema que ya había sido devastado por décadas de miseria, corrupción y desgobierno. Por eso, ayudar a Haití a tener la capacidad de ofrecerle los servicios básicos a su población —agua, electricidad, salud, policía, escuelas— es el verdadero reto post-terremoto. La reconstrucción de viviendas, escuelas, hospitales y oficinas de gobierno que se derrumbaron será difícil y costosa. Pero no tanto como la construcción de las instituciones que le den al país una mínima capacidad de funcionamiento.

La tercera consideración es que las organizaciones extranjeras que trabajan en Haití son a la vez beneficiosas y nocivas. Antes de esta última tragedia, la espantosa situación del país más pobre y disfuncional de las Américas ya lo había transformado en el destino prioritario para todo tipo de organizaciones no gubernamentales. David Brooks escribe en The New York Times que Haití es el país con más ONG per cápita en el mundo. Esto por supuesto es muy bueno. Lo malo es que no hay gobierno que las coordine y que la presencia de tantas entidades foráneas con más fondos, personal y capacidades que la propia administración local hacen aún más difícil la labor de gobernar. Un problema aún mayor es que no todas las organizaciones atraídas por el caos de Haití son instituciones benéficas. También han llegado los narcotraficantes. Haití se ha convertido en el lugar preferido para el transbordo de las drogas que van de los Andes a Estados Unidos. Algunos de los personajes que más influyen en la política y la economía haitianas residen en México y Colombia: son los capos de la droga. A ellos el terremoto no los ha afectado.

Cuarta consideración: Hay que ayudar a la República Dominicana. A veces los terremotos también producen tsunamis. Y el de Haití va a producir un tsunami de gente sobre la República Dominicana. Este país, más próspero y mejor gobernado que su vecino, es también muy pobre, y sus frágiles instituciones no son capaces de atender adecuadamente a la población. Inevitablemente, la catástrofe de Haití va a estimular aún más la emigración de haitianos a la República Dominicana, aumentando la presión social y las demandas sobre los ya desbordados servicios públicos. Descuidar a este país ahora puede empujarlo a una costosa crisis social y política.

La ultima consideración es que, a pesar de todo lo anterior, la comunidad internacional y los haitianos nos pueden dar una sorpresa. La comunidad internacional puede aprender de sus errores y aplicar las lecciones a lo que va a hacer en Haití. Los recursos, nunca suficientes, no serán tan escasos como lo han sido hasta ahora. Los haitianos y su dinámica diáspora pueden reconocer que esta tragedia ofrece una oportunidad única para cambiar la trayectoria de su país. Este escenario optimista es poco probable. Pero no es imposible.

mnaim@elpais.es





http://www.elpais.com/articulo/internacion...elpepiint_3/Tes
Maripili
CITA
El dolor como quinto signo vital

Los expertos recomiendan el uso de escalas para medir este trastorno - Sin ellas, la mitad de los casos pueden derivar en un síntoma mal tratado

MAYKA SÁNCHEZ
Madrid

EL PAÍS
Sociedad
22-12-2009



La temperatura corporal, el pulso, la presión sanguínea, la frecuencia respiratoria y el dolor son los primeros cinco signos vitales que deben ser considerados por los médicos en sus pacientes. A pesar de que nueve millones de españoles sufren dolor crónico, sólo el 10% de los facultativos de atención primaria emplean escalas de medición del dolor para su mejor abordaje terapéutico. Un problema que provoca que hasta en la mitad de los casos ese dolor pueda llegar a ser un síntoma mal tratado.

Sin embargo, a pesar de la dificultad de medir el dolor, existen herramientas para hacerlo. Una de ellas es la llamada escala visual analógica (EVA), creada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es una herramienta de sencillo manejo que evalúa el dolor del 1 al 10 para, así, cuantificar la intensidad y el tipo de dolor de cada paciente. Una escala que mejoraría la atención de muchos enfermos. Y es que el 83% de los españoles que padecen dolor crónico son atendidos en el ámbito de la atención primaria y no en unidades especializadas de dolor. Allí sólo el 10% de los médicos usa herramientas como la EVA.

La Plataforma SinDOLOR (constituida en 2007 por las fundaciones para la Investigación en Salud y la Grünenthal) ha desarrollado estos meses la I Campaña de Sensibilización de la Importancia del Dolor, para concienciar a los profesionales sanitarios y a la sociedad de que hoy en día, con los avances en medicina, el dolor puede y debe controlarse. De que merece la pena intentar que no se sufra por dolor, sea agudo o crónico. Una iniciativa que, con el lema cada dolor tiene su historia. EVAlúalo, ha contado con el apoyo del Ministerio de Sanidad, las consejerías de Salud y numerosas sociedades científicas.

Tener en cuenta el dolor como quinto signo vital "facilita en la mayoría de los casos el diagnóstico etiológico o causal del proceso que está desencadenando el cuadro doloroso en el enfermo", apunta Guillermo Castillo, director de la Fundación Grünenthal. La sensibilidad de los médicos hacia los pacientes en torno al sufrimiento a pelo o poder controlar el dolor con los medios disponibles ha experimentado un giro copernicano en los últimos años. De hecho, han sido prolijas, complejas y ricas las investigaciones en analgésicos y fármacos que, por distintas vías, actúan para calmar el dolor.

En el último Congreso Europeo del Dolor, celebrado en Lisboa, se presentó tapentadol para el dolor agudo y crónico. El primer analgésico que aparece en 25 años de una nueva generación que marcará un antes y un después en el control de ese problema. Se trata de un opioide, o derivado de la morfina, que actúa sobre el sistema nervioso central, con una gran potencia analgésica y un buen perfil de tolerancia. Los expertos aseguraron en Lisboa que se inicia una nueva era en el manejo difícil del dolor agudo y crónico.

El dolor es el síntoma más universal de cuantos puede padecer el ser humano. La OMS advierte de que, cuando se cronifica, puede convertirse en una enfermedad en sí misma y que, además de una gran carga de sufrimiento, es responsable, en términos económicos, de unos costes elevadísimos por la imposibilidad de trabajar de quienes lo sufren
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http://www.elpais.com/articulo/sociedad/do...lpepisoc_8/Tes/





CITA
Avances médicos con intereses ocultos

Un reportaje sobre el dolor muestra la eficacia de ciertas campañas de la industria farmacéutica para promover sus productos. La ocultación de las fuentes induce a engaño

MILAGROS PÉREZ OLIVA

EL PAÍS - Opinión - 17-01-2010




Con frecuencia llegan a las redacciones estudios y datos aparentemente rigurosos y fiables que, sin embargo, pueden inducir a engaño a los lectores o esconder intereses publicitarios o comerciales. Descubrirlos y evitarlos es un deber del periodismo riguroso. Quienes, siendo médicos o pacientes, han de lidiar con el dolor crónico, debieron sentir un gran alivio al leer que "en el último Congreso Europeo del Dolor, celebrado en Lisboa, se presentó tapentadol (...), el primer analgésico que aparece en 25 años de una nueva generación que marcará un antes y un después", y que "los expertos aseguraron en Lisboa que se inicia una nueva era en el manejo difícil del dolor agudo y crónico". Lo afirmaba Mayka Sánchez, colaboradora de EL PAÍS para temas de salud, en el reportaje "El dolor como quinto signo vital", publicado el 22 de diciembre en Sociedad. En el mismo se describía una situación lamentable: "A pesar de que nueve millones de españoles sufren dolor crónico, sólo el 10% de los facultativos de atención primaria emplean escalas de medición para su mejor abordaje terapéutico, un problema que provoca que hasta en la mitad de los casos, ese dolor pueda llegar a ser un síntoma mal tratado". La conclusión era clara: la mayoría de los médicos no actúan correctamente y la mayoría de los pacientes están mal tratados. Para paliar esa situación había surgido la Plataforma sin Dolor, una iniciativa cuyo objetivo era "sensibilizar" a los médicos y a la sociedad de que "con los avances de la medicina, el dolor puede y debe controlarse".

Varios médicos llamaron a la Defensora para quejarse de que se diera tan mala imagen de su trabajo sin citar el origen de la estadística. Pero uno de ellos, Enrique Gavilán, de Plasencia, observó algo más: "He estado buscando en la principal base de datos de estudios científicos, la librería PubMed de Estados Unidos, he analizado los estudios que se han publicado sobre este nuevo medicamento y, créame, los resultados muestran que no es muy superior al placebo y en todo caso es muy similar en cuanto a eficacia respecto de otros de los que hay mucha más experiencia clínica y cuyo precio, sospecho, será muy inferior". En su escrito a la Defensora pide que investigue si se trata de un caso de publicidad encubierta y conflicto de intereses.

Mayka Sánchez aclara que los datos están extraídos de la Guía de Buena Práctica Clínica en Dolor y que su valoración del tapentadol se basa en las declaraciones que hizo Anthony Dickenson, uno de los especialistas que ha participado en los ensayos clínicos, en el congreso de la Asociación Europa para el Estudio del Dolor, celebrado en Lisboa, al que ella asistió. El fármaco, dice, está avalado por "177 artículos, publicados en revistas y congresos internacionales", todos ellos dotados de "un comité editorial y científico que vela por la veracidad, objetividad y calidad de los trabajos presentados".Para Mayka Sánchez, la sospecha de publicidad encubierta a la que se refiere el doctor Gavilán "es una opinión muy subjetiva y sin base en el texto publicado", ya que, dice, se limita a hablar de una de las moléculas presentadas en Lisboa, sin mencionar su nombre comercial. A la Defensora, esta explicación no le parece suficiente. Todos los estudios sobre nuevos fármacos, incluidos los que cita Mayka Sánchez sobre el tapentadol, están financiados por los laboratorios productores y a veces también los congresos en los que se presentan. Sobre los sesgos en la investigación clínica y la publicación de sus resultados existe una amplia literatura científica. La labor de un periodista es verificar la información y evitar los sesgos de parte que pueda contener.

¿Estaba justificado presentar este fármaco como un medicamento que marca "un antes y un después" o "una nueva era" en el tratamiento del dolor? Para aclararlo he consultado a los catedráticos Xavier Carner, presidente del Comité de Evaluación de Medicamentos de la Agencia Española del Medicamento, y a Rafael Maldonado, investigador de la Universidad Pompeu Fabra que trabaja para los Institutos Nacionales de Salud de EE UU. Ninguno de los dos considera que el fármaco sea una gran novedad. Ni siquiera el laboratorio que lo produce va tan lejos como Mayka Sánchez. En la nota de prensa con que lo presentó en junio afirma que "muestra una eficacia comparable a los opioides clásicos" aunque ofrece "un perfil de tolerabilidad más favorable". Y tampoco es una novedad: tiene el mismo mecanismo de acción que el Spam, del mismo laboratorio.

Pero no hay sólo un problema de exageración. La forma en que se presenta la información justifica las sospechas del doctor Gavilán, pues se disimula que todo el contenido procede de una única fuente, y se omite revelar que esa fuente es, en última instancia, el laboratorio productor del fármaco. Cita a la Fundación Grünenthal como impulsora de la Plataforma sin Dolor, pero no aclara que ésta pertenece al laboratorio Grünenthal Pharma, especializado en terapias analgésicas, que es quien financia la plataforma y la campaña de medición del dolor. El reportaje tampoco aclara que el fármaco que presenta como revolucionario pertenece a ese laboratorio. Sólo los lectores que ya conozcan a ese laboratorio pueden adivinar la relación.

La información sigue peligrosamente el esquema de las nuevas estrategias que la industria farmacéutica emplea para promover la prescripción de sus fármacos, una vez erradicados los escandalosos incentivos con que premiaban a los médicos. De hecho, los médicos no son ya el único objetivo de los departamentos de mercadotecnia de los laboratorios. Ahora tratan de influir sobre la prescripción a través de los propios pacientes. Esa estrategia consiste en hacer emerger (a veces incluso crear) un problema de salud, movilizando a especialistas de prestigio y si es posible, pacientes, con el objetivo de "sensibilizar" sobre el problema para el cual tienen la solución.

Dada la suspicacia con que es recibida la información procedente de la industria, ésta se ha visto obligada a buscar formas indirectas y de mayor autoridad para vehicular su actividad. Para ello han creado fundaciones y plataformas teóricamente independientes y sin ánimo de lucro, integradas por académicos y especialistas, pero financiadas por la propia industria.

Todo ello está presente en este caso. El reportaje comienza describiendo el grave problema del dolor, basado en estudios financiados por la industria; presenta a continuación a la plataforma que va a luchar contra esta lacra, sin decir que está promovida y financiada por el laboratorio, y acaba informando de un fármaco que presenta como revolucionario, sin decir que es del mismo laboratorio. Para mayor abundamiento, el titular del reportaje coincide con el eslogan central de la campaña financiada por Grünenthal. Y ni siquiera es una información novedosa, pues la propia Mayka Sánchez había publicado tres meses antes el mismo tema en El País Semanal. Lo único nuevo era la referencia al fármaco. El reportaje cita el congreso de Lisboa pero no menciona que Mayka Sánchez viajo a la capital lusa invitada por el laboratorio. El Libro de Estilo de EL PAÍS establece al respecto: "El periódico, como norma general, no acepta invitaciones para elaborar informaciones. Las excepciones habrán de autorizarse expresamente por la Dirección. En las informaciones hechas tras aceptar una invitación, se hará constar que el viaje ha sido patrocinado".

Sobre todo ello, la subdirectora responsable de Sociedad, Berna González Harbour, afirma: "El periódico es cada día el objetivo de una ingente marea de informes y estudios, muchos de ellos de parte, cargados de conclusiones a primera vista interesantes pero que pierden su legitimidad en cuanto se comprueba el interés de su propio promotor. Nuestra tarea es analizar, distinguir y someter todo ello al máximo escrutinio, y filtrar y publicar sólo aquello que está verdaderamente contrastado y que es de interés objetivo para nuestros lectores. Los controles no han funcionado en este caso y pedimos disculpas. Ese artículo es un ejemplo de lo que no debemos hacer".




http://www.elpais.com/articulo/opinion/Ava...elpepiopi_5/Tes
Pepin
CITA
Democracia y Mercados en el Nuevo Orden Mundial

Noam Chomsky
Tomado de la librería virtual UTOPIA
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Existe una imagen convencional acerca de la nueva era en que estamos entrando y las promesas que implica. Esa imagen fue formulada con claridad por el asesor de Seguridad Nacional, Anthony Lake, cuando presentó la Doctrina Clinton en septiembre de 1993: "Durante la Guerra Fría, contuvimos la amenaza global hacia las democracias de mercado: ahora deberíamos tratar de ampliar su alcance". El "nuevo mundo" que se abre ante nosotros "presenta inmensas oportunidades" para adelantarse a fin de "consolidar la victoria de la democracia y de los mercados abiertos", agregó un año después.

l. La "verdad duradera"

Las temáticas son más profundas que la Guerra Fría, dijo Lake. La "verdad duradera" es que nuestra defensa de la libertad y justicia contra el fascismo y el comunismo fue solamente una fase en una historia de dedicación hacia "una sociedad tolerante, en la cual líderes y gobiernos existen, no para usar o abusar de la gente, sino para proveerles con libertad y oportunidades. Ésta es la "cara constante" de lo que Estados Unidos ha hecho en el mundo, y "la idea" que estamos "defendiendo" nuevamente en la actualidad. Es en la verdad duradera sobre este nuevo mundo" en que podemos perseguir nuestra misión histórica de una manera más efectiva, enfrentando a los "enemigos de la sociedad tolerante" -a la cual siempre estuvimos dedicados- que siguen en pie, moviéndonos desde la "contención" hacia el "agrandamiento". Por fortuna para el mundo, la única superpotencia es, "por supuesto", única en la historia en el sentido de que "no estamos buscando expandir el alcance de nuestras instituciones mediante la fuerza, subversión o represión", utilizando la persuasión, compasión y medios pacíficos'

Los comentaristas estuvieron debidamente impresionados con esta lúcida "visión de política exterior". Este punto de vista domina el discurso público y académico a tal grado que es superfluo contrastarlo con la realidad Su temática básica fue posiblemente expresada de manera más sucinta por el Eaton profesor para la Ciencia de Gobierno y Director del Instituto Olin para Estudios Estratégicos de Harvard en la revista académica International Security: los Estados Unidos tienen que mantener su "primacía internacional" en beneficio para el mundo, explicaba Samuel Huntington, porque de manera única entre las naciones, su "identidad nacional está definida por una serie de valores políticos y económicos universales", particularmente "libertad, democracia, igualdad, propiedad privada, y mercados"; "la promoción de la democracia, los derechos humanos y mercados son (sic) mucho más importantes para la política americana que para la política de cualquier otro país".

Dado que esto es un asunto de definición, como enseña la Ciencia de Gobierno, podemos ahorrarnos la aburrida tarea de la confrontación empírica. Una medida sabia. Una indagación revelaría rápidamente que la imagen convencional presentada por Lake tiene un rango de verdad desde dudoso hasta falso en todos los aspectos cruciales, excepto en uno: tiene razón en urgirnos a que miremos la historia para descubrir las "verdades duraderas" en lo referente a ciertas estructuras institucionales y tomarlas en serio cuando consideramos el futuro probable, cuando esa estructura queda esencialmente sin cambios y libre para operar con pocas restricciones. Una revisión honesta sugiere que "este nuevo mundo" podría caracterizarse por un marcado cambio de la "contención" hacia el "agrandamiento", aunque no precisamente en el sentido que Lake y el coro de seguidores procuran hacernos entender. Adoptanlo una retórica ligeramente diferente de la Guerra Fría, lo que estamos viendo en proceso de evolución es un cambio de la "contención" de la amenaza de una democracia y de mercados que funcionan, hacia una campaña para "hacer retroceder '' lo que se ha avanzado en un siglo de luchas frecuentemente amargas.

Aquí no hay espacio para revisar la "faz constante del poder estadounidense, pero podría ser de ayuda ver algunos casos típicos que ilustran estructuras que son bastante generales y que son instructivos en cuanto a eventuales desarrollos futuros.

Primero, una verdad trivial metodológica. Si queremos aprender algo sobre los valores y objetivos de los líderes soviéticos, observamos lo que hicieron dentro de sus ámbitos de poder. El mismo curso será seguido por un analista racional que quiere acerca de los valores y objetivos del liderazgo americano y el mundo que trataron de crear. Los contornos de este mundo fueron delineados por la embajadora ante las Naciones Unidas, Madeleine Albright, justo cuando Lake elogiaba nuestro histórico compromiso con los principios pacifistas. Ella informó al Consejo de Seguridad, que estaba dudando de una resolución dictada por Estados Unidos acerca de Irak, que Estados Unidos seguirá actuando de manera "multilateral, cuando podamos, y unilateral, cuando tengamos que hacerlo". Haga su juego como quiera, pero en el mundo real "se hace lo que nosotros decimos", como expresaba el presidente Bush sobre esta doctrina fundamental de una manera más brusca, mientras que bombas y misiles llovían sobre lrak. Estados Unidos tiene derecho a actuar unilateralmente, la embajadora Aibright instruía al errado Consejo, porque "nosotros reconocemos al Medio Oriente como vital para los intereses nacionales estadounidenses". No s requiere mayor concesión de autoridad.

De hecho, Irak sería un buen ejemplo para ilustrar las "verdades duraderas" del mundo real, pero es más informativo volver la mirada hacia la región donde Estados Unidos ha tenido la mayor libertad para actuar corno te plazca, de tal manera que los valores y objetivos de] liderazgo político y su versión del "interés nacional" que representa son exhibidos con la mayor claridad. Volvamos hacia "nuestra pequeña cercana región que nunca ha preocupado a nadie", como el secretario de Guerra Henry Stimson describió el hemisferio a final de la Segunda Guerra Mundial, mientras explicaba que todos los sistemas regionales tienen que ser desmantelados excepto el nuestro, que tiene que ser extendido., una posición perfectamente razonable, dado que "lo que era bueno para nosotros era bueno para el mundo" y cualquier cosa que hacemos es "parte de nuestra obligación para con la seguridad del mundo", agregaba el colega liberal de Stimson, Abe Fortas, descartando las sospechas irracionales de Churchill de que Estados Unidos albergaba ideas de dominación.

El derecho de Estados Unidos de actuar unilateralmente y de controlar esas regiones que selecciona es único, tal como compete a la única potencia que está "definida" por su dedicación hacia todo lo bueno. El intento de Japón de mimetizar la Doctrina Monroe en su "pequeña región" produjo la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico, y la Guerra del Golfo fue una reacción a la propuesta de Saddam Hussein de que los asuntos de otra región "vital para los intereses estadounidenses" fueran manejados por una organización regional. Dentro de "nuestra pequeña región", la organización regional que nosotros seguramente dominamos está autorizada para funcionar, pero dentro de límites. Si los latinoamericanos "intentaran usar irresponsablemente su fuerza numérica dentro de la OEA", explicaba John Dreier en su estudio de la organización, "si llevan a extremos la doctrina de la no-intervención, si no le dejan a Estados Unidos otra alternativa que la de actuar unilateralmente para protegerse a sí mismo, entonces habrán destruido no sólo la base de la cooperación hemisférica para el progreso sino toda la esperanza de un futuro seguro para ellos mismos". Estados Unidos tendrá que actuar "unilateralmente cuando esté obligado a hacerlo". Esas condiciones están aún vigentes en los límites extremos de la tolerancia, bajo la política del Buen Vecino, de Franklin Delano Rooseveit, que llevaban una "obligación implícita de reciprocidad", enfatizo el oficial para América Latina del Departamento de Estado, Robert Woodward: "La admisión de una ideología extraña en un gobierno americano obligaria a Estados Unidos a tomar medidas defensivas" unilateralmente. Huelga decir, que nadie más tiene tal derecho, en particular, ningún derecho de defenderse de Estados Unidos y su, "ideología" que no son "extranjeros", sino, de hecho, nada más que la vindicación de objetivos que cualquier persona razonable ha de buscar.

