A PLENO SOL
A PLENO SOL
Escrito por Marisa Peral   


Los baldes de zinc dormitaban
-a pleno sol-

llenos de agua jabonosa y azulete para blanquear la ropa.

La pequeña niña blanca,
agachada y protegida por el enorme salacot,
transgredía las normas y
burlando la vigilancia
se entretenía agitando las manos dentro de los barreños.

Eran mágicos momentos en soledad disfrutando la infantil maldad,
“días de espuma y pompas de jabónâ€
todas de colores irisados y diferentes.

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© Marisa Peral

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