CITA(Pepin @ May 23 2008, 09:59 PM)
MINISTERIO DE LA GUERRA Y DE ULTRAMAR
19 de junio de 1860
Gaceta de Madrid numero 171
El gobernador de Fernando Poo y sus dependencias remite con fecha 29 de Abril último la siguiente comunicación que le dirigió el comisario especial de Fomento de aquella isla D. Julián Pellon y Rodríguez dando cuenta de las observaciones que ha hecho en el primer reconocimiento del Pico de Santa Isabel.
Posesiones españolas del golfo de Guinea.- Comisario especial de Fomento.- según tengo a V.S. manifestado en carta particular, el día 3 del corriente llegue con mi exploración al Pico de Santa Isabel, punto culminante de toda la isla de Fernando Poo y término del reconocimiento que había comenzado a practicar en Febrero por el interior del bosque hacia la parte superior de la montaña.
En ese arriesgado viaje, cuyos peligros y obstáculos renuncio a describir, se han adquirido infinitos antecedentes, que unidos a otros muchos que tengo acumulados y a los que resulten de mi excursión por la circunferencia de la isla cuando V.S. me facilite el buque y demás elementos que tengo solicitados para verificarla, formaran parte de una extensa memoria que proyecto dirigir a V.S. para los fines convenientes. Pero hay algunos tan preciosos de entre esos datos, y de tal interés para la colonización, que no me parece fuera de propósito elevarlos al conocimiento de V.S. oficial y anticipadamente.
Muchos son los objetos que me propuse al verificar el citado reconocimiento, felizmente llevado a cabo contra la opinión de los antiguos vecinos de Santa Isabel, siendo uno de ellos el desvanecer fantasmas de peligros supuestos y borrar para siempre aquella vergonzosa frase de casi todas las descripciones en que tímidamente se decía: del interior nada se sabe. Pero en esta comunicación solo hablare a V.S. de los que pueden influir en sus disposiciones gubernativas para el desarrollo y fomento de la colonia, dándole una idea general de las principales observaciones hechas.
El examen de la constitución geográfica y geológica de la isla, el estudio de sus aguas, de su clima, de sus producciones espontáneas, de su población indígena y de su agricultura industria y comercio, son los puntos de que voy a ocuparme, siquiera lo haga con la brevedad que esta forma oficial exige.
A la simple vista de un examen lejano, la topografía de la isla parece monótona y cansada, limitándose a presentar a los ojos del observador un valle casi horizontal, mas o menos extenso desde la orilla del mar hasta las faldas de la montaña, y escarpadas crestas al parecer insondables, que se derivan del Pico de Santa Isabel en su mayoría.
Pues bien: este mismo panorama es riquísimo en accidentes. Su campiña es desigual y esta surcada por cañadas, arroyos y ríos numerosos. En la montaña hay valles de toda clase de extensión que vierten sus aguas en todas direcciones, cerros aislados, grandes llanuras situadas en una elevación considerable y picos abruptos de bizarras formas que demuestran grandes sacudimientos geológicos a que deben su origen, imprimiendo la mas pintoresca visualidad a los paisajes que desde la altura se descubren.
La plaza de Banapa, pueblo de Bubis que dista una legua de Santa Isabel, se halla 176 metros elevada sobre el nivel del mar, al final de la campiña de esta ciudad, y desde allí comienza el terreno a elevarse mas rápidamente.
La plaza de Basile, último pueblo de indígenas que existe en el trayecto seguido por mi camino de exploración, elevase 216 metros sobre dicho nivel del mar, a un cuarto de legua mas delante de Banapa.
El cerro de Buenos -Aires, situado en la mitad de longitud que presenta el estrivo de la montaña o gran derivación que baja desde el Pico de Santa Isabel hasta la llamada Punta Hermosa en las cartas españolas, o Cabo de Oracio en las cartas inglesas, tiene mil ochocientos cuarenta y cuatro metros de elevación sobre el expresado nivel, y es magnifico punto para establecer casas de convalecencia.
Desde esa altura comienza una especie de meseta de grande extensión y poco inclinada, que va subiendo hacia las inmediaciones del referido pico, es decir, hasta la cima prolongada y general de la isla.