La dedicación hacia las "verdades duraderas" cubre el espectro. En el extremo disidente, el historiador y asesor del presidente Carter para América Latina, Robert Pastor, escribe que Estados Unidos quiere que otras naciones "actúen de manera independiente, excepto cuando esto afectaría los intereses estadounidenses adversamente"; Estados Unidos nunca ha querido "controlarlas", mientras que no "salgan del control". Nadie, pues, puede acusar al liderazgo de Estados Unidos de no estar preocupado salvo con "el bien del mundo", incluyendo la plena libertad para actuar como nosotros dictamos. Si nuestros subalternos usan la libertad que concedimos, en una forma necia, entonces tenemos todo el derecho de responder unilateralmente en autodefensa, aunque las opiniones varían en cuanto a las decisiones tácticas correctas, lo que genera las divisiones entre "palomas" y "halcones".

Por supuesto, es la región centroamericana~caribeña la que refleja de manera más clara "la idea" con la cual el poder estadounidense está más comprometido, de la misma forma que los satélites de Europa oriental revelaron los objetivos y valores del Kremlin. Esta región, que es rica en recursos y potenciales, es una de las principales regiones de horror en el mundo. Durante los años ochenta fue nuevamente el escenario de terribles atrocidades, cuando Estados Unidos y sus clientes dejaron esos países devastados -seguramente más allá de una posible recuperación-, cubiertos con cientos de miles de cuerpos torturados y mutilados. Las guerras terroristas promovidas y organizadas por Washington se dirigieron en gran medida contra la Iglesia, que se había atrevido a adoptar "la opción preferencial para los pobres" y, por lo tanto, tenía que enseñársela las lecciones habituales por desobediencia criminal. Casi no sorprende que esa horripilante década se iniciara con el asesinato de un arzobispo y terminara con la matanza de seis líderes intelectuales jesuitas, en ambos casos por fuerzas armadas y entrenadas por Washington.

Durante los años que delimitan ambos eventos, estas fuerzas devastaron toda la región, acumulando un horroroso récord, incluidos agresión y terror condenados por la Corte Mundial de Justicia en una decisión que fue descartada con un gesto de irritación y desprecio por Washington y la opinión intelectual, en general. La misma suerte le tocó al Consejo de Seguridad y la Asamblea General de las Naciones Unidas, cuyas llamadas en favor de la adherencia a la ley internacional apenas fueron reportadas. Después de todo, un juicio razonable, ¿Por qué debería ponerse atención a aquellos que sostienen la ridícula idea de que la ley internacional o los derechos humanos podrían entrar en los cálculos de un poder que siempre ha rechazado "la fuerza, la subversión o represión", y que, por definición se adhiere al principio de que "los gobiernos no existen para usar o abusar de su gente, sino para proveerlas con libertad y oportunidades"? La "verdad duradera" fue bien formulada por un distinguido hombre de Estado hace dos siglos: "Grandes almas se preocupan poco por pequeñas moralidades".


Una mirada a esta región nos enseña mucho sobre nosotros mismos. Pero éstas son lecciones falsas y, por ende, excluidas del discurso respetable. Otra lección equivocada, y por lo mismo necesariamente consignada al mismo destino, es que la Guerra Fría ha tenido poco que ver con todo esto, aparte de proveer pretextos. Las políticas fueron las mismas antes de la Revolución Bolchevique y han continuado sin cambio desde 1989. Sin una "amenaza soviética", Woodrow Wilson invadió Haití (y a la República Dominicana), desmantelando el sistema parlamentario porque se negó a adoptar una constitución "progresista" que permitiera a los norteamericanos apropiarse de las tierras de Haití, matando a miles de campesinos, restaurando virtualmente la esclavitud y dejando al país en manos de un ejército terrorista como plantación estadounidense y posteriormente como una plataforma de exportación para empresas de ensamblaje bajo condiciones miserables. Después de su desafortunado y rápidamente terminado experimento con la democracia, el sistema tradicional fue restaurado con asistencia estadounidense, justo cuando Lake anunciaba la Doctrina Clinton, mostrando a Haití como el primordial ejemplo de nuestra pureza moral. En otras partes también las políticas continuaron sin cambio esencial después de la caída del muro de Berlín, seguido a las pocas semanas por la invasión de Bush a Panamá para restaurar el poder a una camarilla de banqueros europeos y narcotraficantes, con las consecuencias previsibles en un país que quedó bajo ocupación militar, tal como lo aceptó el mismo gobierno títere puesto en el poder por la fuerza estadounidense.

Habría mucho que decir sobre estos asuntos. Pero vamos a ver un caso que posiblemente es aún más revelador y que también ilustra la relevancia marginal de la Guerra Fría en cuanto a las actitudes tradicionales estadounidenses hacia la democracia y los derechos humanos. Regresaré a los "mercados libres" más adelante.

El ejemplo que sugiero analizar es Brasil, descrito en décadas anteriores de¡ siglo como "el coloso del Sur", un país con enormes riquezas y ventajas que debería ser uno de los más ricos de¡ mundo. "No hay mejor territorio en el mundo para la explotación que el de Brasil", observó el Wall Street Journal hace 70 años. En ese entonces, Estados Unidos procedía a desplazar a sus principales enemigos, Francia e Inglaterra, aunque éstos lograron durar hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos fue capaz de excluirlos de la región y apoderarse de Brasil como un "área de experimentación para métodos modernos de desarrollo industrial", en palabras de una muy reputada monografía escolástica sobre las relaciones Estados Unidos-Brasil, escrita por el historiador y diplomático Gerald Haines, que también es un historiador de jerarquía de la CIA. Esto fue un componente de un proyecto global, que Estados Unidos "asumió por interés propio, la responsabilidad para el bienestar del sistema mundial capitalista" (Haines), Desde 1945, el "área de experimentación" ha sido favorecida por una intensa guía y tutela de Estados Unidos. El resultado es "una verdadera historia americana de éxito ; las políticas americanas para Brasil fueron enormemente exitosas", produciendo "un crecimiento económico impresionante basado sólidamente en el capitalismo", un testimonio de nuestros objetivos y valores-

El éxito es real. Las inversiones y ganancias estadounidenses florecieron y a la pequeña elite le fue de maravilla; un ,milagro económico", en el sentido técnico de este término. Hasta 1989, el crecimiento brasileño superó con creces el de Chile -muy elogiado-, que ahora es el alumno estrella, dado que Brasil sufrió un colapso y entonces cambió automáticamente del triunfo de una democracia de mercado a una ilustración de los fracasos del estatismo, si no marxismo, una transición que se realiza sin esfuerzos y de manera rutinaria dentro del sistema doctrinal, según las circunstancias lo requieran.

Mientras tanto, en el apogeo del milagro económico, la abrumadora mayoría de la población ocupaba un lugar entre las más miserables en el mundo, y hubiera considerado a Europa oriental como un paraíso, un hecho que también enseña las lecciones equivocadas y que por lo tanto es suprimido con una disciplina impresionante, junto con otros semejantes.

La historia del éxito para inversionistas extranjeros y una fracción de la población, refleja los valores que guían a los tutores y diseñadores de esta política. Su objetivo, como lo describe Haines, consistía en "eliminar toda competencia extranjera" de América Latina a fin de "mantener el área como un mercado importante para la surplus-producción industrial estadounidense e inversiones privadas y explotar las amplias reservas de materias primas y para mantener fuera al comunismo internacional". La última frase es simplemente un ritual; como anota Haines, la inteligencia estadounidense no podía encontrar ninguna indicación de que el "comunismo internacional" trató de "meterse", aun si esto hubiera sido una posibilidad.

Pero aunque el "comunismo internacional" no fue un problema, el "comunismo" definitivamente lo fue, si entendemos el término en el sentido técnico de la cultura de elite. Este sentido fue incisivamente explicado por John Foster Dulles en una conversación privada con el presidente Eisenhower, quien había observado tristemente que en todo el mundo, los comunistas locales tenían ventajas injustas. Ellos estaban en condiciones de "apelar directamente a las masas", se quejaba Eisenhower. Es una apelación "que nosotros no podemos duplicar", agregó Dulles, explicando por qué: "Ellos apelan a la gente pobre y éstos siempre han querido robar a los ricos". Nosotros encontramos difícil "apelar directamente a las masas" en vista de nuestro principio de que los ricos tienen que robar a los pobres, un problema de relaciones públicas que queda sin resolverse.

En este sentido -el operativo-, los comunistas abundan, y nosotros tenemos que asegurar "la sociedad tolerante" de sus abusos y crímenes, asesinando a sacerdotes, torturando a organizadores sindicales, matando campesinos y persiguiendo en otras formas nuestra vocación gandhiana.

El problema existía aun antes de que el término "comunista" se volviera disponible para etiquetar a los heréticos. En los debates de 1787 sobre la Constitución Federal, james Madison observó que: "En Inglaterra, en este día, si las elecciones fueran abiertas para toda clase de gente, la propiedad de los dueños de tierras estaría insegura. Pronto se haría una ley agraria". Para parar semejante injusticia, "nuestro gobierno debe asegurar los intereses permanentes de¡ país contra la innovación", estableciendo pesos y contrapesos para "proteger a la minoría de los opulentos contra la mayoría"'. Se requiere bastante talento para no ver que esta "verdad duradera" ha sido el "interés nacional" desde entonces hasta hoy día, y que la "sociedad tolerante" reconoce el derecho de sostener este principio "unilateralmente si nos obligan", y con extrema violencia si es necesario.

El lamento de Dulles es persistente en los documentos internos. De ahí que, en julio de 1945, cuando Washington , asumió por interés propio la responsabilidad por el sistema capitalista mundial", una extensa investigación de los Departamentos de Estado y de Guerra advirtió sobre una "creciente marea a nivel mundial en la cual la gente común aspira a horizontes más altos y amplios". La Guerra Fría no fue irrelevante para este prospecto ominoso. El estudio advierte -si bien Rusia no había dado señales del crimen- que ella "no hubiera coqueteado con la idea" de apoyar esas aspiraciones de la gente común. Tenemos que actuar, en consecuencia, en forma directa para contener la amenaza para las democracias de mercado, como entendemos la noción. De hecho, el Kremlin alegremente se unió con el capo en jefe de la Mafia en la destrucción de las aspiraciones de la gente común, en "nuestra pequeña región" y otras partes. Pero uno nunca puede estar seguro, y la mera existencia de una fuerza "fuera de control" ofreció un espacio peligroso para la no-alineación e independencia, lo que es parte del significado real de la Guerra Fría.

Por cierto, la URSS fue culpable de otros crímenes. Washington y sus aliados estaban profundamente preocupados porque sus dependencias tradicionales estuvieran impresionadas con el desarrollo soviético (y chino), particularmente en comparación con "historias de éxito" como la de Brasil; los disciplinados intelectuales occidentales posiblemente no son capaces de entender esto, pero los campesinos tercermundistas pueden. La asistencia económica del bloque soviético fue considerado también una seria amenaza, a la luz de las prácticas occidentales. Tomemos india como ejemplo. Bajo el dominio británico cayó en decadencia y miseria, pero algún desarrollo comenzó después de la salida de los británicos. Esto, sin embargo, no fue válido para la industria farmacéutica, donde empresas transnacionales (en su mayoría británicas) hicieron ganancias tremendas en la India mediante precios muy altos, aprovechando su monopolio de mercado. Con ayuda de la Organización Mundial de la Salud y de UNICEF, India comenzó a escaparse de estos controles, pero la producción de medicinas por parte del sector público fue finalmente establecida mediante tecnología soviética. Esto produjo una reducción radical en los precios de medicinas; para algunos antibióticos los precios cayeron hasta el 70%, obligando a las transnacionales a recortar sus precios. Una vez más, la malicia soviética había socavado la democracia de mercado, permitiendo a millones de personas en India sobrevivir a enfermedades. Por suerte, con el criminal ido y el capitalismo triunfante, las transnacionales están volviendo a tener el control, gracias, recientemente, a las características fuertemente proteccionistas del último tratado de GATT; de ahí que quizás podemos esperar un marcado incremento en defunciones junto con crecientes ganancias para la "minoría opulenta" en cuyos "intereses permanentes" los gobiernos democráticos tienen que trabajar'.

La historia oficial es que occidente estuvo horrorizado por el estalinismo debido a sus atrocidades. Esta pretensión no puede tomarse en serio ni por un momento, como tampoco las pretensiones semejantes sobre los horrores fascistas. Moralistas occidentales han tenido poca dificultad en unirse con asesinos a gran escala y torturadores, desde Mussolini y Hitler hasta Suharto y Saddam Hussein, Los horribles crímenes de Stalin preocupaban poco. El presidente Truman admiraba al brutal tirano, considerándolo "honesto" y "astuto como el diablo". Truman sentía que su muerte sería una "verdadera catástrofe". Él podía "entenderse" con Stalin, mientras Estados Unidos imponía sus intereses el 85% de las veces, observaba Truman: lo que pasaba dentro de la URSS no era su asunto. Otras figuras dirigentes estaban de acuerdo. En reuniones de los tres grandes, Winston Churchill elogiaba a Stalin como "un gran hombre, cuya fama se ha extendido no sólo en toda Rusia sino en el mundo entero", y hablaba cálidamente de su relación de "amistad e intimidad" con esta estimable criatura: "Mi esperanza -decía Churchill- radica en el ilustre presidente de Estados Unidos y en el Mariscal Stalin, en quienes encontraremos los campeones de la paz, quienes, después de golpear al enemigo nos conducirán para llevar adelante la tarea contra la pobreza, la confusión, el caos y la opresión". "El Premíer Stalin es una persona de mucho poder, en quien tengo toda la confianza", dijo Churchill a su gabinete te en privado en febrero de 1945, después de Yalta; por eso era importante que quedara en el poder. Churchill estuvo particularmente impresionado con el apoyo de Stalin a la sanguinaria represión de la resistencia antifascista griega, encabezada por los comunistas, que fue uno de los brutales episodios dentro de la campaña mundial de los libertadores para restaurar las estructuras básicas y las relaciones de poder de los enemigos fascistas, mientras dispersaban o destruían la resistencia, con sus radicales democráticas tendencias y su incapacidad para comprender los derechos y necesidades de la "minoría opulenta".

Regresando a Brasil, durante los primeros años de la década de los sesenta, el experimento estadounidense se enfrentó a un problema familiar:' la democracia parlamentaria. Para remover el impedimento, el gobierno de Kennedy preparó las bases para un golpe militar, que instituyó un régimen de torturadores y asesinos que entendieron las "verdades duraderas". Brasil es uno de los países principales, y el golpe tuvo un significativo efecto de dominó, La plaga de la represión se extendió desde el Coloso del Sur a través de todo el continente, con un apoyo e involucramiento consistente de Estados Unidos. El objetivo fue descrito de manera precisa por Lars Schoultz, el reconocido especialista académico americano en derechos humanos y política exterior estadounidense en América Latina: "Destruir de manera permanente una amenaza percibido para la estructura existente de privilegio socioeconómico mediante la eliminación de la participación de la mayoría numérica..... ''Nuevamente, la Guerra Fría no tenía virtualmente nada que ver con esto. Y como siempre, la URSS estuvo muy contenta de colaborar con los asesinos más depravados, aunque por razones completamente cínicas ofreció a veces asistencia a gente que trataba de defenderse de] ejecutor hemisférico, y sirvió como un disuasivo contra la implementación total de la violencia estadounidense -uno de los pocos casos auténticos de disuasión, pero que por algún motivo sufre de prominencia en tantos estudios sobrios de la teoría de la disuasión.

Conforme a la doctrina convencional, mediante el derrocamiento del régimen parlamentario en nuestra "área privada" e instalando un Estado de Seguridad Nacional gobernado por generales neonazis, los gobiernos de Kennedy y Johnson -en el apogeo del liberalismo americano- estaban "conteniendo la amenaza mundial hacia las democracias de mercado". Ésta es la tesis que debíamos entonar con propia solemnidad. Y en aquel entonces el asunto fue presentado en esta forma, levantando pocos escrúpulos detestables. El golpe militar fue "una gran victoria para el mundo libre", explicó el embajador deyennedy, Lincon Gordon, antes de volverse presidente de una gran universidad no lejos de aquí. El golpe fue realizado "para preservar y no para destruir la democracia brasileña". En efecto, se trató del "caso más decisivo de victoria de la libertad durante mediados de¡ siglo XX", que debería "crear un clima muy mejorado para las inversiones privadas", de ahí que contenía una amenaza para la democracia de mercado, en un cierto sentido del término.

Esta concepción de democracia es ampliamente aceptada. En Estados Unidos, sus pobladores son "entrometidos e ignorantes extraños" que pueden ser "espectadores" pero no "participantes en acción", sostenía Walter Lippmann en sus ensayos progresistas sobre la democracia. En el otro lado del espectro, estadistas reaccionarios de la variedad de los reaganistas les niegan aun el papel de espectadores: de ahí su dedicación sin precedente a la censura, y operaciones clandestinas que son secretas únicamente para el enemigo doméstico. La "gran bestia", como Alexander Hamilton llamaba al temido y odiado enemigo público, tiene que ser domesticado o enjaulado, si el gobierno quiere asegurar "los intereses permanentes del país".

Las mismas "verdades duraderas" son aplicables a nuestros clientes extranjeros, de hecho con mucho más vigor, dado que sus limitaciones son mucho menores. Su práctica consistente lo demuestra con brutal claridad.

La tradicional oposición estadounidense a la democracia es entendible, y a veces reconocida con justa explicitud. Tómese la década de los ochenta, cuando Estados Unidos estuvo dedicado a una "cruzada por la democracia", particularmente en América Latina, según la doctrina estándar. Algunos de los mejores estudios de este proyecto -un libro y varios artículos- son de Thomas Carothers, quien combina el enfoque del historiador con el del informador. Él estuvo en el Departamento de Estado bajo Reagan, involucrado en los programas para "asistir la democracia" en América Latina. Ésos fueron "honestos", escribe, pero en gran medida un fracaso -un fracaso extrañamente sistemático-. Donde la influencia estadounidense era menor, el progreso fue mayor: en el cono sur de América Latina, donde hubo un progreso real al cual se opusieron los reaganistas, éstos se adjudicaron el crédito por él, cuando no pudieron impedirlo. Donde la influencia estadounidense fue más grande -en Centroamérica-, el progreso fue menor. Ahí Washington "buscó inevitablemente sólo formas de cambio democrático limitadas y de arriba hacia abajo, que no pusieran en riesgo las estructuras tradicionales de poder con las cuales Estados Unidos ha estado aliado por mucho tiempo", escribe Carothers. Estados Unidos buscó mantener "el orden básico de... sociedades bastante no-democráticas" y de evitar "cambio basado en el populismo" que podría trastornar "órdenes económicos y políticos establecidos" y abrir "una dirección de izquierda".



Esto es precisamente lo que estamos viendo justo ahora en el modelo primordial de Lake, si decidimos abrir nuestros ojos. En Haití, al presidente electo le fue permitido regresar después de que las organizaciones populares fuesen sometidas a una dosis suficiente de terror, pero únicamente después de que aceptó un programa económico dictado por Estados Unidos que estipulaba que "el Estado renovado tiene que centrarse en una estrategia económica enfocada hacia la energía e iniciativa de la sociedad civil, especialmente del sector privado, tanto nacional como internacional". lnversionistas estadounidenses son el núcleo de la sociedad civil haitiana junto con los super-ricos que apoyaron el golpe de Estado, pero no los campesinos y habitantes de los guetos que escandalizaron a Washington creando una sociedad civil tan viva y vibrante que fueron capaces de elegir un presidente y entrar en la arena pública. Esta desviación de las normas aceptables fue superada de manera usual, con amplia complicidad estadounidense; por ejemplo, mediante la decisión de los gobiernos de Bush y Clinton de permitir a Texaco el envío de petróleo a los líderes golpistas en violación de las sanciones, un hecho crucial revelado por la Associated Press el día antes del desembarco de tropas estadounidenses, pero que todavía tiene que pasar por los portales de los medios nacionales. El "Estado renovado" ha vuelto a la normalidad, siguiendo las políticas apoyadas por el candidato de Washington en las elecciones de 1990, que "salieron fuera de control", en las que recibió el 14% del voto.

Las mismas "verdades duraderas" son válidas para el peor violador de los derechos humanos en el hemisferio que -sin sorpresa alguna para cualquiera que sabe de historia- recibe la mitad de toda la ayuda militar estadounidense en el hemisferio: Colombia. Aquí se elogia como una democracia excepcional y es descrita por un grupo de derechos humanos de los jesuitas -que trata de funcionar a pesar del terror- como una "democra-dura", un término de Eduardo Galeano para la mezcla de formas democráticas y terror totalitario favorecida por la "sociedad tolerante realmente existente", cuando la democracia amenaza con "salirse del control".

2. Democracia, mercados y derechos humanos

En el mundo real, democracia, mercados, y derechos humanos están bajo un serio ataque en muchas partes del mundo, incluyendo a las más importantes democracias industriales. Además, la más poderosa de ellas -Estados Unidos- en cabeza el ataque. Y en el mundo real, Estados Unidos nunca ha apoyado mercados libres, desde su historia más temprana hasta los años de Reagan, en que establecieron nuevos estándares de proteccionismo e intervención estatal en la economía, contrario a muchas ilusiones.

El historiador de economía Paul Bairoch recalca que "la escuela moderna de pensamiento proteccionista... nació en efecto en Estados Unidos", que fue el "país padrino y el bastión del proteccionismo moderno". Tampoco estuvo solo Estados Unidos. Gran Bretaña seguía un curso semejante antes que nosotros, volcándose hacia el libre comercio sólo después de que 150 años de proteccionismo le hubiese dado tan enormes ventajas que "condiciones competitivas iguales" parecían estar aseguradas, abandonando esta posición cuando. la expectativa dejó de ser satisfecha. No es fácil encontrar una excepción. Los Primer y Tercer Mundos de hoy fueron mucho más similares durante el siglo XVIII. Una de las razones de las enormes diferencias desde entonces es que los que dominaban no aceptarían la disciplina del mercado que impusieron a la fuerza en sus dependencias. El "mito" más extraordinario de la ciencia económica, concluye Bairoch desde una revisión del desarrollo histórico, consiste en que el mercado libre provee el sendero del desarrollo: "Es difícil encontrar otro caso donde los hechos contradicen tanto una teoría dominante", escribe, subvalorando la importancia de la intervención del Estado para los ricos porque se limita de manera convencional a una restringida categoría de interferencias de mercado.

Para mencionar sólo un aspecto de la intervención estatal que, comúnmente se omite de la historia económica estrechamente construida, hay que recordar que la revolución industrial temprana fue fundada sobre el algodón barato, al igual que la "edad de oro" de post-1945 dependía del petróleo barato. El algodón no se mantuvo barato por los mecanismos de mercado: más bien, por la eliminación de la población nativa y la esclavitud, -una interferencia más bien seria con el mercado, no considerado como un tópico de economía, sino de otra disciplina-. Si las ciencias naturales tuvieran un departamento dedicado a los protones, otro a los electrones, un tercero a la luz, etc., cada uno limitándose a su dominio designado, habría poco temor de que se entendiera a la naturaleza.

El historial es impresionantemente consistente. Gran Bretaña utilizaba la fuerza para impedir el desarrollo industrial en la India y Egipto, actuando muy conscientemente para socavar una potencial competencia. Después de la revolución estadounidense, sus antiguas colonias se desarrollaron sobre un sendero propio, basándose en una extensiva protección y subsidios para su propia revolución industrial, primero en textiles y maquinaria, después acero y manufactura y así hasta el día de hoy: computadoras y electrónica en general, metalurgia, la industria aeronáutica, la agricultura, los farmacéuticos, de hecho, virtualmente todo sector operativo de la economía. Desde la Segunda Guerra Mundial, el sistema del Pentágono -incluyendo a la NASA y al Departamento de Energía ha sido usado como un mecanismo óptimo para canalizar subsidios públicos hacia los sectores avanzados de la industria, una de las razones por las que sigue existiendo con escasos cambios después de la desaparición del presupuesto alegado. El actual presupuesto del Pentágono es más alto en dólares reales que bajo Nixon y no muy por debajo de su promedio durante la Guerra Fría y probablemente se incrementará bajo las políticas de los reaccionarios estadistas mal llamados "conservadores". Como siempre, mucho de eso funciona como una forma de política industrial, un subsidio del contribuyente fiscal a la ganancia y el poder privados.

Partidarios más extremos del poder estatal y de la intervención han expandido estos mecanismos de asistencia social para los ricos. Básicamente por medio de los gastos militares, el gobierno de Reagan aumentó la proporción estatal en el PIB a más del 35% hasta el año de 1983, un incremento mayor al 30%, comparado con la década anterior. La guerra de las galaxias fue vendida al público como "defensa" y a la comunidad empresarial como un subsidio público para tecnología avanzada. Si se hubiera permitido que las fuerzas del mercado funcionaran, entonces no habría una industria de acero automovilístico estadounidense ahora. Los reaganistas simplemente cerraron el mercado a la competencia japonesa. El entonces secretario de Hacienda, ]ames Baker, proclamó orgullosamente ante un público empresarial que Reagan "había concedido más alivio de las importaciones a la industria estadounidense que cualquiera de sus predecesores en más de medio siglo". Era demasiado modesto: fue, de hecho, más que todos sus predecesores juntos, aumentándose las restricciones a las importaciones en un 23%. El economista internacional y director del instituto para la Economía Internacional, en Washington, Fred Bergsten (quien realmente aboga en favor del comercio libre), agrega que el gobierno de Reagan se especializó en el tipo de "comercio gerenciado" que más "restringe el comercio y cierra mercados", como por ejemplo los acuerdos de restricción voluntaria de exportaciones. Ésta es la "forma más insidiosa de proteccionismo", recalcaba, que "aumenta los precios, reduce la competencia y refuerza el comportamiento tipo cartel". El Informe Económico 1994 para el Congreso estima que las medidas proteccionistas de Reagan redujeron las importaciones industriales en un 20%.

Mientras que la mayoría de las sociedades industriales se han vuelto más proteccionistas en las décadas recientes, los reaganistas muchas veces lideraron el proceso. Los efectos sobre el Sur han sido devastadores. Las medidas proteccionistas de los ricos han sido un factor principal en la duplicación del abismo -ya de por sí grande- entre los países más pobres y los más ricos, desde 1960. El Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo, de 1992, estima que tales medidas han privado al Sur de 500.000 millones de dólares al año, esto es alrededor de 12 veces la "ayuda" total -que en su mayor parte, de hecho, es promoción de exportaciones bajo diferentes disfraces. Este comportamiento es "virtualmente criminal", observó recientemente el distinguido diplomático y autor irlandés, Erskine Childers.. Uno podría detenerse un momento para ver, por ejemplo el "genocidio silencioso" condenado por la OMS: 1 1 millones de niños que mueren cada año porque los países ricos les niegan centavos de ayuda, siendo Estados Unidos el más miserable de todos, aun si incluimos el componente más grande de "ayuda", que va hacia uno de los países ricos, el cliente americano Israel. Es un tributo al sistema de propaganda estadounidense el que sus ciudadanos groseramente sobrestimen los gastos de ayuda externa, al igual que hacen con la asistencia social, que también es miserable a la luz de los estándares internacionales, si excluimos la asistencia social para los ricos, y no la que tienen en la mente.

Los reaganistas reconstruyeron también la industria estadounidense de tarjetas electrónicas (chips) mediante medidas proteccionistas y un consorcio de gobierno e industria, para impedir que los japoneses se posesionaran de ella. El Pentágono, bajo Reagan, apoyó también el desarrollo de computadoras avanzadas, convirtiéndose -en palabras de la revista Science- en "una fuerza clave del mercado" y "catapultando la computación paralela masiva del laboratorio hacia el estado de una industria naciente", para ayudar de esta manera a la creación de muchas "jóvenes compañías de supercomputación".

La historia sigue y sigue en prácticamente todos los sectores de la economía que funcionan.

La crisis social y económica global es comúnmente atribuida a fuerzas de mercado que son inexorables. Los analistas se dividen entonces en torno a la contribución de varios factores, primordialmente la automatización y el comercio internacional. Hay un elemento considerable de decepción en todo esto. Grandes subsidios estatales y la intervención del Estado siempre han sido necesarios, y todavía lo son, para hacer aparentar como eficiente al comercio, pasando por alto los costos ecológicos impuestos a las generaciones futuras que no "votan" en el mercado, y otras "externalidades", consignadas en las notas al pie de página. Para mencionar sólo una pequeña distorsión del mercado, una buena parte del presupuesto del Pentágono ha sido dedicada para "asegurar el flujo del petróleo a precios razonables" desde el medio Oriente, "predominantemente un territorio reservado para Estados Unidos", como observa Phebe Marr, de la Universidad de Defensa Nacional, en una revista académica; ésta es una contribución a la "eficiencia del comercio" que pocas veces recibe atención.

Véase el segundo factor, la automatización. Seguramente contribuye a las ganancias en algún momento, pero este momento fue alcanzado por décadas de protección dentro del sector estatal -la industria militar- como David Noble ha demostrado en una obra importante. Además ha demostrado que la forma específica de automatización fue escogida frecuentemente por razones de poder más que de ganancia o eficiencia; fue diseñada para des profesionalizar a los trabajadores y subordinarlos al management, no por principios de mercado o la naturaleza de la tecnología, sino por razones de dominación y control.

Lo mismo es cierto en un sentido más general. Ejecutivos han informado a la prensa empresarial que una razón principal para trasladar trabajos industriales a países que tienen mano de obra más cara es obtener ventajas en la guerra de clases. "Nos preocupa tener sólo un lugar donde se hace un producto", explica un ejecutivo de la corporación Gillette, principalmente por "problemas laborales". Si los trabajadores en Boston van a la huelga, explica, Gillette podría suministrar tanto a los mercados europeos como a los estadounidenses desde su planta en Berlín, rompiendo, de esta manera la huelga. Por lo mismo es simplemente razonable que Gillette emplee tres veces más trabajadores fuera de Estados Unidos, independientemente de los costos y no por razones de eficiencia económica. De manera similar, la corporación Caterpillar, que ahora está tratando de destruir los últimos restos del sindicalismo industrial, está prosiguiendo "una estrategia empresarial que ha empujado a los trabajadores americanos desde una posición de desafío hacia una de sumisión", informa el corresponsal para asuntos empresariales, James Tyson. La estrategia incluye "manufacturar en instalaciones más baratas en el exterior y contar con importaciones desde fábricas en Brasil, Japón y Europa". Esto se facilita por las ganancias que se han vuelto extraordinarias al tiempo que se diseña la política social para enriquecer a los acaudalados; la contratación de "temporales" y "trabajadores de remplazo permanente" en violación de los estándares internacionales del trabajo; y la complicidad del Estado criminal que se niega a cumplir con las leyes laborales, una posición convertida en cuestión de principio por los reaganistas, como Business Week documentó en una importante reseña.

El significado real del "conservadurismo de mercado libre" es ilustrado si observamos de cerca a los entusiastas más apasionados por querer "quitarnos el gobierno de encima" y dejar que el mercado reine sin ser perturbado. El vocero de la Cámara baja, Newt Gingrich, es quizás el ejemplo más impresionante. Él representa al Condado de Cobb en Georgia, que el New York Times seleccionó para ilustrar en una nota de primera plana a la creciente ola de "conservadurismo" y de desprecio para el "Estado-nana". El título dice: "El conservadurismo florece entre los supermercados", en este acaudalado suburbio de Atlanta, escrupulosamente aislado de cualquier infección urbana, de tal manera que los habitantes pueden disfrutar de sus "valores empresariales" y entusiasmos de mercado, defendidos en el Congreso por el guía conservador, Newt Gingrich, en un "mundo de Norman Rockwell con computadores de fibra óptica y aviones jet", como Gingricht describió su distrito con mucho orgullo'.

Hay, sin embargo, una pequeña nota al pie de página. El Condado de Cobb recibe más subsidios federales que cualquier otro suburbio en el país, con dos excepciones interesantes: Arlington, Virginia, que es, efectivamente, parte del gobierno federal, y la zona de Florida que alberga el Centro Espacial Kennedy, otro componente del sistema de subsidio público-ganancia privada. Si salimos del sistema federal mismo, el Condado de Cobb toma el liderazgo en extorsionar fondos del contribuyente fiscal, quien es también responsable del financiamiento de "aviones jet y computadores con fi fibras ópticas" del mundo de Norman Rockwell. La mayoría de los trabajos en el Condado de Cobb, debidamente con altos salarios, se ganan nutriéndose del pesebre público. La riqueza de la región de Atlanta, en general, puede trazarse sustancialmente hacia la misma fuente, Mientras tanto, los elogios de los milagros de mercado llegan a los cielos donde el "conservadurismo está floreciendo".

El "contrato con América" de Gingricht ejemplifica claramente la ideología del "libre mercado" de doble filo: protección estatal y subsidio público para los ricos, disciplina de mercado para los pobres. Llama a "recortar los gastos sociales" y los pagos en salud para los pobres y personas mayores, negando ayuda para niños y recortando programas de asistencia social -para los pobres-. También convoca a incrementar la asistencia a los ricos, siguiendo el camino clásico: medidas fiscales regresivas y subsidios directos. En la primera categoría están incluidas mayores franquicias fiscales para empresas yricos, reducción de impuestos sobre ganancias de capital, etc. En la segunda categoría se trata de subsidios de los contribuyentes fiscales para inversiones en plantas y equipo, reglas más favorables para la depreciación, el desmantelamiento del aparato regulatorio que sólo protege a la población y las generaciones futuras y fortaleciendo nuestra defensa nacional" para que podamos "mantener (mejor) nuestra credibilidad en el mundo" de tal manera que, cualquieraque tenga ideas extrañas, corno sacerdotes y organizadores campesinos en América Latina, va a entender que "lo que nosotros decimos, se hace".

La frase "defensa nacional" no es siquiera un chiste enfermizo, que debería provocar burlas entre gente que se respeta a sí misma. Estados Unidos no enfrenta ninguna amenaza, pero gasta casi tanto en "defensa" como el resto del mundo combinado. Sin embargo, los gastos militares no son bromas. Además de asegurar una particular forma de "estabilidad" en el "interés permanente" de los que cuentan, , necesita el Pentágono para proveer a Gingrich y a su rica clientela , para que puedan fulminar contra el Estado-nana que está llenando sus bolsillos.

El contrato es notablemente descarado. De ahí que las propuestas para incentivos empresariales, reducción de impuestos sobre ganancias y otras asistencias sociales de este tipo para los ricos aparecen bajo el concepto de "Ley para la creación de empleos y el acrecentamiento de los salarios". La sección incluye, en efecto, una provisión de medidas "para crear empleos y aumentar los salarios de los trabajadores" -con la palabra agregada: "sin financiamiento"-. Pero no importa. En el -Newspeak contemporáneo, la palabra "empleos" debe entenderse como "ganancias", de ahí que se trata, en efecto, de una propuesta para "crear empleos", que continuará "acrecentando" los salarios hacia abajo.

Este patrón retórico es también general. Mientras estamos reunidos en noviembre de 1994, Clinton se prepara para ir a la cumbre económica de Asia-Pacífico en Jakarta, donde tendrá poco que decir sobre la conquista de Timor Oriental que llegó a su clímax casi genocida con la amplia ayuda militar estadounidense, o sobre el hecho de que los salarios, en lndonesia son el 50% de los de China, mientras que los trabajadores que tratan de formar sindicatos son asesinados o encarcelados. Pero, sin lugar a dudas, hablará sobre los temas que enfatizó en la última cumbre de la APEC en Seattle, donde presentó su "gran visión de un futuro de libre mercado", ante mucha reverencia, asombro y aclamación. Había decidido hacer esto en un hangar de la corporación aérea Boeing, ofreciendo este triunfo de valores empresariales como el ejemplo primordial de la gran visión de¡ mercado libre. La selección (del lugar) tiene sentido: Boeing es el principal exportador del país, aviones civiles encabezan las exportaciones industriales estadounidenses, y la industria del turismo -basada en el transporte aéreo- cuenta con el 30% del surplus comercial estadounidense en servicios.

Sólo algunos hechos fueron omitidos ante el entusiasta coro. Antes de la Segunda Guerra Mundial, Boeing prácticamente no tenía beneficios. Se enriqueció durante la guerra, con un gran incremento en inversiones, de las que más del 90% provenían del gobierno federal, Las ganancias también florecieron cuando Boeing incremento su valor neto en más de cinco veces, realizando su deber patriótico. Su "fenomenal historia financiera" en los años que siguieron, se basaba también en la largueza del contribuyente fiscal, señaló Frarik Kofsky en un estudio de las primeras fases de posguerra del sistema del Pentágono, "permitiendo a los dueños de las compañías aéreas cosechar ganancias fantásticas con inversiones mínimas de su parte".

Después de la guerra, el mundo empresarial reconoció que "la industria aérea contemporánea no puede existir satisfactoriamente en una economía libre empresarial pura, competitiva, sin subsidios y que "el gobierno es su único salvador posible" (Fortune, Business Week). El sistema del Pentágono fue revitalizado como el "salvador", para sostener y expandir la industria junto con la mayor parte del resto de la economía industrial. La Guerra Fría proveyó el pretexto. El primer secretario de la Fuerza Aérea, Stuart Symington, presentó el asunto con claridad en enero de 1948: "La palabra a usar no era 'subsidio'; la palabra a usar era 'seguridad". Como representante industrial en Washington, Symington regularmente demandó suficientes fondos de adquisición en el presupuesto militar para "satisfacer las necesidades de la industria aérea", como decía, ganando la Boeing la mayor parte.

Y así la historia continúa. A inicios de los ochenta, Boeing contaba con los negocios militares para "la mayor parte de sus ganancias" y después de una baja de 1989 a 1991 , su sección de defensa y espacial tuvo una "tremenda vuelta" como informó el WallStreet Journal. Una razón es el auge de ventas militares externas, cuando Estados Unidos se volvía el mayor vendedor de armamentos, cubriendo alrededor del 75% del mercado del Tercer Mundo, basándose en una amplia intervención del gobierno y subsidios públicos para suavizar el camino. En cuanto a las ganancias del mercado civil, una estimación adecuada de su volumen excluiría la contribución que se deriva de la tecnología de doble uso y otras contribuciones del sector público que son difíciles de cuantificar con precisión pero, sin lugar a dudas, muy sustanciales.

La comprensión de que la industria no puede sobrevivir en una "economía de libre empresa" se extendió mucho más allá de los aviones. La pregunta operativo después de la guerra consistía en qué forma debería tomar el subsidio público. Líderes empresariales entendieron que gastos sociales podrían estimular la economía, pero prefirieron la alternativas militar, por razones que tienen que ver con privilegio y poder, no con "racionalidad económica". En 1948, la prensa empresarial consideraba los "gastos de Guerra Fría" de Truman como una "fórmula mágica para tiempos buenos casi interminables" (Steel). Tales subsidios públicos podrían "mantener un tono ascendente", comentó Business Week, siempre y cuando los rusos cooperaran con una postura lo suficientemente amenazante. En 1949, notaron con alivio que "hasta ahora las iniciativas de paz han sido barridas a un lado" por Washington, pero siguieron preocupados porque su "ofensiva de paz", pese a todo, pudiera interferir con "el prospecto de un continuo crecimiento en los gastos militares". El Magazine of Wall Street vio los gastos militares como una forma de "inyectar nueva fuerza en toda la economía" y un par de años más tarde, consideró "obvio que tanto las economías extranjeras como la nuestra dependen ahora principalmente del volumen de los continuos gastos para armamentos en este país", referiéndose al keynesianismo militar internacional que finalmente tuvo éxito en la reconstrucción de las sociedades capitalistas industriales foráneas.

El sistema del Pentágono tiene numerosas ventajas sobre formas alternativas de intervención en la economía. importe al público una gran carga de los costos mientras asegura un mercado garantizado para la producción en exceso. No menos significante es que no tiene los efectos colaterales indeseables que tiene el gasto social dirigido hacia las necesidades humanas. Aparte de sus efectos redistributivos no bienvenidos, tales gastos tienden a interferir con las prerrogativas de los managers; una producción útil puede socavar la ganancia privada, mientras que la producción de derroche (armas, extravagancias tales como el hombre en la luna, etc.) subsidiada por el Estado es un regalo para el dueño y el manager quien se entregará en seguida cualquier producto derivado que sea interesante para el mercado. Los gastos sociales pueden levantar también el interés y la participación públicos, aumentando de esta forma la amenaza de la democracia. Por estas razones, Business Week explicaba en 1949 que, "existe una diferencia social y económica tremenda entre gastos de inversiones gubernamentales para la asistencia social v para lo militar", siendo lo último mucho más preferible. Y así continúa, notablemente en el Condado de Cobb y otros baluartes semejantes de la doctrina libertaria y de los valores empresariales.

Mercados libres son buenos para el Tercer Mundo y su creciente contraparte aquí. Madres con niños dependientes pueden ser aleccionadas severamente sobre la necesidad de tener confianza en sí mismas, pero no los ejecutivos e inversionistas dependientes, por favor. Para ellos, el Estado benefactor tiene que florecer. "Amor duro" es justo la consigna adecuada para la política estatal, siempre y cuando le demos el significado correcto: amor para los ricos, dureza para todos los demás.

Sobra decir que concentrándose en los países ricos como el nuestro, esto es altamente engañoso. El "neoliberalismo" de doble filo tiene, por mucho, sus efectos más letales en los tradicionales dominios coloniales, que -aparte del área basada en Japón-, son en gran medida un desastre, mejorando solamente por medidas económicas asentadas ideológicamente, que ignoran los efectos sobre las personas. Con apologías desesperanzadamente inadecuadas para las víctimas, dejaré a un lado esta terrible historia de grandes crímenes contra la humanidad, por los cuales seguimos teniendo responsabilidad.