Esta cima forma una gran pradería casi horizontal de muchas leguas cuadradas de extensión, a la altura de 2.000 metros en termino medio sobre el nivel del mar, y esta coronada por el celebre Pico de Santa Isabel, cuyo punto culminante se halla a dos mil ochocientos catorce metros sobre el referido nivel, así como por otros muchos cerros de fantástico aspecto, casi todos con grandes cráteres volcánicos. Dos o tres leguas mas al sur del Pico, descúbrese otra elevada sierra, que parece prolongarse hacia la punta de Sagre en forma de cordillera.
La constitución geológica de la isla es puramente volcánica; pero han tenido lugar en ella sacudimientos de muy diferentes edades geológicas, según expresare detalladamente en la memoria que anuncio a V.S. Bástele saber por hoy que en toda ella se encuentra la roca maciza a poca profundidad, excepto en la parte baja o zona marítima, donde hay gruesas capas de sedimento; que la superficie se halla toda constituida por arcilla ferruginosa, ennegrecida con mucha frecuencia por a gran cantidad de humus vegetal a que da origen la des composición orgánica del inmenso bosque primitivo que la cubre; que el espesor se sea tierra vegetal o detritus es mas que suficiente para un cultivo provechoso hasta el mismo pico de Santa Isabel, con ligerísimas excepciones de escarpados áridos que son los menos, pues aunque asoman los cantos rodados o desprendidos en muchos puntos de la sierra, no impiden la vida vegetal; y por ultimo, que toda esa extensión de terreno cultivable es de gran fertilidad por su composición química, según he tenido el placer de observar prácticamente en su vegetación espontánea, y según demuestran varios análisis que he practicado.
Todas las aguas corrientes que he visto en la isla son potables y de excelente calidad. En la montaña llueve aun con mas frecuencia que en las cercanías del mar, y ese producto de las nubes se va deslizando con alguna suavidad por la cañadas y arroyos en las casi llanuras de la cima, precipitándose después en forma de torrentes hacia la campaña baja, donde da origen a numerosos riachuelos de pequeño caudal, muchos de los cuales merecen solo el nombre de arroyos, por secarse enteramente en verano.
En virtud de los antecedentes que dejo expresados, se deduce teóricamente que el clima de la isla debe sufrir una gran variación, y en efecto, la práctica viene a confirmar estas previsiones de la teoría.
Aun cuando la diferencia de latitud geográfica es solo de unos 12 segundos. La temperatura minima de la noche en los días tres y cuatro del actual bajo a 3º centígrados sobre cero en el Pico de Santa Isabel, mientras que en esta ciudad ninguna noche ha bajado de 23º a 21º también centígrados sobre cero en el presente mes. De día se advierten aproximadamente iguales diferencias, pues siendo la temperatura máxima de Santa Isabel 32º grados centígrados a la sombra, en el Pico y también a la sombra marco 12º; y al sol no la vi subir nunca de 22º centígrados, mientras que en esta ciudad sube de 42º a 45º.
Así es que por experiencia se halla el decrecimiento de un grado centígrado por cada 150 metros de elevación en término medio, y todavía es más rápido desde Santa Isabel al cerro de Buenos-Aires, debido sin duda a la grande humedad que siempre conserva el bosque.
La posición ejerce también una influencia notable en el clima. En las vertientes de N.E. y de Levante, así como en los pueblos de Bacoque y Basuala, el higrómetro marco mucha menos humedad al aire libre que en los pueblos y vertientes del oeste, siendo más enjutos los vientos del primer cuadrante citado, y mucho más bochornosa la atmosfera cuando circulan.
Debo también citar aquí un fenómeno curioso pocas veces observado en el África occidental, y es el habernos caído una fuerte granizada en el Pico de Santa Isabel el día 3 por la tarde cuando estaba observando el barómetro en compañía de Mr. Mann y de los Crumanes, cuyos granizos eran del tamaño de garbanzos o guisantes. Este hecho explica la posibilidad de que nieve durante el invierno alguna vez en dicho Pico, y sobre todo en la montaña de Camerones que es la más elevada.
Estos datos experimentales y otros muchos que ya tenia, me inducen a dividir la altura de la isla en tres zonas, dando el nombre de Región marítima a la zona baja que esta comprendida entre el nivel del mar y los 500 metros de elevación; el de Región intermedia a la zona existente desde los 500 hasta los 1.500 metros sobre el mar, y el de Región fresca o zona elevada al terreno que sigue desde los citados 1.500 metros hasta los puntos culminantes de la montaña. El relato que sigue prueba también que esta división y nomenclatura son filosóficas.