3. Crisis global económica

Los principales factores que han conducido a la actual crisis económica global se entienden razonablemente bien. Uno es la globalización de la producción, que ha ofrecido a los empresarios el provocador prospecto de hacer retroceder las victorias en derechos humanos conquistadas por la gente trabajadora. La prensa empresarial francamente advierte a los mimados trabajadores occidentales" que tienen que abandonar sus "estilos de vida lujosos" y tales "rigideces del mercado" como seguridad del trabajo, pensiones, salud y seguridad laboral, y otras tonterías anacrónicas. Economistas enfatizan que el flujo laboral es difícil de estimar, pero ésta es una parte pequeña del problema. La amenaza es suficiente, para forzar a la gente a aceptar salarios más bajos, jornada,, más largas, beneficios y seguridad reducidos y otras "inflexibilidades" de esta naturaleza. El fin de la Guerra Fría que retorna a la mayor parte de Europa del Este a su tradicional papel de servicio, pone nuevas armas en las manos de los dueños, como informa la prensa empresarial con irrestricto regocijo, General Motors y Volkswagen pueden desplazar la producción hacia un Tercer Mundo restaurado en el Este, donde pueden encontrar trabajadores a una fracción de los costos de los "mimados trabajadores occidentales", mientras se benefician con altas tarifas proteccionistas y demás amenidades que los "mercados libres realmente existentes" proveen para los ricos. Estados Unidos y Gran Bretaña conducen el proceso de pulverizar a los pobres y a la gente trabajadora, pero otros serán arrastrados, gracias a la integración global.

Y mientras el ingreso familiar medio continúa su baja, aun bajo las condiciones de una recuperación lenta, la revista Fortune goza con malicia de las ganancias "deslumbrantes" de los Fortune 500, pese al "estancado" crecimiento de las ventas. La realidad de la "magra y mala era" es que el país está inundado en capital -pero en las manos correctas-. La desigualdad ha regresado a los niveles anteriores a la Segunda Guerra Mundial, si bien América Latina tiene la peor historia en el mundo, gracias a nuestra benevolente tutela. Como el Banco Mundial -entre otros- reconoce, una igualdad relativa y gastos para la salud y educación son factores significantes para el crecimiento económico (para no mencionar la calidad de vida da). Pero aquél sigue actuando también, para incrementar la desigualdad y socavar el gasto social, en beneficio de los "intereses permanentes".

Un segundo factor en la actual catástrofe del capitalismo de Estado que ha dejado una tercera parte de la población mundial virtualmente sin medios de subsistencia, es la gran explosión del capital financiero no regulado desde que el sistema de Bretton Woods fue desmantelado hace veinte años, con quizás un billón de dólares fluyendo diariamente. Su constitución ha cambiado también de manera radical. Antes de que el sistema fuera desmantelado por Richard Nixon, alrededor del 90% del capital en intercambios internacionales era para inversión y comercio, el 10% para especulación Alrededor de 1990, esos números se habían invertido. Un informe de la UNCTAD estima que el 95% se usa actualmente para la especulación. En 1978, cuando los efectos ya estaban a la vista, el premio Nobel en Economía, James Tobin, sugirió en su discurso presidencial a la Asociación Economistas Estadounidenses que deberían constituirse impuestos para desacelerar los flujos especulativos, que llevarían el mundo hacia una economía de escaso crecimiento, bajos salarios y altas ganancias. En la actualidad, este punto es ampliamente reconocido; un estudio dirigido por Paul Volcker, anterior jefe de la Reserva Federal, atribuye alrededor de la mitad de la desaceleración sustancial en el crecimiento económico desde los comienzos de los años setenta al incremento de la especulación.

En general, el mundo está siendo movido hacia un tipo de modelo del Tercer Mundo, por una política deliberada de Estado y las corporaciones, con sectores de gran riqueza, una gran masa de miseria y una gran población superflua, desprovista de todo derecho porque no contribuye en nada a la generación de ganancias, el único valor humano.

La surplus población tiene que ser mantenida ignorante, pero también debe ser controlada. Este problema es enfrentado de manera directa en los dominios del Tercer Mundo que han sido sometidos por mucho tiempo al control occidental, y, por lo tanto, reflejan los valores conductores con mayor claridad: mecanismos favorecidos incluyen el terror a gran escala, escuadrones de la muerte, la "limpieza social" y otros métodos de probada eficiencia. Aquí, el método favorito ha sido el de confinar a la gente superflua en guetos urbanos que crecientemente se parecen a campos de concentración. Si esto falla, van a las cárceles, que son la contraparte en una sociedad más rica, a los escuadrones de la muerte que nosotros entrenamos y apoyarnos en nuestros dominios. Bajo los entusiastas reaganistas del poder estatal, el número de presos en Estados Unidos casi se triplicó, dejando nuestros principales competidores, África del Sur y Rusia, muy atrás, - si bien Rusia acaba de alcanzamos, va que empieza a dominar los valores de sus tutores estadounidenses.

La "guerra de drogas", que es en gran medida fraudulenta, ha servido como un mecanismo principal para encarcelar a la población no deseada. Una nueva legislación penal debería facilitar el proceso, con sus procedimientos judiciales mucho más severos. Los nuevos y enormes gastos para prisiones también son bienvenidos como otro estímulo keynesiano a la economía. "Las empresas cobran", escribe el Wall Street Journal, reconociendo una nueva manera de ordeñar al publico en esta era "conservadora". Entre los afortunados se encuentran la industria de la construcción, consultorios legales, el floreciente y beneficioso complejo de cárceles privadas, "los nombres más elevados de las finanzas", tales como Goldman Sachs, Prudential y otros, "competiendo para asegurar la construcción de cárceles con bonds (obligaciones) privados, exentos de impuestos"; y, para no olvidarse "el establecimiento de defensa" (Westinghouse, etc.), "olfateando un nuevo campo de negocios" en la supervisión de alta tecnología y sistemas de control del tipo que Big Brother habría admirado'.

No sorprende que el Contrato de Gingrich llama a la expansión de esta guerra contra los pobres. La guerra tiene como blanco primordial a los afro estadounidenses; la estrecha correlación entre raza y clase hace el procedimiento simplemente más natural. Hombres negros son considerados como una población criminal, concluye el criminólogo William Chambliss, autor de muchos estudios, incluyendo la observación directa por parte de estudiantes y profesores en un proyecto con la policía de Washington. Esto no es exactamente correcto; se supone que los criminales tienen derechos constitucionales, pero como muestran los estudios de Chambliss y otros, esto no es verdad para las comunidades escogidas como puntos de mira, que son tratadas como una población bajo ocupación militar-.

Los negros constituyen un blanco particularmente bien escogido porque están indefensos. Y la generación de miedo y odio es, por supuesto, un método estándar de control de la población, trátese de negros, judíos, homosexuales, reinas de la asistencia social o algún otro diablo designado. Éstas son las razones básicas, parece, para el crecimiento de lo que Chambliss llama "la industria de control del crimen". No es que el crimen no sea una amenaza real para la seguridad y la sobrevivencia; lo es y lo ha sido durante mucho tiempo. Pero no se enfrentan las causas; más bien, el crimen es explotado de diferentes maneras como un método de control de la población.

En general, son los sectores más vulnerables, lo- que están siendo atacados. Los niños son otro blanco natural. El asunto ha sido tocado en varios estudios importantes, uno de ellos es un análisis de 1993 de la UNICEF, realizado por la reconocida economista estadounidense Silvia Ann Hewlett, llamado la negligencia para con niños en las sociedades ricas. Estudiando los últimos quince años, Hewlett encuentra una marcada división entre las sociedades angloamericanas y las de Europa continental y Japón. El modelo angloamericano, escribe Hewlett, es un "desastre" para niños y familias; el modelo europeo-japonés, en contraste, ha mejorado su situación considerablemente. Como otros, Hewlett, atribuye el "desastre" angloamericano a la preferencia ideológica para los "mercados libres". Pero ésta es sólo una verdad a medias, como he mencionado. Cualquier nombre que uno quisiera dar a la ideología reinante, es injusto manchar el buen nombre de "conservadurismo", aplicándolo a esta forma de estatismo reaccionario, violento y sin ley, con su desprecio hacia la democracia y los derechos humanos, y también a los mercados.

Dejando a un lado las causas, no hay mucha duda sobre los efectos de lo que Hewlett llama "el espíritu anti-niños desatado en estas tierras", primordialmente Estados Unidos y Gran Bretaña. El "modelo angloamericano lleno de negligencia" ha privatizado en gran medida los servicios de atención a los niños, dejándolos fuera del alcance de la mayoría de la población. El resultado es un desastre para niños y familias, mientras que en el 'modelo europeo que es mucho más asistencial", la política social ha reforzado los sistemas de apoyo para ellos.

Una comisión de alto nivel de los Consejos Educativos de los estados y de la AMA ha recalcado que "nunca antes una generación de niños ha sido menos salubre, menos atendida o menos preparada para la vida que sus padres en la misma edad"; si bien es sólo en las sociedades angloamericanas, donde "un espíritu anti-niño y anti-familia" ha dominado durante quince años bajo la apariencia del "conservadurismo" y de los "valores familiares", un triunfo doctrinal que cualquier dictador admiraría.

En parte, el desastre es simplemente un resultado de los salarios decrecientes. Para una gran parte de la población, ambos padres tienen que trabajar tiempo extra simplemente para proveer lo necesario. Y la eliminación de las "rigideces del mercado" significa que tienes que trabajar horas extras por salarios más bajos -si no, las consecuencias son imprevisibles-. El tiempo en que padres y niños están en contacto se ha reducido radicalmente. Hay un fuerte incremento en el uso de la televisión para la supervisión de los niños, niños encerrados, alcoholismo infantil y uso de drogas, criminalidad, violencia de y contra niños, y otros efectos evidentes sobre la salud, la educación y la capacidad de participar en una sociedad democrática -o, siquiera, la sobrevivencia-.

Éstas no son, nuevamente, leyes de la naturaleza, pero sí políticas sociales conscientemente diseñadas con un objetivo particular: enriquecer a los Fortune 500 (los 500 más ricos que menciona la revista Fortune-H.D.), exactamente lo que sucede, mientras Gingrich y sus semejantes predican impunemente "valores familiares", con la ayuda de aquellos que la prensa obrera de] siglo XIX llamaba "el sacerdocio comprado".

Algunas consecuencias de la guerra contra niños y familias, sí reciben gran atención, en una manera que es ilustradora. En las últimas semanas, importantes revistas han puesto amplia atención en nuevos libros preocupados con decrecientes coeficientes de inteligencia (IQ) y aprendizajes escolares. El New York Times Book Review dedicó un artículo desusadamente largo a este tópico, escrito por su redactor de ciencias, Macolm Browne, quien lo inicia con la advertencia de que gobiernos y sociedades que ignoren los tópicos tematizados por estos libros "lo harán a su propio riesgo". No hay ninguna mención del estudio de la UNICEF, y tampoco he visto ninguna reseña en otra parte -o de hecho, de cualquier estudio que se ocupara de la guerra contra los niños y familias en las sociedades angloamericanas.

Entonces, ¿cuál es la pregunta que ignoramos a nuestro propio riesgo? Sucede que es bastante limitada: posiblemente el IQ es parcialmente heredado, y de manera más ominosa, vinculado a la raza, con negros que engendran como conejos y echan a perder la reserva genética. Quizás las madres negras no crían a sus niños porque se desarrollaron en el cálido pero altamente impredicible ambiente de África, sugiere uno de los autores de los libros reseñados. Ésta es ciencia verdadera, que ignoramos a nuestro propio peligro. Pero podemos, de hecho tenemos que ignorar las políticas sociales para los pobres y la protección estatal para los ricos -basadas en el mercado libre-, y el hecho, por ejemplo, de que en la ciudad donde aparecen estos materiales -que es la más rica en el mundo- el 40% de los niños vive debajo de la línea de pobreza, privado de la esperanza de escapar de la miseria e indigencia. ¿Podría esto tener algo que ver con el estado de los niños y sus logros? Podemos ignorar en seguida tales interrogantes -una decisión natural de los ricos y poderosos, dirigiéndose unos a los otros y buscando justificaciones para la guerra de clases que conducen y sus efectos humanos.

No insultaré su inteligencia discutiendo los méritos científicos de estas contribuciones, habiéndole hecho en otros trabajos, como ya lo hicieron muchos otros.

Éstas son algunas de las formas más feas de control de la población. En la variante más benigna, el populacho tiene que ser desviado hacia actividades no problemáticas por las grandes instituciones de propaganda, organizadas y dirigidas par la comunidad empresarial, medio-estadounidense, que dedica un enorme capital y energía para convertir a la gente en átomos de consumición y herramientas obedientes de producción (si tienen la suficiente suerte para encontrar trabajo) -aislados uno del otro, carentes aun de una concepción de lo que una vida humana decente podría ser. Esto es importante. Sentimientos humanos normales tienen que ser aplastados. Son inconsistentes con una ideología acomodada a las necesidades del privilegio y poder, que celebra la ganancia privada como el valor humano supremo y niega los derechos de la gente más allá de lo que ésta puede salvar en el mercado laboral- aparte de los ricos, que deben recibir una amplia protección por el Estado.

Junto con la democracia, los mercados también son atacados. Aun dejando a un lado la masiva intervención estatal en Estados Unidos y en la economía internacional, la creciente concentración económica y el control de mercado ofrecen mecanismos infinitos para evadir y socavar la disciplina de mercado, una larga historia que no podemos abordar en este ensayo por razones de espacio. Para mencionar sólo un aspecto, alrededor del 40% del "comercio mundial" no es, realmente, comercio; consiste en operaciones internas de las corporaciones, gerenciadas de manera central por una mano altamente visible, con toda clase de mecanismos para socavar los mercados en beneficio de ganancia y poder. El sistema casi-mercantilista del capitalismo transnacional corporativo está lleno de las formas de conspiraciones de los dominantes, sobre las cuales advertía Adam Smith, para no hablar de la tradicional utilización y dependencia del poder estatal y del subsidio público. Un estudio de 1992 de la OECD concluye que la "competencia oligopolítica y la interacción estratégica entre empresas y gobiernos, antes que la mano invisible de las fuerzas del mercado, condicionan en la actualidad las ventajas competitivas y la división internacional del trabajo en las industrias de alta tecnología", tales como agricultura, farmacéuticos, servicios y otras áreas importantes de la economía, en general. La gran mayoría de la población mundial, que está sujeta a la disciplina del mercado e inundada con odas a sus milagros, no debe escuchar esas palabras; y pocas veces las oye.

Me temo que esto apenas toca la superficie. Es fácil de entender el estado de desesperación, ansiedad, falta de esperanza, enojo y temor que prevalece en el mundo, fuera de los sectores opulentos y privilegiados y del "sacerdocio comprado" que cantan alabanzas a nuestra magnificencia, una característica notable de nuestra "cultura contemporánea", si se puede pronunciar esta frase sin vergüenza.

Hace 170 años, muy preocupado con el destino del experimento democrático, Thomas Jefferson hizo una distinción útil entre "aristócratas" y "demócratas". Los "aristócratas' eran "quienes tienen temor y desconfianza en la gente y desean quitarles todos los poderes para ponerlos en manos de las clases altas". Los demócratas, en cambio, "se identifican con la gente, tienen confianza en ella, la elogian y la consideran el honesto y seguro depositario del interés público", si no siempre "los más sabios". Los aristócratas de sus días eran los protagonistas del naciente Estado capitalista, que Jefferson consideraba con mucha consternación, reconociendo la contradicción entre democracia y capitalismo, que es mucho más evidente en la actualidad, cuando tiranías privadas sin control adquieren un poder extraordinario sobre todos los aspectos de la vida.

Como siempre en el pasado, uno puede escoger ser un demócrata en el sentido de Jefferson, o un aristócrata. El segundo camino ofrece ricas recompensas, dado el lugar de riqueza, privilegio y poder, y los fines que naturalmente busca. El otro sendero es uno de lucha, muchas veces de derrota, pero también de recompensas que no pueden ser imaginadas por aquellos que sucumben a lo que la prensa obrera denunciaba hace 150 años como "el Nuevo Espíritu de la Era": "Gana riqueza, olvidando todo menos lo tuyo".

El mundo de hoy está lejos del mundo de Thomas Jefferson o de los trabajadores de mediados del siglo XIX. Pero, las alternativas que ofrece, no han cambiado en esencia


http://personales.alumno.upv.es/~pausalvi/...Democracia.html





CITA
Obama une a Clinton y a Bush para salvar a Haití de la devastación

El presidente de Estados Unidos crea un fondo para canalizar las ayudas

YOLANDA MONGE
Washington

EL PAÍS
Internacional
17-01-2010



Los tres pertenecen a un exclusivo club, el de presidentes de Estados Unidos. Los tres comparecieron ayer ante los medios de comunicación para manifestar su compromiso de no abandonar a su suerte a millones de haitianos. Dos son los últimos hombres que han regido los destinos de Estados Unidos -Bill Clinton y George W. Bush-; el tercero es el presidente actual: Barack Obama.

Obama ha fichado a Bush y Clinton para que llamen a las puertas -y a las conciencias- de ONG, empresas e individuos y que soliciten dinero en solidaridad con el pueblo de Haití. "Sé que desean aportar mantas y agua", dijo Bush, pero "lo que necesitamos es su dinero", aclaró el ex presidente republicano, quien confesó que había pasado los últimos días pegado a la televisión en su hogar tejano, devastado por las imágenes de dolor y caos que observaba.

Flanqueado a su izquierda por Bush y a su derecha por Clinton, Obama empezó alabando la "extraordinaria generosidad" de Estados Unidos con Haití. A continuación, anunció como mejor herramienta para canalizar la ayuda a Haití del establecimiento del Fondo Clinton-Bush (www.clintonbushhaitifund.org). Ese fondo garantizará que el envío de ayuda se realiza de forma rápida y segura.

"La ayuda está en camino", animó Obama. "Pero sus efectos no se medirán en días ni en semanas. (...) Se medirán en meses e incluso años", puntualizó el presidente. Calificando el desafío como "enorme", Obama explicó que Bush le había llamado y le había preguntado que cómo podía ayudar. La respuesta y su formato quedó ayer escenificada en la Casa Blanca.

La idea no es nueva y responde al carácter de compromiso y trabajo en equipo con el que reacciona el pueblo estadounidense ante las tragedias. "En estas horas difíciles, EE UU está unido. Estamos unidos con el pueblo de Haití, que ha mostrado una resistencia increíble y les ayudaremos a recuperarse y a reconstruir", dijo Obama.

Tras el devastador maremoto de 2004 en Asia, el entonces presidente George W. Bush llamó a su lado a su padre (el presidente George W. H. Bush) y a Bill Clinton para hacer un frente bipartidista común en la recaudación de ayuda. De nuevo Clinton y Bush padre lideraron el esfuerzo por obtener recursos que sacasen del infierno en que se convirtió Nueva Orleans en 2005 tras el paso del huracán Katrina, al que se sumó la incompetencia de la entonces Administración republicana.

Como presidente, "Clinton ayudó a restaurar la democracia en Haití", declaró Obama sobre el actual enviado especial de Naciones Unidas para Haití (en el puesto desde 2008). La tarea "va a ser difícil", confesó Obama. "Es un enorme desafío distribuir toda la ayuda que aportamos de forma rápida y segura en un lugar que ha sufrido una destrucción máxima", puntualizó. "En eso es en lo que nos centramos ahora: en trabajar de forma cercana con nuestros socios, el Gobierno de Haití, Naciones Unidas y muchas otras organizaciones y naciones -amigos de Argentina y Francia, de la República Dominicana y de Brasil, y de otros países alrededor del mundo-".

Ayer fue el cuarto día -la secuencia empezó al día siguiente de conocerse el terremoto- que Obama hablaba a la prensa de forma monotemática. Asunto: Haití. Mantra: Estados Unidos actúa en coordinación con la comunidad internacional, aunque lleve la batuta.

Parte de esa orquesta cuyo director es Obama aterrizaba ayer en Puerto Príncipe. La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, se reunía con el presidente haitiano, René Preval, y pasaba revista al estado de las operaciones de rescate junto al hombre designado por Obama para coordinar la ayuda estadounidense, Rajiv Shah, quien tan sólo llevaba dos semanas en el puesto cuando la tierra se tragó las esperanzas de Haití
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http://www.elpais.com/articulo/internacion...elpepiint_8/Tes
Katharina Von Strauger
Política energética de Obama después de un año

Paul Isbell
Economía Exterior Nº51
Invierno 2010




La política energética ha avanzado más durante el primer año de Obama que en cualquier otro momento desde de los años setenta. Entre las medidas del gobierno y las del Congreso, se han sentado las bases para una revolución en las fuentes de energía en EE UU y en el mundo.

La elección de Barack Obama representa una oportunidad histórica para los que sostienen que la economía energética mundial debe transformarse si queremos evitar la desestabilización del planeta provocada por la dependencia actual de las energías fósiles. Obama estructuró su candidatura sobre la idea de un cambio necesario en varias áreas de la política nacional, entre las cuales las políticas energética y de cambio climático figuraban en el centro de su programa. Al ser elegido en noviembre de 2008, declaró: “Una vez que asuma la presidencia, pueden estar seguros de que Estados Unidos entrará de nuevo y con fuerza en las negociaciones globales sobre el cambio climático y contribuirá al liderazgo necesario para empujar al mundo hacia una nueva era de cooperación global contra el cambio climático. Es hora de que nos enfrentemos con este reto definitivamente. Postergarlo ya no es una opción. Negarlo no es una respuesta aceptable. Hay mucho en juego”.

Sin embargo, Obama ha hecho más hincapié en la expansión de las energías renovables y tecnologías bajas en emisiones de dióxido de carbono que en el esfuerzo diplomático necesario para conseguir un acuerdo sobre objetivos legalmente vinculantes para las reducciones de emisiones a medio plazo por parte de todos países. Este énfasis se ha debido en parte a “realidades políticas” de EE UU, donde el espectro del cambio climático nunca ha tenido el mismo eco en el electorado en comparación con Europa. A partir del famoso reconocimiento, por parte de George W. Bush en 2006, de que EE UU era “adicto al petróleo”, los republicanos enarbolaron la bandera de la “independencia energética”. Por contraposición, Obama ha promovido la eficiencia energética y ha impulsado las energías renovables.

Es un enfoque político y retórico que la administración Obama comparte con China, y aunque no es idéntico al planteamiento estratégico de la Unión Europea, es muy similar y compatible (ya que todos coinciden en el camino general que hay que seguir). Aunque las expectativas ante la Cumbre de Copenhague se moderaron desde la elección de Obama, este esfuerzo en la acción (formulación de nuevas políticas nacionales y despliegue de nuevas tecnologías) –más allá de la diplomacia– puede ser la clave para mantener vivo el proceso post-Kioto.

Coincidiendo con la visita de Obama a Asia a mediados de noviembre de 2009, EE UU estableció una nueva asociación con China en energías renovables, eficiencia energética y tecnologías bajas en CO2. EE UU también está renovando y profundizando la forma y el contenido de su relación energética bilateral con la UE. En el mismo mes de noviembre, se inauguró el nuevo Consejo UE-EE UU para la Energía. Estos nuevos mecanismo de cooperación bilateral podrían ser la clave para cambiar la dinámica de la negociación post-Kioto.

¿Pero dónde está ahora la política energética de Obama? A pesar de la sensación de que todo el esfuerzo de la administración se ha invertido en la elaboración de una nueva estrategia para la guerra de Afganistán y en la lucha por la reforma sanitaria, la política energética ha avanzado más durante el primer año de Obama que en cualquier otro momento desde finales de los años setenta y principios de los ochenta. Entre las medidas del gobierno y otras adoptadas por el Congreso, se han sentado las bases para una revolución energética en EE UU y, por extensión, el mundo.

Medidas ejecutivas



Aunque la aprobación de la Ley Americana de Empleo Verde y de Electricidad Limpia (Clean Energy Jobs and American Power Act of 2009) no está prevista antes de la próxima primavera, a lo largo de 2009 la administración ha sacado adelante muchos aspectos de su programa de energía a través de ordenes ejecutivas (decretos ley) y otras normas. Estos poderes ejecutivos, generalmente otorgados al presidente por anteriores legislaturas, se pueden utilizar para profundizar o reforzar medidas incluidas en la legislación ya existente. Aunque las dos grandes leyes energéticas de la administración de George W. Bush –la Ley de Política Energética de 2005 (Energy Policy Act) y la Ley de Independencia y Seguridad Energética de 2007 (Energy Independence and Security Act)– incluían apartados para casi todas las posibles reformas energéticas necesarias, ninguna fue suficientemente profunda. De ahí, la necesidad de desarrollar varios aspectos de la legislación anterior.

El 26 de enero de 2009, apenas una semana después de llegar a la Casa Blanca, Obama firmó dos directivas. La primera ordenó al departamento de Transporte y al departamento de Energía (DOE, en inglés) aumentar los niveles de eficiencia obligatoria (los llamados estándares CAFE) para los coches manufacturados en 2011. La segunda permite al Estado de California imponer restricciones más exigentes a las emisiones de CO2 que las existentes a nivel federal –algo a lo que la administración Bush se había negado–. Esta decisión es significativa debido a que California, que genera más emisiones que cualquier otro Estado, podría utilizar su gran poder de mercado para empujar a las empresas automovilísticas a producir más rápidamente nuevos modelos de coches (híbridos y eléctricos, por ejemplo).

El 5 de febrero, Obama firmó otra directiva presidencial en la que pedía al DOE que aumentase la eficiencia energética de los electrodomésticos, algo que supondría ahorrar el doble de la energía producida por todas las plantas eléctricas que actualmente utilizan carbón.

El Día de la Tierra, el 22 de abril, el presidente ordenó al DOE establecer un nuevo programa para alquilar bloques y derechos de explotación en aguas nacionales para la generación de electricidad a través de energías renovables como la eólica y la mareomotriz. Es la primera medida que autoriza y regula el uso de los emplazamientos offshore norteamericanos para el aprovechamiento energético de las renovables, algo que podría aumentar significativamente la inversión privada en energía eólica y mareomotriz.

En octubre –mes de la Conciencia Energética– Obama firmó varias órdenes más. El 5 de octubre, la Orden Ejecutiva sobre Sostenibilidad Federal, que insta al gobierno federal a liderar las reformas energéticas para predicar con el ejemplo, estableciendo objetivos para reducir las emisiones antes de 2020 en cada departamento y agencia del gobierno federal, al estilo del Climate Change Act de Reino Unido, en vigor desde enero de 2010. A finales de octubre, el presidente anunció la firma de un acuerdo entre varias agencias federales que facilitaría la construcción de redes de transmisión en terrenos federales. El objetivo es superar los obstáculos creados por varios grupos de interés locales que se oponen a la construcción de cualquier infraestructura energética de gran tamaño en sus zonas.

Con esto se pretenden reducir los trámites necesarios para la construcción de infraestructuras en terreno federal, lo que ayudará a la expansión de las energías renovables, que actualmente exigen un aumento significativo de la capacidad de transmisión para llevar la electricidad desde zonas de alto potencial para las renovables (por ejemplo, las llanuras del Medio Oeste y los desiertos del Suroeste) a los grandes centros urbanos.

Quizá la acción más importante de Obama en el terreno energético-climático durante el primer año ha sido la decisión de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA, en inglés), en respuesta a un dictamen del Tribunal Supremo estableciendo que las emisiones de CO2 (y demás gases de efecto invernadero) representan una amenaza a la salud y el bienestar de los ciudadanos. Así, el 6 de noviembre, la EPA envió a la Casa Blanca su llamado endangerment finding, donde se pide al presidente autorización para limitar, directamente por la agencia, las emisiones de todo tipo, tanto en el sector eléctrico como en el del transporte. Esta medida –autorizada el 7 de diciembre de 2009– da al presidente la posibilidad de presionar al Senado, que tiene en sus manos una legislación que, por primera vez, establecerá unos objetivos obligatorios para reducir las emisiones de CO2 en EE UU y fijará un precio para las emisiones a través de un nuevo mercado de emisiones similar al europeo. Por otra parte, otorgaba al presidente la libertad de comprometerse a algo más concreto en Copenhague.

Acciones legislativas



Cuando Obama asumió la presidencia, el mundo ya había entrado en su peor recesión desde la Segunda Guerra mundial. La economía norteamericana necesitaba con urgencia un fuerte estímulo fiscal, más allá de la política monetaria expansiva de la Reserva Federal y los miles de millones de dólares incluidos en los planes de rescate para varios bancos, aseguradoras y las grandes empresas automovilísticas. Por otro lado, hacía falta un empuje serio hacia la transformación de la economía energética si EE UU pretendía presentar un compromiso auténtico en las negociaciones para un nuevo régimen post-Kioto. Con una tasa de desempleo prevista superior al 10%, la administración decidió incluir en el nuevo plan de estímulo una parte importante de fondos destinados a la eficiencia energética, la expansión de las energías renovables, la renovación de la red eléctrica y la creación de ‘empleo verde’.

Apenas un mes después de la toma de posesión, el presidente firmó la Ley Americana de Recuperación y Reinversión (ARRA, The American Recovery and Reinvestment Act), aprobada en el Senado por el mínimo de 60 votos necesarios para evitar el filibusterismo (un mecanismo legal que bloquea cualquier legislación en el Senado). Este plan de estímulo incluía 787.000 millones de dólares en nuevos gastos, de los cuales 80.000 millones se destinaron a inversiones en energía limpia y en eficiencia energética.

Según un análisis de la Agencia para la Información Energética (EIA, Energy Information Agency), el plan de estímulo destinó unos 12.500 millones de dólares a programas para aumentar la eficiencia energética de las viviendas del país y para ayudar a las administraciones locales y a los Estados en sus propios programas de eficiencia, incluyendo nuevos códigos para la construcción. Otros 4.500 millones de dólares se destinaron a instalar en todos los edificios del gobierno federal las tecnologías más punteras en el campo de la eficiencia energética.

El segundo gran apartado del plan de estímulo en materia energética estableció incentivos fiscales más profundos y estables para las energías renovables y otras tecnologías, a través de créditos (tanto de producción como de inversión) y otras prestaciones. Por otro lado, se destinaban 6.000 millones de dólares a garantías estatales para préstamos bancarios otorgados al sector privado para expandir las energías renovables, los biocombustibles y otros proyectos relacionados con la red de transmisión eléctrica, casi 5.000 millones a la creación de una nueva red eléctrica inteligente, 3.400 millones a I+D en las energías fósiles (incluyendo fondos para desarrollar proyectos de captura y almacenamiento de carbono), y 2.000 millones para investigación sobre la próxima generación de baterías. Finalmente, el plan incluía 600 millones de dólares para programas de formación profesional en el campo de los ‘empleos verdes’.

De los 787.000 millones de dólares incluidos en la ARRA, a finales de 2009 sólo se había gastado una tercera parte. Este retraso en la adjudicación de fondos podría convertirse en una explosión de gastos e inversiones a lo largo de 2010.

Si los logros del plan de estímulo no parecen muy significativos evaluados en el contexto de 2030, esto se debe a que las grandes contribuciones de la ley, se cumplen y agotan en torno a 2014. Sin embargo, si el mismo esfuerzo –o uno mayor– se mantuviera hasta 2030, los logros serían mucho más notables.

Esta es la justificación para el proyecto ley aprobado en la Cámara de Representantes en el verano de 2009, conocido como Waxman-Markey, por sus dos principales autores en la cámara baja. Entre las varias provisiones del proyecto, lo más destacado es el objetivo legalmente vinculante de reducir las emisiones de CO2 en un 17%, comparado con 2005, antes de 2020 (un 58% antes de 2030 y un 83% antes de 2050). Es la primera vez que la Cámara de Representantes asume la obligación por parte de EE UU de reducir sus emisiones, aunque todavía tendrá que aprobarse en el Senado y ser firmado por el presidente. La otra medida principal del proyecto de ley es un nuevo mercado de emisiones de CO2 en EE UU, similar al de la UE, para estimular las inversiones en energías renovables, eficiencia energética y en varias infraestructuras imprescindibles. Aunque el 80% de los derechos de emisión se distribuye gratis durante los primeros años de operación del mercado de emisiones, esta transición incial terminaría en 2025, con un 70% de los derechos subastados en el mercado, a partir de 2030.

Una tercera medida, que complementa a los objetivos de reducción de emisiones y al nuevo mercado de emisiones, es la implantación de un estándar mínimo para la contribución de las energías renovables y la eficiencia al mix eléctrico. Antes de 2020, las grandes empresas eléctricas tendrán que cubrir un 20% de su generación con energías renovables o avances (ahorros) en eficiencia. Este nuevo Estándar Mínimo Combinado para las Energías Renovables y la Eficiencia Energética a nivel federal es similar –y complementario– a los varios RES (Renewable Energy Standards) al nivel estatal, que ya existen en 33 Estados. Hasta un 20% de este mínimo nivel se puede cumplir con aumentos en la eficiencia energética. Aunque el 80% de los derechos de emisión se distribuye gratis durante los primeros años de operación del mercado de emisiones, esta transición inicial terminaría en 2025, con un 70% de los derechos subastados en el mercado a partir de 2030.

Las provisiones del proyecto de ley en el terreno de la captura y almacenamiento de carbono (CCS, en sus siglas en inglés) son especialmente notables. Para recibir los 50.000 millones de dólares procedentes de las subastas de derechos en el mercado de emisiones –y otros 10.000 millones que provendrán de un impuesto especial (wires charge) sobre electricidad generada por energías fósiles– las plantas eléctricas que utilizan carbón estarán obligadas a emplear tecnologías de CCS a partir de 2025, como tarde. El proyecto Waxman-Markey propone también una Administración de Despliegue de Energías Limpias (CEDA, en inglés), con 7.500 millones de dólares para apoyar la inversión privada en tecnologías de energía limpia (incluyendo la nuclear) e infraestructuras complementarias.

Contiene varias medidas de eficiencia energética en casi todos los campos de uso final, especialmente acelerando calendarios ya establecidos e intensificando los objetivos. Finalmente, Waxman-Markey, destina más del 50% de los ingresos de las subastas de derechos en el mercado de emisiones a devoluciones a los consumidores para compensar en parte cualquier aumento en los precios energéticos como resultado del esfuerzo de reducción de emisiones.

El proyecto de ley Waxman-Markey tiene que pasar por el Senado en su versión particular –la Ley Americana de Empleos Verdes y de Electricidad Limpia (Clean Energy Jobs and American Power Act), conocida como Boxer-Kerry– antes de volver a un comité bicamaral donde las dos versiones tienen que unificarse, para presentarse luego a la firma del presidente.

Lo más probable es que el proyecto Boxer-Kerry no llegue al pleno del Senado antes de primavera, con una votación final posiblemente en marzo. La mayoría demócrata en el Senado no tiene mucho margen más allá de marzo, si quiere enviar la ley final al presidente para su firma en junio. Ante la controversia por la reforma sanitaria y la reforma energética y climática, los demócratas quieren evitar que la ley llegue a Obama más tarde que junio, ya en plena campaña para las elecciones mid-term de noviembre, que renovarán un tercio de los senadores. Waxman-Markey se aprobó en la cámara baja por una estrecha votación de 219 a 212, con varios representantes demócratas unidos a la totalidad de los republicanos en su rechazo.

Copenhague y el proceso post-Kioto



En el momento de redacción de este artículo, se prevé que Obama irá a Copenhague el 18 de diciembre de 2009 con tres herramientas en mano: primero, un compromiso de reducir las emisiones de EE UU en un 17% antes de 2020 (comparado con 2005); segundo, la posibilidad de regular, a través de la EPA, las emisiones de todo tipo de emisores en EE UU; y tercero, el presidente disfrutará de la percepción generalizada de que los recientes compromisos de China e India en Copenhague tuvieron mucho que ver con la exitosa diplomacia de Washington.

Sin embargo, algunos piensan que Obama no ha empujado a su país suficientemente en el terreno de la energía y el cambio climático. Estos críticos, leales todavía a Obama, insisten en que el problema del cambio climático es más sensible al tiempo que el asunto del sistema sanitario y cuestionan la oportunidad de haber comenzado la reforma sanitaria antes de conseguir una nueva ley que estableciera un mercado de emisiones a tiempo para la Cumbre de Copenhague.

Otros piden compromisos más ambiciosos y su cumplimiento en plazos más reducidos. Por ejemplo, la administración Obama mantiene el objetivo de limitar la concentración de CO2 en la atmósfera a 450ppm (partes por millón) a largo plazo para evitar que la temperatura global aumente más de dos grados (Celsius), pero los críticos de la izquierda hacen hincapié en el hecho de que la ciencia sugiere que el nivel de estabilización de CO2 en la atmósfera no puede superar los 350 ppm para evitar que la temperatura global ascienda más que esos dos grados.

Esta posición choca frontalmente con un planeamiento todavía muy extendido en EE UU: que la ciencia no apoya la tesis del cambio climático. La posición conservadora en este asunto, cuando no se define por los argumentos económicos a corto plazo, señala el hecho de que desde la firma del Protocolo de Kioto, las temperaturas medias del planeta no han subido, sino al contrario, han bajado.

Los llamados “escépticos” frente a la ciencia argumentan que la insistencia en reducir las emisiones de CO2 no es más que un complot en favor del sector de energías renovables y de las Naciones Unidas.

Frente a estas afirmaciones, la Organización Meteorológica Mundial reveló a mediados de diciembre que la primera década del siglo XXI ha sido la más cálida desde que se empezaron a recopilar estos datos de manera sistemática en 1850. Por otro lado, la NASA publicó recientemente nuevos datos que muestran que el mundo acaba de experimentar el periodo junio-octubre más caluroso jamás registrado. La Agencia Internacional para la Energía (AIE) anunció que el mundo tendrá que gastar 10,5 billones de dólares entre 2010 y 2030 para reducir las emisiones suficientemente; y que este gasto aumentaría en 500.000 millones de dólares adicionales por cada año de demora en la reducción más allá de 2010. Para EE UU, cualquier demora tendrá otras implicaciones: “Sin legislación para combatir el cambio climático, nuestro país dará un paso atrás en la competencia para moldear el futuro energético del mundo,” escribió en el Washington Post, Ralph Izzo, presidente de Public Service Enterprise Group.

La administracion Obama anunció el 25 de noviembre que comprometería a EE UU en Copenhague a reducir sus emisiones de CO2 en un 17% respecto a 2005 antes de 2020, en un 30% para 2025, y en un 42% antes de 2030. Este compromiso equivale a un recorte del 5,5% respecto a 1990, menos que los compromisos de Bill Clinton, y mucho menos que el 25%-40% solicitado por la UE para los países avanzados. Sin embargo, era la primera ficha que tenía que moverse. Se produjo justo después de que Obama y el presidente chino, Hu Jintao, firmaran una amplia gama de compromisos para la colaboración bilateral en asuntos energéticos.

Tras las declaraciones de Obama respecto a los compromisos norteamericanos para Copenhague, Hu anunció a finales de noviembre que China reduciría su “intensidad de carbono” (el nivel de emisiones por unidad del PIB) en un 40%-45% antes de 2020 (y en un 20% para 2010, equivalente a un recorte de CO2 de 1.600 millones de toneladas).

Algunos argumentan que incluso con esta disminución de la intensidad de carbono, las emisiones de China aumentarían un 72%-88% antes de 2020. Así, estas mejoras son básicamente las previstas en la estructura de la economía china. De todas formas, aunque los compromisos por parte de EE UU y China son insuficientes, tuvieron una influencia sobre la dinámica de las negociaciones. Durante el mes antes de Copenhague, gran parte del resto de países emergentes respondió a la cadena de compromisos anunciados por la UE, EE UU y China. India marcó un compromiso similar al de China (una reducción de su “intensidad de carbono” del 20%-25% para 2020), mientras Brasil anunció una propuesta para recortar las emisiones en más del 35% antes de 2020. Australia, Corea del Sur e Indonesia también han explicado al mundo cómo van a afrontar sus propias reducciones de emisiones. En vísperas de su celebración parecía que, finalmente, la Cumbre de Copenhague no estaba condenada al fracaso total.

Paul Isbell es Director del Programa de Energía y Cambio Climático del Real Insituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos



http://www.politicaexterior.com/2010/01/po...pues-de-un-ano/
Francisco Alegre
La política africana de Marruecos


Afkar/Ideas
Nº24
Invierno 2009/2010

Samba Khassé Sylla
Periodista. Marruecos


Los inversores marroquíes apuestan por sus vecinos de África, animados por una entusiasta cooperación Sur-Sur y una activa diplomacia real.

Tan sólo un año después de su entronización, el rey Mohamed VI ya intentó iniciar una verdadera ruptura en la política africana del reino, en stand by desde que Marruecos se retirara de la Organización de la Unidad Africana (OUA). Desde entonces, bajo el impulso de una voluntad política manifiesta, los inversores marroquíes se abalanzan sobre el África negra, con el objeto de permitir a Rabat volver a África. Sin embargo, no es tarea fácil. Veamos.


16 de abril de 2009: el rey Mohamed VI aterriza en Guinea Ecuatorial para una visita oficial de cuatro días, la primera de un rey de Marruecos a esta antigua colonia española. Su difunto padre apoyó durante mucho tiempo la recuperación del “Gran Marruecos”, como condición para afianzar sus relaciones bilaterales con los países africanos. Mohamed VI, en cambio, parece ir bastante más allá de la esfera de los aliados tradicionales de Marruecos como Senegal, Gabón o incluso Guinea. Prueba de ello son los abundantes periplos africanos que le han llevado a Burkina Faso, Benín, Gambia, Níger, República Democrática del Congo, Congo-Brazzaville, Camerún, Senegal y Gabón. En los 10 años de reinado, el soberano jerifiano ha hecho seis grandes viajes al África subsahariana y ha visitado 12 países. Para muchos observadores, ello demuestra un interés indudable del monarca marroquí por el continente, si lo comparamos con su predecesor, Hassan II, quien, en casi cuatro décadas, no hizo tantas visitas. Ya en 2000, sólo un año después de su ascenso al poder, Mohamed VI envió un mensaje de envergadura al continente. En la cumbre Europa-África celebrada en El Cairo, anunció la condonación de la deuda de los países africanos menos desarrollados, así como la exoneración total de los derechos de aduana sobre sus mercancías. Más que de una señal, se trata de una verdadera ruptura en la política africana del reino, en stand by desde que Marruecos se retirara de la OUA (hoy Unión Africana), tras reconocer ésta al Frente Polisario, en 1984.