Toda la isla es de gran fertilidad en la parte reconocida y su vegetación es de una riqueza sorprendente; pero hay variaciones muy notables en los productos espontáneos, que unidas a la diferencia de temperatura sirven de fundamento a la división expresada.
Las palmeras, los plátanos o bananeros, el añil, algodoneros, boinbue, Ceiba, la caoba o ceider mahoguene, el cedro, la oxandralaurifolia, el lonchocarpus latifolius, el Calicogonium y otros muchos vegetales que abajo no se descubren, los grandes helechos arbóreos y muchas plantas especiales no clasificadas todavía, caracterizan la región intermedia, en la cual se presenta una frondosa vegetación nueva muy distinta de la que tiene la zona inferior.
A los 1.500 metros de elevación han desaparecido ya completamente esos débiles restos de la zona marítima y comienzan a presentarse con gran frondosidad las zarzamoras, las euforbias, las ortigas, los helechos de montaña, las hierbas de pastos y otras muchas plantas europeas que van aumentando en especies hasta lo mas alto, donde abundan la carquesia, el brezo, la avena párlense, el trébol encarnado, la rubia silvestre, las siemprevivas y muchos vegetales propios de los terrenos frescos.
La hermosa pradería que rodea el Pico de Santa Isabel y todos los inmediatos ofrece el mas risueño aspecto, y es tanto lo que abunda en ella la salvia, que se respira un ambiente perfumado y vivificante noche y día, tan agradable como el de los mejores y mas acreditados jardines de Europa, contrastando de un modo notable con el pestilente olor que despide el bosque de la región marítima.
Las maderas de construcción son muy abundantes en las tres zonas, pero se limitan casi a la zona marítima las preciosas, y aun aquellas van escaseando desde los 2.000 metros arriba, haciéndose el arbolado actual raquítico y tortuoso.
En cambio pueden aclimatarse en dicha región superior las principales maderas de Europa, tales como el haya, el pino, el abedul, castaño, roble, fesno, álamos &c. , y la finura de sus pastos no tiene comparación en ningún otro punto conocido del África occidental.
La fauna de la isla es mucho menos rica en especies que la flora. ¡Que colección tan numerosa de vegetales, muchos enteramente nuevos y hasta ahora desconocidos en botánica! ¡Que grande escasez en la mayor parte de las familias zoológicas!
Los cuadrumanos están representados solo por el gasilopiteco y el pequeño mono llamado titi.
Los queiropteros no pasan de tres especies, una de ellas muy grande que se parece al vampiro.
Los voraces carnívoros que tanto abundan en el continente, aquí no tienen representación ninguna conocida, excepto los perros y gatos domésticos.
De los roedores he visto las ardillas en grande abundancia, el puerco-espin, las ratas y los ratones.
De los paquidermos no halle más que el daman del Cabo y de los cerdos domésticos si se exceptúan las caballerías introducidas por la colonia.
De los rumiantes hay dos antílopes, las cabras domesticas, las ovejas y el poco ganado vacuno de la colonia hallándose de vez en cuando algunos vestigios de ciervo o de otro animal salvaje igualmente grande en las alturas de la montaña.
Las aves de presa están representadas por la lechuza, la corneja de Europa, el mochuelo, algunas águilas y dos grandes búhos que no he podido observar todavía de cerca.
De aves trepadoras hay el loro ceniciento y dos especies de picos.
De las gallináceas, además de las palomas zuritas, las gallinas de la Cochinchina y las de Guinea, que solo existen en la colonia, abundan las gallinas y gallos ordinarios de todos los pueblos indígenas, en el monte he visto infinidad de palomas torcaces, de colombias o palomas verdes, y una especie de faisán que solo puede colocarse en el genero de los alectores.
De pájaros o aves de canto hay muchísimas especies en la montaña y en la campiña.
De ánades o palmípedas terrestres, solo he visto los patos americanos en Santa Isabel.
De reptiles no halle más que la iguana, el camaleón, varias lagartijas salamanquesas terrestres, pequeños sapos y ranas y tres especies de culebras inofensivas, una de ellas bastante grande.
Algunos caracoles, arañas, el escorpión negro, las abejas de miel que abundan mucho, varios coleópteros, una abundancia extraordinaria de hormigas, con otro crecido numero de pequeños seres correspondientes a dicha clase de animales, cierran próximamente el cuadro zoológico hasta ahora reconocido en la isla.