El estancamiento permanente del proyecto del gran Magreb árabe, nacido en 1989 en Marrakech, en presencia de los cinco jefes de Estado, y enterrado más tarde bajo el conflicto del Sáhara, obliga a Marruecos a volver a desplegarse hacia un eje Norte-Sur, de Casablanca a Nuakchot y Dakar, adentrándose en África occidental. Es uno de los cambios anunciados por el reino de Mohamed VI que marca cierta ruptura. Estos reencuentros con África no son más que el primer paso de una estrategia de expansión económica en el continente perseguida por el soberano marroquí. En sus viajes, firma convenios a diestro y siniestro con distintos países de la región y, sobre todo, inaugura proyectos de desarrollo socioeconómico. Para supervisar esta presencia caritativa alauí en el continente negro, el monarca funda en 2008 una institución a medida: la Fundación Alauí de Desarrollo Sostenible. Su primer presupuesto es un donativo personal del soberano de un millón de dólares. Con sede en Dakar, su primer proyecto es la construcción de un centro oftalmológico en la capital senegalesa, en la que han contribuido dos grandes empresas marroquíes, concretamente la OCP (Oficina Jerifiana de Fosfatos) y el holding real ONA. Más tarde, la Fundación prevé ampliar sus acciones a otros países de África occidental. Su lista de proyectos prioritarios está encabezada por la alfabetización, el acceso al agua potable y el suministro de electricidad. Así, pues, ya tienen con que allanar el terreno para una penetración masiva de empresas marroquíes en el continente. En efecto, hasta entonces, éstas tenían los ojos puestos en Europa (el 70% de las exportaciones marroquíes) y, en su defecto, en Oriente Próximo. África y, en especial, África occidental resultaban exóticas, a pesar de la innegable proximidad cultural y geográfica.

Las relaciones con África occidental


Tras las numerosas visitas del soberano jerifiano al África subsahariana, vendrán las inversiones económicas correspondientes, empezando con la fundación de la empresa Air Sénégal International (ASI) en 2000, en el momento en que la extinta Air Afrique presentaba suspensión de pagos. Este proyecto, rubricado por los jefes de Estado de los países implicados, era la primera piedra de la apertura de Marruecos al Sur.

Royal Air Maroc (RAM), propietaria mayoritaria (51%) de la nueva compañía aérea se hacía a la vez con un mercado de reserva, bastante beneficioso, en el contexto posterior al 11 de septiembre de 2001, difícil para el sector del transporte aéreo en general. La inauguración de la ruta Tánger-Dakar completaba este dispositivo de intercambios. Antes de volver la mirada hacia Europa, las empresas marroquíes veían en África un mercado de fácil acceso, gracias al ahorro en los costes logísticos.

Al mismo tiempo, después de la visita real a Nuakchot, Maroc Télécom se instalaba en Mauritania por medio de una operación de privatización. La compañía Mauritel es hoy líder en telefonía móvil, fija y ADSL en ese país.

El sector bancario sigue la senda del industrial


Al control de esta filial mauritana le seguirán Onatel (Burkina Faso), Gabon Télécom (Gabón) y Sotelma (Mali). A partir de 2007, el despliegue industrial marroquí será imitado, en una segunda fase, por el bancario, algo lógico después de todo. Así, Attijariwafa Bank, que ha alcanzado unas dimensiones críticas a raíz de una fusión (2003-04) refundadora del sector bancario marroquí, se instalaría en Senegal (Banque Sénégalo Tunisienne, más tarde CBAO) y Mali (BIM). En noviembre de 2008, la entidad arramblaba con cinco filiales del grupo Crédit Agricole (en Camerún, Gabón, Senegal, Costa de Marfil y Congo-Brazzaville), por entonces en plena reorientación en el Mediterráneo. Esta compra permite a Attijariwafa Bank acelerar su business plan de empresa continental y afirmarse como uno de los grandes de África, junto a nigerianos como UBA. “Estamos ahí para quedarnos, para acompañar a las empresas marroquíes”, precisaba Mohamed Kettani, presidente del consejo de administración de Attijariwafa Bank, en la rueda de prensa de presentación de los resultados del primer semestre de 2009.

Cabe subrayar que, antes de la implantación de Attijariwafa Bank en África, BMCE Bank, a través de su filial BMCE Capital, había abierto una sucursal en Dakar. Desde ahí, había participado en la puesta a punto de grandes proyectos, entre ellos el nuevo aeropuerto de Dakar. A partir de 2010, la red de BMCE Capital trabajará estrechamente con Medicapital Bank, filial del BMCE domiciliada en Londres, cuya razón de ser es atraer capitales a África. Asimismo, el control del 42% de Bank of Africa, presente en 11 países, permite al BMCE Bank contar en la actualidad con presencia en la mayoría de estados francófonos con vínculos políticos con Marruecos.

Sin embargo, a pesar de haber crecido, las inversiones marroquíes en África carecen de un corpus legislativo que permita incrementar el comercio hasta el nivel del volumen de las inversiones consentidas. De momento, la negociación del arancel exterior común, que en principio debía desbloquear esos intercambios, choca con las reticencias de determinados países africanos (Burkina, por ejemplo), que temen una competencia desequilibrada. La sugerencia de un acuerdo asimétrico tampoco parece haber limado las dificultades.

Inversiones de tipo social


Es innegable: si los agentes privados marroquíes están activos, las empresas estatales o de carácter estatal no les van a la zaga. En general, intervienen en obras de carácter social. Así, la ONE asegura la exclusividad en la realización y explotación de las infraestructuras de la red eléctrica en la región de Saint-Louis, en el norte de Senegal, en un radio de 20.000 hogares. En esta inversión social no puede obviarse el apoyo técnico y financiero aportado por Comanav (Compañía Marroquí de Navegación) en 2000, tras el drama del Djola, el barco que unía Dakar con la región de Casamance, que se hundió con sus pasajeros a bordo. En partenariado con Senegal, Rabat no tardará en montar un dispositivo que garantice la continuidad del tráfico.

En Camerún, la ONEP (Oficina Nacional de Agua Potable) se hará con un gran mercado de toma de agua potable, en una licitación internacional que lo enfrentaba a gigantes mundiales. La propia ONEP, actualmente en fase de fusión con la ONE, tiene previsto en los próximos meses, intervenir en la presa de Inga (RDC), una de las mayores obras del continente. A estas inversiones se suman proyectos de ingeniería civil e infraestructuras en varios países, entre ellos Guinea Ecuatorial.

Se observa que estas inversiones marroquíes siguen en cierto modo una diplomacia bastante frecuente en África occidental y francófona en general, y más o menos ausente en la anglófona. El este del continente y el África austral, bajo influencia keniata y surafricana, parecen fronteras naturales para las operaciones económicas marroquíes. “La barrera no es sólo lingüística, sino también de índole reglamentaria: las legislaciones que regulan los negocios difieren en general entre el África septentrional y la anglófona en el sur del Sáhara”, especifica este consultor que ha acompañado a muchas empresas marroquíes por todo el continente.

África occidental, que tiene numerosas afinidades diplomáticas, culturales y religiosas con Marruecos, es uno de los espacios preferidos para los inversores en busca de alternativas de crecimiento. En un futuro, esos vínculos que reproducen las relaciones comerciales entre el Marruecos imperial y Tombuctú se ampliarán. El operador Maroc Télécom ya ha tomado la delantera, invirtiendo en una fibra óptica que unirá Marruecos con Mauritania y Burkina Faso, pasando por Mali.

Para entonces, esos países se convertirán en una sola zona telefónica. Para entonces, la conclusión de las negociaciones comerciales permitirá crear en el noroeste africano una zona integrada que recordaba a los vínculos económicos y aduaneros entre Egipto y el Mercado Común de África Oriental y Austral, o el África austral y la Comunidad de Desarrollo del África Austral. La apuesta por esta apertura hacia África occidental es estratégica para Rabat, teniendo en cuenta la ventaja que le llevan sus principales competidores africanos, que se han abierto sobre sus zonas inmediatas respectivas.

La voluntad de las autoridades, aun siendo real, tropieza con una inquietud geoestratégica relacionada con la ubicación de Marruecos, encrucijada de continentes. En efecto, hasta ahora Marruecos se ha opuesto a una importante exigencia de la Unión Económica y Monetaria de África occidental (UEMOA, siglas en francés): el derecho de establecimiento y el tratamiento recíproco de los ciudadanos de ambos países. De ceder a esta exigencia, el país magrebí, que cuenta con un estatuto avanzado con la Unión Europea, estaría obligado a revisar determinadas cláusulas que lo vinculan con su gran vecino del Norte. El asunto se abordó en la novena ronda de negociaciones del acuerdo comercial y de inversión entre Marruecos y la UEMOA, celebrado a mediados de noviembre de 2008. Ambas partes limitaron el compromiso a concesiones tarifarias recíprocas y al levantamiento de barreras no arancelarias. Un acuerdo de mínimos que también prevé el estímulo de las inversiones entre ambas partes.

La perennidad de las inversiones


En definitiva, la entusiasta cooperación Sur-Sur que vincula al país con sus vecinos de África occidental tropieza con límites en los conflictos de intereses legítimos mal negociados en un principio. Es el caso de Air Sénégal International, ahora a medio gas. La voluntad de la RAM de convertir Casablanca en un hub regional no tardó en chocar con la naturaleza nacional (incluso parcial) de Air Sénégal. El largo conflicto subsiguiente demuestra la dificultad para transformar las relaciones confraternales en relaciones de negocios.

Lo mismo puede decirse de Gabon Télécom, que no ha tardado en ser fuente de diversas interpretaciones. Sin duda, los errores constatados en estas inversiones de primera generación se contabilizaron oportunamente. En lo sucesivo, los contratos se redactarán con todos los dispositivos necesarios, a partir de consideraciones que tendrán más que ver con la rentabilidad que con la diplomacia.

Mientras, Marruecos se ha convertido en el segundo inversor africano en África, por detrás de Suráfrica. Y la guinda del pastel: en 10 años, ha logrado que cinco países (Seychelles, Malaui, Liberia, Cabo Verde, Sierra Leona) se decantaran a su favor, mientras otros (Zimbabue, Bostuana, Tanzania, Ghana, Nigeria) muestran cierta neutralidad. Sólo quedan ocho países por reconocer oficialmente la RASD (República Árabe Saharaui Democrática), entre ellos los pesos pesados argelino y surafricano. Para no dar su brazo a torcer, Marruecos se dispone a ampliar su dispositivo diplomático en África, constituido de momento por 25 embajadas. Está previsto que seis nuevas representaciones, una de ellas en el Chad, se inauguren de aquí a finales de 2010
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http://www.afkar-ideas.com/2010/01/la-poli...a-de-marruecos/
Bruce Beelher
Presidencia española de la Unión Europea: peticiones del Sur

Afkar/Ideas
Nº24 - Invierno 2009/2010

Hassan Abouyoub
Embajador itinerante de Marruecos


La Unión Europea debería redefinir el ámbito de su intervención, dividida entre la gestión de las políticas heredadas de Barcelona y los efectos del anuncio de una Unión por el Mediterráneo que aún no está operativa.

España acogerá la presidencia de la Unión Europea (UE) en un entorno internacional y regional complejo y lleno de incertidumbres. Al asumir esta responsabilidad en el contexto de la aplicación del tratado de Lisboa, España tendrá que afrontar muchos retos:


– La gestión de la salida de la crisis económica y social, no sólo en el plano interno sino en el plano de la UE en su conjunto. La dimensión internacional de este asunto y el imperativo de un enfoque global y de una responsabilidad compartida para su resolución, complican la tarea en un momento en que el paro entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sigue empeorando, sin que haya perspectivas creíbles de soluciones estructurales. (En 2010 la situación del mercado de trabajo será mucho más delicada en España que en 2009).

– El seguimiento de la Cumbre sobre el cambio climático en Copenhague, que no parece que vaya a hacer milagros, pero que pondrá a la UE en una posición delicada.

– El relanzamiento de las negociaciones de Doha, después de la conferencia ministerial de finales de noviembre. También aquí asumirá la UE una gran responsabilidad en el desenlace de la crisis de las negociaciones comerciales multilaterales. ¿Estará en condiciones de dar el paso, junto con las demás potencias comerciales, para que la comunidad internacional vea la luz al final del túnel de Doha y crea en la reactivación de los intercambios internacionales como solución definitiva a los daños causados por la crisis financiera de 2007 y 2008?

– Poner fin al deterioro de la situación en Oriente Próximo, obligando a Israel a congelar la construcción de nuevas colonias en los territorios palestinos, especialmente en Jerusalén Este, y a crear el clima propicio para que se reanuden las negociaciones dirigidas a poner en práctica la solución de dos Estados. Aquí se plantea la cuestión de saber si después de la entrada en vigor del tratado de Lisboa y del nombramiento de Herman Van Rompuy como presidente de la Unión y de Catherine Ashton como jefa de la “diplomacia europea”, la UE está en condiciones de ganarse la confianza de la partes beligerantes, de apartarse de su función de gestora de una paz evanescente y de sellar una auténtica asociación con Estados Unidos para un compromiso político real en el terreno de la negociación.

– Los otros focos de tensión y de inestabilidad en los que la UE está comprometida por varias razones (Irán, Afganistán, Irak) no serán un paseo para la diplomacia española.

– La inmigración, las políticas de desarrollo o la energía no son de menor importancia, habida cuenta del lugar que ocupan en el debate político interno en España y, de manera más general, en Europa.

Los países de la orilla sur del Mediterráneo valoran, en toda su plenitud, la delicada tarea de la presidencia española. La diplomacia española siempre se ha beneficiado de un prejuicio favorable, especialmente en el mundo árabe. El papel desempeñado por Miguel Ángel Moratinos como mediador en el conflicto palestino-israelí, la Conferencia de Madrid y la cumbre de Barcelona de 1995 siempre jugarán a favor de España. Por otra parte, la diplomacia española es conocida por su eficacia en el seno de los mecanismos institucionales de la UE y por su voluntarismo, coronado por innegables éxitos que no hace falta recordar a estas alturas.

Sin embargo, sus vecinos de Europa se preguntan si España será capaz de salir victoriosa de un juego en el que el proceso de negociación y decisión dentro de la UE ha evolucionado profundamente aprovechando las últimas adhesiones. Este juego se complica más con la aplicación de una arquitectura institucional que hay que establecer y hacer que funcione en el marco del tratado de Lisboa.

El Sur también se cuestiona el margen de maniobra que tiene España para desbloquear la Unión por el Mediterráneo (UpM) y garantizar el éxito de su segunda cumbre, lo que aportaría la credibilidad y la transparencia requeridas para la unión de proyectos. En este sentido, será determinante el contenido del programa de actuación que se adopte.

Si bien el Sur parece compartir las mismas sensaciones respecto al ambiente general que prevalecerá durante el primer semestre de 2010, por el contrario, las posturas acerca de las formas de aplicación de las decisiones de la Cumbre de París siguen teniendo muchos matices.

La elección de los proyectos prioritarios, el modo de estructuración del secretariado de la UpM y los intentos de forjar posturas comunes sobre las cuestiones que interesan a la UE, siguen creando dificultades para los socios del Sur. Por otra parte, tarda en concretarse la integración de los Balcanes en este proceso de negociación Norte-Sur.


Memorándum de propuestas


Ante la dificultad de traducir en una postura común y homogénea las peticiones que plantearan los países del sur a la presidencia española, he optado por hacer un ejercicio de política-ficción. Tiene la ventaja de que supera las contingencias que enturbian las relaciones Sur-Sur: a este respecto, sirve de ejemplo el último partido de fútbol Argelia-Egipto y sus repercusiones diplomáticas. Al abordar los retos reales de la región, esta ficción permite sobrepasar las distintas complejidades y coartadas que impiden funcionar al proyecto mediterráneo. El cariz utópico de algunos objetivos es deliberado.

En previsión de la segunda Cumbre de la UpM, el Consejo de Coordinación de los países ribereños del sur del Mediterráneo, que reunió a los ministros de Asuntos Exteriores en Beirut a mediados de noviembre, aprobó un memorándum destinado a la presidencia española. Elaborado a partir de un informe presentado conjuntamente por el secretariado general de la Unión del Magreb Árabe (UMA) y por el secretariado del Consejo de Coordinación con sede en Ammán, este memorándum se compone de:



1- Un apartado político y de seguridad, centrado esencialmente en el proceso de paz en Oriente Próximo. Se han presentado propuestas muy elaboradas relativas al diálogo con la OTAN, a la seguridad en el Sahel, al uso pacífico de la energía nuclear y, especialmente, a la desnuclearización del Mediterráneo. El apaciguamiento de las relaciones bilaterales con la reapertura de la frontera argelino-marroquí, la reanudación de las negociaciones entre Turquía y Chipre y entre palestinos e israelíes han permitido realizar avances considerables y elevar las esperanzas comunes hasta alturas insospechadas. Se ha hecho constar formalmente la propuesta de dedicar el primer día de la segunda Cumbre de la UpM a impulsar una Conferencia para la Paz y la Seguridad en el Mediterráneo, inspirada en parte en la anterior de Helsinki. También se ha planteado a la parte europea un compromiso con la idea de alcanzar una postura común respecto a la reforma de la ONU y el nuevo Consejo de Seguridad.


2- Un apartado social, construido en torno a un conjunto de principios y de disciplinas que deberían constituir el armazón principal de un acuerdo sobre la regulación de los flujos migratorios y la protección de los emigrantes, que se rematará al margen de la cumbre. Este documento constituye una respuesta a las propuestas presentadas en nombre de la UE por la presidencia sueca. Parece que se perfila un consenso acerca de la libertad de circulación de los protagonistas del Partenariado Euromediterráneo, y de algunas categorías de personas, como estudiantes y deportistas. La oferta presentada a la parte europea respecto al movimiento de personas en el marco del intercambio de servicios exigirá más flexibilidad que la postura actual que defiende Bruselas.


3- El apartado de la “economía del conocimiento”, formación, investigación y desarrollo, contiene propuestas extremadamente ambiciosas sobre la creación de un espacio euromediterráneo del conocimiento. Además del reconocimiento mutuo de los títulos, de la libre circulación de estudiantes e investigadores y de la interrelación de los mecanismos de evaluación de la enseñanza, se plantean propuestas concretas sobre:


– La sede y el estatus de la universidad virtual del Mediterráneo, incluida la contribución de la orilla sur a su presupuesto ordinario y a la financiación del anillo de fibra óptica de alto rendimiento que debería conectar a todos los países miembros de la UpM.

– Los programas prioritarios en lo que se refiere a la estrategia para emprender actuaciones conjuntas en el campo de la investigación: en lugar preferente figuran las energías renovables, la agricultura en el medio semiárido y la haliéutica [estudio del comportamiento de los peces pelágicos –sardina, anchoa, jurel– y su impacto en su explotación y captura].


4- El apartado económico es el que ocupa ciertamente el espacio más importante del memorándum. Basado en una mirada prospectiva hacia 2030 que evalúa en profundidad los retos socioeconómicos y de desarrollo sostenible de la región euromediterránea, este apartado aporta una mayor amplitud a las decisiones de la Cumbre de París a través de un enfoque holístico, una asociación más voluntarista del sector privado. La creación de empleo, la lucha contra el calentamiento climático, los Objetivos del Milenio, las infraestructuras logísticas para la interconexión de redes, el OpenSky, la seguridad alimentaria y la energía renovable son las prioridades estratégicas sugeridas para que se añadan a los megaproyectos aprobados en julio de 2008. Estas prioridades se combinan con medidas de acompañamiento que refuerzan el Estado de Derecho en el mundo de los negocios, la protección de las inversiones y la simplificación de los trámites. El apartado comercial conlleva el compromiso de ultimar la puesta en marcha de la zona de libre comercio el 1 de enero de 2012. Las negociaciones para completar el apartado agrícola y el de los servicios de los Acuerdos de Libre Comercio se iniciarán con vistas a su finalización en 2013. De manera más concreta, el memorándum propone:

– La creación del Banco Euromediterráneo para el Comercio y el Desarrollo. Los países del Sur participarán de forma paritaria en su capital. La apertura a la participación de otros socios (Estados del Golfo, Estados Unidos…) debe estar prevista desde el principio. Además de su misión tradicional de banco de desarrollo, el Consejo de Administración, que estará compuesto por los ministros de Economía y Hacienda de los miembros de la UpM, tendrá una función parecida a la del Ecofin, y armonizará las políticas macroeconómicas, coordinará las políticas monetarias y supervisará la aplicación de las normas y disciplinas comunes. Se prestará una atención especial a las medidas para reforzar la competitividad en la región euromed.

– La creación de una agencia de protección y garantía de la inversión, con un papel de mediador en la solución de los desacuerdos comerciales.

– La organización de un foro anual de inversores de la zona euromed. El primero, que se organizará en 2010, se dedicará al proyecto solar mediterráneo. En esta ocasión, la UpM presentará los componentes de este proyecto, la financiación movilizada o que se puede movilizar y las medidas de estímulo.

5- En el plano institucional, el memorándum es especialmente audaz. En efecto, propone medidas originales e incluso iconoclastas:

– Organización de un debate sobre las propuestas que se presentarán en la próxima cumbre, en los Parlamentos nacionales de cada uno de los Estados miembro de la UpM y, el mismo día, en el Parlamento Europeo. Se sugiere la fecha del 1 de junio de 2010.

– Revisión de las decisiones de la reunión de ministros de Asuntos Exteriores en Marsella relativas al secretariado de la UpM, en el sentido de reducir el número de secretarios generales adjuntos a uno solo, procedente de la orilla norte. De este modo, el secretariado tendrá una vocación técnica más que política, lo que garantizará la eficacia y la celeridad. Los concursos técnicos sectoriales se adjudicarán basándose en la convocatoria de candidaturas según criterios de competencia profesional, con independencia de la nacionalidad. El secretario general someterá un esquema de organización y un organigrama a la aprobación de los Estados miembros. Tendrá en cuenta las prioridades del Plan de Acción y obedecerá a estrictos objetivos de limitación de los costes de funcionamiento del secretariado.

– Creación de un comité ad hoc que represente paritariamente a los miembros de las dos orillas para la fusión de los mecanismos de negociación, de los instrumentos de financiación de la UpM y del Proceso de Barcelona y las políticas de vecindad. Esta fusión no es una yuxtaposición de los órganos que ya existen sino la construcción de una nueva arquitectura institucional que debe anticipar lo que será, a la larga, el Espacio Económico Euromediterráneo. Los mecanismos bilaterales y multilaterales se concebirán para evitar las redundancias, simplificar el funcionamiento de la UpM, organizar su control parlamentario y aumentar la transparencia de la Unión ante la opinión pública.

– Creación de un Tribunal de Justicia euromed, para resolver los desacuerdos entre Estados en cualquier materia concerniente a la aplicación de los objetivos de la UpM. Este tribunal podría tener competencia para los asuntos de derechos humanos y los desacuerdos de naturaleza económica entre los Estados y las empresas.

Por medio de este memorándum, los países de la orilla sur llevarán a cabo un gran gesto político que despertará el interés de la UE. Ésta deberá posicionarse en relación con las audaces propuestas que se ponen sobre la mesa. Es necesario que la UE ponga orden, aclarando los compromisos de cada Estado miembro con relación al Mediterráneo y redefiniendo el ámbito de intervención de la Comisión Europea, dividida entre la gestión de instrumentos, políticas y programas heredados de Barcelona y los efectos del anuncio de una UpM sin consistencia orgánica, presupuestaria o, simplemente, operativa.



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Pepin
Entrevista con Ismail Serageldin, director de la Biblioteca de Alejandría


afkar/ideas
Nº24 - Invierno 2009/2010


Ismail Serageldin (1944, Giza) es director de la Biblioteca de Alejandría, inaugurada el 23 de abril de 2002 con la voluntad de recuperar –según sus propias palabras– el espíritu de conocimiento y saber de la antigua biblioteca, destruida en el siglo IV d.C.

Licenciado en Ingeniería por la Universidad de El Cairo y doctorado en la Universidad de Harvard, Serageldin desarrolló a partir de 1972 una intensa trayectoria profesional en el Banco Mundial (BM) a lo largo de casi 30 años. Tras ejercer como economista especializado en temas de educación y recursos humanos, dirigió programas y equipos destinados al desarrollo de África. Fue vicepresidente del BM para el desarrollo social y medioambiental durante ocho años. El componente estratégico de los recursos hídricos, especialmente en Oriente Próximo, fue una de las cuestiones que abordó en esa época –en la que la escasez de agua llegó a considerarse como probable motivo de conflictos bélicos en el siglo XXI– y en la que profundizó mediante la fundación de Global Water Partnership (1996-2000) y la presidencia de la Comisión Mundial sobre Agua en el siglo XXI (1998 y 2000).

En la actualidad, Serageldin forma parte de consejos asesores de numerosas instituciones académicas y científicas, y continúa desarrollando en libros y otras publicaciones sus conocimientos sobre biotecnología, sostenibilidad medioambiental, desarrollo rural o el valor de la ciencia para la sociedad, aspectos sobre los que es invitado a hablar en numerosas capitales mundiales. Comprometido con el mejor entendimiento entre Occidente y el mundo árabo-musulmán, Serageldin es también miembro del Grupo de Alto Nivel de la Alianza de Civilizaciones.


afkar/ideas: Si consideramos el papel que desempeñó en la antigüedad la Biblioteca de Alejandría, usted como director de la actual, podría ser considerado como un nuevo guardián de la cultura, la ciencia y la civilización humana, asuntos sobre cuya importancia ha reflexionado extensivamente. ¿Hasta qué punto los considera cruciales en la sociedad de hoy?


ismail serageldin: Vivimos en la era de la ciencia. La ciencia impregna el panorama cultural de nuestras sociedades y nuestra visión del mundo, y ha contribuido a enormes logros en el bienestar humano. Gracias a ella tenemos al alcance de la mano un mundo que nunca había sido tan prometedor… o tan peligroso. Nuestro mundo está experimentando una transformación tan profunda que sus contornos sólo pueden ser vagamente percibidos, sus fuerzas motrices apenas entendidas y sus consecuencias son todavía difíciles de imaginar.

De hecho, provoca tanto miedo como alienta la imaginación. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs) han revolucionado el sentido mismo del tiempo y espacio y cabe preguntarse hasta qué punto serán fuerzas de la homogeneización o de la diversidad, o si serán usadas para abundar en las diferencias o proporcionarán a los débiles nuevas oportunidades.

Tenga en cuenta la paradoja de nuestro tiempo. Vivimos en un mundo de abundancia, de deslumbrantes avances científicos y tecnológicos. El siglo XX vivió el fin del colonialismo y la llegada de la emancipación de las mujeres, se superaron barreras raciales, étnicas y religiosas y se reconocieron los derechos políticos y civiles. En los últimos 40 años, las mejoras socioeconómicas son ostensibles. En los países en desarrollo se ha duplicado la matrícula escolar, mientras se rebajaba a la mitad la mortalidad infantil y el analfabetismo de adultos. Y, sin embargo, nuestros tiempos están marcados por el conflicto, la violencia, la incertidumbre económica y la pobreza. La sensación de inseguridad se extiende incluso a las sociedades más opulentas, lo que lleva a las naciones a mirar hacia adentro y a dar la espalda a los más pobres. A pesar de los avances, aún queda mucho por hacer y nos enfrentamos a retos tan exigentes como la globalización, la contaminación ambiental, la pobreza y el hambre. Debemos concentrar nuestros esfuerzos y nuestra solidaridad en un programa de desarrollo global.


a/i: Usted considera la libertad de expresión como el derecho más importante para avanzar en el progreso y en la búsqueda de la verdad. Desafortunadamente, es un derecho que no goza de mucha popularidad y está amenazado en muchos países. ¿Cómo se puede luchar para preservar la libertad de expresión y el derecho a la información?


i.s.: Efectivamente, estoy muy comprometido con la libertad de expresión, incluso cuando es difícil, tal vez sobre todo cuando es difícil. Al igual que Jefferson, tengo “jurado ante el altar de Dios eterna hostilidad contra toda forma de tiranía sobre la mente del hombre”. Sin libertad de expresión no hay búsqueda de la verdad posible, ningún descubrimiento es útil y no es posible avanzar.

La libertad de expresión es la raíz de la innovación, del cambio y del progreso. Para ello debe protegerse la libertad de enunciar manifestaciones o declaraciones que pueden resultar ofensivas o impropias ahora y que, en cambio, se revelen al cabo del tiempo como certeras. No todas conducirán al progreso, pero no podemos decidir qué idea inusual, qué pensamiento aparentemente sedicioso será una verdad aceptada mañana. Hoy damos por sentado, por ejemplo, el rechazo al derecho divino, la igualdad de género, los derechos a la libertad de religión o que la legitimidad de los gobiernos emana del pueblo. Derechos que en el pasado fueron condenables o inimaginables.

Como hoy día no sabemos cuál es el próximo gran paso en el progreso de la civilización, debemos abrir nuestros oídos, nuestras mentes y nuestros corazones a lo nuevo, lo inusual y lo contrario. Promover el pluralismo, no el dogma, para cuestionar y debatir sobre cuáles son las nuevas ideas y las nuevas voces. Y no podemos hacerlo si nos cerramos a las ideas contrarias, o simplemente suprimimos las opiniones de aquellos que retan lo aceptado y lo conocido.

No es una postura nueva. El médico árabe del siglo XIII, Ibn Al Nafis, en medio del oscurantismo y el fanatismo de ese pasado lejano, aceptaba escuchar cualquier idea contraria y sólo la rechazaba si no superaba la prueba de la racionalidad y la evidencia:

“Al escuchar algo inusual, no lo rechacemos de forma preventiva, porque eso sería una locura. De hecho, las cosas horribles pueden ser verdaderas, y las cosas cotidianas y elogiosas pueden resultar falsas. La verdad es la verdad en sí misma, no porque [mucha] gente diga que lo es”.

Sin embargo, debemos establecer límites a nuestras libertades cuando tengan un impacto negativo sobre los derechos de los demás. La Declaración Universal de los Derechos Humanos reconoce algunos de estos aspectos en los límites impuestos para, por ejemplo, evitar el incitamiento a la discriminación, el atentado al honor o la reputación, o preservar el orden público y el bienestar de las sociedades democráticas.

Pero, legislar contra la libertad de expresión es siempre peligroso. Peor aún, en algunos países y contextos, los juicios se han utilizado para hostigar a los que tienen opiniones disidentes o contrarias. Las sociedades deben escuchar las voces discrepantes, la opinión contraria, las nuevas ideas, los nuevos hallazgos en la investigación. La censura trata de negar el acceso al público a estas voces disidentes, a estas nuevas ideas. Y en este punto cabe recordar que la democracia tiene tanto que ver con la protección de los derechos de la minoría, como con obtener el consentimiento de la mayoría para tomar nuevos rumbos. Si la censura acalla la voz disidente o innovadora, la posibilidad de escuchar nuevas ideas y promoverlas se niega a grandes segmentos de la sociedad.

En la Biblioteca de Alejandría intentamos estar a la altura de Voltaire: “Puedo estar en desacuerdo con sus opiniones, pero arriesgaría mi vida por defender su derecho a expresarlas”. Personalmente, creo que no debería haber ningún límite a la libertad de expresión, salvo la difamación.
Con libertad de expresión podemos forjar un futuro que se expresa mejor con las palabras inmortales de Tagore en su Gitanjali: podemos crear un futuro en el que la mente carezca de miedo y la cabeza se mantenga alta, donde el conocimiento sea libre.


a/i: El acceso al conocimiento y a la educación que permiten las nuevas tecnologías de la información es para usted la mejor baza para el futuro.


i.s.: Vivimos en la era de Internet. Pero eso no significa que la palabra será abolida o que el libro vaya a desaparecer. Más bien, nuestros hijos tendrán muchas más opciones para elegir y un entorno cultural infinitamente más rico para vivir, aunque todavía pervivan al lado de las nuevas tecnologías un número nunca visto de periódicos, revistas y libros.

Pero en cualquier caso, la explosión de la tecnología nos lleva a una tercera revolución global que ya estamos viviendo. Creo que la era de la información tendrá efectos transformadores de la escala que tuvieron la revolución agrícola y la industrial. La revolución de la información y la comunicación también traerá consigo cambios cualitativos reales.

Además, las TIC nos hacen vislumbrar un futuro de conectividad masiva. Ya hay miles de millones de teléfonos móviles en el mundo. Se puede acceder a Internet, con su gran impacto positivo, y con una capacidad de almacenamiento enorme, fácil y económica.

Ante ese trascendental cambio corremos el riesgo de convertirnos en naciones de diletantes, con poca capacidad de concentración y conocimientos superficiales. La educación podría ser confundida con el entretenimiento en la búsqueda cada vez más intensa por parte de los medios de captar la atención voluble de los jóvenes. En ese escenario, las bibliotecas y museos del mundo son abandonados. Pero yo creo en otro escenario, donde los enormes recursos de la revolución de las TIC se movilizan para poner a disposición de las generaciones futuras un acceso más fácil a la sabiduría acumulada por la humanidad. Unos recursos que podrán ser puestos a su disposición por bibliotecas, museos y otras instituciones de patrimonio y conocimiento cultural.

Y estas nuevas tecnologías tienen el potencial de capacitar a las poblaciones de países del Sur con modelos de desarrollo que aprovechen las experiencias de países desarrollados. La conexión entre todas las escuelas es deseable y factible ya que revolucionaría las posibilidades de enseñanza para profesores y estudiantes. Aplicadas con rigor, las nuevas tecnologías pueden reforzar a comunidades deprimidas social y económicamente y empoderar a poblaciones pobres. Aunque todo ello conllevará una lucha por popularizar los costes de las nuevas tecnologías.


a/i: La juventud en el mundo árabe y en Egipto, representa el 50% de la población. Usted acostumbra a decir que no es sólo la mitad de la población actual, sino su futuro y siempre se ha mostrado confiado en su capacidad y habilidad para cambiar las cosas. ¿Cuáles son los motivos de su optimismo?


i.s.: Los logros y los éxitos de la Biblioteca de Alejandría son mi principal motivo. La edad media del personal de la Biblioteca es de 32 años. Según las estadísticas registradas hasta el 31 de agosto de 2008, sólo 60 personas de los 1.936 empleados de la Biblioteca tienen una edad superior o igual a 56 años. Creo que este dato justifica mi fe en la juventud.


a/i: Las esperanzas de un mejor diálogo entre Occidente y el mundo árabe que Obama dio hace un año tras ser elegido presidente de Estados Unidos, parecen haberse moderado. ¿Cómo cree que podría entablarse un mejor entendimiento y diálogo?


i.s.: Nunca ha habido un momento en el que la polarización de los sentimientos sea tan aguda y la apuesta por la promoción del entendimiento y el respeto mutuo tan grande.

Los medios de comunicación amplifican las declaraciones y opiniones simplificadoras, y las voces de la razón se ahogan en la cacofonía de imágenes y mensajes que predican el odio y la destrucción. Los términos “Occidente” e “Islam” carecen de precisión y son utilizados en los medios abusivamente y mal. Para la mayoría de los musulmanes, si algo es calificado como islámico se refiere a la fe, mientras si algo es considerado musulmán nos referimos a las actividades de personas musulmanas.

Por tanto, quizá sea mejor hablar de los mundos occidental y musulmán, el mundo de los pueblos que se identifican como “occidental” o “musulmán” en términos de sus identidades culturales, si bien estaremos generalizando y ocultando la enorme diversidad que existe en cada uno de ellos.

Como se señaló en el informe emitido por el Grupo de Alto Nivel (GAN) de la Alianza de Civilizaciones, en noviembre de 2006, la confrontación principal entre los mundos musulmán y occidental es de carácter político, no religioso o ideológico. Si nos fijamos en el conflicto por excelencia, el conflicto palestino-israelí, los palestinos son cristianos y musulmanes. Además, en el fondo del problema encontramos cuestiones relacionadas con los refugiados, la autodeterminación, la ocupación, los derechos humanos, la tierra y la seguridad. Todos asuntos políticos, que quedan ensombrecidos si se muestra el conflicto en términos de visiones ideológicas del mundo o de enfrentamientos religiosos. De hecho, el GAN fue más allá, subrayando que los únicos beneficiarios de explicar el conflicto en ese sentido son Al Qaeda y grupos similares que quieren promover un “choque de civilizaciones”.

Dicho esto, debemos superar malentendidos graves en la percepción sobre el Islam y los musulmanes que se han promovido y perpetuado a través de los medios de comunicación occidentales. Por ejemplo, debe refutarse la creencia popular de una extensión violenta del Islam a partir del siglo VII y explicar que algunas fases se desarrollaron en términos pacíficos gracias al poder del ejemplo. Desde la conversión en toda Arabia al Islam a las conquistas por parte del Califato de nuevos territorios donde los no musulmanes no estaban obligados a convertirse, ni a servir en los ejércitos musulmanes.

Otra de las palabras de las que se ha abusado es yihad. No significa guerra santa. Su verdadero significado es la lucha con uno mismo en contra de nuestros instintos animales, en contra de nuestro temperamento, en contra de nuestro sentido de orgullo, en contra de nuestra ira. Las reglas del yihad son claras: la religión de una persona de ninguna manera constituye un motivo de guerra contra él y la agresión está prohibida. De hecho, el uso de la fuerza sólo está justificado en defensa propia, para la protección de la soberanía y en defensa de todas las personas inocentes. Los no combatientes no son blancos legítimos.

Pero retomemos la historia. Desde sus inicios hasta su apogeo en la Edad Media, las sociedades de los pueblos musulmanes crearon culturas abiertas y tolerantes, especialmente si las juzgamos bajo los estándares vigentes en la época. Hoy carecemos desesperadamente de la capacidad entre académicos e intelectuales musulmanes de reinterpretar esa tradición para aplicarla al mundo actual y para reivindicar la misma tolerancia, aceptación de la diversidad y apertura al otro de la que una vez hicieron gala


http://www.afkar-ideas.com/2010/01/entrevi...-de-alejandria/
Bruce Beelher
¿Por qué Haití es tan pobre?


LUIS PRADOS

EL PAÍS
Internacional
20-01-2010



Las catástrofes naturales, tan frecuentes este principio de siglo -tsunami en el Índico en 2004, Cachemira en 2005, Sichuán en 2008, el reciente de Sumatra y ahora Haití-, ocurridas en países pobres o en vías de desarrollo suelen llevar a que la explicación física del desastre sirva también para justificar las causas de la pobreza de la zona afectada. El castigo de Dios se desataría sobre los más débiles, habitantes de tierras de naturaleza imposible.

Haití, en concreto, tiene algunas desventajas físicas respecto de su vecino, la República Dominicana -menos lluvias, suelo más pobre, los ríos de las montañas dominicanas fluyen en su mayoría hacia el este...-. Sin embargo, los dos países, como escribe Jared Diamond en su extraordinario libro Colapso. Cómo las sociedades eligen fracasar o sobrevivir, son el perfecto antídoto para el determinismo geográfico, el mejor ejemplo de cómo son las sociedades las que deciden el destino de un país.

Hagamos un poco de historia. Cuando Colón llega a La Española en 1492 se calcula que habitaban la isla medio millón de nativos, los taínos. Para su desgracia, tenían oro. En 1519 quedaban tan sólo unos 11.000. España tuvo que importar mano de obra esclava, pero pronto encontró lugares en el continente americano de mayor interés.

La negligencia española llevó a la ocupación francesa del tercio occidental de la isla para finales del siglo XVII. El cultivo intensivo de la caña de azúcar, acompañado de una salvaje deforestación y de pérdida de fertilidad del suelo, convirtió a Haití en la colonia más productiva de Francia en 1785. Para entonces, su población esclava ascendía a 700.000 personas, el 85% del total, frente a los 30.000 de la parte de la isla que seguía siendo española.

La rebelión de los esclavos haitianos y la Constitución de la primera república negra en enero de 1804 horrorizó al Occidente blanco. Las nuevas autoridades haitianas legislaron para que nunca se repitiera la tragedia de la esclavitud: no habría más plantaciones, sino pequeñas parcelas de tierra para la subsistencia de cada familia, y se prohibió el establecimiento y las inversiones de los extranjeros.

Al autoaislamiento se unió la exclusión. Haití era la encarnación de la peor pesadilla del colonialismo blanco. Como dice Ian Thomson, autor de Bonjour Blanc, a Journey Through Haiti, "se pensaba que los haitianos eran incapaces de gobernarse a sí mismos porque eran negros. Luego había que probar que eran ingobernables". EE UU, por ejemplo, sólo reconoció la independencia de Haití en 1862, en plena guerra civil. Pese a todo, la pequeña república era aún mucho más rica que su vecina, a la que invadió en varias ocasiones en el siglo XIX. Sin embargo, la República Dominicana contaba con algunas ventajas: no estaba superpoblada, sus habitantes hablaban español y no creole y eran de origen europeo, recibían bien a los hombres de negocios extranjeros y desarrollaron una economía de exportación.

Los países sufrieron inestabilidad política y administraciones atroces -en Haití, de 22 presidentes entre 1843 y 1915, 21 fueron asesinados o expulsados del poder; en la República Dominicana, entre 1844 y 1930 hubo 50 cambios de presidente- y la ocupación durante varias décadas por EE UU. Y después, el despotismo del clan Duvalier y el clan Trujillo. Dos dictaduras cleptómanas cuyas secuelas aún se pueden sentir. No hay maldición geográfica. La suerte de Haití se decidió mucho antes del terremoto de hace una semana
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http://www.elpais.com/articulo/internacion...elpepiint_6/Tes
Maripili
Historias de África: un continente literario a descubrir


Foro Abierto de Novela Negra
Enero 19, 2010
de jalonso




Nota escrita por Gustau Nerín y publicada por Qué Leer.