Del reino mineral no he visto especie ninguna que sea aprovechable, si se exceptúa la arcilla, que es muy buena para la alfarería, y la piedra basáltica para la construcción, siendo fabulosa la existencia de metales preciosos que se han citado en algunas descripciones.
Todos los pueblos Bubis que llevo reconocidos en la isla se encuentran situados en la región marítima, y su vecindario no pasa de 600 a 1000almas en cada uno inclusos los habitantes de las chozas rurales. El mas elevado que he visto es Basile, distante lengua y cuarto del mar.
La agricultura de estas poblaciones consiste en el cultivo de los plátanos o bananas, de una dioscórea llamada vulgarmente Ñame, y el arum esculentum , al quedan nombre de coco.
La industria pecuaria, además de la caza y pesca, se limita a la cría de gallinas, cabras, ovejas y algunos cerdos.
La industria rural consiste únicamente en la extracción del vino de palma y del aceite que produce el mismo vegetal.
La industria manufacturera mas importante que ejercen es la fabricación de bambú para cubrir las casas.
El comercio redúcese al cambio de sus productos agrícolas e industriales por el tabaco, aguardiente, fusiles, municiones, pólvora, telas y herramientas que necesitan.
Las vías de comunicación son numerosas y esta surcado todo el país con ellas, pero consisten únicamente en breves senderos, por los cuales es poco menos que imposible el tránsito para un europeo.
Tienen dichos habitantes muchísimas chozas, especie de quintas de recreo en la montaña, a las cuales se van de temporada a cazar antílopes y aves en la estación de la seca, haciendo grandes quemas en los pastos, que producen los fuegos, vistos muchas veces desde Santa Isabel. Los bubis huyen de todos al divisar en el bosque a un europeo, cuando el roce con ellos no les ha quitado el miedo que tienen a la raza blanca; pero son inofensivos y hasta se vuelven cariñosos cuando se les trata de cerca.
En este pequeño bosquejo no pueden enumerarse todos los múltiples fenómenos que observe en mas de 10 leguas que llevo recorridas por el interior en varias direcciones; pero en virtud de los hechos que dejo expresados y otros muchos que me reservo, puedo asegurar a V.S.
1º Que los bubis, o llámense los indígenas, distan mucho de ser tan holgazanes e inútiles como se ha pretendido, puesto que tienen agricultura, la industria y el comercio suficientes para cubrir todas sus necesidades actuales, mientras que la antigua colonia de Santa Isabel, llamada la rica y civilizada, apenas tiene cultivada una sola fanega de terreno fuera de los pequeños huertos o jardines que rodean las casas dentro de la población misma; no pareciéndome difícil conseguir que los bubis entren en las costumbres del trabajo regularizado, mediante un buen sistema de comunicaciones, de estimulo y de catequismo, lo cual seria una ventaja inapreciable.
2º Que la región marítima o zona baja se pueden aclimatar y cultivar con provecho todos los mejores productos intertropicales del mundo; en la zona intermedia se darán bien las producciones de la región templada europea mas ardiente; y en la zona elevada pueden criarse infinitos ganados y cultivarse frutas, verduras, legumbres, maderas y pastos que forman la riqueza de los países frescos de España.
3º Que las diferencias de clima y el estado geográfico de la isla permiten la instalación de colonias agrícolas a diferentes alturas con población europea, libres de los peligros a que nuestra raza se expone en la región marítima y tan saludable como gran parte de los pueblos españoles, aclimatando así a nuestros paisanos en dichas colonias para que luego se extiendan por toda la isla, sin temer las catástrofes que han experimentado siempre los europeos directamente importados en estas costas ardientes sin preparación ni transición ninguna. Las pruebas de salubridad hechas en la montaña con mi propia persona, con el botánico Mr. Gustavo Maun, que a ruego suyo me acompaño en el viaje, y con los varios colonos españoles que subieron a convalecerse por orden de V.S. deciden prácticamente la cuestión que en teoría resuelve la ciencia.
Todo lo cual tengo el honor de elevar a conocimiento de V.S. para los efectos oportunos.
Dios guarde s V.S. muchos años. Santa Isabel de Fernando Poo veinte y cuatro de abril de mil ochocientos sesenta- Julián Pellon y Rodríguez- Sr. Gobernador de Fernando Poo y sus dependencias
Veinte y cuatro de abril de mil ochocientos sesenta. Quince de marzo de dos mil nueve. Tempus Fugit