A finales de septiembre se celebró en Canarias el I Salón Internacional del Libro Africano (SILA), certamen que una vez más ha puesto de manifiesto el desajuste que existe entre el interés de las propuestas que surgen del llamado continente negro y su escasa repercusión en nuestro país, donde parecen reservadas a un grupo de incondicionales a menos que haya un Premio Nobel de por medio.

En 1986, Wole Soyinka ganó el Premio Nobel. Aunque en ese momento casi nadie conocía al escritor nigeriano en España, una editorial madrileña se apresuró a publicar algunas de sus obras, en una colección de cuidada y preciosa edición. Las compré al cabo de un par de años, por cuatro duros, en una librería de ocasión, donde las enormes pilas de sus libros eran ignoradas incluso por los compradores más excéntricos.

La literatura de África Negra, en el estado español, siempre ha tenido mejor acogida por parte del mercado editorial que por parte del público. Traducida al español y, en ocasiones, al catalán y al euskera, sólo en casos excepcionales ha conseguido unas ventas respetables: por lo general, estos genios de la literatura han sido ninguneados.

La mayoría de los lectores españoles sigue sintiendo una clara prevención hacia los autores africanos, a pesar de que los recomienden las ONG, los maestros progresistas y las páginas de cultura de los periódicos (o precisamente por eso). Esta prevención suele surgir del desconocimiento más absoluto: la mayoría de quienes no leen literatura de África Negra jamás lo han intentado.

Generalmente, los lectores asocian la literatura africana a descripciones de la idílica vida de las tribus más perdidas o a machaconas denuncias de los corruptos gobiernos locales. Por lo general, sólo leen esta literatura quienes sienten interés por las sociedades africanas: antropólogos, voluntarios de ONG, trabajadores sociales, especialistas en literaturas comparadas… El lector medio, en cambio, no está interesado por lo que pasa en África y, en consecuencia, tampoco por lo que allí se produce literariamente.

Pero, ¿es necesario estar interesado en el continente africano para disfrutar de su literatura? Para gozar con Tólstoi, ¿es imprescindible sentirse fascinado por la Rusia decimonónica? Es más, al lector de El hobbit, ¿le debe importar la historia de Gran Bretaña o puede disfrutar, simplemente, de la narrativa de Tolkien?


A cada cual, su género

La literatura africana es muy reciente; más allá de unas pocas excepciones, los escritores de África Negra empezaron a escribir a partir de la Segunda Guerra Mundial. Y, en apenas 65 años, han conseguido consolidar su posición e, incluso, llevarse tres premios Nobel: los de Nadine Gordimer, Wole Soyinka y J.M. Coetzee.

Las literaturas africanas tienen una relación directa de filiación con las europeas, ya que en la mayor parte de casos fue la colonización la que dio paso a la escritura y, muy especialmente, a la escritura en lenguas europeas. Los autores africanos de hoy no se inspiran sólo en la literatura oral de sus respectivas etnias; pertenecen a una aldea global y toman referentes literarios de cualquier parte del mundo para sus propias creaciones.

Así, J.M. Coetzee explora la psique de Dostoievski, uno de los escritores emblemáticos de un país muy alejado del suyo, en El maestro de Petersburgo. Y Achmat Dangor, otra de las grandes revelaciones de la literatura sudafricana, revive las experiencias del autor de El proceso en la excelente La maldición de Kafka. Pero, incluso cuando Dangor se remite a su entorno más inmediato, no se limita a explorar su propia realidad, sino que trata de dar una dimensión universal a sus novelas. Fruta amarga no es sólo una exploración sobre el proceso de eliminación del apartheid en Sudáfrica; nos obliga también a una dolorosa reflexión sobre otros casos en que se ha alterado la relación entre víctimas y verdugos: el fin de las dictaduras latinoamericanas, la caída del nazismo o, en nuestro entorno más inmediato, la transición española.

No faltan los autores africanos que exploran los géneros más populares en Europa. Los sudafricanos James McLure y Deon Meyer, el maliense Mousa Konaté o el senegalés Abasse Ndione con Ramata escriben novela policíaca ubicándola en su propio entorno. Y Calixthe Beyala se adelanta a las otras escritoras africanas y escribe una atrevida novela erótica (Mujer desnuda, mujer negra).

Tampoco faltan los autores provocadores, que rompen tabúes y se atreven a describir los personajes más abyectos en los entornos más degradados. Biyi Bandele Thomas, el enfant terrible de las letras nigerianas, no duda en sumergir al lector en perversos paisajes de drogas, alcohol, sexo y violencia; El enterrador compasivo puede competir con las novelas más transgresoras de Occidente. Y el congoleño Alain Mabanckou explica en primera persona las experiencias de un vagabundo borracho en su Vaso roto y relata las experiencias de un aprendiz de psicópata en African psycho.



Novedad

La novedad africana


No obstante, muchos autores africanos no se limitan a hacer lo mismo que sus colegas europeos y americanos. Algunos han sabido aprovechar ciertos elementos de su entorno para enriquecer tremendamente su literatura y ofrecer textos de una gran originalidad. Los africanos se apropiaron de las lenguas de los colonizadores de sus países y las enriquecieron con la creación de nuevos giros y nuevas formas; hoy en día, la literatura en inglés, en francés, en portugués o en español se ha trasformado y revitalizado gracias a las ex colonias. El malogrado Ken Saro Wiwa, en su excepcional Sozaboy, creó un maravilloso texto literario a partir del lenguaje de los suburbios nigerianos (esta obra todavía no ha llegado al español, quizá porque es casi intraducible…). Williams Sassine, en El céroe no es un cualquiera, parte de la literatura oral africana para crear un texto literario clave a partir de la transgresión de buena parte de las normas de la lengua francesa.

El realismo fantástico latinoamericano, en Europa, supuso un gran descubrimiento. Pero en África las relaciones entre realidad y ficción son extremadamente complejas y superan lo imaginable. Hace ya algunas décadas, Amos Tutuola sorprendió al mundo explicando en El bebedor de vino de palma una narración de brujas y hechiceros que no era sino la recreación de las historias que en Nigeria se cuentan cada día como reales. Más recientemente, el también nigeriano Ben Okri aprovechó las tradiciones de su etnia para crear uno de sus personajes estrella, Azaro (La carretera hambrienta). Azaro, por nacimiento, tendría la facultad de ver fantasmas y su vida constituiría un constante transitar entre el mundo real y el mundo de ultratumba (no menos real para él y para muchos de sus compatriotas). No es extraño que Okri, en sus últimas novelas (Riquezas infinitas y El mago y las estrellas), haya evolucionado hacia la literatura fantástica.

La historia del continente africano da para argumentos geniales. Muchas obras ubican sus tramas en momentos clave del continente. El ugandés Moses Isegawa, en sus Crónicas abisinias, sitúa una saga familiar en el momento de la independencia de su país y en la trágica dictadura de Idi Amín Dadá. Hay quien todavía va más lejos: el angoleño Pepetela novela sus experiencias como guerrillero, en la lucha de liberación nacional contra los portugueses, en Mayombe (una obra compleja, exenta de cualquier veleidad propagandística). Otros autores, como el poeta Léopold Sédar Senghor (Cantos de sombra), han preferido inspirarse en el África precolonial.

Las duras vivencias políticas también dan pie a creaciones literarias excepcionales. Al igual que en América Latina, la “novela de dictador” ha tomado un gran impulso porque las tiranías han sido excepcionalmente duras, superando en esperpento a las del resto del mundo. En este ámbito, el maestro de la novela política era el congoleño Sony Labou Tansi. En su El ante-pueblo relataba las desventuras de un profesor cuyo único crimen era tratar de ser íntegro en el país de los corruptos. Pero Labou Tansi evitaba todo dramatismo mediante un agudo sentido de la ironía, que le llevaba a burlarse de lo que los dictadores consideran lo más sagrado. Su compatriota Henri Lopes, sin tanta dureza, también ironizó sobre los sátrapas africanos en Reír y llorar
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Mujer

Mujer africana, allí y aquí



En los últimos años, en el ámbito universitario ha recibido una gran atención la literatura africana femenina (aunque ni los lectores ni las lectoras se han volcado masivamente en ella). La mayoría de las autoras exploran la situación de la mujer en sus respectivos países y sus novelas abordan la vida familiar con absoluto realismo; es el caso, por ejemplo, de la mozambiqueña Paulina Chiziane y su Niketche. Una historia de poligamia. Otras escritoras también exploran la vida de las inmigrantes africanas en Europa. La ghanesa Amma Darko, en su Más allá del horizonte, aborda, sin concesiones y sin ningún paternalismo, la experiencia de las africanas que acaban abocadas a la prostitución en el norte.

Paradójicamente, la publicación en español de Bessie Head, una de las mejores escritoras africanas, pasó absolutamente desapercibida. Head, hija ilegítima de una chica burguesa sudafricana blanca y de un negro, tuvo una vida trágica: adoptada por una familia mestiza, no encontraba su lugar en la Sudáfrica del apartheid y tuvo que emigrar a Botswana. Se instaló en un pequeño pueblo, en un entorno casi desértico, y se estableció allí durante años, trabajando como maestra y escribiendo en sus ratos libres en una minúscula casa sin electricidad ni agua corriente. A pesar de vivir en la más absoluta pobreza, la torturada Head escribió obras llenas de amargura pero a la vez de esperanza: Nubes de tormenta, La coleccionista de tesoros, Serowe…



¿Exotismo?

¿Exotismo o calidad?




La crítica europea ha hecho un flaco favor a la literatura del continente vecino. Los medios generalmente encargan las críticas de autores africanos a especialistas cargados de buena voluntad, que tratan todos los libros africanos con idéntica benevolencia, llegando a dedicar encendidos elogios a algunas lecturas ñoñas y soporíferas. Y los maestros bienintencionados se han hartado de llevar escritores mediocres a sus aulas como representantes de la mejor creatividad africana, desanimando a futuros lectores. El paternalismo ha sobrepasado al sentido crítico en demasiadas ocasiones. Y los mismos intelectuales africanos han perdido grandes cantidades de energía dedicándose a debatir qué es la auténtica literatura africana. No se lo han puesto fácil al lector del Estado español. Pero, aunque éste no lo haya descubierto todavía, en África hay algunos autores excelentes. Y muchos mediocres, como en cualquier parte del mundo.



Narrativa lusófona

La exquisita narrativa lusófona



Algunos africanos han conseguido ser incluidos en la lista de los mejores literatos en lengua portuguesa. De Angola y Mozambique, dos países donde una larga guerra de independencia fue seguida por un interminable conflicto civil, y del diminuto archipiélago de Cabo Verde ha surgido una literatura rica y de gran calidad. Quizá el más destacado de estos escritores es Mia Couto (El otro pie de la sirena y Tierra sonámbula), un gran contador de historias cuyo mayor mérito radica en su capacidad de revolucionar la lengua portuguesa creando continuamente nuevas palabras. Pero, además, este autor mozambiqueño es capaz de hacer encajar las más desgarradoras historias reales con episodios oníricos, dando una nueva dimensión al realismo fantástico. Junto a él destaca el angoleño José Eduardo Agualusa (Estación de lluvias), un novelista que se ha esforzado en poner de relieve la naturaleza criolla de su país y de su continente, dando una dimensión auténticamente universal a su literatura, en la que se entrecruzan personajes y anécdotas de todas partes del mundo. Y también cabe destacar al caboverdiano Germano Almeida, capaz de combinar la ironía con el intimismo en novelas como La isla fantástica o El testamento del Señor Napumoceno da Silva Araujo.



Sudáfrica

Sudáfrica, una mina



Cuando J.M Coetzee recibió el Nobel en 2003, algunos pensaron que se trataba de un galardón más “de cuota”. Hasta que leyeron su excelente prosa. Coetzee era el colofón de una larga y sólida trayectoria, ya que la literatura de Sudáfrica es la de mayor tradición del continente. Hace más de cincuenta años, Alan Paton ya deslumbraba con una dura denuncia del racismo y la discriminación, Llanto por la tierra amada. En 1991, con el Nobel, el mundo descubrió a Nadine Gordimer y su La gente de July. Pero la cuota de autores sudafricanos es mucho más larga y abarca múltiples corrientes y estilos: desde las novelas policíacas de James McLure (El leopardo de la noche) a la denuncia social de Richard Rive (Buckingham Palace: Distrito Sexto). Entre las más recientes revelaciones, el mestizo Achmat Dangor, que en novelas como Fruta amarga o La trilogía de Z Town reconstruye la trágica historia de su país.



En español

Desde África, en español



Guinea Ecuatorial es un país que no ha tenido demasiada suerte. El colonialismo español sólo empezó a prestar verdadera atención a la educación en los últimos años de la colonia. Cuando España le otorgó la independencia, en 1968, la literatura de este país todavía andaba en pañales. La dictadura de Macías Nguema (1968-1979) terminó de aplastarla, ya que muchos intelectuales fueron ejecutados o tuvieron que emigrar. Hasta 1987 no volverían a reactivarse las letras guineanas con la publicación de Las tinieblas de tu memoria negra de Donato Ndongo, una excelente novela en la que se analizaban las relaciones entre franquismo y tradición en la colonia española. Y han ido apareciendo nuevas firmas. Cabe destacar al polifacético Francisco Zamora, con su excelente poemario Memoria de laberintos, y, entre los más jóvenes, una pluma atrevida que destaca por sus relatos cortos y por sus ensayos, Juan Tomás Ávila Laurel (Rusia se va a Asamsé y Arde el monte de noche).



http://foroabiertodenovelanegra.wordpress....io-a-descubrir/
Katharina Von Strauger
La segunda mitad de la era del petróleo

La producción mundial debería aumentar mucho para satisfacer la demanda de las economías emergentes. Pero la extracción tiene crecientes problemas técnicos y geopolíticos. Se acerca el fin, la hora del relevo

MARIANO MARZO

EL PAÍS
Opinión
21-01-2010



Durante los primeros 11 meses del año pasado, y en una coyuntura de profunda crisis económica, la producción mundial de petróleo promedió 84,9 millones de barriles diarios (Mbd), lo que equivale a más de 156.000 litros por segundo. Un flujo difícil de imaginar y que, sin embargo, debería incrementarse en las dos próximas décadas en más de 20 Mbd para satisfacer las previsiones de demanda creciente de las grandes demografías emergentes. Y eso sin contar con que la producción de los campos actualmente en explotación en el mundo está cayendo a un ritmo cercano al 6,7% anual. Lo cual significa que para satisfacer el crecimiento de la demanda y compensar este declive, la industria petrolera tendrá en realidad que desarrollar de aquí a 2030 una nueva capacidad productiva cercana a los 64 Mbd. Un volumen que equivale a más de seis veces la producción actual de Arabia Saudí.

¿Podrá la industria del petróleo hacer frente a este desafío? No parece fácil ya que algunas petroleras dudan de que pueda superarse de forma sostenida el listón de los 100 Mbd y el promedio de las previsiones efectuadas por 12 de ellas pone en evidencia la existencia de un ajustado balance entre oferta y demanda en las dos próximas décadas. Y, sin embargo, la respuesta a esta pregunta tiene gran trascendencia por la estrecha relación que existe entre crecimiento económico y aumento del consumo de petróleo. Desde 1980, por cada incremento del 1% del PIB mundial, la demanda de petróleo ha aumentado un 0,3%, de modo que la posible existencia de futuras limitaciones en el suministro podría cuestionar la vigencia del actual paradigma socioeconómico, basado en el crecimiento exponencial continuado.

Las cifras publicadas hasta la fecha sobre la disponibilidad de recursos y reservas de petróleo son muy dispares y no existe consenso al respecto. Pero lo fundamental no es determinar los recursos y reservas con precisión, sino saber si su transformación en flujos productivos se realizará a la velocidad necesaria para cubrir la demanda proyectada. Visto así el problema, el National Petroleum Council advierte de una realidad preocupante: "El mundo no se está quedando sin recursos fósiles, pero el aumento continuado de la extracción de petróleo a partir de fuentes convencionales presenta cada vez más riesgos y éstos constituyen un serio obstáculo para asegurar la demanda a medio plazo".

Algunos de estos riesgos son de naturaleza técnica. Entre éstos cabe citar: a) desde la década de los ochenta los nuevos descubrimientos no reponen el petróleo extraído; b.) los costes de exploración y producción están aumentando como consecuencia de que cada vez se trabaja en regiones más remotas, en ambientes más extremos y se perfora a mayor profundidad; c) la producción mundial de petróleo convencional en los campos en explotación está experimentando un declive promedio del 6,7% anual que podría alcanzar el 10% si se descuidan las inversiones; d) la industria petrolera sufre una alarmante escasez de personal, y e) la relación entre la energía obtenida del petróleo extraído y la energía consumida en el proceso de extracción está empeorando rápidamente, y por tanto cada nuevo barril añadido a las reservas tiene un menor contenido energético neto.

Además de estos problemas técnicos, existen otros de claro matiz e implicaciones geopolíticas. La producción de petróleo en 30 de los 54 Estados productores ha sobrepasado ya su máximo y en otros 10 se observa una tendencia al estancamiento. Por ello, el suministro futuro de petróleo dependerá básicamente de 14 países. Por otra parte, la producción de petróleo convencional ajena a la OPEP no crece y está entrando en declive, con lo cual el mundo será cada vez más dependiente de la OPEP, lo que implica la consolidación de un mercado oligopolista.

Y por si fuera poco, a todo ello hay que añadir las incertidumbres existentes en torno a la concreción de las imprescindibles inversiones para aumentar la producción. Cubrir la demanda mundial prevista entre 2007 y 2030 requiere una inversión acumulada cercana a los 5,9 billones de dólares (de 2008) y el 73% de la inversión en exploración y producción ha de realizarse en países que no pertenecen a la OCDE. Un aspecto fundamental, porque en muchos de estos países la movilización de las inversiones debe superar no pocas barreras legislativas, normativas y comerciales. Los principales obstáculos que podrían limitar o retrasar las mencionadas inversiones son esencialmente de naturaleza geopolítica: las políticas de control del ritmo de extracción de recursos ejercidas por los gobiernos, el "petronacionalismo" que impide o limita el acceso de las compañías privadas internacionales a la explotación de los recursos y la inestabilidad política, las amenazas terroristas y los conflictos militares que suelen acompañar a la "maldición de los recursos".

A corto plazo, el balance global entre la oferta y la demanda de petróleo puede calcularse sin demasiadas dificultades. La principal incertidumbre obedece a posibles imprevistos, como retrasos en la inauguración de los proyectos de producción y la cancelación o el aplazamiento indefinido de algunos de ellos. Como consecuencia de una inversión insuficiente en el pasado, diversas fuentes señalan un riesgo potencial de que la oferta no llegue a satisfacer la demanda en el próximo lustro. En la actual coyuntura de crisis, dicho peligro se ha visto postergado en el tiempo por la caída de la demanda, pero en los próximos años, el desplome de las inversiones que la propia crisis ha provocado puede incrementar este riesgo, especialmente si la salida de la crisis se tradujera en una rápida recuperación de la demanda.

A más largo plazo, existen diversas proyecciones sobre el futuro del suministro global de petróleo, resultado de diferentes modelos basados en aproximaciones metodológicas y datos de partida distintos. Tales proyecciones muestran una marcada dicotomía. Por un lado, tenemos las que no ven dificultades insuperables en el horizonte del 2030 y, por otro, hay pronósticos más pesimistas que advierten que el mundo está ya muy cerca del cenit de la producción de petróleo convencional (peak oil), o que lo alcanzará en algún momento de las próximas dos décadas, por lo que resultaría urgente reducir la demanda y propiciar un desarrollo rápido de sustitutos.

Un análisis comparativo de 14 pronósticos recientes elaborados entre 2006 y 2008, concluye que, a pesar de la existencia de múltiples incertidumbres, es probable que el cenit de la producción de petróleo convencional tenga lugar antes de 2030 y que existe un riesgo significativo de que dicho momento se concrete en la próxima década. Frente a esta evaluación, resulta verdaderamente preocupante constatar cómo la mayoría de países no está considerando seriamente aplicar políticas preventivas y de gestión del riesgo.

Un número especial de la revista Science, editado con motivo de su 125 aniversario bajo el título de ¿Qué es lo que no sabemos?, incluía en la lista de las 25 cuestiones de mayor impacto para el futuro inmediato de la humanidad, la pregunta: ¿qué puede reemplazar al petróleo barato y cuándo? Se trata sin duda de uno de los mayores interrogantes sobre nuestro futuro y los datos que acabamos de exponer parecen justificar plenamente la preparación y aplicación de medidas preventivas y correctivas.

Ciento cincuenta años después del nacimiento de la industria del petróleo, ha llegado el momento de aplicarse urgentemente a la tarea de reemplazar un combustible del que depende cerca del 95% del transporte global y que, además, constituye la base de nuestro desarrollo socioeconómico. Una tarea que requiere el despliegue de un ambicioso plan de choque que combine medidas de gestión de la demanda con una decidida apuesta por la investigación y el desarrollo.

Existen demasiados indicios que apoyan las tesis que nos advierten sobre el fin del petróleo fácil y barato y de que nos estamos adentrando en la segunda mitad de la era del petróleo -o como diría un geólogo guasón, en el "Petroleoceno tardío"-. Cómo para quedarse de brazos cruzados.


Mariano Marzo Carpio es catedrático de Recursos Energéticos en la Facultad de Geología de la Universidad de Barcelona
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